El papel de las ciencias en la preservación del patrimonio cultural

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El papel de las ciencias en la preservación
del patrimonio cultural.
La situación en Europa
Alberto de Tagle [email protected]
Netherlands Institute for Cultural Heritage
Sumario
Las ciencias y la tecnología han estado siempre presente, como componentes del desarrollo humano, formando parte integral del
llamado Patrimonio Cultural. La investigación científica propiamente dicha aplicada
a este campo comienza a jugar un papel
sistemático en Europa a partir de fines del
siglo xviii, principios del xix acompañando
el desarrollo vertiginoso de la revolución industrial. Desde esos momentos la inserción
de la investigación científica en este campo
no ha cesado de crecer así como las varias
formas que ha ido tomando su incidencia.
Las contribuciones de la ciencia, que
comenzaron por la química analítica, han
ido incluyendo, con el tiempo, otras ramas
como la síntesis de productos, la termodinámica, las técnicas electrónicas de documentación, etc. Con el tiempo, los proyectos de
investigación científica se han desarrollado,
cada vez con más dedicación, hacia la interdisciplinaridad, integrando las diversas
ramas del saber.
Los proyectos de investigación en ciencias del patrimonio, como llamaremos a esta
especialidad, dirigidos hacia los estudios de
dinámicas de alteración de los materiales contemporáneos, la conservación preventiva y
aquellos dirigidos hacia el empleo de las tecnologías de documentación juegan cada vez más
un papel fundamental en el ámbito actual de
la cutura occidental. El desarrollo de equipa-
miento compacto, no-invasivo y portátil está
permitiendo un aprovechamiento más amplio
y eficiente de las capacidades investigativas en
la práctica de la conservación, limitando la
toma de muestras y el transporte de objetos
hacia laboratorios y talleres. El laboratorio se
acerca al patrimonio para responder a las cuestiones relacionadas con la conservación y su
conocimiento tecnológico en vez de mover el
patrimonio hacia los laboratorios, limitando
este último recurso a los estudios fundamentales que así lo requiriesen.
Otra característica fundamental del momento actual en el ámbito europeo es la
formación académica universitaria de los
profesionales encargados de las ciencias del
patrimonio así como la integración de comunidades de investigación científica incluyendo diferentes areas del conocimiento y
combinando sus habilidades en los proyectos
de conservación del patrimonio cultural.
Introducción
Para comenzar la discusión es necesario definir algunos conceptos, que nos permitirán
analizar los aspectos relacionados con cómo
y cuándo comenzaron las ciencias y la tecnología a jugar un papel destacado en los
estudios relacionados con la conservación
del patrimonio cultural.
Consideremos el Patrimonio Cultural,
conceptualmente, como un proceso diná-
27
El Papel de las Ciencias en la Preservación del Patrimonio Cultural.
La situación en Europa
Figura 1. Estudio analítico de objetos
metálicos sin toma de muestra.
28
Science and Heritage, Report with
Evidence, British Parliament, Authority of the House of Lords, 16 de
noviembre 2006. http://www.publications.parliament.uk/pa/ld200506/
ldselect/ldsctech/256/256.pdf
2
Consilience. The Unity of
Knowledge. Edward O. Wilson,
Borzoi Book, Alfred A. Knopf, Inc.
New York, 1998.
1
mico y no un fenómeno estático. No se trata
éste de una colección de componentes materiales sino de una interacción de elementos múltiples, tangibles e intangibles.
Los científicos activos en las «Ciencias
del Patrimonio», como han definido nuestros colegas del Reino Unido en un informativo y analítico reporte que analiza, para
la Cámara de los Lores, la situación de la
investigación científica aplicada en este
campo1, tienen que trabajar conjuntamente
con especialistas de diversas ramas del conocimiento, y participar en los procesos de
definición de ese patrimonio, de sus valores
y de su lugar en la sociedad, etc. para así poder identificar los problemas y fenómenos
a abordar con los métodos de las ciencias
físicas y naturales.
El conocimiento es único e indivisible, la
separación forzada entre las ramas del saber
debe ser superada por una actitud más integral, Edward. O. Wilson, Consilience2.
Debido a limitaciones materiales y de
tiempo, la priorización de los problemas y
su selección requieren de un proceso responsable e informado. Es necesario contar
con elementos que permitan decidir qué se
hará primero, por qué y cómo.
La dinámica social, como ente a cargo
de definir y reconocer lo que constituye su
patrimonio cultural en un momento dado,
dan a los investigadores esos elementos para
ayudarlos en el proceso de selección de problematicas y priorización de recursos. Sólo
con esta comunicación e interacción será
posible una utilización racional de las ciencias y la tecnología en los procesos de conservación.
El estado de desarrollo actual, y en particular el avance de las tecnologías de informática, proveen los instrumentos que
permiten procesar una inmensa cantidad
de datos recogidos, lo que a su vez es imprescindible para poder integrar las areas del
saber que contribuyen a la preservación del
patrimonio cultural. Es necesario utilizar
estos medios para alcanzar un enfoque integral para las estrategias presente y futuras en
la conservación y valorización del los bienes
del patrimonio cultural.
Los objetivos específicos de la «ciencia del
patrimonio» aplicadas a la conservación del
mismo, no se pueden limitar a los aspectos
materiales obvios. Un diseño de investigación puramente técnico, aún perfecto desde
el punto de vista científico, puede producir
resultados y recomendaciones contrarias a
la lógica del patrimonio cultural. El riesgo
de no conocer los valores del mismo puede conllevar un enfoque hacia los aspectos
menos significativos o producir resultados
contrarios a lo que se persigue proteger,
como sería por ejemplo, técnicamente correcto pero patrimonialmente inacceptable,
pretender introducir objetos activos para el
culto en vitrinas y extraerlos de su contexto
y significado, hermetizar edificios históricos,
etc. El análisis integral permite reconocer las
premisas, límites y exigencias a la ciencia,
para producir resultados de aplicación sensata y sostenible.
Una vez más, el diseño de este tipo de
investigaciones es un proceso complejo que
necesita de la contribución de múltiples especialistas y ramas del saber.
Sobre, todo, cuando se trata de llegar
más allá de un simple proyecto específico y
se entra en el campo de la decisiones estratégicas de investigación y de preservación,
sólo la interdisciplinaridad efectiva es capaz
de producir los resultados esperados.
Breve reseña histórica
Me referiré en este artículo, fundamentalmente a la evolución de los estudios científico-técnicos aplicados a estudios de materiales del patrimonio cultural, haciendo énfasis
en el área cultural occidental y en la etapa
iniciada con la revolución industrial.
Esta temática ha sido últimamente objeto
de diversas publicaciones e intervenciones
que tienen como objetivo analizar las necesidades del futuro a la luz de la evolución
del papel de las ciencias en este campo, S.
Simon, 20053 y 20064.
Ya desde mediados del siglo xviii científicos de prestigio en Europa dedicaron
atención a caracterizar materiales de origen
artístico y/o arqueológico. Según Caldararo,
19875 y Rees-Jones, 19906 a partir de finales
del siglo xvii y principios del xix se realizan
estudios pioneros y se escriben publicaciones de importancia dedicados a la caracterización de materiales de origen inorgánico
(metales y pigmentos) así como al estudio
de papel y pergamino.
En el siglo xix el campo de los estudios
de materiales empleados en el arte, y particularmente de la arqueología avanza a la
par de la expansión imperial de Europa.
El gusto y la moda por las «antigüedades»
y la arqueología se populariza. La expedición de Napoleón a Egipto, la guerra de
independencia de Grecia, las sensacionales
excavaciones de Schliemann, etc. atraen la
atención de amplios sectores sociales. Museos en grandes capitales europeas , París,
Londres, Berlín, etc. comienzan a financiar
expediciones arqueológicas y adquirir piezas
para desarrollar importantes colecciones de
prestigio. Al mismo tiempo, las ciencias y
la tecnología hacen avances sistemáticos en
todos los campos de la vida cotidiana.
Esta conjunción de factores crea el momento oportuno para la sistematización del
papel de la ciencia en este campo, más allá
de la oportuna curiosidad de algún científico afortunado.
El primer laboratorio dedicado exclusivamente para el estudio de los materiales del patrimonio cultural y su preservación se crea en
Berlín en 1888, el «Laboratorio de Investigaciones adscrito a los Museos Reales de Berlín»,
Gilberg7. Las vastas colecciones llegando de
Egipto y del Medio Oriente a los nuevos museos berlineses necesitaron pronto de atención
debido a los acelerados procesos de deterioro
que se observaban poco tiempo después de llegar al clima alemán. Con este objetivo, el Dr.
Friedrich Rathgen es nombrado primer director de este laboratorio creado con el objetivo
de estudiar la causa de los problemas afectando
las colecciones y de desarrollar métodos para la
preservación de las mismas. De esta manera, el
estudio científico sistemático hace su entrada
en el campo llamado por las necesidades de la
conservación.
El ejemplo berlinés fue pronto seguido
por otros museos importantes del mundo
occidental, y así hasta los albores de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los
grandes museos de Europa y de los Estados
Unidos tiene un laboratorio o departamento
Stefan Simon, Conservation Science-Naturwisenschaften in Dienst des
Kulturellen Erbes. Eine Zustandsbeschreibung.Andrea
Bärnreuter
(hrsg.), Freistätte der Wissenschaft,
Festkolloquium, Staatliche Museen
zu Berlin, 24-10-2005 (in press)
4
Stefan Simon. Konservierungswissenschaft in Kontext archaeologischer Objekte, DFG-RestaurierungsKolloquium, Pushkin Museum,
Moscow, October, 2005 ( in press)
5
Niccolo Leo Caldararo, An Outline History of Conservation in
Archaeology and Anthropology as
Presented through Its Publications .,
Journal of the American Institute for
Conservation (JAIC), Vol. 26, No. 2
(Autumn, 1987), pp. 85-104
6
Early Experiments in Pigment
Analysis. Stephen G. Rees-Jones;
Studies in Conservation, Vol. 35,
No. 2 (May, 1990), pp. 93-10)
7
Marc Gilberg, Friedrich Rathgen:
The father of modern archaeological conservation, Journal of the
American Institute for Conservation
(JAIC), Vol. 26, Number 2, 1987,
pp 105-120.
3
29
El Papel de las Ciencias en la Preservación del Patrimonio Cultural.
La situación en Europa
30
Cesare Brandi, Teoria del Restauro, ROMA 1963-Edizioni di storia e
letteratura.
9
Venice Charter, International
Charter for the conservation and
restoration of monuments and sites.
2nd International Conference of Architects and Technicians for monuments and sites Venice, May 25-31,
1964, UNESCO ICOMOS Documentation Centre.
10
The Australia ICOMOS Charter
for Places of Cultural Significance,
(The Burra Charter), October 1999
Final Draft revised edition. Australia
ICOMOS Documentation centre,
1999.
8
y personal profesional dedicado a estudios
científicos de sus colecciones, ej: el Museo
Británico, el Museo de Bellas Artes de Boston, el Museo del Louvre, etc.
Los estudios realizados hasta ese momento se realizaban, casi exclusivamente, con la
finalidad de caracterizar la composición de
los materiales de las colecciones. Este tipo
de estudios fue el primero y sigue siendo la
primera fase en los estudios científicos de
las colecciones, pues es esencial en primera instancia conocer la composición de los
objetos y las técnicas de producción de los
mismos, para luego realizar estudios de procesos de deterioro y proponer medidas de
conservación.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial,
las tremendas destrucciones y pérdidas producidas crean la conciencia y necesidad de
prestar atención a la preservación del patrimonio cultural. Así aparecen nuevas iniciativas y se crean instituciones que ensayan y
aplican nuevas tecnologías a los estudios de
los materiales del patrimonio cultural.
Especialmente en el campo de la arqueología, las universidades realizan y promueven
estudios dedicados a datar materiales y objetos, desentrañar aspectos de las antiguas tecnologías, conocer de intercambios económicos y culturales entre grupos humanos, etc.
Este momento abre también el campo de
las ciencias hacia el área de la restauración y
al desarrollo de técnicas y de materiales para
la misma, etc.
Las intervenciones indiscriminadas de las
ciencias, independientemente de los principios éticos de la conservación han sido
y son en la práctica responsables de graves
problemas.
La necesidad de un apoyo teórico y ético
para los procesos de restauración fue abordada ya desde fines de la década de los 30
en Roma en los trabajos pioneros de Cesare
Brandi al frente del «Istituto Centrale per il
Restauro». El producto fundamental de esos
años de trabajo se tradujo en la publicación,
en 1963, por Brandi, de su obra seminal
«Teoria del Restauro»8, la que se ha convertido, en el mundo de la cultura occidental,
en material de obligada referencia para las
discusiones en conservación y restauración.
Con esta publicación, traducida a un sinnúmero de idiomas, Cesare Brandi provee a los
restauradores de un soporte teórico en que
basar sus decisiones y enfrentar los retos del
proceso de restauración artística.
En el campo de la Arquitectura y de los
monumentos, paralelamente, la comunidad
de profesionales activamente involucrada
en los proyectos y procesos de restauración,
participa en los esfuerzos para establecer
metodologías y principios éticos en los que
basar sus trabajos y defender el patrimonio
inmueble de acciones irresponsables. El producto más significativo de esta época es la
acción promovida por ICOMOS en 1964,
que publica el acuerdo internacional para
la restauración de monumentos, conocido
como Carta de Venecia9, la cual establece
un marco ético profesional para el área de
conservación y restauración de arquitectura,
monumentos y sitios arqueológicos.
Desde estos años 60 del pasado siglo, la
«Teoria del Restauro» de Brandi y la Carta
de Venecia han sido documentos de gran influencia proveyendo guía y definiciones para
los aspectos de conservación y restauración
principalmente en Europa y las Américas.
Estos materiales son objeto de activas
discusiones, propuestas de actualización y
forums. Posteriormente, nuevas «Cartas»
han sido elaboradas teniendo en cuenta la
evloución de los conceptos de patrimonio
cultural así como las particularidades de
paises, grupos o regiones. Corolarios de ellas
son la «Carta de Burra», 199910 promovida
por el ICOMOS de Australia o la metodología «Principios para China» , iniciativa del
Instituto Getty de Conservación en 200411.
Estos documentos adaptan los pricipios teóricos y éticos a realidades y contextos culturales específicos.
A partir de la década del 60, se crean centros o secciones en instituciones públicas o
privadas para la conservación científica y
sistemática del patrimonio cultural. Algunas de ellas en Italia, Francia, Gran Bretaña,
España, Bélgica, los Países Bajos, los Estados Unidos (como instituciones privadas
los laboratorios científicos de Winterthur y
el Instituto Getty de Conservación), la antigua Unión Soviética y los países del este
de Europa, América Latina, Australia, la
India, Japón, etc. Estas actividades se realizan como ramas de colecciones espécificas,
como instituciones de investigación con financiamiento público o como fundaciones
privadas sin fines de lucro.
El desarrollo de la especialidad
En la segunda mitad del siglo xx, las actividades científicas de este campo se concentran
en desarrollar métodos y realizar estudios de
autentificación, datación, elucidación de antiguas tecnologías, etc. Este enfoque da lugar
al establecimiento de la especialidad de la
arqueometría dentro del campo de las ciencias en el patrimonio. Los trabajos paralelos
que se enfocan en los estudios de procesos
de deterioro, determinación de parámetros
de afectaciones a materiales, sus productos
de alteraciones, al establecimiento de nuevas técnicas y materiales para la restauración
conforman la otra rama de la especialización,
la ciencia de la conservación.
El objetivo de presente artículo es esta última especialidad.
A partir de esa segunda mitad del siglo se
observa un marcado acento en el desarrollo de nuevas técnicas analíticas para apoyar
los estudios de caracterización de materiales. Utilizando estas nuevas posibilidades, se
realizan estudios enfocados hacia el diseño
de nuevos materiales y técnicas de restauración. Apoyándose en los principios de Brandi, se hace énfasis en la producción e introducción de materiales y procesos reversibles
y compatibles con los originales.
El aumento significativo de la industria
de los polímeros y su introducción en la
vida diaria resulta en la introducción de éstos en los tratamientos. La industria ve la
oportunidad, sobre todo en el campo de los
monumentos y de la arquitectura y comienza la producción de una gran cantidad de
publicaciones y materiales propuestos para
impregnar, consolidar, recubrir, hidrofobizar múltiples materiales, desde la madera
hasta la piedra y los morteros. Múltiples
tipos de polímeros se utilizan, cubriendo
el rango desde el silicato de sodio hasta los
Figura 2. Prácticas en el laboratorio
de química del Instituto Internacional
de Señoritas, Madrid, 1911. Archivo
Moreno, Instituto del Patrimonio Histórico Español, Ministerio de Cultura.
Agnew, Neville, and Martha Demas, eds., Principles for the Conservation of Heritage Sites in China:
English language translation, with
Chinese text, of the document issued by China ICOMOS. 2nd Printing with revision. Los Angeles: The
Getty Conservation Institute, 2004.
Downloadable in two parts: PART I,
Chinese-language text (49 pp., PDF
format, 7,6 Mb), English-language
text (50 pp., PDF format, 7,7 Mb)
11
31
El Papel de las Ciencias en la Preservación del Patrimonio Cultural.
La situación en Europa
acrílicos, los epóxidos y los polímeros basados en cadenas de silicio.
El resultado es mixto. Algunos de estos
productos se han convertido en materiales
habituales en los tratamientos, entre estos
tenemos productos recubridores, tales como
barnices, consolidantes, adhesivos, etc. Excesiva confianza y falta de rigor científico en las
pruebas previas también han sido responsables de múltiples y serios daños al patrimonio,
sobre todo en la introducción inadecuada y
en gran escala de algunos hidrofobizantes,
consolidantes y recubrimientos para pinturas
murales, morteros y piedra.
La última década del siglo xx se caracteriza por una mayor atención hacia las condiciones y parámetros medio ambientales, los
contaminantes, su origen y las maneras de
enfrentar esta problemática.
En específico, los efectos de la contaminación ambiental sobre los monumentos,
sitios arqueológicos, centros históricos, etc.
promueven una nueva forma de estudios de
conservación. Por primera vez en este campo
se dedican significativos recursos financieros
32
Figura 3. Corrosión producida por
abandono de las condiciones de conservación.
a estos estudios. Un ejemplo claro es la promulgación en 1990 del «Clean Air Act» en los
EE. UU., también conocido como el «programa de lluvia ácida». Se realizan estudios
complejos de contaminantes, sus origenes,
sus efectos la sinergía entre los parámetros
ambientales y contaminantes y se proponen
y evalúan tratamientos de conservación, para
los cuáles las experiencias en el uso de polímeros juegan un papel fundamental.
Sin duda alguna, el avance impetuoso de
las ciencias y de la tecnología durante el siglo
pasado han tenido una influencia significativa en el conocimiento y en el establecimiento
de estrategias de conservación para el patrimonio cultural. Uno de los obstáculos más
importantes es y ha sido la falta de comunicación efectiva entre los científicos y los profesionales a cargo de las tareas de conservación
y restauración. No obstante esta dificultad
real, el campo ha avanzado sustancialmente,
incorporando a la práctica de conservación
los avances de estos campos.
Actualmente las ciencias forman parte
del curriculum de diversas especialidades
universitarias en los campos de los bienes
muebles e inmuebles. También es posible
actualmente para los graduados en ciencias
y/o tecnología entrar en este campo y realizar estudios de maestría y doctorado en la
especialidad.
El objetivo en los últimos 20 años no ha
sido solamente el de sintetizar e introducir
nuevos productos en la práctica sino también conocer mejor las interacciones de los
materiales entre sí y con el medio ambiente.
De esta forma se han realizado avances en
conocimientos que se relacionan, por ejemplo, con los efectos de los contaminantes ambientales generados, lo mismo en el exterior
que en los micro ambientes interiores de los
inmuebles, con las acciones combinadas de
la temperatura, la humedad relativa, la luz,
el polvo, etc. Estos resultados investigativos
se han traducido en lineamientos de conservación preventiva para museos, bibliotecas,
archivos y colecciones en general. Con este
criterio se avanza considerando prioritaria la
compatibilidad entre los materiales, el diseño de vitrinas especializadas, la definición de
condiciones ambientales «seguras» según el
tipo de colección, inmueble, etc.
En el campo del análisis químico-físico se
ha avanzado sustancialmente en el diseño y
en introducción de nuevas técnicas. Nuevos
productos han sido y son desarrollados para
mejorar los tratamientos y las soluciones
propuestas para la conservación. La complejidad de los problemas abordados requiere
cada vez más de una expansión de la visión y
del horizonte, así como de hacer la de interdisciplinaridad de los estudios una premisa
esencial.
A partir de la década de los 90 en el pasado siglo, le especialidad de conservación preventiva se define y perfila. En ella, la preocupación principal no reside en el tratamiento
ni en la restauración sino en la evaluación
de los factores que puedan presentar riesgos
y en el establecimiento de parámetros y medidas para evitar o minimizar los efectos de
los mismos.
Este nuevo objetivo requiere de un análisis global de la situación y de los materiales, integrando disciplinas y combinando en
los estudios de preservación del patrimonio
cultural informaciones acerca de temperatura, humedad relativa, luz, polvo, contaminantes de interiores y de exteriores, efectos
mecánicos y susceptibilidad de materiales
(modernos o históricos).
La ciencia juega un papel esencial en este
enfoque. Es necesario y lo ha sido, el desarrollo y la introducción de técnicas analíticas de alta sensibilidad, tales como especialidades de cromatografias combinadas
con espectrometría de masas, métodos espectrales, etc. para identificar pequeñísimas
cantidades de componentes potencialmente
dañinos o de productos de alteración y deterioro. La simulación de los procesos y de
los tratamientos potenciales se apoya en la
utilización de cámaras de alteración y de envejecimiento. Se han desarrollado sensores y
métodos sencillos y altamente sensibles para
seguir los procesos y medir temperatura,
humedad relativa y radiación. Muchos de
estos sistemas se han generalizado en las últimas décadas y constituyen parte rutinaria
del control del estado y la conservación de
los materiales del patrimonio cultural.
En paralelo, al conocer más sobre los
parámetros de influencia y los procesos de
alteración es necesario hacer una evaluación
objetiva de la probabilidad de incidencia y
de sus efectos en un tipo específico de colección o de objeto. Para esto, la ciencia de los
materiales permite el empleo y adaptación
a este campo de técnicas de evaluación desarrolladas para otras especialidades. Estos
métodos permiten conocer con más objetividad cuán significativos son los riesgos,
cuánto pueden éstos incidir en los valores
de este patrimonio específico, y cúal es la
probabilidad de que esto ocurra.
Con estas nuevas dimensiones, el enfoque interdisciplinario (basado en la labor de
equipos integrales y no en contribuciones de
individuos dispersos) de la conservación permite, al ser este un proceso multifacético, que
el papel de las ciencias esté cada vez mejor
definido hacia los procesos de conservación,
pues ya no sólo se trata de identificar un material específico sino de evaluar, conjuntamente con otros especialistas, los efectos de
los factores identificados sobre los valores y la
vida de los objetos y colecciones.
El papel integral sería el siguiente: las
ciencias contribuyen a identificar y evaluar
33
El Papel de las Ciencias en la Preservación del Patrimonio Cultural.
La situación en Europa
Figura 4. Adaptaciones de época moderna no deseables en un bien cultural.
34
Jonathan Ashley-Smith, Risk Assessment for Objects Conservation,
Architectural Press (28 Feb 1999).
13
Robert Waller, Cultural property risk analysis model: development
and application to preventive conservation at the Canadian Museum of
Nature. Göteborg: Acta Universitatis
Gothoburgensis, 2003 ; XVI, 189 p.:
fig., tables ; 28 cm. (Göteborg Studies in Conservation, 13), Doctoral
Dissertation, Göteborg University.
Institute of Conservation, Göteborg,
Sweden
12
los factores de riesgo y sus efectos. El trabajo coordinado e interdisciplinario con otros
profesionales de la conservación, tales como
restauradores, arquitectos, arqueólogos, conservadores del patrimonio, directores de museos y sitios arqueológicos, etc. permite identificar cuán importante es su incidencia sobre
los valores, cuánto se puede hacer, cuándo y
cómo. Los resultados de este tipo de analisis permiten desarrollar estrategias de investigación y de conservación más objetivas así
como una mejor asignación de recursos.
El enfoque integral, el llamado análisis
de riesgos de la conservación es una especialidad propuesta en los trabajos de J.
Ashley-Smith, 199912 y R. Waller, 200313,
etc. Los resultados del estos estudios permiten diseñar instrumentos de planificación
y decisiones tanto para los investigadores
y conservadores como para los gerentes del
patrimonio.
Con los resultados combinados de análisis de riesgos y de conservación preventiva se
obtiene una guía para el establecimiento de
estrategias de conservación a mediano y lar-
go plazo. Este nuevo enfoque permite y promueve la interdisciplinaridad y la evaluación
enfocada específicamente hacia la preservación del patrimonio y de sus valores.
Los nuevos materiales y sus combinaciones, las técnicas empleadas en el arte moderno y contemporáneo, el papel del significado y la intención del artista, el uso de
medios electrónicos, etc. presentan en la actualidad un nuevo reto para todos aquéllos
inmersos en las tareas de la conservación del
patrimonio.
Al mismo tiempo, se redefinen los conceptos, la presentación y la conservación
de las colecciones etnográficas. No se trata simplemente de conservar y de mostrar
objetos sino de interpretarlos y preservar su
integridad teniendo en cuenta su verdadera
esencia.
En ambos campos, la relación entre estos
tipos de patrimonio y su manejo resulta cada
vez más evidente. Es por tanto actualmente
necesario desarrollar, adaptar y definir nuevos conceptos acerca de la autenticidad y de
los valores de esta patrimonio.
Más que en otro campo, el científico necesita de la interacción con el conservador y
el restaurador para saber hacia dónde dirigir
su estudio.
El científico necesita de este diálogo para
saber cuán significativa es la preservación
de la composición material con respecto al
valor del objeto, cuáles son los diferentes
mensajes y valores expresados por el mismo y por sus componentes. En el caso de
medios electrónicos, vídeos, etc. ¿Qué es lo
que se pretende conservar? ¿En qué reside el
valor de la autencidad de los componentes?
¿Cómo preservar instalaciones de arte contemporáneo?
Estas nuevas interrogantes sólo se pueden
contemplar con el establecimiento de un
trabajo de equipos interdisciplinarios.
Objetivos actuales de la ciencia
de la conservación
En la actualidad, las nuevas áreas de desarrollo y las tendencias en instrumentación
avanzan acorde con los nuevos retos de la
conservación del patrimonio y las necesidades de la ciencia aplicada.
Los objetivos de los próximos años pueden resumirse en:
• Mayor enfoque en estudios de dinámicas
de cambios; alteraciones de los materiales
y tecnologías de conservación.
• Evaluación y seguimiento de los procesos
de cambio y captura de información relevante mediante la aplicación y el desarrollo de nuevas tecnologías de documentación.
• Introducción de técnicas portátiles, no
intrusivas y precisas que permitan realizar
los estudios eliminando o minimizando el
número de muestras o el transporte de los
objetos. En otras palabras, el laboratorio va
a los objetos y no como en la actualidad.
• Desarrollo de instrumentos de decisión
para la investigación, la conservación y la
asignación de recursos con bases objetivas
y utilizando el conocimiento científico
(Metodologías de análisis de riesgos).
El disfrute de los bienes del patrimonio
cultural, como bienes que son para compartir, exhibir, estudiar y transmitir a las nuevas
generaciones se expande desde los grupos
de interés tradicionales y va haciéndose más
democrático. La expansión en las últimas
décadas del turismo a escala mundial, con
el correspondiente aumento de visitantes a
centros históricos, monumentos, museos,
sitos arqueológicos, etc. ha cambiado radicalmente la escena. Esto a su vez ha resultado en un aumento del número y de la
complejidad de exhibiciones temporales, no
sólo en museos y galerías sino en espacios
públicos en general (véase la rama del Rijksmuseum en el aeropuerto de Schiphol,
Amsterdam) y en el mayor número de público visitándolas.
Esta manifestación actual del consumo
de bienes culturales le da una dimensión
más amplia dentro de la sociedad y hace de
este patrimonio una componente con mayor peso en la sociedad.
Un aspecto relacionado con esto último
y al cual la ciencia está contribuyendo actualmente es la evaluación de los efectos del
transporte de objetos (lo cual está comprobado representa la mayor incidencia de daños
en colecciones), se estudia así como los efectos del número de visitantes sobre el patrimonio y sobre el valor de la experiencia del
contacto con el mismo.
La creciente complejidad y el limitado
número de recursos y de instituciones trabajando en el campo de la conservación científica son insuficientes para abordar la multitud de aspectos necesarios. En la mayoría de
los casos, la cantidad de problemas inden-
35
Figura 5. Ejemplo de deterioro de materiales pétreos.
El Papel de las Ciencias en la Preservación del Patrimonio Cultural.
La situación en Europa
Figura 6. Nuevo edificio para el área
de investigaciones del ICN (Holanda).
36
INCCA, www.incca.org
EU-ARTECH, www.eu-artech.org
16
Fing-Art-Print, www.fingartprint.org
17
R. Mazzeo. (2004). CURRIC: a
European project for postgraduate
conservation training. ICCROM
Newsletter. vol. 30, pp. 11
18
EPISCON, www.episcon.scienze.
unibo.it/episcon/
14
15
tificados supera con creces las capacidades
financieras de las instituciones a cargo. La
necesidad de un enfoque integral y global
requiere de una formación y estructuración
interdisciplinarias.
La comunidad de investigadores en el
ámbito de la Unión Europea recibe apoyo
financiero dentro de los programas de desarrollo para estructurar proyectos interdisciplinarios entre miembros de la comunidad.
Un aspecto muy positivo es la creación y
apoyo a redes de colaboración científica.
Estas estructuras permiten enfocar más eficientemente y con recursos compartidos,
problemas complejos que de otro modo no
hubiesen podido ser abordados por instituciones individuales. Las redes posibilitan
el intercambio de especialistas, de conocimientos, de información a través de proyectos específicos o de sistemas informáticos de
metadatas. Ejemplos actuales de las mismas,
que integran museos, universidades, empre-
sas comerciales e instituciones de conservación son el sistema INCCA (International
Network for Conservation of Contemporary Art)14 y los proyectos EU-ARTECH15
y Fing-Art-Print16 para el intercambio científico y desarrollo de técnicas y de instrumentación específica.
La ciencia de la conservación como tal no
es actualmente una especialización a escala
universitaria. Los científicos actualmente
trabajando en este campo tienen una formación en ciencias, unos pocos también en
restauración y la mayoría ha desarrollado su
calificación en la marcha trabajando en la
especialidad y para instituciones de conservación. Esta vía no es eficiente y no permite
un desarrollo armónico,solidez académica
ni relevo generacional sistemático y de calidad.
En este aspecto la Unión Europea también ha tomado la iniciativa apoyando el
desarrollo de un curriculum académico para
la formación profesional de científicos de la
conservación (proyecto CURRIC17) y actualmente, por medio del proyecto piloto
EPISCON18 apoya la formación de especialistas de alta calidad.
Este último proyecto integra científicos
de la conservación trabajando para instituciones, museos y universidades y le brinda
oportunidad a graduados de ciencias de realizar investigaciones con potencial para la
obtención de un doctorado en ciencias de
la conservación con reconocimiento internacional.
Este proyecto piloto tiene como potencial
ambición introducir esta opción académica
en las universidades europeas, permitiendo
así la formación de nuevos profesionales
para el garantizar el futuro de esta especialidad.
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