Jóvenes dramatu r UC gos Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE festival bicenten ario festival bicenten ario Jóvenes dramatu r UC gos TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC FACULTAD DE ARTES UC • ESCUELA DE TEATRO UC • TEATRO UC • CENTRO DE ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE TEATRO (CETRO) LICEANA, LA CUECA VIRULENTA / EL ONCE / PONTE_TÚ / OCTUBRE - NOVIEMBRE 2010 Cuadernillo de Mediación Cultural TEUC Nº 23 • Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Esta publicación ofrece claves y herramientas para comprender las obras del Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC. Está concebida como una iniciativa de mediación cultural en el marco del Programa de Formación de Públicos del TEUC. 1 TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE En el marco del programa TEUC ”Jóvenes frente a jóvenes”, este Festival busca difundir y profesionalizar la creación dramática que desarrollan jóvenes dramaturgos de la Escuela de Teatro UC. Liceana, la cueca virulenta Dramaturgia: Bosco Cayo Dirección: Francisco Albornoz Diseños: Guillermo Ganga Música: Cristian Santis Asistencia de Dirección: Claudio Rolle, Cristian Torres Elenco: Ignacia Agüero, Daniela Benítez, Andrés Kalawski, Elvira López, Alexei Vergara, Aranzazú Yankovic. MIÉRCOLES 6 AL SÁBADO 16 DE OCTUBRE. Escrita y dirigida por Juan Pablo Troncoso Diseños: Camila Bardhele Música: José Galaz, Patricio Barrientos, Gonzalo Vargas Producción: Nicole Sazo Elenco: Ximena Sánchez, Manuela Mege, Christian Aguilera, Esteban Cerda, Gonzalo Venegas, Pablo Mois. MIÉRCOLES 20 AL SÁBADO 30 DE OCTUBRE. Ponte_tú Dramaturgia: Pablo Dubott Dirección: María José Contreras Diseños: Juan Andrés Rivera Y Felipe Olivares Asistencia de Dirección: Andrea Soto Elenco: Solange Lackington, Ornella De La Vega, Mariel Castro, Felipe Contreras, Jorge Ortiz, Cristián Aros, Luis Caviedes, Ricardo Montt contenidos • Editorial, por Milena Grass • Y sean las principales, por Inés Stranger •Dramaturgia Inciernes, por Benito Escobar • Fábula de un recuerdo, por Coca Duarte • Micro reflexión micropoética sobre un umbral, por Ana Harcha •Calefonts, mamuts, arrepentimientos: la sustancia de la dramaturgia, por Andrés Kalawski • Sobre Liceana, por Bosco Cayo • Entrevista a Bosco Cayo, autor de Liceana, la cueca virulenta, por Constanza Alvarado • Notas para una liceana, por Francisco Albornoz •Sobre El Once, por Juan Pablo Troncoso •Entrevista a Juan Pablo Troncoso, autor y director de El Once, por Constanza Alvarado • Diseño Integral, por Camila Bardhele • El Once revolución tangencial desde las aulas, por Javiera Larraín • Sobre Ponte_tú, por Pablo Dubott • Entrevista a Pablo Dubott autor de Ponte_tú, por Constanza Alvarado • Diseño Integral, por Los “Contadores Auditores” • Entre dramaturgia narrativa y dramaturgia dinámica, por María José Contreras •Cronología de un Festival Editorial por Milena Grass, Directora Escuela de Teatro UC. F ormar artistas y actores integrales, esa es la misión que se ha dado la Escuela de Teatro durante muchos años. Sin embargo, esta afirmación presenta muchas complejidades que se hacen evidentes frente a dos procesos que nos ocupan: la autoevaluación y la renovación curricular. El primero nos enfrenta con la difícil tarea de determinar qué tipo de profesionales queremos formar, cuál es nuestro compromiso con los futuros estudiantes y con los jóvenes que ingresan a nuestras aulas. El segundo intenta recoger una evidencia: somos más que una escuela de actores -Actor o Actriz como dice el título profesional que entregamos; quienes se han formado con nosotros cubren un amplio espectro de oficios teatrales: directores, dramaturgos, productores, gestores, críticos, investigadores, por mencionar unos pocos. El proyecto de reestructuración de la malla curricular tiene por objetivo hacerse cargo de esa diversidad y ofrecer caminos alternativos a través de los cuales nuestros estudiantes puedan especializarse en sus áreas de mayor interés. En este sentido se alinea el Festival de Jóvenes Dramaturgos. Si el proceso de formación de un dramaturgo encuentra cierto punto de culminación en la puesta en escena de sus obras, queremos brindarle esa posibilidad a un grupo de estudiantes que se destacan por su interés y desarrollo de la escritura dramática. Esta intención se ha cumplido con creces. Cuando uno hace el repaso de las cuatro versiones anteriores del Festival, ve que una buena parte de los autores han desarrollado una sólida carrera de dramaturgos. La oportunidad de ver sus textos montados dio un cierre a un proceso de creación dando materialidad a toda la potencialidad escénica que estos despliegan y así contribuyó a avanzar en el oficio. Sin embargo, el formato del Festival no ha sido siempre el mismo; éste se ha realizado en el Teatro UC, pero también en nuestras aulas dependiendo principalmente de los recursos disponibles y de las capacidades de gestión de cada momento. Organizar esta vitrina requiere un gran esfuerzo de voluntad y de gestión para sacar adelante un proyecto eminentemente académico. En este sentido, me alegra afirmar que esta vez, más que nunca antes, el Festival de Jóvenes Dramaturgos es un proyecto de Escuela. Se ha convocado a profesores, estudiantes y egresados para dar cuerpo escénico a textos surgidos al interior de esta pequeña comunidad. Estamos haciendo teatro profesional por y para los dramaturgos que estamos acuñando, por ayudarlos en su formación, pero también para que completen con sus imaginarios la visión necesariamente parcial que tenemos del mundo. Este Festival forma parte de un proyecto de Escuela y espero que así como ha convocado a todos sus miembros, su vocación de encuentro sea la suficientemente fuerte para atraer también a quienes nos rodean transformándolos en el público interesado con que debe culminar la experiencia del teatro. Porque toda nuestra capacidad de producción sólo verá sus frutos verdaderos cuando haya servido como medio para encontrar a los dramaturgos con sus espectadores. Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC MIÉRCOLES 3 AL SÁBADO 13 DE NOVIEMBRE. 2 3 Por Inés Stranger Dramaturga, Profesora titular UC y directora TEUC E La dramaturga, académica y directora del TEUC hace estado de la historia del Festival de Jóvenes Dramaturgos enfatizando en la importancia del desarrollo y formación de la dramaturgia nacional. Lo importante, dice, es “confiar en la fuerza transformadora del teatro”. E l impulso y desarrollo de la dramaturgia chilena es uno de los ejes que ha estructurado la política de repertorio y el quehacer del Teatro de la Universidad Católica desde su creación en 1943. En estos 67 años, hemos realizado 184 estrenos propios de los cuales 72 corresponden a obras de autores chilenos. En este curso, que he tenido oportunidad de dictar durante muchos años, suelen producirse algunas importantes revelaciones autorales. Algunos de nuestros estudiantes deciden optar por el oficio de dramaturgo/a, pues habiendo emprendido la tarea con seriedad, corrido los riesgos y trabajado juiciosamente han encontrando en el ejercicio y la tenacidad aquella voz personal que los ha llevado a levantar una poética y definir una posición frente al teatro. Muchas veces se han agrupado y formado una compañía. Con estos textos l presente Festival Bicentenario de Jóvenes Dramaturgos UC es el quinto que hemos organizado, con una periodicidad variable y de acuerdo a nuestras posibilidades, como también al interés de los estudiantes por escribir y al volumen y calidad de obras escritas. han definido un territorio en el que ha sido posible levantar un proyecto colectivo: un algo que decir y una forma de hacerlo. Diría sin exagerar que esta experiencia -cuando ocurre- es una de las más importantes que un/a estudiante de la Escuela de Teatro vive durante su formación universitaria. Es un largo ejercicio de conocimiento personal en el que se ve confrontado/a a la expresión de contenidos propios, muchas veces inconscientes, con la irrupción de textos surgidos desde muy lejos, de situaciones extravagantes, de imágenes y de personajes enigmáticos que reclaman su existencia. En este proceso de taller, con la dinámica natural de escritura y lectura en voz alta, de ejercicios dirigidos y correcciones, de problematizaciones y discusiones, de inferencias de las estructuras y de las resoluciones escénicas, estos textos van progresivamente tomando su forma, recogiendo sus enigmas y elaborándose a través del lenguaje. En un trabajo de rescritura y de aproximaciones sucesivas, los materiales iniciales van siendo llevados al logos, se van volviendo palabras de autor que el estudiante debe respaldar como palabra propia y aceptar como compromiso. Así, escribir el primer texto dramático completo es redactar un acta de nacimiento que define y proyecta una identidad de poeta –entendido este oficio en su sentido más primigenio. Pero la formación de un dramaturgo/a no se completa hasta que él -o ella- tiene la oportunidad de verificar la factibilidad escénica de su escritura. Un texto escrito para el teatro requiere ser confrontado 1. Actualmente, los profesores de la línea de dramaturgia en la Escuela de Teatro PUC son Inés Stranger, Coca Duarte y Andrés Kalawski. El año 2009, tuve ocasión de ser miembro del jurado del Festival El Volcán que organiza el Centro de Estudiantes de la Escuela de Teatro (Cetro) y había un gran número de interesantes textos escritos por los estudiantes de los cuales muchos habían sido escritos libremente sin la exigencia de aprobar un ramo. Se podía comprobar que la dramaturgia volvía a interesar a los jóvenes del mismo modo como se volcaban hacia la política, la historia y la filosofía. Todas disciplinas que se relacionan. Hicimos entonces un llamado a participar en la Programación TEUC 2010 y llegaron obras nuevas, algunas especialmente escritas para esta ocasión. Invitamos a participar a El Once, escrita y dirigida por Juan Pablo Troncoso que había sido elegida ganadora del festival El Volcán y se conformó un jurado compuesto por Milena Grass, Inés Stranger, Andrés Kalawski, Macarena Baeza, Mario Costa y Juan Pablo Troncoso, como representante de los estudiantes. En pocas palabras, de qué se tratan las obras seleccionadas. Liceana, la cueca virulenta, de Bosco Cayo es una reflexión poética acerca del hacer de una liceana que, llevada de un desasosiego interno y por “hacerse la chora”, va siendo arrastrada hacia un destino inexorable: seguir los pasos de su madre, identificándose inconscientemente con ella. El texto expresa el abandono de una joven, del desajuste entre sus modelos interiores de niña chica y chica mala, de la imposibilidad de contención de los adultos de esa voracidad vital que no se resigna a no ser nadie en este mundo. El Once de Juan Pablo Troncoso, es una reflexión postraumática de lo que se ha llamado “la movilización de los pingüinos”, es la toma Ponte_tú de Pablo Dubott tiene la forma de un rito de pasaje. Trata de unos amigos que se reúnen para recordar y pedirse cuentas de lo que han hecho desde que dejaron el liceo, un grupo de amigos que habían estado muy ligados pues compartían la homosexualidad como rasgo común de identidad. Dramatúrgicamente el texto Ponte_ tú es un ejercicio contrafactual, es la elaboración de las hipótesis de vida posible, de ese “ponte_tú si las cosas hubieran sido diferente” una posibilidad que se teme y se desea cuando una persona asume diferenciarse de sus amigos. “Ponte_tú“ que las cosas resultaran bien, podría ser una gran traición a la amistad. F TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE de conciencia de unos escolares que se sienten superados frente a los problemas de mundo, que necesitan un discurso propio, un proyecto que no sea la herencia de las generaciones anteriores, ni sus banderas de lucha, ni su iconografía. Es un grupo de jóvenes frente al desconcierto y la impotencia de no saber qué hacer, ni cómo resistir y luchar en un mundo que evidentemente va mal. La acción expresa también cómo el juego puede derivar en desgracia, cómo los adolecentes pueden correr riesgos reales muy superiores a sus fuerzas. Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Y sean las principales... Del mismo modo, la dramaturgia como área de estudio y como práctica artística es una línea fundamental de la malla curricular de la Escuela de Teatro. Los estudiantes que egresan de la carrera de Actuación han cumplido con, al menos, tres cursos mínimos de la línea de dramaturgia, donde han tenido ocasión de estudiar teoría dramática, técnica, análisis de obras y realizar ejercicios de escritura creativa de acuerdo a un principio de progresión de dificultad creciente(1). En el curso final “Taller de construcción dramática” los estudiantes tienen obligatoriamente que escribir una obra de completa. De este modo, todos nuestros egresados han pasado por la experiencia de llevar sus ideas a textos expresivos, de imaginar personajes singulares, de otorgarles una palabra, de hacerlos dialogar, de construir una situación, de imaginar una acción posible, de resolverla y de darle un final. Todos, con mayor o menor éxito, han logrado construir un texto completo siguiendo el estilo y la forma más adecuada a sus intenciones, sus posibilidades y sus sensibilidades. 4 con la materialidad del escenario, con la discusión y el análisis del equipo artístico –director, actores y actrices, diseñadores-, requiere encontrar una primera configuración espacial, una primera ocupación en el mundo real. Un dramaturgo que comienza su carrera tiene que vivir la experiencia de ver su texto interpretado, de observar cómo ese texto se da maña para resistir en lo esencial y también darse cuenta dónde el texto cede para dar espacio a las interpretaciones de los demás artistas implicados en la creación. Un autor/a debe tener la oportunidad de ver, extrovertido en la escena, cuál es el nudo principal de su discurso. Es la enseñanza que nos dejó el profesor Carlos Cerda a quien debo el compromiso de realizar estos festivales. inalmente, quisiera expresar que existe todavía otra motivación para realizar este festival de jóvenes dramaturgos, que es el sentimiento de desconocimiento generacional que nos lleva muchas veces a la incomprensión total de los intereses y los problemas reales de nuestros estudiantes. La escuela de Teatro -como todas las instituciones educacionalesha vivido momentos en los que parece que los docentes y los estudiantes viviéramos en mundos paralelos. Hacer actuar y dirigir a los profesores en textos creados por los estudiantes nos parece una manera efectiva de abrir un diálogo sincero y generoso para reconocernos mutuamente. Es evidente que todas las generaciones hemos enfrentado conflictos diferentes y que ninguna ha escapado al espíritu de su tiempo. Creemos que la única manera de hacer Escuela es consolidar la filiación no sólo con una institución como es la Universidad Católica sino fundamentalmente con el teatro, como práctica, como oficio, como poética, profesión, forma de vida y tradición cultural, con sus reglas y sus exigencias artísticas. Este año en que se celebra el bicentenario de la República de Chile resulta fácil caer en palabras enormes. En palabras sencillas, hacer este festival significa confiar en la fuerza transformadora del teatro, confiar en los estudiantes de nuestra Escuela y creer en nuestra capacidad de transmitir lo que hemos heredado y construido poco a poco y que constituye nuestra identidad. 5 Dramaturgo, docente, investigador Por Coca Duarte El dramaturgo Benito Escobar habla de la actividad dramatúrgica nacional e instala una reflexión sobre el dificultoso y a su vez amplio camino de la escritura. Actriz y dramaturga de la Pontificia Universidad Católica de Chile. EL TRANSCURRIR, DE VALERIA RADRIGAN . IV FESTIVAL DRAMATURGIA UC 2003. FOTOGRAFÍAS: JORGE SCHULTZ Hablar de la nueva dramaturgia chilena – a estas alturas ya con un sentido nostálgico puesto que muchos de esos textos ya se empinan por sobre los diez años-, hablar de esa nueva dramaturgia, reitero, se torna un ejercicio estilístico o meramente hermenéutico si no se abordan las circunstancias de producción de esos textos y más particularmente las características de la emergencia y formación de esta nueva camada de dramaturgos y dramaturgas. Justamente porque se trata de autores y autoras que se han ido fogueando al calor de concursos de dramaturgia, muestras autorales, Fondart, talleres y festivales varios, es que se hace imprescindible mencionar el peso de las políticas culturales en la germinación de dicha camada de escritores teatrales. Nombres como Guillermo Calderón, Juan Claudio Burgos, Mauricio Barría, Rolando Jara, Manuela Infante, Cristián Figueroa, Luis Barrales, Ana María Harcha, Marcelo Sánchez, Andrea Moro, entre otros; dan cuenta no sólo de la vitalidad y variedad de voces que hoy conforman la autoría teatral chilena, sino también de la existencia de toda una red de soportes y estructuras que permiten que hoy, ciertamente más que hace diez años, puedan aflorar estos dramaturgos en el panorama teatral chileno. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Fábula de un recuerdo Por Benito Escobar financiamiento en función del posible “impacto” o “trascendencia” que a priori se intuye que tales obras tendrán en el público. Vale decir, hay libertad para escribir y montar los textos, pero luego los montajes en su radicalidad, independencia o normalidad deben sumarse a la dinámica compleja de la competencia por un público que muchas veces no está inmerso en la lógica de los nuevos lenguajes teatrales. Conclusión: no toda la nueva dramaturgia chilena es la que hoy vemos en escena; abundan en carpetas y computadores un sinfín de textos que esperan por públicos más dispuestos o tolerantes con poner en tensión de los límites del lenguaje teatral. Precisamente como una forma de visibilizar dicha producción y en consonancia con los nuevos tiempos, es que se han implementado diversas plataformas de difusión y que se traducen en páginas web como www.dramaturgianacional.cl, www.archivodramaturgia.cl, www.escenachilena.uchile.cl; vale decir, soportes que diversifican las instancias para conocer qué están escribiendo nuestros dramaturgos y dramaturgas y así conocer cuánto de ello llega efectivamente a los escenarios. Sin duda que se trata de un ejercicio interesante de realizar, más aún cuando en los últimos años y gracias a la emergencia de escuelas de teatro en las principales ciudades del país y a la realización de talleres en regiones, efectivamente podemos hablar de la dramaturgia chilena y no sólo santiaguina. Hay, por lo mismo, un universo de textos que merece nuestra atención y por cierto la de directores, actores y diseñadores para que aborden con talento y perspectiva dichas obras. Textos que recorran el país, que hablen de los dolores y de las fiestas, de las ciudades y del campo; de lo claro y lo confuso, textos que vayan al encuentro de nuevos públicos y que no sólo esperen la llegada prevista de un público concertado o sobre estimulado por la prensa; textos que gusten, pero también textos que perturben. Me consta que esos textos deambulan por ahí y los necesitamos. ESCENA 1 Una chica con el pelo corto, muy corto. Del tipo desgarbado. Un par de bototos bastante grandes en sus pies. De vez en cuando, garabatea palabras en un cuaderno deshilachado: escribe poemas, pensamientos, bitácoras de viaje, exabruptos. En su walkman ha sonado “Close to me”, “Corazones rojos” y “Groove is in the Heart”. Comienza a sonar “Primavera 0” (1). Mira a un lado y otro y canta silenciosamente. Entra otro, cualquiera. La mira. Otro: Su último descubrimiento es la dramaturgia, ya empiezan a surgir personajes y situaciones en sus conversaciones, en sus sueños, en sus ejercicios de actuación; ya empiezan a dialogar personas extrañas en su cabeza y la cosa, aparentemente, no es una enfermedad mental. (Sale) Ella se saca los audífonos y los guarda en su mochila. Abre su cuaderno, lee. Ella: Hace poco, el país en el que vivo ha despertado de un largo periodo de oscuridad, por un lado se respira un aire de prudente optimismo, por otro, se quiere olvidar. Se transan intransables con la esperanza de tener un poco de paz. Se hace la vista gorda con la presencia de figuras siniestras que incomprensiblemente siguen protegidas por un poder acordado con la autoridad. No se sabe mucho cómo elaborar el pasado y se pretende avanzar rápido para eludir la pregunta. Se comienza a hablar de este país como el Jaguar de Latinoamérica y los centros comerciales se transforman sospechosamente en malls. Ella cierra su cuaderno. Apagón. ESCENA 2 Un afiche anuncia el primer festival de autores jóvenes. Ella lo lee y se sienta frente a un computador. Una efervescencia creativa se apodera de Ella, en su Wordperfect 5.1 de pantalla azul, tipea frenéticamente su obra “Toro Rojo”. Entra Otro, la mira. 1.De: The Cure, Los Prisioneros, Dee Lite y Soda Stereo, respectivamente. / 2. Con tijeras… hay que compartir el precioso y escaso aparato tecnológico. / 3. Quizás demasiadas. / 4. Y muchas cosas más. / 5. Y más recientemente convertido en mito. DESIERTO, DE COCA DUARTE. III FESTIVAL DRAMATURGIA UC 2002. FOTOGRAFIA: RODRIGO CANALES Otro: La imprime, la raya y edita a la vieja usanza(2); la carga de expectativas y sueños, de ideas sobre el mundo (3) , de soluciones surrealistas. Pero no sería seleccionada en este festival de autores jóvenes. Ella suspira, se queda aturdida por unos momentos, se pregunta mil y una cosas, se repliega sobre su cuaderno. Apagón. Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Dramaturgias en ciernes Precisamente la heterogeneidad estética y temática que se advierte en los textos de los autores reseñados habla de la libertad e independencia con la que se aborda el proceso de escritura, precisamente en base al carácter mayormente independiente de nuestra actividad teatral. Aquí no hay en propiedad teatros nacionales o municipales que funcionen como intermediarios entre la institucionalidad y el público, o que operen, salvo casos puntuales, solicitando textos o pauteando temáticas específicas para los autores; por lo que el dramaturgo tiene ante sí el escenario amplio de la libertad creativa para dar rienda a su creatividad. Sin embargo, esto comporta también un riesgo, porque sería parcial hablar de la dramaturgia chilena sin hacer ver que muchas veces los montajes que permiten visualizar dicha escritura han contado o no con apoyo o 6 Dos dramaturgas de la escena nacional, Coca Duarte y Ana María Harcha, rememoran su participación en los Festivales de Dramaturgia Joven UC en sus años de alumnas de la Escuela de Teatro. ESCENA 3 Ella ha cambiado. En opinión de algunos, se ha convertido en dramaturga, se han estrenado algunas de sus obras, se ha adjudicado fondos, participado en muestras, festivales, giras. Abre su cuaderno, lee. Ella: Habrían de pasar casi diez años... habrían de pasar: una extraña red con el nombre de Internet, una torre telefónica, un número 1 del mundo, la detención en Londres, una línea de metro, 2 presidentes, un atentado a torres parecidas (4)... para participar en un festival de autores jóvenes. Cierra su cuaderno. En cuclillas, hurga en su mochila. Entra Otro. Otro: El festival de este año se llama “4 autores en torno a un tema: Viaje”, es una versión distinta, un poco exótica, por decir lo menos. Entran a escena: un colorín con apellido extranjero, un profesor de castellano devenido en actor devenido en dramaturgo , y un director/ dramaturgo que explora la dramaturgia del cuerpo y la escena. Otro: Todos salen, menos Ella. (Salen) Ella saca de su mochila un afiche y lo pega en la pared. Se puede ver, al costado del rostro de una mujer desconsolada, el título de la obra:“Desierto”. Apagón. Coca Duarte. Actriz y dramaturga de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ocho de sus textos teatrales han sido llevados a escena, obteniendo diversos reconocimientos. Sus obras Plaga y Ciencia/ficción se montaron en el TEUC durante 2010 7 Por Ana Harcha, Actriz , directora y dramaturga de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fue terrible Cuando vi la obra montada Con esos actores admirados A esa edad tan huasa (tan Carmela, tan provinciana, tan Yuma) Con esa alma tan huasa (medio menza, medio bruta, medio Heidi, medio puta) Fue terrible Recuerdo una imagen Una escena: cientos de cuchillos colgando sobre los cuerpos de las actrices y el actor Y otra imagen Inolvidable La de mis ojos sureños Huasos (atravesados por la certeza de que los aromos florecidos en agosto explotan para recordarnos el canto infinito de la rueda) Ingenuos (violentados por una educación ochentera plagada de soldados y chanchos ideales de consumo) Y necesitados (como pocos) de ver sus palabras en escena (qué egocentrismo dioh míoh) (y después fue para peor, porque a las palabras sumó acciones, sumó espacios, sumó amigos, sumó amigas) (dioh míoh) (esta niñita dónde va a ir a parar) (no va a parar) (y no es niñita) Fue terrible Porque no veía un montaje Me poseía una emoción De gratitud A esa circunstancia A esa directora pelo de bruja Que se había entregado a esas incompletas palabras A esa inconclusa historia Calefonts, mamuts, arrepentimientos: la sustancia de la dramaturgia por Andrés Kalawski Profesor de la Escuela de Teatro UC y la Facultad de Comunicaciones UC, actor, dramaturgo y guionista. “Nuevamente perdí Ítaca. Para sus habitantes desapareció cuando comenzaron a caminar un centímetro sobre el suelo. Ese sueño siempre lo quise, pero sabía que ni siquiera la imaginación amarraría esas tierras al mar. Los viajes tuvieron que realizarse en las aguas, y las ítacas se perdieron en el aire.[…]” Carlos Cociña “[…] Me dijo: no te preocupes Porque todo es de papel.” María de la Luz Uribe “Lo único que estamos haciendo es acostumbrarnos a escribir las cosas, sin riesgo ni carga, sin esperanzas ni temor.” John Vorhaus 1. Tampoco estamos delirando. Asombrosos ejemplos de continuidad de la tradición y de permeabilización entre culturas se pueden encontrar en Teatro eurasiano, de Nicola Savarese, Escenología, 2001 2. Más que herederos del teatro europeo, el teatro americano fue su contemporáneo. Obras de Calderón de la Barca probablemente se estrenaron antes en América que en Alemania, como nos recuerda Ramón Griffero. 3. Sobre el abuso de la figura de los cazadores de mamut y la importancia de otras fuentes alimentarias, como los caracoles, véase Felipe Fernández-Armesto: Historia de la comida, Editorial Tusquets, 2004 4. Jorge Dubatti: El convivio teatral, Atuel 2003, página 15 1. El mamut y las brevas A los que hacemos teatro, nos gusta decir que hacemos más o menos lo mismo desde hace mucho tiempo. Desde los griegos, decimos. Y no pensamos en los jóvenes desempleados en Atenas, sino en antiguos ciudadanos dueños de esclavos, filósofos y comedores de higos y brevas. Sabemos que no es tan así, que las tradiciones se interrumpen, que las culturas cambian(1) . Pero cuando decimos que venimos desde allá, queremos decir que la cultura occidental “le lleva” teatro. No somos “agregado”, somos parte de la proteína. La representación dialógica, las “representaciones vivas! de los “modos de convivencia”, como decía Brecht, la puesta en público es nuestra cultura(2). TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Cargada de necesidad de vomitar unos cuantos monstruos de los afectos (primerito que nada consigo misma) Con los otros Con el mundo Fue terrible Porque no veía un montaje Me poseía la emoción La certeza La convicción asquerosa Borracha Ebria Curá muerta de llanto/ Curá muerta de risa De que no podría salir de ahí nunca más De que ese primer Tango que se bailaba era sólo la obertura La pérdida de equilibrio antes de caer de piquero En pelota A la piscina de la escena De sentir Con todo el cuerpo, la concha y el alma Que eso que había descubierto ahí Era el medio más decente Más honesto Menos farsante Y más divertido Con el que esta ñurda emocional Podía (o al menos intentar podía) aproximarse a una forma de Comprensión De ejercicio de la memoria De práctica de la historia De furia De denuncia (no olvido ni un segundo lo que pasa en el sur, sur, donde crecen las araucarias/no olvido ni un segundo lo que pasa en el sur, sur, donde hicieron brotar la ley y talaron la justicia) De comunicación De placer De resistencia De rebelión De encuentro De amor Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Micro reflexión micropoética sobre un umbral También nos gusta ir más lejos en el tiempo, decir que el teatro empieza con el grupo de cazadores contando cómo derrotaron al mamut(3), cómo algunos se sacrificaron para que los niños tuvieran comida. O mejor, que el teatro parte con el grupo derrotado, cubierto de heridas y sin mamut, que cuenta la historia para entender el fracaso. Una última opción. Nos gusta decir que un día alguien se sentía un poco mal durante el ritual de la tribu. Quizás retrocedió un par de pasos para no molestar. Y de repente, “de un de repente” miró el ritual de otra manera. Lo vio como juego, como espectáculo. Era el primer espectador de teatro. Y a lo mejor no estaba enfermo, era desconfiado. O extranjero no más. Pero en ninguna de esas historias el dramaturgo es el que la lleva. Si el teatro es, como dice el teórico del teatro Jorge Dubatti, una “perduración de los hábitos de una sociedad ‘caliente’ y ‘salvaje’ en el marco de una cultura ‘fría’ y ‘domesticada(4)” ¿Qué tiene que hacer un domesticado dramaturgo en todo esto? TANGO, DE ANA HARCHA. II FESTIVAL DE DRAMATURGIA UC 1998. ARCHIVO TEATRAL UC 8 9 3. La llama piloto Si los dramaturgos son señales, siempre corremos peligro de que sean señales equivocadas. O peor, de que sean señales que no apuntan en ninguna dirección. Los dramaturgos, en su trabajo solitario, corren el riesgo de aislarse, de extraviarse en las abstracciones como el Ulises del epígrafe, que pierde Ítaca por despegarse del suelo. La primera gran función de este ciclo de nuevos dramaturgos es ayudarlos a amarrarse a la tierra de la escena. Nuestros dramaturgos corren con ventaja, claro. Se formaron como actores. Los nuevos dramaturgos, bautizados por el escenario, tienen, como decía la dramaturga inglesa Sarah Kane, la virtud de que es más difícil engañarlos con lo difícil o lo fácil que es actuar. ¿Quiénes son los que entran a escena? ¿A qué entran? Un dramaturgo podría ser varias cosas. Puede ser, el que acompaña un proceso de puesta en escena, facilitando el tránsito del material casi aleatorio que surge en los ensayos hacia la forma que el público va a ver. Un negentropador(6), si es que existe algo así. Esa tradición de acompañar procesos, de la que normalmente se dice que G. E. Lessing habría fundado durente el siglo XVIII en Hamburgo, termina llamándose con nombres que bordean la dramaturgia: dramaturge, dramaturg, dramaturgista(7). Pero en todas partes se encontrarán alegatos contra los dramaturgos y los guionistas. Dese una vuelta y pregúntele a la gente qué habría que mejorar en nuestro teatro, en nuestro, cine, en nuestra televisión. La dramaturgia, los dramaturgos. Por todas partes se multiplican las iniciativas para estimular la dramaturgia de nuestro país ¿No hay acaso algo de culpa, un cierto aire remedial en la Muestra de Dramaturgia Nacional? ¿Qué es si no esta búsqueda incesante de los nuevos talentos? ¿Este ciclo no contiene también ese deseo, de encontrar dramaturgos verdaderamente buenos? Así, recién llegados y ya con el partido en contra, los nuevos dramaturgos entran a escena. Más habitualmente, señalamos con el dedo y decimos “ahí viene el dramaturgo”, cuando alguien escribe para teatro. Pero no se trata de escribir sólo palabras. Los dramaturgos intentan estructuras, sistemas que querrían se encarnaran en un escenario. Así, los dramaturgos son habitualmente iniciadores del proceso teatral. Por supuesto, no hay ninguna razón para que esto sea así. Los procesos teatrales pueden comenzar de muchas formas distintas. Pero, en la práctica, muchas veces las cosas se ponen en movimiento a partir de un texto que el dramaturgo, en un gesto de exhibicionismo conmovedor, le muestra a sus amigos. 10 4.- Los malos dramaturgos Pero no es sólo un problema individual. Estamos más solos, obligados a construirnos identidades. La especialización social nos ha debilitado también los grandes rituales colectivos. “Los ritos de integración de los adolescentes están claramente enunciados y mitificados en todas las culturas, pero hoy, en Occidente, están encubiertos por libretos mal puestos en escena (8).” Vivimos en sociedades mal articuladas y andamos buscando los rituales que nos reorganicen. En alguna parte, pensamos, hay una pauta de acciones y palabras que nos permitirá entender. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Jean-Claude Carrière, dramaturgo y guionista autorizado como pocos, por edad, por experiencia y viajes, ha asegurado que estos pataleos contra los dramaturgos son ubicuos. En todas partes el público quiere mejores dramaturgos. Es, según Carrière, una queja no contra los artistas sino contra nosotros mismos. Queremos que nos representen mejor porque querríamos ser mejores, que nuestras vidas tuvieran más y mejor sentido. Estructuras más claras, emociones más vivas, palabras más bellas. Nuestro paso por el mundo no parece bien escrito. ¿Nunca le ha pasado arrepentirse de decir o escuchar algo y desear tener a mano un buen dialoguista? Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Pero claro, la diferenciación tiene sus costos. La propia puesta en escena, al emanciparse, para emanciparse, se encargó de convertir la dramaturgia en la mala de la película. Fuimos vistos como los custodios de una tradición caduca, promotores de un teatro que no sabe de imágenes, y las vanguardias del siglo XX declararon la guerra contra la dramaturgia. Al mismo tiempo, la relativa estabilidad de la escritura frente a la cualidad vaporosa del teatro, le confiere un raro privilegio. La llama piloto es también la antorcha, el vestigio que pueden encontrar los historiadores, la marca a la que puede volverse cuando uno se ha perdido. POR UNOS OJOS NEGROS, DE MACARENA BAEZA. I FESTIVAL DE DRAMATURGIA UC. 1993. ARCHIVO TEATRAL UC. Porque sabemos que Sófocles era famoso por sus puestas en escena y Shakespeare, actor de papeles chicos, era famoso por su ojo para los negocios. Los dramaturgos son, somos, un invento reciente. La dramaturgia, como profesión, como trabajo casi exclusivo de producción de escritura para teatro, separada de su performance, de su puesta en acto público y evanescente, es fruto de la larga trayectoria de diferenciación funcional de la sociedad, que también ha tocado las artes(5). Somos recién llegados. Y que no haya vergüenza en esto. La combinación de cafeína, clorfenamina y paracetamol que bebo mientras escribo también es reciente. Somos la última tecnología, chiquillos. Los dramaturgos entonces son primera chispa, llama piloto del calefont teatral. Si consideramos, además, las implicaciones de relaciones personales del proceso, convendremos en la importancia de formarlos adecuadamente. Es tanto más fácil eliminar un personaje en papel que decirle a un actor que puede dejar de venir a los ensayos. Considérense también las implicaciones económicas. No sólo el sueldo de los actores sino la reparación de puertas, la curación de las heridas… ASESINATO EN ILLINOIS, DE LUCIA DE LA MAZA. II FESTIVAL DE DRAMATURGIA UC. 1998. ARCHIVO TEATRAL UC. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC 2. El antigripal y la vanguardia Por eso andamos buscando dramaturgos. Por eso les aceleramos la formación poniendo un pequeño ejército de profesionales en sus obras y las ofrecemos al público para arrojarlos un poquito al abismo. Necesitamos siempre mejores dramaturgos para ayudarnos a reconstruir el mundo. Traemos dramaturgos nuevos para que con nuevos ojos vean nuestros problemas y con nuevas voces nos ayuden a entenderlos. E intentamos el delicado arte de entrenarlos sin llenarlos de mañas, de iluminarles de nuevo sus obras para que en el inimitable paso al escenario aprendan a mirar de nuevo ellos también. Para que dejen de ser nuevos y se transformen en profesionales, en malos dramaturgos que llenen de imágenes los escenarios, de palabras encarnadas por actores, para que mantengan encendida la llama y la traspasen, para que nos reúnan, para que nos conmutan, para que cuenten de nuevo la cacería del mamut. No hay que asustarse ante esta ansia de buena dramaturgia, ante este pequeño desprecio ante los que se parten el lomo redactando sueños para el escenario. Debemos dar gracias a Dios por los malos dramaturgos, los imperfectos, los inacabados que mantienen el teatro andando, que pasan la antorcha del teatro a los que siguen y mantienen al público deseando, buscando esa otra obra que todavía no se estrena. 5. Sobre especialización funcional, véase: Niklas Luhmann, “El arte como mundo” in Teoría de los Sistemas Sociales II, Universidad Iberoamericana/Universidad de Los Lagos/Iteso, Chile, 1999. 6. La negentropía es lo contrario de la entropía. El paso de lo indiscernible a lo claramente formado. 7. Para entender esta función véase: Bert Cardullo (Ed.) What is dramaturgy?, Publishing Inc., 1994. 8. Boris Cyrulnik, El encantamiento del mundo, Ediciones Gedisa, 2002, página 85 11 A mi parecer cada uno de los procesos creativos de una obra conlleva un proceso de búsqueda de imágenes y sensorialidades, tanto a nivel biográfico y mental como a nivel de la observación de la realidad. Esta búsqueda se transforma siempre en un límite que se difumina y hace que el texto dramático se vuelva una realidad alterna, donde las imágenes -que surgen de lo mental y que provienen propiamente de la observación de un contexto- se mezclen, confundiéndose y plasmándose en la situación dramática narrada. 6 al 16 de octubre Liceana la cueca virulenta DRAMATURGIA: BOSCO CAYO. DIRECCIÓN: FRANCISCO ALBORNOZ. CON: IGNACIA AGÜERO, DANIELA BENÍTEZ, ANDRÉS KALAWSKI, ELVIRA LÓPEZ, ALEXEI VERGARA, ARANZAZÚ YANKOVIC. DISEÑOS: GUILLERMO GANGA. MÚSICA: CRISTIAN SANTIS. ASISTENCIA DE DIRECCIÓN: CLAUDIO ROLLE, CRISTIAN TORRES. Liceana, la cueca virulenta, es una obra que surge principalmente como una especie de ejercicio mnémico, donde como creador la principal búsqueda de lenguajes surgen del sustrato desconocido que es el recuerdo; pero jamás un recuerdo histórico o circunstancial concreto, sino más bien del recuerdo difuso y sensorial que podría simplemente ser en algún momento de la vida “un estudiante”, un estudiante de liceo. Estos elementos particulares del recuerdo se transforman en los pivotes para dar rienda suelta a la ficción y dejar que la palabra -al volverse texto- vaya armando personajes, conflictos y situaciones. Una ficción que no establece todo, ni da todas las respuestas, sino que al contrario busca la oportunidad para que sea el creador quien logre completar esta historia incompleta, que sea él quien tome las decisiones y logre armar el puzzle de esta narración. Para hablar de Liceana, creo que nos conviene hablar de las imágenes que propone, pues se relaciona con la manera en que la obra fue realizada y la búsqueda que hablamos anteriormente. En una primera instancia es el Norte el que aparece como paisaje general de la obra, un lugar lejos del centro; donde todo llega con atraso y a un tiempo después. “Un puerto al norte de un país perdido”, donde los habitantes se insertan en un sistema particular, con costumbres, lenguajes y normas que se vuelven únicos, donde los elementos de la vida cobran distintos valores. La muerte, la lealtad, la familia, el cariño, la dignidad, son algunos de los temas que cobran un tinte distinto, un color diferente al ser visitados desde dentro de este lugar. De esta manera, la agresión y la violencia se despojan del juicio normalista de lo correcto y moral y se vuelven un lenguaje propio, una manera de comunicación que da cuenta de la existencia propia creada por sus habitantes. El personaje de La Liceana es la segunda imagen movilizadora; representa el testimonio viviente del que está inserto en este contexto, es la existencia del testigo que se vuelve protagonista por el solo hecho de ubicarse en este lugar. 12 TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA Por Bosco Cayo, dramaturgo La Liceana se presenta como una radiografía de preguntas y necesidades, de aspiraciones frente a los que se le debe, en ella hay cierta deuda que busca ser recompensada; el cariño, la familia, la educación, son elementos que la movilizan a convertirse en alguien diferente, en alguien que quiere gritar hasta que se quiebre el estado de somnolencia en que se siente. Quiere respuestas, cosas concretas, no las excusas con lo que se solucionan los conflictos. Esto la lleva a buscar constantemente la verdad aunque sea dura y sangrienta, llegando incluso a un proceso de construcción, donde su existir se desestabiliza en este afán por reafirmar su vida en un contexto donde todo es inestable y a medias. La Liceana refleja la sensación del que necesita la verdad, del hombre o la mujer que lleva años esperando y que no encuentra el lugar preciso donde habitar desde la igualdad. Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Sobre Liceana, la cueca virulenta Por último, el personaje de La Madre como imagen propia de nuestra idiosincrasia, es también otro de los elementos que aparecen en esta obra: la madre ausente, la que aparece para entregar los restos de cariño, la que deja de ser el ser nutridor y se vuelve el foco de angustia y confusión. Su significancia da cuenta de cómo va variando su rol frente a una sociedad “Mariana”, que da un sin número de cualidades a la mujer chilena: mujermadre, mujer-virgen. La mujer que a pesar del avance del tiempo y la sociedad sigue enfrentándose al prejuicio y la estigmatización propia de una sociedad patriarcal, donde la mujer que comienza a tomar un rol más masculino, sufre la desolación y el abandono, no sólo por parte de una comunidad y/o familia, sino por parte de un sistema macro, que no sostiene a la mujer cuando decide escaparse de lo normal y regulador que puede significar el ser mujer, en Chile. La Liceana, La Madre, y La Viejecita, son tres formas para lograr visualizar este cambio paradigmático en que la mujer se enfrenta al existir en esta sociedad demandante de formas de ser y vivir. 13 Entrevista a Bosco Cayo, dramaturgo de Liceana, la cueca virulenta Por Fabián Retamal y Constanza Alvarado (1) Previo a estudiar teatro estudiaste psicología ¿en qué momento surge tu interés por el teatro? Me recibí como psicólogo en la Universidad de la Serena y trabajé un año en el área clínica y de salud, pero anterior a mis estudios en psicología yo ya hacía teatro y participaba como actor y dramaturgo en una compañía teatral de La Serena. Casi la mayoría éramos estudiantes de otras carreras que intentaban generar un lenguaje regional. Entonces ya habías escrito teatro Sí. Creo que he escrito alrededor de siete u ocho obras anteriores a Liceana, que fueron montadas por la compañía en la que participaba en La Serena, “A tontas y a locas teatro”, y una última obra, El ímpetu o el grito del carnero, que actualmente está participando en el Festival Volcán UC de Dramaturgia y Dirección, organizado por el Centro de Estudiantes de la Escuela de Teatro UC. ¿Has mantenido el vínculo con la escena teatral de La Serena? Si bien no sigo trabajando de una manera presencial allá, me motiva muchísimo participar y contribuir a enriquecer los vínculos entre la escena teatral santiaguina y la de regiones. Actualmente estamos desarrollando un proyecto de montaje de Madre Coraje, de Brecht con el que nos ganamos un concurso de la Facultad de Artes UC, en el que participará un director teatral de La Serena. En el caso de Liceana ¿la escribiste con motivo de la convocatoria al Festival de Dramaturgos Jóvenes UC? Sí, fue al ver el afiche del festival que me dije: ¡Acuérdate que tienes que escribir! Al interior de la carrera de actuación, había estado escribiendo para los cursos de dramaturgia, pero por tiempo no había podido hacerlo por iniciativa propia. Entonces aproveché la oportunidad y empecé a escribir. Te enfrentas al afiche del Concurso del Festival Jóvenes Dramaturgos UC y te dices “tengo que escribir” ¿Pero qué pasa cuando te preguntas respecto a qué vas escribir? Nunca sé lo que voy a escribir ¡Jamás! Cuando vi el cartel quedaban sólo tres semanas para que finalizara el concurso. Pasaron dos semanas y no había escrito nada. Fue una semana antes del cierre, que me senté a escribir y apareció Liceana. ¿Cómo va apareciendo la historia? Es un proceso de retroalimentación, aparece el texto, aparece la palabra, después esa palabra la empiezo a asociar con algo y siempre hay un viaje personal. No es concreto. Aparecen sensaciones, imágenes. No es biográfico, pero siempre aparece como referente el norte de Chile, mi origen. Pero no es el norte propiamente tal, es la sensación del norte, es estar ahí, son símbolos. No es concreto. Todos los elementos biográficos se cruzan con la ficción. ¿Cómo influye en tu escritura la formación que tienes en psicología? La psicología en mi escritura tiene que ver con la búsqueda de elementos propios del inconsciente. Es por esto que nunca sé de lo que voy a escribir pero finalmente siempre escribo. En este sentido mi escritura es una suerte de arrojo. ¿Y Liceana es un arrojo de qué? De necesidad de realidad, de verdad. Lo veo en el personaje de Liceana cuando ve a la virgen en procesión y le tira un poco “mierda” a todo. Encuentro muy bello cuando los personajes no aguantan más y dicen lo que ocultan. Cuando se da la catarsis. ¿Cuáles son tus referentes dramatúrgicos? Me encanta leer a Juan Radrigán ya que da cuenta de un paso histórico del teatro chileno por sus resultados creativos. Sus obras dan cuenta de una búsqueda de la nación que es muy bonita. Me gusta lo sociológico que se vuelve sin dejar de ser teatral. Es muy parecido a lo que busco con la asociación de la poesía y la palabra arraigada a la realidad. Me gustan otros autores que quizás no son tan conocidos como Cristian Figueroa, que escribió La mala crianza. También he tomado talleres con algunos dramaturgos que me han dejado preguntas y que me han ayudado a conformar un trabajo. ¿Qué preguntas te han dejado? Desde dónde habla el autor, esta idea de la imagen detonante, una metáfora que luego la empiezas a conceptualizar. ¿Y cuál es la imagen detonante en Liceana? Es la sensación de querer buscar una verdad, de encontrar una respuesta. La Liceana quiere a su mamá pero está llena de trabas y la salida que tiene es inventarse un lugar, inventarse una realidad y una mamá, que al final de cuentas no sabemos si está muerta o está viva. En el montaje de Francisco Albornoz el personaje de la Viejecita lo interpreta un hombre ¿Qué te pareció esta propuesta? En un primer momento me dio mucha risa. Pensé ¿Qué está haciendo Francisco con esto? Cuando fui al ensayo entendí, ya que justamente esta propuesta responde a lo que yo planteo respecto al factor de mentira que representa esta Abuela. Estoy muy contento que se haya tomado esta decisión y ojalá que mis textos sean siempre un estímulo para otros, me rehúso a dejar las cosas claras, prefiero que otro “amarre” la idea. ¿Por qué poner en escena a todos estos personajes femeninos? ¿Cuál es tu expectativa respecto al montaje de Liceana en el Teatro UC, en este Festival de Jóvenes Dramaturgos UC? En el país ha habido una evolución con respecto al rol de la mujer. Cuando este rol no corresponde a la dinámica social aceptada es interesante descubrir qué pasa con esta mujer. No es la mujer que está en la casa, sino una mujer delincuente. Se descubre una nueva mirada desde la perspectiva del personaje de la Liceana respecto al ser delincuente, en este contexto su madre es transformada por ella en un héroe, aunque esté ausente. En una fusión de la figura materna y paterna. Primero que todo estoy muy agradecido de esta tremenda oportunidad. Me parece excelente que se abra el espacio del Teatro de la Universidad Católica a los jóvenes. Creo que justamente hay que potenciar iniciativas como estas, en las que se fortalece el vínculo entre el Teatro UC (TEUC) y los alumnos de la Escuela de Teatro de la misma universidad. También espero que se convierta en una oportunidad para que lleguen personas de otras comunas y de otras ciudades, especialmente del norte. ¿Cómo se confronta la visión de mujer que tú propones con la imagen Mariana de nuestra cultura latinoamericana? ¿Cuál es tu proyección como dramaturgo? Estrictamente en la obra se ponen en conflicto dos imágenes y representaciones de la madre, por una parte la abuela de Liceana, esta viejecita que es la mujer más conservadora, la ‘buena’ Mamá y por otra parte la mamá de Liceana que es lo contrario. La idea de la imagen Mariana de la mujer es que debe ser buena madre, tiene que cumplir con un rol, tiene que ser la bondad ¿Pero qué pasa cuando no es así? Si bien la sociedad valida esta verdad, Liceana prefiere creer en su verdad, en donde ella se percibe conflictiva, en donde se asume fuera de las normas sociales. Ella prefiere creer en esa Mamá. ¿Cómo ha sido tu participación en el proceso de montaje de la obra? Sólo he ido a los primeros ensayos y lo que pude observar es que el texto, en términos generales funciona, pero también en algunos momentos pone en conflicto al director. ¿Qué aspecto del texto pone en conflicto al director a la hora de elaborar la puesta en escena? El hecho de que sea un texto breve y de cierta manera abierto, en el que no existen acotaciones que remitan por ejemplo al espacio en el que se desarrollan las escenas. Esto último enfrenta al director a un desafío que tiene que ver con una toma de decisiones respecto al espacio. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE en la cara, en el vientre, per o c on la b oca ... c on la palabra ...” Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC “... Un g olpe Me gusta el teatro y sus distintos procesos creativos A parte de la dramaturgia también me gusta mucho la actuación y hoy por hoy no podría tomar una decisión entre una u otra. Escribir para mí funciona como una necesidad. Actualmente estoy participando en el Festival Volcán UC de Dramaturgia y Dirección, organizado por el Centro de Estudiantes de la Escuela de Teatro PUC. Con la obra El ímpetu o el grito del carnero. Y bueno, me encantaría participar en otros espacios de relevancia como la próxima Muestra de Dramaturgia Nacional. ¿Qué valor crees que puede tener el teatro para la sociedad actual? Creo que el teatro puede ser una posibilidad de sanación. De construir lenguajes que acerquen al público, que motiven a la gente a venir al teatro. El arte teatral tiene el valor de que es único y vivo y de que sucede ahí, en el presente. Me gustaría que en ese momento el espectador fuera testigo de algo que no se puede perder ni se debe perder. ¿Y qué no debemos perder? Estamos llenos de discursos muchas veces impuestos y ajenos, lo que el teatro pone en juego es la búsqueda de la verdad, de realidades mucho más básicas que esos discursos, realidades más primitivas y por ende más reales. Esa búsqueda no podemos perderla de vista. 1. Fabián Retamal: Estudiante en Magister en Gestión Cultural Universidad de Chile. Pasantía TEUC. Constanza Alvarado: área de Comunicaciones y Públicos TEUC 14 15 un o La invitación a dirigir LICEANA, la cueca virulenta, de Bosco Cayo, representa una de esas gratas sorpresas que se multiplican en la medida que se van desplegando. Como un regalo de monitos animados, que contiene infinitos regalos en su interior, que se abren y se vuelven a abrir, sin agotarse nunca. La liceana y su mundo nos ha mostrado la oscuridad de una vida que no encuentra las claves para ser vista, ni por si misma ni por su comunidad. Una vida golpeada por las nuevas pobrezas, en un país en el que el hambre duele de un modo mucho más traicionero cada vez que deja de sentirse en las tripas de tantos liceos. El hambre se vuelve esquiva, imprecisa, y en su desasosiego empuja –en los mejores días, esos días que elegimos para llevarlos a la escena- a buscar algo así como un destino. Se volvió la posibilidad de trabajar colaborando en el texto de un joven estudiante que se asoma a la escritura teatral, la posibilidad de encontrarse con un elenco y un equipo de marca “Escuela de Teatro UC”, la posibilidad de reencontrarse con los amigos, –los viejos amigos, digámoslo de una vez–, de volver a trabajar con el equipo técnico del TEUC, gente talentosa y dedicada y, en fin, la suerte increíble de que no se nos acaben las razones para seguir haciendo teatro. Así, la niña del jumper también nos ha expuesto a la posibilidad de una cierta dignidad en aquellos actos que no responden a cálculos de probabilidad, posibilidad ni eficiencia. Una forma de volver a esos días en que buscábamos (y a esos días en que volveremos a buscar) completarnos. Enterarnos. Terminar de construirnos, o de descubrirnos, o de ser. No conozco las palabras para nombrar esa tarea que llevó a la liceana hasta el borde del mar. do s cuatr o El texto de Bosco ha resultado un material muy atractivo de “abrir”, en el sentido de una exploración que exponga sus partes y dé cuenta de los mecanismos que lo pueden hacer funcionar. Creo que esa puede ser una definición del ejercicio de puesta en escena, potenciado en este caso por el carácter de muestra de nuevas dramaturgias que tiene este encuentro. El aspecto que más me ha deslumbrado en este proceso es el modo en que se ha convertido en un ejercicio de hacer escuela. Se ha generado un intercambio de experiencias, técnicas, talentos y sensibilidades que sólo puede enriquecer las relaciones entre profesores, estudiantes, escenarios y espectadores. Liceana como beca de intercambio. Como equipo, fuimos reconociendo colectivamente ciertos elementos que nos hacían pensar en un aire de tragedia, una relación entre las vidas humanas y los desafíos y acciones que algunas personas emprenden. Una tragedia que se presenta en voces, gestos y paisajes que nos hacen repetir la palabra chilenidad. 16 Como verdadera escuela de oficios. LICENA. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA En las voces del texto de Bosco Cayo fuimos reconociendo otras voces que ya habíamos escuchado en calles, patios, plazas y liceos de nuestra experiencia y nuestra memoria. Pero también resonaron otras voces, meta-voces si se quiere, de escrituras y escenas nuestras que han sobrevolado la sequedad de puertos como éste, de vidas como éstas, y que se rozan en dramaturgias que lentamente constituyen algo así como TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE tres Por Francisco Albornoz, director Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC LICENA. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Notas para una liceana una “escritura nuestra”, con la que los nuevos autores pueden identificarse por cercanía o rechazo, pero que de a poco les ofrece coordenadas para la referencia. Así es que en el texto de Bosco Cayo también le estamos dando la mano a todos esos otros autores que alguna vez vieron por primera vez sus textos en un gran escenario. 17 TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Cuando pase esta alegría de la nueva obra, de las tres nuevas obras que ahora celebramos, vendrá la hora de pensar, evaluar, considerar. Voy a dejar una piedra en este zapato, ahora que nadie está mirando… ¿Podría ser la hora del fin de los concursos? Y por cierto, no estoy hablando de los bellos artistas que ganan, hablo del umbral que abrimos cada vez que planteamos nuestra actividad en términos de competencia. ¿Es la mejor expresión que logra articular nuestra imaginación? ¿Es esta forma de convivir la que nos queremos dar? Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Proyectar este esfuerzo es fundamental, pero déjenme decirlo así: no más concursos, es la hora de hacer comunidad. seis Hace algunas semanas durante una visita a Chile, el investigador teatral alemán Hans Thies Lehmann estaba tratando de encontrar una mejor traducción para ese invento de Brecht de las lehrstücke o piezas didácticas. Claro, eso de piezas didácticas suena a la insoportable idea de superioridad y mecanicismo del que tiene algo que enseñarle a otro. La liceana de Bosco Cayo –y este encuentro de jóvenes dramaturgos– nos han ofrecido la posibilidad de trabajar en una lehrstück, en el sentido de una pieza que se ofrece para “enterarnos” de algo, para “completarnos”, tanto en lo que sabemos como en lo que somos. Y participamos de aquello, tanto el que ha escrito la obra como los que nos juntamos para traerla a escena y, esperamos ahora, todos aquellos que puedan participar del momento de su paso por el escenario. Aquí nos quedamos, en esta orilla. Frente al mar. “La Cueca Virulenta” LICENA. FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC cinc o 18 Yo soy la madre, La de las cuentas inconclusas, Te vengo a pagar con un beso, Con un beso adolorido, Vengo tarde como siempre, Nuevamente como todos los años, como todas las veces. No puedo dejar de reírme o gritar para poder defenderme, Te dejo comer algún vidrio roto para que sepas como es la vida. Yo soy la mami, tu mami, ¿Quiere que juguemos nuevamente al juego de la vida?, ¿Quiere que saltemos de alegría?. ¿Quiere que nos inventemos esa historia? Yo sí mi niña, yo sí mi niña… Diseño de vestuario y escenografía Willy Ganga 19 20 al 30 de octubre ESCRITA Y DIRIGIDA POR JUAN PABLO TRONCOSO. CON: XIMENA SÁNCHEZ, MANUELA MEGE, CHRISTIAN AGUILERA, ESTEBAN CERDA, GONZALO VENEGAS, PABLO MOIS. MÚSICA: JOSÉ GALAZ, PATRICIO BARRIENTOS, GONZALO VARGAS. DISEÑOS: CAMILA BARDHELE. ILUMINACIÓN: RICARDO ROMERO. PRODUCCIÓN: NICOLE SAZO. No me considero un dramaturgo y me es difícil explayarme acerca del texto El Once sin vincularlo al proceso escénico que llevamos a cabo junto a mis amigos y compañeros de la compañía teatral La Junta. El texto no nació a partir de una inspiración divina o de un momento de lucidez, son ideas, conflictos, supuestos que se ven confrontados a partir de cuatro personajes que en cierta forma habitan en todos nosotros. Es entonces un intento de entender, un intento de comprensión y revolución a la vez (con toda la imposibilidad que conlleva el teatro). La idea inicial era poder abordar un hecho tan significativo y penoso como lo es el 11 de septiembre, de manera sencilla y honesta, problematizándonos primero a nosotros (los hablantes, los ejecutantes) y luego el hecho en sí mismo. Nuestro acercamiento no puede ser sino a partir de lo que hemos vivido (lo que incluye todo lo leído, visto, estudiado y escuchado). El Once deja de lado una serie de aristas bastante cruciales a mi parecer (las muertes, torturas, asesinatos, desapariciones). Uno se pregunta entonces ¿Por qué el 11 de septiembre? ¿Si no hablamos de todo aquello, para qué? En mi familia no hay historias de torturas y asesinatos, mi ligazón no tiene validez (según lo que entendemos por el 11 de septiembre), es decir, no habría nada qué decir. Pero la obra parte, se mueve y desarrolla a partir de una decisión (y una pregunta) a mi parecer ideológica: ¿Qué es la transición? ¿De qué hablamos cuando hablamos de ella? Es la perspectiva alegre y engreída de los estudiantes que no creen (y no creemos) en todo lo que nos dijieron, en lo bonita que son las cosas ahora, en la suerte que tenemos de vivir el tiempo que nos tocó vivir. Vinculo estas ideas a una mirada más político-económica acerca del “tema”; es el neoliberalismo incrustado en nuestras entrañas gracias a la piara de los chicago boys (citando al dramaturgo nacional Luis Barrales), con los cuales compartimos el honor de haber egresado de esta Universidad. En una época “tranquila”, en un año “difícil para todos”, en tiempos donde “no hay enemigos”, me parece importante recordar y revisar los procesos sociales y económicos, porque creo que las cosas no son “así como así” y se acabó el tema; creo que hay responsables con nombre y apellido, responsables de la miseria que aún existe en el país, responsables de la educación miserable, personas que se han hecho ricas (nuevamente citando a Luis Barrales) produciendo ignorantes. 20 TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Por Juan Pablo Troncoso Dramaturgo y director. FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Sobre el Once El “once” es para nosotros un hito, un punto de partida, el hecho fundacional a partir del cual se desarticula el movimiento y la organización social. Y no es que queramos volver al pasado (no estuvimos ahí, nos importa y nos interesa pero en la medida que sirva para construir el futuro) pero existe en El Once la idea de que aún es posible, que los procesos no están cerrados, que las movilizaciones estudiantiles no son una simple pataleta, ya que apuntan al meollo del asunto, al lucro, a una concepción económica voraz e inhumana que debe ser abolida, a un sistema que debe ser borrado de plano. En la obra se confrontan y confunden ideas, de jóvenes atormentados que responden violentamente a una sociedad sumamente violenta. Y es a partir de una sencillez en el lenguaje que se intenta acercar esta situación (un tanto inverosímil) a los espectadores, no para que cada cual se identifique con una postura, sino para ejercer un juicio crítico con respecto a las ideas expuestas. Quisiera poder decir que el texto es increíblemente dialéctico y confrontador de ideas, todas diferentes entre sí, todas válidas, pero la verdad es que no. A mi parecer hay una idea y una pregunta central (porque finalmente de eso se trata, de ideas puestas en el escenario) ¿Qué hacemos con la rabia que tenemos? ¿Nos inscribimos y votamos? ¿Nos organizamos? ¿Creamos un nuevo partido político? ¿Habrá que quemar ciertas cosas? Quizás todo se inicie con una discusión junto a otros, quizás hay que partir juntándose y esa puede ser la primera chispa. Por eso nos juntamos, por eso “La Junta”. 21 Entrevista a Juan Pablo Troncoso, dramaturgo y director de El Once Por Constanza Alvarado (1) ¿Cómo surge la obra El Once? Era una idea esbozada en el verano del 2008 que terminé de desarrollar al interior del último curso de dramaturgia de la Escuela de Teatro, con la profesora Inés Stranger. Si bien la fábula ya estaba bastante definida, el diálogo al interior del curso me permitió enriquecer y complejizar ciertos aspectos. En cuanto a la temática que la obra aborda, quienes conformamos la Compañía La Junta, como estudiantes, estuvimos muy comprometidos con las protestas del 2006 y 2008. El texto es motivado por las preguntas que quedaron planteadas respecto al lucro en la educación y en definitiva al sistema económico y el vínculo que se podía establecer con el 11 de septiembre, en el sentido de que uno era consecuencia del otro. ¿Cómo vinculas los acontecimientos del 11 de septiembre y tu experiencia particular en la revolución de los pingüinos? Los vinculo principalmente por la instauración de un sistema económico que nace con la Constitución del 80’. Las protestas que se vienen dando desde el 2000 y que tienen un mayor impacto en el 2006, apuntan justamente a ese asunto, la mercantilización de la educación y de toda la vida social. Para mí esta problemática es el punto de partida desde donde yo vinculo ambos acontecimientos y que en especial en la educación se expresa con mucha violencia. ¿Cómo se caracteriza la pregunta que motiva la escritura y el montaje de la obra? La obra surge a partir de una pregunta ideológica, no porque queramos imponer una visión rotunda e inamovible al público, sino porque hay una dimensión ideológica en nuestra obra, una idea de mundo en nuestra compañía que apunta a algo. Ahora bien, esa idea se trata de poner en crisis constantemente. Esta pregunta ideológica tiene relación principalmente con que lo que se pone en cuestión en la obra es el entramado socioeconómico que a partir del 11 de septiembre se establece en Chile. El personaje de Gonzalo al final de la obra dice: “Democracia, transición, mentira, Dictadura del capital”. Ese texto pone en evidencia que lo que prima actualmente por sobre el sistema político es la dictadura del capitalismo. 22 1. Area de Comunicaciones y Públicos TEUC La obra El Once se presenta por primera vez en el Festival El Volcán UC (2009) y en este contexto surge la Compañía La Junta ¿Qué novedades tiene para ustedes este remontaje de la obra en el Teatro UC? En primer lugar, esta es la primera vez que vamos a tener una temporada con la obra. Las otras veces que la hemos mostrado han sido funciones aisladas. Además el proceso de ensayo que hemos tenido para mostrar la obra acá en el Teatro UC, nos ha permitido indagar y reflexionar más profundamente respecto a lo que queremos que se destaque de una manera radical en la obra. En este proceso hemos descubierto una “violencia discursiva” que queremos potenciar en la puesta en escena. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC EL ONCE. FOTOGRAFIA: FIORE COSIGNANE TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC “...Pa que vamos hablar del once, si ya todo el mundo ha dicho cuanta cosa se puede decir...“ ¿Cómo se define esta “violencia discursiva”? La “violencia discursiva”, en primer lugar, tiene que ver con la pregunta que está a la base de la obra respecto a cómo el sistema económico penetra en las relaciones entre las personas. En la medida en que tengas que pagar para acceder a la educación se establece una relación de cliente, que aunque no sea consciente, de alguna u otra forma aparece en la relación estudiante-profesor. Se muestra en lo escénico, en cómo los personajes imponen su manera de pensar al otro. Por ejemplo en el caso del personaje de Gonzalo, también su opción de no hablar es violenta. Esto se refleja actoralmente en un cierto desborde con el que se dicen los textos. La idea es trabajar una violencia que existe y que es súper real en las relaciones humanas y mucho más en la de escolares. ¿Cómo ha sido la experiencia de combinar escritura y dirección? Cuando escribí la obra El Once tenía pensado de antemano dirigirla, por lo tanto el proceso de escritura está atravesado por preguntas escénicas pero no por soluciones. Me obligué de cierto modo a decir: Ya, esto resolvámoslo después cuando estemos en la etapa de montaje. Tanto en el proceso de escritura como en el de montaje, está presente un diálogo continuo del grupo. Realmente yo no sé si era el más capacitado, en términos de conocimiento, para escribir y dirigir la obra, de lo que sí estoy seguro es que la obra tiene honestidad y que surge de preguntas en las que me siento totalmente implicado. 23 Diseño integral ¿Qué es lo auténtico y lo particular en el teatro de la Compañía La Junta? Es el tratar de poner el problema en nosotros, que no quede fuera. Esta premisa que tenemos como grupo ha permitido que el texto dé cuenta de nuestras propias preguntas e inquietudes. A mí me parecería raro escribir una obra que hable de la marginalidad sin ponerme a mí ese problema, para que no quede una obra de algo general. ¿Cuáles son tus referentes dramatúrgicos? ¿Cuáles son las proyecciones de la compañía? Mi principal referente es el dramaturgo y director Guillermo Calderón, quien nos hizo clases en segundo año de la carrera de actuación en la PUC instalando no sólo preguntas a un nivel actoral, sino también respecto al rol del teatro. Personalmente me llama la atención la síntesis escénica de los elementos en Guillermo Calderón, una elaboración del lenguaje poético pero vinculado a la realidad y la problematización de temáticas que me parecen relevantes; la educación, el concepto de revolución, de familia, de relaciones, de patria y de nación. Sumado a esto, hay algo en la dinámica escénica de sus obras que para mí se ha vuelto un referente y que tiene que ver con un nivel actoral de decir el texto desde una vertiginosidad en la que se alcanza un nivel extra cotidiano Nuestra compañía nace para el montaje de El Once en el Festival Volcán UC (2009), y se ha ido proyectando en la actualidad. La idea ha sido ir rotando los roles de dramaturgia y dirección. Durante este año estuvimos en cartelera con la obra El hijo de Madonna, escrita por Camila Celis y dirigida por el trío compuesto por Gonzalo Venegas, Esteban Cerda y la autora de la obra, todos ellos actores y actriz en la obra El Once. El hijo de Madonna es un texto mucho más fragmentado que El Once, a nivel de estilo es bastante diferente, pero de todas formas hay elementos que en El Once estaban esbozados y que en esta última obra se pudieron desarrollar más. La suma de esta segunda obra nos sirvió para decir: Somos un grupo y vamos a continuar trabajando. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE El proceso de escritura me enfrentó al desafío de escribir una obra entretenida, dinámica y lo que es más complejo, de escribir palabras que den ganas de ser dichas y oídas. Ya esto implica una gran dificultad. Asimismo la definición de los personajes y en especial del personaje de Gonzalo, el que habla sólo al final de la obra, me costó bastante, ya que al comienzo quedaba como un héroe o un mártir de la situación y las palabras que comunicaba al final, como una verdad casi absoluta. Para este remontaje de la obra, la idea es poner en crisis esto, de reflexionar en torno a esta opción. y que pasa los límites del realismo. También me cautiva en Calderón el encuentro entre escritura y dirección escénica y la participación activa del grupo en ambos procesos, donde aparece algo muy auténtico. Por Camila Bardhele Es dentro del contexto del Festival de Dramaturgia El Volcán 2009, donde me invitan a participar como diseñadora de este montaje. Sin conocernos previamente nos embarcamos en este proyecto, el cual me cautivó de inmediato al leer el texto. El diseño de esta obra en particular nace de un proceso de colectivo, donde el fin es generar una obra coherente y cohesionada donde ninguno de los elementos (diseño, música, actuaciones) sobresalgan por sí solos sino que en su conjunto y como resultado final, es a partir de lo anterior que el trabajo fue de ensayo y error, de ir creando el diseño paralelamente se iba creando la obra. Un trabajo donde el estar presente en los ensayos era fundamental de modo que pudiéramos ir experimentando variadas y distintas propuestas visuales. En conversaciones sostenidas con Juan Pablo Troncoso (director y dramaturgo) nacen conceptos claves que fueron el puntapié inicial para desarrollar la propuesta escenográfica, el encierro, un espacio delimitado de representación y la funcionalidad de los elementos fueron la clave para empezar el proceso creativo. En relación al vestuario era fundamental que cada personaje tuviera un sello, un elemento dentro de su vestuario que realzara la caracterización del personaje y que a la vez lo diferenciara del resto, no obstante que estuviera inserto dentro del “uniforme escolar” que tal como su nombre lo indica busca uniformar a los estudiantes y eliminar elementos diferenciadores. Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC ¿Y cuáles son las dificultades que tuviste que enfrentar en estos procesos? Es a partir de lo anterior que nace una propuesta libre de pretensiones que intenta activar, tensionar y hacer dialogar a los personajes con su espacio y la visualidad en general, entendiendo el diseño como una herramienta de activación del texto, que genere una puesta en escena integral. EL ONCE. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA Estos personajes tenían que estar en un lugar refugiados, donde la amenaza del exterior fuera persistente y los posicionara en una situación de constante vulnerabilidad, había que transmitir la sensación de peligrosidad y de enclaustramiento, no obstante en un lugar que fuera relativamente familiar para ellos, ya que se situaba dentro de las dependencias del colegio. 24 La escenografía es a simple vista bastante sencilla; una puerta, que nos sitúa en una constante tensión entre un adentro y un afuera; unas tarimas que delimitan el espacio de representación, que se activa en el momento donde uno de los personajes sale de este cuadrado para poner en evidencia que existe un afuera y que se puede transgredir el límite en cualquier momento, y un par de elementos que nos sitúan en una bodega o sala en desuso de un colegio. Lo interesante es cómo estos elementos se conjugan en pos de tensionar a los personajes constantemente, donde éstos intentan apropiarse del lugar y de lo que éste les ofrece. ¿Qué son capaces de crear estos cuatro estudiantes en este espacio tan restringido? Y ¿Hasta qué punto pueden apropiarse del espacio y lo que les ofrece? Son dos interrogantes fundamentales que se desarrollarán a medida que transcurre la obra y que activarán el dialogo entre el espacio y cada uno de los personajes. 25 Por Javiera Larraín G. La pregunta por la educación es hoy por hoy, uno de los ejes preponderantes de la dramaturgia chilena actual. Muchos han sido los dramaturgos que han indagado en las problemáticas educacionales, y la razón parece obvia, ya que luego de la “revolución pingüina” del 2006 se instala en el ojo público un hecho indiscutible: la crisis del sistema estatal de educación en Chile. Autores como Ana Harcha y Francisca Bernardi (Kinder, premio Altazor 2003), Guillermo Calderón (Clase, premio Altazor 2009), o Luis Barrales (La mala clase, 2009) han reflexionado sobre esta nueva pedagogía nacional que se rige bajo las lógicas del mercado económico. Si bien estas obras analizan la mella en el campo educacional a través de las voces de los jóvenes estudiantes y de los maestros, pareciera existir una brecha generacional que separa a estos autores (nacidos en los 70’) con las nuevas generaciones de estudiantes, y ahora autores (nacidos hacia finales de los 80’ y principios de los 90’). Es por esta razón, que una obra como El Once (2009), escrita y dirigida por Juan Pablo Troncoso (nacido en1988) y montada por la compañía La Junta, cobra un valor especial y preponderante, puesto que origina una reflexión sobre la situación pedagógica chilena desde los propios jóvenes que han sido herederos y actuantes de la crisis estudiantil de los últimos años. Las presentes conjeturas que realizo, pretenden responder a las inquietudes nacidas desde el contexto mediático de la actualidad, el cual se presentaría tensionado por los fantasmas históricos del ayer, aquellos fantasmas que surgen desde El Once: el once del 73’. Parte del interés de estas líneas, descansaría en el diálogo entre dos generaciones opuestas; una que propugnaba por un proyecto colectivo de nación; y otra, que se regiría por las políticas del libre mercado. 26 La compañía La Junta(1) se origina el año 2009 en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica en el marco del III Festival de Dramaturgia y Dirección El Volcán, en donde El Once se corona como la gran ganadora del encuentro (2). Desde entonces, se consolidan como grupo y siguen trabajando como colectivo hasta el día de hoy (3). La fábula dramática surge desde la propia voz de los estudiantes, que se han reunido en un derruido espacio de su colegio, para realizar un trabajo sobre el 11 de septiembre de 1973. El hecho histórico se vuelve el pretexto para sentar las bases y la discusión de las problemáticas actuales en torno a los derechos ciudadanos, y en sí para entender qué es realmente lo que concebimos como “ciudadanía”. Cada uno de los cuatro estudiantes que conforman el grupo que debe disertar sobre “el once”, establece una postura clara frente al hecho histórico. Sus miradas son honestas; son voces cargadas de una memoria personal que se vuelve colectiva, es decir, no buscan apropiarse de discursos ajenos y panfletarios, sino que intentan instaurar un eje dialógico desde sus propias y reales preocupaciones, aquellas pertenecientes a un grupo estudiantil que todavía no ha terminado de asimilar los procesos sociales que han remecido las bases de su presente y su futuro. II. El Once puede considerarse como una “obra de formación”, entendiendo por esto que se encuentra en su misma escritura y proceso escénico, una búsqueda constante de una certeza que pareciera no existir. Los estudiantes: Esteban, Camila, Cristian y Gonzalo, intentan comprender un pasado histórico que ya no les abruma por su pesadumbre sino por su falta repetitiva y carencia de significación para una nueva generación mediática que no logra aprehender una discursividad colectiva, aquella de los programas socialistas de los ‘70, que les es absolutamente ajena. Los nuevos ejes de diálogo se constituyen de manera distinta para cada uno de estos jóvenes: Camila busca una nueva vía democrática que aún confía en la palabra y el compromiso social que otrora mostraran los antiguos movimientos estudiantes; Cristian se ve angustiado por una realidad que le supera, en sus escasas posibilidades de hacer algo conmensurable por cambiarla; Esteban que intenta terminar el trabajo a todo costo, esconde una rabia y un dolor de una historia pasada que siente como propia en las injusticias de su día y día; y Gonzalo siempre silencioso, alza la voz con el afán de quebrar y romper con todo para sentir que su existencia, y la de todos, es por fin un hecho real (4). La honestidad del texto es pactada por la autoría desde un comienzo; Juan Pablo Troncoso no busca hacerse cargo de una época que no le tocó vivir presencialmente, la de la dictadura, sino que realiza una operación más compleja con la Historia, pues la ha eyectado en su presente, como una alternativa para poder entender su pasado. El diálogo generacional se evidencia en la tensión entre los mismos personajes, cada uno defenderá acérrimamente una postura. Este hecho produce un diálogo friccionado que se condice con la situación de urgencia que viven los propios estudiantes, puesto que los cuatro jóvenes están constantemente a la espera de ser desalojados del sótano de su colegio donde se han reunido. Las autoridades no los quieren allí pero ellos resisten, inclusive frente a su profesora que amenaza con traer a las fuerzas policiales, quienes finalmente terminarán por irrumpir en la escena. Y es que precisamente en aquello radica la verdad de su discurso: se han congregado para parlamentar la situación social y ciudadana en que se encuentran, aquella que los involucra como estudiantes, y como tales toman conciencia que las soluciones al problema educacional hay que decidirlas y ejecutarlas ahora, y sin importar las consecuencias. La ambigüedad y la constante búsqueda de estos muchachos, se configura desde la potencialidad contradictoria de sus propias voces, que problematizan una nueva forma de hacerse cargo de la Historia, ya no a través de una memoria infértil y trasplantada de un 11 de septiembre de 1973 que no vivieron, pues ni habían nacido; sino desde las (re)articulaciones que el hecho histórico ha diseminado sobre el campo cultural y social actual. De este modo la dramaturgia de El Once se yergue con una agudeza e inteligencia crítica que pone en tela en juicio los individualismos, el consumo, y la falta de compromiso de la sociedad actual; pero sin desatenderse de las posibles causas de esta indiferencia; las cuales busca en una época pretérita, que hoy ya parece sepultada en el olvido. La configuración del diálogo entonces, se muestra no sólo como el choque generacional que puede haber entre alumnos y maestros, o hijos y padres; sino también como el gran choque de los metarrelatos, de la modernidad y de la posmodernidad, uno en el que todavía existían las confianzas por el hombre, y otro donde toda esperanza ya está perdida. 1. Para la presentación en el TEUC, Camila Celis ha sido reemplazada en su rol de actriz por Ximena Sánchez. 2. Obtiene reconocimientos en las categorías de: Mejor Dramaturgia y Mejor Dirección (ambas para Juan Pablo Troncoso); Mejor Actriz (Camila Celis); Mejor Actor (para sus tres intérpretes: Christian Aguilera, Esteban Cerda, Gonzalo Venegas); Mejor Diseño Musical (Patricio Barrientos y José Galaz) y Mejor Diseño Integral (Camila Bardehle). Entre los miembros del jurado se encontraban destacados dramaturgos nacionales como Luis Barrales, Ana Harcha e Inés Stranger. 3. Estrenan un segundo montaje, El hijo de Madonna, en el Centro Cultural N’aitún en agosto del presente año, con una exitosísima temporada. 4. Es así, que frente al desalojo de las fuerzas policías, Gonzalo exclama por vez primera: “Lúcidos, finalmente despiertos. Esto es la vida. ¡Esto es la vida mierda!” [El Once]. III. Si bien la obra podría apuntar hacia una visión pesimista del real accionar que pueden llegar a tener las nuevas juventudes, llegar a dicha conclusión sería realizar una lectura muy injusta y limitada de la misma obra. El Once no se levanta como un teatro o una bandera de lucha, que intente propugnarnos a la cara las verdaderas ideologías que debiésemos seguir, más bien se encamina en el sendero de considerarse un proyecto sincero, que anhela el divertir al espectador y ponerlo en crisis de algún modo. La (di)versión en El Once comprende y espera una actitud crítica y reflexiva por parte de su público, ya que se pretende que éste puede gozar de la espontaneidad propia de estos cuatro jóvenes, pero también pueda viajar dentro de sus propias contradicciones, las que muchas veces no sólo determinan nuestra propia realidad individual sino también social, y en este caso, educacional. La revolución de estos estudiantes, inspirada en las recientes “marchas pingüinas”, cobra un nuevo matiz, en donde ningún desalojo por parte de las autoridades puede acallar su voz de molestia, una voz que los saca del anonimato, y que los inserta con trasparencia (aquella misma que lleva al dramaturgo a llamar a los actores y a los estudiantes del mismo modo) en una tangencial revolución. Esta parte desde las propias aulas, desde el despertar, desde el darse cuenta y el sentirse vivos, desde el creer y el confiar que algo va a ocurrir, desde esa última consigna dicha por Gonzalo antes del desalojo final: “amanece… esta es nuestra historia… la revolución. Escuchen todos, banderas negras… la revolución”. Una revolución sostenida, que no niega los discursos del pasado, sino que los reintegra a su historia íntima y personal, a su vida de estudiantes. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE I. Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC El Once: revolución tangencial desde las aulas Javiera Larraín G. Licenciada en Letras con Mención en Lingüística y Literatura Hispánicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente se desempeña como alumna del Magister en Artes con Mención en Dirección Teatral de la Universidad de Chile. El 2009, participa como coeditora en la Antología: Un Siglo de Dramaturgia Chilena 19102010, a cargo de la Comisión Bicentenario 27 Por Pablo Dubott, dramaturgo. No sé si podrá aparecer en alguna obra de ficción algo que no sea pensado por su propio autor. No es posible hacer que una obra hable por sí sola y que las verdaderas intenciones de su o sus autores queden escondidas tan profundamente. En especial, en estos días cuando gracias a –aún- no dilucidados fenómenos, parece haber regresado a la dramaturgia nacional las ganas de narrar, fabular y expresar; a mi juicio, evidenciar ante todo, aquellos puntos que solían ser traducidos a tal punto que hermetizaban cualquier tipo de mensaje que llegase directo a los espectadores. 3 al 13 de noviembre Ponte_tú DRAMATURGIA: PABLO DUBOTT. DIRECCIÓN: MARÍA JOSÉ CONTRERAS. CON: SOLANGE LACKINGTON, ORNELLA DE LA VEGA, MARIEL CASTRO, FELIPE CONTRERAS, JORGE ORTIZ, CRISTIÁN AROS, LUIS CAVIEDES, RICARDO MONTT. ASISTENCIA DE DIRECCIÓN: ANDREA SOTO. DISEÑOS: JUAN ANDRÉS RIVERA Y FELIPE OLIVARES. Respecto a lo que sucede con esta obra en cuestión (que también reúne características de todos los otros intentos que he tenido por generar algún tipo de dramaturgia), la biografía y la experiencia personal no cesa de aparecer en las páginas y, asimismo, en el escenario. Al tratarse de una breve síntesis de hechos y personajes de la vida real, el proceso de escritura fue tanto crudo como esclarecedor. Si primero, las intenciones de esta obra pretendían comprimir un momento específico de las vivencias de una persona particular, pronto se fue convirtiendo en la fantasía de ocho voces que explotaban en un desesperado intento por ser escuchadas. Por ello, ninguna de ellas es traducida ni hermetizada; el intento es dejarlas hablar hasta el cansancio, que se despojen estos ocho personajes de todo lo que deseen decir durante el período que dure su estadía en el escenario. Que se muestren, que se desplieguen y que se liberen; así al fin, podrán sentirse evidenciados. ¿Cómo poder llamar la atención cuando ya no se es ni adolescente ni víctima? ¿De qué manera entrar a cierta edad considerada adulta y todavía poder tener rabietas que hagan que los “grandes” se tapen los oídos? La madurez se constituye como lo seguro que tenemos fijado en nuestro derrotero por convertirnos en personas o al menos pareciese ser ese el camino. Sin embargo, siempre existirá esa resistencia y ese deseo que nos empuja a comportarnos como niños, teniendo la ilusa idea que el futuro es algo distinto al presente, que algo cambiará y que mañana será un día mejor. Ponte_tú es una fantasiosa visión acerca de nuestro presente proyectado hacia nuestro cercano futuro. Los constantes sueños y certezas que un grupo de adolescentes tuvieron alguna vez se ve enfrentado ante la 28 Cuando estos ocho seres se vean instalados en una instancia que los convoque a traer toda su mochila al juego, tanto el alcohol como la melancolía hará que suelten la mayor cantidad de peso para poder acceder a un momento de liberación, que probablemente durará hasta la siguiente mañana. Uno de ellos, sin embargo, está listo para poder dar un paso hacia delante, aún sin saber lo que aquello signifique. Cuando se tiene cierta edad y se van acabando las permisiones del crecimiento, la cabeza se nos va llenando de “podrías”, “debieses” y “habrías”. Nos ponemos en una situación imaginaria que no supera más que aquel plano y no tomamos acción en la vida real. Finalmente, nuestro juego juvenil de soñar se vuelve la pesadilla del presente que ya no es más que un mal chiste de borrachos. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC SOBRE PONTE_TÚ crudísima realidad que los ha tomado por sorpresa, junto con el amargo descubrimiento de la llamada “resignación”. Este sueño aburguesado ha sido traído a colación por el personaje Gustavo D. quien reúne todo lo detestable que imaginamos ser y lo máximo a lo que podremos llegar en la medida de nuestros propios fracasos y frustraciones. Un hombre que llega a la adultez demasiado pronto y demasiado presionado por sí mismo a responder a todas y cada una de las exigencias que se ha puesto. Gustavo D. no viene solo, pues trae consigo a cinco de sus mejores amigos que constituyen un lugar distinto desde donde entender la verborrea de la desesperación. Junto a estos seis fracasados se une la figura de un ser de mayor edad, una madre, que puede ver la frustración desde una perspectiva que la distancia, y por supuesto, Andrés, compañero de Gustavo D, perteneciente a una raza mítica y legendaria: los exitosos y satisfechos. En la medida que el resultado final del texto Ponte_tú se fue gestando, pasé de creer que una obra sobre la frustración de los sueños no puede sino ser pesimista y negativa. No obstante, sin perder aquel carácter, me di cuenta que un grupo de amigos tan reales (a la vez tan insostenibles y tan heridos) no podían sino tener la diversión y la risa como medio de arrojar sus resentimientos y culpas a un entorno que aún sigue sin oírlos. En este mismo proceso, comprendí que aquella dramaturgia que evidencia ante todo, no sólo es el resultado de la mente de un creador magnánimo y dictador, al contrario. Es la misma obra la que una vez viva, se despoja de su gestor para poder agarrar vuelo hasta que finalmente el autor poco le quede por hacer, sólo ayudar a que los hechos se desencadenen hacia la obvia resolución. Con Ponte_Tú pretendo no sólo hacer aparecer a este selecto grupo de personas que se han reunido tanto por su sexualidad como por sus biografías, así como también por el afecto y el amor; también debe aparecer una noche en la cual durante las horas que se mantengan las botellas sin vaciarse, se oiga a estos personajes gritar, delirar sin parar y simplemente, dejar en el aire del teatro la amargura propia de sentirse acabado recién a los treinta. 29 TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC PONTE_TÚ. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA Entrevista a Pablo Dubott, dramaturgo de Ponte_tú Por Constanza Alvarado (1) ¿Cómo se gesta el proyecto de escritura de Ponte_tú ? Anteriormente había escrito la obra Los ojos del coronel (2008) para el Festival Volcán UC (2009), basada en un examen de actuación dirigido por la profesora de la Escuela de Teatro UC Macarena Baeza. A partir de esa experiencia quedé muy motivado por seguir escribiendo. Cuando apareció la oportunidad de participar en la convocatoria del Festival de Jóvenes Dramaturgos UC, se me ocurrió la idea de seleccionar personas de mi vida real, principalmente amigos, de los que siempre había querido hablar, para situarlos en un contexto particular desde el cual pudieran expresarse, un “carrete”. Desde esta circunstancia, mi idea era ir perfilándolos como un coro, desde una dinámica que pudiera generar una sola voz, un personaje central que abordara la amargura, los sueños y las frustraciones de una edad determinada. FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC “…¿POR QUÉ NADIE SE ATREVE A DECIR QUE ERA MUCHO MÁS BACÁN IMAGINÁRSELO QUE VIVIRLO?...” ¿Qué te motivó a escribir esta historia particular? Tiene que ver con lo que ha pasado con los jóvenes en Chile, con la Revolución Pingüina, la aparición de las tribus urbanas, etc., una serie de movimientos que hacen ver que ya no somos los jóvenes que “no estamos ni ahí” como en los 90’. Me pasó que al pensar en mi generación y en este concurso en particular me dije, cómo hacer algo que aborde el tema de los jóvenes pero no desde el lado político. Ahí me dije, tengo que hacer algo que haga sentir más que pensar, que permita que el sentimiento, la risa y la conexión del espectador regresen. Si bien Ponte_ tú presenta a un grupo particular de personas que comparten ciertas características relacionadas con la edad, la identidad sexual, el lugar donde estudiaron, etc., personas reales, que conozco y con las que he vivido, representan no sólo una particularidad, sino también a un grupo de la sociedad que podría reconocerse en ellos. Como señalas, la creación del texto Ponte_tú está inspirada en tu grupo de amigos más cercanos ¿Cómo se van insertando estos personajes reales en una ficción? En un comienzo no fue fácil. De a poco los personajes fueron difuminando las marcas de mi autobiografía y creando una ficción. Este proceso tuvo que ver con el ir saturando ciertas características iniciales, primero aumentarles la edad a una edad que socialmente es reconocida como conflictiva, los 30. Luego exagerar ciertos rasgos de personalidad a los personajes, por ejemplo la arrogancia, si llevas al extremo estos elementos, la persona en la que está inspirado el personaje ya no es reconocible. Espero que cuando mis amigos vengan a ver la obra se den cuenta que es una versión exagerada de ellos, no ellos mismos. ¿Y quiénes son estos personajes? ¿Qué temas ponen en el escenario? Son un grupo de amigos que se juntan en una fiesta. Todos tienen alrededor de treinta años y comienzan a hacerse preguntas consuetudinarias como ¿En qué estoy? ¿Por qué vengo a este carrete? ¿Por qué tengo este grupo de amigos? Desde este lugar comienzan un proceso de revisión propio de la edad en donde recuerdan la adolescencia o momentos del pasado con cierta ironía y vergüenza. Esta suerte de evaluación que hacen de sus vidas finalmente no se la toman tan en serio. En esto contribuye la opción de sumar un elemento de humor negro desde la dramaturgia, que produce al final de la historia un sin sentido terrible. “Los ponte_tú”, como yo les llamo, enfrentan la vida con una aparente alegría que esconde una amargura profunda, un gran descontento, un aire a fracaso temprano. Dices que la nueva generación se diferencia de los jóvenes de los 90’ que “no estaban ni ahí” ¿Cómo se caracteriza este “estar ahí” de los jóvenes de hoy? Se define como una voluntad de luchar por cosas muy personales, ya sea defender ciertas opciones sexuales, estilos de vida particulares, temas políticos que nos interesan. Los jóvenes hoy están haciendo ruido. Antes estaban encerrados escuchando música en sus piezas, ahora eso ha cambiado. Además gracias al Facebook y al Twitter se ha generado mucha efervescencia. La convocatoria del festival me motivó a escribir una obra que no se podía tratar de cualquier cosa, tenía que poner en el tapete conceptos relativos a los jóvenes. ¿Anticipas cómo será esa crisis de los 30 a tus 22 años? Yo creo que ahora, actualmente, estoy pasando por una etapa de revisión y que tiene que ver con salir de la universidad. Quizás no estoy viviendo la misma crisis de los treinta años, pero si estoy pasando por un momento de cuestionamientos fuertes. La relaciones de pareja comienzan a tener un poco más de importancia, tienes que cuidar a esa persona, uno ya deja de ser el hijo, de ser cuidado, y comienza a discutir seriamente con los padres cuando no está de acuerdo con algo. Te tienes que hacer cargo de una vida y no es que lo tengas que hacer a los treinta años, sino ahora, a los veintitantos. El elenco de la obra conversó sobre este tema el “hacerse cargo”, ellos están rondando esa etapa, tienen referentes y eso me gusta. En este proceso de montaje ¿Has tenido que hacer ciertos cambios en el texto? Antes de que se empezara a montar el texto, aportaron para mejorar y enriquecer algunas cosas, la directora del montaje, María José Contreras y la directora del Teatro UC, Inés Stranger. Yo escribo de manera inconciente y así a veces voy perdiendo el rumbo, por eso fue muy bueno y además entretenido tener la oportunidad de pasarle el texto a otro, ver opiniones y lecturas respecto al texto, sobre todo de mujeres con experiencia teatral y también de generaciones distintas a la mía. A veces uno cree que las cosas “van de cajón” y no es tan así. Ellas se sorprendían de que yo mostrara una adolescencia tan sórdida, no les era obvio ni familiar. 1. Area de Comunicaciones y Públicos TEUC 30 31 Por Felipe Olivares y Juan Andrés Rivera, “Los Contadores Auditores” La concepción casi autobiográfica del texto y la crudeza de las relaciones entre los personajes de la obra, le conceden al espectador un rol casi voyerista en la puesta, condición que hemos tomado como idea matriz del diseño espacial. De esta manera, la escenografía sintetiza el espacio del loft del personaje Gustavo D mirado desde afuera, como si la audiencia estuviera en el edificio de enfrente: una estrecha terraza en primer plano y tras las ventanas, los espacios interiores del departamento. Estos espacios, sin embargo, no pretenden recrear el interior realista de una casa de Las Condes, sino que sugerir rincones más bien incómodos de un espacio que podría ser más grande, espacios de tránsito, accidentales. ¿Cuáles son tus expectativas respecto al montaje de la obra y a su recepción por parte del público? Primero que todo, confío mucho en lo que María José Contreras hace desde a dirección y en todo el elenco. Contreras trabaja desde el cuerpo y tiene una gran conciencia del trabajo con el espacio. También confío en el diseño, en el trabajo genial de los Contadores Auditores. Respecto a los espectadores espero que haya una conexión principalmente a un nivel emocional y sensorial que los haga identificarse con lo que la obra muestra. TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Conversado con Coca Duarte, profesora de dramaturgia de la Escuela de Teatro UC, con la que he tomado todos mis cursos de dramaturgia y que es, de cierta manera, mi maestra de dramaturgia, he ido observando que actualmente hay una vuelta a contar un poco de lo que nos está pasando a nosotros, sin grandes discursos. La dramaturgia es cíclica y por eso el texto fragmentado, que en algún momento pegaba muy fuerte, es desplazado hoy por unas ganas de contar historias, fábulas, con un lenguaje más cercano. En el caso particular de la dramaturgia joven, se está empezando a hablar desde un lugar que a mi me parece my interesante. Por ejemplo la Compañía La Junta, que ahora en el Festival está con la obra El Once, abordan el tema de la educación y no sólo critican un sistema, sino también muestran cómo este tema tiene que ver con ellos, que las debilidades que existen en la educación, también tienen que ver con los estudiantes. Lo que estamos haciendo es dar una vuelta a lo que nuestros papás criticaron. PONTE_TÚ. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA Ponte_tú también juega con la multiplicidad de espacios, con el presente y con los recuerdos principalmente. Al comienzo del texto dice: “Los recuerdos suceden en la vida real” ¿Por qué darle categoría de realidad a los recuerdos? Los recuerdos son un recurso increíble para poder atar todos los cabos sueltos que existen en la vida de los personajes y que están ocultos en sus palabras. En el caso de la obra tiene que ver con el personaje central, Gustavo D. La fábula transcurre en su casa, en su mundo, en sus recuerdos. Además los recuerdos no pueden ser más particulares, son como los sueños. Uno sueña algo determinado y nadie puede haber soñado lo mismo que uno, tiene que ver con una cosa hasta de estatura, en el sentido de que uno sueña a su altura. El presente de la obra da a conocer a través de los recuerdos al personaje que tiene el mayor conflicto de la obra, el que tiene que lidiar con su fracaso temprano y que tiene que tomar la decisión de si quiere seguir siendo lo que es. diseño INTEGRAL ¿En qué momento crees que está la dramaturgia en Chile? ¿Qué novedades observas? Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Si hablamos de las influencias dramatúrgicas que tiene tu texto ¿Cuáles serían tus referentes más cercanos? Cuando chico leía mucho a Ramón Griffero. Como yo soy de Chillán no vi sus montajes hasta que llegué a Santiago. Los clásicos también me han llamado mucho la atención. Sus cuatro formas: La Tragedia Griega, el Isabelino con Shakespeare, la comedia aburguesada con Molière y el Siglo de Oro por la belleza de su lenguaje. ¿Cómo hacer para decir hoy palabras bellas como lo hacía Tirso, Lope y Calderón, pero con un lenguaje cercano? En Shakespeare me fascina su estructura dramática, los distintos lugares en que pasaban sus obras, la multiplicidad de espacios, los recuerdos, el presente, Francia, Inglaterra, se observa una gran libertad para armar sus obras. Por otro lado, y sustentados en los mismos conceptos autobiográficos -utilizados por artistas visuales contemporáneos como Tracy Emin y Cindy Shermanrecurrimos al uso de elementos como el espejo y materiales reflectantes que funcionan no sólo como metáfora de la auto-contemplación como eje de la reflexión plástica, sino que generan una distorsión de las perspectivas y puntos de vista del espectador que consideramos pertinente para una obra que se va perdiendo más y más en el extraño «carrete» de estos peculiares personajes. En relación al vestuario, diseñamos atuendos más bien realistas que ayuden a reconocer la procedencia y la biografía de cada uno de los personajes, particularizándolos y haciendo énfasis en sus marcadas personalidades. Al mismo tiempo trabajaremos, al igual que con la escenografía, con materiales reflectantes en las prendas que ayuden a generar una atmósfera saturada de brillo y contraste. 32 33 Apenas llegó a mis manos el texto de Pablo Dubott, me pregunté ¿De qué se tratará esta obra escrita por alguien que tiene apenas dos años más que la suma de todos sus dedos (de pies y de manos)? ¿Ponte_tú de política? ¿Ponte_tú del Bicentenario? ¿Ponte_tú de la moda y sus avatares? ¿Ponte_tú de sexo y rock n’roll? Empecé a leer sin intuir la crudeza con la que me encontraría. Recorrer los recovecos de estas palabras “verborréicas”, pronunciadas por personajes tan jóvenes y a la vez tan gastados fue devastador. Ponte_tú muestra con brutalidad la frustración de una juventud desilusionada, cansada y fracasada. Lo terrible es que estos jóvenes habitan un mundo que se paraliza en el “entretanto” de un pasado inconfesable y un futuro improbable. Los personajes sufren una compulsión a la reunión, se buscan y se juntan a pesar de que no se soportan, a pesar de que cada uno ve en el otro lo peor de sí. Se reúnen tal vez con la esperanza de encontrar algo nuevo, pero el pasado los acecha y les hace creer que éste los condena en forma definitiva e irrevocable. Entre estos personajes una mujer adulta recorre los espacios sigilosamente entrometida, a la vez servicial y agresiva, simpática pero rencorosa. Sus palabras son cortantes y precisas, y por eso nadie en escena las escucha, pero ella permanece allí, incólume, como testigo privilegiado de la desesperanza. Esta obra impone grandes desafíos desde el punto de vista de la dirección. Al momento de escribir este texto falta casi un mes y medio para su primer estreno, es decir nos encontramos a mitad del proceso de creación. Por eso en estos momentos no puedo trazar una retrospectiva de esta etapa, sino sólo dar cuenta de los desafíos y problemas que hemos estado enfrentando hasta ahora. Puede 34 Las imágenes polisensoriales pueden establecer distintos tipos de relación con el contenido semántico del texto y/o con el subtexto. Lo más obvio es generar una imagen coherente con el contenido del texto, pero generalmente resulta más interesante trabajar con imágenes que en algún aspecto se opongan al contenido semántico. Cuando existe una oposición entre dos contenidos que no coinciden, el espectador percibe una disonancia, algo que no calza y esto abre, desde mi perspectiva, un nuevo espacio a la interpretación. Si todo se lee con coherencia absoluta, al espectador le resta sólo entender racionalmente la historia y dejarse llevar por las sensaciones propuestas. Cuando se trabaja con imágenes que no son coherentes, se produce un excedente de sentido que lleva al espectador a hacerse una pregunta y por tanto a activar aún más su capacidad interpretativa. Se crea entonces un mundo posible, denso de intersticios secretos que el espectador debe descifrar. El trabajo con imágenes genera otro nivel dramatúrgico: la dramaturgia de imágenes del actor y la actriz. Así el trabajo actoral se va complejizando y debe responder a distintos niveles de articulación. El primer desafío es representar teatralmente un “carrete”. He querido ser fiel al espíritu y atmósfera que propone el texto por lo que me he propuesto que el carrete en escena sea verosímil. La tarea es ardua, lo lúdico se resbala apenas lo encontramos, a ratos los actores y actrices logran entrar en un ritmo festivo, pero más temprano que tarde esto se desvanece en la teatralidad, la maqueta, la anécdota. Me he ido dando cuenta que orquestar una fiesta que no se vea “teatral” exige una composición espacial, rítmica y una dramaturgia corporal cuidada al detalle que pueda generar el efecto del caos y aún así preservar la posibilidad de guiar la mirada y la escucha del espectador. Estamos trabajando en esto. Un segundo desafío es que el texto de Pablo Dubott carece de acción. Esta obra está saturada de palabras: las ideas se presentan, las anécdotas se relatan, los personajes en fin se instalan como testigos de un pasado denso e ignominioso. La falta de acción se refleja también en la predominancia de monólogos respecto a los diálogos. Éstos dan cuenta sin filtro de los pensamientos de los personajes que prefieren siempre hablar de sí mismos a escuchar a los otros. En esta obra se suman una multiplicidad de voces y miradas pero que no llegan nunca a encontrarse, de hecho el encuentro entre los personajes acontece sólo a suspiros. Desde el punto de vista actoral esto exige entramar la desatención del propio personaje respecto a su entorno, con la atención extrema del actor y la actriz en escena que deben sin embargo reaccionar a lo que (no) acontece. Estos nudos que de a poco vamos desenredando y volviendo a enredar me ha generado la necesidad de elaborar una dramaturgia paralela a la narrativa que pueda crear la acción. Como subraya el fundador del Odin Teatret, Eugenio Barba, existen distintos niveles de dramaturgia en la performance y cada uno de ellos se articula según sus propias lógicas. Además de la dramaturgia narrativa dada por la secuencia de eventos, está la dramaturgia dinámica, que da vida a la acción de los cuerpos en escena. Esta dramaturgia articula la acción física y vocal, los ritmos, las materialidades escénicas para permitir que el evento acontezca. Es cierto que toda obra requiere de una dramaturgia dinámica, pero en un texto dramático de esta naturaleza la búsqueda de la organicidad, de la lógica de los cuerpos en el espacio, de la sensorialidad, la construcción de la mirada y la escucha del espectador es urgente e imprescindible. Estamos intentando generar esas tensiones de las que hablan los personajes en los cuerpos inestables de los personajes, en las relaciones espaciales fugaces e impredecibles, en los equilibrios precarios de las materialidades de la escena. Por último el otro desafío dice relación con la actuación propiamente tal. Casi todos los actores y actrices del elenco son muy jóvenes y poseen un lenguaje común que yo, por venir de otra escuela (que más encima se encuentra en otro país) desconozco. El primer mes de trabajo ha servido sobre todo para crear un lenguaje común. Como directora tengo que encontrar el modo de provocar reacciones particulares en los actores que puedan así superar una caracterización general y mecánica en pos de una puesta-en-cuerpo particular y orgánica. Nos hemos disgregado en algunos ensayos para ejercitar la capacidad de crear imágenes polisensoriales que puedan crear reacciones físicas específicas en los cuerpos de los actores. Estas imágenes no son memorias emotivas, tampoco nacen del ejercicio del “si condicional” propio a Stanislavski, sino por el contrario, estímulos imaginarios que atañen directamente el cuerpo. Esta técnica se basa en la premisa de que si el actor posee una imagen rica desde el punto de vista de la sensorialidad (que incluya no sólo visualidad sino también TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE aspectos auditivos, táctiles, olfativos, etc.) el cuerpo podrá generar una reacción concreta lo que permitirá un cuerpo en presencia que seduzca la atención del espectador. Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Por María José Contreras, directora que mi mirada actual sobre la obra no concuerde con el resultado final, de hecho lo más probable es que en lo que queda todo se modifique y re-interprete. Por esto he escogido realizar una genética de la performance desde el punto de vista de los nudos conflictivos que, hasta este momento, ensayo a ensayo intentamos desenredar. FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Entre dramaturgia narrativa y dramaturgia dinámica Dirigir la obra Ponte_tú en el contexto del Festival de Jóvenes Dramaturgos UC está siendo un proceso fértil para la reflexión, la experimentación y sobre todo para el diálogo con el dramaturgo. Debo confesar que como directora suelo trabajar sin textos dramáticos a priori, o en su defecto me esmero en deconstruirlos para generar efectos de sentido más particulares. En el contexto de este festival, los protagonistas son el texto y su autor y esto ha significado un fluido diálogo entre Pablo Dubott y yo. Hemos conversado el texto, le he sugerido cambios (que a veces ha aceptado y otras veces no), hemos juntos amasado las intenciones de los personajes y Dubott ha tenido una paciencia infinita para exponer su imaginario e ideario. Ha sido además generoso en explicitar y compartir los abundantes elementos autobiográficos que el texto contiene, como él mismo dice. “La experiencia personal no cesa de aparecer en las páginas” y esa experiencia personal ha sido, tal vez como pocas veces en la relación entre dramaturgo y directora una fuente de inspiración compartida. Espero que la puesta en cuerpo y puesta en espacio de Ponte_tú dé a luz un organismo vivo donde se amalgamen las miradas y las voces del dramaturgo, la directora, los actores, los diseñadores, los personajes y sus referentes “reales”. Pablo Dubott ha dicho que ha dejado hablar a los personajes, como directora aspiro a hacer que todas estas voces y cuerpos se escuchen para lograr que, como dice Eugenio Barba, la puesta resuene en la cultura y a su vez susurre en el oído de cada espectador algo íntimo y significativo. Estamos trabajando en esto. 35 Primer festival de autores jóvenes MATANDO EL SIGLO Dramaturgia Jimmy Dacarett y dirección Verónica García Huidobro. POR UNOS OJOS NEGROS Dramaturgia Macarena Baeza y dirección Alejandro Bloomfield, ura t l u en c .000 LA HISTORIA DE JOB Dramaturgia Luz María Yacometti y dirección Rodrigo Núñez 1998 Segundo festival de autores jóvenes: PERSÉFONE. FOTOGRAFÍA: JORGE SCHULTZ AMARGO. FOTOGRAFÍA: JORGE SCHULTZ LLÁMAME, NO TE ARREPENTIRÁS Dramaturgia Francisca Bernardi y dirección Claudia Echenique 2003 Taller y Laboratorio Mito drama TANGO EL TRANSCURRIR Dramaturgia Ana María Harcha y dirección Verónica García Huidobro ASESINATO EN LA CALLE ILLINOIS Dramaturgia Lucía de la Maza y dirección Horacio Videla 2002 Cuatro autores en torno a un tema: viaje. AMARGO Dramaturgia Andrea Franco y dirección Paulina Bronfman PERSÉFONE Dramaturgia y Dirección Andrea García Dramaturgia y Dirección Álvaro Viguera 2010 Festival Bicentenario jóvenes dramaturgos UC PETROPOLIS LICEANA, LA CUECA VIRULENTA DESIERTO Dramaturgia y dirección Coca Duarte, LOGO Dramaturgia Andrés Kalawski y Dirección Francisco Albornoz rte bras $ 8 .900 e i v , in no: 2 o bras $ 9 o r t 3o l teaalor abo a e v nat ó b A Dramaturgia y dirección Valeria Radrigán EL BAILE Dramaturgia Juan Claudio Burgos y Dirección Julio Pincheira, 36 TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 1993 Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC Cronología de un Festival Dramaturgia Bosco Cayo y dirección Francisco Albornoz EL ONCE Escrita y dirigida por Juan Pablo Troncoso PONTE_TÚ Dramaturgia Pablo Dubott y dirección María José Contreras compra tus abonos en la boletería del Teatro. Decano Facultad de Artes: Ramón López. Dirección Escuela de Teatro: Milena Grass. Dirección TEUC: Inés Stranger. Sub Dirección y Producción TEUC: Mario Costa. Co-Producción: Verónica Tapia. Comunicaciones y Públicos: Amalá Saint-Pierre. Adjunta de Comunicaciones y Públicos: Constanza Alvarado. Prensa: Verónica Salazar. Diseño gráfico: Gerardo Rivera. Administración de sala y gestión de públicos: Carola Zuleta. Acogida de públicos: Maite Lanchares. Jefe técnico: Francisco Lacalle. Operador técnico: Maximiliano Cornejo y Raúl Pacheco. Operador iluminación: Juan Carlos Araya. Realización escenográfica: Juan Pablo Cuevas, Ariel Medrano, Claudio Viedma. Sonido: Marco Díaz. Sastrería: Sergio Aravena. Boletería: Marcela Gómez. Estafeta: José Caro. Promoción y ventas: Mario Contreras, Raúl Pacheco. Asistente de administración: Juan Hormazábal. Asistente de servicios: Lautaro Ortiz. Administración y finanzas: Luis Coloma. Secretaria: Verónica Vergara. CUADERNILLO DE MEDIACIÓN CULTURAL. Contenidos y edición: Amalá Saint-Pierre y Constanza Alvarado. Colaboradores: Fabián Retamal, Inés Stranger, Coca Duarte, Ana Harcha, Andrés Kalawski, Bosco Cayo, Francisco Albornoz, Willy Ganga, Juan Pablo Troncoso, Camila Bardhele, Javiera Larraín, Pablo Dubott, Los Contadores Auditores, María José Contreras. Ilustración: Alberto Montt. Diseño gráfico y fotografías: Gerardo Rivera. Ventas de Funciones: Mario Contreras. [email protected] / 354 5106. Boletería 205 56 52 37 www.teuc.cl 38 Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE