32 ESCUELA Núm. 4.002 (1.688) 21 de noviembre de 2013 Entrevista MARÍA JOSÉ ALONSO PARREÑO “La educación inclusiva es una exigencia de derechos humanos” MANUEL MENOR CURRÁS ¿Los ciudadanos somos “normales” o “diversos”? Los seres humanos, ya seamos niños, adolescentes, adultos o ancianos, somos todos diversos, es decir que hay personas con diferentes capacidades, grupos étnicos, tallas, edades, entornos familiares y géneros. Hablar de personas “normales” es una convención a la que desgraciadamente estamos muy acostumbrados. ¿Cómo suele atender la Escuela tanta “diversidad”? Son muchas las escuelas que persiguen una homogeneidad, tanto en los aprendizajes que adquieren los alumnos como en la metodología de enseñanza. Desde esta óptica la atención a la diversidad se refiere a un grupo pequeño de alumnos, no a todos. Sin embargo el enfoque correcto es el que reconoce que la atención a la diversidad se refiere a todos los alumnos. ¿Hasta dónde llega la inclusividad del sistema educativo español? La escuela inclusiva es una meta, funciona como un horizonte hacia el cual toda escuela debe orientar sus pasos, sabiendo que no es posible alcanzar la inclusión plena, pues cada avance trae nuevos retos. Así que una verdadera escuela inclusiva es la que no deja de avanzar hacia la plena inclusión, la que no se da por satisfecha con las cotas alcanzadas. En nuestro sistema falta mucho camino por recorrer. Si bien nuestro país fue pionero en avanzar en integración educativa durante la década de los 80, posteriormente los diversos gobiernos han descansado sobre unas estadísticas aparentemente buenas en el contexto europeo y han dejado de considerar la inclusión, y muy especialmente la de los alumnos con discapacidad, como algo prioritario. ¿En qué se distingue la “educación inclusiva”? La educación inclusiva parte del reconocimiento de que todos los alumnos son diferentes y de que todos los alumnos pueden aprender. Desde este principio el sistema cambia en función de los alumnos y se adapta a cada uno de ellos para que ningún alumno quede excluido. ¿Desde cuándo existe como derecho ciudadano? ¿Cómo se atendían antes la diversidad? Yo diría que el momento a partir del cual todos los alumnos tienen derecho a una educación Perfil M aría José Alonso Parreño (Madrid, 1965 ), abogada y madre de una niña con discapacidad, finalizó en 2007 una tesis doctoral en la que sistematizó la legislación española sobre derechos de estos niños, analizó los problemas prácticos que tenía esta normativa, y planteó mejoras posibles para garantizar esos derechos. De ese bagaje originario se nutren sus publicaciones más representativas en libros y artículos posteriores. En particular, Los derechos del niño con discapacidad en España (2009), El impacto de la Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad en la legislación educativa española (2011) y Propuestas de mejora del marco normativo de los menores con discapacidad en España (2011). Es directora del Área Jurídica de Canal Down 21 (www.down21.org), colabora con el Comité Español de Representantes de Personas con discapacidad (Cermi) y, sobre todo, preside la asociación ALEPH-TEA, promovida por familias de personas con autismo, con la participación de profesionales, que desarrolla actividades educadoras inclusivas en algunos colegios madrileños, especialmente en dos de la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem). inclusiva es el 3 de mayo de 2008, fecha en la que entró en vigor la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, la cual no hace distinciones de ningún tipo en el acceso a una educación inclusiva. En las leyes españolas distintas de la Convención (la Convención forma parte de nuestro Derecho interno) es un derecho condicionado. El término inclusión aparece por primera vez en la LOE de 2006, varias veces: En el artículo 1.b) al señalar que el principio de equidad garantizará la inclusión educativa y la no discriminación; en el artículo 74.1 al señalar que la escolarización del alumnado que presenta necesidades educativas especiales se regirá por los principios de normalización e inclusión; y en el artículo 121.2 al señalar que el proyecto educativo del centro recogerá la forma de atención a la diversidad del alumnado y que deberá respetar “La educación inclusiva ayuda a derribar barreras y a poner en cuestión estereotipos” el principio de no discriminación y de inclusión educativa como valores fundamentales. Anteriormente se hablaba de integración, modelo ya superado, en el cual el sistema y la metodología de enseñanza no cambiaba, sino que mediante terapia y rehabilitación se pretendía conseguir que el alumno con discapacidad encajase en la educación “normal”. El problema es que aunque nuestras leyes hablan del modelo de inclusión, la práctica y la estadística nos muestran que en España aún estamos en un modelo de integración. ¿Qué papel ha jugado la ley de integración social de minusválidos (Lismi 1982)? La Lismi de 1982 tuvo una g r an impor tancia, como en todos los demás aspectos de la vida de las personas con discapacidad. En dicha ley se hablaba claramente de un modelo de integración y se ponía fin a un modelo segregado de educación para las personas con discapacidad. Decía su Artículo 23: «Integración en el sistema ordinario de la educación 1. El minusválido se integrará en el sistema ordinario de la educación general, recibiendo, en su caso, los programas de apoyo y recursos que la presente Ley reconoce. 2. La Educación Especial será impartida transitoria o definitivamente, a aquellos minusválidos a los que les resulte imposible la integración en el sistema educativo ordinario y de acuerdo con lo previsto en el artículo 26 de la presente Ley.» ¿Qué repercusiones prácticas ha tenido el reconocimiento legal de la equidad educativa en los 80 y en la LOE? La verdad es que yo no viví la integración educativa de los años 80 puesto que cuando empezó, a partir del Real Decreto 334/1985 de 6 de marzo, yo estaba estudiando Derecho y era completamente ajena a esta cuestión. Lo que he leído acerca de ello creo que supuso un cambio muy radical respecto a la etapa anterior, con un apoyo decidido de las administraciones educativas (tanto estatal como autonómicas). Tengo la impresión que la ley de 2006, a pesar de hablar de inclusión y no de integración, no ha supuesto un avance muy significativo, al menos en lo que se refiere al alumnado con discapacidad. La atención a la diversidad real ¿qué valoración le merece? ¿Qué porcentaje tiene y en qué etapas del sistema? ¿Hasta dónde alcanza? Me parece que la atención a la diversidad es diversa. En algunas escuelas es adecuada y en otras a todas luces insuficiente. Las estadísticas muestran la parte cuantitativa, es decir, que hay muchos más alumnos con discapacidad en las escuelas públicas que en las privadas (aunque la concertada tiene mayor porcentaje que la no concertada en la cual la inclusión es prácticamente inexistente) y además es visible una brecha entre la Primaria y la Secundaria: parece que hay muchos alumnos con discapacidad que no inician o no terminan la ESO y que aparentemente tampoco se incorporan a centros de educación especial. Núm. 4.002 (1.689) ESCUELA 33 Entrevista 21 de noviembre de 2013 Según la “Nota resumen” del Ministerio de Educación Cultura y Deporte sobre la Estadística de las enseñanzas no universitarias. Alumnado con necesidad específica de apoyo educativo en el curso 2011-2012, el alumnado asciende a 149.618 alumnos, de los que 32.233 (21,5%) cursan Educación Especial específica y 117.385 (78,5%) están integrados en las enseñanzas ordinarias. Los fallos cualitativos los conocemos por casos concretos que conocemos o aparecen en los medios de comunicación pero no en las estadísticas, las cuales no ofrecen datos cualitativos ni sobre el por qué del abandono escolar. ¿Qué obstáculos tiene el modelo inclusivo? En nuestra legislación veo dos obstáculos principales: El primero, que el acceso a la educación inclusiva en centros ordinarios está condicionado, es decir, que nuestras normas siguen permitiendo la escolarización forzosa en educación especial, basándose en las características del niño. De acuerdo con la Convención de la ONU de 2006, tanto la LOE como la normativa estatal y autonómica deberían recoger expresamente la necesaria autorización de los representantes legales del alumno y audiencia del propio alumno, para escolarizarle en educación especial. El segundo, que los apoyos que se proporcionan dentro del aula no están basados en las necesidades individuales de cada alumno sino en criterios numéricos, es decir, en el número de alumnos con necesidades educativas especiales en el centro, sin que tampoco esté garantizada la formación del profesorado ordinario en las necesidades concretas de sus alumnos. ¿A qué retos debería enfrentarse antes la educación inclusiva? Desde mi punto de vista lo más urgente es que el profesorado y los gestores educativos tomen conciencia de que la educación inclusiva es una exigencia de derechos humanos y que, en consecuencia, se priorice la formación del profesorado tanto en atención a la diversidad en general como en las necesidades concretas de sus alumnos. Hoy por hoy esa formación que es la que capacita para enseñar adecuadamente a alumnos diversos, no está garantizada por nuestras normas. Muchas veces los profesores ordinarios no tratan a los alumnos con discapacidad como propios sino como responsabilidad de los “especialistas”. ¿Está garantizada la equidad? ¿Vamos en la dirección correcta? La realidad es que no, tal y como he dicho anteriormente, no hay un avance decidido en materia de inclusión educativa. Se siguen construyendo colegios de educación especial en contra de las recomendaciones de la ONU y de la OMS y no se percibe voluntad de avanzar hacia la fusión de los dos sistemas (el ordinario y el especial). La ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación de nuestra legislación a la Convención (de 2008) dejó de lado el tema de la educación y ni siquiera dio un plazo al Gobierno para hacer un proyecto de ley en este sentido. El Comité Internacional de seguimiento de la Convención en las conclusiones del examen que de nuestro país hizo en septiembre de 2011 expresó su preocupación porque en la práctica continúa la segregación y la exclusión de muchos alumnos y porque las CCAA no están cumpliendo con sus obligaciones de acuerdo con la Convención de la ONU. En las comunidades, ¿qué pasa? Como decía, las comunidades autónomas están ignorando la Convención en las normas educativas que van dictando. La Comunidad de Madrid no es una excepción en este tema. “No nos resignamos a que nuestros hijos se educaran aparte de los demás niños” La insuficiencia o inadecuación de recursos al servicio de los alumnos con discapacidad afecta al contenido esencial de su derecho a la educación por cuanto pondrá en peligro que alcancen su pleno desarrollo. Cuando acusan a la Lomce de “segregadora”, ¿qué piensas? Dado que la Lomce no toca el Título II que se refiere al derecho a la equidad en la educación, salvo en lo que se refiere al alumnado con altas capacidades intelectuales, me parece que atribuirle una voluntad segregadora es exagerado. Sin embargo, sí que es verdad que la ausencia de un avance decidido en inclusión educativa de “ALEPH, PASADO, PRESENTE Y FUTURO” ¿Desde cuándo existe Aleph-Tea? ¿Qué objetivos tienes como presidenta? ALEPH-TEA fue fundada el 5 de julio de 2002 por un grupo de familias con la participación de profesionales. Trabajamos por los derechos y la inclusión de cada persona con autismo. Muchas de las personas (niños y jóvenes) a las que prestamos apoyo tienen grandes necesidades de apoyo. Sin embargo todos nuestros servicios se orientan a la inclusión desde modelos de calidad de vida y planificación centrada en la persona. Nuestro trabajo en el entorno, ante las administraciones públicas y la sociedad en general, va en esa misma línea. ¿Cómo surgió el convenio con Fuhem para tener una unidad escolar de niños autistas dentro de un ámbito normalizado, en el Colegio Montserrat y en el Hipatia? Cuando se creó el colegio Aleph en 2004 fue con la forma de un colegio concertado de educación especial porque nuestros hijos tenían en su dictamen de necesidades educativas especiales modalidad educación especial. Pero no nos resignamos a que se educaran aparte de los demás niños y nos fijamos en el modelo de aulas estables para personas con autismo que ya existía en otras CCAA. La primera aula estable concertada por la Consejería de Educación se puso en marcha en el curso 2006-2007 en el colegio Institución La Salle de Madrid. Me parece que nuestro encuentro con Fuhem fue la consecuencia lógica de la vocación inclusiva de ambas entidades. Supone un paso importante hacia la fusión de los dos sistemas, el ordinario y el especial, pues permite que alumnos con grandes necesidades de apoyo y que en principio tendrían vetada la escuela ordinaria, puedan compartir tiempos, espacios y activida- des con sus iguales sin discapacidad enriqueciendo su mundo social. Para las comunidades educativas de los colegios Montserrat e Hipatia está constituyendo toda una experiencia. El aula de Hipatia se ha puesto en marcha en el presente curso 2013-2014. En la actualidad el Colegio Aleph tiene cinco aulas en el centro específico en Tres Olivos y cinco en colegios concertados ordinarios. Todas ellas son aulas concertadas. ¿De qué logros estáis más satisfechos? Estamos muy satisfechos de la consolidación del modelo de aulas estables en la Comunidad de Madrid. El curso pasado comenzó la participación de nuestros alumnos en aulas de Secundaria con mucha motivación y más inclusión de la que en principio esperábamos. Este curso hemos puesto en marcha un servicio destinado a personas adultas y que se desarrolla en la comunidad, es la continuidad a nuestro trabajo educativo. ¿Qué metas os gustaría ver cumplidas, pese a la crisis, en un plazo de cuatro años? Creo que no hay vuelta atrás, que continuaremos en nuestro empeño de incluir a todos nuestros alumnos. Seguiremos creando aulas estables y trabajando en el apoyo a la inclusión de alumnos con autismo mediante profesionales itinerantes. Las metas en cuatro años serían tres: 1ª que los alumnos que empiezan a participar en ESO culminen la etapa. 2ª que continuemos creando nuevas aulas estables en otros centros concertados. 3ª que se consolide el servicio de apoyo a la inclusión en centros ordinarios. acuerdo con la Convención de la ONU es muy preocupante y que las sucesivas reválidas van a constituir un obstáculo adicional a la permanencia en el sistema y a la titulación de los alumnos con discapacidad. ¿Qué ventajas tendría el pleno desarrollo de la educación inclusiva? La educación inclusiva ayuda a derribar barreras y a poner en cuestión estereotipos. Este enfoque ayuda a crear una sociedad que acepta y abraza la discapacidad en lugar de temerla. Cuando los niños con discapacidad y sin ella, crecen juntos y aprenden, uno al lado del otro, en la misma escuela, desarrollan una mayor comprensión y un mayor respeto recíproco. Dado que la escuela es el primer lugar de convivencia de una persona, fuera de la familia, el que los niños con y sin discapacidad aprendan juntos en la escuela, y lo hagan de una manera real y efectiva, supondría el comienzo de una sociedad más cohesionada y más justa. Supondría un claro avance en derechos humanos. Supondría que nuestros jóvenes estén mejor preparados para un futuro en el que la diversidad cada vez va a ser mayor y que ya en el presente se vivan otros valores distintos de los que nos llevaron a la crisis actual. Aprender a trabajar en equipo aprovechando las fortalezas de todos y compensando las debilidades de cada uno es fundamental en la educación