Proyecto de Ley 465-D-2016

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PROYECTO DE LEY
Artículo 1°.- Denomínese con el nombre “Maestro Alfredo Bravo” al edificio sito en
Avenida Paseo Colón 255 del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Artículo 2.- Cúmplase con los arts. 89 y 90 de la Constitución de la Ciudad.
Artículo 3.- Comuníquese, etc.
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FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
La ley 83 de la Ciudad de Buenos Aires establece un orden de preferencia
para las nuevas designaciones de espacios públicos en el cual los (art.3°) "lugares que
carezcan de denominación" se encuentran en el primer lugar. En este sentido, en virtud
de que el actual edificio donde funciona el Ministerio de Educación del Gobierno de la
Ciudad, sito en Avenida Paseo Colón 255 carece de denominación, en este proyecto se
propone designar a este ministerio "Maestro Alfredo Bravo".
Desde muy joven Alfredo Bravo (Concepción del Uruguay, Entre Ríos,
Argentina, 30 de abril de 1925 - Buenos aires, Argentina, 26 de mayo de 2003) se dedicó
a la labor pedagógica y a la actividad política. Con tan solo 17 años, dejó de ser un
simple habitué de la biblioteca socialista y se afilió al partido en el que militaría el resto
de su vida. Después de recibirse a los 18 años como maestro en el Normal de Avellaneda
se trasladó al Chaco donde trabajó como maestro rural. Esta experiencia fue
interrumpida por su incorporación en el servicio militar obligatorio. No obstante, una
vez finalizado regresó a las aulas y se incorporó a la Confederación de Maestros y
Profesores. En 1958 fue uno de los redactores del Estatuto del Docente.
Se destacó en su lucha en defensa de los derechos humanos y en la actividad
gremial. Fue co-fundador de la Confederación de Trabajadores de la Educación
(C.T.E.R.A.) en el año 1973 y de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(A.P.D.H.) en 1975.
Fue secuestrado el 8 de septiembre de 1977 por un grupo de tareas mientras
daba clases nocturnas de castellano en una escuela del barrio de Primera Junta. Las
presiones de Carter a Videla obligaron a que la dictadura legalizara la situación de
Alfredo y mutase su condición de “desaparecido” a la de “detenido a disposición del
Poder Ejecutivo Nacional”, a pesar de este reconocimiento fue liberado recién en 1979.
Una vez recuperada su libertad, prestó testimonio ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la O.E.A. en el año 1979, y participó como
testigo en el Juicio contra las Juntas Militares en el año 1985.
En 1983, con el retorno de la democracia, el presidente Raúl Alfonsín lo
convocó para ocupar la Subsecretaría para la Actividad Docente. En esa función,
Alfredo facilitó el reingreso a la docencia de los cientos de maestros y profesores a los
que la dictadura había cesanteado o que habían tenido que dejar sus cargos para marchar
al exilio. No obstante, su actividad cesó en 1987, cuando el Poder Ejecutivo impulsó las
leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Bravo expresó su repudio hacia ambas
normas y entregó su renuncia indeclinable al cargo que ocupaba.
En su carrera política, fue candidato a Vicepresidente por la Unidad
Socialista en el año 1989 y elegido Diputado nacional en los años 91, 95 y 99. En 2001
participó de la creación del A.R.I., aunque un año más tarde se alejo del mismo. Fue
candidato a Senador Nacional en el 2001, y candidato a Presidente por el Partido
Socialista en las elecciones del 27 de abril de 2003.
Falleció un mes después, el 26 de mayo, arrastrando las secuelas de las
torturas sufridas, cansado y con un sabor amargo por su imposibilidad de acceder a la
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banca de Senador, pero con la gratitud y el recuerdo de una vida de lucha. Al respecto,
Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, expresaba:
“Compañero maestro de la educación laica y gratuita; compañero
socialista, senador nacional por elección del pueblo; compañero
defensor de los derechos humanos; compañero articulador de
diferencias. Te elegimos y te nombramos senador nacional.
Compañero defensor de los derechos de la mujer; compañero
luchador contra cansancios, vientos y mareas; compañero
doblegador de torturas y torturadores; compañero de ideales
llevados a la práctica. Te despedimos con dolor”.
De acuerdo con la ley 83 (art. 4°) "los nombres que se impongan a las calles
y lugares públicos deberán estar directamente relacionados con la Ciudad de Buenos
Aires, o bien revestir una importancia indiscutida en el orden nacional o universal". En
este orden de ideas, el proceso de denominación no sólo debe expresar los valores
democráticos y participativos consignados en la Constitución de la ciudad, sino también
reflejar su historia e identidad. Esta consideración tiene una doble implicación para el
acto de la imposición de un nombre. No sólo es una forma de brindar reconocimiento a
la persona o hecho histórico que se quiere referir sino también una manera de construir
la memoria de la ciudad.
Desde esta perspectiva es central tomar como punto de partida para la
denominación del mencionado edificio dos cuestiones simbólicamente significativas. En
primer lugar, nuestra constitución plantea que (art. 23°) "la Ciudad reconoce y garantiza
un sistema educativo inspirado en los principios de la libertad, la ética y la solidaridad,
tendiente a un desarrollo integral de la persona en una sociedad justa y democrática".
Además expresa que (art. 24°) "la Ciudad asume la responsabilidad indelegable de
asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y
modalidades". Este espíritu constitucional marcó la lucha, la vida y cada una de las
acciones del maestro Bravo. En segundo lugar, en éste inmueble funcionaba el
Ministerio de Defensa1, emblema de la dictadura. Como sobreviviente y militante, la
lucha por los derechos humanos y las huellas de este proceso en su personalidad
caracterizaron la contracara de su interés por la educación pública, laica y gratuita.
El amargo recuerdo de la dictadura y el esperanzador devenir democrático
están encarnados en el espíritu y en el legado de Alfredo Bravo. No sólo porque fue
maestro sino también porque fue defensor de los derechos humanos. Su actividad
docente, que desarrolló apasionadamente desde su juventud, sus acciones sindicales y su
trabajo político no hicieron más que afirmar su compromiso y lucha humanista por una
educación laica y gratuita y una sociedad más justa e igualitaria. Darle el nombre de
"Maestro Alfredo Bravo" a este edificio es una forma de revertir la asociación de ese
inmueble con la represión, al mismo tiempo que celebrar el triunfo de los derechos
humanos y el espíritu constitucional sobre la educación.
El presente proyecto tiene como antecedente el tramitado por Expediente N°
2638/D/2014 de autoria de los Diputados Maximiliano Ferraro y Hernán Arce.
Por todo lo expuesto, Sra. Presidenta, solicito la aprobación del presente
proyecto de ley.
1
De acuerdo con el mapa interactivo de la ciudad se encuentra la "Biblioteca Central del Estado Mayor
Conjunto de las Fuerzas Armadas" (http://mapa2.buenosaires.gob.ar/#).
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