conversando con... “El estrés no causa infertilidad” Biológicamente, como especie, tenemos más dificultades para reproducirnos en la tercera y en la cuarta década de la vida. La incidencia mayor de infertilidad se debe a que cada vez las parejas llegan más tarde al paso de tener hijos. El estrés no es causa de infertilidad probada. L | 100 Carlos Simón a edad materna es el factor principal que se da en los casos de infertilidad. Así lo manifiesta Carlos Simón, director científico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). “Cada vez más, las pacientes quieren tener niños más tarde. La edad media de mis pacientes es 38 años. Eso causa problemas con los embriones y da lugar a que la eficiencia reproductiva disminuya muchísimo. A esa edad se exacerban los problemas de infertilidad”, señala. Aparte de la edad, está el factor masculino. Simón afirma que el factor tubárico, cuando hay afección de las trompas de Falopio en la mujer, es algo que ha ido reduciéndose y que ahora se ve una alta incidencia del factor masculino. “Las causas de que la mujer no ovule son cada vez menos y cada vez más conocidas. Por tanto, mucho más fáciles de tratar”, declara. “Cada vez habrá más casos de infertilidad, porque cada vez accedemos más tarde a la maternidad”, añade. Preguntado por si el estrés afecta, Simón lo niega. “Cuando llegan a la consulta, hay pacientes que nos recalcan que está muy estresados y cuestionan si eso puede causar infertilidad. Obviamente, las que vienen de Madrid y Barcelona, que son ciudades grandes, dirán esto. El estrés es un factor que está ahí, pero no hay evidencia objetiva de que el cause infertilidad”, sostiene. También descarta que, generalmente, tenga que ver con la infertilidad el lugar donde se viva. “La infertilidad es un problema que afecta al 10% de las parejas en edad reproductiva. Eso es lo mismo en España y en China”, conversando con... asevera. Lo que sucede es que se percibe más o menos la incidencia dependiendo del acceso de las parejas a los centros de reproducción asistida. “Puede haber algunas excepciones, como lugares donde existan contaminantes ambientales de una manera excesiva, o radiaciones nucleares. Salvo estas excepciones, esto es global y afecta a todos”, expresa. La medicina está ayudando a que se puedan tener hijos más tarde. Los especialistas utilizan técnicas de reproducción asistida con las cuales tienen acceso a los ovocitos de la paciente, pueden fecundar los embriones, pueden analizar los embriones, pueden controlar el endometrio de la madre. “Podemos controlar todos los puntos del proceso reproductivo para que el objetivo de tener un hijo sano en casa, genéticamente y cromosómicamente normal, se alcance. Ése es el objetivo base”, asegura Simón, que también es catedrático de la Universidad de Valencia. El KY CHA Award Simón acaba de recibir el KY CHA Award in Stem Cell Technology por la investigación Direct conversion of human somatic cells to meiotic germlike cells by genetic reprogramming, que tiene el objetivo de poder crear espermatozoides u ovocitos de pacientes que no los tengan mediante la reprogramación celular y partiendo de sus propias células de la piel. Con el premio, la ASRM entrega un fondo de 20.000 dólares para el inicio de este novedoso proyecto basado en medicina regenerativa y tecnología de las células madre. “La edad media de mis pacientes es 38 años. A esa edad se exacerban los problemas de infertilidad” | “Intentamos reprogramar células, en este caso de la piel, para que las personas tengan sus propios gametos y no tengan que recurrir a la donación de gametos para quedar embarazadas. Es necesario profundizar en el desarrollo de la línea germinal humana para poder avanzar y ofrecer otras soluciones aparte de la donación de gametos, cuando su nula producción por parte de la pareja es la causa de la infertilidad”, comunica Simón al respecto. ¿Cómo va la investigación? Responde que “todo depende de los recursos que se puedan meter. Esto es terapia celular avanzada y dura lo que dura crear un medicamento, que viene a ser entre cinco y siete años. Se requiere una inversión de dinero muy importante para poder experimentar todos los pasos y hacer los ensayos clínicos que hay que hacer”. Hay cuatro personas involucradas en la investigación, que llevan trabajando en ella desde hace tres años, en colaboración con universidades americanas como la de Stanford, que está considerada una de las tres más importantes del mundo por su 102 relevancia científica, junto con Harvard y Princeton. Precisamente, el año pasado, Simón fue nombrado profesor adjunto del Departamento de Obstetricia y Ginecología de Stanford. Hacia un nuevo modelo de predicción de aneuploidías El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) nació en 1990 como la primera institución médica en España especializada íntegramente en reproducción humana. Actualmente, cuenta con 25 clínicas en siete países. La investigación del IVI titulada Prediction model for aneuploidy in early human embryos based on the transcriptomic signature, presentada en octubre, abre las puertas a un nuevo modelo de predicción de aneuploidías, logrado a partir de la firma transcriptómica –conjunto de moléculas que se expresan en una célula– de 12 genes, que permite una precisa detección de anomalías cromosómicas en los estadios más tempranos del embrión. Sobre el horizonte en el campo de la infertilidad, Simón opina que los médicos están para resolver los problemas de las personas. “No va a ocurrir que la gente tenga hijos a los 20 para solucionar esto. Nosotros tenemos que mejorar las técnicas para hacer que una mujer pueda tener hijos a los 35, a los 40 o a los 45. Nuestro límite en España está en los 50. En el futuro, cualquier pareja que quiera tener hijos podrá tener un niño sano en casa. Este campo, como otros muchos, tiene que ir hacia donde nuestros pacientes demandan. Lo que tenemos que hacer es la preservación de la fertilidad. Una mujer a los 32-33 años puede preservar su fertilidad. Es algo que se está imponiendo en la actualidad. No tanto en los hombres. Existen determinadas vías para poder mitigar esto, como la vitrificación de ovocitos”, concluye.+