DISCURSO MINISTRO DE DESARROLLO SOCIAL XII CONGRESO NACIONAL DE MUNICIPALIDADES Muy buenos días a todas y todos. Como Ministro de Desarrollo Social del gobierno de la Presidenta Bachelet, agradezco la invitación a participar en este duodécimo Congreso Nacional de Municipalidades. Nuestro ministerio juega un rol articulador fundamental en el funcionamiento del Sistema de Protección Social que, como país, hemos ido construyendo progresivamente. Desde esa perspectiva, tenemos plena conciencia del importante papel que les corresponde a los municipios para hacer llegar muchos beneficios y prestaciones a las personas de carne y hueso que, en definitiva, constituyen el norte y el corazón de la política social. Desde luego, los municipios juegan también un rol invaluable en el levantamiento y actualización de información que permite caracterizar socioeconómicamente a las personas, para establecer si pueden o no ser titulares de determinados beneficios sociales, proceso que –como ustedes saben– este gobierno se propone modificar, tema al que me referiré más adelante y que será profundizado por la tarde en exposiciones específicas de nuestros especialistas. Ahora bien, atendiendo al espíritu de la invitación que se nos ha hecho, quisiera centrar mi exposición en los fundamentos del sistema de protección social como construcción histórica, explicar su coherencia interna y algunos desafíos de perfeccionamiento y creación de un nuevo Subsistema en que está empeñado el gobierno, cumpliendo compromisos establecidos en el programa. Esta exposición, basada en una mirada integral, nos permitirá también explicar los enfoques conceptuales que le dan sentido a nuestra acción, los que son coincidentes con las visiones predominantes en los organismos de Naciones Unidas, muchos de cuyos instrumentos jurídicos en materia social el país ha ratificado. Por lo tanto, me referiré al concepto de vulnerabilidad y su importancia en una sociedad de ingreso medio y con una distribución del ingreso como la nuestra; al enfoque de derechos y las obligaciones que de él derivan y a los Pisos de Protección Social de la OIT como estrategia político-operativa para avanzar de manera progresiva, atendiendo a las realidades específicas de cada país. 2 Esta mirada de conjunto, sin duda alguna, resulta fundamental para entender de manera más integral algunos debates y desafíos prácticos que todos enfrentamos como actores de la política social, lo que incluye -desde luego- a los municipios como institucionalidad estratégica a nivel local. Partamos entonces por la definición de base, pues es ella la que ordena un sinfín de nuestras tareas diarias, tanto a nivel central como local. ¿Qué es un Sistema de Protección Social? Una definición genérica respecto de la cual puede establecerse un amplio consenso es que un Sistema de Protección Social es un conjunto articulado y específico de normas, mecanismos y unidades institucionales ejecutoras, que rigen y aseguran el suministro de prestaciones sociales, de acuerdo a los recursos financieros y criterios de asignación que define la ley. En cuanto a sus fundamentos jurídicos, un Sistema de Protección Social deriva de una triple fuente: los instrumentos jurídicos internacionales en materia social suscritos por el país, la propia Constitución Política de la República y leyes específicas. 3 En el caso de Chile –como en el resto de los países que poseen un sistema de esta naturaleza– su construcción ha sido progresiva. Podemos hacer un recuento histórico de algunos de los principales hitos de su consolidación en las últimas dos décadas: Entre 1990 y 2000 el foco estuvo centrado en la superación de la pobreza. Para ello se duplicaron los presupuestos de salud y educación y se iniciaron los programas sociales dirigidos a los grupos más vulnerables. En 2002 se reemplazó el subsidio de cesantía por un seguro de cesantía, el que se amplió en 2009 y se fortaleció el año 2014, con un aumento de sus prestaciones y un enfoque de políticas activas del mercado del trabajo. El año 2003 se realizó una reforma constitucional que consagró los 12 años de educación escolar obligatoria y gratuita, convirtiéndonos en el primer país latinoamericano en alcanzar ese logro. 2004 fue un año importante, pues se creó el Sistema Chile Solidario, con una concepción integral de intervención sobre las familias más vulnerables, y se 4 realizó una reforma a la salud que instituyó la Atención Universal de Garantías Explícitas (AUGE). El bienio 2007-2008 permitió también un salto cualitativo, al comenzar a implementarse, el 2007, el Subsistema de Protección Integral a la Infancia Chile Crece Contigo; y en 2008, en el marco de la Reforma Previsional, se instauró el Pilar Solidario del Sistema de Pensiones. En 2009 se creó el Sistema Intersectorial de Protección Social, que estableció un modelo de gestión articulada de las distintas acciones y prestaciones sociales ejecutadas por los distintos organismos del Estado, otorgándole el rol coordinador a MIDEPLAN, hoy Ministerio de Desarrollo Social. Y durante el gobierno del Presidente Piñera se modificó el Sistema Chile Solidario transformándolo en el Subsistema de Igualdades y Oportunidades, también conocido como Ingreso Ético Familiar. El gobierno de la Presidenta Bachelet, para el actual período de gobierno se ha fijado tres grandes objetivos que complementan y fortalecen el Sistema de Protección Social: 5 La Creación del Subsistema Nacional de Cuidado, que estará enfocado y prestará servicios sociales en materia de cuidados, lo que implica tanto la promoción de la autonomía de las personas mayores como el apoyo sistemático y continuo a quienes están en situación de dependencia. El Fortalecimiento y ampliación de Chile Crece Contigo, hasta cubrir a niños y niñas que cumplan el primer ciclo de educación básica, esto es, hasta los 8 ó 9 años. El fortalecimiento del Subsistema de Igualdades y Oportunidades con un enfoque de derechos. Ahora bien, yo quisiera destacar especialmente algunos criterios que son fundamentales para que un sistema como éste funcione, optimizando el logro de sus objetivos. En primer lugar, por un imperativo de justicia, se debe contar con instrumentos pertinentes para identificar, de manera adecuada, a los beneficiarios a quienes verdaderamente corresponde recibir las prestaciones y beneficios sociales. Eso le da pleno sentido al proceso en que estamos empeñados de modificar la Ficha de Protección Social y, más en general, de construir un Nuevo Sistema de Apoyo a la Selección de Usuarios. 6 En segundo lugar, el sistema debe funcionar de manera eficiente y coordinada, tanto desde el punto de vista del flujo de recursos como de la institucionalidad y de las capacidades técnicas de los equipos ejecutores. Por cierto, este será siempre un desafío en curso, para lo cual se requiere implementar una política de mejora continua. En tercer lugar, un buen Sistema de Protección Social, per se, está llamado a generar mayor igualdad, al reducir la vulnerabilidad de las familias, protegiéndolas de riesgos y ofreciéndoles oportunidades de progreso y desarrollo. Esto último es muy importante destacarlo, porque de lo que se trata es proteger a las familias en la pobreza y la vulnerabilidad, pero también de entregarles herramientas para desplegar sus propias capacidades de desarrollo, de acceso al empleo y eventualmente de emprendimiento. No se trata de promover la dependencia sino exactamente lo contrario. Finalmente, un buen Sistema de Protección Social debe ser capaz de acompañar a las personas a lo largo de su ciclo de vida, protegiendo sus primeros pasos, asegurando el acceso a las oportunidades de educarse y trabajar, cubriendo los riesgos de enfermedad y desempleo, y ayudando a garantizar una vejez digna. Además, debe ser capaz de 7 reconocer los problemas y particularidades de las familias que requieran intervenciones específicas. Si uno considera en su conjunto al Sistema de Protección Social que hemos construido en Chile, puede decirse que este se orienta a cumplir con estos criterios, no obstante que –como he señalado– un sistema de esta naturaleza está siempre en proceso de construcción progresiva, por la sencilla razón que depende del nivel de desarrollo y los recursos de los cuales dispone cada país. Permítanme referirme ahora a dos temas que están a la raíz de nuestro sistema de protección social, y que han sido objeto de un fructífero debate internacional en las últimas décadas. Se trata del concepto de vulnerabilidad y el Enfoque de Derechos, asociado a los Pisos de Protección Social. Comencemos por el concepto de vulnerabilidad. Desde hace ya varios años, en el contexto internacional, junto con mantener el objetivo de erradicar la pobreza y la indigencia (que tendrá siempre una prioridad importante) ha adquirido centralidad el concepto de vulnerabilidad. Algunos factores importantes que han influido en ello son la superación progresiva de la pobreza en muchos países, la 8 precarización del empleo, el incremento de la desigualdad y la interconexión de las economías, que hace que las crisis se expandan con mucha rapidez. Esto se traduce en que una gran franja de familias, no siendo pobres, enfrenta una alta vulnerabilidad de caer en esa situación. Para ellas, la pobreza es un peligro latente, ante –por ejemplo– la pérdida de empleo, la inestabilidad de ingresos, una enfermedad grave o la vejez. Por esta razón, la política social debe preocuparse también de ellas. Podemos reflexionar sobre esta realidad en Chile a partir de algunas cifras. A inicios de 2015, nuestro país alcanzó un PIB per cápita corregido a paridad de compra, de poco más de 23.000 dólares. Pero como sabemos, nuestra distribución del ingreso es muy desigual. En el año 2013, el 60% de los hogares tenía ingresos laborales promedio de la ocupación principal inferiores a 300.000 pesos. Asimismo, el ingreso autónomo total promedio del 60% de los hogares, no superaba los 500.000 pesos. La pregunta pertinente, entonces, es: ¿qué sucede con esas familias si el jefe de hogar queda sin empleo? ¿Qué pasa si uno de sus miembros debe enfrentar una enfermedad compleja? Esto último, por cierto, es lo que le dio pleno sentido a la instauración de 9 las Garantías Explícitas del Plan AUGE y, recientemente, al Fondo Nacional de Medicamentos. Existe otra dimensión del tema de la vulnerabilidad que es también muy importante. Una mirada moderna de la política social tiene que tomar en cuenta que existen ciertos grupos y sectores vulnerables que demandan un apoyo especial para proteger sus derechos y potenciar sus posibilidades de desarrollo, ya que están sujetos a vulnerabilidades específicas. En el caso de Chile, se pone por lo tanto un foco especial en: la población infantil; las personas en situación de discapacidad; los adultos mayores, especialmente los que se encuentran solos; las madres adolescentes; los hogares monoparentales; las comunidades y personas indígenas; y los inmigrantes. Este concepto –dicho sea de paso- es el que funda la misión de algunos servicios asociados al Ministerio de Desarrollo Social como el Servicio Nacional de la Discapacidad, el Servicio Nacional del Adulto Mayor o la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena. Esta mirada que atiende a segmentos mucho más amplios de la población con vulnerabilidades específicas, y que aspira a extender la protección social entregando seguridades y oportunidades a los sectores medios, es lo que fundamenta la afirmación de la Presidenta Bachelet en su programa de gobierno, en el sentido que “El sujeto de una nueva política social debe ser la sociedad chilena en su 10 conjunto”, entendiendo, desde luego, que desde una lógica de equidad y progresividad, siempre serán los quintiles más bajos los que tendrán prioridad en el uso de los recursos, y en la medida que estos últimos crecen, podrán ampliarse las coberturas. Hay un aspecto metodológico que se vincula a todo lo anterior. Junto con aplicar una metodología actualizada de medición de pobreza absoluta por ingresos, nuestro gobierno asumió el desafío de realizar una medición de Pobreza Multidimensional, de acuerdo a estándares internacionales. Este enfoque multidimensional permite analizar de manera directa las condiciones de vida de la población, considerando la situación de las personas y los hogares en relación a distintas dimensiones e indicadores de bienestar que se consideran socialmente relevantes, esto es: educación, salud, vivienda, trabajo y seguridad social. Entre otras cosas, esta metodología permite hacer emerger una pobreza antes invisibilizada y genera nuevas herramientas para la elaboración de políticas sociales más acordes a la realidad de un país de ingreso medio como el nuestro. 11 Permítanme abordar ahora el segundo tema: el Enfoque de Derechos y los Pisos de Protección Social. Después de la crisis subprime de 2008, los organismos internacionales del sistema de Naciones Unidas, liderados por la OIT y la Organización Mundial de la Salud y apoyados por el G-20, han dado un fuerte impulso al concepto de Pisos de Protección Social, tanto por su potencial para proteger a la población, en contextos de normalidad y especialmente de crisis, como por su capacidad de orientar la construcción de políticas sociales progresivas, articuladas entre sí y adaptadas a las realidades de cada país. El concepto es el resultado de un largo proceso de elaboración conceptual y análisis de experiencias concretas en distintos países, varios de ellos latinoamericanos, los que incluyen a Chile, Brasil y Uruguay como casos relevantes. El marco conceptual consolidado se condensa en la Recomendación N° 202 de la OIT sobre Pisos de Protección Social que –cabe destacar– fue aprobada por 453 votos a favor y solo una abstención. Este enfoque establece, en primer lugar, que todo miembro de la sociedad debe poder acceder a una mínima seguridad de ingresos, la que puede tomar la forma de transferencias sociales (como las que provee el pilar solidario del sistema de pensiones), 12 prestaciones por hijo a cargo, apoyo a los ingresos y/o acceso a servicios especializados para las personas desempleadas y los trabajadores pobres, todo ello complementado por políticas activas del mercado de trabajo que potencien la inclusión productiva. Esa es la mirada con que nació el Sistema Chile Solidario y su formulación posterior, que es el Sistema de Seguridades y Oportunidades o Ingreso Ético Familiar. En segundo lugar, plantea que la sociedad debe garantizar acceso universal y asequibilidad al menos a un conjunto de servicios sociales esenciales en los ámbitos de la salud, el agua y el saneamiento, la educación, la seguridad alimentaria, la vivienda y otros niveles que definan los países de acuerdo a sus prioridades y disponibilidad fiscal. Se van estructurando así los peldaños de una pirámide que puede crecer en sofisticación según el nivel de desarrollo y los acuerdos democráticos de cada país, los que configuran el pacto social civilizatorio vigente para un periodo histórico de esa sociedad. Es importante destacar tanto la idea de progresividad en la construcción, como el hecho que no se trata de una construcción arbitraria sino que es el producto de acuerdos democráticos. Quiero recordar, por ejemplo, que el Sistema de Protección Integral a la Infancia Chile Crece Contigo fue aprobado en su momento por la unanimidad de los parlamentarios. 13 Ahora bien, en la práctica, el sistema de protección social en Chile ha respondido a este enfoque de Pisos de Protección, combinándolo con algunas garantías universales, y ha permitido enfrentar crisis como la del 2008 y avanzar sustantivamente en el cumplimiento de las Metas del Milenio. Por ello, no es casual que la Presidenta Bachelet haya presidido el Grupo Consultivo del Piso de Protección Social mientras se desempeñó como Directora Ejecutiva de ONU Mujeres. Un aspecto especialmente importante que debemos destacar es que los pisos de protección social constituyen una herramienta fundamental para permitir la efectiva realización de los derechos económicos, sociales y culturales recogidos en la Declaración de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, en particular el derecho a la seguridad social, que está consagrado en los artículos N° 22 y 25 de dicha Declaración. El principio rector del Enfoque de Derechos es que el objetivo de las políticas sociales es la concreción de los derechos humanos inherentes a toda persona. Esto implica que, junto a los derechos civiles y políticos, las sociedades deben promover y procurar satisfacer los derechos económicos, sociales y culturales para asegurar mayores grados de libertad, igualdad y cohesión social. 14 Como puede verse, el debate internacional ha implicado un verdadero cambio de paradigma –donde Chile ha sido un actor significativo–, transitando desde un marco conceptual focalizado en las necesidades de las personas más pobres a uno que, manteniendo esa meta, busca garantizar los derechos sociales como condición para la ciudadanía. En los hechos, lo que ha ido quedando en el pasado es el concepto ortodoxo de focalización, que en Chile se asocia a la noción de Estado Subsidiario, para pasar a una combinación de focalización con universalidad progresiva, en la perspectiva de un Estado democrático y social de derechos. Cabe señalar que, en el marco del Proceso Constituyente que ha anunciado la Presidenta, que contemplará un proceso de pedagogía cívica, sin duda estos conceptos estarán integrados a la discusión porque sobre ellos se funda la construcción de la ciudadanía social, como complemento a la ciudadanía política. Ahora bien, un factor muy importante para que un Sistema de Protección Social funcione, es la necesidad de contar con buenas herramientas para identificar a las personas que califican para recibir las prestaciones sociales correspondientes. 15 Por esta razón nuestro gobierno se planteó el desafío de elaborar un Nuevo Sistema de Apoyo a la Selección de Usuarios de Beneficios Sociales, para cuya implementación requeriremos la activa colaboración de todos ustedes. Como es sabido, en la actualidad, para la selección de los beneficiarios de una amplia gama de programas, se utiliza preferentemente el puntaje o información de la Ficha de Protección Social como criterio para determinar a qué nivel de vulnerabilidad se asocia un hogar o familia. Durante el año 2010, un Comité de Expertos revisó distintos aspectos de esta Ficha, y señaló que las principales dificultades de este instrumento radican en el reporte no verificado de las variables sobre las que se preguntan en el cuestionario. Adicionalmente, se indicó que algunos programas han usado el puntaje de la Ficha de Protección Social aun cuando no siempre es el instrumento adecuado para apoyar la selección de sus usuarios. Por esa razón, a partir de enero de 2016, vamos a transitar gradualmente desde el uso del puntaje asociado a la Ficha de Protección Social, hacia un nuevo sistema que apoye la selección de usuarios de los distintos beneficios, prestaciones y programas sociales, basado en un conjunto amplio de información, principalmente proveniente de registros administrativos, donde 16 la clasificación socioeconómica puede ser una de ellas, en los casos que corresponda. De esta forma, el Estado adquiere un rol más activo en la responsabilidad de identificar y seleccionar potenciales beneficiarios del Sistema de Protección Social. Esto significa que queremos que el peso de la prueba no descanse en las familias. En definitiva, queremos que exista transparente, justo y sencillo, un sistema que dé garantías para el mejoramiento de la calidad de vida de los chilenos y chilenas. Quisiera referirme muy brevemente a algunas características del Sistema de Apoyo a la Selección de Usuarios de Beneficios Sociales, pues como señalé al principio, este tema será objeto de presentaciones específicas por parte de especialistas de nuestro ministerio, durante la tarde. El Sistema de Apoyo a la Selección de Usuarios de Beneficios Sociales será estructurado sobre la base de los siguientes componentes: i. Primero: un Registro Social de Hogares. Corresponde a un registro de datos que contiene información socioeconómica de personas y hogares, considerando en parte, información aportada por las familias, conocidos como datos auto reportados, pero complementados principalmente con una 17 sólida información de los registros administrativos con que cuenta el Estado, a través de datos obtenidos del Servicio de Impuestos Internos, del Registro Civil, de la Superintendencia de Pensiones, de las ISAPRES, FONASA y del Registro Escolar de Chile, entre otros. ii. Segundo: instrumentos y mecanismos que permitan determinar la condición de elegibilidad de personas y hogares, a través de: La disposición de información que permita a los programas establecer requisitos propios y criterios de prelación sectoriales para la selección, en base a las características de su población objetivo. La disposición de una Calificación Socioeconómica que apoye la elegibilidad de personas y hogares, cuando corresponda. Una instancia para trabajar coordinadamente con la oferta programática. iii. Y tercero, se contará con un procedimiento para rectificar, actualizar y/o complementar información asociada al Registro Social de Hogares. Desde luego –y como ya lo he señalado– los municipios están llamados a jugar un rol fundamental en este cambio, al administrar los procesos de actualización, rectificación y complemento de 18 información al Registro Social de Hogares, atender e informar a los ciudadanos y serán los administradores locales del sistema, para lo que se les brindarán recursos, apoyo, capacitaciones y asistencia técnica permanente. Como ustedes saben mejor que nadie, en la actualidad los municipios ya realizan trámites de actualización de información, tales como incorporaciones o desvinculaciones de personas del hogar, cambios de domicilio y modificaciones de variables recolectadas en el cuestionario de la Ficha de Protección Social. Sin embargo, estos son procesos que se realizan de manera heterogénea en lo que respecta a la calidad de la atención (por ejemplo, en los tiempos de respuesta, en el trato al usuario o en la cantidad de documentos solicitados). Por esta razón, el nuevo sistema incorpora la elaboración de protocolos y de un reglamento para el ingreso al registro, actualización, rectificación y complemento de información, herramientas que permitirán homogenizar la atención a través de las distintas municipalidades del país. Como Ministerio de Desarrollo Social tenemos la certeza de que la implementación gradual de un nuevo Sistema de Apoyo a la Selección de Usuarios de Prestaciones Sociales será un gran cambio para Chile y se constituirá en una herramienta clave para optimizar el funcionamiento del Sistema de Protección Social. Pero 19 además, en un punto donde converge la dimensión técnica con la dimensión ética, este nuevo sistema contribuirá a una mayor equidad en la asignación de los recursos, con mecanismos de control eficientes para detectar manipulaciones y fraudes, y criterios transparentes para acceder a las prestaciones del Estado. Concluyo agradeciendo la invitación a este Congreso Nacional de Municipalidades, porque la alianza estratégica entre el nivel central y el nivel local, para la implementación de las políticas sociales, es de la más alta trascendencia para el país. Como Ministerio de Desarrollo Social, nuestra vocación es fortalecer esa alianza, aportando nuestra experticia técnica, nuestros recursos y mejores capacidades humanas, porque en definitiva, más allá de las diferencias políticas que son propias de un país democrático, lo que nos convoca a todos es el bien de nuestros compatriotas, especialmente los que se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad. Además, en un país que avanza hacia la descentralización, la protección social constituye una base de la cohesión social a nivel local y tengo que la certeza que, si existe un consenso transversal que identifica a todos los presentes en este salón, es que queremos que sus beneficios se asignen rigiéndose por principios generales 20 y justos para todos los chilenos y chilenas, cualquiera sea el territorio donde desarrollen sus vidas. Muchas gracias. MARCOS BARRAZA GÓMEZ MINISTRO DE DESARROLLO SOCIAL Santiago, 6 de Agosto de 2015 21