Bridges for Peace (Puentes para la Paz) Los Estudios de Israel Vol. # 771002S PUENTES PARA LA PAZ SU CONEXIÓN CON ISRAEL CON OFICINAS REGIONALES EN: • ISRAEL: SEDE INTERNACIONAL P.O. Box 1093, Jerusalem, Tel: (972) 2-624-5004 [email protected] • AUSTRALIA: P.O. Box 7973, GCMC, Queensland 9726, Tel: (61)7-5593-2811 [email protected] • BRASIL: Caixa Postal:1197, Cep: 30.123-970 BH - MG, Tel: 55-31-378-9350 [email protected] • CANADÁ: P.O. Box 21001, RPO Charleswood, Winnipeg, MB R3R 3R2, Tel: (204) 489-3697 [email protected] • ESTADOS UNIDOS: P.O. Box 33145, Tulsa OK 74153-1145, Tel: 1-800-566-1998 [email protected] • JAPÓN: Taihei Sakura Bldg. 5F 4-13-2 Taihei Sumida-ku, Tokyo 130 0012, Tel: (81) 3-5637-5333 [email protected] • MUNDO HISPANO: PMB 133, 100 Gran Bulevar Ste. 112, San Juan, PR 00926-5955, EUA Tel/Fax: 1-787-782-0868 [email protected] • REINO UNIDO: Victoria House, Victoria Road, Buckhurst Hill, Essex IG9 5EX, Tel: (44) 208-559-2479 [email protected] • SUDÁFRICA: P.O. Box 15263, Panorama 7506, Tel/FAX: (27) 21-975-1941 [email protected] www.bridgesforpeace.com www.puentesparalapaz.org L A M ANO Y EL B RAZO DEL S EÑOR “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido...” (Deut. 5:15; Sal.136:11-12). ¿Te has preguntado alguna vez lo que significa la frase “con mano fuerte y brazo extendido”? La palabra “brazo” aparece alrededor de 80 veces en las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento), y tres veces en el Nuevo Testamento. Raras veces es utilizada en su sentido literal (Jueces 15:4; 16:12). Por lo general, es usada de manera figurativa, y a menudo con referencia a Dios. Al igual que ocurre con otras frases bíblicas un tanto extrañas a nuestros tiempos, es importante conocer el contexto, además de la vida y estilo particular del autor, para entender el mensaje de Dios. Tenemos que seguir dos reglas de interpretación para que podamos comprender mejor lo que se nos quiere expresar por medio de esta frase. Primeramente, esta descripción física de Dios es lo que se conoce como antropomorfismo, lo que significa atribuirle a Dios características, actos o sentimientos típicamente humanos. Vemos esta figura literaria en otros versos bíblicos, por ejemplo, “Inclina a mí tu oído...” (Sal. 31:2); “He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel” (Sal. 121:4); “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal” (1 Ped. 3:12), etc. Dios no es humano y, por lo tanto, no puede estar restringido a un cuerpo como el nuestro, que tiene necesidades fisiológicas. Dios tampoco tiene ojos, oídos ni rostros como los nuestros. Esas son simples herramientas literarias por medio de las cuales podemos comprender y describir mejor Su naturaleza, según nuestra mente humana y finita. Un segundo punto que debemos tener en cuenta para interpretar la mencionada frase es que los escritores hebreos pensaban de manera hebraica y no griega. El método de pensamiento griego es el que utiliza y enseña el sistema educativo moderno. El pensamiento hebraico se interesa más en lo que un objeto hace (su función) en contraste con lo que un objeto es (su forma). Por esa razón, los autores bíblicos, quienes eran judíos en cultura y lenguaje, utilizaban un estilo hebraico para expresar algo acerca de la naturaleza de Dios en Su trato con el hombre y el universo. En los pasajes donde se utiliza la ilustración de la mano de Dios, realmente se está comunicando un mensaje más profundo. Al conocer el pensamiento detrás de la imagen, podremos entender mejor el mensaje. LA MANO Y EL BRAZO DE DIOS EN LA BIBLIA FUERZA Y PODER: En la Biblia, vemos que el “brazo” es símbolo de fuerza y poder. En tiempos antiguos, se enfatizaba mucho lo que los hombres lograban hacer por medio de la fuerza de sus brazos. El “brazo de Dios” es frecuentemente usado para referirse al omnipotente poder de Dios. Ejemplo lo vemos en la pregunta que le hace Dios a Job: “¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya?” (Job 40:9). También María se refería al poder de Dios cuando dijo: “Hizo proezas con su brazo...” (Lucas 1:51). El Salmista declaró lo siguiente: “Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos” (Sal. 89:10b). De la misma manera, se utiliza en la Biblia la palabra “mano”. Inclusive, es la parte del cuerpo más utilizada para referirse a poder o posición. “¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra...?” (Is. 40:12). Allí vemos que la palabra “mano” también incluye la palma y los dedos. El dedo también implica destreza o habilidad (Sal. 8:3). Recordemos que fue el dedo de Dios que escribió los mandamientos sobre las tablas de piedra (Éx. 31:18; Deut. 9:10), y el mensaje sobre la pared ante el rey de Babilonia (Dan. 5). La palabra hebrea para “mano” también incluye la muñeca, razón por la cual se describe que cuando Jesús fue crucificado, los clavos atravesaron sus manos. Realmente era costumbre poner los clavos en las muñecas, entre los dos huesos del antebrazo, para así poder soportar el peso del cuerpo. Cuando Jesús se refiere a las marcas en sus manos, realmente son marcas en sus muñecas (Luc. 24:39, 40). De esta manera vemos que en la Biblia, las palabras “mano” y “brazo” tienen la connotación de fuerza y poder. El término “desnudar el brazo” llegó a ilustrar la inminencia de un ataque, según vemos en Isaías 52:10: “Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro”. En el antiguo mundo, los guerreros extendían los brazos cuando tiraban su lanza, o utilizaban su espada u otro instrumento de guerra. Como la ropa que vestían colgaba suelta sobre los brazos, les era sencillo subir las mangas para lanzar su arma. Por esa razón, encontramos tantos versos que describen a Dios “con brazo extendido”, demostrando así Su gran poder y determinación para actuar, tanto en beneficio de Su pueblo Israel como para redimir al mundo. Vemos en Génesis 6:6 el ejemplo de Dios librando a Su pueblo de la esclavitud en Egipto: “os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes...” También vemos el ejemplo en Jeremías 27:5 de Dios creando el mundo: “Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise”. También relacionaban el término “mano” con el poder y la fuerza del ser humano. Hay numerosos ejemplos a lo largo de la Biblia. En 1 Samuel 7 vemos ambos usos, refiriéndose tanto a los filisteos como a Dios: “Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová... Así fueron sometidos los filisteos, y no volvieron más a entrar en el territorio de Israel; y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel” (1 Sam. 7:3-4,13). 2 OTROS SIGNIFICADOS DE “MANO” Y “BRAZO” EN LA BIBLIA CUIDADO Y PROTECCIÓN: Las manos poderosas de Dios son capaces de protegernos y defendernos de nuestro enemigo: “El Dios de antaño es tu refugio, debajo de ti están sus brazos eternos. Él expulsa ante ti al enemigo, y dice: ¡Destruye!” (Deut. 33:27, Nueva Biblia de Jerusalén, 1999). También son capaces de consolarnos: “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” (Is. 40:11). Dios le hizo entender a Moisés que tenía cuidado de él y que podía proteger a Su pueblo: “¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová?” (Núm. 11:23). La Biblia ilustra a Su pueblo como ovejas de Su prado, siendo el Señor mismo nuestro pastor. En Juan 10, Jesús se refiere a nosotros como Sus ovejas: “Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Jn. 10:29). Si estamos en Sus manos, no tenemos nada que temer. Aún Jesús, desde la cruz, “...clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu...” (Luc. 23:46). OBRAS DE JUSTICIA: El término “santo brazo” habla de las obras justas de Dios. “Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; Su diestra lo ha salvado, y Su santo brazo” (Sal. 98:1). Sin lugar a dudas, solamente el brazo de Dios es completamente santo en Sus obras cuando establece Su justicia. DEBILIDAD HUMANA: El concepto “brazo de carne” simboliza la capacidad limitada del ser humano, el cual es débil en contraste con el poder de Dios: “...Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo...” (Jer. 17:5). El concepto de “quebrantar los brazos” del impío o malvado significa dejarlo impotente, como vemos en los siguientes ejemplos: “Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, y el brazo enaltecido es quebrantado” (Job 38:15); “Cortado es el poder de Moab, y su brazo quebrantado, dice Jehová” (Jer. 48:25); “Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano. Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras. Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte” (Ezeq. 30:22-24). El “brazo seco” se refiere a la pérdida total de poder: “¡Ay del pastor inútil que abandona el ganado! Hiera la espada su brazo, y su ojo derecho; del todo se secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido” (Zac. 11:17). Las “manos cansadas” simbolizan debilidad o falta de ánimo, mientras que “fortalecer las manos” significa dar nuevo ánimo (Isa. 35:3). UNCIÓN O LLAMAMIENTO DE DIOS: En el Salmo 89, primero vemos el uso del término “mano” y “brazo” según lo hemos indicado anteriormente, implicando sometimiento al poder y autoridad. Luego, vemos que Dios habla acerca de defender a David, y posteriormente de otorgarle poder. “Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos... Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra... Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá... Asimismo pondré su mano sobre el mar, y sobre los ríos su diestra... Para siempre le conservaré mi misericordia, y mi pacto será firme con él” (Sal. 89:10-13, 20-21, 25, 28). En el Nuevo Testamento, encontramos que Dios ha entregado todas las cosas en manos de Yeshúa (Jesús), o sea, ha puesto todo bajo Su autoridad: “El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano” (Jn. 3:35). UNCIÓN POR MEDIO DE LA IMPOSICIÓN DE MANOS: Hay varios ejemplos bíblicos que describen cómo un ser humano impone sus manos sobre otro para conferirle unción, una bendición, el don del Espíritu Santo o la sanidad. Los levitas recibían unción para “servir en el ministerio de Jehová” por medio de la 3 imposición de manos de todos los israelitas: “Y cuando hayas acercado a los levitas delante de Jehová, pondrán los hijos de Israel sus manos sobre los levitas;...y servirán en el ministerio de Jehová” (Núm. 8:10-11). En el Nuevo Testamento, leemos: “Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo” (Hech. 8:17). Pablo aconsejó a Timoteo: “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio” (1 Tim. 4:14). Jesús imponía Sus manos sobre los enfermos, y recibían sanidad (Marcos 6:5; 7:32), y también nos dio ese poder cuando nos comisionó a hacer lo mismo: “...sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Mar. 16:18). Mientras los discípulos predicaban, Dios extendía Sus manos para que pudieran realizar sanidades y milagros en el nombre de Jesús: “Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús” (Hech. 4:29-30). Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento vemos ejemplos de cuando se imponían las manos sobre los niños para bendecirlos (Gén. 48:14; Mat. 19:13). Aún hoy día, las familias judías celebran el shabat con una cena especial, y durante la ceremonia previa a la comida, el padre bendice a su esposa e impone sus manos sobre sus hijos para impartirles su bendición. Por otro lado, los sacerdotes imponían sus manos sobre animales para transferir sobre ellos los pecados del pueblo. Se describe así: “...y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto...” (Lev. 16:21). La imposición de manos no es un rito supersticioso ni mágico para otorgar poderes especiales. Expresa la idea de que el que recibe la oración ha sido separado para cumplir una tarea específica dentro de la congregación. LOCALIZACIÓN: En la antigüedad, los mapas de Israel se dibujaban con el “este” hacia arriba, en el lugar que actualmente ubicamos el “norte”. Los hebreos se ponían de cara al sol naciente para orientarse y determinar los puntos cardinales. Según esa interpretación, Asia lo dibujaban en la parte superior, Europa en la inferior izquierda y África en la inferior derecha. Por tal razón, en la Biblia, el término hebreo “hacia la mano derecha” (yaminá) indica “en dirección al sur”, mientras que “hacia la mano izquierda” (smolá) representa “en dirección al norte” (Gén. 14:15; 1 Sam. 23:19; 2 Sam. 24:5). Uno de los países más distantes al sur de Israel, en el extremo de la península arábica, se llama Yemen, el cual obtuvo su nombre de “yaminá”. JURAMENTO: En muchos de los tribunales hoy día, se pide levantar la mano derecha mientras la persona jura “decir toda la verdad y nada más que la verdad”. Esta costumbre proviene de la Biblia, donde la mano derecha levantada se utiliza como señal de juramento: “Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra” (Gén. 14:22); “Por tanto, alzó su mano contra ellos...” (Sal.106:26a); y “Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo...” (Is. 62:8a). 4 Muchas veces, cuando dos personas se dan un apretón de mano, lo hacen para demostrar un acuerdo o compromiso. Aunque la versión de Reina Valera, 1960, traduce Proverbios 6:1-2a utilizando el término “palabra” en lugar de “mano”, el verso literalmente dice: “Hijo mío, si has salido fiador de tu prójimo, si has chocado tu mano con un extraño, si has dado tu palabra...escapa como gacela de la trampa...” [Nueva Biblia de Jerusalén, 1999]. Ezequiel 17:18 también describe esta costumbre, utilizada todavía en muchas culturas: “Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapará” (Ezeq. 17:18). SEÑAL DE INOCENCIA: A través de toda la Biblia, vemos que los israelitas enfatizaban mucho la limpieza de manos, y siempre lavaban sus manos antes de comer. Este acto también tiene un significado simbólico, indicando inocencia respecto a algún asunto. El ejemplo más notable para los cristianos es el lavado de manos que hizo Poncio Pilato delante del pueblo. Lo hizo en señal de que no quería cargar con la culpa de la ejecución de Jesús. “Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros” (Mat. 27:24). Ésta realmente no era una costumbre romana, sino que fue adoptado por Pilato porque sabía que el pueblo judío lo entendería muy bien. En el libro de Deuteronomio, se describe lo que debería hacer el pueblo cuando se descubriese un asesinato, y no se conocía quién era el homicida. El pueblo sería librado de su culpa delante de Dios y el pecado sería perdonado mediante el lavado de manos: “Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató...los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado yugo...y quebrarán la cerviz de la becerra en el valle...Y todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle; y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada” (Deut. 21:1-8). BENDICIÓN Y ORACIÓN: La costumbre israelita de levantar las manos para bendecir al pueblo es una muy antigua. “Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo...” (Lev. 9:22). Jesús, justamente antes de ser recogido al cielo, bendijo a Sus discípulos de la misma manera: “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo” (Luc. 24:50-51). También se extendían las manos abiertas, con las palmas hacia arriba, para pedir la ayuda y misericordia de Dios: “Extendí mis manos a ti, mi alma a ti como la tierra sedienta” (Sal. 143:6). Las manos abiertas demostraban inocencia, porque una mano abierta no podía sostener un arma. Las palmas abiertas también representaban sumisión, y el gesto se usaba cuando se pedía o se recibía. Salomón asumió esa postura cuando dedicó el Templo en Jerusalén, presentando una extensa súplica a Dios: “Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo...” (1 Re. 8:22). Pablo, cuando escribió a Timoteo, le dijo: “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni con5 tienda” (1 Tim. 2:8). Ésta era la forma en que uno expresaba su sinceridad al hacerle una súplica a Dios por medio de la oración. “A MANO DERECHA” REPRESENTA UN LUGAR DE HONRA: Durante el período del Segundo Templo, aún los judíos adoptaron la costumbre romana de sentarse a comer alrededor de un triclinio. Esa mesa en forma de “U” obligaba a las personas comer reclinados sobre el codo izquierdo, mientras usaban la mano derecha para tomar los alimentos. El anfitrión se sentaba en el segundo asiento del ala izquierda. La persona que se sentaba a su derecha era la persona de su mayor confianza, quien podría proteger su pecho en caso de un ataque inesperado, y también sería el primero en comer algún alimento envenenado. A su mano izquierda se acomodaba el huésped de honor, el invitado más distinguido de la cena. Durante la última cena que celebró el Señor con Sus discípulos, sabemos que Juan estaba al lado derecho de Jesús, en la posición del amigo de mayor confianza, porque estaba “... recostado cerca del pecho de Jesús...” (Jn. 13:23-25). En Mateo 20, encontramos que a Jesús “...se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” (Mat. 20:20-21). La madre de estos discípulos entendía la importancia de estas dos posiciones. Sin embargo, Jesús le respondió que no la podía complacer, porque esa era una decisión que sólo tomaba el Padre (v. 23). Según la Biblia, la persona que se sentaba a la mano derecha era el amigo de más confianza, pero también era quien lo ayudaba en sus batallas: “A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido” (Sal. 16:8). Después de la resurrección, Jesús ascendió al cielo para sentarse “... a la diestra de Dios” (Mar. 16:19), el lugar de más honra e importancia. En el Salmo 110, vemos que ese es el lugar destinado para el Mesías: “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra...” (Sal. 110:1). “A MANO IZQUIERDA” REPRESENTA UN LUGAR DE MALDICIÓN: En la Biblia encontramos que la posición de la izquierda es un lugar de maldición. Mateo 25 habla acerca de las naciones, las cuales serán divididas en dos grupos: uno para bendición (las ovejas), y el otro para maldición (los cabritos). “Y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo... Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mat. 25:32-34, 41). Es posible que esa división estará basada en la manera que las naciones trataron al pueblo judío, si bendijeron a Israel o si lo maldijeron, según el verso 40: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños...” (Mat. 25:40). La mayoría de los eruditos bíblicos opinan que “estos mis hermanos más pequeños” se refiere al pueblo judío, al pueblo del pacto de Dios. Aún desde los días del Antiguo Testamento, el término “a la izquierda” era considerado como el lugar de la inclinación al mal: “El corazón del sabio está a su mano derecha, mas el corazón del necio a su mano izquierda” (Ecl. 10:2). SEÑAL DE RECORDACIÓN: El escribir o hacer una marca sobre la mano era una señal para recordar que uno pertenecía a otro. Isaías describe los que se consagraron al Señor: “Éste dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano [el texto hebreo realmente implica “en” o “sobre” su mano]: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel” (Is. 44:5). 6 Al Dios decir que tiene el nombre de Jerusalén tallado en Su mano, declara que Jerusalén es Su propiedad, y que la ama. “Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.... Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros” (Is. 49:14-16). También respecto a Jerusalén, el Salmista dijo lo siguiente: “Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, pierda mi diestra su Escritura moderna sobre el muro de Jerusalén, proyectada destreza. Mi lengua se pegue a mi paladar, a través de luces, declaran la importancia de Jerusalén. si de ti no me acordare; si no enalteciere a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría” (Sal. 137:5-6). Una costumbre que tenían los antiguos visitantes de Jerusalén era hacerse una marca temporera sobre la mano como recordatorio. Utilizaban la tinta de una planta para conmemorar su peregrinaje a esa amada ciudad. UNA VARIEDAD DE ACTIVIDADES: La palabra “mano” (o “yad” en hebreo) fue utilizada en la Biblia para describir una amplia variedad de actividades, pero al traducirla al español, puede haber sido sustituida por otro término. Podría representar la persona en su totalidad y no simplemente la mano, como “...la mano de ellos está con David...” (1 Sam. 22:17). También podría designar un acto de justicia, como en el verso: “...mano por mano...” (Éx. 21:24); o la intención de atacar: “...alzará su mano...” (Is. 10:32); como también matar o hacer daño, según el caso de: “No extiendas tu mano sobre el muchacho...” (Gén. 22:12). “Retraer la mano” podría indicar quitar el apoyo (Sal. 74:11), mientras que “poner la mano sobre la boca” implicaba hacer silencio (Job 21:5). “Poner la mano sobre su cabeza” era señal de dolor por causa de una injusticia (2 Sam. 13:19). Uno arriesga la vida cuando “toma su vida en su mano” (1 Sam. 19:5). El que besa su propia mano está lleno de orgullo (Job 31:27), mientras que el que besa la mano de otro significa rendirle honra (1 Re. 19:18). La frase “manos llenas de sangre” ilustra una persona culpable de asesinato y crueldad, y requiere ser limpiado y lavado de su iniquidad (Is. 1:15; Job 9:30). Una frase en hebreo de Deut. 15:10, si fuera traducida literalmente al español, diría “aplicar la mano”, lo cual significa “trabajar”, al igual que “poner la mano en el arado” (Luc. 9:62). Josué 10:6 literalmente dice en hebreo: “No aflojes tu mano de tus siervos”, significando “no dejes solos a tus siervos” (Nueva Biblia de Jerusalén, 1999), o “no niegues ayuda a tus siervos” (Reina Valera, 1960). Proverbios 37:7 dice literalmente en hebreo: “Él sella la mano de todo hombre...”, significando “interrumpe el trabajo de los hombres” (Nueva Biblia de Jerusalén, 1999), o “hace retirarse a todo hombre” (Reina Valera, 1960). El texto: “El perezoso mete su mano en el plato, y ni aun a su boca la llevará”, describe la condición del vago, que no se molesta ni en comer (Prov. 19:24). El gozo se describe por medio de palmadas de aplauso (Sal. 47:1; 2 Rey. 11:12). Aún a la naturaleza se describe figurativamente como dando aplausos: “...y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso” (Isa. 55:12). “Abrir la mano” es señal de liberalidad y generosidad, mientras que “cerrar la mano” indica avaricia. “Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite” (Deut. 15:7-8). Personas perdidas en el pecado se ilustran como quienes “no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda...” (Jon. 4:11). ¿QUÉ SIGNIFICA ÉSTO PARA NOSOTROS? Si pudiéramos comprender la Biblia según la mentalidad de aquellos que oyeron la Palabra de Dios y nos la comunicaron de la manera más sencilla posible, seríamos mejores discípulos del Señor. Sin embargo, nos ha tocado vivir en un tiempo 2,000 a 4,000 años después de esos autores, a millas de distancia, en una cultura totalmente diferente y hablando otro 7 idioma. Existe gran probabilidad de que interpretemos erróneamente el mensaje de Dios. Por esa razón, es importante que ubiquemos todas las frases idiomáticas y los conceptos dentro de su contexto original. A medida que comprendamos el significado de “mano” y “brazo” según los ejemplos expuestos en este estudio, también podremos comprender otros pasajes donde aparecen estas palabras. Más importante aún es que conozcamos mejor al Señor, y le adoremos en espíritu y en verdad. Recordemos siempre que Dios tiene la capacidad de defendernos y protegernos con “Su brazo extendido”, y a la vez consolarnos en “Sus brazos eternos”. Cuando yo era niño, frecuentemente imaginaba que me sentaba sobre las piernas de Dios, y me cubría con Sus manos y brazos. En ese momento, me parecía que todo estaba bien y nada me podía lastimar. Esa es una imagen muy consoladora, aún cuando uno es adulto. Tantas cosas nos pueden amenazar, pero si clamamos a Él y depositamos nuestra confianza totalmente en Sus manos, Dios nos cuidará. Acerquémonos al Señor y adorémosle de todo corazón, alma, mente y fuerza, y Él nos demostrará que en Sus brazos de amor podemos reposar seguros. Aprendamos del mensaje que le dio Dios a Su pueblo hace 3,500 años: “Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio. Los estatutos y derechos y ley y mandamientos que os dio por escrito, cuidaréis siempre de ponerlos por obra, y no temeréis a dioses ajenos. No olvidaréis el pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos; mas temed a Jehová vuestro Dios, y él os librará de la mano de todos vuestros enemigos” (2 Re. 17:36-39). Shalom desde Jerusalén, Clarence H. Wagner, Jr. Director Internacional BIBLIOGRAFÍA Abraham P. Bloch, A Book of Jewish Ethical concepts – Biblical and Post-Biblical, (New York, NY: Ktav Publishing House, Inc. 1984). Philip Birnbaum, Encyclopedia of Jewish Concepts, (New York, NY: Hebrew Publishing Company, 1993). James M. Freeman, Manners and Customs of the Bible, (Planfield, NJ: Logos International, 1972). Steven T. Katz, Jewish Ideas and Concepts, (New York, NY: Schocken Books, 1977). Isaac Klein, A Guide to Jewish Religious Practice, (New York, NY: The Jewish Theological Seminary of America, 1992). Orville J. Nave, Nave’s Topical Bible, (Nashville, TN: The Southwestern Co., 1962). The New Bible Dictionary, (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, Inc., 1962). The New International Study Bible, (Grand Rapids, MI: The Zondervan Corporation, 1985). The New Scofield Reference Bible, Authorized King James Version, (New York, NY: Oxford University Press, 1967). Merrill F. Unger, Unger’s Bible Dictionary, (Chicago, IL: Moody Press, 1982). Dr. G. Douglas Young, Young’s Compact Bible Dictionary, (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, Inc., 1989). The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House, 1976). Traducido por: Teri S. Riddering Los versos bíblicos fueron tomados de La Biblia, versión Reina Valera de 1960, excepto donde se aclara lo contrario. Muchos pastores, maestros bíblicos y personas laicas han escrito preguntando si pueden utilizar estas notas para sus mensajes y clases. La respuesta es un enfático, ¡sí! Por tal razón enviamos estos Estudios de Israel. Es mi esperanza que la información contenida en ellos pueda ser diseminada vez tras vez, ya sea oralmente o por medio de copias fotostáticas. “Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” (Is. 2:3) 8