Los ataques al Putumayo

LOS ATAQUES AL PUTUMAYO
El año 2006 comenzó con un nuevo ataque de la guerrilla de las FARC a la
infraestructura petrolera en el departamento del Putumayo; en esta ocasión en
inmediaciones a la localidad de Orito, donde hay un complejo petrolero, los
insurgentes activaron cargas explosivas contra varios pozos, causando el
derrame del crudo sobre los ríos Guamez y Putumayo. Este evento plantea de
nuevo cuestionamientos acerca de la situación de seguridad en este
departamento y en especial sobre la capacidad de la Fuerza Pública para evitar
este tipo de acciones de sabotaje por parte de la subversión.
Hay que comenzar por decir que si se compara lo ocurrido en 2005 con el año
anterior, se tiene que en todo el país los ataques a la infraestructura petrolera
aumentaron en un 21%, la mayoría de los cuales ocurrieron en Putumayo. En
este departamento, el principal campo de explotación se ubica en Orito y tiene
cuatro oleoductos, dos de los cuales transportan petróleo desde campos
cercanos de la compañía estatal ECOPETROL, de la compañía estadounidense
Argosy Energy y de la filias Petrominerales de la canadiense Petrobank. Un
tercer oleoducto trae petrolero de la Occidental Petroleum desde el amazonas
ecuatoriano y de la canadiense EnCana; el cuarto trasporta transporta el
petróleo por encima de Los Andes hasta el puerto de Tumaco en la costa
Pacífica.
En Putumayo en 2005 se dio un alza del 25% con respecto a 2004 en el número
de acciones dirigidas a la infraestructura petrolera, siendo el único departamento
que registró un ascenso, junto a Norte de Santander donde el incremento fue del
180%. De esta manera se presenta como uno de los principales lunares de la
política de Seguridad Democrática, esto sin contar los paros armados, así como
los ataques a la infraestructura vial y energética. Se debe mencionar que
durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe se ha dado un avance parcial en
la protección de la industria del petróleo, lo que se puede observar en
departamentos como Arauca, sin embargo aún falta fortalecer la seguridad en
algunas regiones. En este sentido es relevante mencionar que la mayor
protección de la infraestructura petrolera en el departamento de Arauca, provocó
una disminución en los atentados al oleoducto Caño Limón – Coveñas, pero
también hizo que las FARC centraran su estrategia en una zona de menos
vulnerabilidad para sus filas como es el departamento de Putumayo. Como se
puede observar en el siguiente gráfico, las tendencias en estos dos
departamentos han sido contrarias.
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Ataques a la infraestructura petrolera en Arauca y
Putumayo
60
50
40
30
20
10
0
1999
2000
2001
2002
ARAUCA
2003
2004
2005*
PUTUMAYO
* Proyectado con base en lo ocurrido a noviembre de 2005.
Fuente: Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia
Lo anterior se puede explicar por la diferencia en las medidas de protección
tomadas en cada uno de los departamentos. En la primera semana de diciembre
de 2002, dos decenas de miembros de las fuerzas especiales de Estados
Unidos – Boinas Verdes – llegaron a Colombia para entrenar a efectivos de la
XVIII Brigada en la protección del oleoducto de 500 millas. El entrenamiento de
la tropa, la creación de una red de informantes dispuesta a lo largo de las
primeras 75 millas del oleoducto, la mejora en los sistemas de vigilancia, así
como el constante patrullaje han aumentado la protección sobre el oleoducto
Caño Limón – Coveñas, haciendo cada vez más difícil que la subversión realice
acciones de sabotaje, todo esto con una importante inyección de recursos por
parte de la Occidental Petroleum. Mientras tanto, en Putumayo el aumento de
pie de fuerza no ha sido suficiente para contrarrestar los ataques de la
insurgencia.
En último trimestre del año 2003, la guerrilla de las FARC desarrolló una
escalada sin precedentes que dejó a la infraestructura petrolera del Putumayo
muy golpeada, causando importantes pérdidas. En menos de una semana el
frente 48 de este grupo insurgente realizó no menos de 30 atentados
dinamiteros contra oleoductos, pozos y baterías de almacenamiento,
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pertenecientes en su mayoría a ECOPETROL y en parte a la compañía
canadiense Petrobank Energy and Resources. Se estima que las pérdidas
ascendieron a 150.000 dólares diarios (unos 428 millones de pesos), con una
pérdida en la producción de crudo de seis mil barriles diarios, un millón de
dólares en regalías y una recuperación de daños de dos meses. Tras estos
hechos, el presidente Alvaro Uribe aseguró que la arremetida de la guerrilla
contra la infraestructura petrolera, se debió a una falla de los militares para
proteger los puntos atacados."Allí realmente ha habido un fracaso de la fuerza
pública para cuidar infraestructura petrolera", dijo Uribe a la prensa. El
mandatario llamó a los organismos de seguridad a "corregir los procedimientos"
para "capturar masivamente a todos los individuos que están en acciones
terroristas". Ante esto, el entonces general del Ejército Martín Orlando Carreño,
explicó que la infraestructura atacada por las FARC se encuentra en puntos muy
aislados, situación que fue aprovechada por el frente 48 de las FARC.
Un año y medio más tarde, luego del ataque de insurgentes del frente 48 y 32 de
las FARC a una patrulla militar en Teteyé, en Puerto Asís (Putumayo), cuya
misión era la protección de la infraestructura petrolera, el presidente Uribe
declaró : “Para reactivar la exploración y la búsqueda de petróleo allí, nosotros
hemos destacado una Brigada en el Putumayo de 4.300 hombres, pero
habíamos advertido que estábamos cometiendo un error, que esa Brigada la
tenemos quieta, simplemente cuidando infraestructura, cuidando los centros de
acopio de petróleo, cuidando los pozos y cuidando el oleoducto… En cambio,
aquí en el Putumayo… por fuera del Plan Patriota, por el problema de la
infraestructura petrolera hemos tenido una Fuerza prácticamente paralizada,
cuidando infraestructura petrolera… ya quedó hoy en el Putumayo lo siguiente:
la misma Brigada de 4.300 hombres cuidando infraestructura, dos Batallones de
una Brigada nueva que van a estar en permanente movilidad y parte de las
Fuerzas Especiales. Las Fuerzas especiales son unos grupos que hemos
preparado, unos grupos con gran movilidad y han hecho labores muy exitosas
en muy buena parte del país”.
Seis meses después, el balance no es positivo. Además del ataque mencionado
a la infraestructura petrolera, las FARC atentaron contra la infraestructura
eléctrica de Puerto Caicedo y dejaron sin luz a ésta y a las vecinas localidades
de Puerto Asís, Orito, Valle del Guamuez y San Miguel. Según las cuentas del
Gobernador encargado, las pérdidas para comerciantes y transportadores llegan
a los 1.200 millones de pesos diarios, y unas 230 pequeñas empresas están
semiparalizadas o paralizadas. De esta manera se ve comprometida de nuevo la
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seguridad en el departamento, con un 2006 que no augura mejorías y que
parece presentar un escenario más complicado que 2005, cuando las FARC
bloquearon el departamento durante casi un mes.
Ante estas acciones el Gobierno Nacional ha vuelto a hacer un anunció de
aumento de pie de fuerza para este departamento, la cuestión es si esto va a
propiciar un cambio sustantivo en la mejoría de la infraestructura petrolera y de
la seguridad en general. Bajo este marco, es relevante decir que el Putumayo no
parece ser una prioridad en términos de producción de petrolero pues con el
2,19%, 523.850 barriles diarios de todo el país, se encuentra por debajo de siete
departamentos: Casanare con 181.320 barriles por día, Arauca con 90.630,
Meta con 85.010, Huila con 51.780, Tolima con 39.020, Antioquia con 22.970 y
Santander 19.010. Sin embargo, hay que decir que en términos de transporte del
crudo tiene una importancia mayor con 40 mil barriles diarios.
Esto parece verse reflejado en la importancia estratégica que se le ha dado a
este departamento. Como lo menciona un documento anterior de la Fundación
Seguridad y Democracia, con el título “Putumayo: del protagonismo del Plan
Colombia al olvido del Plan Patriota”: Este departamento, que sirvió como
escenario experimental de la primera fase del Plan Colombia, hoy padece un
relativo olvido del Estado y la Fuerza Pública, que concentra casi un cuarto de
su poder ofensivo en los departamentos vecinos de Caquetá, Meta y Guaviare,
donde en la actualidad se desarrolla el llamado Plan Patriota”.
Con este panorama, las FARC han encontrado en el Putumayo una zona
propicia para el desarrollo de acciones de sabotaje y ataques a la Fuerza
Pública, encaminadas a influir en la percepción de seguridad de la población en
el período preelectoral. Además, con su presencia activa en este departamento
garantizan un corredor principal entre sus zonas de retaguardia en el Meta y
Caquetá con la zona fronteriza de Ecuador y obligan a la desconcentración de
tropas comprometidas en el denominado Plan Patriota. Es de temer que este
tipo de eventos, no sólo se repitan sino que también ocurran en otros
departamentos, poniendo en aprietos la Política de Seguridad Democrática y la
capacidad de la Fuerza Pública para responder al comienzo del fin del repliegue
de las FARC, es decir el comienzo de su ofensiva.
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