La oración eficaz - Recursos Escuela Sabática

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Segundo Trimestre —Primer sábado—
2 de abril
La oración eficaz
Tema: La oración
Propósito del programa
Conocer algunas estrategias que nos ayudarán a orar mejor, pues la oración es el aliento del alma y un aspecto vital en
nuestra salvación.
Al director
Escriba las estrategias en cartulinas y péguelas en una pizarra a medida que se mencionen. Los participantes deben estar
sentados en la congregación y levantar la mano cuando le toque su turno.
Sugerencias
 Prepare secciones de oración durante el desarrollo del programa que tengan como finalidad orar por las familias, los
proyectos de la iglesia y las visitas no bautizadas.
 Coloque carteles que motiven a orar constantemente.
 Puede obsequiar ejemplares de El poder de la oración eficaz de Jansen y Gloria Trotman.
 Prepare un árbol donde se colgarán las peticiones de oración de ese día.
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La oración 61
Introducción
Cuando se nos pregunta ¿Qué es la oración? la mayoría de nosotros suele responder, «Orar es hablar con Dios como si
fuese un amigo». A pesar de que estas palabras encierran una gran verdad, siempre se nos hace difícil orar. ¿Por qué?
Pues porque la oración no se limita a hablar nosotros, sino que también incluye escuchar a Dios.
Elena G. de White escribió: «Las tinieblas del maligno envuelven a aquellos que descuidan la oración. Las tentaciones
secretas del enemigo los incitan al pecado; y todo porque no se valen del privilegio de orar que Dios les ha concedido
¿Por qué los hijos e hijas de Dios son tan remisos para orar, cuando la oración es la llave en la mano de la fe para abrir el
almacén del cielo, donde están atesorados los recursos infinitos de la Omnipotencia? Sin oración incesante y vigilancia
diligente, corremos el riesgo de volvernos indiferentes y de desviarnos del buen camino. El adversario procura
constantemente obstruir el acceso al propiciatorio, para que no obtengamos, mediante ardiente súplica y fe, gracia y
poder para resistir a la tentación» (El Camino a Cristo, cap. 11, p. 141). Esperamos que esta cita motive la práctica de h
oración en la vida de cada persona aquí presente.
Presentador
Buenos días, quiero darles la bienvenida a la casa de Dios. Al igual que el salmista David me siento motivado a decir:
«Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía» (Salmo 133:1). ¿Qué les parece si
cantamos una canción donde podamos expresar el afecto que sentimos los unos por los otros? (Elija un corito que
conozca la mayoría).
Esta mañana vamos a hablar de la oración, sin embargo necesitaré de la colaboración de todos. Quiero que hagamos una
lista de las estrategias que nos permitirán orar eficazmente. Frecuentemente estoy orando y de repente me sorprendo a mí
mismo pensando en otras cosas y entonces debo pedir perdón y comenzar de nuevo. ¿A alguno de ustedes le ha sucedido?
Primer participante
A mí me ha pasado en varias ocasiones, por eso antes de orar procuro cantar algunos himnos, pues esto permite que mi
mente se conecte con el cielo y estar preparado para hablar con Dios. Los cantos también son oraciones y a través de
ellos podemos expresar gratitud y reconocer la grandeza del Señor. ¿Qué les parece si nos ponemos en pie para cantar?
Busquemos el himno N° 376: «Dulce oración», Himnario Adventista.
Presentador: Gracias hermano, su sugerencia es cantar antes de orar. ¿Quién más quiere compartir una idea?
Segundo participante
Para mí ha sido beneficioso orar de rodillas, porque yo acostumbraba a orar en la cama, o sentado, pero terminaba dormido;
me distraía. Elena G. de White aconseja: «La oración verdadera se aferra al Omnipotente y nos da la victoria. Es sobre sus
rodillas que el cristiano obtiene la fortaleza para resistir la tentación» (La oración, p. 26). Esto no quiere decir que solo
debemos orar de rodillas, podemos hacerlo en diferentes posiciones según la situación lo exija. Sin embargo, al arrodillamos
mostramos humildad y reverencia ante nuestro Creador. Vamos a comunicamos con nuestro Dios.
Tercer participante
En mi caso, leer la Palabra de Dios antes de orar me ha ayudado mejorar mis momentos de oración. Me permite distinguir cuáles deben ser los verdaderos motivos de oración. Además, cuando he estado muy agobiado y no tengo
claramente las ideas en mi mente, leo las oraciones que están en la Biblia como la de Ana, Daniel o también los Salmos y
las convierto en mi oración personal. Al finalizar mi corazón ha conectado con el cielo. Busquemos en nuestras Biblias
Santiago 5:16 y Mateo 26: 41.
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Presentador: Muy bien vamos a escribir estas sugerencias, mientras escuchamos una hermosa alabanza musical.
Cuarto participante
Orar en el momento apropiado es fundamental. Es cierto que podemos hacerlo mientras hacemos los oficios del hogar,
caminamos o viajamos. Sin embargo, la oración en la cual le abrimos nuestro corazón a Dios debe efectuarse en un
momento tranquilo y libre de cargas, no después de ver la televisión o haber comido en abundancia, porque no nos
permitirá concentrarnos. A primera hora de la mañana la mente está más dispuesta para hablar con el Señor. Escuchemos
en este momento el Misionero de esta semana.
Quinto participante
En una ocasión escuché a un pastor decir que la posición que tengamos a la hora de orar también es importante, porque si
lo hacemos recostados de la cama, del mueble o una pared es más probable que el cuerpo entre en una fase de relajación,
por lo tanto, es fácil quedarnos dormidos o que nuestros pensamientos se dispersen. Él recomienda que al orar de pie o
de rodillas debemos hacerlo con la espalda recta, esto nos ayudara a concentrarnos mejor. «La reverencia se reafirma al
mostrar de forma física nuestra actitud mental». Escuchemos a continuación el Rumbo de esta semana.
Sexto participante
Cuando estoy orando en ocasiones acuden a mi mente recuerdos de algunas situaciones o pensamientos negativos, como
también de algunas personas. Me ha sido útil orar por esas personas. A veces, en lugar de evitar estos pensamientos o
recordar estas situaciones negativas, es más beneficioso presentárselos a Dios en ese mismo momento. Debemos ser
específicos al orar. También podemos utilizar la imaginación, pues al orar me imagino que estoy de rodillas frente al
trono de Dios o que Jesús está a mi lado abrazándome, así puedo mantenerme concentrado. Vamos a escuchar el informe
secretarial y luego a dividimos en clases.
Conclusión
«La oración no es una carga, sino una delicia; no es un ejercicio trivial, sino una experiencia bendita; no es una actividad
aburrida, sino una alegre oportunidad. El que ora puede ser comparado a quien moría de hambre y encuentra por fin
deliciosa comida; es como el sediento que ha encontrado una fuente burbujeante de refrescante agua; es como un viajero
cansado que encuentra una hermosa sombra para descansar; o como un perdido que finalmente encuentra las
comodidades del hogar» (Secretos de la oración eficaz, p. 8).
Himno
N° 376: «Dulce oración», Himnario Adventista.
Oración
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