LA IGLESIA DE SAN PEDRO SE DESPIDE DE SU PARROCO

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LA IGLESIA DE SAN PEDRO SE DESPIDE DE SU PARROCO REVERENDO MONSEÑOR ANICETO VILLAMIDE SE RETIRA El Reverendo Monseñor Aniceto Villamide culminó su misión pastoral como párroco de la Parroquia de San Pedro el 30 de junio, 2015, después de 30 años de servicio en la Diócesis de Bridgeport. El domingo 28 de junio, la parroquia de San Pedro honró a su querido párroco de una forma muy especial. Comenzando a las 7:30 a.m. Monseñor fue serenado con las mañanitas por un grupo de feligreses. Después, todos lo acompañaron a la iglesia donde se arrodillaron enfrente del Santísimo y rezaron una oración muy especial por su pastor. A las 11:30 a.m. se celebró una Misa solemne en Acción de Gracias por haber tenido a Monseñor Villamide como párroco durante los últimos 30 años. La Misa fue concelebrada por varios sacerdotes y diáconos de nuestra Diócesis y de Washington. La iglesia se llenó de feligreses y amigos; entre ellos algunos que vinieron de Florida, Puerto Rico, South Carolina y New York. Durante su homilía, Monseñor dio gracias a esa comunidad de creyentes por haberle permitido caminar con ellos el camino de la fe, y por haber sido un instrumento tan especial en su vida sacerdotal. La Bendición Papal Apostólica fue presentada a Monseñor por sus feligreses, y los niños de la parroquia le dedicaron una canción. Después de la Misa, se llevó a cabo una recepción en el salón parroquial donde Monseñor fue recibido por un grupo de mariachis y cientos de feligreses y amigos que tuvieron la oportunidad de expresarle su amor, su apoyo, su cariño y su agradecimiento. Los feligreses de San Pedro también honraron a su párroco esa noche con una cena y recepción en Vazzano’s Four Seasons donde presentaron un programa muy especial con bailes típicos, poemas, canciones, presentaciones y regalos. Fue un día muy emocionante para todos, especialmente para Monseñor Villamide. Monseñor es un verdadero discípulo y misionero de Cristo. Es un sacerdote escogido por Dios desde toda la eternidad para cumplir la misión de llevar su amor y su perdón a todos los hombres. Un sacerdote santo, un hombre de fe y un hombre de Dios. Un sacerdote que ha dado siempre lo mejor de sí. Igual que Pedro fue la roca de los primeros cristianos, Monseñor Villamide ha sido la roca de la Iglesia de San Pedro. Él ha guiado a su pueblo con firmeza, convicción y rectitud. Sobre todo, los ha guiado con fe, amor, compasión, humildad y caridad. Monseñor es un sacerdote convencido de lo que emprende, lanzándose a caminar sin miedos, y con amor hacia aquellos más necesitados. El es un pastor que ha guiado su rebaño hacia Jesús. Un sacerdote que siempre ha irradiado amor, ha sembrado la paz, y ha predicado la justicia. Un sacerdote santo que ha arrastrado a su pueblo hacia Dios y lo ha hecho fervoroso. Un hombre de la Palabra de Dios y del misterio de la fe, y un testigo de la misericordia divina. Sus feligreses no le decimos adiós, sino que le decimos “GRACIAS”. Gracias Monseñor, por la alegría de la fe con la que ha contagiado nuestras vidas. Gracias por habernos enseñado a amar a Jesús de un modo más profundo y auténtico. Gracias por todo el bien que ha sembrado durante más de 30 años con nosotros. Queremos que sepa que sus palabras y sus acciones han llevado por el buen camino a muchos. Es mucho lo que ha hecho por este pueblo, no solamente por nuestra parroquia, sino que también por la comunidad hispana en la Diócesis de Bridgeport. Gracias a Monseñor Villamide conocemos, valoramos, y amamos nuestra fe. Agradecemos y valoramos su trabajo incansable, comprometido con amor al prójimo y con la convicción de la misión de llevar almas al Señor. Usted nos ha impactado e inspirado con su ejemplo de fe, testimonio, fidelidad y dedicación a su sacerdocio; y su entrega, amor, y servicio a la Iglesia. Monseñor siempre nos ha mostrado el amor de Dios, que es un amor incondicional, nos ha enseñado a vivir en comunidad, nos ha hecho conocer y vivir la Palabra de Dios, y nos ha acercado a la Eucaristía. Lo que ha sembrado ha dado mucho fruto. San Pedro es una comunidad de gran fe gracias al trabajo incansable de nuestro pastor. Tenemos muchas personas muy bien preparadas con la capacidad de ser buenos líderes en la Iglesia gracias a él y a su liderazgo. San Pedro es quien es hoy gracias a Monseñor Villamide. Sabemos que toda etapa en la vida llega a su final, y este es su momento. Queremos que sepa que vamos a extrañar muchísimo su presencia entre nosotros. La parroquia de San Pedro jamás será la misma. Nos deja con un gran vacío en nuestros corazones. Usted no solamente ha sido nuestro pastor, sino que ha sido nuestro Padre. Monseñor, todavía tiene mucho que dar a la Iglesia y el Señor tiene planes para usted en España. Le damos gracias de todo corazón por ser quien es; un sacerdote único, un sacerdote santo con un gran corazón. Que Dios lo bendiga y que la Santísima Virgen María lo acompañe en su camino. Lo queremos y lo extrañaremos. Sus feligreses y amigos. 
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