¿Qué es? ¿Por qué un preservativo femenino? Homologación y

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¿Qué es?
El preservativo femenino está disponible en Europa desde 1992. Es una funda transparente de poliuretano
(plástico) con un anillo flexible en ambos extremos, como un pequeño túnel de 17 centímetros de largo
y 7,8 de diámetro, cerrado en uno de los extremos. El anillo de la parte cerrada del preservativo sirve de guía
para su colocación en el fondo de vagina mientras que el otro extremo termina en un aro más grande que
queda fuera de la vagina cubriendo los genitales externos de la mujer.
¿Por qué un preservativo femenino?
La creciente feminización de la infección por el VIH/sida en España se debe al peso cada día mayor de la
transmisión heterosexual en la epidemia. La transmisión por relaciones heterosexuales no protegidas
asciende al 27%, pero adquiere especial relevancia en las mujeres, donde representa el 44% de los casos de
sida [1]. Esto evidencia las dificultades que a menudo tienen las mujeres a la hora de protegerse a sí mismas.
Las mujeres pueden exponerse al VIH u otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) debido a sus conductas,
las de sus maridos o sus parejas. Con frecuencia, los mensajes para prevenir la infección por el VIH/sida
(fidelidad mutua, número limitado de parejas o uso consistente del preservativo masculino) son difíciles
de poner en práctica, especialmente cuando las mujeres no están en condiciones de decidir sobre sus
relaciones sexuales o sobre sus parejas.
Ello hace necesario que los mensajes y las medidas preventivas se adapten a las necesidades y a los valores
específicos de las mujeres. El preservativo femenino, además de posibilitar que las mujeres inicien la adopción
de medidas de protección y por tanto de protegerse a sí mismas, les facilita la decisión y el control sobre
sus relaciones sexuales. Es el único método disponible para ser usado por las propias mujeres y una
alternativa adicional al preservativo masculino.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre
VIH/sida (ONUSIDA) apoyan firmemente el preservativo femenino como una opción más en
respuesta a las necesidades de salud reproductiva y sexual de hombres y mujeres.
Homologación y seguridad
El preservativo femenino está homologado como producto sanitario por el Ministerio de Sanidad
y Consumo para ser usado una sola vez en las relaciones de prenetración vaginal.
Es más resistente que el preservativo masculino, inodoro, no altera la flora vaginal, no causa irritaciones en
la piel, no produce reacciones alérgicas ni traumas vaginales [2]. El poliuretano es una alternativa para
personas sensibles al látex. No se han observado irritaciones debidas al poliuretano ni reacciones alérgicas
al preservativo femenino o su lubricante [3]. Igualmente, según el fabricante no se han notificado reacciones
alérgicas.
Eficacia y efectividad
El preservativo femenino es eficaz frente a las ITS, incluido el VIH y los embarazos no deseados, y su
efectividad aumenta a medida que sus usuarias y usuarios ganan habilidad y experiencia con el método,
y en la medida que se promociona su uso.
Como anticonceptivo el preservativo femenino es una alternativa a los métodos disponibles, ofreciendo
protección frente a los embarazos no deseados. El porcentaje anual de embarazos involuntarios tras
un uso correcto y consistente se estima en un 5% (3% con el preservativo masculino) [4].
El preservativo femenino es además una barrera eficaz frente a las infecciones de transmisión sexual, incluida la
infección por VIH/sida. Se ha estimado que el riesgo de infecciones de transmisión sexual podría reducirse un
97% usando correcta y consistentemente (en toda relación sexual) el preservativo femenino [5].
Distintos estudios han confirmado su eficacia (resultados en condiciones ideales, de laboratorio) frente a
gases, líquidos y microorganismos incluidos el citomegalovirus, y los virus del herpes, gonorrea, clamidia,
tricomonas, hepatitis B y VIH [6].
Un estudio sobre transmisión de ITS en personas que ejercen la prostitución encontró que entre aquellas
que disponían tanto de preservativos masculinos como femeninos el número de relaciones sexuales
desprotegidas fue escaso y la incidencia de ETS un tercio menor que entre las que sólo tenían acceso al
preservativo masculino [6]. Asimismo, un estudio realizado con mujeres VIH positivas mostró una reducción
del porcentaje de actos sexuales desprotegidos que pasaron del 14% al 6% [7].
Una intervención con 65 adolescentes con prácticas de riesgo concluyó que el principal obstáculo para
usar el preservativo femenino era no disponer del mismo. Aunque el 95% había oído hablar de condón
femenino, sólo el 15% lo había usado [8]. Ello demuestra que para aumentar su efectividad (resultados en
condiciones reales, en su uso habitual) es preciso asegurar su accesibilidad y su disponibilidad [9].
Existen evidencias que sugieren que la introducción de un nuevo método preventivo alternativo no desplaza
a los ya existentes sino que proporciona una protección adicional. Así, en un estudio prospectivo de seis
meses realizado en dos clínicas de ITS en Estados Unidos, 895 mujeres activas sexualmente recibieron
condones masculinos y femeninos. A los seis meses, casi tres de cuatro habían usado ambos tipos de
condón. Así mismo, entre las que fueron usuarias sistemáticas de un condón (309), tres cuartas partes
usaron ambos tipos de condón; sólo el 18% usó el condón masculino exclusivamente. Tener ambos tipos
de condón disponibles permitió a las usuarias no sistemáticas del condón masculino lograr tasas de
protección más elevadas al combinar los tipos de condón en el transcurso del tiempo [10].
La experiencia de los centros de planificación familiar indica que la introducción de nuevos métodos
preventivos, aumenta la prevalencia del uso de anticonceptivos así como el número de actos sexuales
protegidos. Asimismo, los estudios de simulación y modelización muestran que el nivel de protección
conferido (el número de casos evitados) por un método preventivo depende de tres factores: la eficacia
del método, el uso consistente y lo extendido que esté su uso entre la población (cobertura). Así un método
preventivo de baja ef icacia usado consistentemente puede alcanzar el mismo grado
de protección que un método de alta eficacia no usado consistentemente [11].
Aceptación y uso
El preservativo femenino tiene un alto grado de aceptación tanto entre los hombres como entre las
mujeres. Una media del 50% de los hombres y del 70% de las mujeres participantes en diversos estudios
lo encuentra aceptable. Un análisis que efectuó la Organización Mundial de la Salud de 41 estudios de
aceptabilidad indicó que el grado de aceptación varía ampliamente, de 41 por ciento a 95 por ciento de
los participantes de los estudios [12].
El preservativo femenino puede ser especialmente atractivo para las mujeres que tienen prácticas de riesgo,
las que tienen efectos adversos a los anticonceptivos hormonales, personas que no quieren
(o su pareja no quiere) usar el preservativo masculino y personas alérgicas al látex.
Las mujeres que han usado el preservativo femenino, además de permitirles decidir sobre la protección en
sus relaciones sexuales, refieren como ventajas del mismo: hacer sexo en cualquier posición sin que se
produzcan roturas o deslizamientos, mayor lubricación (especialmente valorado en mujeres que ejercen
la prostitución), más confortable para los hombres, mayor sensibilidad pues el poliuretano transmite el
calor mejor que el látex y la posibilidad de usarlo durante la menstruación, o no tener que retirar el pene
inmediatamente después de la eyaculación [13,14]. No se han observado efectos adversos sobre el placer
sexual y está documentado que el anillo interno puede incrementarlo tanto en hombres como en mujeres.
Además afecta menos a la espontaneidad sexual y la intimidad.
Igualmente se valora como muy positivo el hecho de que el condón femenino aumente las opciones
preventivas así como que el hecho de proponérselo a la pareja sexual favorezca la comunicación
interpersonal [15].
La mayoría de las quejas sobre el preservativo femenino –parece muy largo, es difícil de insertar la primera
vez y poco atractivo estéticamente- desaparecen o se solventan a medida que las mujeres ganan habilidad
y experiencia con el método. Otros problemas, como el ruido durante las relaciones sexuales, se solucionan
añadiendo más lubricante [13,16].
El preservativo femenino no es difícil de usar pero requiere práctica. La complicación de las primeras veces
no debe ser un obstáculo.
Muchos de los programas de promoción del preservativo femenino sugieren que debe probarse al menos
tres veces para familiarizarse con él. Cuando esto sucede su uso no es más engorroso que otros métodos
de barrera.
El preservativo femenino no está específicamente aprobado ni recomendado para la práctica del sexo
anal pero hay estudios sobre su uso entre hombres. La aceptación es especialmente elevada entre aquellos
hombres que tienen sexo con hombres y son VIH positivos, no tienen relaciones monógamas o tienen
una pareja serodiscordante [17]. Posiblemente, la razón de su uso para esta práctica esté en que el poliuretano
es más resistente que el látex y admite cualquier tipo de lubricante.
Bibliografía
1 Ministerio de Sanidad y Consumo. Dirección General de Salud Pública. Secretaría del Plan Nacional sob
el Sida y Centro Nacional de Epidemiología. Vigilancia Epidemiológica del Sida en España. Situación a 31
diciembre de 2002. www.msc.es/sida
2 Soper DE, Brockwell NJ, Dalton HP. Evaluation of the effects of a female condom on the female lower gen
tract. Contraception, 1991; 44 (1).
3 Forsyth A. Evaluation of a polyurethane female condom in rubber-sensitive individuals and in patients w
other skin diseases. Unpublished work presented at the American Society of Dermatology Congress, 19
4 Trussell J, Sturgen K, Strickler J, Dominik R. Contraceptive efficacy of the Reality female condom: compari
with other barrier methods. Family Planning Perspectives, 1994; 26 (2).
5 The female condom. A guide for planning and programming. UNAIDS, 2000. www.unaids.org
Preservativo masculino
Preservativo femenino
Método de barrera que proporciona protección
frente a las Infecciones de Transmisión Sexual
(ITS) y los embarazos no deseados
Método de barrera que proporciona protección
frente a las ITS y los embarazos no deseados
Hecho de látex, algunos de poliuretano
Hecho de poliuretano
Pueden venir ya lubricados o no
Vienen ya lubricados
El de látex sólo permite el uso de lubricantes
solubles en agua. El lubricante se pone en la
parte exterior del preservativo
Pueden añadirse lubricantes solubles en agua
o en aceite. El lubricante se coloca en el interior
del preservativo
Permite el uso de espermicidas
Permite el uso de espermicidas
Cubre el pene
Se inserta en la vagina
10 Ross J, Frankenberg E. Findings from Two Decades of Family Planning Research. Population Council, 1993.
Debe colocarse cuando el pene está erecto
Puede insertarse hasta 8 horas antes de la relación
sexual. No requiere que el pene esté erecto
11 Macaluso M, Demand M, Artz L, et al. Female condom use among women at high risk for sexually transmit
Debe quitarse inmediatamente después de la
eyaculación
No necesita retirarse inmediatamente después
de la eyaculación
12 UNDP/UNFPA/WHO/World Bank Special Programme of Research on Human Reproduction. The Fema
Cubre la mayor parte del pene y protege los
genitales internos de la mujer
Cubre los genitales externos e internos de la mujer
El látex puede deteriorarse si no se almacena
en las condiciones de luz y humedad adecuadas
El poliuretano no se deteriora por cambios de
temperatura o humedad
Se recomienda usarlo una única vez
Se recomienda usarlo una única vez pero se está
estudiando su posible reutilización
Caduca a los 5 años
Caduca a los 5 años
6 Fontanet AL, Saba J, Chandeying V, Sakondhavat C et al. Increased protection against sexually transmitt
diseases by granting sex workers in Thailand the choice of using the male or female condom. UNAIDS.
7 Magalhes J, Luspa ASR, Costa S, Barbosa RM, Guarabyra ASD, Amaral E. Female condom use among HIV infec
women: a prospective study. Abstract [TuOrD1234]. XIV International Conference on AIDS. Barcelona, 2002.
8 Haignere CS, Gold R, Maskovsky J, Ambrosini J, Rogers CL, Gollub E. High-risk adolescents and female
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9 Lameiras Fernández M, Saco Alvárez A, Failde Garrido JM, Rodríguez Castro Y. Universidad de Vigo. A
qualitative study of the viability of usage of the female condom among university students. Abstract
[WePeE6500]. XIV International Conference on AIDS. Barcelona, 2002.
disease. Fam Plann Perspect 2000;32(3):138-44
Condom: A Review. Geneva: World Health Organization, 1997.
13 Ellen Weiss. Acceptability of the female condom after social marketing campaign in Campinas, Brazil. Horiz
Actualmente, su precio es tres veces superior
al preservativo masculino
Los preservativos masculino y femenino no deben usarse conjuntamente porque la fricción
puede ocasionar fallos en el producto
Project, International Center for Research on Women. Population Council, 2001.
14 The female condom: what do we know? Family Health International, 1999. www.fhi.org
15 Choi KH, Roberts KJ. Gómez C, Grinstead O. Facilitators and barriers to use of the female condom: qualita
interviews with women of diverse ethnicity. Women & Health, 1999; 30(1):53-70
16 Mekonnen T, Robays J, Negassa H, Fiesha G, Yadeta M, Bekele Y, Teshome T. Acceptability of female
condom among women involved in prostitution in Addis Ababa, Ethiopia. Abstract [MoPeF3865] XIV
International Conference on AIDS. Barcelona, 2002.
17 Wohlfeiler D, Gibson S. McFarland W, Scheer K. Katz MH. Experiences of 100 men who have sex with men
using the female condom for anal sex. Abstract [33133]. XII International Conference on AIDS. Ginebra, 19
¿Cómo se usa el preservativo femenino?
1
El preservativo femenino puede insertarse
hasta 8 horas antes de la relación sexual.
Abrir el envoltorio cuidadosamente para no
dañarlo.
6
El anillo exterior del preservativo debe cubrir los
genitales externos de la mujer.
2
El anillo de la parte cerrada del preservativo sirve
de guía para colocarlo en el fondo de vagina
mientras que el otro extremo termina en un aro
más grande que queda fuera de la vagina
cubriendo los genitales externos de la mujer.
El preservativo femenino se comercializa lubricado.
Si se requiere una lubricación adicional, poner el
lubricante (acuoso u oleoso) en el interior.
7
Guiar el pene con la mano hacia el centro del
preservativo femenino evitando que se
introduzca entre la pared de la vagina y la parte
exterior del preservativo.
3
Sostener el preservativo con el anillo externo
colgado hacia abajo. Coger el anillo de la parte
cerrada del preservativo y apretarlo entre los
dedos pulgar e índice o corazón de forma que
quede largo y estrecho.
8
El preservativo femenino no necesita retirarse
inmediatamente después de la eyaculación.
Una vez terminada la relación y retirado el pene,
quitar el preservativo apretando el anillo externo,
retorciéndolo para mantener el semen en el
interior del preservativo. Tirar hacia fuera sin
brusquedad.
4
Elegir una posición cómoda para la colocación
del preservativo. Puede ser de pie con el otro pie
encima de una silla; sentada con las rodillas
separadas, agachada o acostada.
Introducir el aro interno en la vagina.
9
Tirarlo a la basura, no al WC.
5
Empujar el aro interno (metiendo el dedo índice
en el condón) lo más profundamente posible de
forma que quede en el fondo.
Aro externo
Aro interno
"ahora
yo también
decido".
preservativo femenino, otra opción >
Comprar siempre preservativos que estén
homologados por la autoridad sanitaria
y con marcado CE.
Usar un condón nuevo en cada relación sexual.
tu farmacéutico
te informa
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