todo joven abogado tiene derecho a correr su

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“Todo joven
abogado
tiene
derecho
a correr su
aventura”
Roca Junyent es uno de los bufetes
con mayor prestigio en España.
Tiene una plantilla de 250 abogados
distribuidos entre sus oficinas de
Barcelona, Madrid, Girona, Lleida, Palma
de Mallorca y Shanghái. Factura 30
millones y gestiona alrededor de
10.000 expedientes al año.
Texto Emilio Molines
146 · FORBES · MAYO
2015
Fotografía Mariano Herrera
‘Forbes’ ha
entrevistado a su
presidente, Miquel
Roca, en el despacho
que la firma tiene en
su sede central
en Barcelona.
MAYO 2 015
· FORBES · 147
U
Usted ha sido político durante muchos
años y uno de los siete ‘padres’ de la
actual Constitución española, pero en
1996 decidió abandonar la política y
fundar, junto a otros abogados, el Bufete
Roca Junyent. ¿Por qué dejo la política y
abrió este despacho?
La verdad es que siempre tuve
la sensación de que mi actividad
política tenía una temporalidad,
porque formé parte de una
generación que nunca tomó la
decisión de dedicarse a la política,
sino que nos encontramos en la
política. Es decir, pasamos de
correr delante de la policía a una
situación en la que la policía, para
que nos entendamos, estaba a
nuestro lado. Fue una evolución
normal, y un día te encuentras que
pasas de la oposición a redactar la
Constitución. Cuando ya habían
transcurrido muchos años de mi
dedicación política creí que era
mejor volver a mi actividad privada,
y lo único que ocurría era que para
retomar mi actividad profesional
ya no tenía sentido volver a la
dimensión de un despacho que
había dejado hacía 20 años, sino que
tenía que fundar uno más colectivo,
con más especialidades, con más
148 · FORBES · MAYO
2015
gente, y así nace el actual bufete.
Roca Junyent es una de las firmas de
referencia en el competitivo sector legal
español, con una alta presencia en los
principales directorios o rankings del
sector. ¿Cuáles han sido las claves de
este éxito?
Siempre digo que, por un lado,
hacerlo bien, tener calidad, y
por otro ser muy exigentes con
nosotros mismos y muy próximos
al cliente. El abogado, sea en un
despacho individual o colectivo,
presta un servicio que descansa
en la confianza, por lo que hay
que generarla, ya que sin ella es
muy difícil ejercer de abogado
o de médico. Esta generación
de confianza significa calidad,
proximidad, vivir el problema como
si fuera tuyo, y, al margen de todo
esto, siempre hay un factor que es la
suerte, y nosotros la hemos tenido.
Lo hemos hecho bien, hemos
trabajado muy cerca del cliente y
hemos actualizado constantemente
nuestra organización para
adaptarnos mejor a las necesidades
del momento.
¿Cuál es el perfil del cliente que se
acerca más a su bufete?
Muy heterogéneo, porque están
desde las grandes empresas hasta
los pequeños clientes, tanto
individuales como empresarios.
Un despacho tiene que ser así, ya
que si sólo tuviéramos grandes
clientes no sería un buen bufete,
con toda sinceridad, porque
necesitas percibir la realidad desde
la riqueza poliédrica. La sociedad
es muy plural y los problemas muy
heterogéneos, y como abogados
necesitamos conocer la sociedad
en profundidad. En el despacho
siempre decimos a los jóvenes
que su principal obligación es leer
el periódico cada día, ya que no
se puede ejercer de abogado si no
se sabe lo que pasa en el mundo.
También una forma de estar bien
informado es la heterogeneidad de
los clientes que nos plantean sus
problemas, unos desde dimensiones
pequeñas y otros desde dimensiones
mucho mayores, lo que nos ayuda
a comprender la sociedad a la
que servimos, que cambia a unas
velocidades aceleradísimas, por
lo que hemos de saber adaptarnos
a esos cambios constantemente.
Afortunadamente, la crisis se
desacelera y predominan los nuevos
negocios, las nuevas orientaciones.
Y eso supone que tenemos que
emprender nuevas formas y modelos
de contratación.
¿Qué importancia le da su firma a la
formación de sus jóvenes profesionales?
Nosotros dedicamos muchas horas
de la actividad de los jóvenes a que
sean formados, y de la actividad de
los mayores a formar. Somos un
despacho solidario internamente,
y no nos limitamos simplemente
a pedirles su aportación de
trabajo y de talento, y a formarles
y ayudarles, sino que, además,
hay un intercambio que facilita
que ellos también nos formen,
porque a través de sus preguntas,
de sus planteamientos, de sus
observaciones, nos están dando
un mensaje de rejuvenecimiento
constante. Hemos pasado de los
grandes escritos a un tuit con
la lentitud de la justicia en una
sociedad que evoluciona rápidamente
es algo muy negativo
CONSEJOS
¿Qué le diría a un abogado que quiera
abrir su propio bufete?
Que trabaje mucho, que no se
desanime, que genere empatía con el cliente, que lo fidelicen por la confianza, y a partir
de aquí… muchas horas.
¿Cuál ha sido el mejor consejo que ha
recibido en su carrera y quién se lo dio?
Me lo dio un contrario, y le
explico la anécdota: cuando
yo empecé la carrera de abogado, en el despacho donde
me inicié me tocaba, lógicamente, hacer la reclamación
de morosos. Había un señor
que no pagaba, y cuando le
llamaba telefónicamente, me
decía: “No se preocupe, señor
Roca, que la semana que viene pagaré”. Y así una semana
tras otra, hasta que llegó un
momento que no pude más y
le puse un pleito. Entonces,
este señor me llamó un día
y me dijo: “Muchas gracias,
señor Roca –yo pensé que
estaba cachondeándose de
mí–, porque hasta ahora sólo
tenía una deuda, y ahora
tengo un pleito”. Esto tiene
mucho sentido, y quiere decir
que a la gente le obliga más,
a veces, su conciencia, que
la norma. Aquél me estaba diciendo que se sentía incómodo porque debía dinero, pero
eso cambió cuando le puse el
pleito. Fue toda una lección en
el sentido de que no creamos
que el derecho sustituye a las
obligaciones éticas, y esta es
una lección que debemos de
tener muy presente.
140 caracteres. Esto quiere
decir que tiene que haber una gran
capacidad de síntesis, que el joven,
incluso casi ya genéticamente,
domina mucho más que el senior.
¿Actualmente es un buen momento para
abrir un bufete de abogados en España?
Es opinable. Lo que yo creo es que
todo joven abogado tiene derecho
a correr su aventura por su cuenta.
No es justo desanimarle, pero
tengo la sensación de que, en este
momento, lo que le conviene a la
abogacía es dos tipos de despacho:
los grandes, porque pueden prestar
mejores servicios a los clientes; o
los despachos boutiques, que están
especializados en áreas o subáreas
muy concretas. Pero todos tienen
derecho a su oportunidad, y por lo
tanto, siempre es un buen momento.
Actualmente, es cierto que existe
una gran complejidad en el derecho,
ya que tenemos una legislación
europea aplicable directamente
y tratados de la Organización
Mundial del Comercio que tienen
su incidencia, más la legislación
española y la autonómica, lo
que obliga a que sean necesarios
departamentos muy fuertes que
ofrezcan mejores servicios, porque si
no lo haces así puedes equivocarte,
ya que la posibilidad del error se
incrementa con la complejidad.
¿Cómo se encuentra la abogacía española
con respecto a la europea?
Creo que en España hay una gran
calidad de servicios jurídicos
profesionales. No tengo ningún
inconveniente en nombrar algunas
firmas en España, como pueden
ser o lo fueron, históricamente,
Garrigues o Uría, competidores
nuestros, que tienen una gran
responsabilidad en el éxito de los
servicios jurídicos profesionales
en España porque en un momento
determinado ellos pudieron resistir
la invasión de las multinacionales
de servicios jurídicos profesionales.
Esto amparó el crecimiento de
otras firmas, y en su momento,
cuando nosotros aparecimos,
pudimos sumarnos a esa corriente
desfavorable, lo que ha supuesto
que los servicios jurídicos
profesionales en España sean
mucho más fuertes que en cualquier
otro país europeo. Hay que apostar
y confiar en los despachos locales,
porque pueden servir mucho mejor
que los internacionales.
Uno de los problemas que tiene la justicia
española es que resulta muy lenta. ¿Qué
habría que hacer para solucionarlo?
Esto es malo, y no responsabilizo a
los jueces, sino a la falta de medios.
La aplicación jurisdiccional lenta
pone en cuestión la eficacia de la
justicia. El tema de la lentitud de
la justicia en una sociedad que
evoluciona muy rápidamente es
muy negativo, porque puede ocurrir
que una doctrina del Supremo se
aplique a una legislación que ya
esté derogada seis veces. Por tanto,
hay que conseguir que la justicia
tenga los medios necesarios para
que pueda ser más rápida. También
sería importante que hubiera menos
presión mediática. La independencia
del juez tiene que ser respetada, no
únicamente en la valoración de sus
resoluciones, sino en la manera en la
que lleva el tema.
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