Una Plantilla para la Acción 1 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Una Plantilla para la Acción Programa de Gestión Integrada de Sequías (IDMP, por sus siglas en inglés) Versión español - traducción no oficial 2 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Nota al lector: Esta publicación es parte de la ‘Serie de Documentos de Directrices y Herramientas para la Gestión Integrada de Sequías” siendo compilada por el Programa de Gestión Integrada de Sequías (IDMP, por sus siglas en inglés). Estas Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías se basan en la literatura disponible y extraen conclusiones de obras pertinentes siempre que sea posible. Estas directrices abordan las necesidades de los profesionales y de los formuladores de políticas. La publicación se considera un guía de recursos/material para profesionales y no un documento académico. Esta publicación es un “documento vivo” y se irá actualizando basándose en las experiencias de sus lectores. El IDMP anima a los administradores del agua y a los expertos relacionados que se dedican a la gestión de sequías en todo el mundo a participar en el enriquecimiento de esta publicación. Para ello, son bienvenidos los comentarios y otros aportes. La autoría y los aportes serán debidamente reconocidos. Envíe por favor sus aportes a la siguiente dirección de correo electrónico: [email protected] bajo el Tema: ‘Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías’. Citación: Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Asociación Mundial para el Agua (GWP) (2014) Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías: Una Plantilla para la Acción (D.A. Wilhite). Programa de Gestión Integrada de Sequías (IDMP, por sus siglas en inglés) Serie de Documentos de Herramientas y Directrices 1. OMM, Ginebra, Suiza y GWP, Estocolmo, Suecia. © 2014 Organización Meteorológica Mundial y Asociación Mundial para el Agua ISBN: 978-91-87823-03-9 Descargo de Responsabilidad: Las designaciones empleadas y la presentación del material en esta publicación no implican una expresión de opinión por parte de la Secretaría de la Organización Meteorológica Mundial respecto a la condición jurídica de algún país, territorio, ciudad o zona, o de sus autoridades, o respecto a la delimitación de sus fronteras o límites. Se autoriza el uso del texto para fines educativos o no comerciales sin necesidad de autorización previa de la Asociación Mundial para el Agua, siempre y cuando se cite la fuente correspondiente y que el material se utilice correctamente y no en un contexto engañoso. Las opiniones expresadas en esta publicación no implican la aprobación de GWP. Una Plantilla para la Acción 3 Contenido Prefacio5 Agradecimientos6 Introducción 7 Política de Sequías y la Preparación: Preparando el Terreno 8 Política de Sequía: Características y el Camino a Seguir 11 Política Nacional de Gestión de Sequías: Un Proceso 13 Paso 1: Paso 2: Paso 3: Paso 4: Paso 5: Paso 6: Paso 7: Paso 8: Paso 9: Paso 10: Nombrar una Comisión de Política Nacional de Gestión de Sequías Plantear o definir las metas y objetivos de una política nacional de gestión de sequías basada en riesgos Buscar la participación de los actores; definir y resolver los conflictos entre los sectores clave de uso del agua, considerando también las implicaciones transfronterizas Hacer un inventario de los datos y de los recursos financieros disponibles e identificar los grupos en riesgo Preparar/escribir los principios clave de la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación, que deberán incluir los siguientes elementos: monitoreo; alerta temprana y predicción; evaluación de riesgo e impacto; y mitigación y respuesta Identificar las necesidades de investigación y llenar las brechas institucionales Integrar los aspectos de ciencia y política de la gestión de sequías Difundir la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación, y construir consenso y conciencia pública Desarrollar programas educativos para grupos de actores en todas las edades Evaluar y actualizar la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación de apoyo 14 15 18 19 21 33 34 34 35 35 Resumen y Conclusión 37 Referencias 38 Anexo: Lista de verificación de impactos históricos, actuales y potenciales de las sequías 39 Versión español - traducción no oficial 4 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Una Plantilla para la Acción 5 Prefacio Durante la sesión inaugural de la Reunión de Alto Nivel sobre Políticas Nacionales de Sequía en marzo del 2013, el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, Michel Jarraud, declaró: En muchas partes del mundo, el abordaje de las sequías es generalmente reactivo y tiende a centrarse en la gestión de crisis. Se sabe que las respuestas, tanto a escala nacional como regional, a menudo son a destiempo, mal coordinadas y carentes de la integración requerida. Como resultado, los impactos económicos, sociales y ambientales de las sequías han aumentado significativamente en muchas regiones del mundo. Simplemente no podemos darnos el lujo de continuar en esta manera desarticulada, impulsados por las crisis y no por la prevención. Tenemos el conocimiento, tenemos la experiencia y podemos reducir los impactos de las sequías. Lo que necesitamos ahora es un marco de política y de acción sobre el terreno para todos los países que sufren de sequías. Sin políticas nacionales coordinadas para las sequías, las naciones seguirán respondiendo a las sequías de manera reactiva. Lo que necesitamos son sistemas de monitoreo y de alerta temprana que le brinden información oportuna a los tomadores de decisiones. También debemos tener procedimientos eficaces de evaluación de impacto, medidas proactivas de gestión de riesgo, planes de preparación para aumentar las capacidades de afrontamiento, y programas eficaces de respuesta a emergencias para reducir el impacto de las sequías. En el 2013, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, declaró: En el último cuarto de siglo, el mundo se ha vuelto más propenso a la sequía, y los pronósticos indican que las sequías se volverán más generalizadas, intensas y frecuentes a consecuencia del cambio climático. Las sequías prolongadas causan profundos impactos a largo plazo en los ecosistemas, acelerando la degradación de las tierras y la desertificación. Las consecuencias incluyen el empobrecimiento y el riesgo de conflictos locales por los recursos hídricos y las tierras productivas. Las sequías son difíciles de evitar, pero sus efectos pueden ser mitigados. Dado que rara vez respetan las fronteras nacionales, estas exigen una respuesta colectiva. El precio de la preparación es mínimo en comparación con el costo de la asistencia en casos de desastres. Por lo tanto, pasemos de manejar crisis a prepararnos para las sequías y a aumentar la resiliencia mediante la implementación de los resultados de la Reunión de Alto Nivel sobre Políticas Nacionales de Sequía celebrada en Ginebra en marzo.1 1. Declaración completa disponible en http://www.un.org/sg/statements/?nid=6911 Versión español - traducción no oficial 6 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Agradecimientos Estas Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías son una iniciativa del Programa de Gestión Integrada de Sequías, y fueron desarrolladas por Donald A. Wilhite, director fundador del Centro Nacional de Mitigación de Sequías, y actualmente profesor de Ciencia Climática Aplicada en la Facultad de Recursos Naturales de la Universidad de Nebraska-Lincoln. Los autores de los estudios de caso son los siguientes: Brasil: Nate Engle, Banco Mundial; México: Mario López Pérez, Comisión Nacional del Agua de México (CONAGUA); Marruecos: Mohamed Ait Kadi, Consejero General de Desarrollo Agrícola y del Comité Técnico de GWP; y Estados Unidos: Donald A. Wilhite, Universidad de Nebraska-Lincoln. Se recibieron aportes y comentarios de Pedro Basabe, Estrategia Internacional de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres (EIRD); Elena Fatulova, GWP Eslovaquia; Ania Grobicki, GWP; Janusz Kindler, GWP Polonia; Yuko Kurauchi, Programa de Desarrollo de Zonas Secas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); Annukka Lipponen, Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa; Robert Stefanski, OMM; Daniel Tsegai, Programa del Decenio en Desarrollo de Capacidades de ONU-Agua. La coordinación general fue proporcionada por Frederik Pischke, Programa de Gestión Integrada de Sequías OMM/ GWP. Una Plantilla para la Acción 7 Introducción La implementación de una política de sequía basada en la filosofía de reducción de riesgos puede alterar la manera en que un país enfoca la gestión de la sequía mediante la reducción de los impactos asociados (riesgo). Esta fue la idea que motivó a la Organización Meteorológica Mundial (OMM), a la Secretaría de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) y a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) - en colaboración con una serie de organismos de Naciones Unidas, organizaciones internacionales y regionales, y organismos nacionales clave - a organizar la Reunión de Alto Nivel sobre Política Nacional de Sequía (HMNDP) celebrada en Ginebra del 11 al 15 de marzo del 2013. El tema de la HMNDP fue ‘Reducir la Vulnerabilidad Social – Ayudando a la Sociedad (Comunidades y Sectores)’. Los impactos progresivos que la sequía causa en un número creciente de sectores es motivo de gran preocupación. A la sequía ya no se le asocia principalmente a una pérdida o reducción en producción agrícola. Hoy en día, a la sequía también se le asocia a impactos significativos en los sectores de energía, transporte, salud, recreación/turismo y otros. Igualmente importante es el impacto directo de la escasez de agua en la seguridad hídrica, energética y alimentaria. En vista del actual y pronosticado incremento en la incidencia de frecuencia, gravedad y duración de las sequías a consecuencia del cambio climático, ahora es cuando tenemos que proceder con un cambio de paradigma: de la gestión de crisis a la gestión de riesgos. Este enfoque se centra en mejorar la resiliencia o capacidad de afrontamiento de los países ante la sequía. Los resultados y recomendaciones que surgieron de la HMNDP están atrayendo una mayor atención por parte de los gobiernos, organizaciones internacionales y regionales y organizaciones no gubernamentales sobre este tema. Uno de los resultados concretos de la HMNDP fue el lanzamiento del Programa de Gestión Integrada de Sequías (IDMP, por sus siglas en inglés) de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y de la Asociación Mundial para el Agua (GWP). El IDMP está abordando estas cuestiones con una serie de socios con el objetivo de apoyar a los actores en todos los niveles, proporcionándoles orientación en políticas y gestión a través de una generación de información científica coordinada a nivel mundial y el intercambio de mejores prácticas y conocimientos para la gestión integrada de la sequía. El IDMP busca especialmente apoyar a las regiones y a los países en el desarrollo de políticas de sequía más proactivas y mejores mecanismos de predicción, y estas directrices son un aporte a este fin. Versión español - traducción no oficial 8 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Política de Sequías y la Preparación: Preparando el escenario La sequía es una amenaza natural compleja, y los impactos asociados a ella son el resultado de numerosos factores climáticos y de una amplia gama de factores en la sociedad que definen el nivel de resiliencia de la sociedad. El crecimiento y redistribución de la población y los cambiantes patrones de consumo y de producción son dos de los factores que definen la vulnerabilidad de una región, sector económico o grupo de población. Muchos otros factores, como la pobreza y la vulnerabilidad rural, una gobernabilidad débil o ineficaz, cambios en el uso de la tierra, , la degradación ambiental, la conciencia y reglamentos ambientales, y las políticas gubernamentales obsoletas o ineficaces son algunos de los factores que contribuyen a cambiar la vulnerabilidad. A pesar de que el desarrollo de políticas de sequías y de planes de preparación puede ser una tarea desafiante, el resultado de este proceso puede aumentar significativamente la resiliencia de la sociedad a estas crisis climáticas. Uno de los objetivos principales de las directrices presentadas en este documento es proporcionar una plantilla para hacer menos abrumador el desarrollo de políticas nacionales de sequía y de los planes de preparación asociados a nivel subnacional. En pocas palabras, una política nacional de sequía deberá establecer un conjunto claro de principios o lineamientos operativos para regir la gestión de la sequía y sus impactos. El principio primordial de una política de sequía deberá ser el énfasis en la gestión del riesgo a través de la aplicación de medidas de preparación y de mitigación2 (HMNDP, 2013). Esta política deberá estar dirigida a reducir el riesgo mediante el desarrollo de una mayor conciencia y comprensión de la amenaza de la sequía y las causas subyacentes de la vulnerabilidad de la sociedad, junto con el desarrollo de una mayor comprensión de cómo el ser proactivos y adoptar una amplia gama de medidas de preparación puede aumentar la resiliencia de la sociedad. La gestión de riesgos puede ser promovida mediante: 2. En el campo de los desastres naturales, las medidas de mitigación se definen comúnmente como acciones tomadas antes de la sequía para reducir los impactos cuando se produzca la sequía siguiente. En contraste, la mitigación en el contexto del cambio climático se centra en la reducción de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) para así mitigar o limitar futuros aumentos de temperatura █ █ █ █ █ █ Fomento del mejoramiento y de la aplicación de los pronósticos estacionales y a corto plazo. Desarrollo de sistemas integrados de monitoreo y de alerta temprana de sequía y los sistemas de suministro de información asociados. Desarrollo de planes de preparación en diversos niveles de gobierno. Adopción de programas y acciones de mitigación. Creación de una red de seguridad compuesta de programas de respuesta a emergencias que garanticen asistencia oportuna y dirigida. Provisión de una estructura organizacional que mejore la coordinación dentro y entre los niveles de gobierno y con los actores. La política deberá ser coherente y equitativa para todas las regiones, grupos de población y sectores económicos, y coherentes con los objetivos de desarrollo sostenible. A medida que la incidencia de la sequía, y la vulnerabilidad a la misma, se ha incrementado a nivel mundial, se ha prestado mayor atención a reducir los riesgos asociados a su aparición mediante una mejor planificación para mejorar las capacidades operacionales (por ejemplo, monitoreo del clima y del suministro de agua, desarrollo de capacidad institucional) y las medidas de mitigación dirigidas a reducir los impactos de la sequía. Mucho se ha demorado este cambio en el énfasis. Para mitigar los efectos de la sequía se requiere el uso de todos los componentes del ciclo de gestión de desastres (Figura 1), y no sólo la parte de gestión de crisis. Normalmente cuando se produce una sequía, los gobiernos y los donantes responden con actividades de evaluación de impacto, de respuesta, de recuperación y de reconstrucción para que la región o localidad regrese a un estado anterior al desastre. Históricamente, ha sido poca la atención prestada a la preparación, a la mitigación o a la predicción/acciones de alerta temprana (por ejemplo gestión de riesgos), y al desarrollo de políticas nacionales de gestión de sequía basadas en riesgos que evitan o reducen los impactos futuros y disminuyen la necesidad de intervenciones futuras por parte del gobierno y de los donantes. La gestión de crisis sólo aborda los síntomas de la sequía a medida que estos se manifiestan en los impactos que se producen como consecuencia directa o indirecta de la sequía. La gestión de riesgos, por el contrario, se centra en identificar Una Plantilla para la Acción dónde están las vulnerabilidades (sectores, regiones, comunidades o grupos de población determinados) y aborda estos riesgos a través de una implementación sistemática de medidas de mitigación y de adaptación que disminuyen el riesgo asociado a sequías futuras. Puesto que las sociedades han enfatizado la gestión de crisis en intentos anteriores de gestión de sequías, los países generalmente han ido de una sequía a otra con poca o ninguna reducción del riesgo. Además, en muchas regiones propensas a la sequía, es probable que se produzca otro evento de sequía antes de que la región se haya recuperado completamente del evento más reciente. Si en el futuro aumenta la frecuencia de las sequías, como se ha pronosticado en muchas regiones, habrá menos tiempo de recuperación entre evento y evento. Existen varias razones por las cuales los avances en la preparación ante la sequía y el desarrollo de políticas ha sido tan lento. Sin duda tiene mucho que ver con la aparición lenta de las características de la sequía y la falta de una definición universal. La sequía y el cambio climático comparten la distinción de ser fenómenos progresivos – el reto radica en lograr que las personas reconozcan los cambios que ocurren lenta o gradualmente a lo largo de un largo período de tiempo. 9 Estas características de la sequía le dificultan la labor a los científicos, administradores de recursos naturales y a los formuladores de políticas en lo que se refiere a alerta temprana, evaluación de impacto y respuesta. La falta de una definición universal a menudo lleva a la confusión y a la inacción por parte de los tomadores de decisiones, puesto que los científicos podrían estar en desacuerdo en cuanto a la existencia y la gravedad de las condiciones de sequía (el comienzo y las diferencias en tiempo de recuperación entre las sequías agrícolas, meteorológicas e hidrológicas). La gravedad también es difícil de caracterizar, ya que esta se evalúa mejor en base a múltiples indicadores e índices, que en base a una sola variable. Además, los impactos de la sequía son en gran medida no estructurales y generalizados en el espacio. Estas características hacen que sea difícil evaluar los efectos de la sequía y responder de manera oportuna y eficaz. Los impactos de la sequía no son tan visuales como los impactos de otros desastres naturales, lo que hace difícil que los medios de comunicación puedan transmitirle al público en general la importancia del evento y sus impactos. A menudo falta el sentimiento público para responder en comparación con otros desastres naturales que resultan en pérdida de vidas y bienes. Figura 1. Ciclo de gestión de desastres Gestión de Riesgo Planificación Monitoreo y predicción Mitigación Desastre PROTECCIÓN RECUPERACIÓN Reconstrucción Evaluación de impacto Recuperación Respuesta Gestión de Crisis (Fuente: Centro Nacional de Mitigación de Sequías, Universidad de Nebraska-Lincoln) Versión español - traducción no oficial 10 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías La falta de reconocimiento de que la sequía es una parte normal del clima, está asociada al enfoque de gestión de crisis. El cambio climático y los cambios pronosticados en cuanto a variabilidad del clima asociados al mismo, probablemente aumentarán la frecuencia y la gravedad de las sequías y de otros fenómenos climáticos extremos. En el caso de las sequías, la duración de las mismas también podría aumentar. Por lo tanto, es imperativo que todas las naciones propensas a la sequía adopten un enfoque de gestión de sequía que se centre en la reducción de riesgos. Este enfoque aumentará la resiliencia ante futuros episodios de sequía. Es importante tener en cuenta que cada aparición de sequía proporciona una ventana de oportunidad para avanzar hacia una política de gestión de riesgos más proactiva. Inmediatamente después de un episodio grave de sequía, los formuladores de políticas, los administradores de recursos y todos los sectores afectados se dan cuenta de los impactos que se han producido, y es en este momento cuando es más fácil reconocer los factores causales asociados a estos impactos (es decir, las raíces de la vulnerabilidad). También será más fácil identificar cualquier deficiencia en la respuesta de las organizaciones gubernamentales o donantes. No hay mejor momento que este para acercarse a los formuladores de políticas con el concepto de desarrollar una política nacional de sequía y planes de preparación orientados a aumentar la resiliencia de la sociedad. Para poder proporcionar orientación sobre la elaboración de políticas nacionales de sequía y técnicas de planificación, es importante definir los componentes clave de la política de sequía, sus objetivos y los pasos en el proceso de implementación. Un componente importante de la política nacional de sequía es mayor atención a la preparación ante sequías, con el fin de desarrollar la capacidad institucional para afrontar más eficazmente esta amenaza natural tan generalizada. Las lecciones aprendidas por unos pocos países que han estado experimentando con este enfoque serán útiles en la identificación de las vías para lograr sociedades más resilientes ante las sequías. Por esta razón se han incluido varios estudios de caso en este documento. Este es un documento viviente, que se irá actualizando con las experiencias de otros estudios de caso. Uno de los obstáculos para la preparación ante sequías ha sido la carencia de metodologías disponibles para guiar a los planificadores y a los formuladores de políticas en el proceso de planificación. Las características físicas de las sequías varían entre regímenes climáticos, y los impactos son definidos localmente por características económicas, sociales y ambientales singulares. Una metodología desarrollada por Wilhite (1991) y modificada para incorporar un mayor énfasis en la gestión de riesgos (Wilhite et al., 2000; 2005) ha proporcionado una serie de pasos genéricos que pueden ser adaptados a cualquier nivel de gobierno (es decir, de nacional a subnacional) o ámbito geográfico para el desarrollo de un plan de preparación ante sequías. El IDMP, una iniciativa de la OMM y GWP, reconoce la necesidad urgente de proporcionarle a las naciones directrices para desarrollar políticas nacionales de gestión de sequías. Para lograr este objetivo, la metodología de planificación de la preparación ante sequías antes mencionada ha sido modificada con el fin de definir un proceso genérico mediante el cual los gobiernos pueden desarrollar una política nacional de sequía, así como planes de preparación ante sequías a nivel nacional y subnacional que apoyen los principios de la política. A continuación se describe este proceso con el fin de ofrecer una plantilla que los gobiernos u organizaciones puedan adaptar a sus necesidades para reducir la vulnerabilidad de la sociedad a la sequía, creando así una mayor resiliencia ante futuras sequías en todos los sectores. Una política nacional de sequía puede ser una política independiente o un subconjunto de los planes existentes de reducción de riesgo de desastres naturales, de desarrollo sostenible, de adaptación al cambio climático o de planes integrados de recursos hídricos. Una Plantilla para la Acción 11 Política de Sequía: Características y el Camino a Seguir Como un punto de partida para la discusión de la política de sequía, es importante identificar los distintos tipos de políticas de sequía que están disponibles y que han sido utilizadas en la gestión de sequías. El primer enfoque, y el más comúnmente utilizado, tanto por los países desarrollados como por aquellos en vías de desarrollo, es el de las intervenciones gubernamentales (o no gubernamentales) posteriores al impacto. Estas intervenciones normalmente son medidas de ayuda en forma de programas de asistencia de emergencia cuyo fin es proporcionarle dinero u otros tipos específicos de asistencia (por ejemplo alimento para ganado, agua, alimentos) a las víctimas (o a los que experimentan los impactos más severos) de la sequía. Este enfoque reactivo, caracterizado por el ciclo hidro-ilógico (Figura 2), tiene serias carencias desde una perspectiva de reducción de vulnerabilidad, puesto que no se espera que los destinatarios cambien comportamientos o prácticas de gestión de recursos como condición para recibir la ayuda. Brasil, un país que normalmente ha utilizado un enfoque de gestión de crisis, actualmente está reevaluando este enfoque y considerando seriamente desarrollar una política nacional de sequía centrada en la reducción de riesgos. A pesar de que la asistencia por sequía proporcionada a través de las intervenciones de respuesta a emergencias puede satisfacer necesidades a corto plazo, a largo plazo estas podrían hasta disminuir la capacidad de afrontamiento de las personas y de las comunidades, fomentando una mayor dependencia de estas intervenciones en lugar de aumentar la autosuficiencia. Por ejemplo, los ganaderos que no mantienen una reserva adecuada de alimento para el ganado en la granja como estrategia de gestión de sequía serán los primeros en sentir los efectos del déficit prolongado de precipitación. Estos productores serán los primeros en recurrir al gobierno u a otras organizaciones para que les ayuden a mantener sus hatos hasta que pase la sequía y el suministro de forraje vuelva a los niveles adecuados. Asimismo, las comunidades urbanas que no han aumentado sus capacidades de suministro de agua en respuesta al crecimiento de la población, o mantenido o actualizado sus sistemas de abastecimiento, podrían tener que recurrir al gobierno para que este les asista durante los períodos de escasez de agua inducida por la sequía. La escasez que resulta es más producto de una mala planificación que del impacto directo de la sequía. Esta dependencia en la ayuda del gobierno es contraria Figura 2. El ciclo Hidro-ilógico EL CICLO HIDRO-ILÓGICO (Fuente: Centro Nacional de Mitigación de Sequías, Universidad de Nebraska-Lincoln) Versión español - traducción no oficial 12 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías a la filosofía de fomentar la prevención de riesgos a través de una inversión, por parte de los productores, los administradores del agua y de otros, en mejorar su capacidad para afrontar la sequía. La ayuda o los incentivos del gobierno que fomentan estas inversiones representaría un cambio de filosofía en la forma en que los gobiernos responden, y promovería un cambio en las expectativas de los ganaderos en cuanto a la función del gobierno en estos esfuerzos de respuesta. El enfoque más tradicional de provisión de ayuda también es deficiente en lo que se refiere a la elección del momento en que se brinda la ayuda. A menudo toma semanas o meses para que la asistencia llegue, a veces bastante después del momento cuando la ayuda hubiera sido más valiosa para hacerle frente a los impactos de la sequía. Además, aquellos ganaderos que sí emplearon con anticipación las técnicas apropiadas de reducción de riesgos probablemente no se les considere aptos para recibir asistencia, ya que los impactos que sufrieron fueron menores y por lo tanto no cumplen con los requisitos de elegibilidad. Este enfoque recompensa a los que no han adoptado las prácticas apropiadas de gestión de recursos. Si bien a veces es necesario proporcionar respuesta de emergencia a diversos sectores (es decir, intervenciones de evaluación posteriores al impacto), es de importancia fundamental que los dos enfoques de política de sequía descritos a continuación se conviertan en piedra angular del proceso de política a fin de poder avanzar hacia un enfoque más proactivo de gestión de riesgos. El segundo tipo de enfoque de la política de sequía es el desarrollo e implementación de políticas y planes de Análisis de Resiliencia Comunitaria en Kenia y Uganda El Centro de Desarrollo de Zonas Secas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del Análisis de Resiliencia Comunitaria (CoBRA) en Kenia y Uganda, ha demostrado la existencia de hogares ‘resilientes’ que han sido capaces de mantener sus vidas y medios de subsistencia sin ayuda humanitaria, aún en las zonas más afectadas. Las consultas con estos hogares demostraron que son resilientes ante cualquier desastre gracias a su base sólida de bienes y a las opciones diversificadas de gestión de riesgo. Una de las principales razones de este nivel mayor de resiliencia en las cuatro zonas áridas y semiáridas de evaluación en Kenia y Uganda fue la educación, no a nivel de primaria, sino a niveles más altos (secundaria o terciaria), lo cual les proporcionó los conocimientos necesarios para afrontar cualquier tipo de desastre. Un mayor nivel de educación les proporcionó más oportunidades de generación de ingresos, llevando a un mejor acceso a distintos bienes y servicios. preparación que incluyen estructuras organizativas y disposiciones operacionales desarrolladas antes de la sequía y mantenidas entre los episodios de sequía por el gobierno u otras entidades. Este enfoque intenta crear una mayor capacidad institucional centrada en mejor coordinación y colaboración dentro y entre los niveles de gobierno; actores en los sectores de impacto principal; y la gran cantidad de organizaciones privadas con intereses particulares en la gestión de la sequía (es decir, comunidades, distritos o administradores de recursos naturales o riego, servicios públicos, agronegocios, organizaciones de agricultores y otros). El tercer tipo de enfoque de la política hace hincapié en el desarrollo de programas gubernamentales o de medidas antes del impacto destinadas a reducir la vulnerabilidad y los impactos. Este enfoque podría considerarse un subconjunto del segundo enfoque mencionado anteriormente. En el campo de los desastres naturales, a estos tipos de programas o medidas se les conoce comúnmente como medidas de mitigación. Mitigación de Sequía Como se señaló anteriormente, la mitigación en el contexto de los riesgos naturales es diferente a la mitigación en el contexto del cambio climático, dónde el enfoque es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La mitigación en el contexto de los riesgos naturales se refiere a las medidas adoptadas antes de la sequía para reducir los impactos en el futuro. Son muchas las medidas de mitigación de la sequía, pero estas pueden resultar más confusas para el público en general que las medidas de mitigación para los terremotos, inundaciones y otros desastres naturales, donde los impactos son en gran medida estructurales. Los impactos asociados a la sequía generalmente no son estructurales y, por lo tanto, menos visibles, más difíciles de evaluar (por ejemplo reducciones en el rendimiento de los cultivos) y no requieren reconstrucción como parte del proceso de recuperación. Las medidas de mitigación de sequías podrían incluir el establecimiento de sistemas integrales de alerta temprana y de abastecimiento, mejores pronósticos estacionales, mayor énfasis en la conservación del agua (reducción de la demanda), suministros de agua mayores o aumentados a través de una mayor utilización de los recursos de agua subterránea, reutilización y reciclaje de agua, construcción de embalses, interconexión de suministros de agua entre comunidades vecinas, planificación de preparación ante sequías para desarrollar mayor capacidad institucional, y sensibilización y educación. En algunos casos, dichas medidas de aumento de recursos hídricos se desarrollan mejor cuando se hace de manera conjunta con un estado (o país) vecino, o por lo menos, estas medidas deberán coordinarse si existe la posibilidad de que pudieran afectar al otro Estado ribereño (o el uso aguas abajo en general). Los programas de seguros, actualmente disponibles en muchos países, también entrarían en esta categoría de tipos de política. Una Plantilla para la Acción 13 Política Nacional de Gestión de Sequías: Un Proceso Los desafíos que enfrentan las naciones en el desarrollo de una política nacional de gestión de sequía basada en riesgos son complejos. El proceso requiere de voluntad política al nivel más alto posible, y un enfoque coordinado dentro y entre los niveles de gobierno y con la diversidad de actores a quienes se debe involucrar en el proceso de desarrollo de políticas. Una política nacional de sequía podría ser una política independiente. Alternativamente, podría contribuir a o ser parte de una política nacional para la reducción del riesgo de desastres con enfoques holísticos y multi-riesgos que se centran en los principios de la gestión de riesgos (UNISDR, 2009).3 La política deberá proporcionar un marco para cambiar el paradigma de uno tradicionalmente centrado en una gestión de crisis reactiva a uno centrado en un enfoque proactivo basado en riesgos, orientado a aumentar la capacidad de afrontamiento del país y crear así una mayor resiliencia ante futuros episodios de sequía. Si bien la formulación de una política nacional de sequía proporciona el marco para un cambio de paradigma, esta es sólo el primer paso para reducir la vulnerabilidad. El desarrollo de una política nacional de sequía deberá estar intrínsecamente ligado a la elaboración e implementación de planes de preparación y de mitigación a nivel subnacional. Estos planes serán los instrumentos a través de los cuales se ejecutará la política nacional de sequía. 3. Con este fin, el Marco de Acción de Hyogo 2005-2015: Aumento de la Resiliencia de las Naciones y las Comunidades ante los Desastres, adoptado por los Estados miembros en el 2005, da orientaciones estratégicas para cubrir todas las fases de la reducción del riesgo de desastres, desde el desarrollo de políticas y legislación hasta los marcos institucionales, la identificación de riesgo de peligros múltiples, sistemas de alerta temprana centrados en las personas, conocimiento e innovación para construir una cultura de resiliencia, la reducción de los factores de riesgo subyacentes y fortalecimiento de la preparación ante desastres. Ya se están realizando las consultas sobre la implementación del Marco de Acción de Hyogo y de su sucesor. Este proceso pretende culminar en la III Conferencia Mundial sobre Reducción de Riesgo de Desastres acordada por la Asamblea General de la ONU para el 14 – 18 de marzo del 2015 en Sendai, Japón. . Los 10 pasos a continuación proporcionan un esquema del proceso de planificación de la política y de la preparación. El proceso está diseñado paraser una plantilla genérica o una hoja de ruta; en otras palabras, aplicar esta metodología requiere adaptarla a la capacidad institucional, infraestructura política y capacidad técnica real en el país en cuestión. Fue modificada desde un proceso o metodología de planificación para sequía de 10 pasos desarrollada en los Estados Unidos para ser implementada a nivel estatal. En la actualidad, 47 de los 50 estados de Estados Unidos han desarrollado planes de sequía, y la mayoría de estos estados han seguido estas directrices en la elaboración o actualización de sus planes de sequía.4 Esta metodología de planificación para sequía también ha sido utilizada en otros países en el desarrollo de estrategias nacionales de sequía. Por ejemplo, Marruecos la implementó a partir del 2000 como parte de un proceso para desarrollar una estrategia nacional de sequía (ver el estudio de caso en la página 20). Su estrategia ha seguido evolucionando a lo largo de esta última década. El proceso, desarrollado originalmente a principios de la década de 1990, ha sido actualizado varias veces. Con cada actualización, se ha puesto mayor énfasis en la planificación de mitigación. Ahora, ha sido modificado una vez más para reflejar un énfasis en el desarrollo de una política nacional de gestión de sequías, incluyendo el desarrollo de planes de preparación ante sequías a nivel subnacional que apoyen los objetivos de una política nacional. 4. Recursos de planificación para la sequía por estado. Disponible en http://drought. unl.edu/Planning/PlanningInfobyState.aspx Versión español - traducción no oficial 14 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Los 10 pasos en el proceso de la política de sequía y la preparación son: Paso 1: Paso 1: Nombrar una Comisión de Política Nacional de Gestión de Sequías. El proceso para la creación de una política nacional de gestión de sequía deberá comenzar con el establecimiento de una Comisión Nacional para supervisar y facilitar el desarrollo de la política. Dada la complejidad de la sequía como peligro y la naturaleza transversal de gestionar todos los aspectos del monitoreo, la alerta temprana, la evaluación del impacto, la respuesta, la mitigación y la planificación, es fundamental coordinar e integrar las actividades de las muchas agencias/ministerios del gobierno en todos los niveles; el sector privado, incluyendo grupos de actores clave; y la sociedad civil. Para garantizar un proceso coordinado, el Presidente/Primer Ministro u otro líder político clave deberá tomar la iniciativa en el establecimiento de una Comisión Nacional de Política de Sequía. De lo contrario, podría no obtenerse el apoyo y participación total de todos los actores pertinentes. Paso 2: Plantear o definir las metas y objetivos de una política nacional de gestión de sequías basada en riesgos. Paso 3: Buscar la participación de los actores; definir y resolver los conflictos entre los sectores clave de uso del agua, considerando también las implicaciones transfronterizas. Paso 4: Hacer un inventario de los datos y de los recursos financieros disponibles e identificar los grupos en riesgo. Paso 5: Preparar/escribir los principios clave de la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación, que deberán incluir los siguientes elementos: monitoreo, alerta temprana y predicción; evaluación de riesgo e impacto; y mitigación y respuesta. Paso 6: Identificar las necesidades de investigación y llenar las brechas institucionales. Paso 7: Integrar los aspectos de ciencia y política de la gestión de sequías. Paso 8: Difundir la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación, y construir consenso y conciencia pública. Paso 9: Desarrollar programas educativos para todos los grupos de actores en todas las edades. Paso 10: Evaluar y actualizar la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación de apoyo. Nombrar una Comisión de Política Nacional de Gestión de Sequías La Comisión tiene un propósito doble. En primer lugar, la Comisión supervisará y coordinará el proceso de desarrollo de la política. Esto incluirá reunir todos los recursos necesarios del gobierno nacional, integrando estos recursos de los distintos ministerios y niveles de gobierno con el fin de desarrollar la política y los planes de preparación de apoyo. Al juntar los recursos del gobierno, esta fase inicial requerirá únicamente una mínima cantidad de nuevos recursos aunados a una reorientación de los recursos existentes (por ejemplo financieros, datos, humanos) para apoyar el proceso. En segundo lugar, una vez que se haya desarrollado la política, la Comisión será la autoridad encargada de la implementación de la política en todos los niveles de gobierno. Los principios de esta política serán la base para desarrollar e implementar los planes de preparación o los basados en la mitigación a nivel subnacional. Además, a la Comisión se le encomendará la activación de los distintos elementos de la política durante las épocas de sequía. La Comisión coordinará las acciones e implementará los programas de respuesta y de mitigación, o delegará esta acción a los gobiernos a nivel subnacional. También iniciará recomendaciones de política para el líder político y/o el cuerpo legislativo correspondiente, e implementará recomendaciones específicas que caigan dentro de la autoridad de la Comisión y de los ministerios representados. La Comisión deberá reflejar el carácter multidisciplinar de la sequía y sus impactos, y deberá incluir a todos los ministerios pertinentes del gobierno nacional. Una Plantilla para la Acción También será conveniente considerar la inclusión de expertos clave en sequía de las universidades, para que sirvan ya sea en calidad de asesores de la Comisión, o como miembros oficiales del organismo. También se deberá incluir un representante del Despacho del Presidente, con el fin de facilitar la comunicación, así como la sensibilización acerca de los impactos de la sequía, el estado de la situación y las acciones. También sería conveniente considerar la inclusión de representantes de sectores clave, asociaciones profesionales y grupos de interés público y del medio ambiente. De no incluirse miembros de estos grupos, una alternativa podría ser la creación de un Comité Consultivo Ciudadano compuesto por estos representantes para que estos grupos tengan voz en el proceso de desarrollo de la política y en la identificación e implementación de las acciones de mitigación y de respuesta correspondientes. Dicho esto, los representantes de estos grupos también estarán involucrados en el proceso de desarrollo de los planes de preparación ante sequías a nivel estatal/ provincial, así que su inclusión en la Comisión o como un comité consultivo ciudadano independiente podría ser redundante. También es importante que la Comisión incluya un especialista en información pública en calidad de experto en estrategias de comunicación. Esta persona podrá formular mensajes eficaces de comunicación a todos los medios. Es imprescindible que la Comisión se comunique con los medios de comunicación a través una sola voz para que el mensaje a la opinión pública sea claro y conciso. Dada la complejidad científica, regional y sectorial de la sequía, la gravedad de la sequía y los impactos relacionados, y la diversidad de los programas/ acciones de respuesta y mitigación que podrían estar involucradas, el público se podría confundir fácilmente si la información proviene de múltiples fuentes de información. Dada la amplia gama de grupos de actores que estarán participando en la elaboración, implementación y activación de la política, se deberá contar con un profesional en participación ciudadana. Esta persona será un observador o un miembro ex-oficio de la Comisión y asistirá regularmente a las reuniones de la Comisión. Esta persona también ayudará en la organización de muchos aspectos del proceso de desarrollo de la política para solicitar aportes de la multitud de grupos de actores que estarán participando. Esta persona también podrá asegurar que todos los grupos, tanto los grupos 15 de actores o de interés bien financiados como los desfavorecidos, sean incluidos en el proceso. La composición de los miembros de las comisiones nacionales de sequía que han participado en el proceso de desarrollo de la política en países específicos podría proporcionar conocimientos útiles. Por ejemplo, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció un programa nacional de sequía el 10 de enero del 2013. Las metas de este programa son la alerta temprana y la acción temprana para identificar las acciones preventivas que lleven a decisiones oportunas para evitar y/o mitigar los efectos de las sequías. Paso 2: Plantear o definir las metas y objetivos de una política nacional de gestión de sequías basada en riesgos La sequía es una parte normal del clima, pero hay mucha evidencia y una creciente preocupación que la frecuencia, gravedad y duración de las sequías está aumentando en muchas partes del mundo – o aumentarán en el futuro – como resultado de cambios climáticos antropogénicos. La HMNDP, celebrada en marzo del 2013, fue organizada en gran medida en respuesta a esta preocupación, así como por la ineficacia del enfoque o respuesta tradicional de gestión de crisis ante la aparición de una sequía. Esta proporcionó un foro y lanzó el Programa de gestión integrada de sequías (IDMP, por sus siglas en inglés). Según se identificó a través de la HMNDP, los elementos esenciales de una política nacional de gestión de sequía son: █ █ █ █ █ Desarrollo proactivo de medidas de mitigación y de planificación, enfoques de gestión de riesgo, y divulgación pública y tutela de recursos. Aumentar la colaboración entre las redes nacionales, regionales y globales de observación, y desarrollar sistemas de suministro de información que mejoren la comprensión pública de y la preparación ante la sequía. Creación de estrategias financieras y de seguros gubernamentales y privados que sean integrales. Reconocer la necesidad de tener una red de seguridad de asistencia en emergencias basada en una sólida tutela de los recursos naturales y autoayuda en diversos niveles de gobernabilidad. Coordinación eficaz, eficiente y orientada al cliente de programas de sequía y de esfuerzos de respuesta. Versión español - traducción no oficial 16 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Tras la formación de la Comisión, su primera acción oficial deberá ser establecer objetivos concretos y alcanzables para la política nacional de sequía, un cronograma para la implementación de los diversos aspectos de la política, así como un cronograma para la consecución de los objetivos. Se deberán considerar varios principios rectores en el momento en que la Comisión formule una estrategia para pasar de una gestión de crisis a un enfoque de reducción de riesgo de sequía. En primer lugar, si se emplean medidas de asistencia, estas no deberán disuadir a los productores agrícolas, a los municipios y a otros sectores o grupos de adoptar prácticas adecuadas y eficaces de gestión que ayuden a paliar los efectos de la sequía (es decir, las medidas de asistencia deberán reforzar el objetivo de aumentar la resiliencia o la capacidad de afrontamiento ante eventos de sequía). Esas medidas de asistencia empleadas deberán ayudar a desarrollar la autosuficiencia frente a futuros episodios de sequía. En segundo lugar, la asistencia deberá prestarse de manera equitativa (es decir, a los más afectados), coherente y predecible a todos, independientemente de las circunstancias económicas, sector o región geográfica. Es importante enfatizar que la asistencia prestada no sea contraproducente o un desincentivo a la autosuficiencia. En tercer lugar, la protección de la base de los recursos naturales y agrícolas es primordial, así que cualquier medida de ayuda o de mitigación adoptada no deberá ir en contra de las metas y los objetivos de la política nacional de sequía ni de los objetivos a largo plazo de desarrollo sostenible. Al comenzar la Comisión su trabajo, es importante hacer un inventario de todos los programas de respuesta a emergencias y de mitigación disponibles a través de los distintos ministerios a nivel nacional. También es importante evaluar la eficacia de estos programas y los desembolsos de fondos anteriores hechos a través de estos programas. Se deberá implementar un ejercicio similar a nivel Estatal o provincial junto con el desarrollo de planes de preparación y de mitigación de sequía. Una Plantilla para la Acción 17 El Programa Nacional Contra la Sequía de México Las sequías recurrentes en la mayor parte del país durante el 2010–2013 llevaron al Presidente de México a anunciar en enero del 2013 el Programa Nacional Contra la Sequía (PRONACOSE), el cual sería coordinado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). El Programa de Gestión Integrada de la Sequía (IDMP, por sus siglas en inglés) de la OMM/GWP le brinda apoyo técnico al gobierno mexicano. El objetivo de PRONACOSE es el desarrollo de herramientas con un nuevo enfoque proactivo y preventivo para la gestión integrada de sequías a nivel de consejo de cuenca. Los objetivos pueden resumirse de la siguiente manera: █ █ █ █ █ █ Iniciar un programa dirigido de capacitación sobre los conceptos básicos de la sequía y las mejores prácticas para desarrollar la capacidad local, a fin de asegurar la sostenibilidad de la gestión integrada de la sequía en México. Crear conciencia a nivel de cuenca y desarrollar una serie de medidas de prevención y de mitigación de sequías. Establecer un comité interinstitucional para coordinar y dirigir los programas existentes de sequía, guiar y evaluar PRONACOSE, y financiar las acciones propuestas por los actores a nivel de cuenca. Involucrar a expertos e investigadores en la respuesta a las necesidades identificadas en la gestión de sequía. Desarrollar un programa de comunicación y divulgación que enfatice la vulnerabilidad, la participación, la prevención y la evolución de la sequía. Además de los cinco puntos anteriores, un elemento importante a tener en cuenta en el marco de PRONACOSE es un mecanismo de evaluación para evaluar la eficacia de cada actividad/estrategia implementada, y asegurar la sostenibilidad mediante la inclusión de las lecciones aprendidas y una retroalimentación continua en las diferentes fases de implementación. Las actividades de PRONACOSE están estructuradas bajo tres líneas principales de actividades: Formulación e implementación de medidas para prevenir y mitigar los impactos de la sequía, incluyendo monitoreo y alerta temprana. █ █ Establecimiento de un marco jurídico para garantizar suministros continuos de agua potable durante las sequías. Coordinación de la respuesta institucional hacia las medidas de mitigación de sequía. En el marco de PRONACOSE, CONAGUA monitorea las sequías sobre una base mensual a nivel, estatal, municipal y de cuenca según el estándar acordado con el Programa Norteamericano de Monitoreo de Sequías en el 2013. Se hacen mediciones semanales del Índice de Precipitación Estandarizado (SPI) y del Índice de Densidad de Sedimentos en los grandes embalses y estaciones hidrométricas, y son publicadas en el sitio web de CONAGUA. PRONACOSE funcionará durante seis años. Como punto de partida, CONAGUA ha desarrollado 26 programas de medidas preventivas y de mitigación de sequía (PMPMS) para cada consejo de cuenca, basándose en la experiencia de otros países, especialmente la del Centro Nacional de Mitigación de la Sequía de EEUU. Estos programas abordan las características de la sequía y la vulnerabilidad de cada cuenca. Se desarrolló una guía y, tanto el personal CONAGUA como los investigadores de 12 instituciones nacionales, fueron entrenados para estandarizar las actividades y los contenidos de los PMPMS. Los programas serán implementados durante el segundo y tercer año de PRONACOSE, evaluados en el cuarto y el quinto, y mejorados e implementados nuevamente a partir del sexto año. El objetivo es asegurar la apropiación de los programas por parte de los consejos de cuenca y una implementación gradual continuada más allá del sexto año. El 5 de abril del 2013 se creó la Comisión Interministerial para la Investigación de Sequías e Inundaciones para evaluar los 26 PMPMS en cada consejo de cuenca, así como para formular y guiar a las instituciones federales en la financiación de las acciones propuestas por los consejos. Se ha creado un comité de expertos para desarrollar y proponer estrategias y líneas de investigación, así como para evaluar, orientar y apoyar a PRONACOSE. Versión español - traducción no oficial 18 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Se ha comprobado que, desde el comienzo del programa, la amplia campaña de divulgación centrada en comunicación y educación ha sido fundamental. A pesar de que la sequía es un fenómeno recurrente en México, existe una falta de documentación en cuanto a sus impulsores, así como de sus impactos económicos y sociales. La organización y difusión de información histórica es parte de la estrategia, y tiene el fin de concientizar a los usuarios del agua y a la sociedad en general. También ha sido crucial la capacitación de todos los actores y funcionarios de los consejos de cuenca en la evolución y mitigación de la sequía. La participación de expertos nacionales e internacionales para apoyar el desarrollo de capacidad local es una premisa básica de PRONACOSE. Para orientar en la elaboración de las políticas nacionales de sequía y de las técnicas de planificación, es importante definir los componentes clave de la política de sequía, sus objetivos y los pasos en el proceso de implementación. Los miembros de la Comisión, los expertos que están apoyando y los actores deberán considerar muchas cuestiones al definir los objetivos de la política: █ █ █ █ █ █ █ █ █ █ █ ¿Cuál es el propósito y el papel del gobierno en los esfuerzos de respuesta y de mitigación de la sequía? ¿Cuál es el alcance de la política? ¿Cuáles son las regiones y sectores económicos y sociales más vulnerables del país? Históricamente, ¿cuáles han sido los impactos más notables de la sequía? Históricamente, ¿cuál ha sido la respuesta del gobierno a la sequía y cuál ha sido su nivel de eficacia? ¿Cuál es el papel de la política en el abordaje y resolución de los conflictos entre los usuarios del agua y otros grupos vulnerables durante los períodos de escasez? ¿Qué tendencias actuales (por ejemplo, clima, incidencia de sequía, uso de tierras y agua, crecimiento de la población) podrían aumentar la vulnerabilidad y los conflictos en el futuro? ¿Qué recursos (humanos y financieros) puede asignar el gobierno al proceso de planificación? ¿Qué otros recursos humanos y financieros tiene disponibles el gobierno (por ejemplo fondos para adaptación al cambio climático)? ¿Cuáles son las implicaciones legales y sociales del plan en distintos niveles jurisdiccionales, incluyendo aquellos más allá de las fronteras del Estado? ¿Cuáles son las principales preocupaciones ambientales que son exacerbadas por la sequía? Una declaración genérica del propósito de la política de sequía y los planes de preparación es reducir los impactos de la sequía mediante la identificación de las principales actividades, grupos o regiones más expuestas a riesgo, y el desarrollo de acciones de mitigación y programas que reduzcan esas vulnerabilidades. La política deberá orientarse a proporcionarle al gobierno un medio eficaz y sistemático para evaluar las condiciones de sequía, desarrollando acciones y programas de mitigación para reducir el riesgo antes de la sequía, y desarrollando opciones de respuesta que minimicen el estrés económico, las pérdidas ambientales y las penurias sociales durante la sequía. Paso 3: Buscar la participación de los actores; definir y resolver los conflictos entre los sectores clave de uso del agua, considerando también las implicaciones transfronterizas Como se señaló en el Paso 1, un especialista en participación ciudadana será de gran aporte para el proceso de desarrollo de la política debido a las complejidades de la sequía y la manera en que se intersecta con los sectores sociales, económicos y ambientales de la sociedad, y la dependencia de estos sectores en el acceso a un suministro adecuado de agua en apoyo a los diversos medios de subsistencia. La competencia por los escasos recursos hídricos aumenta a medida que se intensifican las condiciones de sequía, y a menudo surgen conflictos. Estos conflictos no pueden abordarse durante una crisis y por lo tanto es imperativo que los posibles conflictos sean abordados durante los períodos cuando no hay sequía cuando la tensión entre estos grupos es mínima. Como parte del proceso de desarrollo de la política, es esencial identificar a todos los grupos de ciudadanos (es decir, los actores), incluyendo al sector privado, que tienen un interés particular en el proceso, así como identificar cuáles son esos intereses. Estos grupos deberán ser involucrados temprano y de manera continua, para que haya una representación justa que asegure un proceso de desarrollo de políticas eficaz a nivel nacional y subnacional. En el caso de los ríos transfronterizos, se deben tomar en cuenta las obligaciones internacionales en el marco de los acuerdos de los cuales el Estado ha sido parte. El abordar las preocupaciones temprano en el proceso le brinda a los participantes la oportunidad de desarrollar una comprensión de los diversos puntos de vista, las Una Plantilla para la Acción necesidades y preocupaciones de cada quien, llegando así a soluciones colaborativas. A pesar de que el nivel de participación de estos grupos variará notablemente de país a país, e incluso dentro de los mismos países, en muchos contextos el poder que ejercen los grupos de interés público en la formulación de políticas es considerable. De hecho, estos grupos podrían hasta impedir los avances en el proceso de desarrollo de la política si no se les incluye en dicho proceso. La Comisión también deberá proteger los intereses de los actores que podrían carecer de los recursos financieros para abogar por sí mismos. Una manera de facilitar la participación ciudadana es establecer un Consejo Consultivo Ciudadano (como se indicó en el Paso 1) como un elemento permanente de la estructura organizativa de la Comisión, con el fin de mantener el flujo de información y abordar/resolver los conflictos entre los actores. El enfoque de un proceso de desarrollo de política nacional de sequía deberá ser multinivel y multidimensional, tal y como se indicó en el ejemplo de México (arriba). En el caso de México, se están desarrollando 26 planes distritales de cuenca en sintonía con la iniciativa del programa nacional de sequía. Por lo tanto, los objetivos de los planes de cuenca deberán imitar o reflejar los objetivos de la política nacional. Los gobiernos estatales o provinciales deberán considerar si deben establecerse consejos consultivos regionales o distritales, y cuál podría ser su composición. Estos consejos podrían reunir a los grupos de actores para discutir sus cuestiones y problemas de uso de agua y buscar soluciones colaborativas antes de la siguiente sequía. Paso4: Hacer un inventario de los datos y de los recursos financieros disponibles e identificar los grupos en riesgo Es posible que la Comisión necesite iniciar un inventario de los recursos naturales, biológicos, humanos y financieros, incluyendo la identificación de los obstáculos que podrían impedir el desarrollo de la política. En muchos casos, ya existe bastante información acerca de los recursos naturales y biológicos a través de distintos organismos/ministerios provinciales y nacionales. 19 Es importante determinar la vulnerabilidad de estos recursos ante los períodos de escasez de agua que resultan de la sequía. El recurso natural de importancia más obvio es el agua (es decir, ubicación, accesibilidad, cantidad, calidad), pero también es importante una comprensión clara de otros recursos naturales, tales como el clima y los suelos. Los recursos biológicos/ ecológicos se refieren a la cantidad y calidad de pastizales/praderas, bosques, vida silvestre, humedales y así sucesivamente. Los recursos humanos incluyen la mano de obra necesaria para desarrollar los recursos hídricos, instalar tuberías, acarrear agua y alimento para ganado, procesar y dar respuesta a las quejas de los ciudadanos, brindar asistencia técnica, brindar orientación, y remitir a los ciudadanos a los servicios disponibles. También será imprescindible identificar las limitantes para el proceso de desarrollo de la política y para la activación de los distintos elementos de la política y de los planes de preparación a medida se desarrollen las condiciones de sequía. Estas limitantes podrían ser físicas, financieras, legales o políticas. Los costos asociados al desarrollo de la política deberán ser sopesados contra las pérdidas que se podrían generar si no se estableciera ningún plan (es decir, el costo de la inacción). Como se indicó anteriormente, el objetivo de una política nacional de sequía es reducir el riesgo asociado a la sequía y sus impactos económicos, sociales y ambientales. Las restricciones legales podrían incluir derechos de agua, las leyes existentes de fideicomiso público, requisitos para los proveedores públicos de agua, acuerdos transfronterizos (por ejemplo especificando que se tiene que garantizar un cierto volumen o parte del caudal del río al otro lado de la frontera) y cuestiones de responsabilidad. La transición de gestión de crisis a gestión de riesgos es difícil porque, históricamente, es poco lo que se ha hecho para entender y abordar los riesgos asociados a la sequía. Para solucionar este problema se deberán identificar las zonas de alto riesgo, así como las acciones que podrán tomarse antes de que ocurra una sequía para reducir esos riesgos. Versión español - traducción no oficial 20 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Gestión de Sequía de los Estados Unidos, Política y Preparación La sequía es una parte normal del clima en prácticamente todas las zonas de los Estados Unidos; es una característica recurrente e inevitable del clima que se traduce en graves impactos económicos, ambientales y sociales. En 1995, la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) estimó que las pérdidas anuales promedio atribuibles a la sequía en los Estados Unidos rondaban los US$ 6-8 billones, más que cualquier otro desastre natural. La reciente sequía en el 2012 produjo impactos estimados entre US$35 y US$70 billones. Sin embargo, Estados Unidos ha estado históricamente mal preparado para la recurrencia de sequías graves, y responde, como la mayoría de los países, con un enfoque reactivo de gestión de crisis, centrándose en responder a los síntomas (impactos) de la sequía a través de una amplia variedad de programas de respuesta o ayuda de emergencia. Estos programas pueden describirse mejor como demasiado poco y demasiado tarde. Más importante aún, la ayuda para la sequía hace poco o nada para reducir la vulnerabilidad de la zona afectada a futuras sequías. Hoy en día, el país tiene una mejor comprensión del caminonecesario para mejorar la gestión de la sequía, la cual requerirá un nuevo paradigma que promueva la preparación y la mitigación mediante la aplicación de los principios de gestión de riesgos. Desde los inicios de la década de 1980, más y más estados han desarrollado planes de sequía. Hasta la fecha, 47 de los 50 estados han desarrollado estos planes y, de éstos, 11 son más proactivos, destacando la importancia de la mitigación en el proceso de la preparación. La mayoría de los estados han dependido del proceso de planificación de 10 pasos para la sequía como una guía en el proceso de preparación del plan, ya sea aplicando directamente el proceso o replicando los planes de otros estados que ya han seguido este proceso de 10 pasos. Los avances más significativos en la preparación ante sequía a nivel estatal se han producido a partir de mediados de la década de 1990 y, especialmente, desde el año 2000. En estos últimos años ha habido un mayor énfasis en la mitigación. Estos avances se pueden atribuir en gran medida a varios factores clave. En primer lugar, desde 1996, una serie de sequías importantes ha afectado a casi todas las zonas del país, en muchos casos por cinco a siete años consecutivos. Estos eventos han generado conciencia acerca de la sequía dentro de la comunidad política y científica, así como en el público en general. El Mapa de Monitoreo de Sequía de los Estados Unidos, una producción semanal producida desde 1999 a través de una alianza entre el Centro Nacional de Mitigación de Sequías de la Universidad de Nebraska, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, y el Departamento de Agricultura, ha ayudado a generar conciencia en todo el país sobre las condiciones de sequía y los imepactos. Tanto el gobierno federal como el estatal lo consideran un excelente enfoque integrado para caracterizar la gravedad de la sequía y sus dimensiones espaciales en todo el país. El Mapa de Monitoreo de Sequía no solo es utilizado eficazmente a nivel federal, sino también por los estados para la evaluación de la sequía y como un activador de los programas de respuesta y mitigación de la sequía. En segundo lugar, los impactos de la sequía y el creciente número de sectores afectados, así como los conflictos entre los sectores, ha elevado la importancia de la preparación ante sequía en la comunidad política en todos los niveles. En tercer lugar, la creación del Centro Nacional de Mitigación de Sequía (NDMC) en la Universidad de Nebraska en 1995 ha centrado más atención en cuestiones de monitoreo, evaluación de impacto, mitigación y preparación ante sequía. Muchos estados se han beneficiado de la existencia de esta experiencia para guiar el proceso de planificación para sequía. Esto es especialmente notable por la tendencia en el número de estados que están formulando o actualizando planes con un énfasis considerable en la mitigación. Ya que los estados han ido pasando de una planificación de respuesta a una de mitigación, hay una creciente necesidad de información que sea mejor y más oportuna sobre la situación de sequía y la alerta temprana, incluyendo mejores pronósticos estacionales y el suministro de esa información a los tomadores de decisiones y a otros usuarios de esa información. También es importante que estos usuarios o actores estén involucrados en el desarrollo de productos o herramientas que sirven para apoyar las decisiones, para asegurar que sus inquietudes y necesidades están siendo atendidas. Aunque Estados Unidos no ha desarrollado una política nacional de sequía, ha habido una considerable presión de parte de los estados para que el gobierno federal avance hacia una política nacional de sequía basada en riesgos. Esta presión ha sido muy eficaz y ha llevado a la introducción de legislación en el Congreso de Estados Unidos dirigida a mejorar la preparación y la alerta temprana. El proyecto de la Ley Nacional de Política de Sequía de 1998 creó una Comisión Nacional de Política de Sequía (NDPC) que estaría a cargo de hacer recomendaciones al Congreso sobre futuros Una Plantilla para la Acción 21 enfoques para la gestión de la sequía. El informe final de la Comisión fue presentado al Congreso en el año 2000, e incluyó la recomendación que Estados Unidos siguiera adelante con el desarrollo de una política nacional de sequía basada en los principios de gestión de riesgos (NDPC, 2000). La Ley Nacional de Preparación ante Sequías, que en gran medida incorporaba las recomendaciones más importantes de la NDPC, fue introducida al Congreso en el 2001 y luego reintroducida en el 2003 y en el 2005. Aunque este proyecto de ley no pasó a convertirse en ley, sí generó otro proyecto de ley, la Ley Nacional del Sistema Integrado de Información sobre Sequías (NIDIS), aprobada por el Congreso en el 2006 y firmada por el Presidente ese mismo año. Este sistema (NIDIS) ha sido implementado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) con socios de otras agencias federales, de organizaciones regionales y estatales y de universidades. NIDIS fue ratificada recientemente por un período más de cinco años por el Congreso estadounidense. En gran medida en respuesta a la grave sequía del 2012 en los Estados Unidos, que en su apogeo afectó al 65% de los estados contiguos, la administración de Obama autorizó la creación de una Alianza Nacional de Resiliencia a la Sequía mediante Orden Ejecutiva en noviembre del 2013. Esta asociación incluye a siete agencias federales con el objetivo de ayudar a las comunidades a prepararse mejor y a reducir el impacto de eventos de sequía en las comunidades, familias y empresas. Esta acción por parte del Presidente tiene el potencial de seguir impulsando a Estados Unidos en el camino hacia una política nacional de sequía basada en riesgos, como parte del Plan de Acción ante el Cambio Climático de su administración. El riesgo se define tanto por lo expuesto que pueda estar un lugar al peligro de sequía como a la vulnerabilidad de ese lugar a períodos de escasez de agua inducida por la sequía (Blaikie et al., 1994). La sequía es un fenómeno natural; es importante definir la exposición (es decir, la frecuencia de sequías de diferentes intensidades y duraciones) de un país, provincia o cuenca al riesgo de sequía. Algunas áreas podrían estar más en riesgo debido a una mayor exposición al peligro, lo cual inhibe o acorta el tiempo de recuperación entre sequías sucesivas. Como resultado de los cambios actuales y pronosticados en el clima y la frecuencia de los fenómenos climáticos extremos, tales como las sequías, es importante evaluar tanto la exposición histórica a las sequías como la exposición futura pronosticada. La vulnerabilidad, por otro lado, se ve afectada por factores sociales como el crecimiento demográfico y las tendencias migratorias, la urbanización, los cambios en el uso de las tierras, las políticas gubernamentales, las tendencias en el uso del agua, la diversidad de la base económica y la composición cultural. La Comisión podría abordar estos problemas temprano en el proceso de desarrollo de la política, pero el trabajo más detallado asociado a este riesgo o proceso de vulnerabilidad tendrá que ser remitido a grupos específicos de trabajo a nivel provincial o estatal al emprender el proceso de planificación de preparación ante sequía. Estos grupos tendrán un conocimiento local más preciso y tendrán más posibilidades de obtener aportes de los grupos de actores locales. Paso 5: Preparar/escribir los principios clave de la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación, que deberán incluir los siguientes elementos: monitoreo, alerta temprana y predicción; evaluación de riesgo e impacto; y mitigación y respuesta Los planes de preparación/mitigación de la sequía, como se indicó anteriormente, son los instrumentos a través de los cuales se realiza una política nacional de sequía. Es esencial que estos planes reflejen los principios de la política nacional de sequía, la cual está centrada en el concepto de reducción de riesgos. Lo que se define a continuación es la creación de capacidades institucionales que deberán replicarse dentro de cada estado o provincia de un país, con vínculos formales de comunicación y presentación de informes a una comisión nacional de sequía. Es importante señalar que al comenzar, la planificación para la preparación puede tomar dos formas. La primera forma: planificación de la respuesta, que está orientada a la creación de un plan que es activado sólo durante los eventos de sequía, y por lo general con el fin de responder a los impactos. Este tipo de planificación es reactiva y las respuestas que vendrán, ya sea del gobierno nacional o estatal o de las organizaciones donantes, están destinadas a abordar impactos específicos en Versión español - traducción no oficial 22 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías sectores, comunidades y grupos de la población y, por lo tanto, reflejan las áreas clave de vulnerabilidad de la sociedad. En esencia, responder a los impactos a través de medidas de emergencia únicamente aborda los síntomas de la sequía (impactos) y estas respuestas generalmente llegan a destiempo, son mal coordinadas y a menudo mal dirigidas a los más afectados. Como se señaló anteriormente, este enfoque, en gran medida reactivo, en realidad conduce a un aumento en vulnerabilidad social, ya que los destinatarios de la ayuda o de los programas de asistencia por la sequía se vuelven dependientes del gobierno y de otros programas a través de la asistencia prestada para sobrevivir a la crisis. Este enfoque desalienta el desarrollo de la autosuficiencia y la implementación de mejores prácticas de gestión de recursos que reducen el riesgo en el largo plazo. En otras palabras, ¿por qué querrían los posibles receptores de la asistencia de emergencia instituir medidas de mitigación más proactivas si el gobierno u otros están dispuestos a sacarlos de apuros en situaciones de crisis? En algunos casos las medidas de emergencia son apropiadas, particularmente en lo que se refiere a la prestación de ayuda humanitaria, pero estas deben ser utilizadas con moderación y ser compatibles con los objetivos a más largo plazo de una política nacional de sequía que se centra en mejorar la resiliencia ante futuros eventos. La segunda forma de planificación para la preparación es la planificación de mitigación. Con este enfoque se identifican las vulnerabilidades a la sequía como parte del proceso de planificación, a través del análisis tanto de los impactos de las sequías históricas como los de las sequías más recientes. Estos impactos representan a esos sectores, regiones y grupos de población que están más en riesgo. El proceso de planificación puede entonces centrarse en identificar las acciones y las autoridades gubernamentales o no gubernamentales que pueden ayudar a proporcionar los recursos necesarios para reducir la vulnerabilidad. Si el objetivo del proceso de planificación es la reducción del riesgo, la planificación de mitigación es la mejor opción para apoyar una política nacional de sequía basada en riesgo. La siguiente discusión muestra cómo los estados/provincias podrían crear un plan que haga énfasis en la mitigación. Cada equipo de trabajo a nivel subnacional deberá identificar los objetivos específicos que apoyan los objetivos del plan. Los objetivos que deberán considerarse incluyen los siguientes: █ █ █ █ █ █ █ █ █ █ Recopilar y analizar información relacionada con la sequía de manera oportuna y sistemática. Establecer criterios para declarar emergencias por sequía y para activar diversas actividades de respuesta y mitigación. Proporcionar una estructura organizativa y un sistema de suministro que asegure el flujo de información entre y dentro de los niveles de gobierno y para los tomadores de decisiones en todos los niveles. Definir los deberes y responsabilidades de todos los organismos o ministerios con respecto a la sequía. Mantener un inventario actualizado de los programas de gobierno utilizados para la evaluación y respuesta a las emergencias por sequía y para la mitigación de los impactos en el más largo plazo, de estar disponible. Identificar las áreas propensas a la sequía en el estado y los sectores económicos, personas o entornos vulnerables. Identificar las acciones de mitigación que pueden adoptarse para abordar las vulnerabilidades y reducir los impactos de la sequía. Proporcionar un mecanismo para garantizar una evaluación oportuna y precisa de los impactos de la sequía en la agricultura, la industria, los municipios, la fauna, el turismo y la recreación, la salud y en otras áreas. Mantener informado al público acerca de las condiciones actuales y las acciones de respuesta, proporcionando información precisa y oportuna a los medios, tanto en forma impresa como electrónica (por ejemplo a través del radio, TV e Internet). Establecer y aplicar una estrategia para eliminar los obstáculos a la asignación equitativa de agua durante la escasez y establecer requisitos o proporcionar incentivos para fomentar la conservación del agua. Establecer un conjunto de procedimientos para evaluar y ejercer el plan continuamente y para actualizar periódicamente el plan para que este sea sensible a las necesidades locales y refuerce la política nacional de sequía. El desarrollo de un plan de preparación ante sequía que enfatiza la mitigación comienza con el establecimiento de una serie de comités para supervisar el desarrollo de la capacidad institucional necesaria para el plan, así como su implementación y aplicación durante épocas de sequía cuando se activan los distintos elementos del plan. La formación de un equipo de trabajo para la sequía a nivel Una Plantilla para la Acción subnacional (estado o provincia, comunidad) que refleje en gran medida la composición de la Comisión Nacional de Sequía (es decir, representantes de varias agencias/ ministerios, grupos de actores clave) está en el centro del plan de mitigación. La estructura organizativa del plan de sequía (Figura 3) refleja los tres elementos principales del plan: monitoreo, alerta temprana y suministro de información; evaluación de riesgo e impacto; y mitigación, preparación y respuesta. Se recomienda que se establezca un Comité para que se centre en los dos 23 primeros requisitos; en la mayoría de los casos, el equipo de trabajo podrá realizar las funciones de mitigación y de respuesta, puesto que éstas están fuertemente orientadas a la política. Estos comités tendrán sus propias tareas y objetivos, pero una comunicación y un flujo de información bien establecido entre los comités y el equipo de trabajo será indispensable para garantizar una planificación eficaz. Figura 3.Estructura Organizativa del Plan de Preparación y Mitigación de Sequía Comité Consultivo Ciudadano (opcional) Equipo de trabajo para la Sequía Dirección de Política Informes de Evaluación Informes de Situación Comité de Monitoreo (Alerta temprana/ Suministro de información) Informes de Evaluación Dirección de Política Comité de Evaluación de Riesgo Informes de Situación Grupos de Trabajo (Sectores) (Fuente: Centro Nacional de Mitigación de Sequía, Universidad de Nebraska-Lincoln) Versión español - traducción no oficial 24 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Sistema de Gestión Integrada de Sequías de Marruecos La sequía es un fenómeno natural recurrente del clima de Marruecos. Un estudio dendrocronológico emprendido a principios de la década de 1980 ayudó a reconstruir la historia de la sequía de este último milenio (del año 1000 – 1984). Este mostró más de 89 sequías con una duración de entre uno y seis años y con un intervalo promedio de ocurrencia de aproximadamente 11 años. La duración media de una sequía es alrededor de 1.6 años, siendo el Siglo XX uno de los más secos en los últimos nueve siglos. La experiencia de Marruecos a lo largo de los años le ha permitido al país establecer gradualmente un sistema de gestión integrada de sequía estructurado en torno a tres elementos esenciales: 1. Un sistema de monitoreo y de alerta temprana: Marruecos ha desarrollado capacidades institucionales y técnicas a nivel nacional, particularmente en las áreas de modelado climático, teledetección y previsión de cosecha. En el año 2000 se estableció un Observatorio Nacional de Sequía para mejorar la predicción, evaluar los impactos y desarrollar estrategias y herramientas para apoyar decisiones y para la preparación ante sequías. 2. Planes operacionales de emergencia para paliar los efectos de la sequía: Marruecos tiene larga experiencia en el desarrollo e implementación de programas destinados a aliviar los efectos de las sequías. Estos programas se basan en intervenciones encaminadas a: █ █ █ █ garantizar agua potable, en particular para las poblaciones rurales preservar el ganado a través de la distribución de alimento implementar actividades generadoras de ingresos y de empleo (mantenimiento de caminos rurales y de infraestructuras de riego) conservar los bosques y los recursos naturales. 3. Una estrategia a largo plazo para reducir la vulnerabilidad a la sequía: Esta estrategia se basa en un enfoque de gestión de riesgos que reduce la vulnerabilidad a la sequía de la economía nacional en su conjunto, y de la agricultura y la economía rural en particular. Se trata de una gama multidimensional y diversa de políticas que toma en cuenta el riesgo de sequía en su diversidad geográfica y en las implicaciones económicas y sociales, así como en su recurrencia a largo plazo. Los tres pilares de la estrategia son: █ Un enfoque integrado para la gestión de los recursos hídricos a través de reformas institucionales y de políticas que se refuerzan mutuamente, así como el desarrollo de un programa de inversiones a largo plazo dirigido a capturar la mayor parte del potencial de escurrimiento remanente y desarrollar la infraestructura de energía hidroeléctrica correspondiente para reducir las importaciones de energía. █ Mejorar el acceso al suministro de agua y de saneamiento e incrementar la capacidad de tratamiento de aguas residuales, a través de estrategias financieras optimizadas y mayor apoyo presupuestario para infraestructuras para el bien común (suministro rural de agua, saneamiento y control de la contaminación, extensión de servicios a las zonas periurbanas pobres). Se ha establecido un Plan Nacional de Saneamiento para 2006 – 2030 con un objetivo de reducción de la contaminación del 60%. █ Para que el crecimiento económico de Marruecos continúe, cada vez se hace más necesario conservar el agua y mejorar la eficiencia, la productividad, la rentabilidad y la sostenibilidad de la agricultura por irrigación. En este contexto, se ha adoptado un enfoque integrado, junto con las inversiones de expansión, para impulsar mejoras en tres grandes áreas interrelacionadas: (i) mejorar la eficiencia hidráulica de los sistemas de riego; (ii) fortalecer las capacidades de gestión de los organismos de riego; y (iii) aumentar la productividad. Se ha desarrollado un Plan Nacional para la Conservación del Agua de Riego muy integral para incrementar la eficiencia del uso del agua de riego en las fincas, para mejorar la recuperación del costo del agua y la gestión de activos en los perímetros públicos de riego, y promover las alianzas público–privadas para el desarrollo y gestión del riego. Una Plantilla para la Acción Comité de Monitoreo, alerta temprana y suministro de información Es sumamente valioso contar con una evaluación fiable de la disponibilidad de agua y de sus perspectivas para el corto y largo plazo, tanto en los períodos secos como en los lluviosos. Durante la sequía, el valor de esta información aumenta notablemente. Cada comité estatal o provincial deberá tener un comité de monitoreo, ya que es importante para poder interpretar las condiciones y los impactos locales y comunicarle esta información a la comisión de política nacional de sequía y a su representante del servicio meteorológico nacional. En algunos casos, podría establecerse un comité de monitoreo para ciertas regiones con condiciones climáticas y exposición similares en lugar de establecer uno en cada estado o provincia. Sin embargo, la composición de este comité deberá incluir a representantes de todos los organismos responsables del monitoreo climático y del suministro de agua. Se recomienda que los datos y la información sobre cada uno de los indicadores aplicables (precipitación, temperatura, evapotranspiración, pronósticos climáticos estacionales, humedad del suelo, caudales, niveles de agua subterránea, niveles de embalses y lagos, y manto nivoso) sean tomados en cuenta en la evaluación de la comisión sobre la situación del agua y las perspectivas. Los organismos que estarán encargados de recopilar, analizar y diseminar los datos y la información variarán considerablemente de país a país y de provincia a provincia. Además, los datos incluidos en la evaluación sistemática de la disponibilidad de agua y de las perspectivas futuras tendrán que ajustarse para que 25 cada ámbito incluya las variables de mayor importancia para el monitoreo local de la sequía. El comité de monitoreo deberá reunirse regularmente, especialmente antes de la temporada de demanda alta y/o el comienzo del período(s) de lluvias. Después de cada reunión, se deberán preparar informes que luego serán diseminados a las fuerzas de tarea para la sequía a nivel provincial, a la comisión nacional de política de sequía y a los medios de comunicación. El presidente del comité de monitoreo deberá ser un miembro permanente del equipo de trabajo provincial. En muchos países, esta persona sería el representante del servicio meteorológico nacional. Si las condiciones lo justifican, el jefe del equipo de trabajo deberá informar al gobernador provincial o al funcionario gubernamental correspondiente sobre el contenido del informe, incluyendo cualquier recomendación para acciones específicas. La difusión pública de información deberá ser revisada por un especialista en información pública para evitar informaciones confusas o contradictorias sobre las condiciones existentes. Los principales objetivos del comité de monitoreo son: █ Adoptar una definición manejable de sequía que pueda ser utilizada en los niveles de inicio y suspensión de acciones nacionales y estatales de mitigación y en las medidas de emergencia asociadas a las condiciones de sequía. Podría ser necesario adoptar más de una definición de sequía para identificar los impactos en distintos sectores económicos, sociales y ambientales, puesto que no existe una definición única de sequía que se pueda aplicar en todos los casos. Versión español - traducción no oficial 26 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Gestión de Sequías en Brasil Brasil posee una rica historia de gestión y de afrontamiento de sequías, particularmente en el nordeste semiárido. La extrema sequía que ha aquejado a la región desde el 2012 ha causado pérdidas importantes en ganado y cultivos, y ha reducido muchos embalses a niveles gravemente bajos. Esta sequía ha acaparado la atención de la población brasileña en general, de los medios, de los tomadores de decisiones y de los expertos internacionales. Ahora Brasil está tomando acciones progresivas para reformar la gestión y la planificación para la sequía, particularmente para pasar de una gestión de crisis reactiva a una gestión de sequías proactiva basada en riesgos. Brasil jugó un papel activo en la Reunión de Alto Nivel sobre Política Nacional de Sequía (HMNDP) celebrada en Ginebra en marzo del 2013. El gobierno de Brasil (bajo el liderazgo del Ministerio de Integración Nacional) le dio seguimiento a la reunión. Se asoció con las El comité tendrá que considerar los indicadores (precipitación, temperatura, humedad del suelo, caudales) y los índices apropiados como parte integral del proceso de evaluación de suministro de agua. Existen muchos índices, así que las fortalezas y las debilidades de cada uno deberán ser estudiadas cuidadosamente. La tendencia es contar con múltiples índices de sequía para activar las acciones de respuesta y de mitigación, los cuales están calibrados a distintas intensidades de sequía y/o impacto. El pensamiento actual es que no existe un único índice de sequía que sea adecuado para medir las interrelaciones complejas entre los distintos elementos del ciclo hidrológico y los impactos. Es útil establecer una secuencia de términos descriptivos para los niveles de alerta para la sequía y el suministro de agua, tales como ‘advertencia’, ‘alerta’, ‘emergencia’ y ‘racionamiento’ (en lugar de términos más genéricos como “fase 1” y “fase 2”, o términos sensacionales como ‘desastre’). Sería útil revisar la terminología utilizada por otras entidades (es decir, servicios públicos locales, distritos de riego, autoridades de cuenca de río) y elegir términos que sean coherentes para no confundir al público con términos distintos en zonas donde organizaciones de la ONU involucradas en la HMNDP para planificar y servir de anfitriones para un taller Latinoamericano para desarrollar las capacidades en política y gestión de sequías. El taller, llevado a cabo en diciembre del 2013 en Fortaleza, Ceará, involucró a los gobiernos de América Latina y del Caribe para que ayudaran a realizar un proceso de planificación de 10 pasos para desarrollar una política nacional de sequía. Mientras tanto, el próximo año se realizarán varias actividades en Brasil a nivel nacional, regional, estatal y local que destacarán aún más el problema de la sequía. Estas incluyen la organización de un proceso formal para que los gobiernos federales y estatales puedan discutir la composición de una política nacional de sequía y el diseño e implementación de un Monitoreo de Sequía del Noreste, entre otras. La convergencia de estos esfuerzos brinda una oportunidad única para que Brasil logre avanzar significativamente hacia una mejor preparación y resiliencia ante la sequía en los años por venir. podrían encontrarse autoridades con responsabilidades regionales superpuestas. La coherencia en terminología entre los planes de preparación estatales es fundamental. Estos niveles de alerta deberán definirse en las discusiones, tanto con el comité de evaluación de riesgos como con el equipo de trabajo provincial. Al considerar medidas de emergencia como el racionamiento, es importante recordar que los impactos de la sequía pueden variar significativamente de una zona a otra, dependiendo de las fuentes y los usos del agua y el nivel de planificación previamente implementado. Por ejemplo, algunas ciudades podrían haber ampliado su capacidad de suministro de agua, mientras que otras comunidades adyacentes podrían tener una capacidad insuficiente de suministro de agua durante los períodos de sequía. La imposición de medidas de emergencia generales para las personas o comunidades sin tomar en cuenta su vulnerabilidad existente podría resultar en repercusiones políticas y en una pérdida de credibilidad. Una consideración relacionada es que algunos sistemas municipales de agua podrían ser obsoletos o estar en mal estado de funcionamiento, a tal punto que incluso una Una Plantilla para la Acción sequía moderada podría hacerle difícil a una comunidad abastecer de agua a sus clientes. La identificación de los sistemas de suministro de agua inadecuados (es decir, vulnerables) y el establecimiento de programas para modernizar estos sistemas deberán ser parte de una estrategia de mitigación de sequía a largo plazo. █ █ █ Establecer zonas de gestión de sequía (es decir, sub dividir la provincia o región en distritos de un tamaño más conveniente, o sea por fronteras políticas, características hidrológicas compartidas, características climatológicas u otros medios tales como probabilidad o riesgo de sequía). Estas subdivisiones podrían ser útiles en la gestión de la sequía, ya que esto permitiría regionalizar las etapas de la sequía y las opciones de mitigación y de respuesta a medida vaya cambiando la severidad de la sequía. Desarrollar una sistema de monitoreo de sequía. La calidad de las redes meteorológicas e hidrológicas varía mucho de país a país y de región a región dentro de un mismo país (por ejemplo número de estaciones, antigüedad de registro, cantidad de datos faltantes). La responsabilidad de la recolección, análisis y diseminación de datos está repartida entre muchas autoridades de gobierno. El reto de la comisión de monitoreo será lograr coordinar e integrar el análisis para que los tomadores de decisiones y el público reciban una advertencia temprana sobre las condiciones emergentes de sequía. Se ha acumulado una considerable experiencia en los últimos años gracias a las redes automatizadas de datos meteorológicos que proporcionan un acceso rápido a datos sobre el clima. Estas redes pueden ser invaluables en el monitoreo de condiciones actuales y emergentes de la sequía. Se deberán investigar las experiencias de las regiones con las redes meteorológicas e hidrológicas automatizadas integrales y, donde corresponda, aplicar las lecciones aprendidas. Es esencial establecer y poner en red a las redes meteorológicas automatizadas con el fin de recuperar los datos de manera oportuna. Hacer un inventario de la cantidad y la calidad de los datos de las redes actuales de observación. Muchas redes monitorean elementos clave del sistema hidrológico. La mayoría de estas redes son operadas por agencias nacionales o provinciales, pero también podrían existir otras redes, y estas podrían aportar información importante de una parte de una provincia o región. Los datos meteorológicos son importantes, pero representan sólo una parte 27 de un sistema integral de monitoreo. Estos otros indicadores físicos (humedad del suelo, caudales, niveles de embalses y de aguas subterráneas, etc.) deberán monitorearse para reflejar los efectos de la sequía en la agricultura, los hogares, la industria, la producción de energía, el transporte, la recreación y el turismo, y en otros sectores que utilizan agua. También es imprescindible establecer una red de observadores para poder recopilar información sobre el impacto desde todos los sectores clave afectados por la sequía, y para crear un archivo de esta información. Es importante tanto la información cuantitativa como la cualitativa. El valor de esta información es doble. En primer lugar, la identificación de los vínculos o de las correlaciones entre los distintos índices e indicadores de sequía y la aparición de impactos específicos es de inmensa ayuda para los investigadores y administradores. Son esas correlaciones entre índices/indicadores e impactos que pueden ser utilizadas para activar una amplia gama de acciones de mitigación como componentes clave del plan de preparación, el cual se basa en los principios de reducción de riesgos. En segundo lugar, el establecimiento de un archivo de impactos de sequías ilustrará las tendencias de los impactos a lo largo del tiempo en sectores específicos. Esta información será sumamente importante para los formuladores de políticas, quienes deberán demostrar cómo esas inversiones en medidas de mitigación, hechas con anticipación, están resultando rentables en el plazo más largo a través de una reducción de vulnerabilidad, según lo comprobará la disminución de los impactos y la reducción del gasto del gobierno en medidas de ayuda por la sequía. Determinar la necesidad de datos de los usuarios principales para herramientas de información y de apoyo a la toma de decisiones. El desarrollo de nuevos sistemas de recolección de datos, o la modificación de los existentes, será mucho más eficaz si se le consulta temprano y a menudo a las personas que estarán utilizando los datos, para poder determinar sus necesidades o preferencias específicas y el momento de los puntos críticos de toma de decisión. Solicitar información sobre herramientas que apoyan la toma de decisiones/los nuevos productos previstos, u obtener retroalimentación sobre productos existentes, será fundamental para poder garantizar que los productos satisfarán las necesidades de los usuarios principales y, que por tanto, serán utilizados en la toma de decisiones. Versión español - traducción no oficial 28 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías También será indispensable una formación sobre cómo utilizar o aplicar los productos en la toma de decisiones de rutina. Desarrollar y/o modificar los sistemas actuales de suministro de datos y de información. A las personas se les debe advertir de la sequía apenas se detecte, pero a menudo esto no sucede. La información deberá llegar a la gente en el momento oportuno para que la puedan utilizar en la toma de decisiones. Al establecer los canales de información, el comité de monitoreo deberá considerar cuándo y qué tipo información necesitarán las personas. Conocer estos puntos de decisión marcará la diferencia en cuanto a si la información proporcionada será utilizada o ignorada. Comité de evaluación de riesgo El riesgo es producto de la exposición al peligro de sequía (es decir, la probabilidad de aparición) y la vulnerabilidad de la sociedad, representada por una combinación de factores económicos, ambientales y sociales. Por lo tanto, para reducir la vulnerabilidad a la sequía, es esencial identificar los impactos más significativos y evaluar sus causas subyacentes. Los impactos de la sequía afectan muchos sectores y trascienden divisiones normales de autoridad del gobierno. La composición del comité de evaluación de riesgo deberá incluir representantes o expertos técnicos de los sectores económicos, de los grupos sociales y de los ecosistemas más en riesgo de sequía. El presidente del comité deberá ser miembro del equipo de trabajo para la sequía para garantizar informes constantes. La experiencia ha demostrado que el enfoque más eficaz a seguir para determinar la vulnerabilidad a y los impactos de la sequía es crear una serie de grupos de trabajo bajo los auspicios del comité de evaluación de riesgo. La responsabilidad del comité y de los grupos de trabajo será evaluar los sectores, los grupos de población, las comunidades y los ecosistemas más en riesgo e identificar las medidas apropiadas y razonables de mitigación para hacer frente a estos riesgos. Los grupos de trabajo consistirán de especialistas técnicos que representan las áreas mencionadas arriba. El jefe de cada grupo de trabajo, como miembro del comité de evaluación de riesgo, le rendirá informes directamente al comité. Siguiendo este modelo, la responsabilidad del comité de evaluación de riesgo será dirigir las actividades de cada uno de los grupos de trabajo. Estos grupos de trabajo entonces le harán recomendaciones al equipo de trabajo para la sequía sobre las acciones de mitigación que se deberá considerar incluir en el plan de mitigación. Las acciones de mitigación son identificadas con anticipación e implementadas con el fin de reducir los impactos de la sequía cuando esta ocurre. Algunas de estas acciones representarán programas que son a largo plazo, mientras que otras podrían activarse cuando se produzca la sequía. El momento oportuno para activar estas medidas lo determinarán los disparadores (es decir, los indicadores e índices) identificados por el comité de monitoreo en colaboración con el comité de evaluación de riesgo, en función a los impactos clave (es decir, las vulnerabilidades) asociados a la sequía. La cantidad de grupos de trabajo formados bajo el comité de evaluación de riesgo variará considerablemente entre provincias, estados o cuencas hidrográficas, reflejando los principales sectores de impacto de importancia para la región - y sus respectivas vulnerabilidades a la sequía por las diferencias en exposición a la sequía (frecuencia y gravedad) - y los sectores económicos, sociales y ambientales más importantes. Las economías y sociedades más complejas requerirán de un mayor número de grupos de trabajo para que reflejen estos sectores. Es común que los grupos de trabajo se centren en una combinación de los siguientes sectores: agricultura, recreación y turismo, industria, comercio, suministros de agua potable, energía, medio ambiente y salud de los ecosistemas, protección contra incendios forestales, y salud. Para ayudar en el proceso de preparación y mitigación de la sequía, se propone una metodología para identificar y clasificar (priorizar) los impactos de la sequía a través de un examen de las causas ambientales, económicas y sociales subyacentes de estos impactos, seguida de una selección de acciones que se ocupará de esas causas subyacentes. Lo que hace que esta metodología sea diferente y más útil que las metodologías anteriores es que esta aborda las causas detrás de los impactos de la sequía. Anteriormente, las respuestas a la sequía han sido de naturaleza reactiva, y enfocadas en abordar un impacto específico, lo cual es un síntoma de la vulnerabilidad que existe. Entender por qué se producen impactos específicos ofrece la oportunidad de disminuir estos impactos en el futuro, abordando estas vulnerabilidades a través de la identificación y adopción de medidas de mitigación específicas. Existen otras metodologías de evaluación de riesgo y de vulnerabilidad, y a las naciones se les anima a evaluarlas para aplicarlas en sus entornos específicos (Wilhelmi y Wilhite, 2002; Iglesias et al., 2009; Sonmez et al., 2005). Una Plantilla para la Acción La metodología que aquí se propone se divide en seis tareas específicas. Una vez que el comité de evaluación de riesgo haya establecido los grupos de trabajo, cada uno de estos grupos seguirá esta metodología en el proceso de evaluación de riesgo. Tarea 1. Conformar el equipo Es esencial reunir a la gente idónea y proporcionarles los datos adecuados para poder tomar decisiones justas, eficientes e informadas respecto al riesgo de sequía. Los miembros de este grupo deberán tener la capacidad técnica en los temas específicos cubiertos por cada grupo de trabajo. También es importante la necesidad de incluir los aportes y consideraciones del público al tratar cuestiones de idoneidad, urgencia, equidad y conciencia cultural en el análisis del riesgo de sequía. En cada paso se podría justificar la participación de la población, pero el tiempo y el dinero podrían limitar su involucramiento a las etapas clave del proceso de análisis de riesgos y de la planificación (revisión pública vs. participación pública). El nivel de participación pública quedará a discreción del equipo de trabajo para la sequía y de otros miembros del equipo de planificación. La ventaja de discutir públicamente las cuestiones y opciones es que se comprenderán mejor los procedimientos utilizados en la toma de cualquier decisión, y también demostrará el compromiso con una gestión participativa. Como mínimo, las decisiones y los razonamientos deberán ser documentados abiertamente para desarrollar la comprensión y la confianza del público. La elección de las acciones específicas para abordar las causas subyacentes de los impactos de la sequía dependerá de los recursos económicos disponibles y de los valores sociales relacionados. Generalmente las preocupaciones están asociadas a la viabilidad técnica y del costo, a la eficacia, a la equidad y a las perspectivas culturales. Este proceso tiene el potencial de llevar a la identificación de actividades eficaces y apropiadas de reducción de riesgo de sequía que permitirán reducir el impacto de las sequías a largo plazo, en lugar de respuestas ad hoc o acciones de mitigación no comprobadas que podrían ser ineficaces para reducir el impacto de futuras sequías. Tarea 2. Evaluación del impacto de la sequía La evaluación de impacto examina las consecuencias de un determinado evento o cambio. Por ejemplo, la sequía es típicamente asociada a una serie de resultados que se derivan de la escasez de agua, ya sea directa o indirectamente. Las evaluaciones de impacto de sequía comienzan con la identificación de las consecuencias 29 directas de la sequía, tales como menor rendimiento de los cultivos, pérdidas de ganado y reducción en los niveles de los embalses. A estos resultados directos entonces se le pueden atribuir consecuencias secundarias (efectos a menudo sociales), tales como la venta forzada de los activos de los hogares, la seguridad alimentaria, menor producción de energía, y trastornos o estrés físico y emocional. Esta evaluación inicial identifica los impactos de la sequía, pero no identifica las causas subyacentes de estos impactos. Los impactos de la sequía pueden clasificarse como económicos, medioambientales o sociales, aunque muchos impactos podrían abarcar más de un sector. En el Anexo 1 se proporciona una lista detallada de los impactos que podrían afectar a una región o lugar. Esta lista deberá ser ampliada para incluir otros impactos que podrían ser importantes para la región. Los impactos más recientes de sequía, especialmente si están asociados a sequías graves o extremas, deberán tener más peso que los impactos de las sequías históricas (en la mayoría de los casos), ya que los primeros reflejan mejor las vulnerabilidades actuales, lo cual es el propósito de este ejercicio. También deberá prestarse atención a los impactos específicos que se prevé que aparecerán o que aumentarán en magnitud debido a nuevas vulnerabilidades que han surgido a raíz de cambios recientes o previstos en la sociedad o a cambios en la incidencia de sequía. En este momento sería conveniente clasificar los tipos de impactos según la gravedad de la sequía, teniendo en cuenta que, en el futuro, sequías de menor magnitud podrían producir impactos más serios a medida aumenta la vulnerabilidad. Esperemos que una vez realizadas las intervenciones, estas reduzcan las vulnerabilidades en el futuro. También es importante identificar la ‘peor sequía registrada’ para cada región. Las sequías se diferencian según la intensidad, duración y extensión espacial. Por lo tanto, podría haber varias ‘peores sequías registradas’ dependiendo de los criterios enfatizados (es decir, la sequía más grave de una temporada o de duración de un año versus las sequías plurianuales más graves). Estos análisis generarán una gama de impactos relacionados a la severidad de la sequía. Además, al examinar los impactos pasados, actuales y potenciales, se podrían poner de manifiesto tendencias que también serán útiles para fines de planificación. Estos impactos ponen de relieve los sectores, poblaciones o actividades que son vulnerables a la sequía, y cuando se evalúan con la probabilidad de aparición de sequía, estos ayudan a identificar diferentes niveles de riesgo de sequía. Versión español - traducción no oficial 30 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Tarea 3. Clasificación de los impactos Después de que cada grupo de trabajo haya completado la lista en el Anexo 1, los impactos que no fueron seleccionados podrán ser omitidos de los análisis posteriores. Esta nueva lista contendrá los impactos de sequía pertinentes para cada lugar o actividad. Utilizando esta lista, los miembros de los grupos de trabajo deberán clasificar/priorizar los impactos. Para ser eficaz y equitativa, la clasificación deberá tomar en consideración cuestiones tales como el costo de las acciones de mitigación, la zona/grado del impacto, las tendencias a lo largo del tiempo, la opinión pública y la equidad. Se deberá tener en cuenta que los impactos sociales y ambientales a menudo son difíciles de cuantificar. Se recomienda que cada grupo de trabajo complete una clasificación preliminar de los impactos. El equipo de trabajo para la sequía podría participar en una discusión plenaria sobre estas clasificaciones después de las versiones iniciales de la clasificación. Se recomienda construir una matriz (ver un ejemplo en la Cuadro 1) para ayudar con la clasificación o priorización de los impactos. De esta lista de impactos priorizados, cada grupo de trabajo deberá decidir cuáles impactos deberán abordarse y cuáles podrían posponerse para una etapa o momento posterior del proceso de planificación. Tarea 4. Evaluación de vulnerabilidad La evaluación de vulnerabilidad proporciona un marco para la identificación de las causas sociales, económicas y ambientales de los impactos de la sequía. Esta sirve de puente entre la evaluación de impacto y la formulación de políticas, dirigiendo el enfoque de las políticas más hacia las causas subyacentes de la vulnerabilidad que en su resultado - los impactos negativos que surgen después de eventos desencadenantes como la sequía. Por ejemplo, el impacto directo de las deficiencias en precipitación podría ser una reducción en el rendimiento de las cosechas. La causa subyacente de esta vulnerabilidad, sin embargo, podría ser que algunos agricultores no utilizaron semillas resistentes a la sequía u otras prácticas de gestión, ya sea por cuestiones de rentabilidad o alto costo o algún apego a las creencias culturales. Otro ejemplo podría asociarse a la vulnerabilidad del suministro de agua de la comunidad. La vulnerabilidad del sistema de abastecimiento de agua podría ser en gran medida el resultado de una falta de expansión del sistema para poderse adaptar al ritmo de crecimiento de la población, al envejecimiento de la infraestructura, o a ambos. La solución para reducir la vulnerabilidad sería desarrollar nuevas fuentes de suministro y/o cambiar la infraestructura. Por lo tanto, los miembros del grupo de trabajo deberán preguntarse por qué se produjeron cada uno de los impactos identificados en el Cuadro 1. Es importante saber que un impacto determinado puede ser producto de una combinación de factores. Podría resultar beneficioso poder visualizar estas relaciones causales mediante algún tipo de diagrama de árbol. Las Figuras 4 y 5 muestran dos ejemplos. La Figura 4 muestra un ejemplo agrícola típico, mientras que la Figura 5 muestra un posible escenario urbano. Dependiendo del nivel de análisis, este proceso podría convertirse rápidamente en algo complicado. Es por esa razón que es necesario que cada grupo de trabajo esté compuesto de personas con los conocimientos técnicos adecuados. Los diagramas de árbol ilustran lo complejo que es comprender los impactos de la sequía. Los dos ejemplos proporcionados no pretenden ni ser exhaustivos ni representar una situación real. Su principal objetivo Cuadro 1. Matriz de decisión de impacto de sequía Impacto Costo Fuente: (FAO y NDMC, 2008) ¿Distribuidos equitativamente? ¿Crecientes? ¿Prioridad Pública? ¿Recuperación Equitativa? Clasificación del Impacto Una Plantilla para la Acción 31 es básicamente demostrar que se deben examinar los basales. Estas causas basales son los elementos que 28 1 National Drought Management Policy Guideline impactos desde varias perspectivas para sacar a la luz sus tienen el potencial de poderse abordar para reducir el verdaderas causas subyacentes. Para esta evaluación, a impacto asociado. Por supuesto, algunas de estas causas las causas situadas en la parte inferior – losdeelementos en de ni podrán ni deberán ser abordadas debido a Figura 4. Un ejemplo de un diagrama árbol simplificado de impacto impacto agrícola negrita diagramas de árbol – se lesPolicy llamará causa una gran variedad de razones (discutidas en Tarea 5). 28 en1los National Drought Management Guideline Pérdida de Ingresos por Malas Cosechas ¿Por qué hubo pérdida de ingresos por malas cosechas? Figura 4. Un ejemplo de un diagrama árbol simplificado de agrícola impacto agrícola Figura 4. Un ejemplo de un diagrama de árbolde simplificado de impacto Mala cosecha ¿Por qué la mala cosecha? Falta de seguro de cultivos asistencia de socorro insuficiente ¿Por qué lade falta de seguro de cultivos? Pérdida Ingresos por Malas Cosechas ¿Por qué la insuficiencia de asiste ncia? ¿Por qué hubo pérdida de ingresos por malas cosechas? Falta de agua Mala selección de cultivo Alto costo ‘Cobertura Total’ Programas de ayuda Demasiado lentos ¿POR QUÉ?Mala cosecha ¿POR QUÉ? incompatibles Falta de seguro de cultivos ineficiente asistencia de socorro insuficiente¿POR QUÉ? QUÉ? ¿POR ¿Por qué la mala cosecha? ¿Por qué la falta de seguro de cultivos?¿POR¿Por qué la insuficiencia deQUÉ? asiste ncia? Clima No hay irrigación Falta de investigación y de Falta de agua Mala selección de cultivo Alto costo ‘Cobertura Total’ Programas de ayuda Demasiado lentos de programas ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ineficiente coordinación incompatibles ¿POR QUÉ? Otras semillas Preferencia del Incentivos del No hubo advertencia de ¿POR ayudaQUÉ? ¿POR QUÉ? son caras gobierno de sequía Clima Noagricultor hay irrigación Otras semillas son caras Preferencia del agricultor Incentivos del gobierno Falta de investigación y de coordinación de programas de ayuda No hubo advertencia de sequía Figura 5. Un ejemplo de un diagrama de árbol simplificado de impacto urbano (Fuente: Centro Nacional de Mitigación de Sequía, Universidad de Nebraska-Lincoln) Figura 5. Un ejemplo de un diagrama de árbol simplificado de impacto urbano Pérdida de Turísticos Figura 5. Un ejemplo de un diagrama de árbol simplificado deIngresos impacto urbano ¿Por qué hubo pérdidas de ingresos? (Fuente: Centro Nacional de Mitigación de Sequía, Universidad de Nebraska-Lincoln) Reducción de ingresos de campos de golf ¿Por qué perdieron ingresos? Reducción de ingresos basados en los embalses ¿Por qué la reducción de i ngresos de los embalses? Pérdida de Ingresos Turísticos ¿Por qué hubo pérdidas de ingresos? Pocos golfistas diarios de torneos Reducción de ingresos deCancelación campos de golf ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿Por qué perdieron ingresos? Malas condiciones del campo Pocos golfistas ¿POR diariosQUÉ? Cancelación de torneos ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? Poca asistencia Reducción de ingresos basados en los embalses QUÉ? de los embalses? ¿Por qué la reducción¿POR de i ngresos Calidad de agua reducida Falta de agua Precipitación ¿POR QUÉ? del campo reducida Malas condiciones Calidad de agua ¿POR QUÉ? reducida Restricción de uso Diseño del campo no esencial de uso elevado de agua Falta de agua Precipitación (Fuente: Centro Nacional de Mitigación de Sequía, Universidad de Nebraska-Lincoln) ¿POR QUÉ? reducida Restricción de uso no esencial Bajos niveles de embalse ¿POR PocaQUÉ? asistencia ¿POR QUÉ? Pérdida de valor estético Demasiada descarga Bajos niveles de embalse ¿POR QUÉ? Demasiada demanda Pérdida de valor estético Demasiada descarga Demasiada demanda Diseño del campo de uso elevado de agua Versión español - traducción no oficial 32 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Tarea 5. Identificación de las acciones La mitigación se define como las medidas adoptadas con anticipación o en las primeras etapas de la sequía que reducen los impactos del evento. Una vez que se hayan establecido las prioridades en cuanto a los impactos de la sequía, y una vez que hayan salido a la luz las correspondientes causas subyacentes de la vulnerabilidad, entonces se podrán identificar las acciones adecuadas para reducir el riesgo de sequía. La matriz muestra tanto el impacto como las causas basales descritas. A partir de este punto, el grupo de trabajo deberá investigar qué acciones podrían tomarse para abordar cada una de estas causas basales. La siguiente secuencia de preguntas podría ser útil en la identificación de posibles acciones: █ █ █ ¿Puede ser mitigada la causa basal (puede modificarse antes de una sequía)? En caso afirmativo, ¿cómo? ¿Se puede responder a la causa basal (puede modificarse durante o después de una sequía)? En caso afirmativo, ¿cómo? ¿Existe una causa basal o aspecto de la causa basal que no puede ser modificada y que, para esta actividad o área, debe ser aceptada como un riesgo de sequía? Según lo discutido en la Tarea 6, no todas las acciones de mitigación son apropiadas en todos los casos. Muchas de las acciones son más del ámbito de la respuesta de emergencia, o de la gestión de crisis a corto plazo, que de mitigación o de gestión de riesgos a largo plazo. La respuesta de emergencia es un componente importante de la planificación para la sequía, pero deberá ser sólo una parte de una estrategia más amplia de mitigación. Tarea 6. Desarrollo de la Lista de ‘Cosas por Hacerse’ Después de que los impactos, las causas y las posibles acciones pertinentes han sido identificadas, el siguiente paso es determinar la secuencia de las acciones a tomar como parte del ejercicio de planificación de reducción de riesgos. Esta selección deberá basarse en temas de interés tales como la viabilidad, la eficacia, el costo y la equidad. Además, será importante revisar los diagramas de árbol de impactos al momento de sopesar qué grupos de acciones deberán ser considerados en conjunto. Por ejemplo, si se quisiera reducir las pérdidas en los cultivos mediante la promoción de la siembra de cultivos más resistentes a la sequía, no sería eficaz educar a los agricultores sobre los beneficios de los nuevos cultivos si el mercado para los mismos actualmente no existe, o si existen incentivos del gobierno para continuar sembrando el cultivo actual. Las políticas gubernamentales a menudo podrían estar fuera de sincronía con las acciones de reducción de vulnerabilidad. Al elegir las acciones apropiadas, podría ser útil hacer algunas de las siguientes preguntas: █ █ █ █ █ █ ¿Cuál es la relación costo/beneficio de las acciones identificadas? ¿Qué acciones considera el público en general que son viables y apropiadas? ¿Qué acciones son sensibles al medio ambiente local (es decir, prácticas sostenibles)? ¿Están las acciones abordando la combinación correcta de causas para reducir adecuadamente el impacto pertinente? ¿Están las acciones abordando las soluciones a corto y a largo plazo? ¿Qué acciones representarían equitativamente las necesidades de los individuos y de los grupos afectados? Este proceso tiene el potencial de llevar a la identificación de actividades eficaces y apropiadas de reducción de riesgo de sequía que permiten reducir los impactos de sequías futuras. Finalización del análisis de riesgos A este punto del proceso de planificación, después de la Tarea 6, el análisis de riesgo ha sido completado. Hay que recordar que este es un proceso de planificación, por lo que será necesario reevaluar periódicamente el riesgo de sequía y las diferentes acciones de mitigación identificadas. El Paso 10 del proceso de planificación de mitigación está asociado a la evaluación, comprobación y modificación del plan de sequía. El período después de un episodio grave de sequía sería un buen momento para revisar las acciones de mitigación para evaluar su eficacia, aunado a un análisis de las lecciones aprendidas. Comité de mitigación y de respuesta Se recomienda que las acciones de mitigación y de respuesta se coloquen bajo la competencia del equipo de trabajo para la sequía. El equipo de trabajo, en colaboración con los comités de evaluación de riesgo y de monitoreo, posee el conocimiento y la experiencia para entender las técnicas de mitigación de sequías, de análisis de riesgo (aspectos económicos, ambientales y sociales) y de los procesos de toma de decisiones relacionadas con la sequía. El equipo de trabajo, tal y como se definió originalmente, se compone de altos formuladores de políticas de varias agencias Una Plantilla para la Acción gubernamentales y, posiblemente, grupos de actores clave. Por lo tanto, esta resulta ser una excelente posición desde donde recomendar y/o implementar acciones de mitigación, solicitar asistencia a través de diversos programas nacionales, o hacer recomendaciones de política a un órgano legislativo o líder político. Como parte del proceso de planificación para la sequía, la comisión de política nacional de sequía deberá hacer un inventario de todos los programas de asistencia disponibles de fuentes nacionales para mitigar o responder a eventos de sequía. Cada equipo de trabajo de provincia deberá revisar cuán completo es este inventario de programas disponibles de parte de las autoridades gubernamentales y no gubernamentales, y proporcionarle retroalimentación a la Comisión para mejorar estos programas con el fin de abordar, tanto las situaciones de emergencia a corto plazo como los programas de mitigación a largo plazo, que podrían ser útiles para abordar la reducción de riesgos. En algunos casos, podrían estar disponibles programas adicionales desde las provincias o estados que han servido para complementar los programas disponibles a nivel nacional. La asistencia deberá definirse de manera muy amplia para incluir todos los tipos de programas técnicos, de ayuda y de mitigación disponibles. Como se indicó anteriormente, la comisión nacional de sequía deberá realizar un ejercicio similar con los programas nacionales y evaluar su eficacia para responder y mitigar los efectos de sequías anteriores. Redacción del plan de mitigación La fuerza de tarea para la sequía redactará el plan de mitigación de sequía con aportes de cada uno de los comités y grupos de trabajo y con asistencia de profesionales especialistas en redacción. Una vez terminado el borrador de trabajo, se recomienda que se celebren audiencias o reuniones públicas en varias localidades para explicar el propósito, alcance y características operativas del plan y cómo funcionará en relación a los objetivos de la política nacional de sequía. También se deberán presentar para discusión las medidas de respuesta y las acciones de mitigación específicas recomendadas en el plan. El especialista en información pública del equipo de trabajo para la sequía podrá facilitar la planificación de las audiencias y preparar notas de prensa anunciando las reuniones y proporcionando una visión general del plan. Después de que el borrador del plan haya sido validado a nivel provincial o estatal, deberá enviarse a la comisión nacional de sequía para su revisión, a fin de determinar 33 si el plan cumple con los requisitos establecidos por la comisión. Aunque cada plan a nivel estatal contendrá procedimientos y elementos diferentes, la estructura básica deberá ajustarse a las normas de política proporcionadas a los estados al inicio del proceso de planificación por la comisión nacional de sequía. Paso 6: Identificar las necesidades de investigación y llenar las brechas institucionales La comisión nacional de política de sequía deberá identificar las necesidades de investigación específicas que contribuyan a una mejor comprensión de la sequía, de sus impactos, de las alternativas de mitigación y de los instrumentos de política necesarios, llevando así a una reducción del riesgo. Estas necesidades probablemente se originarán de las fuerzas de tarea para la sequía a nivel estatal que se han implementado para desarrollar los planes de mitigación. La comisión deberá tomar estas estas necesidades y organizarlas en un conjunto de prioridades para futuras acciones y financiación. Podrían citarse muchos ejemplos de posibles necesidades de investigación. En primer lugar, el poder tener una mejor comprensión de cómo el cambio climático podría afectar la incidencia de eventos de sequía y su severidad, especialmente a escala regional, proporcionaría información esencial que podría facilitar la medición de reducción del riesgo. A medida mejora la ciencia del cambio climático y a medida mejora la resolución de los modelos en computadora, esta información es muy valiosa para los formuladores de políticas, administradores y otros tomadores de decisiones. También de importancia fundamental son las técnicas mejoradas de alerta temprana y los sistemas para diseminarlas; una mejor comprensión de los vínculos entre los indicadores y los índices y los impactos, a fin de proporcionar puntos o umbrales clave de decisión para la implementación de acciones de mitigación; y el desarrollo de herramientas que apoyen la toma de decisiones para los administradores. También será evidente durante el proceso de desarrollo de la política y de la planificación de la preparación, que existen brechas institucionales que obstaculizarán el proceso de política y de planificación. Por ejemplo, podrían existir serias brechas en las redes de estaciones de monitoreo, o tal vez las redes meteorológicas, hidrológicas y ecológicas existentes necesitarán ser automatizadas para que los datos generados puedan Versión español - traducción no oficial 34 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías ser recolectados de manera oportuna para apoyar un sistema de alerta temprana. Mantener un archivo de los impactos de las sequías también es un componente esencial del proceso, para ayudar a identificar y a cuantificar las pérdidas y discernir las tendencias en la reducción de impacto. Se espera que el Paso 6 se realizase simultáneamente con los Pasos 4 y 5 del proceso de desarrollo de la política y del plan. Paso 7: Integrar los aspectos de ciencia y política de la gestión de sequías Un aspecto esencial del proceso de política y de planificación es la integración de los aspectos científicos y de política de la gestión de sequía. Los formuladores de políticas suelen tener una comprensión limitada de las cuestiones científicas y de las limitaciones técnicas involucradas en el abordaje de los problemas asociados a la sequía. Asimismo, los científicos y los administradores podrían tener una comprensión limitada de las restricciones que tienen las políticas existentes para responder a los impactos de la sequía. En muchos casos, será necesario mejorar la comunicación y la comprensión entre las comunidades políticas y las científicas para que el proceso de planificación sea exitoso. Este es un paso esencial en el desarrollo de una política nacional de sequía. Los miembros de la comisión nacional de política de sequía tienen una buena comprensión de los procesos de desarrollo de la política y de las restricciones políticas y financieras asociadas a los cambios propuestos en políticas públicas. También están conscientes de las dificultades inherentes al cambio de paradigma - para los destinatarios de la ayuda de emergencia por sequía - a uno con un nuevo enfoque centrado en la reducción del riesgo de sequía. Sin embargo, aquellas personas a nivel estatal o de la comunidad que están sumidos en el proceso de planificación de la preparación están menos conscientes de estas limitaciones, pero tienen una excelente comprensión de las acciones de gestión de sequías, de las condiciones locales, y de los sectores clave afectados y de sus necesidades operativas. Vincular el proceso de política con las necesidades cruciales requiere de un conducto de comunicación excelente desde las fuerzas de tarea para la sequía a nivel estatal y la comisión. En esencia, este conducto de comunicación es necesario para poder distinguir lo que es factible de lo que es deseable entre una amplia gama de opciones científicas y de política. La integración de la ciencia y la política durante el proceso de planificación también será útil para establecer las prioridades de investigación y sintetizar los conocimientos actuales. El equipo de trabajo para la sequía deberá tomar en consideración una amplia gama de opciones para la reducción del riesgo de sequía, y evaluar los pros y los contras de cada una en términos de su viabilidad y posibles resultados. Paso 8: Difundir la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación, y construir consenso y conciencia pública Si ha habido buena comunicación con el público durante todo el proceso de establecimiento del plan y de la política de sequía, es posible que al momento de implementarla, este ya posea un mejor conocimiento de los objetivos de la política de sequía, de la justificación para la implementación de la misma y del proceso de planificación para la sequía. En este sentido, los especialistas en información pública involucrados en este proceso a nivel estatal y de comisión son vitales. Es imperativo que a lo largo de todo el proceso de desarrollo de la política y de la planificación, los medios de comunicación locales y nacionales sean utilizados de manera eficaz para diseminar información sobre el proceso. Los temas a enfatizar en las redacciones de notas de prensa durante el proceso de la política y de planificación para la sequía podrían incluir: █ █ Cómo se espera que la política y el plan para la sequía reduzcan los impactos de la sequía en el corto y largo plazo. Los artículos podrían centrarse en la dimensión social de la sequía, por ejemplo, cómo esta afecta a las economías locales y a las familias individuales; las consecuencias ambientales, tales como la reducción del hábitat de la vida silvestre; salud humana; y los impactos en la economía regional y nacional y en el proceso de desarrollo. Los cambios en comportamiento que se requerirán para reducir los impactos de la sequía; diversos aspectos de los planes estatales de preparación ante sequías; nuevas políticas asociadas a las asignaciones de agua y a la gestión del agua durante las diferentes etapas de severidad de la sequía. Podría ser útil, en años subsiguientes, difundir noticias de ‘refrescamiento de la política y de la planificación para la sequía’ al inicio de la temporada más sensible a la sequía, informándole a las personas acerca de la situación actual de los suministros de agua y los pronósticos acerca de Una Plantilla para la Acción la disponibilidad de agua. Los comunicados de prensa también podrían enfocarse en los diversos aspectos de la política y del plan de sequía. Las historias de éxito en los distintos sectores o comunidades relacionadas a la implementación del plan contribuirán a reforzar los objetivos de la política nacional y del plan de mitigación. Podría ser útil refrescar con anticipación la memoria de las personas en cuanto a las circunstancias que podrían llevar a restricciones en el uso del agua. El momento de la difusión de estos comunicados de prensa estaría asociada a las reuniones ordinarias del comité de monitoreo a nivel local y nacional, identificando específicamente a las regiones o sectores de especial preocupación. Durante la sequía, la comisión y las fuerzas de tarea estatales para la sequía deberán trabajar con los profesionales en información pública para mantener a la ciudadanía bien informada sobre la situación actual de los suministros de agua, sobre si las condiciones se están acercando a los ‘puntos de activación’ que llevarán a solicitudes de restricciones voluntarias u obligatorias en el uso del agua, y sobre cómo las víctimas de la sequía podrán acceder a información y a asistencia. Deberán crearse y mantenerse actualizados sitios web para que el público y los administradores puedan obtener información directamente del equipo de trabajo sin tener que depender de los medios de comunicación. Se necesitará tener disponibles los productos o las estrategias y herramientas de difusión que puedan transmitirle la información eficazmente a la comunidad de usuarios. Paso 9: Desarrollar programas educativos para todos los grupos de actores y grupos etarios Será necesario un programa de educación de base amplia dirigido a todos los grupos etarios para aumentar el nivel de sensibilización acerca de la nueva estrategia de gestión de sequías, la importancia de la preparación y de la reducción del riesgo, los problemas de suministro de agua a corto y largo plazo, y otros requisitos que son cruciales para su aceptación por parte del público y para la implementación de los objetivos de la política y de la preparación ante la sequía. Este programa de educación ayudará a garantizar que la gente sabrá cómo manejar la sequía cuando ocurra y que la preparación para la sequía no perderá terreno durante los años cuando no la haya. Sería útil adaptar la información a las necesidades de los grupos específicos (por ejemplo la educación primaria y secundaria, los negocios pequeños, la industria, los 35 administradores de agua, los productores agrícolas, los dueños de casa, los servicios públicos). El equipo de trabajo para la sequía en cada estado o provincia y las agencias participantes deberán considerar desarrollar presentaciones y materiales educativos para eventos tales como semanas del agua; eventos comunitarios para celebrar el Día de la Tierra y otros eventos que se centren en la conciencia ambiental; ferias comerciales pertinentes; talleres especializados; y otras reuniones enfocadas en la tutela o gestión de los recursos naturales. Paso 10: Evaluar y actualizar la política nacional de gestión de sequías y los planes de preparación de apoyo Los principios de una política nacional de sequía, y cada uno de los planes de preparación o de mitigación que sirven como instrumentos de aplicación de la política, necesitarán ser evaluados y actualizados periódicamente con el fin de incorporar nuevas tecnologías, las lecciones aprendidas de las sequías recientes, los cambios en la vulnerabilidad y así sucesivamente. El último paso en el proceso de desarrollo de la política y de la preparación es crear un conjunto detallado de procedimientos para asegurar una evaluación adecuada de los éxitos y los fracasos de la política y de los planes de preparación en todos los niveles. La comisión nacional de política de sequía deberá supervisar el proceso de evaluación, pero las acciones específicas tomadas y los resultados ejercidos en los estados o provincias afectadas por la sequía, necesitarán la participación activa de aquellas fuerzas de tarea específicas. El proceso de política y de preparación deberá ser dinámico, de lo contrario, las políticas y los planes se volverán obsoletos rápidamente. Es necesaria la comprobación, la evaluación y la actualización periódica de la política de sequía para que el plan pueda seguir dando respuesta a las necesidades del país, de los estados y de los sectores clave. Para maximizar la eficacia del sistema, deberán estar establecidas dos modalidades de evaluación: una continua y una posterior a la sequía. Evaluación continua Una evaluación operativa o continua realiza un seguimiento de cómo los cambios en la sociedad, tales como las nuevas tecnologías, nuevas investigaciones, nuevas leyes y cambios en el liderazgo político, pueden afectar el riesgo de sequía y los aspectos operativos de la política de sequía y los planes de preparación correspondientes. Versión español - traducción no oficial 36 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías El riesgo asociado a la sequía en diversos sectores (económicos, sociales y ambientales) deberá ser evaluado con frecuencia, mientras que la política de sequía y los planes de preparación en general podrían evaluarse con menos frecuencia. Se recomienda realizar una evaluación en condiciones simuladas de sequía (es decir, ejercicios de sequía basados en computadoras) antes de implementar la política de sequía y los planes a nivel estatal, y luego realizar evaluaciones periódicas en lo sucesivo. Es importante recordar que el proceso de política de sequía y de la planificación de la preparación es dinámico, no un evento discreto. Otro aspecto importante del proceso de evaluación y del concepto de ejercicios de sequía está ligado a los cambios de personal del gobierno, que, en la mayoría de los ámbitos, ocurre con frecuencia. Si los objetivos y elementos de la política nacional de sequía no son evaluados periódicamente, así como las responsabilidades de todos los organismos, ya sea a nivel nacional o estatal, entonces las autoridades gubernamentales no estarán plenamente conscientes de sus funciones y responsabilidades cuando se repita la sequía. Desarrollar y mantener una memoria institucional es un aspecto importante del proceso de política y de preparación ante sequías. EvEvaluación después de la sequía Una evaluación posterior a la sequía - o documentos de auditoría y de análisis de la evaluación y de las acciones de respuesta del gobierno, de las organizaciones no gubernamentales y de otros - proporciona un mecanismo para implementar recomendaciones para mejorar el sistema. Sin evaluaciones posteriores a la sequía, tanto de la política de sequía como de los planes de preparación a nivel local, es difícil aprender de los éxitos logrados y de los errores cometidos, ya que la memoria institucional se desvanece. Las evaluaciones posteriores a las sequías deberán incluir un análisis de los aspectos climáticos, sociales y medioambientales de la sequía: es decir, sus consecuencias económicas, sociales y ambientales; la medida en que la planificación antes de la sequía sirvió para mitigar los impactos, para facilitar la ayuda o la asistencia a las zonas afectadas y para la recuperación después de la sequía; y cualquier otra debilidad o problema causado o no cubierto por la política y por los planes por estados. También se deberá prestar atención a las situaciones donde funcionaron los mecanismos de afrontamiento a la sequía y donde las sociedades demostraron resiliencia. Las evaluaciones no deberán centrarse únicamente en aquellas situaciones donde los mecanismos de afrontamiento fallaron. Las evaluaciones de respuestas anteriores a las sequías severas, si acaso fueron realizadas, también son de gran ayuda en la planificación. Estas evaluaciones establecen una línea de base para comparaciones posteriores, permitiendo documentar las tendencias en resiliencia. Para asegurar una evaluación imparcial, los gobiernos podrían querer depositar la responsabilidad de evaluar la eficacia de la política de sequía, y de cada uno de los planes de preparación, en manos de organizaciones no gubernamentales, tales como universidades y/o institutos especializados de investigación. Una Plantilla para la Acción 37 Resumen y Conclusión En su mayoría, las respuestas usadas anteriormente en todas partes del mundo para abordar las sequías han sido reactivas, reflejando lo que comúnmente se conoce como el enfoque de gestión de crisis. Este enfoque ha sido ineficaz (es decir, asistencia mal dirigida a impactos o a grupos de población específicos), mal coordinado y hecho a destiempo; más importante aún, ha hecho poco para reducir los riesgos asociados a la sequía. De hecho, los impactos económicos, sociales y medioambientales de la sequía han aumentado significativamente en las últimas décadas. Existe una tendencia similar para todos los riesgos naturales. La intención del proceso de desarrollo de la política y de la planificación descrito en este informe es proporcionar un conjunto de pasos genéricos o lineamientos que las naciones puedan utilizar para desarrollar los principios globales de una política nacional de sequía orientada a la reducción de riesgos. Esta política se implementaría a nivel subnacional (es decir, provincial o estatal) mediante el desarrollo y la implementación de planes de preparación ante sequías que siguen el marco o los principios de la política nacional de sequía. Estos planes son los instrumentos para la implementación de una política nacional de sequía basada en los principios de reducción de riesgos. Siguiendo estas pautas, una nación puede cambiar significativamente la forma en que se prepara para y responde a la sequía, poniendo mayor énfasis en un abordaje proactivo de los riesgos asociados a la sequía mediante la adopción de acciones de mitigación apropiadas. Los lineamientos presentados aquí son genéricos para permitirles a los gobiernos poder elegir los pasos y los componentes que más se aplican a su situación. La metodología de evaluación de riesgo incorporada en este proceso está diseñada para guiar a los gobiernos a través del proceso de evaluación y priorización de los impactos, y de la identificación de las acciones y herramientas de mitigación que pueden utilizarse para reducir los impactos de los futuros episodios de sequía. Tanto el proceso de desarrollo de la política como el proceso de planificación deben verse como permanentes, continuamente evaluando la exposición y las vulnerabilidades cambiantes del país, y las maneras en que los gobiernos y los actores pueden trabajar conjuntamente para reducir el riesgo. Versión español - traducción no oficial 38 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías Referencias Blaikie, P., Cannon, T., Davis, I. and Wisner, B. (1994) At Risk: Natural Hazards, People’s Vulnerability, and Disasters. Routledge Publishers, London, UK. FAO and NDMC (2008) The Near East Drought Planning Manual: Guidelines for Drought Mitigation and Preparedness Planning. Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO) and National Drought Mitigation Center (NDMC), Rome, Italy. HMNDP (2013) Final Declaration from the High-level Meeting on National Drought Policy. Available at: http://hmndp.org. Iglesias, A, Moneo, M. and Quiroga, S. 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Sus selecciones en la lista de verificación podrán basarse, ya sea en las sequías extremas o en las comunes, o en una combinación de ambas. Por ejemplo, si su planificación ante sequías iba a basarse en la ‘peor sequía registrada’, se necesitaría completar una reseña histórica para identificar la ‘peor sequía registrada’ en su zona y para evaluar los impactos de esa sequía. Los impactos, entonces, se registrarían en esta lista marcando las casillas correspondientes bajo la columna ‘Histórica’. Luego, con el conocimiento actual que tiene sobre su zona local, si otra ‘peor sequía registrada’ ocurriera mañana, considere cuáles podrían ser los impactos locales y regístrelos en la lista de verificación bajo la columna ‘Actual’. Por último, considere cuáles serían H C P los impactos que tendría la misma sequía en su zona en cinco o diez años y registre estos bajo la columna ‘Potencial’. Si se dispone de suficiente tiempo, dinero y personal, podría resultar beneficioso realizar estudios de impacto basados en sequías comunes, en sequía(s) extrema(s) y en la ‘peor sequía registrada’ en su región. Estos análisis generarían una gama de impactos relacionados a la severidad de la sequía, lo cual es necesario para realizar el Paso 3 de la guía, y que podrían ser útiles para fines de planificación. H = Sequía Histórica C = Sequía Actual P = Sequía Potencial Económico Pérdida de producción de cultivos ✓ ✓ ✓ Pérdida de cultivos anuales y perennes ✓ ✓ ✓ Daños a la calidad de los cultivos ✓ ✓ ✓ Menor productividad de las tierras de cultivo (erosión eólica, etc.) ✓ ✓ ✓ Infestación de insectos ✓ ✓ ✓ Enfermedades en plantas ✓ ✓ ✓ Daños a los cultivos por vida silvestre Pérdida de producción láctea y ganadera ✓ ✓ ✓ Productividad reducida de los pastizales ✓ ✓ ✓ Reducción forzosa de pie de cría ✓ ✓ ✓ Cierre/limitación de tierras públicas al pastoreo ✓ ✓ ✓ Alto costo/falta de disponibilidad de agua para el ganado ✓ ✓ ✓ Alto costo/falta de disponibilidad de alimento para el ganado ✓ ✓ ✓ Tasas altas de mortalidad del ganado Versión español - traducción no oficial 40 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías H C P Económico (continuado) ✓ ✓ ✓ Alteración de los ciclos de reproducción (retrasos en la reproducción o preñeces no terminadas) ✓ ✓ ✓ Menor peso del ganado ✓ ✓ ✓ Mayor depredación ✓ ✓ ✓ Incendios en pastizales Pérdida de producción de madera ✓ ✓ ✓ Incendios forestales ✓ ✓ ✓ Enfermedades en árboles ✓ ✓ ✓ Infestación de insectos ✓ ✓ ✓ Deterioro de la productividad de las tierras forestales Pérdida de producción pesquera ✓ ✓ ✓ Daños al hábitat de peces ✓ ✓ ✓ Pérdida de peces jóvenes debido a disminución de los flujos ✓ ✓ ✓ Pérdida de ingresos para los agricultores y otros afectados directamente ✓ ✓ ✓ Pérdida de los agricultores por bancarrota ✓ ✓ ✓ Desempleo debido a descensos en producción relacionados a la sequía ✓ ✓ ✓ Pérdidas para la industria de la recreación y el turismo ✓ ✓ ✓ Pérdidas para los fabricantes y vendedores de equipo de recreación ✓ ✓ ✓ Mayor demanda y oferta reducida de energía debido a reducciones en la energía relacionadas a la sequía ✓ ✓ ✓ Costos para la industria y consumidores de energía asociados a la sustitución de combustibles más costosos (petróleo) por energía hidroeléctrica ✓ ✓ ✓ Pérdida para las industrias que dependen directamente de la producción agrícola (fabricantes de maquinaria y fertilizantes, procesadores de alimentos, etc.) Descenso en la producción de alimentos/suministro de alimentos interrumpido ✓ ✓ ✓ Aumento en los precios de los alimentos ✓ ✓ ✓ Mayor importación de alimentos (costos más altos) ✓ ✓ ✓ Interrupción en los suministros de agua Ingresos para las empresas de abastecimiento de agua ✓ ✓ ✓ Déficit de ingresos ✓ ✓ ✓ Ganancias inesperadas ✓ ✓ ✓ Presión sobre las instituciones financieras (embargos, mayores riesgos de crédito, déficits de capital, etc.) ✓ ✓ ✓ Pérdidas de ingresos para los gobiernos federales, estatales y locales (base tributaria reducida) ✓ ✓ ✓ Pérdida por deterioro en navegabilidad de arroyos, ríos y canales ✓ ✓ ✓ Costo de transporte o transferencia por agua Una Plantilla para la Acción H C P Económico (continuado) ✓ ✓ ✓ Costo de desarrollo de recursos hídricos o complementarios ✓ ✓ ✓ Costo de mayor agotamiento de aguas subterráneas (minería), hundimientos de tierra ✓ ✓ ✓ Reducción de desarrollo económico ✓ ✓ ✓ Reducción en los precios de la tierra 41 Daño a especies animales ✓ ✓ ✓ · Reducción y degradación del hábitat de peces y vida silvestre ✓ ✓ ✓ · Falta de alimento y agua para beber ✓ ✓ ✓ · Enfermedades ✓ ✓ ✓ · Mayor vulnerabilidad a la depredación (por concentración de las especies cerca del agua) ✓ ✓ ✓ · Migración y concentración (pérdida de vida silvestre en algunas zonas y demasiada en otras) ✓ ✓ ✓ · Mayor presión para especies en peligro de extinción H C P Ambiental ✓ ✓ ✓ Daños a especies vegetales ✓ ✓ ✓ Mayor número y severidad de incendios ✓ ✓ ✓ Pérdida de humedales ✓ ✓ ✓ Impactos a los estuarios (por ejemplo, cambios en los niveles de salinidad) ✓ ✓ ✓ Mayor agotamiento de aguas subterráneas, hundimientos de tierra ✓ ✓ ✓ Pérdida de biodiversidad ✓ ✓ ✓ Erosión hídrica y eólica del suelo ✓ ✓ ✓ Niveles reducidos de agua de embalses, lagos (incluyendo estanques de granja) ✓ ✓ ✓ Flujo reducido de manantiales ✓ ✓ ✓ Efectos en la calidad del agua (por ejemplo, concentración de sal, aumento en la temperatura del agua, pH, oxígeno disuelto, turbidez) ✓ ✓ ✓ Efectos en la calidad del aire (por ejemplo polvo, contaminantes) ✓ ✓ ✓ Calidad visual y del paisaje (por ejemplo polvo, cobertura vegetal, etc.) H C P Impactos Sociales ✓ ✓ ✓ Estrés físico y mental (ansiedad, depresión, pérdida de seguridad, violencia doméstica) ✓ ✓ ✓ Problemas de salud causados por bajo flujo (por ejemplo contaminación por conexiones cruzadas, disminución de flujos de aguas residuales, mayores concentraciones de contaminantes, menor capacidad para combatir incendios, etc.) ✓ ✓ ✓ Reducciones en la nutrición (por ejemplo limitación de alimentos por alto costo, deficiencias dietéticas relacionadas con el estrés) Versión español - traducción no oficial 42 Directrices para una Política Nacional de Gestión de Sequías H C P Impactos Sociales(continuado) ✓ ✓ ✓ Pérdida de vidas humanas (por ejemplo, de estrés por calor, suicidios) ✓ ✓ ✓ Seguridad pública por incendios forestales y de pastizales ✓ ✓ ✓ Aumento de las enfermedades respiratorias ✓ ✓ ✓ Aumento de las enfermedades causadas por las concentraciones de vida silvestre Aumento de los conflictos ✓ ✓ ✓ Conflictos entre usuarios de agua ✓ ✓ ✓ Conflictos políticos ✓ ✓ ✓ Conflictos de gestión ✓ ✓ ✓ Otros conflictos sociales (por ejemplo científicos, relacionados con los medios de comunicación) ✓ ✓ ✓ Alteración de los sistemas de creencias culturales (por ejemplo opiniones religiosas y científicas acerca de los riesgos naturales) ✓ ✓ ✓ Reevaluación de los valores sociales (por ejemplo las prioridades, necesidades, derechos) ✓ ✓ ✓ Reducción o modificación de actividades recreativas ✓ ✓ ✓ Insatisfacción del público con el gobierno en cuanto a la respuesta a la sequía ✓ ✓ ✓ Inequidad en la distribución de la ayuda para la sequía La inequidad en los impactos de la sequía se basan en: ✓ ✓ ✓ Grupo socioeconómico ✓ ✓ ✓ Etnicidad ✓ ✓ ✓ Edad ✓ ✓ ✓ Sexo ✓ ✓ ✓ Tercera edad ✓ ✓ ✓ Pérdida de lugares de interés cultural ✓ ✓ ✓ Pérdida de valores estéticos ✓ ✓ ✓ Reconocimiento de las restricciones institucionales sobre el uso del agua Reducción de la calidad de vida, cambios en el estilo de vida ✓ ✓ ✓ en las zonas rurales ✓ ✓ ✓ en zonas urbanas especificas ✓ ✓ ✓ mayor pobreza en general ✓ ✓ ✓ Mayor necesidad de datos/información, coordinación de las actividades de diseminación ✓ ✓ ✓ Migraciones de la población (por ejemplo de zonas rurales a las urbanas, migrantes a los Estados Unidos) Fuente: http://drought.unl.edu/portals/0/docs/10StepProcess.pdf