PROPUESTA DE MEDICIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA URBANA

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PROPUESTA DE MEDICIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA URBANA COMO
OBJETIVO DE PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN LOCAL.
María Teresa Delgado de Bravo
Instituto de Geografía-Universidad de Los Andes
Mérida-Venezuela
RESUMEN
Al considerar la calidad de vida urbana como objetivo de planificación y gestión local, se
presenta un concepto operativo en el cual se identifican las dimensiones relevantes de la calidad
de vida : educación, salud, participación económica, vivienda y servicios básicos, recreación,
seguridad personal y ambiente físico natural, necesidades cuya satisfacción puede ser
impactada por políticas del Estado o por la acción concertada con la Sociedad Civil. El
comportamiento de los satisfactores de esas necesidades, puede ser medido a través de
diversos indicadores, a partir de los cuales se propone la construcción de Indices Sintéticos de
Brecha por Componente de Necesidad y un Indice Global de Brecha en la Calidad de Vida,
para las diferentes unidades espaciales urbanas que conforman una determinada ciudad. Se
trata de índices aditivos en los cuales las ponderaciones asignadas a cada indicador y a cada
componente de necesidad, incorporan la dimensión perceptual de la población.
Tratamiento especial recibe la participación ciudadana, considerada más que como necesidad
de la población, como condición indispensable para la viabilidad sociopolítica del proceso de
planificación, lo cual permite incorporar en los índices la percepción que la población tiene
sobre las prioridades de sus necesidades, investigar las formas de organización y los medios
disponibles para la participación y las potencialidades existentes en las diversas comunidades
para lograr una participación efectiva.
Si bien los índices propuestos para abordar las diferencias en los niveles de calidad de vida de
la población urbana siguen el enfoque horizontal o geográfico, es posible complementar el
análisis con explicaciones estructurales, distinguiendo situaciones sobre la base de grupos
sociales.
Finalmente, se discuten las limitaciones y ventajas de la propuesta metodológica presentada.
PROPUESTA DE MEDICIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA URBANA
COMO OBJETIVO DE PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN LOCAL
María Teresa Delgado de Bravo
Instituto de Geografía-Universidad de Los Andes
Mérida-Venezuela
INTRODUCCIÓN
Profundizar las discusiones en torno al concepto de calidad de vida urbana y los posibles
métodos e índices elaborados para su medición, constituye uno de los objetivos fundamentales
del IV Seminario Latinoamericano de Calidad de Vida Urbana. La ponencia presentada se
enmarca en este objetivo, por cuanto a partir de un concepto operativo de la calidad de vida
urbana como objetivo de planificación y gestión local, se propone una metodología de
medición basada en la construcción de índices de brecha por componente de necesidad así
como un índice global de brecha en la calidad de vida, para las distintas unidades espaciales
que conforman una determinada ciudad.
Si consideramos la calidad de vida como “el
grado de bienestar de las comunidades y de la sociedad, determinado por la satisfacción de sus
necesidades fundamentales, entendidas éstas como los requerimientos de los grupos humanos y
de los individuos para asegurar su existencia, permanencia y trascendencia en un espacio dado
y en un momento histórico determinado” (Delgado de Bravo y S.Failache,1993), coincidimos
con la mayoría de los autores en asociar el concepto de calidad de vida con la satisfacción de
necesidades de la población (Smith,1980 ; Gross et al, 1988 ; Barbosa,1982 ; entre otros) ; las
discrepancias subsisten en cuanto al tipo de necesidades consideradas en el concepto de
acuerdo a las distintas clasificaciones de necesidad existentes : superiores e inferiores (Maslow,
1954), de bienestar social y deferencia (Laswell y Kaplan, 1950), categorías existenciales de
tener, amar y ser (Gross, 1988 ; Allardt,1973,citado por Smith,1980), físicas, mentales y
sociológicas (Smith,1980), básicas u objetivas y subjetivas (Gallopin,1982), o clasificaciones
combinadas de categorías existenciales y categorías axiológicas (Max Neef,CEPAUR,1986).
Asimismo, existen diferencias entre la utilización de indicadores “objetivos” y aquellos
relacionados con la percepción de los individuos en cuanto a lo que consideran su nivel de
bienestar, de carácter subjetivo, o la combinación de ambos criterios.
Por otra parte, desde el punto de vista metodológico existen dos enfoques básicos para
abordar el tema de las diferencias en los niveles de calidad de vida de la población : el
estructural o sociológico y el horizontal o geográfico (Velázquez y García, 1996). El enfoque
estructural distingue situaciones sobre la base de grupos sociales, mientras que el enfoque
geográfico lo hace en función de la localización. La integración de ambos enfoques permite
una mejor diferenciación de las desigualdades de la población, aún cuando se dificulta por las
diferencias en los niveles de información.
Sin embargo, cuando se utiliza el concepto de calidad de vida urbana como objetivo de
planificación y gestión local, estas discrepancias parecieran poder ser resueltas con mayor
facilidad.
CALIDAD DE VIDA URBANA : UN CONCEPTO OPERATIVO COMO OBJETIVO
DE PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN LOCAL
La calidad de vida como propósito superior de los procesos de planificación aparece asociada a
la satisfacción del conjunto de necesidades que se relacionan con la existencia y bienestar de las
comunidades, la preservación de la cultura de la sociedad en que se insertan y de las
condiciones ambientales, unidas a las formas de organización interna que una sociedad posee
para satisfacer sus requerimientos (Gallopin, 1982)
Todo proceso de planificación y gestión que se plantee como objetivo elevar la calidad de vida
de la población, debe considerar las necesidades socioeconómicas de educación, salud,
participación económica, vivienda y servicios básicos, recreación, seguridad personal, sin
obviar aquellos aspectos de calidad físico ambiental que pudieran ser regulados para
restablecer la armonía ambiente-sociedad en una ciudad considerada. Es decir, se incluyen
aquellas necesidades cuya satisfacción pueda ser más impactada por las acciones y políticas del
Estado, o que respondan al ámbito donde la acción concertada del Estado con la Sociedad
Civil, resulten importantes (Delgado de Bravo y E. Méndez, 1997).
Valga aclarar que, la participación ciudadana es una necesidad de la población de satisfacer
sus requerimientos de poder opinar y ser parte de las acciones y decisiones que se tomen, pero
ante todo es una necesidad inherente al proceso de planificación y gestión, una condición
ineludible para asegurar la viabilidad sociopolítica del proceso. Por tales razones, en la
propuesta que presentamos, la participación ciudadana no va a ser considerada como una
dimensión o componente más de la calidad de vida, sino que recibirá un tratamiento diferente
para la incorporación del nivel perceptual y el conocimiento de las potencialidades o
posibilidades que tiene una determinada comunidad de cumplir una participación activa y
eficiente en los diversos momentos de planificación y gestión.
Cada una de las dimensiones o componentes de la calidad de vida, visualizada como un sistema
de necesidades interrelacionadas e interactuantes, tienen diferentes satisfactores, entendidos
éstos como los medios cuyo uso y consumo permiten la satisfacción de esas necesidades. Cada
sistema económico, social y político, adopta diferentes estilos para la satisfacción de las
necesidades fundamentales. En cada sistema, éstas se satisfacen ( o no se satisfacen) a través
de la generación (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores, los cuales no están
igualmente distribuidos ni entre los grupos sociales ni a nivel espacial, en este caso a nivel
intraurbano, originándose así diferentes grados de calidad de vida dentro de la ciudad
considerada.
En otras palabras, la disponibilidad y acceso de la población a los satisfactores, es lo que va a
permitir cubrir los requerimientos de los individuos, grupos sociales y comunidades, respecto a
un determinado componente de necesidad. El balance entre los satisfactores deseados y los
realmente obtenidos, indica el grado de satisfacción ( o insatisfacción) de cada componente de
necesidad involucrado en el concepto operativo de calidad de vida. Los satisfactores están
culturalmente determinados, varían en función de las normas y valores que imperen en un
sistema socioespacial dado y en un tiempo determinado.
El comportamiento de la generación, disponibilidad y acceso a los satisfactores, se evalúa en
términos de indicadores, medidos al mayor nivel de desagregación socioespacial posible.
Como lo señalan Liberali y Massa (1986), “ es incorrecto tomar ciertos indicadores como
universales, ya que pueden demostrarnos que la calidad de vida de otras poblaciones es inferior
o superior a la nuestra, sin considerar si realmente son esas las necesidades (son esos los
satisfactores) requeridos por cada grupo social”(Citados por Velázquez, G. y M. García,1996).
En todo caso, la selección de los indicadores resulta influida por el ámbito espacial utilizado y
por la disponibilidad de información, aún cuando en nuestro país a nivel intraurbano no se
dispone en muchos casos de una base de datos actualizada y completa, al nivel de
desagregación espacial requerido, por lo que debe recurrirse al trabajo de campo y a las
encuestas. Cuando se seleccionan indicadores, es posible utilizar indicadores de acceso que
muestran las posibilidades de acceder al satisfactor de una determinada necesidad, indicadores
de resultado que reflejan el comportamiento de los satisfactores ( o de los disatisfactores)
sobre la población e indicadores de insumo que miden de alguna manera la “inversión”
realizada
en
un
determinado
sector
para
efectos
de
la
disponibilidad
de
un
satisfactor.(Clasificación propuesta en Febres, C y otros. Los Indicadores Sociales en
Venezuela. Grupo de Estudios Laborales, UCV, 1993).
También es necesario tener en cuenta, cuando se proponen indicadores en términos de tasas, la
conveniencia de cautelar los resultados dudosos por problemas de aleatoriedad estadística que
podrían producirse en poblaciones reducidas. Una última observación respecto a la selección
de indicadores, es evitar un número excesivo por componente de necesidad, porque aparte de
incurrir en redundancia de información, se incrementa la dificultad de recolección de la misma
y de la interpretación de los resultados.
En el Cuadro I, señalamos, a título ilustrativo, los indicadores que pudieran utilizarse a nivel
intraurbano, para medir el comportamiento de los satisfactores de cada componente de
necesidad.
Propuesta para construir Indices de Brecha por Componentes de Necesidad y el Indice
Global de Calidad de Vida.
1. Identificar las dimensiones de la calidad de vida que se consideren importantes, en tanto
objetivo de planificación. Esas dimensiones son los componentes de necesidad que
requieren ser satisfechos para alcanzar una calidad de vida aceptable y deseada : educación,
salud, participación económica, recreación, vivienda y servicios básicos, seguridad
personal y ambiente físico natural.
2. Identificar los satisfactores de cada componente de necesidad (Ver Cuadro I)
3. Sectorizar la ciudad considerada, según determinados criterios : morfología urbana,
unidades censales, entre otros, de tal manera que las unidades de análisis delimitadas
constituyan el mayor nivel de desagregación posible manteniendo una cierta homogeneidad
interna.
4. Seleccionar los indicadores que permitan medir el comportamiento de los satisfactores en
cada componente de necesidad. Se presentan dos alternativas : a) la selección de
indicadores a juicio de los investigadores especialistas, teniendo en cuenta el ámbito espacial
utilizado, la información disponible en fuentes indirectas y la facilidad de levantamiento de
información y por supuesto, su pertinencia a los fines que se proponen ; b) cuando se
dispone de una amplia base de datos al nivel espacial requerido, es posible someter los
diversos indicadores disponibles para cada componente de necesidad, a análisis de
componentes principales, a fin de seleccionar aquellos indicadores que resulten más
significativos por su mayor participación en la explicación de la varianza total, de los
componentes principales más importantes obtenidos.
5. Construir índices de brecha tanto a nivel de cada componente de necesidad como a nivel
global de la calidad de vida (La construcción de índices de brecha que se presenta, sigue la
metodología propuesta por la Oficina Central de Estadística e Informática de Venezuela
para el Indice de Bienestar Social, modificada por la autora para los fines de medición de
calidad de vida).
El procedimiento a seguir es el siguiente :
Transformación de los valores originales de los indicadores seleccionados a puntajes 020, con el objeto de simplificar la lectura conjunta, al tener una escala única para todos los
indicadores.
La manera de obtener el puntaje Pij asociado al indicador Xij correspondiente al componente
de necesidad Ci, en la escala de puntajes 0-20, será la siguiente : La asignación de 20 puntos
corresponde al valor criterial que representa el nivel de satisfacción concebido como signo de
bienestar y el mismo representa el techo de la escala. La decisión respecto a lo que representa
un valor óptimo de bienestar en términos del indicador considerado, puede corresponder al
mejor valor conseguido en las unidades espaciales en estudio, o puede corresponder a metas
deseables y viables, sugeridas por quienes tienen responsabilidad en la definición de políticas y
toma de decisiones, con posibilidad de algún tipo de consenso entre éstos y la población
urbana involucrada. Lo más sencillo y frecuente es lo señalado en la primera alternativa, pero
dado que se trata de calidad de vida como objetivo de planificación, resulta más lógica la
segunda alternativa porque permite conformar la imagen objetivo del proceso planificador y
por lo demás, esas metas sugeridas como valores óptimos, pueden coincidir en ciertos casos
con los encontrados en las unidades espaciales urbanas que presentan la situación más
favorable.
La asignación de 0 puntos se asocia al valor criterial que corresponde al umbral de lo no
deseado y representa el piso de la escala. Al valor menos favorable de un determinado
indicador conseguido en las unidades espaciales urbanas en estudio, se le asigna el puntaje 0,
para no permitir un mayor deterioro que el ya existente.
Operacionalización del concepto de calidad de vida.
COMPONENTE DE NECESIDAD
EDUCACIÓN
SALUD
VIVIENDA Y SERVICIOS
BÁSICOS
PARTICIPACIÓN ECONÓMICA
RECREACIÓN
SEGURIDAD PERSONAL
AMBIENTE FÍSICO
SATISFACTORES
INDICADORES
Analfabetos. % con educación superior
% con educación básica. Repitencia
Disponibilidad y acceso a los servicios maestros / alumnos. alumnos / aula
educativos
distancia a la escuela
Alimentación
Indice de desnutrición.
Equipamiento médico sanitario
médico / habitante. camas / habitante
Programas de Asistencia Preventiva
% niños vacunados. Saneamiento ambiental
Programas de acción curativa
Morbilidad. Mortalidad infantil
Acceso a la vivienda
Tenencia de la vivienda. Déficit de viviendas
Estado físico de las viviendas
Hacinamiento. % viviendas en buen estado
Cobertura y eficiencia de los servicios
% ranchos. % viviendas con agua, cloacas, luz
eléctrica, aseo urbano
Regularidad y calidad de los servicios
Transporte público
Trabajo
% desempleados. % ocupados en el sector
Ingresos
informal. % hogares pobres. Ingreso familiar
Acceso a la recreación y deporte
Áreas verdes / habitante. Áreas deportivas /
habitante. Distancia a amenidades urbanas :
parques de recreación, cine, teatro.
Servicios de seguridad y prevención del delito Delitos contra la propiedad / población. Delitos
contra las personas / población. Existencia de
módulos policiales. Existencia de patrullaje.
Medidas privadas de protección.
Ambiente natural sano, agradable y seguro.
Contaminación por tipos. Usos urbanos
incompatibles. % área con riesgo de
inundación, deslizamientos, erosión. %
viviendas en lechos de quebradas.
A valores del indicador Xij comprendidos entre los valores límites criteriales, se les asignará el
puntaje Pij mediante la transformación lineal directa Pij= A+Bxij.
Obtención de Indices sintéticos de Brecha por Componente de Necesidad en cada unidad
espacial urbana , ICi, mediante el procedimiento siguiente : Para cada uno de los indicadores
expresados en la escala de puntajes 0-20 en un determinado componente de necesidad en cada
unidad espacial, se elabora un índice de brecha que expresa en términos porcentuales el
recorrido faltante para alcanzar el valor criterial óptimo de 20 fijado para ese indicador y se
calcula simplemente por : Iij= (20 -Pij)/ 20 x 100.
El Indice Sintético de Brecha para cada Componente de Necesidad en cada unidad espacial
urbana sería : ICi = Σ Wij Iij /
Σ Wij donde, Iij= índices de brecha de los j indicadores
del componente de necesidad i ; Wij= ponderaciones asignadas a cada índice de brecha Iij ;
para j= 1 ... T, total de indicadores del componente de necesidad i.
Obtención del Indice Global de Brecha de la Calidad de Vida, IGCV, por el mismo
procedimiento aditivo a partir de los Indices Sintéticos por Componente de Necesidad, para
cada unidad espacial urbana : IGCV =
Σ Wi ICi /
Σ Wi
donde, Wi= ponderaciones
asignadas a los Indices sintéticos por Componente de Necesidad ICi ; para i = 1, ... N, total de
Componentes de Necesidad considerados.
Las ponderaciones asignadas a cada indicador que conforman los diferentes componentes de
necesidad en los Indices Sintéticos de Brecha, y a cada componente de necesidad en el Indice
Global de Calidad de Vida, se realizan a partir del análisis de la percepción de los individuos
respecto a lo que consideran su escala de necesidades y su nivel de bienestar.
Como resultado de la metodología propuesta, se dispondrá para las distintas unidades
espaciales urbanas, de índices sintéticos de brecha en cada componente de necesidad y de
índices globales de brecha en la calidad de vida, los cuales indican en términos porcentuales, las
deficiencias y logros en las distintas dimensiones de la calidad de vida y de ésta globalmente,
con respecto a las metas consideradas como valores deseables y viables, en cada caso. Es
decir, la diferenciación espacial de los índices, de hecho evalúa el balance o desbalance entre lo
existente y lo deseable y puede servir de base para la proposición y ejecución de acciones a
través del proceso de planificación y gestión local : acciones correctivas dirigidas a superar los
problemas detectados en los diferentes componentes de necesidad y acciones de promoción
para potenciar recursos, inversiones y programas que conduzcan al mejoramiento de la calidad
de vida de la población, incentivando la participación ciudadana como condición inherente al
éxito de las acciones propuestas.
Sería una extrema concepción reduccionista, pretender que los índices propuestos representan
estrictamente la realidad socioterritorial, pero son valores indicativos del logro alcanzado en la
satisfacción de las diferentes necesidades que conforman la calidad de vida de la población.
Tienen la ventaja de sencillez de cálculo, facilidad de interpretación, flexibilidad para
incorporar o eliminar indicadores, posibilidad de ser sometidos a evaluación periódica e
incorporan la percepción de la población acerca de su propia escala de necesidades y la
priorización asignada a cada componente de necesidad en la evaluación y medición de su
calidad de vida. Su principal dificultad radica en la información requerida a un nivel
intraurbano lo más desagregado posible ; algunos indicadores pudieran obtenerse de fuentes
indirectas, particularmente si se utilizan los llamados segmentos urbanos o las parroquias
urbanas, pero necesariamente
debe recurrirse al trabajo de campo y las encuestas (para
construir indicadores del ambiente físico natural o indicadores socioeconómicos no disponibles
en otras fuentes, para conocer la apreciación perceptual de la población y para investigar las
posibilidades o características de la población que favorecen la participación ciudadana).
Se han realizado pruebas empíricas de estos índices, pero dándole igual peso a todos los
indicadores y componentes de necesidad, es decir, sin incorporar la percepción de la población
sobre sus prioridades ; es posible que la aplicación de la metodología que proponemos lleve a
algunas modificaciones no previstas, pero en todo caso, se requiere discutir y elaborar el
cuestionario a aplicar para la percepción de necesidades y las condiciones de participación
ciudadana. Además, en la explicación de resultados, debe intentarse algún análisis estructural,
dadas las diferencias reconocidas de calidad de vida entre grupos sociales e inclusive, las
supuestas diferencias en el nivel perceptual y en las posibilidades de participación según dichos
grupos
En conclusión, se trata de una propuesta, sujeta a discusión, de medición de logros y
deficiencias en la calidad de vida, como objetivo de planificación y gestión local, dándole una
significación especial a la participación como condición inherente a las perspectivas favorables
para estos procesos.
BIBLIOGRAFÍA
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