LA IMPORTANCIA DEL PADRE

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LA IMPORTANCIA DEL PADRE
Mg. Nelly Chong Garcia
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En los últimos tiempos se habla mucho acerca de un nuevo paradigma
de padre, aquel que dedica tiempo a sus hijos, demuestra un interés
real por ellos y comparte con la madre las tareas de la crianza.
¿Pero, existe realmente ese nuevo padre? O se trata de una invención
de los medios de comunicación? ¿O es sólo producto de lo que a las
madres les gustaría?
Investigaciones recientes señalan, que si bien se ha producido un
cierto aumento de la participación del padre en la crianza de los niños,
siguen siendo las madres las que tienen la mayor implicancia y
responsabilidad en este terreno, más allá de que trabajen o no fuera
de la casa.
Las investigaciones sostienen que, en las familias donde la madre no
trabaja, el padre pasa menos de una cuarta parte del tiempo que pasa
la madre con sus hijos.
En aquellas donde la madre trabaja, el padre dedica un poco más de
tiempo, equivalente a más o menos un tercio del tiempo que dedica la
madre, y esto no se debe a que el padre haga más, sino a que la
madre por estar fuera de casa, hace menos.
Así, el tiempo de contacto real del padre con sus hijos se incrementa
en dos horas, sumando el tiempo que va desde el lunes hasta el
viernes y seis horas el fin de semana; para aquellos que trabajan el
sábado y/o el Domingo esta cantidad disminuye.
Pero al llegar a la adolescencia el tiempo se reduce a menos de la
mitad tanto durante la semana como en los fines de semana; aunque
las causas son distintas.
Por lo general, el padre toma pocas responsabilidades en la
organización del cuidado de los niños. Es la madre quien se queda en
casa si los niños están enfermos, es ella quien los lleva al médico,
enseña a lavarse los dientes, revisa las tareas, etc.
Cuando los dos trabajan, la participación del padre es relativamente
mayor, pero en comparación con la madre, sigue quedándose atrás.
Según estos estudios las actividades en las que la mayoría de los
padres se involucran más que las madres son la lectura y ver
televisión.
Es decir, el padre difiere de la madre no sólo por la cantidad de tiempo
que pasa con los niños, sino también por las actividades que hace
cuando está con ellos. Mientras que la madre dedica el tiempo a
cuidar de los niños, hacer tareas, etc., el padre dedica más tiempo a
actividades recreativas como el juego.
Estos mismos estudios concluyen que el padre es tan capaz como la
madre de cuidar a sus hijos, sólo que se dedica menos a ello.
No a todos los hombres les resulta fácil ser cariñosos. Mostrar sus
sentimientos y hablar con sus hijos de sus sentimientos no siempre les
sale con naturalidad.
Sin embargo, hacer el esfuerzo dará sus frutos, el padre que es
cariñoso con sus hijos, que es sensible a sus necesidades y que
responde adecuadamente a sus emociones tiene más probabilidades
de tener hijos equilibrados que el padre distante.
Cuando el padre está activamente presente en la vida de los niños,
favorece un sentido de seguridad en la familia y es la fuente de
autoridad; distinta a la de la madre en la vida de los niños.
Su participación activa en la crianza de los niños, no sólo beneficia a
sus hijos, sino que da a la madre una sensación de apoyo y bienestar
emocional que influencia de manera muy positiva en la relación de la
pareja.
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