Televisión Sin Fronteras y principales acontecimientos

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Bruselas, 5 de febrero de 1997
Televisión Sin Fronteras y principales acontecimientos
(deportivos): Comunicación de la Comisión
Por iniciativa de D. Marcelino Oreja, Comisario responsable de cultura y del sector
audiovisual, la Comisión Europea ha adoptado en el día de hoy una Comunicación
que ofrece un análisis jurídico y económico sustancial de la repercusión de los
derechos exclusivos de retransmisión de los principales acontecimientos
deportivos. La Comisión ha determinado la postura que ha de adoptar en la
próxima fase de conciliación con el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo.
El enfoque adoptado se centra en el ejercicio, y no en la compra, de derechos
exclusivos a fin de garantizar el acceso del público a la retransmisión de
acontecimientos de gran importancia para la sociedad.
En el transcurso del procedimiento de codecisión sobre la revisión de la Directiva
"Televisión Sin Fronteras", que se desarrolló el pasado mes de noviembre, el Parlamento Europeo adoptó por unanimidad, en segunda lectura, una enmienda cuyo
objetivo era garantizar que los telespectadores pudieran seguir teniendo acceso a los
principales acontecimientos deportivos retransmitidos en directo por los canales de
televisión no codificados.
El problema consiste esencialmente en encontrar un justo equilibrio entre las
consideraciones de interés general y el deseo legítimo de los canales de pago y de las
federaciones deportivas, entre otros, de obtener los mayores ingresos posibles.
Los derechos exclusivos sobre los acontecimientos deportivos son un producto
comercial que desempeña un importante papel en el desarrollo del mercado televisivo y
de los propios deportes. Son inherentes a la economía del sistema de teledifusión. La
compra y el ejercicio de derechos exclusivos son, en principio, compatibles con el
sistema jurídico comunitario, siempre y cuando se atengan las disposiciones de los
artículos 85 y 86 del Tratado CE.
EL sector televisivo ha experimentado profundos cambios en los últimos diez años,
derivados sobre todo de la evolución técnica. Se han multiplicado los canales por cable
y por satélite. La llegada de la técnica de transmisión digital y, en particular, la aparición
de paquetes de programas multicanales transmitidos digitalmente por satélite han dado
lugar a un espectacular aumento del número de canales disponibles. Esta evolución ha
conferido una nueva dimensión transnacional a la práctica de la compra y la venta de
derechos sobre los acontecimientos deportivos.
Mientras que, por una parte, el sector de los deportes saca partido de la nueva
dimensión financiera de los derechos exclusivos y los acontecimientos deportivos son
una de las principales fuentes de ingresos de los canales de pago, por otra, el riesgo de
control de los derechos y el escaso nivel de penetración de la televisión de pago han
llevado a plantear las cuestiones de la competencia leal y del acceso del público a la
retransmisión de acontecimientos de gran importancia para la sociedad. Ello ha dado
lugar a una enorme presión política tanto a escala nacional como europea.
Existe un número cada vez mayor de medidas jurídicas, adoptadas a escala nacional,
para garantizar el acceso del público a las retransmisiones televisadas de los principales
acontecimientos. En total, son ocho los Estados miembros que han adoptado medidas
jurídicas que restringen la compra o el ejercicio de derechos exclusivos sobre la transmisión de los principales acontecimientos, y otros tres tienen previsto hacerlo (véase el
Anexo).
En el Derecho comunitario, tales medidas han de examinarse desde dos puntos de
vista: el Derecho de la competencia y la libre prestación de servicios. La enmienda del
Parlamento Europeo a la Directiva "Televisión Sin Fronteras" y la posición propuesta por
el Sr. Oreja se centran en el segundo aspecto, es decir, el Derecho audiovisual.
Dado que la televisión es una de las principales fuentes de información del público, el
ejercicio de derechos exclusivos sobre la transmisión de un acontecimiento de
importancia en un contexto transfronterizo puede perjudicar el derecho de acceso del
público a la información en uno o varios de los países cubiertos por el organismo de
radiodifusión que posea los derechos exclusivos. El derecho del público a la información
se deriva del artículo 10 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y del Derecho derivado.
El "corpus" de Derecho nacional que se está desarrollando, la inseguridad jurídica que
de él se deriva a escala comunitaria y el riesgo de distorsión de los mercados justifican
la adopción de medidas comunitarias de coordinación. Este método es compatible con el
punto de vista expresado por el Parlamento Europeo. Por consiguiente, la Directiva,
cuyo principal objetivo es establecer las condiciones jurídicas necesarias, a escala
comunitaria, para garantizar la libre circulación y la libre prestación de servicios
televisivos, ofrece un marco jurídico adecuado para tratar la cuestión de los principales
acontecimientos.
No obstante, debido a su naturaleza, los acontecimientos de gran importancia no se
prestan a una armonización. No es posible ni deseable armonizar las tradiciones
nacionales. Una lista comunitaria exhaustiva de los acontecimientos de gran importancia
en las sociedades de cada uno de los Estados miembros sería bien demasiado corta
para tener en cuenta las tradiciones nacionales, bien demasiado larga, lo cual impediría
su utilización.
El objetivo de interés general en cuestión es distinto de los demás objetivos de interés
general cubiertos por la Directiva, por ejemplo por las normas sobre publicidad. Por ello
es necesario adoptar un enfoque innovador que se atenga a los principios adquiridos del
mercado común y, al mismo tiempo, tome en consideración el carácter especial de los
acontecimientos de gran importancia.
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Resulta preferible, por una parte, determinar los acontecimientos que revisten gran
importancia para la sociedad en toda la Comunidad y, por otra, establecer las
condiciones marco de acuerdo con las que cada uno de los Estados miembros pueda
determinar los acontecimientos que revisten gran importancia en su territorio.
Cada Estado miembro conservaría la facultad de adoptar las medidas jurídicas
adecuadas para asegurarse de que los derechos exclusivos sobre esos acontecimientos
no fueran utilizados por organismos dependientes de su jurisdicción, privando con ello a
una parte importante del público de ese Estado miembro de la posibilidad de seguir en
directo esos acontecimientos por televisión.
Cada Estado miembro debería conservar, además, la facultad de adoptar ese tipo de
medidas respecto de acontecimientos de gran importancia para la sociedad de ese
Estado miembro. En tal caso, los Estados miembros tendrían la obligación de consultar
a todas las partes interesadas en un plazo razonable antes de la fecha en que se
produjera el acontecimiento (organismos de radiodifusión, federaciones deportivas, etc.).
Los Estados miembros notificarían los proyectos de medidas a la Comisión, que
comprobaría su compatibilidad con el Derecho comunitario y las comunicaría a los
demás Estados miembros. La Comisión podría consultar al Comité de Estados
miembros previsto en la Directiva modificada.
En caso de que un Estado miembro adoptara tales medidas, no estaría permitido a los
organismos de radiodifusión de otros Estados miembros eludir su aplicación. Este
sistema funcionaría a través de un mecanismo por el cual el "Estado emisor" (es decir, el
Estado del que procede la emisión televisada) garantizara que, a petición de un "Estado
receptor" (es decir, el Estado en el que se capta la emisión televisada), los organismos
de radiodifusión de su país no ejercieran derechos exclusivos sobre los principales
acontecimientos, privando con ello al público del Estado receptor del acceso a tales
acontecimientos en condiciones equivalentes a las aplicables en ese país.
Los acontecimientos "de gran importancia para la sociedad" deberían responder a
determinados criterios, es decir, ser acontecimientos de carácter excepcional, que
pueden tener lugar a intervalos regulares (por ejemplo, la final de una Copa), pero que
no tienen lugar frecuentemente. Deberían ser de interés público general (es decir,
dirigirse a una gran parte de la sociedad) a escala comunitaria (por ejemplo, los Juegos
Olímpicos) o nacional (por ejemplo, el Tour de Francia) o para una parte importante de
un Estado miembro (por ejemplo, la final de la Copa de Escocia). Se trata de
acontecimientos que, por su naturaleza, se "organizan" por anticipado, ya que la propia
existencia de derechos exclusivos implica la presencia de un organizador del
acontecimiento que se halle en condiciones jurídicas de vender esos derechos.
Esta solución, que se aplica al ejercicio de derechos exclusivos, y no a su compra,
aseguraría la estabilidad del mercado, garantizando transparencia y previsibilidad a
todos los organismos de radiodifusión que operan en el mercado y reduciendo los
obstáculos a que se enfrentan los recién llegados. Asimismo, conciliaría la necesidad de
evitar una nueva fragmentación del mercado televisivo europeo y las consideraciones de
interés público, inherentes a la cuestión de los principales acontecimientos, garantizando
la posibilidad de un desarrollo transfronterizo tanto para los canales de pago como para
los canales no codificados. Esta solución, al limitar las medidas restrictivas al mínimo
absolutamente necesario, evitaría que las empresas europeas se encontraran en una
situación competitiva desventajosa en el mercado mundial de los derechos. Por último,
pondría fin a las posibles infracciones del Tratado, por ejemplo en el ordenamiento
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jurídico belga, ya que su aplicación haría necesaria una revisión de las normas vigentes,
que prevén el control de las emisiones procedentes de otros Estados miembros.
El sistema también tomaría en consideración el principio de subsidiariedad en un ámbito
sensible de interés nacional, ya que los Estados miembros seguirían siendo
competentes para determinar qué acontecimientos (deportivos o no) revisten gran
importancia para su población.
El Comisario Oreja defenderá este enfoque durante las negociaciones con el Consejo
de Ministros y el Parlamento Europeo. La Presidencia neerlandesa ha señalado que
espera resolver el asunto en los próximos meses a fin de que no haya obstáculo alguno
que impida la adopción definitiva de la Directiva "Televisión Sin Fronteras" revisada.
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ANEXO
Resumen de las medidas jurídicas y de otros tipos adoptadas a escala nacional
Reino Unido : En el Reino Unido, la "Broadcasting Act" de 1996 contiene disposiciones
para garantizar la retransmisión en directo de determinados acontecimientos en los
canales de televisión no codificados. Actualmente son ocho los acontecimientos
deportivos que figuran en la lista elaborada por la Secretaría de Estado del "National
Heritage":
La final de la Copa de la FA, la final escocesa de la Copa de la FA, las finales de la
Copa Mundial de la FIFA, el Derby, el Grand National, los Juegos Olímpicos, los
campeonatos de tenis de Wimbledon y los partidos de cricket en que participa Inglaterra.
La Independent Television Commission (ITC) está elaborando en estos momentos un
código de aplicación de estas medidas.
Las medidas adoptadas en el Reino Unido se aplican a las transmisiones y retransmisiones efectuadas por los organismos de radiodifusión británicos (es decir, los
que se hallan bajo jurisdicción británica) y a la recepción en el Reino Unido.
Francia : De acuerdo con la licencia que le otorgó el Conseil Supérieur de l'Audiovisuel
(CSA), publicada en el Journal Officiel de la République Française de 3 de junio de
1995, Canal+ se comprometió a no adquirir derechos exclusivos para la retransmisión de
los acontecimientos deportivos enumerados en la licencia; a saber :
a) Los Juegos Olímpicos de Invierno, los Juegos Olímpicos de Verano, el Tour de
Francia.
b) La Copa Mundial de fútbol, la Copa Europea de fútbol, el Torneo de rugby de las
Cinco Naciones (cuando juega un equipo francés).
c) La final de la Copa francesa de fútbol.
Canal+ dispone en Francia del monopolio oficial sobre los canales terrestres de pago.
Además, la Ley n° 92-652 de 13 de julio de 1992 (que modifica la Ley n° 84-610 de 16
de julio de 1984) garantiza la retransmisión de los principales acontecimientos y prohíbe
la práctica de la "congelación" de derechos. El CSA controla el cumplimiento de un
código de conducta.
En la Comunidad Flamenca de Bélgica, la ley ("Besluit" de 25.1.1995) prevé que el
Ministro responsable de cultura y medios de comunicación elabore anualmente antes del
1 de julio una lista de los acontecimientos culturales y deportivos que presenten gran
interés para el público flamenco. Los canales locales y los canales de televisión de pago
no pueden adquirir derechos exclusivos si ello impide a los organismos de radiodifusión
públicos o privados de la Comunidad Flamenca la retransmisión simultánea de tales
acontecimientos para los telespectadores flamencos. En 1997, dicha lista incluye los
campeonatos mundiales y europeos de todas las disciplinas deportivas, los encuentros y
torneos internacionales de todas las disciplinas deportivas, los campeonatos nacionales
de todas las disciplinas deportivas, con excepción del fútbol, deporte en el que los
derechos de los canales de pago se han cedido a un organismo de radiodifusión
autorizado por las autoridades flamencas, los acontecimientos deportivos internacionales organizados en Bélgica y el concurso musical Reina Elisabeth (acontecimiento
cultural) (la lista de 1997 se publicó en el Moniteur belge de 17.7.1996).
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En la Comunidad Francesa de Bélgica, un decreto que regula el acceso al cable obliga a
los organismos de radiodifusión extranjeros a comprometerse a no adquirir derechos
exclusivos o prioritarios, en relación con los organismos de la Comunidad Francesa,
para la retransmisión por cable de acontecimientos deportivos o de acontecimientos que
tengan gran interés para el público y se celebren fuera de Bélgica. Además, los
organismos de radiodifusión extranjeros no pueden adquirir derechos exclusivos sobre
los acontecimientos deportivos que se celebran en Bélgica sin autorización previa de la
autoridad de tutela (decreto de la Comunidad Francesa de Bélgica de 22.12.1988).
En los Países Bajos, la Ley sobre medios de comunicación prevé que los canales
comerciales sólo pueden retransmitir determinados "elementos de programa"
contemplados en el Decreto sobre medios de comunicación, incluidos algunos
acontecimientos deportivos, cuando se cumplen determinadas condiciones, es decir,
cuando se ha informado a los organismos públicos de radiodifusión de la intención de
difundir esos "elementos de programa" en exclusiva (en la medida en que formen parte
de un programa de televisión que puede distribuirse en los Países Bajos). Cuando un
organismo público de radiodifusión desea incluir un elemento en su programa, deben
iniciarse negociaciones sobre los principales extractos. Recientemente, el debate sobre
Sport7 impulsó al Gobierno a redactar una carta en la que se establecían determinados
principios generales sobre la retransmisión de acontecimientos deportivos. El sistema
vigente garantiza que los principales extractos de algunos grandes acontecimientos
estén a disposición de los canales del servicio público.
En Alemania, la teledifusión está regulada por el Acuerdo entre Estados federados
sobre teledifusión, cuya última versión entró en vigor el 1 de enero de 1997. Dicho
Acuerdo incorpora la reglamentación n° R(91)5 del Consejo de Europa sobre "El
derecho a los resúmenes de los principales acontecimientos que sean objeto de
derechos exclusivos para la radiodifusión televisada en un contexto transfronterizo". El
artículo 4 de ese Acuerdo establece que todo organismo de radiodifusión autorizado en
Europa tiene derecho, gratuitamente y para sus propias emisiones, a breves resúmenes
de los acontecimientos accesibles al público y de interés general. Esta disposición ha
sido recurrida ante el Tribunal constitucional de Karlsruhe.
En Portugal, la Ley de 1990 sobre radiodifusión televisiva prohíbe en su artículo 16 la
compra de derechos exclusivos sobre acontecimientos políticos de interés público. En lo
que respecta a los demás acontecimientos, incluidos los deportivos, los organismos de
radiodifusión que obtengan derechos exclusivos han de poner los extractos más
importantes a disposición de todos los canales de televisión. La Ley regula la
teledifusión en el territorio nacional.
En virtud de la Ley danesa sobre radiodifusión televisiva, a fin de garantizar el derecho
del público a la información, el Ministro de Cultura puede adoptar disposiciones para
imponer determinadas restricciones a la utilización por parte de los organismos de
radiodifusión de sus derechos exclusivos de retransmisión de los principales
acontecimientos a fin de que, en determinadas circunstancias bien definidas, otros
organismos puedan presentar breves resúmenes de tales acontecimientos.
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La reciente Ley italiana sobre radiodifusión televisiva (n° S1138, artículo 5.10),
actualmente ante el Senado, delega en una administración de telecomunicaciones (que
todavía ha de crearse) la futura reglamentación sobre la televisión de "acceso
condicional". Dicha administración determinará, en particular, los acontecimientos de
especial importancia o de interés general respecto de los que no puedan comprarse
derechos exclusivos o que deban retransmitirse en directo y sin codificar (o, en su caso,
en las 24 horas siguientes).
En Irlanda no existe actualmente ninguna disposición jurídica. No obstante, el Ministerio
de Deportes ha creado un grupo de trabajo que se encarga de examinar la conveniencia
de una intervención legal para impedir que los organismos extranjeros adquieran
derechos exclusivos para retransmitir los grandes acontecimientos deportivos que se
celebran en Irlanda.
Austria aún no ha adoptado ninguna medida jurídica nacional, pero preconiza el refuerzo
del artículo 9 del Convenio Televisión Sin Fronteras de 1989.
Grecia, Suecia, Finlandia, España y Luxemburgo todavía no han adoptado disposición
alguna (si bien Finlandia ha ratificado el Convenio sobre la televisión transfronteriza).
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