250 aniversario Villa de la Real Isla de León

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250 aniversario Villa de la Real Isla de León
1766-2016
Juan Torrejón Chaves
Academia de San Romualdo
A principios del siglo la Isla de León parecía estar condenada. Se hallaba bajo el dominio
de los Duques de Arcos, desde que la había comprado a Juan de Zuazo, con todo su
territorio, y jurisdicción civil y criminal.
El dominio solariego y jurisdiccional perteneció, pues, a una de las más importantes Casas
de la nobleza española, los Ponce de León, cuyo interés por la Isla no era otro que el de
percibir las rentas derivadas de sus derechos señoriales y censos particularmente
enfitéuticos.
Por su parte y durante siglos, la ciudad de Cádiz hizo cuanto pudo para impedir que en la
Isla de León se formase población, para lo cual había conseguido de los reyes la
prohibición de hacerse poblado en la Isla, con pena de perdimientos de las casas para sus
dueños y de galeras a los alarifes que las fabricase.
De ahí que la imagen que presentaba la Isla de León a principios del siglo VIII fuere el de
unas caserías aisladas con sus fincas de labor, que pertenecían a familias poderosas del
comercio gaditano.
A la sazón, la población de la Isla se hallaría alcanzaría difícilmente a tener 1.000
habitantes.
Pero la situación empezó a cambiar a partir del año 1729.
El Real Decreto de 31 de mayo de 1729.
Durante el reinado de Felipe V, el primer monarca de la dinastía borbónica, la Isla
de León fue agregada a la Corona por Real Decreto de 31 de mayo de 1729.
Entonces, la jurisdicción de la Isla de León fue incorporada al Cabildo de la ciudad
de Cádiz, colocando el Gobernador de la ciudad en la Isla un Teniente de Corregidor;
mientras que la posesión de los bienes patrimoniales y los censos enfitéuticos –perpetuos–
y al quitar –amortizables–, continuaron en manos de la casa Ducal de Arcos, cuyos
titulares pudieron enajenar, vender y dar a censo las tierras de la Isla, como dueña
territorial y solariega de la misma.
Por una Real Cédula de 13 de diciembre de 1732, se declaró que en la
incorporación a la Corona de la Isla de León, solamente se habrían de comprender la
jurisdicción, oficios y ventas jurisdiccionales, y no la venta y bienes patrimoniales que
continuaron en manos de la Casa del Duque de Arcos., en cuya posesión se le reintegraba.
Mientras tanto, la potenciación de las actividades navales militares en la bahía de
Cádiz, con el relanzamiento del Real Carenero del Puente de Suazo, provocaron un “efecto
llamada” y la población de la Isla fue aumentando, mal que le pesara a la ciudad de Cádiz.
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Las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada y sus Comprobaciones.
El cuadro que nos presentan estas Respuestas, que fueron dadas el 4 de octubre de
1752, dista mucho de la imagen que ofrecía la Isla de León de principios de siglo.
Aparece una comunidad formada por 650 vecinos (2.600 o 3.250 habitantes), con
la particularidad de estar vinculada a los sectores secundarios y terciarios: Por un lado,
menestrales; es decir, artesanos y obreros dedicados a la industria; y, por otro, personas
ligadas al sector servicios, como son los profesionales liberales y los transportistas.
Por ejemplo: Hay 2 médicos, 2 cirujanos, 2 boticarios, 3 maestros de primeras
letras, 1 Teniente de Corregidor, 1 escribano público,, 11 dependientes de rentas
provinciales, 11 dependientes de rentas estancadas y aduanas, 17 dependientes de la
provisión de víveres de Marina, 19 dependientes de la fábrica de lonas y de los Reales
arsenales del Puente de Suazo, 19 dependientes de la fábrica de jarcia, 15 tenderos de
comestibles, 11 tenderos de mercerías, 8 arrendadores de molinos harineros, 8
arrendadores de atahonas, 1 mesonero, etc.
El número global de artesanos y obreros que trabajan en la Isla de León a mediados
del siglo XVIII es de 479; de los cuales, 204 estarán directamente empleados en las
instalaciones del Puente de Suazo y en el nuevo Real arsenal de La Carraca. O sea,
relacionados con la Armada se encuentra el 42’5 por 100 de todos los obreros y artesanos
isleños: 10 maestros de hacer velas para la Marina Real, 10 oficiales de lo mismo, 11
maestros zapateros, 19 oficiales de lo mismo, 6 carpinteros de lo blanco, 7 maestros
toneleros, 32 carpinteros de ribera, 20 calafates, 6 maestros albañiles, 17 oficiales de
albañilería, 9 maestros herreros y cerrajeros, 28 panaderos, 4 carniceros, 4 maestros
albéitares, 6 maestros barberos, 5 oficiales barberos, 15 patrones de embarcaciones, 29
capataces de salinas, etc.
Diez años más tarde, cuando se llevaron a cabo las Comprobaciones del Catastro
de Ensenada, la Isla había duplicado su población, que puede fijarse en alrededor de los
6.000 habitantes.
Sin lugar a dudas, eran las crecientes actuaciones navales-militares las que servían
de foco de atracción humana hacia la Isla de León.
En el primer censo moderno español, el ordenado efectuar por el Conde de Aranda,
del año 1768, los habitantes no exentos alcanzaron a ser 7.380.
En aquellos momentos estaba a punto de ocurrir el suceso de mayor envergadura
de la historia local: el traslado de la ciudad de Cádiz del Departamento de Marina.
El Real Decreto de 11 de enero de 1766.
El entonces Alcalde mayor de la Isla de León planteó ante el Consejo de Estado
una cuestión de escasa importancia, cual erala de que el Obispo de Cádiz le había
despojado del uso de una silla para su asiento en la Capilla mayor de la Parroquia de la
misma.
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El Consejo de Estado recabó informe sobre la situación de la Isla de León al
Gobernador y Alcalde mayor de la ciudad de Cádiz; cuya información fue estudiada por
dicho Consejo, del que dimanó Carta acordada al Gobernador y Alcalde mayor de la
ciudad de Cádiz para que éste conviniese con el Alcalde de la Isla de León y propusieran
los vecinos de la misma Isla, y de ningún modo de los vecinos de Cádiz, a aquellos
individuos que estimaran más a propósito para que sirviesen los oficios de Regidores,
procurador Síndico General, y Alguacil mayor, además del número de Regidores que
convendría se crease para la formación de un Cuerpo de Ayuntamiento, y si convenía que
éstos fuesen anuales o perpetuos; así como los salarios o ayudas de costa que se les podían
consignar y los fondos de los cuales se pudieran obtener.
Los propuestos fueron Onofre de Hore para Regidor decano; y Pedro de Figueroa;
Pedro de Mesa; Juan Malpica; Bernabé Martínez; Juan Abollado; Miguel Cazalla, como
demás Regidores; y Jorge Romero Caamaño para el empleo de Aguacil mayor.
Visto por el Consejo, y “ atendiendo a que no puede dilatarse por más tiempo la
formación de Ayuntamiento en la Isla de León, haciéndola Villa por sí, y sobre sí, con
Jurisdicción Civil, y Criminal, mero, y mixto Imperio en todo el territorio de la Isla, y
que su Ayuntamiento como los demás de las Ciudades, Villas, y Lugares de estos
nuestros Reinos, cuida con el Alcalde Mayor del Gobierno político y económico de ella,
arreglándose en sus facultades, y funciones a lo prevenido en las Leyes del Reino […]
se acordó expedir ésta nuestra Carta: Por la cual queremos que este Ayuntamiento se
componga de seis Regidores, un Alguacil mayor, y un Procurador Síndico […] Que sea
Decano Dn. Onofre de Hore […] Que el común de vecinos elija un procurador Síndico
[…] Que así es nuestra Voluntad. Dada en Madrid a once días del mes de Enero de
1776”.
Este Real Despacho representa el “acta de nacimiento” de la Villa de la Real Isla de
León como nuevo municipio, según la voluntad del rey Carlos III, su mayor benefactor.
Precisamente, el primer Cuaderno de Cabildos celebrados por el Ayuntamiento de
esta villa, principió con el Real Despacho de su creación.
El 27 del mismo mes de enero, los nuevos Regidores que componían su
Ayuntamiento juraron “cumplir bien y fielmente sus respectivos oficios, desempeñando
las obligaciones de su cargo como corresponde a beneficio de la causa pública”, y tomaron
posesión de sus cargos.
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