Rafael Mendoza Poemas

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Rafael Mendoza
Poemas
Con el alma a media hasta
Decido
No volver a llorar
Pues ya no puedo.
Propongo
No volver a reír
Pues no me sirve
Deploro
No poder ya gritar
Pues no hay oídos.
Lamento
No llegar a morir
Porque estoy muerto.
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Secreto profesional
Cuando me maten
Todo seguirá igual:
Las calles con sus hormigas
Los árboles con sus troncos meados
Las aves con su pedrada en el costado
Los cafés con sus narcisos
Los postes con su propaganda
Los ríos con sus cadáveres
Los libros con su capa de polvo.
Pero un día caerán otros
Y otros
Y otros más
Y cuando ya seamos muchos los caídos
Alguien dirá que las cosas deben cambiar
Y caerá también.
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Las flores de cedro
Ha soltado sus flores el cedro de enfrente.
Son flores muy duras y oscuras
Como la suerte de mi país.
Y no tienen aroma.
Como si prefirieran reservar su fragancia
Para tiempos mejores.
Unas caen en los patios de las casas;
Otras, en los tejados, en los aleros.
La mayor parte se pierde en la calle.
Los niños pobres de los suburbios
Recogen las que pueden cuando pasan a la escuela
Y mientras suben la empinada cuesta
Van arrancando pétalos…
Uno… dos… tres… cuatro… cinco…
Luego le dan un puntapié a lo que queda.
Yo me quedo muy triste
Al ver los pétalos regados
Pensando en lo que harán cuando le arranquen
El último a mi país.
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Naturaleza muerta
La gente se detiene a ver
Televisores en los escaparates
A comprar golosinas
O a matar el tiempo
Mientras los oradores
Desde el monumento a la libertad
Se esfuerzan en explicar
Los problemas nacionales.
Después la gente va a sus casas
A comer y a comentar
Lo que se puede hacer
Con los problemas nacionales
Mientras en las suyas
Los oradores se apoltronan
Frente a sus televisores
Satisfechos de la jornada.
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Libertad de pensamiento
En aquel tiempo el Galileo entraba en su burro
A la historia de los grandes pensadores,
Mientras Calígula pensaba convertir a su corcel en Cónsul.
Después el pensamiento anduvo sobre ruedas,
Llevándose de encuentro a otros cristos,
A las brujas inventoras de kábalas y sortilegios contra malos
Pensamientos,
A los descubridores de la fórmula “libertad, igualdad y fraternidad”,
A los independentistas que no pensaron en que el tiro les iba
A salir por la culata,
A los seguidores del Tío Carlos
Y a tantos otros que pensaban que la luna no era queso
Ni la dignidad un estropajo para mantener botas pulidas.
Para gozar la libertad de pensamiento
No deberás pensar en la libertad;
Debes pensar en la bandera y el himno nacionales,
En la estatua de la libertad
Y que en el paraíso hay graneros suficientes
Para mantenerte después.
Debes pensar seriamente en que tus hijos no piensen mucho,
En que si nada tienes nada puedes perder,
En que si no tienes empleo te sobra tiempo para pensar,
En que el tiempo pasa indefectiblemente
Y en que después de muerto ya no pensarás.
En lo demás no pienses.
No te corresponde.
Profundos pensadores elaboraron
Una Constitución Política
Para asegurar sus destinos en su patria.
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Libertad de conciencia
Que una conciencia sea libre o no,
Depende de la dirección del viento.
A eso se debe que existan demasiadas conciencias
Con vocación de veletas,
Sobre todo en esas situaciones
Que determinan una estabilidad económica
Según soplen los vientos en cada Dirección Administrativa.
Los casos más interesantes de conciencias subyugadas
Pueden hallarse en los lugares en que abunda
La concientización armamentista,
Cuyos miembros difieren de otros, concientizados
Pero privador de armas.
En esta forma
Podemos tener conciencia de lo que significa
La libertad de conciencia,
Cuando un Estado,
Enajenado por su inconciencia,
Consiente la enajenación
De la conciencia nacional.
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Confesiones a Marcia
Primera parte
Pequeñeces dichas a veces
I
Marcia,
Te digo,
Que tenemos diez años de amarnos
Y ver la mesa en el hogar
Servida;
Que muchos
Por no tener mesa
Han perdido la fe en el amor…
(Parque Cuscatlán, 1967)
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II
Marcia, te digo:
Tú jamás entenderás
Por qué comparto el corazón entre Marcia
Y los demás
Que nadie llama a compartir…
(Bajo el monumento a la Revolución, 1966)
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III
A veces parezco un viejo perro enfermo.
Siento que es la patria un gran solar
Donde no quedan huesos que roer…
(Café Latino, 1967)
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IV
Tus ojos me recuerdan
Al cristo negro de Esquipulas
Porque tienen el sabor
De aquellos azucarones envueltos
En hojas de mazorca pintadas
Que traía mi tía cada vez
Que regresaba de peregrinar…
(Primera noche, 1966)
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V
Hay en Atecozoli
Aguas que bajan con aromas
Frescos de hojarasca
Y quejidos de campesinos
Muertos allí el 32.
(Sala de Cirugía del tórax, Hospital Rosales, 1967)
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VI
A veces me preguntas por qué me quieres tanto.
Será porque ninguno te ha enseñado
Como se entregan flores sin cortarlas,
O porque nunca oíste a nadie
Decir adiós a un perro,
O porque siempre arruino los relojes,
O tropiezo en las aceras y temes me atropellen,
O porque en vez de hacer castillos
Hago ranchos en la arena,
O porque te das cuenta que me vuelvo cuerdo
Al oírte decir que no te explicas
Por qué me quieres tanto.
(En el baño).
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Segunda parte
Poemas desde la cama
I
Cuesta mucho esta forma de instalarse.
Parecemos bandidos de TV
Que deben cuidarse de la policía.
Dentro de unos años,
Cuando mis confesiones sean leídas públicamente
En las Academias Naturalistas,
Nadie querrá creer lo que luchamos por incendiar
Estos momentos.
Cuando eso, te levantarán una estatua
Con una placa de piedra lunar que dirá:
“MARCIA
LA AMIGA HORIZONTAL
DE UN CONFESOR DESCONOCIDO”.
Bajo ella llorará tu madre cada tarde
Y rezará novenas por tu alma.
Al cumplir las niñas los quince años
Quemarán hierbabuena a tus pies y pedirán
Que las virtudes les sean concedidas.
¡Lástima!
No vivirás para ver las ferias del amor,
Ni tu vida representada en las catedrales,
Ni las reinas “de la pureza”,
Cabalgando desnudas en blancos alazanes.
¡Lástima, Marcia!
¡Lástima!
Pero lo bueno es que los hijos de nuestros enemigos
No tendrán que esconderse para instalar su amor,
Te lo aseguro.
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II
Siempre he querido hablar de ciertas cosas que debes conocer,
Aunque supongo que no las creerás. Por ejemplo,
Los misiles. Han dado misiles a los pueblos.
En todas partes tienen campos llamados “bases”
Donde cabrían cientos de familias pobres.
Si lo vieras. Pueden tirarlos donde quieran
Y hacerlos estallar desde un sillón igual al de tu jefe.
¡Y los pájaros! ¡Se chamuscan cuando estalla un misil!
¡Se evaporan como pequeños hiroshimas en el aire!
¡Qué decirte de los árboles! ¡Se vuelven
chicharrón vegetal! ¡Si los vieras!
Pero tú no puedes ver nada damita mía.
Tú sólo puedes estar a mi lado para amarme
Y prestarme tu espalda para que pueda
Escribir mis versos desde la cama.
Pero créeme:
No todo es juego de sábanas y corr-que-te-alcanzo.
Con dos o tres misiles nos pueden hacer mierda,
Y sin moverse de la silla.
Y tú preocupada por una gripa. Te abates
Porque el 30 por ciento le cayó a los cosméticos,
Y chillas cuando pierdo un botón de la bragueta;
Pero…
¡Si te dieras cuenta
De las cosas que hay afuera!
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III
Advertirás que algunas veces
Evitaré tu cercanía.
La intimidad me corresponde en ocasiones.
En tal sentido difiero de los seres humanos.
A ellos les están reservadas las alturas,
Las flores y los pájaros,
También las naranjas,
Los caramelos
Y las tarjetas de felicitación.
Pero tú debes conocer la timidez de los poetas,
Su vecindad con las babosas,
Con la severidad de los rincones
Del suelo.
Estamos destinados a resistir la gravidez de la naturaleza.
No podemos tener el lujo de escribir
Cartas familiares, por ejemplo,
Y si un ejecutivo alcanza un alto puesto
En equis compañía, de seguro
Que un escritor se queda ciego o se le cae
El diente único que le quedaba para morder tragedias.
Esto te digo
Porque es justo y necesario informarte
Que a veces me siento como aborto
De la creación.
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IV
Desearía que habláramos de amor.
No el que amparamos aquí, cuando libres
De ese niñito gordo que es le mundo, sino el otro
Que adorna la piel de lo excitante.
Hoy no conviene rascar las mismas picaduras.
Basta ya de abordar la bacteriología que usarán en la guerra.
Dejemos ya que tengan paz el papa
Y la papisa que le lustra al buen viejo su bacinica de oro.
Para qué recalcar que la luna está rota.
Y es que nos la pasamos, después de cada round,
Espulgando estupideces de la gente,
Que al ché lo traicionaron
Que fusilaron a tu abuelo
Y no entienden que Cuba es una institutriz.
No, Marcia.
Pongámonos en onda pero en forma distinta.
Dejemos que los periódicos se coman esos platos,
O dejémoslo para otra ocasión,
Para cuando estés con tus días y no podamos irnos a la gloria.
Ahora,
Es conveniente que hablemos del amor.
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V
Haces mal en asustarte cuando te hablo de mi muerte.
No hay razón para que los muslos se te ericen.
Nosotros,
Los malditos,
Estamos condenados a pensar en la muerte.
Así hemos sido todos.
Fíjate en Modigliani.
Amadeo era un joven de pulmones como uvas.
Se le secaron en las noches a vender bocetos
Para que su mujer tomara chocolate por el frío.
¡Si hubieras conocido a Juana!
Cómo hubieras reído al ver la cara de su padre
Cuando la vio llegar una mañana después de haber dormido
Entre pinceles y sábanas manchadas con el pobre amadeo.
¡Qué amantes eran ellos!
Mandaban al carajo la tristeza y se pintaban
Desnudos mutuamente.
El le pidió una vez que se tiraran al Sena porque
“una bella muerte era mejor que vivir tristemente”.
Si hubieras presenciado aquella exposición de sus cuadros
En la galería Berthe Weil. Fue un gran fracaso.
Llegó la policía a exigir que retiraran el desnudo
Que Amadeo pintó de su mujer en la chaisselonge
Porque “un desnudo con pelos era muy indecente”.
¡Ah pendejos!
¡Qué hubieran dado aquellos chafarotes por uno de esos pelos!
Si.
Hay cosas más amargas que la muerte.
Como el hecho que la enciclopedia Espasa
No mencione las obras de Amadeo Modigliani
Y que las grandes obras que pintan los malditos
Sean acaparadas por museos privados.
Ya te lo he dicho, Marcia.
No todo es juego de risa y nalgadas.
Hay cosas muy terribles.
Si hubieras visto al pobre tísico pintando prostitutas
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En un burdel de Niza, para pagar sus curaciones,
Que no lo salvaron de quedar con los ojos trabados
En el hospital de París,
Y todo
Para que los críticos actuales se jacten
De encontrarle angustia a su poesía.
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Canción urbana diurna
Me ven las golondrinas cuando paso
Debajo de su alámbrico hábitat.
Ya me di cuenta de que sienten asco
Por mi canto de grajo cultural.
Ellas saben que lucho por mi alpiste
Y saben que no puedo subsistir
Sin la cadena salarial que salva
A mis polluelos y mi codorniz.
Las golondrinas viven medio-luto
Por la muerte del lírico clisé;
Viven mofándose de todo el mundo
En el verano del refrán aquél.
No me hacen mella sus cagaditas.
En el invierno las pagarán.
Reaccionarios son. Pajarracos
Reaccionarias como su frac.
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Canción urbana nocturna
No es hora de recrearme en un poema.
Tampoco es tiempo de evadir el bulto
Que más pesa. Hay más muertes. Miles llegan
En mala hora al mundo en que me aburro.
¿De qué sirven cuarenta y tantas rondas
que he dado alrededor del mismo ombligo?
En el insomnio bien se filosofa;
Pero hoy, cordura, déjame tranquilo.
Hasta mañana, realidad. No salgas
De madrugada a intoxicar las flores.
Buenas noches. Perdónenme; es la espalda
Me duele el mundo entero. Buenas noches.
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El arte de morir
Uno puede morirse de entusiasmo
De frío en la mirada
De exceso de calor.
Uno puede
Escupir al cielo su desgracia
Y ser aplastado fácilmente
Por media docena de cometas
Visiblemente indignados.
O caerse de sus mitos
Y ensartarse la vida
En cualquier unicornio transeúnte.
Pero no somos uno. Somos muchos.
Y a veces nos morimos de vacío
De tristeza
De muerte nacional.
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Poemas
Por que vos también sos parte
de nuestra crisis nacional
No sé qué andas haciendo
En los tatús de mi alma
Insolentándome lo epicúreo
Fomentando la in disciplina
De mi ortodoxia pasional
Con tu revisionismo erótico.
Como diría tu abuela
“andás jugando con fuego”
y yo aquí como cabro
que no quiere tirar a tu monte
sorteando todas las minas de tu insistencia
queriendo hacerme loco
organizado en la palabra.
Estáte en juicio nena.
Hoy por hoy
Con todo y la espontánea solidaridad
Que ofreces a mi parte en el conflicto
Lo único que me interesa
Es prepararle un buen país
Al pegostío ese que quisiera
Sembrarte en las entrañas.
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(La presente selección y compilación de los textos del poeta Rafael Mendoza, ha sido realizada por André
Cruchaga)
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