TÍTULO DE LA COMUNICACIÓN: Localización y especialización en ámbitos geográficos delimitados: Aplicación de nuevos indicadores para el análisis de las externalidades en la economía valenciana. AUTOR 1: Lluís Miret Pastor Email: [email protected] AUTOR 2: María del Val Segarra Oña Email: [email protected] DEPARTAMENTO: Organizacion de Empresas UNIVERSIDAD: Universidad Politécnica de Valencia ÁREA TEMÁTICA: Clusters y distritos industriales RESUMEN: (máximo 300 palabras) La agrupación geográfica de las empresas e instituciones relacionadas entre sí conformando clusters o distritos ha sido un tema de interés recurrente en el ámbito científico. Gran parte de los estudios sobre clusters o distritos industriales valencianos están centrados en los sectores manufactureros tradicionales, sin que se haya prestado excesiva atención a los sectores tecnológicamente avanzados o a los sectores de servicios. El objetivo de este trabajo es aplicar nuevos indicadores de concentración y especialización sobre la estructura empresarial de la Comunidad Valenciana para 1 identificar tanto aquellas agrupaciones ya conocidas como la existencia de industrias emergentes que se beneficien de las sinergias derivadas de su localización. El presente trabajo analiza la aglomeración y la especialización en veintiocho sectores de la Comunidad Valenciana, utilizando para ello el índice de Ellison-Glaeser y el Coeficiente de Localización Estándar, que serán aplicados tanto a Mercados Locales de Tabajo (MLL) como a comarcas. Los resultados del índice de aglomeración demuestran que las externalidades juegan un papel importante en buena parte de los sectores analizados, siendo mayor el efecto en los sectores industriales que en los de servicios. El índice de especialización, permite elaborar un mapa de posibles clústers, a partir de la localización de aquellos territorios con un nivel de especialización objetivamente elevado. En este mapa se aprecian los tradicionales distritos industriales valencianos pero también toda una serie de agrupaciones relacionadas con industrias tecnológicamente avanzadas y de servicios. Por último, los resultados parecen mostrar una mayor eficacia de los MLL, tanto a la hora de identificar posibles clústers como al medir el efecto de las externalidades en la localización. PALABRAS CLAVE: Clusters, distritos industriales, externalidades, concentración geográfica, desarrollo regional, Economía Valenciana 1-Introducción El estudio de la concentración geográfica y el papel jugado por el territorio en la competitividad y localización industrial ha sido un tema recurrente dentro de la literatura económica de la última década. Ahora bien, gran parte de esta literatura, y en especial el enfoque del Distrito Industrial, está muy centrado en los sectores industriales y, fundamentalmente, en los sectores de tecnología baja o tradicionales. 2 Esto se debe a que se tiende a identificar el concepto de externalidad con la acepción marshalliana del término, lo que algunos autores denominan “externalidades basadas en los recursos” o “externalidades de oferta”. En cambio, muchos autores afirman que las externalidades también pueden ser de “demanda” (Canina y Enz, 2005) y éstas no se circunscribirían exclusivamente a la industria, sino que afectarían más a los “servicios”. De hecho, la concentración geográfica no es un fenómeno exclusivo de la industria tradicional. Tanto las industrias tecnológicamente avanzadas como los sectores servicios presentan sus propias estrategias de localización y sus consecuentes aglomeraciones territoriales (Tickell, 2002). En esta línea se aprecia un interés creciente por estudiar los patrones de localización de los sectores tecnológicamente más avanzados (Malairaja, 2003; Cooke y Ehret, 2009 ) o por el estudio de las aglomeraciones en el sector servicios (Flowers y Easterling, 2006; Eraydin y Koroglu, 2007). Desde el enfoque de los Distritos Industriales se viene ampliando el ámbito de estudio a otros sectores como la cultura o el turismo (Lazzeretti, 2003, Capone y Boix, 2008 o Satagata, 2000). Respecto a los clusters, desde la misma obra de Porter el concepto siempre ha estado abierto a sectores tecnológicamente avanzados (el caso de Sillicon Valley) o incluso al mismo turismo. En este sentido, nunca han faltado estudios sobre clusters en sectores de alta tecnología (Kaiser, 2003; Avnimelech y Teubal, 2004 o Longhi, 2005), si bien en los últimos años el concepto se va ampliando a nuevos sectores como el financiero (Cook et al, 2007; Tortosa, 2002), el turismo (Michael, 2003, Novelli, 2006 o Jackson y Murphy, 2006) u otros sectores de servicios (Pandit et al, 2008) 1.2 Objetivos El trabajo plantea realizar un estudio cuantitativo sobre los niveles de concentración espacial en diferentes sectores tanto industriales como de servicios. Para ello partiremos de dos acepciones diferentes pero complementarias del término concentración: la aglomeración y la especialización. Esto se plasma en un doble objetivo: por una parte determinar y cuantificar el papel de las economías de aglomeración en las diferentes industrias, por otra parte, localizar 3 objetivamente la existencia de clústeres en la Comunidad Valenciana. Esto se plantea a través de dos hipótesis: H1: Las economías de aglomeración juegan un papel activo en la localización de los diferentes sectores. Para verificarla será necesario cuantificar y valorar los niveles de aglomeración sectorial. H2: Las economías de aglomeración provocan la existencia de Distritos Industriales o clústers. Para verificarla será necesario analizar los niveles de especialización sectorial de cada uno de los territorios, siguiendo la línea de O’Donogue y Gleave (2001) de considerar que la manifestación esencial de todo clúster es su aglomeración en el espacio. Estas hipótesis y objetivos siguen la metodología propuesta por Brenner (2006) de identificar aquellos sectores donde las externalidades jueguen un papel importante y, posteriormente, concretar el territorio donde se localizan. 2.- El marco conceptual . Los conceptos de aglomeración y especialización El objeto de este trabajo es analizar los niveles de aglomeración y especialización en la economía valenciana. Ambos términos se suelen englobar en el análisis de la concentración espacial de la industria, pero obedecen a conceptos diferentes que deben ser matizados. ¾ La aglomeración mide el grado de concentración geográfica de una determinada industria que se encuentra por encima de la concentración industrial esperada. ¾ La especialización mide el mayor o menor peso de una actividad en un territorio concreto respecto a la media del conjunto de los territorios. Como señalan Costa y Viladecans (1999) “podría darse el caso que la concentración geográfica disminuyera (se distribuyera más homogéneamente en el territorio) y, al mismo tiempo, se incrementara la especialización de determinados territorios en esa actividad.” Una vez aclarados los conceptos, analizaremos detenidamente cada uno de ellos. 4 2.1 Las economías de aglomeración: Se entienden por “economías de aglomeración” las ventajas que surgen por la concentración espacial de población, instituciones y empresas. Estas ventajas pueden venir vía reducción de costos o a través de incrementos de la calidad obtenida. El concepto de aglomeración surge por “la idoneidad de distinguir entre la concentración geográfica, provocada por empresas del mismo sector situadas unas cerca de otras, de la concentración causada por la propia estructura sectorial.” Devereux et al (2004). Así, una única planta monopolística daría unos resultados de concentración geográfica muy elevados pero no podríamos hablar de aglomeración. La economía clásica ya estudiaba el fenómeno de la aglomeración empresarial. Weber (1909) realizó una de las primeras aproximaciones rigurosas al fenómeno de la localización industrial, incidiendo en la proximidad a los recursos naturales y a los mercados como el factor clave que explicaba las aglomeraciones. Marshall (1920) sin menospreciar la importancia de la proximidad a los mercados y a los recursos naturales, se centra en las causas que explican como la aglomeración empresarial provoca rendimientos crecientes en la producción. Para este autor, el sistema productivo de un territorio va más allá de la suma de las producciones individuales de las empresas. En un territorio se producen economías externas a las empresas pero internas al espacio económico. Expresado de otra forma, existen rendimientos crecientes a escala a nivel agregado (en la industria) pero rendimientos constantes para cada empresa (a nivel individual). Estas “externalidades” vendrían provocadas por tres factores: la existencia de un mercado de trabajadores cualificados, la existencia de un conjunto de firmas subsidiarias y, por último, la existencia de un flujo de información entre las empresas. Los supuestos de competencia imperfecta que conlleva la definición de externalidad dificultan, cuando no impiden, el tratamiento de este concepto por parte de la economía neoclásica. No será hasta los años noventa del pasado siglo cuando el concepto de externalidad vuelva al centro del debate académico. Krugman (1991) reclama “la atención de la economía sobre los estudios de localización y a recuperar el concepto de territorio que había sido menospreciado por la economía y apropiado por la geografía”. 5 En esta línea, aparecen numerosos los trabajos centrados en la tipología de las externalidades (Glaeser, 1992; Henderson, 1995; Moomaw, 1998). Aunque más recientemente, los esfuerzos parecen encaminados en determinar la importancia de las externalidades (Cohen y Paul, 2003) o en concretar su ámbito de influencia (Rosenthal y Strange, 2003). En este contexto, han venido apareciendo toda una serie de indicadores estadísticos que van más allá del cálculo de la concentración espacial y que son capaces de cuantificar los niveles de aglomeración. Ellison-Glaeser (1997) proponían uno de los indicadores de aglomeración más populares, a la vez que incidía en la necesidad de no restringir las fuentes de ventaja localizacional al concepto marshalliano de “externalidad”, sino que se hacía necesario ampliarlo al concepto weberiano de “recursos naturales”. Así tanto en el indicador de Ellison-Glaeser como en otros estadísticos similares, los niveles de aglomeración vendrán determinados por la existencia en un territorio de “externalidades”, pero entendiéndolas en un sentido muy amplio que abarca no sólo las ventajas producidas por la localización anterior de empresas del mismo sector, sino también la proximidad a los recursos naturales o a la demanda. Ellison-Glaeser (1999) identifica ventajas naturales en un quinto de los clusters que analiza. Si descartamos éstas “ventajas naturales”, las “economías de aglomeración” estarían basadas o bien en ventajas para la producción o bien en ventajas para la demanda. Las ventajas productivas de la aglomeración han sido las más estudiadas. Henderson (1986) comprobó que las industrias localizadas eran capaces de incrementar la productividad de sus factores. En un clúster se tienen acceso a más y mejores recursos (Tallman et al, 2004) y por ello son llamadas por algunos autores “externalidades basadas en los recursos” (Flyer y Sharer, 2003). Gran parte de la literatura actual recoge casi literalmente la definición Marshalliana de economías externas y la hacen coincidir con las denominadas economías de localización. Así, O’Sullivan (2000) afirma que “las economías de localización son atribuibles a tres causas: las economías de escala en la producción de inputs, la existencia de un mercado de trabajo y los knowledge spillovers.” 6 Los estudios sobre las economías de aglomeración aplicadas a la producción han estado centrados casi exclusivamente en los sectores manufactureros, ya que es difícil constatar su presencia en sectores de servicios (Canina y Enz, 2005). Ahora bien, existen toda una serie de ventajas de la aglomeración basadas en la demanda. Esta idea ya estaba presente en la obra de Marshall, que opinaba que las aglomeraciones permitían al consumidor aprovechar las economías que supone el reducir los costes de búsqueda. Esta ventaja es especialmente importante en las industrias con un alto grado de heterogeneidad en sus productos ya que estos requieren búsquedas costosas para el consumidor (Fisher y Harrington, 1996). Las aglomeraciones permiten al consumidor disponer y evaluar una gran variedad de ofertas sin salir de un área. Estas economías de aglomeración basadas en la demanda son especialmente importantes en los sectores de servicios ya que la localización es una parte intrínseca del servicio ofrecido. Cuando una empresa invierte en hacer más atractiva una localización, el resto de empresas situadas en su proximidad pueden beneficiarse, lo que implica una externalidad. Las empresas localizadas en una aglomeración se benefician de las diferenciaciones de sus competidores sin tener que realizar inversiones en diferenciación ellas mismas. Ahora bien, así como en la industria se viene cuantificando la importancia de las economías externas en la localización, en los servicios se detecta la falta de un análisis cuantitativo que determine los niveles de aglomeración existentes, así como la importancia (o no) de las economías externas, entendiendo éstas en un sentido amplio. 2.2 Los niveles de especialización Las economías de aglomeración justifican la existencia de territorios especializados. Existen diferentes aproximaciones al fenómeno de la especialización (los distritos industriales, el mileu innovador....) pero, sin duda, el concepto más popular y estudiado es el de Cluster. Según una de las múltiples definiciones de Porter (1998,a): “Un cluster es una concentración geográfica de empresas interrelacionadas, proveedores especializados, servicios empresariales, empresas de sectores próximos e instituciones asociadas (por 7 ejemplo universidades, agencias gubernamentales, asociaciones empresariales…) en actividades productivas específicas que compiten pero también cooperan”. El cluster se ha convertido en un concepto muy popular tanto en la literatura académica como entre los diferentes agentes económicos. La vaguedad y variedad del concepto de Clúster lo ha dotado de una sencillez y una flexibilidad que explican buena parte de su popularidad, pero que también ha centrado buena parte de las críticas, ya que implica una importante confusión conceptual y empírica (Martin y Sunley, 2003). El concepto de clúster se ha venido utilizando principalmente en las industrias manufactureras y tecnológicas, sin embargo existen pocos estudios que relacionen los sectores de servicios con aspectos de política regional y/o clusters (Xiao y Smith, 2006; Berg et al, 2001). No obstante en la misma obra de Porter existen referencias a los clústers turísticos (1998,b). Un primer paso en el estudio de los clústers turísticos pasa por su localización geográfica. Lo que en la literatura anglosajona se conoce como “cluster mapping” y que vendría en la línea de lo propuesto por Brenner (2006) “identificar las regiones en las que se encuentran localizadas las aglomeraciones de cada sector”. O’donogue y Gleave (2004) señalan que la manifestación esencial de todo clúster es su aglomeración en el espacio. Ahora bien, estas aglomeraciones deben constituir “localizaciones excepcionales”. Buena parte de la literatura ha localizado los clusters a partir de estadísticos de especialización, sobretodo a través del Coeficiente de Localización. En todo caso, recientemente han aparecido nuevas técnicas estadísticas que permiten mejorar los clusters mappings. Como suele ser habitual estas técnicas están siendo especialmente utilizadas para la localización de clusters industriales, despreciando la posible existencia de clústers de servicios. 3-Metodología Este trabajo plantea un doble objetivo: por una parte determinar y cuantificar el papel de las economías de aglomeración en las diferentes industrias, por otra parte, localizar objetivamente la existencia de clústeres en la Comunidad Valenciana. 8 Estos objetivos exigen una metodología cuantitativa basada en la utilización de índices estadísticos de aglomeración y especialización. En este ámbito, han aparecido en los últimos años toda una serie de estadísticos (Ellison-Glaeser, 1997; Maurel-Sedillot, 1999, O’Donoghue y Gleave, 2004 o Fingleton et al, 2002) que aportan importantes ventajas sobre los utilizados tradicionalmente para el estudio de la concentración y localización geográfica. 3.1 El indicador de la aglomeración: el índice de Ellison-Glaeser. La aglomeración mide el grado de concentración geográfica de una determinada industria que se encuentra por encima de la concentración industrial esperada. La manera tradicional de medir los niveles de concentración geográfica en una industria es a través del índice de Gini. El problema del índice de Gini es que sabemos que gran parte de la concentración detectada viene provocada por la concentración de la producción en unas pocas empresas, es decir por la existencia de economías de escala internas a las empresas, lo que puede explicar gran parte de la concentración geográfica pero no puede ser considerado como fruto de la existencia de economías externas de aglomeración. Ellison-Glaeser (97) propusieron un índice de concentración geográfica que hacía posible controlar las economías de escala internas a las empresas. Se elabora un modelo donde el exceso de concentración geográfica vendría provocado por la existencia de economías externas de aglomeración. El índice E-G nos indica el exceso de concentración geográfica que sería superior al detectado si la decisión de localización se tomara aleatoriamente, en otras palabras, sin tener en cuenta las características del territorio. El índice de Ellison-Glaeser se calculará: (1) ∑(S I − X I ) −H 1− ∑ X 2 2 γ E −G = 1− H Donde SI es el porcentaje del empleo del sector industrial estudiado que contiene el territorio I, XI es el porcentaje del empleo industrial que contiene I y H es el índice de Herfindahl del sector. 9 Con la excepción del Herfindahl, los datos empleados para la obtención de los índices provienen de los censos de 1991 y 2001. Esta base de datos ofrece para cada municipio español mayor de mil habitantes el número total de trabajadores residentes y el número de trabajadores en cada uno de los veintiocho sectores en que la presente base de datos divide la actividad económica y que se basa en la clasificación CNAE-2 (de la cual se han excluido aquellos sectores que no aportaban información relevante). La ventaja de esta base es que permite obtener unos datos de gran fiabilidad a nivel municipal, lo que facilita las agrupaciones geográficas que se han creído oportunas. Para el cálculo del índice de Ellison-Glaeser es necesario el cálculo de un índice de Herfindahl que nos dará una medida de cómo está concentrada la mano de obra de una industria (i) entre los k establecimientos que existen en el territorio (j) El índice de Herfindahl se calcula a través de la siguiente expresión: (2) H =∑ ( K Lik 2 ) Li El problema es que para el cálculo de esta expresión necesitamos información sobre el número de trabajadores en cada uno de los k establecimientos de cada sector i. Esta información tan detallada es imposible de encontrar (obviamente el Censo no proporciona el número de trabajadores para cada empresa individual), por tanto procedemos a realizar una aproximación conforme al trabajo de Schmalense (1977). La Base de Datos utilizada para calcular el Herfindahl se denomina “Empresas y Trabajadores según tamaño, por sector y rama de actividad (1)” y proviene del Registro de la Seguridad Social. En esta base aparecen el número de trabajadores y el número de empresas de cada sector, en total y para cada uno de los nueve tramos en que la base de datos descompone el total (1-2 trabajadores ; 3-5 ; 6-9 ; 10-25 ; 26-49 ; 50-249 ; 249499 ; 500-999 ; 1000 y más trabajadores) . Obtendremos una aproximación al Herfindahl, a través de: (3) 10 Lik * N * ik H = ∑ ∑ L k * ik * 2 N ik * Lik * = ∑ k* ∑ * L * k ik 2 1 N * ik Donde N es el número de establecimientos y K* es cada uno de los nueve tramos. 3.2 El indicador de especialización: El Coeficiente de Localización Estándar (SLQ) La especialización mide el mayor o menor peso de una actividad en un territorio concreto, respecto a la media del conjunto de los territorios. La manera tradicional de calcular la especialización de un territorio (también llamada concentración relativa) es a través del índice de localización (LQ) o índice de Hoover-Balassa. LQ mide el ratio entre el porcentaje local y nacional de trabajo atribuible a un sector. (4) Eij E ij E E in j LQ = o también LQ = Ein Ej En En Donde Eij es el número de trabajadores en la industria i en la region j; Ej es el total de trabajadores en la region j; Ein es el número de trabajadores nacionales en la industria i; y En es el número de trabajadores nacionales. En nuestro trabajo, hemos comparado el porcentaje de trabajadores de cada industria en cada comarca (o Mercado Local de Trabajo) con el porcentaje de trabajadores de esa industria en el conjunto de la Comuniad Valenciana. (5) 11 Cuando en un área el porcentaje de gente empleada en una industria es igual a la media de esa misma industria, el LQ es igual a 1. De la misma manera, una industria está sobre representada en una región si LQ>1 y sub representada si LQ<1. Las áreas con una LQ elevada pueden ser sospechosas de constituir un clúster o un distrito industrial. El problema del LQ es que obliga a establecer un punto de corte arbitrario, a partir del cual consideramos la posibilitad que exista un clúster1. O’Doneghue y Gleave (2004) tratan de solucionar este problema proponiendo el SLQ (Coeficiente de Localización Standard), que identifica aquellas localizaciones que presentan concentraciones excepcionales, o sea residuos estadísticamente excepcionales a un 5% de confianza. Para calcular los SLQ: 1- Calcular los valores LQ para la industria al nivel sectorial y geográfico deseado. 2- Comprobar que los valores LQ se distribuyen como una normal (utilizando para este propósito el test de Kolmogorov-Smirnov de normalidad). En caso que no cumpla con este propósito se transformarán los valores LQ logarítmicamente. 3- Convertir los LQ transformados logarítmicamente en valores Z. A continuación, identificar aquellas localizaciones que presentan concentraciones o aglomeraciones excepcionales a través del examen de los valores residuales. Se considera un valor como “excepcional” si el valor residual está por encima de ”1’96”. Este corte no es arbitrario porque representa un nivel de significación estadística del 5%. 4- Resultados El cálculo y análisis de los estadísticos descritos en el apartado anterior se ha realizado sobre los Mercados Locales de Trabajo de la Comunidad Valenciana (en adelante MLL). Lo habitual en este tipo de trabajos es utilizar la comarca como referencia geográfica, pero hay que tener en cuenta que la comarcalización de la Comunidad Valenciana responde a un consenso político y que la realidad económica de muchas de las comarcas es más que discutible desde un punto de vista económico (en especial la división comarcal de los territorios vecinos a Valencia). Así, pues, resulta interesante 1 Miller (2001) identifica clústers a partir de un valor superior a 1’25, mientras que Malmberg y Markell (2002) los identifican por encima de 3 12 realizar el estudio sobre una segmentación geográfica alternativa, que se ajuste más a la realidad económica del territorio y que utilice criterios funcionales. En este trabajo se ha optado por la división en Mercados Laborales Locales de la Comunidad Valenciana, realizada por J.M. Casado (2000)2. 4.1 Análisis de Aglomeración: cuantificación de la importancia de las externalidades. El primero de los objetivos planteados consistía en determinar y cuantificar el papel de las economías de aglomeración en los diferentes sectores disponibles. Este objetivo se concretaba en la validación de una primera hipótesis: “Las economías de aglomeración juegan un papel activo en la localización de los diferentes sectores”, lo que hace necesario cuantificar y valorar los niveles de aglomeración a través del índice de Ellison-Glaeser. Tras realizar una agrupación de los municipios de la Comunidad Valenciana en Mercados Locales de Trabajo, se han calculado los niveles de aglomeración de cada industria a través del índice de Ellison-Glaeser. Los resultados pueden consultarse en la siguiente tabla. Tabla 1. Resultados Secto Herfinda ÍNDICE r hl E_G H γ E-G 15 Industrias de productos alimentarios y bebidas 0,00102 0,07681 17 Industria textil y de la confección 0,00067 0,10481 19 Calzado, Preparación, peletería y acabado de cuero; 0,00091 0,42272 fabricación de artículos de marroquinería y viaje; 2 El empleo de Mercados Locales de Trabajo para identificar Distritos Industriales también ha estado utilizado en España por Boix y Galletto (2006) y en Italia por ISTAT (2006) 13 artículos de guarnicionería. 20 21 Industria de la madera y el cuero. Excepto muebles, cestilleria y espartería. Industrias: papel, artes graficas, edición y reproducción de soportes grabados (vídeo, sonido, etc) 0,00074 0,01119 0,00096 0,00820 24 Industria química 0,00259 0,01953 25 Fabricación de productos de caucho y materias plásticas 0,00770 0,02238 26 Fabricación de otros productos minerales no metálicos 0,00157 0,0596 27 Metalurgia 0,01105 0,07630 0,00034 0,02358 0,00245 0,01153 0,01103 0,12572 0,00440 0,16473 0,01731 0,11294 28 29 30 31 34 Fabricación de productos metálicos, excepto maquinaria y equipo Industria de la construcción de maquinaria y equipo mecánico Fabricación de maquinas de oficina, material informático y electrónico. Fabricación de maquinaria y material eléctrico Fabricación de vehículos de motor, remolques y semiremolques 35 Fabricación de otro material de transporte 0,03935 0,04427 36 Fabricación de muebles y otras industrias manufactureras 0,00050 0,02828 45 Construcción 0,00014 0,00283 0,00048 0,00132 0,00023 0,00643 50 51 Venta, mantenimiento y reparación de vehículos a motor, gasolineras Comercio al por mayor e intermediarios de comercio, 14 excepto vehículos a motor 52 Comercio al detalle y reparaciones de efectos personales y enseres domésticos 0,00148 0,00147 55 Hostelería 0,00042 0,01522 60 Transporte terrestre y transporte por tuberías 0,00267 0,01189 61 transporte marítimo y por vías de navegación interiores 0,15961 0,00963 0,00906 0,02183 0,00663 0,01133 63 Actividades anexas a los transportes; actividades de agencias de viaje Instituciones financieras (bancos, cajas de ahorro y otros 65 intermediarios financieros), seguros (excepto seguros sociales obligatorios) 70 Actividades inmobiliarias 0,00038 0,01983 72 Actividades informáticas y de Investigación y Desarrollo 0,00371 0,04500 74 Otras actividades empresariales 0,00092 0,02309 Fuente: Elaboración propia. Según los criterios de Ellison-Glaeser consideramos un sector como poco concentrado cuando γE-G<0’02, moderadamente concentrado si 0’02<γE-G<0’05 y muy concentrado cuando γE-G>0’05. La media del indicador (γE-G=0’052) parece mostrar la importancia de las externalidades en la localización de las diferentes industrias, sin embargo los resultados son demasiado heterogéneos para generalizar esta afirmación. De hecho, en los sectores industriales sí encontramos niveles de aglomeración moderada (4) o elevada (8) en tres cuartas partes de los sectores analizados (16). Gráfico 1. Aglomeración económica en los MLL medida con el índice de E-G para los sectores industriales 15 Fuente: Elaboración propia. En cambio, en los sectores de servicios las externalidades parecen jugar un papel menos importante en su localización, ya que, de doce sectores analizados, ninguno presenta concentración elevada y tan solo tres concentración moderada. Gráfico 5. Aglomeración económica en los MLL medida con el índice de E-G para los sectores de servicios. Fuente: Elaboración propia. En cuanto a los sectores industriales, se han dividido en función de su intensidad tecnológica (siguiendo la clasificación de Myro y Gandoy (2003) que pueda consultarse en el apéndice. Las medias del indicador de Ellison-Glaeser son: Media de γE-G Sectores con intensidad tecnológica alta 0’145 16 Sectores de intensidad tecnológica 0’052 moderada Sectores de intensidad tecnológica escasa 0’090 Cabe señalar que todos los sectores con tecnología elevada tienen unos niveles de aglomeración muy elevados; en cuanto a los sectores tradicionales o de tecnología baja, cinco presentan concentración elevada, dos moderada y dos escasa. 4.2 Análisis de especialización: localización de las externalidades. Una vez se han calculado y analizado los niveles de aglomeración, se procede al análisis de los niveles de especialización de cada territorio. Para ello, se ha calculado el Coeficiente de Localización Standard de cada mercado de trabajo y se ha representado en un mapa de posibles clusters en la Comunidad Valenciana (es imposible adaptar el mapa a la exigencia de 1 MB para subir el trabajo, por lo que se ha eliminado de esta versión del trabajo y será presentado en el congreso, en cualquier caso, se procede a su explicación). Mapa 1. Al analizar los SLQ para los Mercados Locales de Trabajo destacamos: 1- En el sector 17 (textil), se localizan los Clusters de Alcoi y de Ontinyent. 2- En el sector 24 (industria química) y en el 26 (otros productos minerales no metálicos) destaca el MLL de Onda. Estos resultados eran de esperar en el sector 26 porque este sector engloba el sector azulejero. Menos previsible es la concentración detectada en el sector 24 (química), pero hay que recordar la estrecha relación entre la industria química y la azulejera, lo nos indica la dificultad de realizar análisis sobre clusters con las clasificaciones sectoriales “oficiales”. Como señala Porter (2000) “igualar un clúster con una única 17 industria nos hace perder las cruciales interconexiones con otras industrias e instituciones que afectan significativamente a la competitividad.” 3- En el MLL de Valencia aparecen dos Clusters: uno relacionado con “la maquinaria y el material eléctrico” (sector 30) y otro relacionado con “el transporte marítimo” (sector 61). El 61 es un ejemplo de Cluster aparecido no por externalidades sino por la existencia de unas condiciones naturales o de unas infraestructuras (en este caso el puerto) que provocan una concentración muy alta del sector. Otro caso diferente es el de sector 30 (maquinaria y material eléctrico) que sí es un típico sector que presenta externalidades interindustriales (o tipo Jacobs) y que por lo tanto presenta una tendencia a localizarse en las poblaciones más grandes. Relacionado también con las economías de urbanización o interindustriales destaca la elevada concentración en Alicante de los sector 65 (Instituciones Financieras y de Seguros). 4- En el sector 55 (hostelería) destaca claramente el MLL de Benidorm. Este MLL, que engloba buena parte de los principales destinos turísticos de la Costa Blanca, ofrece una espectacular oferta hostelera que se refleja en el estadístico. 5- También relacionado con el turismo a la Costa Blanca aparece la concentración en Torrevieja y Dénia de la actividad inmobiliaria (sector 70). De los ocho clústers detectados, cuatro corresponden a sectores industriales y cuatro a sectores servicios (Hostelería, Instituciones Financieras, Immobiliarias y Transporte Marítimo). De los cuatro sectores industriales, dos son tradicionales y coinciden con los dos clusters valencianos más estudiados (el textil de la zona Alcoi-Ontinyent y la cerámica de Castellón) y los otros dos corresponden a un sector industrial de tecnología media muy interconectado con la industria cerámica (la química) y otro a un sector industrial de tecnología avanzada (maquinaria y material eléctrico) 5- Conclusión: El trabajo planteaba la validación de dos hipótesis: la primera es que “Las economías de aglomeración juegan un papel activo en la localización de los diferentes sectores económicos”. Para verificarla se hacía necesario cuantificar y valorar los niveles de 18 aglomeración sectorial en cada uno de los sectores, a través del índice de aglomeración de Ellison y Glaeser. Los resultados para cada uno de los veintiocho sectores pueden ser consultados en la tabla uno pero cabría destacar dos conclusiones del análisis de dichos resultados. El primero es que, por término medio, la aglomeración es elevada ( E-G=0’052). Este resultado nos permitiría validar la hipótesis planteada, ya que, por término medio, las economías de aglomeración juegan un papel importante en la localización de los distintos sectores. Ahora bien, también cabría destacar una segunda conclusión: la heterogeneidad de los resultados no permite generalizar esta hipótesis, en trece de los veintiocho sectores analizados los niveles de aglomeración son escasos. La literatura sobre externalidades y aglomeración suele estar centrada en los sectores industriales. La literatura suele identificar el concepto de externalidad con la acepción marshalliana del término, lo que algunos autores denominan “externalidades basadas en los recursos” o “externalidades de oferta”. En cambio, muchos autores afirman que las externalidades también pueden ser de “demanda” y estas no se circunscribirían exclusivamente a la industria, sino que afectarían más a los “servicios”. Los resultados de nuestro trabajo confirman la preeminencia de las externalidades en los sectores industriales frente a los sectores de servicios, ahora bien, también muestran que éstas no son exclusivas de la industria y que juegan un papel, aunque notablemente inferior, en algunos sectores de servicios. Un análisis pormenorizado confirma que las externalidades juegan un papel importante en la mitad de los sectores industriales analizados. Si los sectores industriales sr dividen en función de su intensidad tecnológica, encontramos que la aglomeración es especialmente importante en aquellos sectores con una intensidad tecnológica elevada y, en menor medida, en los sectores tradicionales, o de intensidad tecnológica escasa. Respecto a los sectores de servicios encontramos aglomeración moderada en tres de los doce sectores analizados, el resto serán de aglomeración escasa. Una vez validada y analizada la primera hipótesis, pasamos a analizar la segunda: Las economías de aglomeración provocan la existencia de Distritos Industriales o clústers. Para verificarla ha sido necesario analizar los niveles de especialización sectorial de cada uno de los Mercados Locales de Trabajo de la Comunidad Valenciana, siguiendo 19 la línea de O’Donogue y Gleave (2001) de considerar que la manifestación esencial de todo clúster es su aglomeración en el espacio. Este análisis se realiza a través del Coeficiente de Localización Estándar. Se ha obtenido un Cluster mapping de la Comunidad Valenciana, donde aparecen ocho clústers (cuatro industriales y cuatro de servicios). En los clústers industriales encontramos dos de los más estudiados por la literatura (el textil de la zona AlcoiOntinyent y la cerámica de Castellón), estos obedecen al patrón tradicional del distrito industrial y han sido objeto de una amplia literatura ( Albors et al, 2008; Molina, 2002; Flor y Oltra, 2005; Golf et al, 2004…). En cambio, en Valencia aparecen concentraciones de otras industrias más avanzadas tecnológicamente (como la fabricación de maquinaria o de material electrónico) que obedecerían a un tipo de externalidades de tipo intraindustrial o tipo Jacobs. También cabe destacar la existencia de importantes aglomeraciones en cuatro sectores servicios (la hostelería, el sector immobiliario, el transporte marítimo y las instituciones financieras). Como conclusión, el presente trabajo ha permitido confirmar la importancia de las externalidades en buena parte de la economía valenciana, a través de su cuantificación y localización en el territorio. Si bien es cierto que buena parte de estas aglomeraciones se dan en los llamados sectores tradicionales (textil y cerámica), la presencia de externalidades y aglomeraciones en sectores de tecnología alta y de servicios no es nada desdeñable y hace recomendable, tanto a los responsables políticos como a los investigadores, no desdeñar el papel y la importancia del territorio en estos sectores. Bibliografía: Albors, J, Hervas, J.L.,Márquez, P (2008): “When technology innovation is not enough, new competitive paradigms, revisiting the Spanish ceramic tile sector”. International Journal of Technology Management (IJTM) Volume 44 - Issue 3/4. PP 406-426 Avnimelech G y Teubal M (2004): “Venture capital start-up co-evolution and the emergence & development of Israel's new high tech cluster” Economics of Innovation and New Technology. Vol 13. Issue 1. Pp 33-60. 20 Berg L, Van Den, Braun, E. y Windem, W (2001): “Growth Clusters in European Cities: an integral approach”. 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