APRENDIZ DE CRISTIANO Continuando con los temas de aprendiz de cristiano, luego de conocer los inicios de cursillo, y de la elección de nuestro patrono San Pablo, nos preguntamos ¿A quién debemos invitar a vivir cursillo? Si queremos continuar con éxito en nuestro movimiento y queremos llevar a Cristo a todas las personas, según nuestros fundadores y según este método tan probado debemos tener bien claro quiénes son los candidatos adecuados. En toda acción cristiana primero debemos “programar”, después “realizar”, para luego “perfeccionar”. Decimos programar y no solo planear, no solo hay que elegir los objetivos y prever medidas, sino hay que preparar los instrumentos, templar los ánimos y abastecer de intendencia espiritual. “Realizar” apostólicamente hablando es y será conectar al hombre o mujer con la Buena Nueva, facilitar su encuentro con Dios en Cristo, a través del testimonio y de la palabra de los miembros de su iglesia. La palabra “perfeccionar” a pesar de la idea de acabamiento perfecto, que en sí encierra, no muestra la importancia del momento de la actividad apostólica, porque la santidad es peregrinación, dinamismo y ascenso. En nuestro peregrinar hacia el Padre podemos distinguir un momento de búsqueda de Dios, un momento de encuentro con Cristo y una prolongación de ese encuentro en la amistad con El. SELECCIÓN DE CURSILLISTAS Cuando buscamos un candidato, es Dios mismo que viene en busca del hombre por medio de nosotros y el candidato comienza a caminar hacia el Señor. Si está por medio el cumplimiento de la voluntad de Dios, debe ser preocupación constante y responsabilizada del cristiano, descubrirlo, allanarlo y simplificarlo. Descubrimos los caminos del Señor con la oración y en el contacto con el alma que se quiere conquistar. Allanar los obstáculos que las personas han puesto en su vida para no encontrar al Señor y no poder seguirlo. Hay que simplificarles el camino de manera que logren visualizar una verdadera amistad, para que el Señor pueda actuar a través de nosotros. Cuando busquemos un candidato para cursillo debemos recordar que “los hombres como las estrellas, van por constelaciones” y que cuando se trata de orbitar una constelación, es al eje que debe desplazarse para imantar a los demás. Hay que buscar a los jefes. Cuando queremos colorear una pirámide, lo más eficaz es verter la pintura sobre la cúspide; por la fuerza de gravedad acabará tiñéndose toda la pirámide. Es por eso que para colorear cristianamente un ambiente habrá que localizar dónde está su cúspide. La selección de cursillistas puede ser: SEGÚN a) personalidad: que sea profunda. b) circunstancia: que sea limpia o limpiable. SI TIENE a) quien le ayude b) a quien ayudar c) control de sí d) bautismo Por limpiable debemos entender que es posible de limpiar, que está en sus manos contrarrestar. Un drogadicto rehabilitado o que se quiera rehabilitar, es limpiable. En la actualidad tenemos la realidad de los separados, que han encontrado una nueva pareja y tienen vidas muy tranquilas y estables, es en ese caso que se debería consultar con el asesor espiritual y asesor del movimiento, cada caso será distinto, pero también se debe conversar con el candidato acerca de los sacramentos y dejar claro que es un tema de cursillo que podría incomodarle, si existe la madurez de asumir esa condición, es entonces un candidato. Con respecto al bautismo se podría considerar, previa consulta con el asesor y con director espiritual. Sin embargo debemos recordar que “no todos sirven para todo, pero todos sirven para algo” por lo que si alguien se considera inconveniente para cursillo, se le debe orientar de qué modo puede acercarse a Dios, entre las oportunidades que propone nuestra iglesia. FINALIDAD DE LA SELECCIÓN Para poder elegir a las personas adecuadas es indispensable saber cuál es la finalidad de los cursillos, hacia quien van dirigidos. La finalidad será siempre vertebrar la Cristiandad, donde sea, con vertebras vivas y vivificadoras. Los cursillos no tienden a aumentar la cantidad de devotos practicantes, ni a convertir incrédulos, ni salvar almas perdidas, ni tampoco aumentar los cuadros de las organizaciones existentes o a crear una nueva organización , sino a vertebrar cristiandad a través de católicos prácticos, que con su vida, den tónica cristiana a una vida que ha dejado de serlo. Vertebrar cristiandad no será otra cosa que poner los resortes de la vida humana al servicio de lo divino, para que los criterios de Cristo penetren en la sociedad y su doctrina y su ley la renueven y plasmen enteramente, consiguiendo de ese modo un mundo mejor, cual Dios quiere y al que es preciso rehacer desde sus cimientos. La tarea de vertebrar la cristiandad comprende dos trabajos fundamentales: buscar y moldear las piezas necesarias e imprescindibles, y situarlas luego en su justo lugar, vinculadas orgánicamente entre sí para que rindan eficazmente. Es indispensable cuando quiera elegir a alguien que analice el grupo donde se mueve y sepa distinguir si es influyente en sus opiniones y goza de algún prestigio, estas son las vertebras de la sociedad. No se trata de personas que ocupen altos cargos, sino de personas de cualquier estrato que son capaces de dar directrices, sus decisiones deciden, sus opiniones mueven y sus actividades conmueven. Se trata entonces de visualizar las personas que mueven los grupos humanos, para que una vez centrados en Cristo sigan haciendo lo mismo que antes, pero en cristiano, para que se logre la luz del cursillo en el seno de las reuniones de grupo y para que se logre también la vivencia de la definición de iglesia de Guardini: “El instrumento ideado por Dios para que los hombres puedan vivir en comunidad sin perder su personalidad” QUIENES DEBEN IR Deben ir los que sean vértebras (líderes, locomotoras) de su ambiente. Para ver si son vertebras reales o no es preciso ver si tienen hueso y médula. Hueso: personalidad profunda. Médula: capacidad de humildad. Por lo tanto ni los individuos sin personalidad, ni los sin capacidad de humillarse, o al menos los sin capacidad de asombrarse frente a algo o alguien, podrán ser auténticas vértebras. En cursillo debemos considerar que los postulantes no deben ser fáciles, ni difíciles; sino eficaces, La eficacia que tendrá como vertebra de cristiandad. Para conocer a los que serán los mejores, es necesario amar a todos, pero amarlos con inteligencia, sondeando su capacidad de asombro. Es importante además tener la opinión del director espiritual y del grupo de amigos. QUIENES PODRÍAN IR Los individuos “Standard”, los que suben con la corriente, hay que tratar que estos no sean mayoría en el cursillo. Además, el Señor tiene sus caminos, y a veces estos individuos que parecían “Standard”, cuando han sido tocados por la Gracia, se han convertido en vertebras. QUIENES NO DEBEN IR Los sin ninguna personalidad. Los desequilibrados, por enfermedad o por vicio. Los que viven en circunstancias que son opuestas a la vida de Gracia y para quienes no se dispone de una circunstancia santificante de tal capacidad que pueda contrarrestarles aquella. CÓMO HACER QUE VAYAN Al salir a buscar candidatos, ponemos en práctica el mandato del Señor, “os haré pescadores de hombres”. No se trata de pescar con acciones punzantes y molestas. La técnica de echar cebo sólo consigue alimentarlos y no permite pescar a los mejores. No se trata tampoco de deslumbrarlos con un acto de clausura ya que se conmocionan y no necesariamente se convencen. Echar las redes y llevar a muchos individuos al mismo tiempo, es tremendamente inconveniente para el post-cursillo. De lo que se trata es de pesca submarina, acercarnos a su ambiente, ganarlos con amistad. Las personas se pescan por la cabeza o por el corazón, principalmente por el corazón, pero nunca capturando su voluntad: obligándolos o engañándolos. Es preciso pescar a los insatisfechos, los satisfechos no tienen espacio para nada y no les cabe la Verdad. Los insatisfechos pueden serlo a causa de una inquietud sana, a causa de algún hecho que haya causado daño en su cabeza (los que al encontrarse con lo trascendente, en vez de abrirse al asombro, se han cerrado en la angustia), pueden tener baches en el corazón (baches sentimentales), o baches en la voluntad (fracasos). Todos ellos para reparar su avería o satisfacer su inquietud, están dispuestos a escuchar lo que se les diga. DÓNDE HAY QUE DECIRLES QUE VAN Lo que se les pueda decir de la verdad. Explicarles del cursillo de forma de entusiasmarlos, debido a que a cursillo solo deben ir los que en hora calmada tienen interés en ser mejores o más santos y es preciso que vean en el cursillo un medio para lograrlo. Así serán cursillistas de deseo antes de asistir. Si a alguien NO le interesa ser mejor o la santidad, si NO tiene hambre de Verdad, o por lo menos empatía o curiosidad de Verdad, que casi siempre se manifiesta como sed de bien o de alguno de sus aspectos (justicia, libertad, etc.) es mejor que NO vaya a cursillo. Si tiene estas preocupaciones, mostrarle cursillo como solución a estos problemas. Recordar también que quien no tiene ningún problema, no tiene necesidad de soluciones. Una vez que saben dónde van a ir, no hay que decir detalles, si conocen algo o sospechan, solo decirles “ya verás cómo no es así, tú tienes criterio”. En resumen explicarles el por qué, para que el por qué eclipse el por dónde. CÓMO DEBEN IR Nos referimos a la disposición interior que conviene que los cursillistas tengan al comenzar el cursillo, éstas pueden ser: Positivas: ser más, solucionar, arreglar, ordenar, pensar, conocer. Neutras: abandonar, distraerse, divertirse. Negativas: fastidiar, criticar, habiendo sido engañado, habiendo sido obligado. Conviene que el candidato valla en disposición positiva o neutra. Los que tienen disposición negativa, conviene que no vayan hasta que cambien de postura. Cuando tengamos a nuestro candidato o candidata es muy importante “preparar los cestos necesarios para recibir los peces”. Hay que tener claro cómo acogerlos, es necesario y conveniente preocuparse por encontrar aquellos hombres y ambientes que les reciban adecuadamente como verdaderos cestos apostólicos. De no ser así toda esa euforia del principio se desvanece, se pierde la pesca y se quedan los de siempre. No dejemos que las cosas funciones solas, el obispo Hervás nos dice: “No a la improvisación, sino la preparación; ni el acaso, sino la búsqueda ansiosa” (Cursillos de Cristiandad, Instrumento de renovación cristiana, 6ª ed., pgs 26 y ss.) BIBLIOGRAFÍA 1) Evidencias Olvidadas y Vertebración de Ideas (Bonnin – Forteza) págs. 82 87 2) Ideario (Bonnin – Forteza) págs. 49 - 57 3) El Cómo y el Porqué (Bonnin) págs. 45 - 55 ALGUNAS PREGUNTAS 1.- ¿Cuál es la finalidad de cursillo? 2.- ¿Quién es un candidato eficaz? 3.- ¿Qué se espera de un candidato? 4.- ¿Cómo encantar a alguien para asistir a cursillo?