¡A CTUALIDAD La Sagrada Liturgia, que la Constitución Sacrosanctum Concilium, califica como la cumbre de la vida eclesial, jamás puede reducirse a una simple realidad estética, ni puede ser considerada como un instrumento con fines meramente pedagógicos o ecuménicos. La celebración de los santos misterios es, sobre todo, acción de alabanza a la soberana majestad de Dios, Uno y Trino, y expresión querida por Dios mismo. La Liturgia y la vida son realidades inseparables. Una Liturgia que no tuviera un reflejo en la vida, se tornaría vacía y, ciertamente, no sería agradable a Dios. FIESTAS Y ROMERIAS DE MAYO < 11 de mayo. Domingo de Pentecostés: Romerías en Cantalapiedra (Nuestra Señora de la Misericordia), Horcajo Medianero (Nuestra Señora de Valdejimena), Matilla de los Caños (Nuestra Señora del Cueto), y Pedrosillo el Ralo (Bendición de campos). < 12 de mayo. Lunes de Pentecostés: Romería en Topas (Nuestra Señora de los Remedios). <14 de mayo: Pereña de la Ribera: Romería de la Virgen del Castillo. < 18 de mayo. Domingo de la octava de Pentecostés: Tejares, Salamanca: Romería a Nuestra Señora de la Salud; Ledesma, Virgen de la Salud. < 13 de mayo: Nuestra Señora de Fátima. < 24 de mayo: María Auxiliadora. 12 ¡ Piedad popular ni excesos LOS VALORES DE LA PIEDAD POPULAR 61. Según el Magisterio, la piedad popular es una realidad viva en la Iglesia y de la Iglesia: su fuente se encuentra en la presencia continua y activa del Espíritu de Dios en el organismo eclesial; su punto de referencia es el misterio de Cristo Salvador; su objetivo es la gloria de Dios y la salvación de los hombres; su ocasión histórica es el “feliz encuentro entre la obra de evangelización y la cultura”. Por eso el Magisterio ha expresado muchas veces su estima por la piedad popular y sus manifestaciones; ha llamado la atención a los que la ignoran, la descuidan o la desprecian, para que tengan una actitud más positiva ante ella y consideren sus valores; no ha dudado, finalmente, en presentarla como “un verdadero tesoro del pueblo de Dios”. 64. El Magisterio subraya además la importancia de la piedad popular para la vida de fe del pueblo de Dios, para la conservación de la misma fe y para emprender nuevas iniciativas de evangelización. Se advierte que no es posible dejar de tener en cuenta "las devociones que en ciertas regiones practica el pueblo fiel con un fervor y una rectitud de intención conmovedores”; que la sana religiosidad popular, “por sus raíces esencialmente católicas, puede ser un remedio contra las sectas y una garantía de fidelidad al mensaje de la salvación”; que la piedad popular ha sido un instrumento providencial para la conservación de la fe, allí donde los cristianos se veían privados de atención pastoral; que donde la evangelización ha sido insuficiente, “gran parte de la población expresa su fe sobre todo mediante la piedad popular”; que la piedad popular, finalmente, constituye un valioso e imprescindible “punto de partida para conseguir que la fe del pueblo madure y se haga más profunda”. ALGUNOS PELIGROS QUE PUEDEN DESVIAR LA PIEDAD POPULAR 65. El Magisterio, que subraya los valores innegables de la piedad popular, no deja de indicar algunos peligros que pueden amenazarla: presencia insuficiente de elementos esenciales de la fe cristiana, como el significado salvífico de la Resurrección de Cristo, el sentido de pertenencia a la Iglesia, la persona y la acción del Espíritu divino; la desproporción entre la estima por el culto a los Santos y la conciencia de la centralidad absoluta de Jesucristo y de su misterio; el escaso contacto directo con la Sagrada Escritura; el distanciamiento respecto a la vida sacramental de la Iglesia; la tendencia a separar el momento cultual de los compromisos de la vida cristiana; la concepción utilitarista de algunas formas de piedad; la utilización de “signos, gestos y fórmulas, que a veces adquieren excesiva importancia hasta el punto de buscar lo espectacular”; el riesgo, en casos extremos, de “favorecer la entrada de las sectas y de conducir a la superstición, la magia, el fatalismo o la angustia”. r: s ni defectos RETOS PARA LAS DEVOCIONES POPULARES 66. Para poner remedio a estas eventuales limitaciones y defectos de la piedad popular, el Magisterio de nuestro tiempo repite con insistencia que se debe “evangelizar” la piedad popular, ponerla en contacto con la palabra del Evangelio para que sea fecunda. Esto “la liberará progresivamente de sus defectos; purificándola la consolidará, haciendo que lo ambiguo se aclare en lo que se refiere a los contenidos de fe, esperanza y caridad”. En esta labor de “evangelización” de la piedad popular, el sentido pastoral invita a actuar con una paciencia grande y con prudente tolerancia, inspirándose en la metodología que ha seguido la Iglesia a lo largo de la historia, para hacer frente a los problemas de enculturación de la fe cristiana y de la Liturgia, o de las cuestiones sobre las devociones populares. v Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia. Congregación para el Culto divino y la disciplina de los Sacramentos. 13 ¡