LA CURACIÓN Y CONTROL DE LAS ENFERMEDADES Tras el diagnóstico, el médico debe afrontar si el paciente requiere un tratamiento con medicación, con cirugía, ambas u otras formas terapéuticas. La medicación va dirigida a la corrección de la enfermedad y la curación del paciente. Esto es especialmente claro, por ejemplo, ante la inmovilización de una fractura para que el hueso consolide, el tratamiento de las infecciones o la corrección de una anemia tras una hemorragia. En la mayoría de los casos, sin embargo, la medicación ejerce una labor de control: el medicamento corrige una desviación metabólica o el comportamiento anormal de un órgano mientras se administra. Al suspenderlo, éste vuelve a su situación previa, patológica. Así, por ejemplo, la administración de insulina, los anticonvulsivantes o la toma de medicación hipotensora, mantienen controladas la diabetes, la epilepsia o la hipertensión arterial, pero los síntomas reaparecerán de inmediato con la suspensión de la medicación en el tratamiento de la diabetes, de las enfermedades tiroideas, del glaucoma, de la hipertensión arterial, donde la suspensión de la medicación supone la reaparición de los síntomas. A) MEDICAMENTOS Los fármacos inicialmente se obtenían del mundo vegetal y mineral. Médicos y farmacéuticos elaboraban compuestos que se aplicaban al enfermo, en las proporciones adecuadas mediante “fórmulas magistrales”, individualizadas para cada paciente en las boticas y administrados en forma de sellos, jarabes, emplastes, supositorios… Hoy, han sido sustituidas por la elaboración industrial, en dosis estándar, estuchados para su administración casi siempre por vía oral, transdérmica, subcutánea, inhalatoria, intravenosa o intramuscular. El medicamento reemplaza a una sustancia ausente, fuerza o inhibe la producción de otras, actúa contra las reacciones de una enfermedad, cambia el comportamiento de los órganos o las células… Su actividad se mantiene durante un tiempo determinado disuelto en la sangre o ligado a alguna proteína de la misma, hasta que es eliminado por el cuerpo, casi siempre por vía renal, o es metabolizado, a nivel hepático. Su farmacodinamia, implica su tiempo y lugar de actuación. En gran parte, esta es corta, desde unas horas a un día, precisando la repetición de las dosis en espacios de tiempo determinados para que mantenga su actividad. Las formulaciones retard, permiten la prolongación de su actividad y evitan la repetición de dosis frecuentes. La simplificación de las dosis, con una toma diaria o más espaciada, supone una comodidad para el enfermo, pero si aparecen efectos tóxicos o por cualquier circunstancia debe suspenderse, su acción se mantendrá más tiempo en el cuerpo. Un medicamento es una sustancia química o biológica, casi siempre extraña al organismo, que pasa directamente a la sangre, tras su administración por vía venosa o intramuscular, subcutánea o su absorción desde la piel o al ser ingerido y absorberse desde el aparato digestivo, para repartirse por todo el cuerpo. Ello implica que, con frecuencia, ejerza acciones en órganos sanos, desestabilizando su función o su metabolismo. A esto se denominan efectos secundarios no tóxicos, pero que en ocasiones, pueden limitar o impedir su uso. Los fármacos pueden ejercer una acción tóxica, casi siempre relacionada con unos niveles excesivamente elevados del mismo en la sangre o en los órganos, bien por una excesiva dosis o por una inadecuada eliminación, relacionada con su incompleta destrucción en el hígado o su eliminación real. Por ello, el adecuado funcionamiento de estos dos órganos, aunque no impide su administración, obliga a reducir la dosis habitual. Los medicamentos, mientras ejercen su acción, van metabolizándose en el hígado, convertidos en sustancias inertes u la mayoría se elimina por vía renal. EN aquellas situaciones en las que la función hepática esté alterada, o la función renal disminuída, el medicamento en la sangre mantiene niveles activos más prolongados, por lo que es necesario saber cómo funcionan el hígado o el riñón, con el fin de ajustar las dosis e impedir que se acumulen en el cuerpo con niveles excesivos. La inmensa mayoría de los medicamentos no curan las enfermedades en el sentido de su total erradicación, sino que equilibran una situación patológica, como un recuerdo de la vieja práctica que los clásicos aplicaban sobre los desequilibrios producidos en el interior del organismo. Estamos aún lejos de encontrar medicamentos curativos como tales. Los antibióticos, sí poseen efectos curativos: su uso destruye o anula una acción bacteriana, lo que supone la supresión de la infección. Sin embargo, el empleo inadecuado de los mismos en situaciones donde no están indicados, o durante períodos de tiempo inadecuados, conlleva a la aparición de resistencias bacterianas. El abuso de utilización de antibióticos, ha conducido a que estén apareciendo procesos infecciosos que no responden a los tratamientos habituales. Algunos fármacos poseen una acción exclusivamente sintomática, es decir sólo tratan los síntomas de la enfermedad, no su causa. La toma de un jarabe contra la tos o un analgésico, alivian estas molestias pero no cura la razón que produjo la tos o el dolor. Por último, hay que señalar, el llamado efecto placebo, por el cual el paciente reacciona a un medicamento inactivo o sin efecto alguno, mejorando la sintomatología. No se puede despreciar este frecuente efecto. El subconsciente ejerce una labor inmensa en la reacción frente a la enfermedad, y la confianza en el médico o en el fármaco, constituyen una parte fundamental de la terapéutica. B) CIRUGÍA Tradicionalmente la cirugía suponía la intervención terapéutica destinada a eliminar la causa de un proceso. Inicialmente iba dirigida a la extirpación de órganos afectados por la enfermedad, desde una gangrena a un tumor. Los cirujanos limpiaban las heridas, eliminaban el pus, inmovilizaban o amputaban un miembro, extirpaban un tumor de fácil acceso, suturaban las heridas, etc.… Los avances de la anestesia, permitieron una actitud más agresiva, y el acceso a la cavidad abdominal, el tórax y otras partes del cuerpo, donde el dolor o la falta de medios técnicos habían imposibilitado cualquier actuación, abrió un campo inmenso para el tratamiento de numerosas enfermedades. Desde finales del siglo XIX, y especialmente en la primera mitad del XX, la cirugía experimentó un desarrollo espectacular con la ayuda de las transfusiones sanguíneas y los tratamientos antibióticos. Todo el aparato digestivo, ginecológico y urinario se hicieron accesibles al cirujano. Todas las estructuras óseas y articulares podían ser reparadas. Las últimas fronteras fueron la cavidad torácica, y la cirugía del sistema nervioso y simultáneamente el oído, los ojos, la laringe, se hicieron accesibles a técnicas que emplean procedimientos microscópicos. La anestesia, inicialmente administrada por inhalación de cloroformo y éter, ha progresado por el empleo de agentes intravenosos. Sin embargo, la parálisis general motora inducida incluye también la del centro respiratorio. Por ello, es preciso proceder a introducir un tubo en la laringe – intubación --conectado a un aparato llamado respirador que sustituya los movimientos respiratorios del paciente, introduciendo aire normal o enriquecido con oxígeno, y eliminando el CO2. Solo tras finalizar la intervención, se suspende la medicación anestésica y el paciente va recuperando su respiración espontánea y el nivel de conciencia, pudiendo retirarse el tubo endotraquel. Otra forma de anestesia es la epidural: inyectando un agente anestésico en el extremo final del canal raquídeo, los nervios del abdomen y extremidades inferiores quedan insensibilizados, permitiéndose la cirugía sin que el paciente pierda el nivel de conciencia. Se utilizan funda-mentalmente, en el parto, alguna cirugía laparoscópica, intervenciones ortopédicas de extremidades inferiores, cistoscopias e intervenciones genito-urinarias… La cirugía moderna traumatológica no se limita a la fijación de las estructuras óseas fracturadas, casi siempre mediante la introducción de un clavo metálico en el interior de un hueso largo, o la fijación de una placa con tornillos sobre dos trozos fractura, sino que además añade un componente de reconstrucción: la ortopedia reconstruye el adecuado funcionamiento de una articulación, se implantan prótesis artificiales: artroplastias. Se reemplazan órganos, se extirpan tumores, se eliminan porciones afectadas por lesiones agudas o crónicas, se sustituyen partes dañadas, tanto a nivel cardiológico como en cirugía ósea, mediante prótesis metálicas, se emplean de marcapasos, se sustituyen segmentos de vasos obstruidos, etc.… Entre los grandes avances quirúrgicos hay que destacar la cirugía laparoscópica, que posibilita intervenciones dirigidas a través de la inserción de tubos de pequeño diámetro, desde los cuales el cirujano examina, reconstruye, extirpa y sutura sin necesidad de practicar una apertura del cuerpo al modo tradicional. Eso supone en muchas ocasiones, la necesidad de emplear anestesia general y se acorta de forma notoria el postoperatorio y las molestias dolorosas del paciente. La cirugía laparoscópica ha significado la apertura de una nueva frontera en el tratamiento de afecciones abdominales, torácicas, laríngeas, ginecológicas y articulares. Otras formas de intervenciones endoscópicas son las realizadas sobre vasos sanguíneos, sin necesidad de abordaje quirúrgico. Las obstrucciones vasculares por aterosclerosis, trombos o algunas rupturas vasculares, son accesibles mediante arteriografía. Desde la arteria se introduce un fino catéter, desde el cual puede aspirarse un trombo reciente, o desobstruirse una angioplastia. Esta consiste en la dilatación de la obstrucción hasta conseguir la normalización del paso de la sangre. Con el fin de mantener el riesgo de la zona asegurado, suele seguirse de la implantación de un stent, que se deja alojado sobe la zona obstruida o taponando una pequeña hemorragia. Estos procedimientos se realizan sobre las arterias coronarias, la aorta, las iliacas, las carótidas, etc… La barocirugía o cirugía de la obesidad, permite la corrección de las situaciones de obesidad mórbida por: --la inclusión de un balón inflable en la cavidad gástrica que provoque sensación de saciedad --la reducción del tamaño del estómago, que incapacita la ingesta de grandes cantidades de alimento --la realización de derivaciones que salven zonas de absorción de las grasas. El trasplante de órganos: Prácticamente, la totalidad de los tejidos y órganos humanos se pueden trasplantar, excepto los relacionados con el sistema nervioso. El éxito se sustenta en el empleo de medicación inmunosupresora que anula la reacción defensiva del organismo frente a cuerpos orgánicos, recibidos de otros seres vivos o donantes fallecidos. La cirugía plástica, tanto en sus aspectos reconstructores como estéticos ha experimentado un gran avance en las últimas décadas, gracias al empleo del microscopio, suturas de calibre mínimo, incisiones con cicatrices inadvertidas y empleo de prótesis. Los últimos progresos de la cirugía, incluyen la práctica de intervenciones estereotáxicas sobre el sistema nervioso que posibilitan el tratamiento de procesos parkinsonianos, la micro-cirugía ocular, el rayo laser en oftalmología y urología y la cirugía robotizada que posibilita intervenciones realizadas a distancia con una precisión exacta. TERMINOLOGIA QUIRURGICA COMUN --Las palabras terminadas en “TOMÍA”, se refieren a la extirpación de un órgano: --nefrectomia: extirpación de un riñón --histerectomia: extirpación del útero --apendicectomia: extirpación del apéndice --mastectomía: extirpación de la mama --gastrectomia: extirpación del estómago --amigdalectomía: extirpación de las amígdalas --Las palabras terminadas en “PLASTIA”, se refieren a reconstrucción de parte de un órgano, su forma o su función: --timpanoplastia: reconstrucción del tímpano --piloroplastia: reconstrucción del píloro --angioplastia: recuperación de la circulación de un vaso --mamoplastia: reconstrucción de la mama --rinoplastia: reconstrucción de la nariz --artroplastia: reconstrucción de una articulación --Las palabras terminadas en “SCOPIA”, se refieren la inspección del interior de una cavidad con el instrumental adecuado: --cistoscopia: inspección del interior de la vejiga --artroscopia: inspección de una cavidad articular --gastroscopia: inspección de la cavidad gástrica --colonoscopia: inspección del interior del intestino grueso --laparoscopia: inspección de la cavidad abdominal C) OTROS MEDIOS TERAPÉUTICOS: ● La radioterapia, se emplea como medida dirigida a la destrucción o disminución del tamaño de los tumores. Inicialmente iba dirigida a toda una zona, con lo que la destrucción del objetivo, se acompañaba de la afectación a órganos vecinos. Hoy, la radioterapia moderna dirige su potencial estricta-mente sobre las áreas afectadas y es una auxiliar poderosa junto a la cirugía y la quimioterapia en el control de las enfermedades tumorales. Se realiza mediante sesiones de radiación dirigida o mediante la inserción de agujas radiactivas en el órgano afectado. La implantación de marcapasos: es un procedimiento simple mediante el que se corrigen situaciones de ciertas arritmias y de cuadros de síncope secundarios al enlentecimiento brusco de las contracciones cardiacas. Se realiza una pequeña incisión en la piel, bajo la cual se aloja una batería y un cable es conducido hasta el corazón por el interior de una vena, que detecta el funcionamiento del corazón y emite descargas eléctricas inadvertidas por el enfermo para corregir las bradicardias o taquicardias que provocan su patología. ● Las transfusiones sanguíneas, posibles tras el descubrimiento de los grupos sanguíneos que establecían los diferentes tipos de sangre A, B, O y AB así como el factor RH, según los diferentes tipos de anticuerpos reemplazan las pérdidas producidas por hemorragias espontáneas, o producidas por heridas o intervenciones quirúrgicas. Los grupos A y B solo pueden recibir sangre de su propio grupo sanguíneo y donar a los del AB. La sangre del grupo O, solo recibe de sí mismo pero puede donar a todos los demás por lo que se denomina donante universal. El grupo AB, solo dona a sí mismo, pero recibe de todos los demás. Los grupos O y A son los más frecuentes, en tanto que el AB es el más raro. La administración de una transfusión de sangre incompatible provoca una descarga instantánea de anticuerpos en lucha contra una sustancia que consideran ajena al organismo. La reacción más importante tiene lugar en los hematíes, que estallan, produciéndose una anemia aguda por hemolisis, junto a la reacción de anafilaxia típica de todo encuentro entre sustancias ajenas en el cuerpo. Se emplean también transfusiones aisladas de plaquetas en aquellas enfermedades que cursan con problemas de coagulación y disminución de su número. ● La administración de plasma, obtenido tras la extracción de los elementos celulares de la sangre, posibilita el aporte de proteínas sin sobrecargar el componente celular del receptor. ● Trasplante de médula ósea: se utiliza en ocasiones de depresión de la función medular de producción de células sanguíneas, bien enfermedad o como consecuencia de quimioterapia, así como en enfermedades leucémicas que exigen el recambio de la médula propia productora de células anormales. Dado que el paciente perderá la casi totalidad de su componente defensivo leucocitario, el paciente deberá permanecer aislado. Se recoge médula de un donante compatible y se introduce en el interior de la zona esponjosa de gruesos huesos, como la pelvis, el esternón, o cuerpos vertebrales ● La sueroterapia y alimentación parenteral administrando soluciones de agua esterilizada con sal o azúcar ─ sueros salinos o glucosados ─ o con altos contenidos en grasas y proteínas son medios terapéuticos indispensables para reemplazar las pérdidas líquidos en pacientes deshidratados y nutrir a los pacientes incapaces de ingerir alimentos. Los sueros aportan una mínima cantidad energética o alimenticia para el organismo, anquen sí cubren las necesidades líquidas del mismo. No es posible mantener viva a una persona que esté completamente en ayunas, sino se añaden suplementos en formas de proteínas y grasas. La alimentación parenteral administrada por sueros, es la única vía posible para mantener una alimentación adecuada en enfermos incapaces de ingerir alimentos ● Litotricia: se usa en Urología para la destrucción de los cálculos renales o su disminución de tamaño mediante el empleo de ondas de choque ultrasónicas, para que puedan ser eliminados por vía urinaria sin necesidad de intervención quirúrgica. ● Oxigenoterapia: aporta oxígeno en concentraciones controladas como medida complementaria de oxigenación de la sangre y aliviar la disnea. El enfermo lo aspira a través de una mascarilla o de una cánula nasal a un flujo determinado. La adición de sustancias que fluidifican las secreciones bronquiales y dilatan los bronquios, se conocen como aerosolterapia. ● Diálisis renal: sustituye la función renal, mediante el paso de sangre por unas membranas que actúan como filtros, y permiten la eliminación de agua, excesos de urea, y otros pro-ductos metabólicos finales. Se realiza filtrando la sangre ─hemodiálisis─ lo que requiere la conexión de la circulación sanguínea del paciente con la máquina dializadora que actúa como filtro y su posterior retorno al enfermo. También puede realizarse o a través de la inserción de un catéter en el abdomen, actuando el peritoneo como filtro fisiológico: diálisis peritoneal. Ambos procedimientos pueden realizarse en el domicilio del paciente, generalmente en días alternos. ● Fisioterapia y rehabilitación: la cirugía ortopédica, los ictus cerebrales y los accidentes han supuesto un fuerte aumento en el empleo de varias medidas rehabilitadoras, que se han completado mediante la fisioterapia respiratoria y la movilización precoz postoperatoria. Su importancia va en aumento constantemente, ante el envejecimiento de la población. ● La Balneoterapia: Es una forma antigua de tratamiento que alivia muchas afecciones respiratorias, reumáticas y dermatológicas. En muchos países de Europa Central mantiene aún un elevado prestigio, como forma del tratamiento de muchas enfermedades crónicas y en procesos de rehabilitación. ● Las “células madre”, obtenidas del cordón umbilical y médula ósea y cultivadas o conservadas durante un tiempo, es una nueva técnica, dirigida a la reconstrucción de tejidos enfermos, que aunque se encuentra en fases iniciales, abre inmensas posibilidades terapéuticas, especialmente en la reconstrucción de tejidos destruidos. Su obtención a partir de un embrión humano ha abierto un fuerte debate ético. ● Psicoterapia: constituye el tratamiento de diversos procesos psiquiátricos. Junto a ello, existe el psicoanálisis, como medio terapéutico empleado en muchas alteraciones del comportamiento. En el tratamiento de muchos cuadros depresivos profundos sigue empleándose la técnica del electrochoque. ● La Acupuntura, de origen chino y amplia difusión, tiene un claro valor en el tratamiento del dolor y de algunos procesos ósteomusculares. Sin embargo, en Occidente no ha alcanzado los niveles utilizados en Oriente. ● Se atribuyen supuestas propiedades terapéuticas, a otros procedimientos que incluyen la hipnosis, la magnetoterapia, la musicoterapia, la ozonoterapia, la homeopatía, las manipulaciones osteopáticas, la toma de sustancias vegetales de acción incierta y una gran variedad de medicinas alternativas, cuya eficacia, en la inmensa mayoría de los casos, no supera el efecto placebo y en muchos casos generan falsas esperanzas o sustituyen a los tratamientos adecuados. MEDICINA PREVENTIVA La prevención no debe entenderse solo como la detección precoz de una enfermedad, sino la aplicación de medidas que impidan su aparición. Las medidas preventivas son enormemente eficaces en países subdesarrollados donde las deficientes medidas higiénicas y las carencias alimenticias son habituales. La simple depuración del agua potable o la vacunación infantil, supone un enorme progreso contra la mortalidad. Si a ello se añaden mejoras alimenticias y acceso a una medicina básica, la situación de elevada mortandad habitual en estos países se transformaría. En los países desarrollados, la Medicina Preventiva tiene un enfoque distinto y sus objetivos fundamentales son: 1) El seguimiento y promoción de hábitos de vida y alimentación saludable mediante la educación sanitaria 2) La prevención de las infecciones 3) La adopción de medidas de seguridad contra los accidentes Una vida saludable incluye una alimentación variada que garantice un aporte equilibrado de proteínas, grasas y carbohidratos, así como fibra y vitaminas. Cualquier desviación, casi siempre condicionada por modas, desarreglos horarios, tendencia a la toma de comidas precocinadas, etc.… supone una amenaza metabólica para el organismo. Durante la infancia y adolescencia, son especialmente importantes los aportes alimenticios correctos, por su incidencia en el crecimiento, pero en cualquier edad debe mantenerse una alimentación variada y equilibrada. El ejercicio físico moderado ajustado a la edad, el descanso nocturno y evitar los denominados hábitos tóxicos – ingesta excesiva de alcohol, tabaquismo, drogas, promiscuidad sexual, medicación innecesaria, etc.…– contribuyen al mantenimiento de la salud. En la lucha contra la infección juegan un papel clave las vacunaciones. Administradas en los momentos adecuados y con el empleo de dosis de recuerdo, son una medida preventiva que impedirá la aparición de enfermedades comunes, bacterianas o víricas, que antiguamente provocaban grandes epidemias. La vacunación infantil de la difteria, el sarampión, la tos ferina, la rubeola, la polio han supuesto casi la erradicación de estas enfermedades. La vacunación contra el tétanos también se incluye entre las infantiles, sin embargo, necesita dosis de recuerdo aplicadas a lo largo de la vida. De no ser así, reaparece la posibilidad de contraer la enfermedad ante cualquier herida o que-madura producida en ambientes sucios. Se emplean, con regularidad entre la población juvenil y los mayores, vacunaciones periódicas contra el neumococo y el meningococo. La vacunación antigripal al comienzo de la estación otoñal, contribuye a reducir su incidencia o mitiga su gravedad, aunque dada la variación constante de las cepas víricas gripales, no ofrece garantías de inmunización completa. Últimamente, las vacunaciones contra la hepatitis y el cáncer de cuello uterino, inducidas por virus, han ampliado las indicaciones de las vacunas. Junto a ello, se debe prestar una especial atención a la higiene de la cadena alimenticia – desde el agua usada en agricultura, hasta la alimentación del ganado, incluyendo el almacenamiento, conservación y la manipulación de todos los pro-ductos destinados al consumo humano. Existe la falsa creencia de que los gobiernos de los países desarrollados deben dedicar enormes cantidades de dinero en la prevención de enfermedades y educación sanitaria. Estas medidas son eficaces en el mundo subdesarrollado, donde cualquier pequeña mejora de aspectos básicos se acompaña de una im-portante reducción de enfermedades. Sin embargo, en los países desarrollados, donde las condiciones higiénicas básicas están cubiertas y donde no existen el hambre o las carencias alimenticias, la Medicina Preventiva tiene otros objetivos, como la detección precoz de procesos tumorales. Ello supone la realización de estudios de población, que debe someterse a reconocimientos médicos periódicos y pruebas como mamografías, ecografías, citologías, colonoscopias, análisis sanguíneos… todo lo cual implica un enorme costo económico a la sociedad. La detección precoz de una enfermedad supone un paso importante en su curación. Los chequeos médicos han adquirido una gran popularidad, fundamentalmente con la creencia de que permiten detectar cualquier enfermedad. Para que sean realmente útiles se deben realizar en aquellas personas que tienen antecedentes familiares de enfermedades trasmisibles por herencia y de forma periódica a partir de los 50 años. GUIA DE DETECCION PRECOZ DE ENFERMEDADES POR CHEQUEO MEDICO -- En mujeres, desde los 35 años: ▪ Citología de cuello uterino y mamografía --En varones desde los 50 años: ▪ Determinación de PSA y tacto rectal --En ambos sexos desde los 50 años: ▪ Control de la tensión arterial ▪ Analítica de orina y sangre ▪ Examen físico con electrocardiograma ▪ Ecografía abdominal ▪ Colonoscopia ▪ Audiometría y examen visual ▪ Radiografía de tórax en fumadores No está clínicamente justificada la necesidad de realizar estudios más complejos, como pruebas de esfuerzo, Tac, exámenes radiológicos, etc… salvo que existan indicios de riesgo elevado de padecer una determinada enfermedad.