Boletín de Información de Expertos en Riesgos ENTREVISTA Ramon Trias: “Los retrasos de Basilea II frenan todo lo demás” Ramon Trias es Director General de AIS, Aplicaciones de Inteligencia Artificial. En esta entrevista habla como experto sobre Basilea II, aunque se pregunta si la banca puede seguir posponiendo su apuesta por el control del Riesgo de Negocio en función de que se despeje la incógnita de la entrada en vigor de Basilea II. La pasada semana hacía unas importantes declaraciones en este sentido en el canal financiero Expansión Televisión. En nuestro próximo boletín completaremos la actual entrevista con dichas declaraciones sobre Riesgo de Negocio y banca española. R.- Creo que la afirmación del presidente Jaime Caruana es muy acertada: “Lo que importa no es el tiempo, sino la calidad del Nuevo Acuerdo”. Ahora bien, lo que creo que preocupa no es que Basilea II se retrase, sino que se retrase tantas veces y cada vez en un plazo mayor. Parece que el Acuerdo no madura en los plazos que debería, no se logran los objetivos marcados y esto causa una pérdida de credibilidad. Es un secreto a voces que la carga política que ha de soportar el avance de Basilea II obliga a estos plazos voluntaristas y a estos incumplimientos perjudiciales. Desde luego, vistas las críticas (tanto su cantidad como su calidad), retrasar la entrada en vigor de Basilea II me parece lo más lógico. PREGUNTA.- La aplicación de Basilea II se va posponiendo. ¿Qué cambios cree que deben darse para conseguir que por fin sea viable? RESPUESTA.- Hay tres puntos clave sobre los que debería actuarse y que son sobre los que el sector RAMON TRIAS demuestra mayor desDirector General de AIS contento. El primero es la tendencia procíclica del Nuevo Acuerdo. El segundo es el riesgo operacional, que tal y como está actualmente es poco aplicable; está muy poco desarrollado en contraste con el riesgo de crédito. Y el tercero, que es otra de las críticas que se ha hecho a Basilea II desde el principio, es que se den recursos para la adecuación de las directrices a las necesidades de cada país (particularmente en los de economías emergentes). Esta última crítica es una extensión a la tendencia general de Basilea a contemplar lo grande en detrimento de lo chico (países emergentes frente a países desarrollados, pequeñas entidades frente a grandes corporaciones, etc.). P.- En Europa parece que hay un menor entusiasmo por Basilea II, ¿cree que se debe a la negativa norteamericana a generalizarla? R.- Efectivamente, el entusiasmo por Basilea II se ha enfriado, o mejor diría serenado, pero el motivo principal no es la posición de EEUU. Desde la aparición del primer borrador del Nuevo Acuerdo, el Comité de Basilea de Supervisores Bancarios ha recibido numerosas críticas, sugerencias, peticiones de cambios, etc; muchas de ellas provenientes de Europa. Especialmente dura ha sido la posición de Alemania, evidenciando el sesgo del Nuevo Acuerdo hacia lo grande frente a lo pequeño, que en el caso alemán significan dificultades para las pymes, tan importantes en su tejido económico, especialmente en los actuales momentos de crisis deflacionaria. También desde el Parlamento Europeo surgieron voces recelosas frente a Basilea. Y es que las propuestas del Comité superan el margen de actuación de cada país, con un control democrático relativo a pesar de que sus consecuencias van a afectar a las economías de cada país y al bienestar de sus habitantes, sólo hay que ver que para cumplir con los requisitos de Basilea II, algunas entidades se verían forzadas a la reducción del volumen de créditos concedidos y esto, sin duda, trasciende de los bancos a la sociedad. Las declaraciones del vicepresidente de la Fed, Roger Ferguson, pueden haber removido un poco estas aguas, pero no son la causa del menor entusiasmo actual por Basilea II. P.- ¿Con estos cambios podría la Fed cambiar su forma de ver el acuerdo? R.- En absoluto. Las razones de fondo que tiene EEUU para no aplicar Basilea II no son sólo técnicas, sino políticas. Aunque se hagan reformas, EEUU no se regirá por las nuevas directrices. Ferguson ha declarado que su implementación es cara y no considera necesaria esa enorme inversión cuando con el actual Acuerdo del Capital se puede funcionar. Aunque esto sea cierto, no se compagina bien con las declaraciones del anterior presidente del Comité de Basilea, William McDonough, sólo veinte días antes de la comparecencia al congreso de Ferguson, llevando a los altares el trabajo y el futuro del Acuerdo. P.- ¿Cree que son positivos los sucesivos retrasos de Basilea II si con ello se consiguen acuerdos mejores? 04 Boletín de Información de Expertos en Riesgos ENTREVISTA riesgo. La prueba es que superintendencias de países como Chile o Colombia se han adelantado en ciertos aspectos a Basilea II y vienen publicando desde hace unos años normativas para sus países muy en la línea de lo que propone el modelo de Basilea. P.-¿Qué posturas están adoptando los bancos con respecto a Basilea II? R.- Es evidente que se ha perdido el entusiasmo de enero de 2001, cuando se publicó el primer borrador. Esto se traduce en posiciones más prudentes, pero no en deserciones. Un punto que preocupa mucho a la banca española es lo que pueda pasar en Latinoamérica. La banca en los países iberoamericanos tiene una alta participación extranjera, en especial española y estadounidense. Basilea II dice que en caso de que un conglomerado siga la aproximación de IRB, Modelos Internos de Rating, todo el grupo debe hacerlo. Lo que sí es una consecuencia negativa de los continuos retrasos de Basilea II es que se frena el avance de todo lo demás. Nadie quiere invertir o preocuparse de otros temas hasta que no esté más claro lo que pasa con el Nuevo Acuerdo y sus requisitos. Basilea II es la prioridad y esto va en detrimento de otras cuestiones que también son urgentes, posiblemente incluso más que Basilea. Es el caso del riesgo de negocio. En España la mora está en índices bajísimos. Podríamos decir que es casi inexistente. Sin embargo, la presión sobre el margen es altísima. Dado que los costes estructurales de las entidades son muy elevados y prácticamente fijos a partir de cierto nivel, cualquier disminución en los ingresos reduciría más que proporcionalmente el margen, con la consiguiente pérdida de competitividad. Este sería un tema clave hoy en España, que se ve relegado por Basilea II, y así continuará si el Nuevo Acuerdo sigue demorándose. P.- ¿Cree que las entidades bancarias latinoamericanas conectadas con grupos españoles actuarán de la misma manera que éstos? R.- Dado que en España todo hace prever que la banca implementará las directrices del Comité de Basilea, las entidades latinoamericanas integradas en los grandes grupos españoles, también deberán hacerlo. Esto provocará una situación tan curiosa como que entidades pequeñas o medianas de países centro y sudamericanos trabajen de acuerdo con Basilea II, mientras que entidades mucho más grandes en EEUU no estarán obligadas. Este escenario tan peculiar hace que sea necesario regular muy bien las excepciones; sin embargo, parece que, de momento, no se está siguiendo este camino. Además, se es consciente en nuestro país, que los parámetros de las sofisticadas fórmulas que se utilizan, están desarrolladas para bancos internacionalmente activos de los países mas ricos y distan mucho de ser realistas para los países de economías emergentes como muchos de los que han acogido inversiones de la banca española. También se percibe con recelo las formas en que se computa la diversificación, de muy poco efecto sobre la diversificación internacional como en el caso español. P.- Y por último, ¿qué cree que puede pasar con Basilea II en el caso de que se siga posponiendo? R.- Lo cierto es que no pasaría nada, salvo que se perdería más entusiasmo. En el peor de los casos, si Basilea II nunca llegara a convertirse en un documento definitivo y en un estándar mundial, siempre sería un referente. Todo el proceso para llegar al texto final del Nuevo Acuerdo ha significado ya una fuerte revolución y ha provocado cambios sustanciales en la manera de concebir el 05