TEMA 3. REVOLUCIÓN LIBERAL EN EL - Historia

Anuncio
TEMA 3: REVOLUCIÓN LIBERAL EN EL REINADO DE ISABEL II.
CARLISMO Y GUERRA CIVIL. CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN DEL
ESTADO LIBERAL.
-INTRODUCCIÓN.
1.LA OPOSICIÓN AL SISTEMA LIBERAL: LAS GUERRAS CARLISTAS.
1.1.Las causas del conflicto.
1.2.La Primera Guerra Carlista (1833-1840).
2.ISABEL II: LA ORGANIZACIÓN DEL RÉGIMEN LIBERAL.
2.1.La minoría de edad de Isabel II (1833-1843).
2.1.1.La transición (1833-1835)
2.1.2.La ruptura (1835-1840)
2.1.3.La regencia de Espartero (1840-1843)
2.2.La mayoría de edad de Isabel II (1843-1868).
2.2.1.La Década Moderada (1844-1854)
2.2.2.El Bienio Progresista (1854-1856)
2.2.3.La alternacia entre los moderados y la Unión Liberal (1856-1868).
1
-INTRODUCCIÓN.
Al morir Fernando VII, las aspiraciones carlistas obligaron a María Cristina a aliarse con los
liberales y se desencadenó una guerra civil. Durante el reinado de Isabel II se construyó y
consolidó el Estado liberal y nacional.
Los liberales se dividieron en progresistas y moderados. En la primera década del reinado,
predominó el proyecto progresista o de izquierda, que desmanteló la legislación del Antiguo
Régimen para crear una sociedad y un Estado nuevos. En la segunda década, la opción política
protagonista fue la moderada o de derecha, que construyó un sistema autoritario y oligárquico. Las
masas nos e incorporaron a este sistema y en el Gobierno no se produjo una alternancia pacífica.
Estas circunstancias condujeron al Sexenio Democrático.
1.LA OPOSICIÓN AL SISTEMA LIBERAL: LAS GUERRAS CARLISTAS.
Los primeros pasos del régimen liberal en España, durante la minoría de edad de Isabel II
(1833-1843), coincidieron con la guerra civil, también llamada Primera Guerra Carlista (18331840). En este conflicto se enfrentaron las fuerzas gubernamentales (isabelinas) y los partidarios del
absolutismo, representado por Carlos María de Isidro. Dicho conflicto rebrotó en dos ocasiones más
a lo largo del siglo XIX.
1.1.Las causas del conflicto.
Las causas de este conflicto fueron las siguientes:
A)La cuestión sucesoria. Se discutía la legitimidad de Isabel para ocupar el trono y la de su madre
para ejercer la regencia. A los partidarios de ambas soberanas se les conoció como isabelinos o
cristinos. El otro bando enfrentado, los carlistas, reivindicaban que Carlos, el hermano de
Fernando VII, debía ser rey de España.
B)El enfrentamiento idelógico. Los carlistas eran enemigos acérrimos del liberalismo. Como
rezaba su divisa “Dios, patria y rey”, defendían el tradicionalismo, el Antiguo Régimen y la
monarquía de origen divino. Reivindicaban, además, el mantenimiento de los fueros y privilegios
tradicionales frente a la política centralizadora del gobierno liberal, es decir, el foralismo(1).
C)Un amplio respaldo social. El apoyo procedía de diversos sectores de la sociedad española:
-Campesinos, especialmente pequeños propietarios que temían convertirse en jornaleros o
arrendatarios de grandes terratenientes.
-Baja nobleza del norte de España, que se sentía amenazada por la desaparición de mayorazgos y
de la exención de impuestos.
-Sectores conservadores de la Iglesia, que eran contrarios a las medidas desmortizadoras y a la
supresión de órdenes religiosas.
-Artesanos de la Meseta norte, que temían la desaparición de los gremios.
-Algunos oficiales del Ejército, descontentos de la evolución del país o de su situación profesional.
-Habitantes de área rurales, puesto que las relaciones de protección y clientelismo estaban muy
arraigadas en estas zonas.
-Residentes en regiones como el País Vasco, Navarra, norte de Cataluña y áreas del este
peninsular y Castilla, que querían salvaguardar sus costumbres, fueros y tradiciones.
Por el contrario, las grandes ciudades apenas apoyaron al carlismo. Tampoco lo hicieron la
burguesía comercial, industrial o financiera, los trabajadores de las ciudades, las altas jerarquías
2
eclesiásticas, la alta nobleza (satisfecha tras la disolución del régimen señorial que le permitía
comprar y vender sus propiedades) y la mayor parte del Ejército.
1.2.La Primera Guerra Carlista (1833-1840).
Desde su inicio, la guerra adquirió dimensiones internacionales:
-Los liberales concertaron la Cuádruple alianza con Francia, Gran Bretaña y Portugal, por la que
se comprometieron a enviar ayuda contra los carlistas en España y contra sus homólogos
portugueses, los miguelistas (2).
-Los carlistas contaron con la ayuda de Rusia, Austria, Prusia, Cerdeña y Nápoles.
Pese a su influencia en la zona, los carlistas nunca consiguieron ocupar las grandes ciudades
vasco-navarras. En 1835 fracasaron ante Bilbao, en cuyo sitio murió Zumalacárregui (coronel
carlista). En 1836 también fueron incapaces de tomar San Sebastián.
Desde 1836 el carlismo logró su máxima expansión, fruto de una nueva estrategia de
extender el conflicto fuera de sus bases tradicionales mediante la fórmula de las expediciones: la
Expedición Gómez (1836) y la Expedición Real (1837) dirigida personalmente por don Carlos. En
esta etapa fracasó de nuevo el proyecto de conquistar Bilbao gracias a la victoria (en el puente de
Luchana, Bilbao en diciembre de 1836) del general isabelino Baldomero Espartero, que se
convirtió en ídolo militar y popular.
El ejército gubernamental, liderado por Espartero, pasó a la ofensiva. El 31 de agosto de
1839 los generales Rafael Maroto (jefe supremo de las tropas carlistas) y Espartero firmaron el
Convenio de Vergara, que fue sellado simbólicamente con el abrazo entre Maroto y Espartero.
Este acuerdo puso fin a la guerra en Navarra y País Vasco. Los liberales se comprometían a debatir
en Cortes el mantenimiento del régimen foral y a integrar a los oficiales carlistas en el Ejército.
Carlos María Isidro, contrario al pacto se exilió a Francia.
El carlismo continuó su actividad en Cataluña y, sobre todo, en el Maestrazgo, al mando del
general Cabrera, hasta que los liberales tomaron Morella en 1840. En julio de 1840, los últimos
combatientes carlistas se vieron obligados a cruzar los Pirineos con destino a Francia.
Pese a lo acordado en Vergara, el Gobierno liberal solo respetó parcialmente los privilegios
forales.
El carlismo se mantuvo militarmente activo a lo largo del siglo XIX, reivindicando en
particular el mantenimiento de los fueros y provocando otros dos conflictos más: la Segunda
Guerra Carlista (1846-1849) y la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
2.ISABEL II: LA ORGANIZACIÓN DEL RÉGIMEN LIBERAL.
Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) se adoptaron medidas legislativas y políticas
destinadas a asentar definitivamente en España el Estado liberal. Este período se divide en dos
grandes estapas:
-La primera (1833-1843) coincidió con la minoría de edad de la reina. Fue necesario, por tanto,
establecer una regencia, ejercida primero por su madre, la reina María Cristina (1833-1840), y
después por el general Espartero (1840-1843).
3
-La segunda (1843-1868) correspondió a la mayoría de edad de Isabel II y terminó con una
revolución que implantó por primera vez la democracia en España mientras los Borbones
marchaban al exilio.
2.1.La minoría de edad de Isabel II (1833-1843).
Los gobiernos liberales desmantelaron el Antiguo Régimen de manera gradual: primero se
desarrolló una fase de transición; a continuación se produjo la rupatura; y finalmente, se implantó
un Gobierno liberal autoritario.
2.1.1.La transición (1833-1835).
La transición entre el Estado absolutista de Fernando VII y el liberal de Isabel II
presentó unos rasgos característicos:
-Estuvo protagonizada por monárquicos reformistas que habían tenido influencia en el reinado
anterior (Francisco Cea Bermúdez y Javier de Burgos) y por liberales moderados de la época del
Trienio (Martínez de la Rosa). Los moderados eran partidarios de combinar el antiguo Estado y los
principios liberales, suprimir las normas económicas del Antiguo Régimen y realizar solo las
reformas políticas imprescindibles.
-El texto jurídico fundamental de esta estapa fue el Estatuto Real (abril de 1834), una “tercera
vía” entre el liberalismo y el absolutismo.
Carácter y contenido Poderes de las Cortes Composición de las Cortes
No
era
una
Constitución, sino una
carta otorgada. En la
práctica,
era
un
reglamento para la
convocatoria de Cortes.
Tenía
carácter
consultivo y no podían
aprobar leyes, aunque sí
hacer peticiones a la
reina.
Dos cámaras: A)Cámara alta o Estamento de
Próceres, formado por un nº ilimitado de
personalidades de la nación (obispos, nobles,
grandes propietarios, intelectuales, altos cargos
de la Administración) nombrados por la reina.
B)Cámara Baja o Estamento de Procuradores,
elegidos por sufragio censitario.
-Se realizaron algunas reformas: el diseño de una división territorial en provincias (Javier de Burgos
en 1833), similar a la existente en la actualidad; liberalización del comercio, la industria y los
transportes; la libertad de imprenta (aunque con censura previa); y el renacimiento de la Milicia
Nacional.
El régimen isabelino fracasó durante esta etapa de transición debido a su intento de
reconciliar absolutismo y liberalismo. Los carlistas tampoco contribuyeron a lograr la estabilidad
política. Por su parte, los progresistas (el ala izquierda de los liberales) promovieron un liberalismo
popular constituido por clases medias y urbanas a través del movimiento de las juntas locales
(1835-1836). Los progresistas solicitaban cambios más radicales. En numerosas ciudades estallaron
también violentas revueltas populares (matanza de frailes en Madrid, en 1834; incendio de la
fábrica textil Bonaplata en Barcelona, en 1835).
2.1.2.La ruptura (1835-1840).
En esta fase, los gobiernos (especialmente los ministros progresistas) impulsaron la
ruptura con el Antiguo Régimen. Las características principales de esta etapa fueron:
-La figura política más representativa fue Juan Álvarez Mendizábal, un liberal exaltado
4
procedente del Trienio Liberal. En estos años fue ministro de Hacienda, dentro de un gobierno
moderado, y después presidente del Consejo de Ministros (1835-1836). Su cese en el Gobierno
provocó un pronunciamiento militar, el de los sargentos de La Granja de San Ildefonso (1836).
-La sublevación de La Granja resultó definitiva para la consolidación de los progresistas y la
ruptura con el Antiguo Régimen, ya que obligó a la reina regente a reimplantar la Constitución de
1812. Esta ley fue reformada dando lugar a la Constitución de 1837, más breve y, en algunos
aspectos, más moderada que la de Cádiz. Aunque la nueva Constitución fue realizada por los
progresistas, intentó dar cabida a las distintas tendencias liberales.
Contenido
Poderes de las Composición de las Cortes
Cortes
En teoría, admitía la soberanía
nacional pero otorgaba a la Corona
un papel mucho mayor que la de
1812. El monarca podía vetar de
forma definitiva las leyes que no
considerase
aceptables.
Se
mantenía la división de poderes de
1812, así como la responsabilidad
de los ministros ante el Parlamento.
También aparecían recogidos los
derechos individuales
En la práctica, se
instituía
un
régimen
de
soberanía
compartida ya que
afirmaba que la
potestad de hacer
leyes descansaba
en las Cortes con
el rey.
Eran bicamerales: A)Una Cámara Alta o
Senado
formada
por
grandes
propietarios; la mitad de sus miembros
era nombrada por el monarca, y la otra
mitad, elegida mediante sufragio
censitario. B)Congreso de los Diputados,
cuyos miembros eran elegidos por
sufragio directo y censitario, aunque más
amplio que el del Estatuto Real. Los
territorios españoles de América no
tenían derecho a la representación en las
Cortes.
-Se retomaron las medidas desamortizadoras del Trienio Liberal. La más importante, promovida por
Mendizábal, fue la desamortización de los bienes del clero regular (1836-1837). El objetivo era
conseguir financiación para sufragar la deuda pública y los gastos de la Primera Guerra Carlista.
Pero además, los terratenientes que adquirieron los bienes desamortizados constituyeron un apoyo
social y político para el régimen isabelino.
En estos mismos años se volvió a decretar la desaparición de los señoríos y mayorazgos (18361837). La desamortización pretendía convertir la propiedad vinculada del Antiguo Régimen en
propiedad libre que pudiera circular en el mercado.
-Otras medidas de liberalización económica fueron la supresión de la Mesta y la disolución de los
gremios.
Los progresistas, sin embargo, tuvieron muchos problemas para consolidarse frente a los
moderados, que, con el apoyo de la reina regente, dominaron los gobiernos entre los años 1837 y
1840. Finalmente, para recuperar el poder, los progresistas tuvieron que recurrir a la insurrección
militar encabezada por un oficial de prestigio, el general Espartero.
2.1.3.La regencia de Espartero (1840-1843)
El general Espartero, convertido en héroe popular tras sus éxitos militares en
Hispanoamérica y en la guerra contra los carlistas, desplazó a la reina María cristina como regente y
respaldó a los progresistas. Se impuso así un régimen de liberalismo autoritario apoyado en el
Ejército, y especialmente, en su grupo de fieles los ayacuchos(3).
El caudillismo militar y el carácter autoritario de este Gobierno suscitó la oposición de
numerosos políticos progresistas. Espartero adquirió tal poder que suscitó la aparición de rivales
5
dentro del Ejército: Juan Prim, Francisco Serrano, Ramón María Narváez y Leopoldo O´Donnell.
Los gobiernos de Espartero retomaron las leyes de Mendizábal que no habían podido
aplicarse, como la desamortización de los bienes del clero secular (desde 1841) o la abolición del
diezmo. Estas medidas suscitaron una fuerte oposición de la Iglesia y del papado.
En materia de política comercial, Espartero intentó firmar un acuerdo de librecambio(4) con
el Reino Unido, lo cual le granjeó dos nuevas enemistades: por un lado, la de Francia, país que se
sentía perjudicado porque el acuerdo daba preferencia a las relaciones comerciales con el Reino
Unido; por otro, la de la industria textil catalana, que reivindicaba un mayor proteccionismo de sus
productos y la imposición de altos aranceles aduaneros que obstaculizaran la importación de tejidos
británicos.
Los moderados protagonizaron sucesivos pronunciamientos, como los de Diego de León,
Leopoldo O´Donnell o Ramón María Narváez que fueron duramente reprimidos. Además, los
obreros y los patronos de Cataluña se enfrentaron abiertamente al Gobierno en una revuelta urbana,
que tuvo lugar en Barcelona (1842). Para acabar con los rebeldes, Espartero sitió y bombardeó la
ciudad, actuación que le restó popularidad.
Finalmente, todos los elementos de oposición convergieron en una insurrección general,
civil y militar, que tuvo lugar entre los meses de mayo y julio de 1843. El general Narváez derrotó a
las tropas gubernamentales en Torrejón de Ardoz. Espartero se exilió al Reino Unido.
2.2.La mayoría de edad de Isabel II (1843-1868)
Durante la mayoría de Isabel II, ya desmantelado el Antiguo régimen, se procedió a la
auténtica construcción del nuevo Estado Liberal.
El protagonismo correspondió a los moderados, que gobernaron durante casi toda la etapa.
No obstante, pueden distinguirse en estos años varias fases: la Década Moderada, el Bienio
Progresista y un período de alternancia entre moderados y liberales de centro.
2.2.1.La Década Moderada (1844-1854)
En 1844 formó gobierno el general Narváez, líder de los moderados. Entre los logros de
esta etapa destacan los siguientes:
-La estabilidad política. Narváez estableció un sistema político estable pero oligárquico(5); el
pueblo apenas estuvo representado, pues primaba el orden sobre la libertad. A menudo, las
Cortes fueron suspendidas mientras el Gobierno falseaba los resultados electorales continuamente;
además se extendió la corrupción administrativa y se marginó totalmente a los progresistas.. Los
moderados consideraban que las reformas políticas y sociales en España ya estaban concluidas y se
mostraban temerosos de la revolución. Esta versión restringida, conservadora y antidemocrática
del liberalismo se conoce como liberalismo doctrinario.
-La Constitución de 1845. Los moderados promovieron la promulgación de una nueva ley
fundamental, la Constitución de 1845, que reforzó los elementos conservadores que ya tenía la de
1837.
6
Contenido
Poderes de las Cortes
Establecimiento del catolicismo Soberanía
compartida
como religión oficial del entre las Cortes y el rey.
Estado; limitaciín de la libertad
de imprenta; aumento del poder
legislativo y político de la
Corona.
Composición de las Cortes
Dos cámaras: a)un Senado formado
por un número ilimitado de
miembros vitalicios de designación
real, en sumayoría aristócratas; b)un
Congreso de diputados elegido por
un
sufragio
censitario
muy
restringido.
-La centralización administrativa y legislativa. Se adoptaron medidas para controlar, desde el
Gobierno, la Administración provincial y local. En las provincias se creó el cargo de gobernador
civil. Además, el Gobierno nombraba a los alcaldes de las ciudades más importantes, y el
gobernador civil, a los del resto de los municipios. Se suprimió la Milicia Nacional (considerada un
nido de progresismo y revolución) y en su lugar se creó la Guardia Civil (1844), un cuerpo militar
encargado del orden público y de la defensa del Estado.
Otras reformas para crear un Estado nacional centralizado fueron la adopción de un solo sistema de
pesos y medidas (el métrico nacional), la regularización para todo el país de la educación pública
(Plan Pidal) y un nuevo Código Penal (1848).
La reforma de Hacienda fue sin duda la reforma tributaria más importante realizada en España
hasta finales del siglo XX mediante la conocida como Ley de Mon-Santillán (1845). La Hacienda
se modernizó, simplificando y racionalizando los impuestos existentes y adaptándolos al nuevo
Estado liberal: se realizó un presupuesto estatal general anual (impuestos directos, que gravaban
las propiedades y el ejercicio de una profesión) y se potenciaron los impuestos indirectos
especialmente los llamados consumos, que se aplicaban a los articulos básicos de consumo y
perjudicaban, sobre todo, a las clases populares.
-El acercamiento a la Iglesia católica. Los moderados suspendieron la venta de bienes nacionales,
es decir, las propiedades del clero que habían sido desamortizadas. Se firmó, además, un acuerdo o
Concordato (1851), por el cual el Estado se comprometía a reservar una parte de su presupuesto
(dotación del culto y clero) para afrontar los gastos eclesiásticos, y compensar de alguna forma a la
Iglesia por la pérdida de los bienes desamortizados y subastados.
El autoritarismo de los gobiernos moderados se fue incrementando en la década de 1850.
Por esta razón, a la oposición de los carlistas y de los progresistas se unió el sector izquierdista de
los moderados (puritanos), más respetuosos con las leyes. A todos ellos se sumó el nuevo Partido
Demócrata (1849), desgajado del ala izquierda del progresismo y que reivindicaban un liberalismo
democrático.
2.2.2.El Bienio Progresista (1854-1856).
La revolución más importante de este período fue la de 1854, provocada por un
pronunciamiento organizado por los moderados de izquierda y protagonizado por las tropas del
general O´Donnell, cuyo propósito era derribar al Gobierno. La sublevación se inició en Vicálvaro
(Madrid). Los insurrectos tuvieron que huir hacia el sur peninsular; en el camino, para atraerse a los
progresistas y a la población civil, proclamaron el Manifiesto de Manzanares el 7 de julio, un
documento que solicitaba la reforma de la Ley Electoral y de Imprenta, la descentralización del
poder estatal y el restablecimiento de la Milicia Nacional. La proclama surtió efecto y la
sublevación comenzó a extenderse por las grandes ciudades, donde se formaron juntas
revolucionarias.
7
El episodio decisivo lo protagonizaron las clases populares, que levantaron barricadas en
Madrid (17-19 ede julio de 1854) en demanda de reformas sociales que superaban el liberalismo
estricto. Tras estos sucesos, Isabel II encargó al general Espartero (al frente de los progresistas)
la formación de un nuevo gobierno; O´Donnell, por su parte, se mantuvo como líder del ala
izquierda de los moderados o vicalvaristas.
En esta etapa colaboraron Espartero y O´Donnell. Durante los dos años de Gobierno
progresista no se alteraron los principios ni el funcionamiento del Estado liberal. El régimen de
Espartero logró detener las reivindicaciones democráticas y populares de la revolución de julio.
Durante el Bienio Progresista se llevaron a cabo diversas actuaciones:
-Restauración de leyes e instituciones. Eran medidas y organismos recuperados de la década de
1830: Ley Electoral, Ley de Imprenta, instituciones de Gobierno local y Milicia Nacional.
-Culminación del proceso desamortizador (1855). Conocido también como desamortización
general, fue promovido por el ministro de Hacienda, Pascual Madoz, y afectó no solo a las
posesiones de la Iglesia, sino también a los bienes de los municipios y del Estado.
-La elaboración de un proyecto de Constitución (1856). Fue llamada nonata (no nacida) porque
no llegó a promulgarse. Era similar a la de 1837.
-Reordenación económica. Se trataba de consolidar un mercado de ámbito nacional e impulsar el
crecimiento con la aprobación de normas como la Ley de Concesiones Ferroviarias (1855) y las
leyes bancarias de 1856, que dieron lugar a la creación del actual Banco de España.
Durante el Bienio Progresista estallaron conflictos sociales en diversas industrias; fueron
huelgas organizadas por sociedades obreras en Barcelona y su entorno. Todas ellas culminaron en la
huelga general de julio de 1855. A este conflicto se unieron motines de subsistencia en 1856
(debido a la carestía de grano en Castilla) que fueron duramente reprimidos. Como consecuencia de
las huelgas y los motines se produjo una crisis en el Gobierno; el general O´Donnell fue el
encargado de acabar con a resistencia armada de la Milicia Nacional, que apoyaba los motines. Tras
estos acontecimientos, los progresistas dejaron de ser el ala izquierda del liberalismo; en adelante, el
ala izquierda sería ocupada por los demócratas. Era el final del Bienio Progresista.
2.2.3.La alternacia entre los moderados y la Unión Liberal (1856-1868).
La pricipal preocupación de los gobiernos liberales en esta etapa fue restaurar el orden; se
produjo, durante algo más de una década, la alternancia en el Gobierno de los moderados y la
Unión Liberal. Los moderados estaban dirigidos por Narváez. Por su parte, la Unión Liberal era un
nuevo partido creado y liderado por O´Donnell, que pretendía ser de centro y aglutinar a los
moderados de izquierda y a los progresistas. Este período se caracterizó por un liberalismo
pragmático y realista que no encontró excesiva oposición por parte de las élites sociales del país. La
etapa presentó los siguientes rasgos:
-La insistencia en el progreso económico como objetivo supremo de la política. Se
incrementaron las inversiones públicas y se llevaron a cabo algunas obras públicas de gran
relevancia como el tendido ferroviario (1856-1866) y el Canal de Isabel II (1858), que bastecería de
agua a Madrid.
-Una política exterior de prestigio. Dirigida a restaurar el papel de España como potencia
8
internacional y a fomentar el nacionalismo en la opinión pública. Esta política se hizo de acuerdo
con los intereses expansionistas de Francia y el Reino Unido, que aportó pocas ventajas a España.
La intervención militar más importante fue la de Marruecos (1859-1860).
-Una política interior basada en los principios moderados de la Constitución de 1845, que, sin
embargo, volvió a fracasar en el intento de lograr la alternancia pacífica en el poder de los distintos
grupos liberales.
Por un lado, los equipos ministeriales eran elegidos según el favor de la reina; para acallar a
la oposición el Gobierno reforzaba la represión. Por otra parte, prosiguieron los grupos que se
consideraban marginados del poder, como los progresistas, que colaboraron con los demócratas.
Las conspiraciones alentadas por progresistas y demócratas no iban dirigidas solo contra el
Gobierno, sino contra la reina misma. Entre estos disturbios destacó la protesta estudiantil
conocida como la Noche de San Daniel (1865) o la sublevación de los sargentos del cuartel de San
Gil (en Madrid,1866).
Finalmente, las distintas fuerzas de oposición al régimen promovieron desde el exilio, un
acuerdo de actuación, el Pacto de Ostende (Bélgica, 1866). Tras la muerte de O´Donnell (1867) y
Narváez (1868), que eran los principales apoyos de la reina, se adherieron al pacto incluso los
unionistas. Por último, la recesión económica de 1866-1868 aumentó el descontento general,
especialmente en el ámbito empresarial y de los negocios. Todos estos factores desencadenaron la
revolución. En 1868, se abrió un nuevo período “El Sexenio Democrático”, que constituyó el
primer intento de establecer en España una democracia en los términos en los que esta era entendida
en el siglo XIX, es decir, basada en el sufragio universal masculino.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------GLOSARIO DEL TEMA 2
(1)Foralismo en el siglo XIX: doctrina política según el cual las regiones debían mantener sus
instituciones de gobierno autónomas, su sistema de justicia propia y la exención fiscal y de quintas
para el servicio militar.
(2)Miguelistas: partidarios portugueses de Miguel I, quien abrió un conflicto sucesorio tras la
muerte de su hermano Pedro I contra la hija de este, María da Gloria.
(3)Ayacuchos: término que designaba al militar que, como Espartero y sus compañeros, había
combatido en las guerras de independencia de las colonias españolas en América. Los ayacuchos
constituyeron un grupo de presión o camarilla encabezada por el propio Espartero. El término hace
referencia a la batalla de Ayacucho (Perú, 1824).
(4)Librecambio: sistema económico basado en la libre circulación de las mercancías entre los
distintos países.
(5)Oligárquico: sisteme en el cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas
que pertenecen a una misma clase social.
9
Se denomina Noche de San Daniel o Noche del Matadero a la del 10 de abril de 1865 en la que la
Guardia Civil, unidades de Infantería y de Caballería del Ejército español reprimieron de forma
sangrienta a los estudiantes de la Universidad Central de Madrid que realizaban una serenata en la
Puerta del Sol de apoyo al rector de la misma, Juan Manuel Montalbán que había sido depuesto tres
días antes por orden del gobierno del Partido Moderado presidido por su líder el general Narváez
por no haber destituido al catedrático Emilio Castelar por haber publicado en el diario La
Democracia los días 21 y 22 de febrero de 1865 dos artículos muy críticos con la reina Isabel II.
Sublevación del cuartel de artillería de San Gil fue un motín contra la reina Isabel II de España
que se produjo el 22 de junio de 1866 en Madrid bajo los auspicios de los partidos progresista y
democrático con la intención de derribar la monarquía. Según Jorge Vilches, la novedad que
presentó la sublevación del cuartel de San Gil fue que "los movimientos revolucionarios hasta 1866
no habían puesto en duda la legitimidad de Isabel II, limitándose a pedir una política o un texto más
liberales, otra Regencia, o un cambio de gobierno", y en cambio "a partir de aquella fecha la
revolución añadía a sus aspiraciones el destronamiento de los Borbones".
La sublevación fracasó pero O'Donnell se encontró en una difícil situación pues varios oficiales
habían resultado muertos por los insurrectos
10
Descargar