el alcohol como agente terapéutico a través de la

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EL ALCOHOL COMO AGENTE TERAPÉUTICO A
TRAVÉS DE LA HISTORIA
Autores:
z
José Ramón López-Trabada Gómez
z
Jesús Pascual Arriazu
GECA (Grupo de Expertos en Conductas Adictivas), Madrid
FUENTE: PSIQUIATRIA.COM 2000; 4(3)
El alcohol se ha usado desde siempre como agente terapéutico, no solo en aplicación externa, sino
también como remedio interno, bien solo o conteniendo otros principios activos en él disueltos.
Aunque externamente continúa su uso, el otro uso, el interno ha ido disminuyendo hasta
prácticamente desaparecer, aunque esto no ocurre hasta bien entrado el siglo XX, y como veremos
mas adelante no de manera generalizada.
Por otra parte la actitud de los médicos frente al consumo de bebidas alcohólicas se mantiene
enfrentada hasta prácticamente la actualidad, de ser un elemento de reconocido valor terapéutico y
dietético, las ideas medicas fueron cambiando su consideración frente a las bebidas alcohólicas
según aumentaban los casos de dependencia, con las consiguientes alteraciones sociales, laborales,
familiares y personales, el punto de inflexión fue sin duda la aparición en el siglo XIX del
concepto de alcoholismo como enfermedad. A pesar de lo anterior todavía no existe una actitud
unánime en el ámbito medico.
Vamos a tratar de mostrar, de manera somera, la evolución que el alcohol ha seguido, pasando
desde elemento de uso ritual y religioso, al terapéutico y posteriormente lúdico.
La fermentación intencionada comenzó posiblemente durante el Neolítico, con el desarrollo de la
agricultura. Las primeras suposiciones sobre la existencia del alcohol se cifran en el quinto milenio
antes de Jesucristo. Las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña, en Valencia, indican que se
recogía miel y se almacenaba. Cabe suponer que aquella miel fermentada pudiera ser consumida
só1a o diluida con agua en forma de "aguamiel". Se supone que debido a los efectos psicotrópicos
del aguamiel, ésta pudo sustituir a la sangre en los diferentes ritos sagrados. Los primeros escritos
sobre el vino los podemos encontrar en el Código de Hammurabi, escrito en el 2225 a. de C. en
Asiría, donde se recogían normas para mantener los lugares en los que se vendía el vino
(Rosenstingl, 1978).
El Antiguo Egipto también conocía la fermentaci6n de la cerveza y el vino. El "Libro de los
Muertos" cuenta la manufacturación de una bebida llamada "hek" que era una forma de cerveza. Se
bebía con cañas para evitar tomar los granos de la fermentación, ya que no se filtraba. Los egipcios
también conocían el cultivo de la vid y el vino, que era utilizado por las clases dominantes y muy
apreciado por otros países, en especial el vino de palma. Probablemente, los egipcios enseñaron a
los israelitas a producir vino y cerveza, antes del éxodo a la tierra prometida. Para los judíos, el
vino era una creación divina con propiedades medicinales. No obstante, había sectas Judías como
los Nazaritas que eran abstemios. Estas sectas pudieron ser las inspiradoras de los movimientos de
temperancia. Su abstinencia no estaba basada en la idea de los efectos perniciosos del vino, sino
contra la transformación de la agricultura nómada en sedentaria, como había ocurrido en Canaan
(Raymond, 1970).
Las culturas griega y romana también conocían el cultivo del vino, 3000 años a. de C. El dios
griego del vino era Dionisio. En su honor se celebraban fiestas en las que el consumo de vino era la
norma. Los griegos bebían vino disuelto en agua, cinco partes de agua y dos de vino,
probablemente para atenuar sus efectos (Escohotado, 1989). En la "Iliada y la Odisea", se
describen los efectos del vino; en la primera Hector pide a su madre que no le dé vino, porque le
enerva y le hace perder valor y fuerza; en la segunda, Ulises emborracha al gigante Polifemo para
vencerlo. Plutarco en "Vidas paralelas" describe un concurso de bebida, en el que el vencedor
bebió trece litros de vino sin diluir y falleció a los tres días como consecuencia del exceso. Junto a
estos efectos nocivos, los griegos también reconocieron las propiedades curativas y diuréticas del
vino; además era un elemento imprescindible en los symposia o reuniones de bebedores, durante las
cuales se comía y posteriormente se bebía y se hablaba de filosofía, de política, o se escuchaba
música o poesía.
Los romanos fueron quienes difundieron la vid en todas sus conquistas, e hicieron leyes sobre su
cultivo y comercio. En Roma, la nobleza lo bebía fundamentalmente en banquetes. Para las clases
bajas existían las "thermopolía" o tabernas en las que se podía beber y comer. Las dos fiestas
romanas en las que el vino era imprescindible eran la bacanalia y la saturnalia. La afición al vino no
era extraña; de hecho Suetonio, en la "Vida de los doce Césares", dice que a Tiberius Claudius
Nero, sus compañeros de milicia le llamaban "Biberius Claudíus Nero", precisamente por sus
hábitos de consumo etílico. La expansión de los romanos propició que se estableciera un importante
comercio en torno al vino. Los celtas habitantes de las Galias comenzaron su cultivo e incluso
llegaron a superar las extensiones de cultivo y la calidad del vino. Fueron los galos los inventores
del tonel. Siendo superiores sus caldos a los de los romanos, el emperador Domíciano prohibió
plantar más viñedos en aquella región y ordenó destruir la mitad de las vides (Sournia, 1990).
Desde el punto de vista terapéutico, aunque ya antes otros autores como Asclepiades o Nicerator,
habían sistematizado el creciente numero de fármacos, todos ellos naturales, que se iban sumando a
la farmacopea, no es sino hasta la aparición del Tratado de Dioscorides de Anazarba, cuando se
realiza la más extensa de las recopilaciones y sistematización de los mismos, este trabajo que no
llego a España hasta 1566, traducido por el Dr. Laguna, recogía el vino en diversas combinaciones
como agente terapéutico para multitud de afecciones como puede verse en la Tabla I. Tanto
Dioscorides como su traductor el Dr. Laguna, advierten de los peligros del vino, aunque reconocen
en el un elemento terapéutico de primer orden. Además de la descripción de los distintos tipos de
vino y sus indicaciones, abogan por un consumo moderado del mismo, aunque Dioscorides
siguiendo la costumbre griega que recomendaba emborracharse una vez al mes con el fin de
vomitar y así limpiar las impurezas acumuladas, recomienda también que algunos días se beba mas
de lo necesario. Como método infalible para " quitar el vino al que de el son esclavos ", el Dr.
Laguna cita el siguiente: Ahogar dos anguilas en vino, dárselas a comer cocidas al sujeto y luego
darle a beber el vino en el que se ahogaron. (Dioscorides,1984).
Tabla I.
Nombre.
Composición.
Indicaciones.
Vino melitite o Vino mulso.
Vino + miel.
Fiebres.
Flaqueza
de
estomago, mal de riñones,
flaquezas de cabeza.
Vino scilitico.
Vino + cebolla.
Gota, angustia y estrechura de
pecho,
pulsos
débiles,
tosigosos.
Vino marino.
Vino + agua marina.
Fiebre, vientre duro.
Vino cydonite
Vino + membrillo.
Disentería, alt. de hígado y
riñones, confirmativo del
estomago.
Vino enanthino.
Vid salvaje + mosto.
Disentería, apetito
flujos celiacos.
Vino roete.
Vino de Granadas.
Para escasez de orina.
Vino rosado.
Mosto + rosas.
Dolores
disentería.
Vino myrtite.
Vino + grana de Arrayan.
Llagas y fluxiones internas.
Vino de dátiles.
de
perdido,
estomago,
Estomago.
Vino sycites
Vino de higos secos.
Escasez de orina, para el
menstruo.
Vino resinoso.
Vino + resina de pino.
Tos, catarro, flujo celiaco y
disentérico, hidropesía.
Vino strobilite.
Vino + piñas.
Tisis.
Vino cedrino.
Vino + cedrino.
Tos, dolores de
lombrices, temblores.
Vino empegado.
Vino + pez liquida.
Dolores de hígado, vientre,
pecho y bazo.
pecho,
Vino de ajenjos.
Provoca orina. Enf. del hígado,
ictericos.
Vino de hisopo.
Tos, asma, enf. de pecho,
costados y pulmones.
Vino aromático.
Vino + dátiles + aspálato + Dolores de pecho, costado y
calamo + nardo.
pulmones. Enf de vejiga y
riñón.
Los árabes, sobre el año 800 a. de C. descubrieron la destilación del vino, obteniendo así alcoholes
de más alta graduación. En España, Ramón Llull (1233-1315) fue el primero en describir la
destilación del alcohol; creía que prolongaba la vida, de ahí que lo llamase "agua de la vida".
Después, Arnau de Vilanova, promovió sus cualidades en el libro "De conservanda juventute et
retardanda senectute". Actitudes parecidas persistieron en la mente popular hasta la mitad del siglo
XIX. Durante la Edad Media, el vino estuvo en poder de la Iglesia. En las tierras anexas a los
monasterios estaban incluidos los viñedos. El vino era imprescindible para las celebraciones
religiosas y constituía una fuente de ingresos económicos. Esto provocó que, particularmente en
Francia, los monasterios se constituyesen en auténticos centros de comercio relacionado con el
alcohol (Fouquet y De Borde, 1975). Los conocimientos árabes sobre la destilación del vino fueron
utilizados por los monjes para elaborar bebidas espirituosas como el güisqui, el kirsch, el chartreuse
y otros. Hacía el siglo XIV el alcohol es una sustancia muy utilizada en los diferentes países para
hacer licores, perfumes y medicamentos (Sournia, 1990).
En el siglo XVII se inició el periodo de comercialización del vino. Se sabía que su transporte lo
estropeaba y se mezclaban diferentes vinos para que soportara mejor el transporte. El
descubrimiento de la destilación posibilitó el traslado, los trasiegos y que el alcohol pudiera estar
disponible en cualquier sitio, con lo que la comercialización era una realidad con enorme potencial
económico (González y Martínez, 1989). Estos procesos, unidos a la revolución industrial, hicieron
que durante el siglo XIX se produjera un importante incremento del consumo de alcohol en el
mundo occidental (Schivelbusch, 1995).
Durante el siglo XIX, Pasteur descubrió la fermentación y posibilitó la mejora en la calidad de los
vinos. Fue considerado antiséptico y esclerosante. En los primeros años del siglo XIX, Broussais
criticó mucho su uso en medicina, pero ésto fue sólo una moda que duró un par de décadas. El
aumento de su uso pudo deberse a la propaganda del médico inglés R.B. Todd, quien decía que
aceleraba los procesos de cicatrización y las defensas corporales contra la enfermedad. Aprovechó
las ideas de von Liebig sobre que el alcohol se metabolizaba y se almacenaba, para pensar que era
bueno. Cuando se hicieron estudios de laboratorio y se vio que la intoxicación etílica disminuía la
temperatura corporal, se utilizó como antipirético. Se realizaron tónicos basados en el vino, al que
se le añadían coca, cola, y otras sustancias. Cada hospital solía tener sus propios tónicos,
denominados con el nombre de los médicos que los habían realizado (Sournia, 1990). Mayet, en
1896, encontró que 23 hospitales en Francia consumían 34000 litros de ron al año. Se utilizaban
para hemorragias, envenenamientos, fiebre, cólera, malaria, tifoideas y tuberculosis. También se
utilizaba en la anemia, polineuropatía y en el síndrome de abstinencia al alcohol. En Gran Bretaña y
en Estados Unidos también se produjo una intensa controversia sobre la utilización médica del
alcohol, a finales del siglo XIX e inicios del XX, respectivamente. Aunque la Asociación Médica
Americana, en 1917, se mostraba partidaria de la prohibición del alcohol en medicina, una encuesta
en 1922 revelaba que la mitad de los treinta mil médicos americanos encuestados se mostraban
partidarios de la prescripción del alcohol (Sournia, 1990). Durante el siglo XIX se creía que el
alcohol fermentado era bueno, mientras que los licores eran dañinos. Pasteur habló sobre el
equivalente calórico del vino y, en 1888, Desbouvrie aconsejaba mezclar una especie de chocolate
rico en albúmina para que absorbiera las sustancias tóxicas que iban en el vino. En 1933, se celebró
el I Congreso de Médicos amigos del vino y, en 1916, se distribuyó entre el ejército Francés un
folleto que aconsejaba el consumo de alcohol para aumentar el vigor, el apetito, como fuente de
calor y para facilitar la digestión (Sournia, 1990).
Las consecuencias del consumo llevaron a Estados Unidos, en 1918, a dictar la ley seca y a su
derogación en 1933. Durante dicho periodo se comercializaron las petacas y se pusieron de moda el
cocktail o combinados para disimular el mal sabor del alcohol que se distribuía.
En relación a la utilización del alcohol para trastornos mentales, la literatura médica de la Época
clásica y de la Edad Media recogía que el consumo de vino mejoraba las funciones digestivas y
fortificaba la sangre y abría los canales y venas del cuerpo (Sournia, 1990). La utilización del vino
o del alcohol para los trastornos psiquiátricos nunca pasó de ser un elemento de segundo orden con
indicaciones muy limitadas, posiblemente porque los efectos psicotrópicos incluían alteraciones de
las funciones superiores. A pesar de lo cual, autores como W.Culllen en su "Tratado de Materia
Medica" incluye el alcohol y el vino entre los narcóticos sedantes, además de cómo diaforético y
sudorífico, destacando la acción sedativa del alcohol y comparándola con la del opio, del vino dice
que al tener menor cantidad de alcohol seria mas indicado su uso como estimulante, cordial y
excitante, prefiriendo al vino como estimulante y al opio como sedante. (Cullen, 1795).
Brown y sus seguidores también recomendaban el vino como estimulante estenico. En cualquier
caso el alcohol no se consideraba contraindicado en los trastornos mentales como comprobamos
por D. Irish que en su libro "Levamen infirmi: or, cordial counsel to the sick and disease" habla de
las condiciones que deben reunir los asilos de alienados y en el apartado referente a la alimentación
exige "buena comida, carne y cerveza suficiente en todo momento". (Hunter,1963). Como veremos
mas adelante el incluir el alcohol en la dieta base de los asilos se mantendrá hasta casi el siglo XX.
Durante los siglos XVII y XVIII comenzaron a describirse diferentes patologías asociadas al
consumo del alcohol. A pesar de lo cual su uso continuo hasta bien entrado el siglo XIX. Así
autores como Barbier en su " Elementos de Materia Medica" describe la acción del vino sobre el
cerebro como "desenvolviendo la vitalidad de este órgano es como aumenta la energía de las
facultades morales, inspira alegría, buen humor, inflama la imaginación, produce entusiasmo y al
mismo tiempo anima las fuerzas musculares, da agilidad y deseo de ejercitarse..". (Barbier,1825).
J.Guislain en su "Lecciones orales sobre las frenopatías" incluye la cerveza en la dieta básica de
los enajenados, recomendando un litro por día para los hombres y medio litro al día para las
mujeres. (Guislain, 1881). Varios autores como Zambaco, Manquat, Wurtz y entre nosotros Juarros
recomendaban el alcohol en el tratamiento de la morfinomanía como estimulante, usando coñac,
vino de Málaga o de Oporto, junto con otros medicamentos tónicos y sedantes como el café, te,
acetato amónico y éter. (Juarros). También E. Regis en su " Tratado de Psiquiatría" recomienda el
uso del alcohol como sustituto de la morfina en el tratamiento del morfinismo. Incluye el alcohol,
junto con el té, cafeína y otros como agentes estimulantes difusibles, indicados en ciertas psicosis
sobretodo en los estados de astenia profunda y dentro del régimen general de los asilos recomienda
el uso moderado del vino y los alcoholes considerando que no deben proscribirse del todo. (Regis)
Durante el siglo XIX apareció el concepto de alcoholismo y se relacionó el delirium tremens con el
hábito etílico (Rubio y Santo-Domingo, 1994), lo que comenzó a cambiar la actitud medica frente
al alcohol, aunque de manera muy irregular, habiendo autores en contra de su uso como Griesinger
(1865), de raíz biologicista, que en su "Tratado de las enfermedades mentales" señala que los
espirituosos no deben darse a ningún alienado, particularmente en los casos de locura reciente. En
los casos de convalecencia se prestará especial vigilancia a su consumo". Reconoce que puede tener
alguna utilidad en los casos de debilidad precoz de la inteligencia con infiltración serosa de las
extremidades y en los bebedores de agua de vida (Griesinger, 1865). Y otros que todavía confieren
al alcohol altas cualidades como podemos ver en la Enciclopedia de Ciencias Médicas donde se
decía que el alcohol constituía un alimento nervino, al actuar como estimulante del sistema
nervioso. Se consideraba que "a pequeñas dosis facilita el trabajo cerebral, aumenta la energía del
cerebro y atenúa la fatiga". También se recomendaba en el alcoholismo agudo y en los estados de
adinamia. Se prescribía en forma de limonada vinosa o bajo la forma de poción. (Ver tabla II).
(Brissaud, 1911). La verdadera difusión de su uso en el alcoholismo no se produjo hasta que se
relacionó la abstinencia del alcohol con cuadros como el síndrome de abstinencia o el delirium
tremens. Produciéndose hasta ese momento múltiples publicaciones que destacaban con sorpresa la
curación del delirium tremens con aguardiente, vino de Málaga o alcohol.
Tabla II.
Poción Tónica
Coñac o Ron: 20gr + Jarabe de Quina: 30 gr. + Agua: 100gr
Poción Cordial
Tintura de Canela: 10gr + Jarabe de Cortezas de Naranjas amargas:
40gr + Vino de Banyuls: 110gr
Limonada vinosa de los Jarabe de Azúcar: 100gr + Vino rojo: 250gr + Agua: 1.000gr
Hospitales.
Poción de Todd.
Alcohol 60º: 40gr + Tintura de Canela: 5gr + Jarabe simple: 30gr +
Agua destilada: 75gr.
No podemos olvidar que durante el siglo XIX y en las primeras décadas del XX se pensaba que la
abstinencia del alcohol no podía ser la causante de ningún trastorno. Se creía que estos cuadros
estaban producidos por una toxina que se originaba por el propio consumo de alcohol. La polémica
se zanjó cuando la Organización Mundial de la Salud, oficialmente, reconoció la relación de dichos
trastornos con el cese del consumo.
También se intento emplear el alcohol, como medio de curar el alcoholismo, así vemos como entre
1899 y 1903, se produjeron varias publicaciones, que basándose en los trabajos de Pasteur sobre la
vacunación en enfermedades infecciosas, desarrollaban la experimentación de una vacuna
antietílica, entre ellos cabe destacar los trabajos de Broca, Thibault, Dromard y Sapelier estos dos
últimos en su libro "Le serum anti-éthylique" describen el método de obtención de la antitoxina:
durante varios días se le administraba a un caballo dosis crecientes de alcohol, comenzando por
200 gr. y llegando a los 500 gr. al día, tras 10 días aproximadamente se podían ver cambios en la
sangre del animal, como que los glóbulos rojos perdían nitidez en su contorno y dejaban de
apilarse en monedas para aglutinarse en placas y los glóbulos blancos aumentaban en gran
cantidad, ese seria el momento donde el caballo ya podía proporcionar el suero antietilico. Se le
sangraba y el coagulo obtenido se pasteurizaba sometiéndolo a 56º durante una hora tres veces
consecutivas con intervalos de dos días. Tras la experimentación en conejos Broca y Sapelier
pasaron a la experimentación en el hombre dando la siguiente estadística: de 57 casos tratados, 41
fueron curas absolutas, y 16 fracasos. Además de ciertas contraindicaciones como los casos de
cirrosis, psicosis o neurosis, se consideraba que la vacuna funcionaba mejor en los bebedores de
aguardiente que en los de vino donde los fracasos eran muy frecuentes. (Sournia, 1990, Bertillon,
1905). No es necesario comentar que el intento no obtuvo el éxito esperado.
En los últimos cincuenta años, se ha seguido utilizando el alcohol para el tratamiento del síndrome
de abstinencia al alcohol, en unidades quirúrgicas o unidades de cuidados intensivos. Este hecho
propició la utilización del alcohol en hospitales con la finalidad de evitar la aparición del síndrome
de abstinencia o del delirium tremens. Así, en los últimos treinta años han sido publicados, al
menos, cinco estudios sobre dicho aspecto (Mata y Rubio, en prensa). Lo que demuestra que la
postura medica frente al uso del alcohol sigue sin ser unánime todavía hoy.
BIBLIOGRAFÍA.
1.- Barbier,J.B.G. "Elementos de Materia Medica" Madrid. Imprenta de Don miguel de Burgos.
1825
2.- Bertillon, J. "El alcoholismo". Casa Editorial Calleja.Madrid.
3.- Brissaud E, Pinar A, Reclus P. Enciclopedia de Ciencias Médicas. Madrid. Editorial Saturnino
Calleja, 1911.
4.- Cullen, G. "Tratado de Materia Medica". Madrid. Imprenta de Don Benito Cano.1795
5.- Dioscorides, P. "Acerca de la Materia Medicinal y de los venenos mortíferos". Ediciones de
Arte y Bibliofilia.Madrid. 1984.
6.- Escohotado,A. "Historia de las drogas" (Vol 1-2). Madrid. Alianza Editorial. 1989.
7.- Fouquet, P.- De Borde, M. "Le roman de Làlcool." París. Seghers. 1975.
8.- Griesinger, W. "Traité des Maladies Mentales". Traduit de Lallemand (2ª edición). París.
Adrien Delahaye. 1865.
9.- González De Pablo, A.- Martínez Pérez, J. " Miseria, Patología y criminalidad. El significado
del alcohol en el siglo XIX". JANO1989; 852: 987- 993.
10.- Guislain, J. "Lecciones orales sobre las frenopatías". Madrid. Imprenta de Enrique
Teodoro.1881.
11.- Hunter,R.-Macalpine,I. " Three Hundred Years of Psychiatry.1535-1860". London.Oxford
University Press.1963
12.- Juarros, C. "Tratamiento de la Morfinomania". Editorial Saturnino Calleja.Madrid.
13.- Mata, F.- Rubio, G. "Utilización del etanol en el síndrome de abstinencia del alcohol".
Adicciones.(en prensa).
14.- Raymond,I.W. "The teaching of the early on the use of wine and strong drink". Nueva
York.AM Press,1970.
15.- Regis, E. "Tratado de Psiquiatría". Madrid. Saturnino Calleja.
16.- Rosenstingl, R. "El alcoholismo en la Prehistoria". En: Gassull MA (de). La enfermedad
alcohólica. Barcelona. Químicos Reunidos, 1978.
17.- Rubio Valladolid, G.- Santo-Domingo Carrasco, J. "Concepto de alcoholismo: perspectiva
histórica desde M. Huss (1849) hasta la actualidad". Anales de Psiquiatría 1994; 10: 406-412.
18.- Schivelbusch, W. "Historia de los estimulantes". Barcelona. Anagrama. 1995
19.-Sournia,J .Ch. "A history of Alcoholism". Oxford , Basil Blackwell, 1990.
Como citar esta conferencia:
López-Trabada Gómez, JR. Pascual Arriazu, J. EL ALCOHOL COMO AGENTE TERAPÉUTICO A TRAVÉS
DE LA HISTORIA. Congreso Virtual de Psiquiatría 1 de Febrero - 15 de Marzo 2000 [citado: *]; Conferencia 34-CIJ: [16 pantallas]. Disponible en: http://www.psiquiatria.com/congreso/mesas/mesa34/conferencias/34_ci_j.htm
* La fecha de la cita [citado...] será la del día que se haya visualizado este artículo.
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