MÚLTIPLES YOES Alfredo Fierro Cierta psicología de origen popular, aunque reelaborada en discurso culto, de cuño personalista y humanista, exalta el dato inmediato de la unidad de la autoconciencia y presume hallar allí el núcleo de una identidad personal innata. Esa psicología no se ha liberado de una concepción romántica o quizá mística del ser humano, poco avalada por la ciencia. Continúa hoy muy difundida esa concepción; y, para separarse de ella, es necesario poner énfasis explícito en un análisis que se aplica a hacer patente la multiplicidad: un "persono-análisis", que, no sólo para contrarrestar los tópicos, sino para conocer la realidad bajo estudio, resalte los "múltiples yoes", reales o posibles, en que consiste el sujeto de la conducta. La multiplicidad del sujeto -"yo", "sí mismo", personalidad, o comoquiera se le llame- admite y necesita varios acercamientos. Uno de ellos es la doble perspectiva de "yo" o "sí mismo" como: (a) objeto susceptible de observación, de ciencia; (b) interioridad propia, fenoménica, de cada cual, objeto o tema de autoconciencia, de experiencia. Son dos "yoes" diferentes. Otro posible acercamiento es el lingüístico, que destaca la diferencia entre "yo" y "me". En cualquiera de las conductas autorreferidas -que constituyen, por cierto, el sistema de "sí mismo"- uno es el yo que actúa, otro el yo sobre el que se actúa. Si "yo me golpeo", el yo-mano que golpea no se identifica con el yo-mejilla golpeado. Otro tanto sucede en actos internos. Si "yo me conozco a mí mismo", el yo-sujeto cognoscente no se confunde con el "mí mismo" conocido. Un enfoque estrictamente comportamental y objetivo descubre la multiplicidad del sujeto como "no coincidencia" de los varios sujetos de la actividad y los procesos psicológicos. El sujeto cognitivo no es el sujeto de la experiencia emocional: no coincide con él por entero. Ni coinciden tampoco uno y otro con el sujeto de la acción. Los diferentes correlatos cerebrales de unas y otras actividades -y de los respectivos "sujetos"- ponen de manifiesto la "modularidad" del agente, de la persona. Multiplicidad interna de "yo" o de la persona equivale a no unidad, no identidad, mas no a disociación, que, como en la psicopatología tradicional, ha de continuar siendo contemplada como "trastorno" de la personalidad. La "salud mental", por el contrario, consiste, entre otros perfiles, en una apropiada interacción -mejor que integración- entre los distintos yoes o sujetos que cada cual lleva consigo o -mejor dicho- aquellos en que consiste cada cual. [Ponencia presentada en el Congreso Internacional de Psicología, Santo Domingo, septiembre 2004]