Capítulo 3: El ángel Moroni y las planchas de oro (1823–1827)

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C A P Í T U L O
3
El ángel Moroni y
las planchas de oro
1823–1827
P
asaron tres años después de la primera visión de José.
Cuando tenía 17 años, José se preguntaba lo que Dios
quería que él hiciera. Una noche José oró sobre eso
porque tenía fe en que Dios le diría lo que debía hacer.
José Smith—Historia 1:27–29
José vio una luz brillante en su habitación y en medio de
la luz vio a un ángel. La cara del ángel brillaba mucho y
llevaba puesta una túnica blanca muy hermosa.
José Smith—Historia 1:30–32
El ángel dijo que se llamaba Moroni y que Dios lo había
mandado para hablar con José. Moroni dijo que Dios
tenía una obra para que José realizara.
José Smith—Historia 1:33
13
El ángel Moroni le habló a José sobre un libro que se
trataba de la gente que había vivido en el continente
americano mucho tiempo antes. Jesucristo había
visitado a esa gente y les había enseñado Su evangelio.
Moroni dijo que el libro estaba escrito en páginas de oro
llamadas planchas, y que estaba escrito en un idioma que
nosotros no conocemos hoy en día. Dios quería que José
tradujera el libro al inglés.
José Smith—Historia 1:34–35
José Smith—Historia 1:34
El ángel Moroni dijo que las planchas de oro estaban
enterradas en un cerro cerca de la casa de José. Moroni le
dijo que junto con las planchas había dos piedras que se
llamaban Urim y Tumim, las cuales ayudarían a José a
traducir el libro. Mientras Moroni estaba hablando, José
vio una visión que le mostró el lugar donde estaban
enterradas las planchas.
José Smith—Historia 1:34–35, 42
14
Moroni también le habló a José en cuanto a Elías, un
gran profeta que vivió hace mucho tiempo. La historia
de Elías el Profeta se encuentra en el Antiguo
Testamento.
José Smith—Historia 1:38–39; Doctrina y Convenios 2:1–3
Moroni dijo que Elías el Profeta vendría a la tierra a
restaurar un poder especial del sacerdocio que haría
posible que las familias se sellaran en el templo y así
poder vivir juntas para siempre.
El ángel Moroni se fue; luego regresó dos veces más esa
noche. En cada ocasión le dijo muchas cosas a José y se
fue cuando ya era de mañana. José se levantó y se fue a
trabajar con su padre en la granja.
José Smith—Historia 1:38–39
Doctrina y Convenios 2:1–3; 110:13–16
José Smith—Historia 1:43–48
José estaba demasiado cansado para trabajar, así que su
padre lo mandó a casa. Cuando iba de regreso a casa, se
desplomó. Entonces Moroni se le volvió a aparecer y le
repitió lo que le había dicho durante la noche. Cuando
Moroni se fue, José le dijo a su padre las cosas que Moroni
le había enseñado. El padre de José le creyó; supo que Dios
había enviado a Moroni y le dijo a José que lo obedeciera.
José fue al cerro en el que estaban enterradas las planchas.
Las encontró en una caja de piedra que estaba debajo de
una roca grande. En la caja también estaban el Urim y el
Tumim.
José Smith—Historia 1:48–50
José Smith—Historia 1:50–52
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Mientras José estaba en el cerro, el ángel Moroni se le
apareció y no dejó que José tomara las planchas todavía.
Le dijo que debía regresar al cerro en la misma fecha
cada año durante cuatro años.
José obedeció a Moroni y fue al cerro Cumorah cada año.
Allí Moroni le enseñó en cuanto al reino del Señor sobre
la tierra.
La familia de José Smith era pobre y necesitaba dinero.
José quería ayudar a su familia, así que fue al estado de
Pensilvania a trabajar y vivió en ese lugar con un señor
de apellido Hale.
El Sr. Hale tenía una hija que se llamaba Emma. José y
Emma se enamoraron y después de un tiempo se casaron
y se fueron a vivir con la familia de José en Nueva York,
donde José ayudó a su padre en la granja.
José Smith—Historia 1:54
José Smith—Historia 1:53
José Smith—Historia 1:56–57
José Smith—Historia 1:57–58
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Varios meses después de que José y Emma se casaran,
José fue otra vez al cerro Cumorah. Ya habían pasado
cuatro años desde que José había visto por primera vez
las planchas de oro, y esta vez Moroni le dejó llevárselas
y le dijo que las cuidara muy bien.
Muchas personas escucharon que José había recibido las
planchas de oro y trataron de robárselas, pero él las
escondió en lugares donde no las pudieron encontrar.
Dios ayudó a José a mantener las planchas seguras.
Las personas del lugar le causaron muchos problemas a
José y decían mentiras acerca de él y de su familia.
Las dificultades eran tan grandes que José y Emma
decidieron regresar a Pensilvania, donde José esperaba
poder empezar a traducir las planchas en paz. Cerca de la
casa de José vivía un hombre llamado Martin Harris que
fue muy bueno con José y con Emma y les dio dinero
para ayudarlos a mudarse.
José Smith—Historia 1:59
José Smith—Historia 1:60–61
José Smith—Historia 1:60
José Smith—Historia 1:61–62
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