BACH, JOHANN SEBASTIAN (1685-1750) Wenceslao Calvo (23-03-2010) © No se permite la reproducción o copia de este material sin la autorización expresa del autor. Es propiedad de Iglesia Evangélica Pueblo Nuevo Johann Sebastian Bach, músico, nació el 21 de marzo de 1685 en Eisenach y murió en Leipzig el 28 de julio de 1750. Pertenecía a una familia que por generaciones se había distinguido en el campo de la música. Perdió a sus padres a temprana edad, siendo recogido por su hermano Johann Cristopher (1671-1721) organista de Ohrdruff, de quien recibió la primera educación musical. En 1700 obtuvo una plaza gratuita en la escuela de San Miguel, de Luneburg, en donde fue discípulo de Georg Böhm. Visitó Hamburgo para conocer a los famosos organistas Reinken y Lübeck y después Celle para oír su célebre capilla. En 1703 tocaba el violín en la corte de Weimar y al año siguiente fue organista en Arnstadt, desde donde marchó tres meses a Lübeck para oír al eminente compositor y organista Buxtehude. En 1707 estuvo en Mulhasuen y al año siguiente en Weimar como organista de la corte. Desde 1714 a 1717 fue maestro de los conciertos de la corte. En Dresde desafió al famoso organista francés Marchand, comprometiéndose a resolver todos los problemas musicales y a improvisar sobre todos los temas que aquél le propusiera, siempre que éste a su vez se comprometiera a hacer lo mismo; pero causó tal impresión a Marchand la maestría incomparable de Bach que, aunque aceptó el reto, no se atrevió a presentarse delante de él y se marchó de Dresde unas horas antes de que la prueba tuviera lugar. En el mismo año el príncipe Leopold de Anhalt-Coethen le nombró maestro de capilla de la corte. En 1723 pasó Bach a Leipzig a ocupar el puesto de cantor de la Thomasschule. Trece años más tarde recibió el título honorario de compositor del elector de Sajonia y maestro de la capilla del duque de Weissenfels. En 1747 hizo un viaje a Berlín y dedicó a Federico II algunas de sus obras con el título de Ofrenda musical. Vivió después en Leipzig, retirado y dedicado por completo a los deberes de su cargo, a su familia y a sus discípulos. Allí compuso sus obras más importantes, las Pasiones, algunas cantatas y su Misa en si menor. En los últimos años de su vida le hizo sufrir mucho una enfermedad de ka vista, que le ocasionó la ceguera poco antes de morir. Bach estuvo casado dos veces: la primera con su prima María Bárbara, que murió en 1720 y después de Ana Magdalena, que le sobrevivió. Dejó al morir seis hijos y cuatro hijas, habiendo durante su vida perdido otros tantos. Johann Sebastian Bach Bach fue no sólo uno de los compositores más geniales, sino también uno de los más grandes virtuosos del piano y del órgano. Sus contemporáneos le admiraron sobre todo bajo este segundo aspecto; estaba reservado a otra generación posterior el saber reconocer el mérito de sus admirables creaciones artísticas. Como compositor, Bach se eleva a grande altura sobre sus contemporáneos, entre los cuales sólo uno, Händel, puede compararse con él, aunque en general conquistaron ambos sus principales méritos cultivando géneros bien distintos. Por una parte, en el arte de Bach encuentra su más perfecta y elevada expresión el estilo de una época ya pasada, la de la polifonía, que se había dio desenvolviendo y perfeccionando, por lo que a música vocal atañe, durante todo el siglo XVI, y que, por lo que toca a la instrumental, había llegado poco a poco durante el XVII a convertirse de tímidos tanteos en espléndida realidad, y por otra parte, las obras del gran maestro alumbran la aurora de una nueva época, la del predominio de la harmonía, pero además la monodía (o sea el desarrollo de la melodía sobre un fondo harmónico) que había empezado a despuntar en el siglo XVII, aparece en ellas con una seguridad y plenitud tal de formas que anuncia ya el próximo florecimiento del periodo clásico, que ha de inaugurase en Haydn. Bach alcanzó sus primeros éxitos en el arte del organista y sus magníficas fantasías y fugas, tocatas, preludios y artísticos acompañamientos corales, marcan el punto más elevado a que se ha podido llegar en la composición del órgano. Bach alcanzó también ya la época en que el piano-forte comenzaba a desterrar al clavicordio y clavicémbalo y acertó a crear con su Wohltemperiertes Klavier y sus conciertos, sonatas, etc., obras de una fuerza poética incomparable para cuya acertada expresión han ido proporcionando nuevos medios los crecientes perfeccionamientos de los modernos instrumentos. Así se ha podido observar que la estimación de las obras de Bach, lejos de disminuir han ido en aumento durante el siglo XIX. A los cien años de su muerte, la Bach-Gesellschaft emprendió la publicación de las obras completas del gran maestro, en su mayor parte manuscritas todavía, edición monumental que comprende 59 tomos en folio. Desgraciadamente no se han encontrado un gran número de las obras que se sabe de un modo positivo que compuso. A las que se citan anteriormente, escritas para órgano y piano, hay que agregar para formarse idea de la pasmosa fecundidad de su talento, una magnífica colección de obras de música de cámara que compuso en virtud de los cargos que desempeñó en las cortes de Weimar y Coethen, los Conciertos de Brandeburgo, suites orquestales, conciertos para diferentes instrumentos solos o con orquesta, etc. Las obras orquestales corresponden a la última época de Bach, en la que, gracias a su dominio de los coros y de la orquesta, llegó a los más altos grados de la expresión musical. Primera página de una cantata de Bach Como director de música religiosa de la ciudad de Leipzig, tenía la obligación de escribir anualmente un cierto número de piezas musicales para los cultos eclesiásticos luteranos. A esta circunstancia debemos la posesión de un tesoro de cantatas religiosas que compuso en un periodo de cinco años y de pasiones y misas admirables, entre las cuales descuellan la gigantesca Pasión según San Mateo y la Misa en si menor. De las cinco pasiones escritas por Bach sólo se han conservado dos (la de Mateo y la de Juan), pues la autenticidad de la tercera (según Lucas) es dudosa. A la altura de estas obras podemos considerar el Oratorio de Navidad y el Magnificat. Un sincero espíritu religioso y un incomparable dominio de los procedimientos técnicos colocan estas obras de Bach muy por encima de las de sus contemporáneos. La fecundidad de Bach era prodigiosa, pues sólo en música religiosa se le conocen unas trescientas cantatas, cada una de las cuales se compone de cuatro o cinco fragmentos, cuartetos, coros, solos, dúos, recitativos y corales a cuatro partes, todas instrumentadas; siete misas a cuatro voces y orquesta, muchos Kyries, Credos y Sanctus a cuatro voces con gran orquesta, tres Magnificats; un número considerable de motetes, preludios y fugas en cuyo género no ha tenido rival ni antes ni ahora. Por iniciativa de Mendelssohn, Leipzig erigió a la memoria de Bach un monumento en 1842; otro se levantó en Eisenach y también otro en Coethen. Johann Sebastian Bach, por Hassman. Museo de Leipzig