338159. . Segunda Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XXVIII, Pág. 1696. DOTACION DE EJIDOS. El artículo 133 de la Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas de 21 de marzo de 1929, autoriza la repetición del fallo que dota de ejidos a un pueblo, en dos casos: cuando la resolución judicial declare ilegal la sentencia que se pronuncie en un expediente agrario, por violación del procedimiento, y cuando se declare ilegal esa resolución, porque hubiere afectado propiedades inafectables, conforme a la ley del acto. En el primer caso, la sustanciación de un nuevo expediente sólo tiene por objeto subsanar las violaciones del procedimiento, es decir, sólo viene a ser el cumplimiento de la ejecutoria de amparo, y subsanadas esas violaciones, puede legalmente afectarse a la propiedad a que se refirió dicha ejecutoria; en el segundo caso, la nueva resolución agraria no podrá afectar la propiedad que el fallo de amparo declaró inafectable, el citado artículo 133 de la Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas, debe entenderse, en este segundo caso, en el sentido de que capacita a las autoridades agrarias para instruir un nuevo expediente de dotación de ejidos, pero afectando a otras propiedades que, conforme a la ley, puedan ser tocadas, pues la ejecutoria de amparo que declara que una propiedad no es afectable por razón de ejidos, no establece que el pueblo relativo, no tenga derecho a ser dotado de tierras, sino sólo que la dotación no podrá comprender a la finca materia del amparo. Para sostener lo contrario, no puede alegarse que la citada Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas, de 21 de marzo de 1929, modificó el concepto de pequeña propiedad, porque las disposiciones de esta ley no pueden aplicarse a actos y casos ya resueltos en los juicios de amparo, modificando, reformando o desconociendo la situación jurídica establecida o definida en las ejecutorias pronunciadas en dichos juicios, pues esto sería dar efectos retroactivos a la expresada ley, contra el texto expreso de la Constitución; por otra parte, las ejecutorias de la Corte no tiene carácter condicional, al contrario, son definitivas y dirimen, de una vez por todas, las cuestiones en que se pronuncia, sin que, a pretexto de cambio de leyes, pueda volverse sobre lo en ellas estatuido; de los contrario, las ejecutorias de la Corte carecerían de estabilidad, y no constituirían, como quiere nuestro derecho Público, la definición de los asuntos en que se han pronunciado; y además, habría que admitir que una ley reglamentaria puede dejar sin efecto una ejecutoria de amparo. Lo anteriormente dicho, no quiere decir que las autoridades agrarias estén incapacitadas para dotar de tierras al pueblo que tiene ingente necesidad de ellas, porque sólo puedan tomarse de la finca a que se refirió la ejecutoria de amparo, puesto que el gobierno puede expropiar las tierras, conforme al estatuto jurídico de la expropiación forzosa por causa de utilidad pública, en el cual ya no hay que atender al concepto de pequeña propiedad. Queja en amparo administrativo 14/30. Presidente de la República y Comisión Nacional Agraria. 28 de marzo de 1930. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Daniel V. Valencia. Relator: Arturo Cisneros Canto. -1-