1 - Programa Sócrates - Universidad de los Andes

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 Revista Mayéutica Programa Sócrates Facultad de Derecho Universidad de los Andes Bogotá, Colombia Diciembre de 2008, No. 1. ENTRE UNA TORRE DE MARFIL Y UNA CAVERNA: CRÍTICA A UNA SOCIEDAD IDEAL. Jinú Carvajalino Guerrero∗ “Sería sin embargo estéril y desgraciado que los estudiantes colombianos, que han sido la chispa de la revolución, permanecieran al margen de ésta por cualquier causa; por falta de información, por superficialidad, por egoísmo, por irresponsabilidad o por miedo” 1 . ∗
Estudiante de derecho de la Universidad de los Andes. TORRES, Camilo. “Caminando al sur de la esperanza”. Graffiti pintado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Visto el jueves 18 de octubre de 2007. 1 -1-
Peligrosa, feroz, brutal, agresiva, cruel, despiadada, violenta y demencial resulta la calle de hoy en día. Cada vez más nos resulta familiar la amenaza de muerte, que día a día nos mantiene en permanente vigilia y aprensión. El terror se ha tomado nuestras almas. La confianza y la tranquilidad entre extraños se ha transformado en una simple añoranza utópica y lejana. Toda la porquería y la atrocidad de este mundo se abalanza sobre nosotros cada vez que decidimos salir y recorrer esa “selva de cemento” que con su abrumadora oscuridad nos despierta los más angustiosos y desoladores sentimientos. Sin embargo, la Universidad de los Andes, hoy más que nunca, nos ha dado a muchos un acogedor y tranquilo refugio en el cual todos estos sentimientos desaparecen mágicamente, haciendo de un ambiente de confort y paz el mejor regalo posible para los cerca de quince mil bondadosos y misericordiosos niños y niñas que pasamos gran parte de nuestras vidas allí y que, como dice la canción de un grupo cuyo nombre debemos censurar (Boikot), despertamos de espalda al mundo y contemplamos la libertad, en una cámara de gas. De este modo la Universidad se ha erigido como un paraíso terrenal cuasi‐perfecto, desarrollado en un contexto infernal de sangre, terror y pecaminoso abuso. Por eso, la comunidad uniandina es única, realmente somos únicos y excepcionales. La vida en la Universidad nos resulta realmente placentera. Los estudiantes, como lo demuestra un estudio realizado por la facultad de psicología, tenemos una percepción de seguridad emocional dentro del espacio físico de la Universidad, por el hecho de “ser un espacio cerrado con muros que delimitan zonas privadas respecto de públicas, el hecho de poseer porterías, en las cuales la presencia de un sistema de vigilancia privada garantiza el ingreso de personal oficialmente ligado a la institución, ofrece la impresión de un sitio protegido contra la delincuencia, dotado de un sentimiento de exclusividad y selectividad social” 2 . Así, las puertas constituyen un elemento fundamental de la Universidad, pues nos protegen de la desagradable sensación de temor y ansiedad que produce el entorno social y demencial de la realidad. Las cajas registradoras que nos detienen una y otra vez, y nos exigen identificarnos para entrar o salir, representan el más efectivo y apropiado filtro para protegernos de lo ajeno. Las puertas de la Universidad son hoy la forma de hacer que el riesgo no entre en nuestros corazones, es decir, de hacer que la “peligrosidad” 3 de un mundo potencialmente vil y despiadado no entre en nuestro recinto sagrado de paz y amor. Sin embargo, el peligro del pecado también está en nosotros. Por eso, las cámaras nos vigilan permanentemente, por nuestra seguridad, nos observan todo el tiempo y nos protegen de nosotros mismos. Así, somos parte de una utopía panóptica donde reina la vigilancia permanente y el examen constante. De este modo, se imponen fronteras 2 OVIEDO, Gilberto. Percepción y seguridad emocional de los estudiantes en el espacio físico de la Universidad de los Andes. Revista Ceso N° 50. Ediciones Uniandes : Bogotá, 2003. p. 36. 3 “La noción de peligrosidad significa que el individuo debe ser considerado por la sociedad al nivel de sus virtualidades y no de sus actos; no al nivel de las infracciones efectivas a una ley también efectiva sino de las virtualidades de comportamiento que ellas representan” (FOUCAULT, Michael. La verdad y las formas jurídicas. Gedisa editores : Barcelona, 1998. p. 97). -2-
claras y concretas al universo de la Universidad de los Andes, se dibujan límites que hacen de la libertad un sueño idílico y lejano que, bajo el yugo de un ojo siempre abierto, sólo puede vivir en nuestra imaginación. En este sentido, la universidad hoy es un lugar cerrado en donde no entra ni la realidad. Los Andes “rompe mucho con los espacios digamos así, “naturales” y culturales de la sociedad colombiana; de alguna manera es un espacio exótico” 4 . Nos hemos aislado, hemos construido máquinas registradoras justificadas por un terror absurdo y obsoleto, que han hecho que ya nadie entre ni salga. La Universidad hoy es una esfera aislada, una pompa de jabón dentro de la cual habitamos un mundo feliz y perfecto. Así, nos sentimos tranquilos porque entre la puerta del Lleras y la puerta del Franco no pasa nada, allí no hay guerras, opresión, pobreza, política, muerte, hambre ni miseria, dentro de esas paredes de concreto que nos recuerdan a las figuras más importantes, buenas y exitosas del país, vivimos “en un océano de mermelada sagrada, una eternidad de aburrición” 5 . Una sociedad ideal habita los Andes, una sociedad protegida por grandes portones, que nos recuerdan a diario que hay que tener cuidado, porque “del otro lado está la realidad”. Sin embargo, “cerrar las puertas de la universidad no parece una medida adecuada para engendrar la fe en una sociedad abierta” 6 . Somos lo que Belisario Betancur llama una “universidad aislada” en contraposición a la “universidad crítica” 7 . Mientras el mundo agoniza, nuestra pequeña isla apática y tranquila, continua con su diario transcurrir. Así, viviendo en este mundo modelo, hemos logrado materializar ese “ideal tonto de una comunidad humana no problemática y liberada del conflicto” 8 . De este modo, hemos suprimido la indecisión y la duda, la necesidad de pensar por nosotros mismos, y con ello, la voluntad de cambio. “Han ido estrechando el ámbito de operación y el campo de influencia de la universidad y han ido rebajando su capacidad de pensamiento crítico y sus facultades de creación de cultura” 9 . La Universidad en su afán de producción, de conferir títulos profesionales 10 , ha hecho de nosotros seres totalmente vacíos y mecánicos. Bajo un esquema ideológico de privatización y comercialización de la enseñanza, somos estudiantes cada vez más mecánicos y robóticos, especialmente educados para aprender y aplicar, sin cuestionar. Realmente ya no existe un poder, ni una intención, ni un interés profundo de cambio en la universidad. No existe ya una actitud que se niegue a asumir lo dado como un dogma. 4 HERNANDEZ, Manuel. El bogotazo y la Universidad de los Andes. En: RUEDA, Jose Eduardo. (Comp – Ed.). Los imaginarios y la cultura popular. Editorial presencia : Bogotá, 1993. p. 144. 5 ZULETA, Estanislao. Elogio de la dificultad y otros ensayos. Décima edición. Hombre Nuevo Editores : Medellín, 2007. p. 13. 6 BETANCUR, Belisario. De la universidad aislada a la universidad crítica. Presidencia de la República : Medellín, 1982. p. 19. 7 Ibíd. p. 18. 8 VALENCIA, Alberto. Estanislao Zuleta o la voluntad de comprender. Medellín : Hombre Nuevo Editores, 2005. p. 57 9 GARCÍA, Antonio. La crisis de la universidad. Primera edición. Plaza & Janes editores : Bogotá, 1985. p.175. 10 LEYVA LEYVA, Jorge y ORTIZ, Jorge. La universidad: ¿cambiarla o cerrarlas?. Primera edición. Ediciones Tercer Mundo : Bogotá, 1976. p. 9 -3-
Nos conformamos con este mundo, porque éste no se nos presenta tan espeluznante. Ya no cuestionamos nada, no vemos ni escuchamos más alternativas, porque estamos cerrados también mentalmente. Los límites físicos que nos dan tanta seguridad se han trasladado también a nuestra mente y a nuestra concepción del mundo. No nos queremos untar de lo que está al otro lado, porque nos repugna y aterroriza. La Universidad que debería ser sinónimo de debate, discusión y reflexión, es por el contrario, un espacio de paz y tranquilidad, donde vemos que no pasa nada. Así, se han roto todos los canales de relación permanente de la Universidad con la sociedad colombiana. Hemos hecho de los Andes una “universidad incoherente, hipertrofiada, inorgánica, autoritaria, segregada de la propia sociedad y del propio pueblo que la sustenta” 11 , un cuerpo extraño, ajeno, ausente e incomprensible, que produce la desmovilización política e ideológica y el conformismo de nosotros, los estudiantes, que permanecemos sumidos y encerrados en nuestros anhelos profesionales. De esto modo, la Universidad hoy, al igual que hace 15 años, “continua aislada, enclaustrada y desmovilizada” 12 . Se ha desdibujado totalmente el concepto de universidad en los Andes, ya que “la universidad no es una institución aislada ni existe en un vacío. Es, por el contrario, parte integrante de la sociedad que la sustenta y le proporciona sus elementos constitutivos, por lo cual está en completa continuidad con el resto del proceso social” 13 . La Universidad y los estudiantes no hemos comprendido la dinámica social, le hemos dado la espalda al país y hemos pretendido erigirnos en una torre de marfil para cultivar nuestros propios privilegios. Entonces, en un contexto donde la “modernidad” ha absorbido a la sociedad; la enseñanza y el aprendizaje como conceptos se han enclaustrado y encerrado en la universidad, pues es allí donde nos enseñan lo que realmente sirve, es decir, nos enseñan a ser lo antes posible empleados útiles y asegurar nuestra docilidad incondicional 14 . La Universidad no es más un espacio de libre expresión y debate, sino más bien un refugio, la más oscura y profunda caverna en la cual nos escondemos del mundo y su sucia realidad. Es el bunker perfecto para proteger hijos de ministros, presidentes, congresistas, la fortaleza ideal para salvaguardar el futuro político y empresarial del país de las garras del terror que al parecer se ha tomado el mundo entero. En este momento, el campus universitario es un lugar totalmente ajeno al mundo. Los estudiantes hemos asumido una actitud y un modo de vida que va muy bien con nosotros. Desafortunadamente somos ese “querido idiota” 15 por el que Santiago 11 GARCÍA, Antonio. Op. Cit. p. 176. 12 Ibíd. p. 178. 13 MALPICA, Freddy. Reflexiones y praxis universitarias. Ediciones de la Universidad Simón Bolívar: Caracas, 1993. p. 28. 14 Cfr. NIETZSCHE, Federico. Sobre el porvenir de nuestras escuelas. Barcelona: Tusquets Editores, 1980. p. 53. 15 GAMBOA, Santiago. Querido idiota. En: http://www.depasto.com/bsn/opinion/formato.php?&id_opinion=43 (Consultado el 14 de diciembre de 2007). -4-
Gamboa muestra una sarcástica preocupación. Somos niños ricos, que sin dificultades nos importa un bledo el resto, somos niños y niñas que, aunque quizá en algunos casos no tengamos la plata para tener el calificativo de “ricos”, hemos asumido una actitud torpe y austera. Hoy más que nunca, queremos permanecer al margen, para no ver, sentir, escuchar ni oler el pestilente aliento a muerte y desesperación que fluye por la tierra. No queremos atravesar esa barrera física y mental que nos aísla, para así abrir los ojos, salir de la oscuridad y enfrentar lo que ya sabemos y no queremos ver. La chispa emancipadora que ilumina al estudiante ha sido apagada por la Universidad de los Andes. Ya no queremos inmiscuirnos en la porquería que nos rodea, pues vivimos en la inmediatez de la tranquilidad uniandina, en una “isla de famosos” dónde sólo sabemos y aprendemos sobre la realidad a través de los medios masivos de comunicación. Es la cajita idiota la que parcial y precariamente nos muestra eso que no queremos vivir ni sentir en carne propia. Como lo temía el cura Camilo Torres, hemos sido marginados. Por eso, se hace necesario romper con las barreras físicas y mentales que nos aíslan del mundo, es momento de empezar a vivir el horror y la miseria de la realidad, y dejar atrás esa moda de tranquilidad y pasividad de la universidad, sólo así se abre y despeja el camino de cambio, porque como nos enseñó Estanislao Zuleta, “lo más difícil, lo más importante, lo más necesario, lo que de todos modos hay que intentar, es conservar la voluntad de luchar por una sociedad diferente sin caer en la interpretación paranoide de lucha” 16 . Es necesario voltear la educación universitaria y proyectarla hacia la sociedad. La Universidad y los estudiantes debemos inmiscuirnos en el conflicto social que aflige y destruye la esperanza de tantos hombres y mujeres que frente a nuestros ojos y nuestra indiferencia perecen. El debate social y político, y la posibilidad de un mundo distinto no deben tener prohibida la entrada. Ha llegado el momento de sentar posición, de asumir la responsabilidad y el compromiso de enfrentar lo que está fuera de nuestra tranquila, parsimoniosa y artificial universidad con el fin de derribar las fronteras que dividen a la razón, y empezar a vivir y luchar contra ese destino vacío, artificial y prefabricado que nos aguarda. Por eso, las palabras de Antonio Machado retumban hoy nuestros oídos: “Pero hoy, después de haber meditado mucho, he llegado a una afirmación: todos nuestros esfuerzos deben tender hacia la luz, hacia la conciencia… Y hoy digo: es verdad, hay que soñar despierto. No debemos crearnos un mundo aparte en que gozar fantástica y egoístamente de la contemplación de nosotros mismos; no debemos huir de la vida para forjarnos una vida mejor que sea estéril a los demás”. 16 ZULETA, Estanislao. Op. Cit. p. 16. -5-
BIBLIOGRAFÍA. • BETANCUR, Belisario. De la universidad aislada a la universidad crítica. Medellín : Presidencia de la República, 1982. p. 43. •
FOUCAULT, Michael. La verdad y las formas jurídicas. Barcelona : Gedisa editores, 1998. p. 91 ‐140. •
GARCÍA, Antonio. La crisis de la universidad. Primera edición. Bogotá : Plaza & Janes editores, 1985. p. 232. •
INFANTE, Arturo. La universidad de los Andes: Un proyecto en construcción. Bogotá : Universidad de los Andes, 1995. p. 10. •
LEYVA, Jorge y ORTIZ, Jorge. La universidad: ¿cambiarla o cerrarla?. Primera edición. Bogotá : Ediciones Tercer Mundo, 1976. p. 152. •
MALPICA, Freddy. Reflexiones y praxis universitarias. Caracas : Ediciones de la Universidad Simón Bolívar, 1993. p. 120. •
NIETZSCHE, Federico. Sobre el porvenir de nuestras escuelas. Barcelona : Tusquets Editores, 1980. p. 31 – 96. •
OVIEDO, Gilberto. Percepción y seguridad emocional de los estudiantes en el espacio físico de la Universidad de los Andes. Revista Ceso N° 50. Bogotá : Ediciones Uniandes, 2003. p. 53. •
RUEDA, José Eduardo. (Comp – Ed.). Los imaginarios y la cultura popular. Bogotá : Editorial Presencia, 1993. p. 223. •
VALENCIA, Alberto. Estanislao Zuleta o la voluntad de comprender. Medellín : Hombre Nuevo Editores, 2005. p. 47 – 75. •
YOUNES, Simón. El concepto de la universidad y sus funciones en el siglo XXI. Primera edición. Bogotá : Ecoe ediciones, 2002. p. 136. •
ZULETA, Estanislao. Elogio de la dificultad y otros ensayos. Décima edición. Medellín : Hombre Nuevo Editores, 2007. p. 13 – 18. -6-
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