Los niños y los discapacitados mentales

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QUIERO SABER / ESPÍRITU DE PROFECÍA – Mayo de 2005
Los niños y los discapacitados mentales
¿Escribió algo Elena de White acerca de la salvación de aquéllos que mueren a corta edad o de los
discapacitados mentales?
Responde DANIEL OSCAR PLENC director del Centro de Investigaciones White en la Argentina.
Son muy pocas las declaraciones de Elena de White acerca de la suerte de personas que
mueren en su niñez o que sufren alguna discapacidad mental.
El Manuscrito 26 de 1885 contiene ideas esclarecedoras acerca de la salvación de los niños.
Algunos de los conceptos principales son los siguientes:
“Tuve algunas conversaciones con el pastor (J. G.) Matteson con respecto a si los niños de
los padres incrédulos se salvarían. Relaté que una hermana me había hecho esta pregunta con gran
preocupación, y me había declarado que algunos le habían dicho que los hijitos de los incrédulos se
perderían.
“Debemos considerar ésta como una de las preguntas acerca de las cuales no estamos en
libertad de tomar una posición o expresar una opinión, por la simple razón de que Dios no nos ha
hablado definidamente acerca de este asunto en su Palabra. Si él hubiera pensado que es esencial
que lo supiéramos, nos hubiera hablado con claridad del asunto.
“Las cosas que él ha revelado son para nosotros y para nuestros hijos. Hay cosas que no
entendemos ahora. Ignoramos muchas cosas que son claramente reveladas. Cuando se agoten estos
asuntos que se relacionan estrechamente con nuestro bienestar eterno, habrá suficiente tiempo para
considerar puntos acerca de los cuales hay personas que han expresado una innecesaria perplejidad.
“Sé que algunos ponían en duda aun si los hijitos de los padres creyentes se salvarían,
porque ellos [los hijos] no han tenido ninguna prueba del carácter, ya que todos deben pasar por esa
prueba para que se evalúe su carácter sobre la base de las pruebas. Se hace la pregunta: ‘¿Cómo
pueden los niñitos pasar por esa prueba para ser examinados?’ Contesto que la fe de los padres
creyentes cubre a los niños, como cuando Dios envió sus juicios sobre los primogénitos de Egipto
[...]
“Algunos padres permiten que Satanás controle a sus hijos, y éstos no son reprendidos, sino
que se les permite tener un temperamento malvado, ser soberbios, egoístas y desobedientes. Si ellos
murieran, estos niños no serían llevados al cielo. La conducta de los padres determina el bienestar
futuro de sus hijos. Si les dejan ser desobedientes y rebeldes, le están permitiendo a Satanás hacerse
cargo de ellos, y actuar por su intermedio como le agrade a su majestad satánica, y estos niños,
nunca educados para obedecer y para desarrollar en ellos los rasgos amables de carácter, no serán
llevados al cielo, porque se revelarían en ellos el mismo carácter y la misma disposición aquí
evidenciada.
“Le dije al Hno. Matteson: ‘No podemos decir si todos los hijos de padres incrédulos serán
salvados, porque Dios no nos ha dado a conocer su propósito con respecto a este asunto, y haríamos
mejor en dejar este asunto donde Dios lo ha dejado, para meditar en los temas que nos fueron
aclarados en su Palabra’.
“Éste es un tema sumamente delicado. Muchos padres incrédulos manejan a sus hijos con
mayor sabiduría que muchos de los que pretenden ser hijos de Dios” (Mensajes selectos, t. 3, pp.
358-361).
En la carta 196 de 1899, la Sra. White trata de consolar a una señora que había perdido un
hijo. Comparte su propia experiencia de haber sepultado a dos de sus hijos y a su esposo. Responde
a su pregunta acerca de la salvación de su hijito con las palabras de Lucas 18:16 y la profecía de
Jeremías 31:15 al 17 (Mensajes selectos, t. 2, p. 296). En The Youth´s Instructor [El instructor de la
juventud] registró estas hermosas palabras: “Cuando los niñitos salen inmortalizados de sus lechos
polvorientos, inmediatamente vuelan hacia los brazos de sus madres. Se reúnen para nunca más
separarse. Pero muchos niñitos no tienen madres allí. [...] Los ángeles reciben a los niños sin madres
y los conducen hacia el árbol de la vida. Jesús coloca el dorado anillo de luz, la corona, sobre sus
cabecitas” (Conducción del niño, p. 297).
Con respecto a los enfermos mentales, no hay mucha instrucción en los escritos de Elena de
White. En la mayoría de los casos, la autora se refiere a las causas de ciertos disturbios mentales,
pero no especula respecto de su salvación o su inserción en la vida de la iglesia. En 1893, escribió a
una tal señora Brown acerca de la condición de “A” y “B”, que padecían cierta alteración mental.
Le refiere algunas palabras de consuelo y esperanza: “A y B siempre serán niños, pero serán
restaurados por el poder del gran Restaurador, cuando lo mortal sea vestido de inmortalidad. Todas
las marcas tristes serán borradas. [...]
“Con respecto al caso de A, usted lo ve como es ahora, y deplora su simplicidad. No tiene
conciencia de pecado. La gracia de Dios quitará toda esta imbecilidad hereditaria, transmitida, y él
tendrá una herencia entre los santos en luz. Dios le ha dado a usted uso de razón. A es un niño en
cuanto a la capacidad de razonamiento se refiere, tiene la sumisión y la obediencia de un niño”
(Letter 1, 1893, Manuscript Releases, t. 8, pp. 209, 210, traducido parcialmente en Eventos de los
últimos días, pp. 297, 298).
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