Bocio

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Bocio
El bocio es un aumento de volumen, a menudo visible, de la glándula
tiroides. Afecta más a menudo a las mujeres que a los hombres y su
frecuencia aumenta con la edad, por lo regular no es cáncer. Se
traduce externamente por una tumoración en la parte antero-inferior
del cuello justo debajo de la laringe. El bocio puede asociarse a una
función tiroidea normal (bocio normofuncionante) a una hipofunción o
hiperfunción de la misma.
Clasificación del Bocio
Desde el punto de vista morfológico:
 :Bocio Difuso,
 Uninodular
 Multinodular.
Según su tamaño se divide en los siguientes estadios:
Estado 1: detectable a la palpación.
 Estado 2: bocio palpable y visible con el cuello en hiperextensión.
 Estado 3: visible con el cuello en posición normal.
 Estado 4: bocio visible a distancia.
Dentro de las características epidemiológicas, podemos clasificar
inicialmente al bocio en endémico y esporádico. Denominamos
endémico a aquel que se produce en una determinada región en la
que la prevalencia de bocio en niños entre 6 y 12 años es superior al
5% como consecuencia del déficit de yodo, mientras que se define
como esporádico aquel que
se produce no en una población
particular.

Causas del Bocio
Un bocio simple puede darse por una razón desconocida. Puede
ocurrir cuando la glándula tiroides es incapaz de producir suficiente
cantidad de la hormona tiroidea para satisfacer las necesidades
corporales. Esto puede deberse a la falta de yodo en la dieta de una
persona. Para compensar la deficiencia de la hormona tiroidea, la
glándula tiroides se agranda.
El bocio nodular tóxico es un agrandamiento de la tiroides que tiene
una o muchas masas pequeñas y redondas llamadas nódulos. Uno o
más de estos nódulos producen demasiada hormona tiroidea.
El cuerpo necesita yodo para producir hormona tiroidea:

Los bocios simples pueden presentarse en personas que viven
en áreas donde los suelos y el agua no tienen suficiente
yodo. Es posible que las personas de estas áreas no obtengan
yodo suficiente en su alimentación.

El uso de la sal de cocina yodada en muchos productos
alimentarios previene la falta de yodo en la alimentación.
En muchos casos de bocio se desconoce la causa. Aparte de una falta
de yodo, otros factores que pueden llevar a la afección abarcan:
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Bociógenos: fármacos vegetales alimentarios, sustancias químicas
en agua de bebida que producen alteración de la captación tiroidea
de yodo, aumento de la excreción de tiroxina; yatrogenia
(compensatorio tras tiroidectomia subtotal, administración de
radioyodo).
Defectos congénitos enzimáticos en la biosíntesis de hormonas
tiroideas.
Enfermedades: sarcoidosis, amiloidosis.
Tumores, benignos y malignos.
Tiroiditis.
Infecciones
Fumar cigarrillo
Ciertos alimentos (soya, maní, verduras de la familia del brócoli y el
repollo)
Los bocios simples también son más comunes en:
 Personas de más de 40 años de edad
 Personas con antecedentes familiares de bocio
 Mujeres
Tratamiento
El bocio sólo es necesario tratarlo si está causando síntomas.
Los tratamientos para un agrandamiento de la tiroides abarcan:
 Tratamiento con suplementos de hormona tiroidea en pastillas si
el bocio se debe a una tiroides hipoactiva.
 Dosis pequeñas de solución de yodo de Lugol o de yoduro de
potasio si el bocio se debe a una falta de yodo.
 Yodo radiactivo para encoger la glándula, especialmente si la
tiroides está produciendo demasiada hormona tiroidea.
 Cirugía (tiroidectomía) para extirpar toda la glándula o parte de
ella.
Manifestaciones Clínicas del Bocio (Signos y Síntomas)
El signo principal es la inflamación de la glándula tiroides. El tamaño
de la glándula puede variar entre un solo nódulo pequeño hasta una
tumoración grande en el cuello.
Algunas personas con bocio simple pueden tener síntomas de
glándula tiroides hipoactiva.
En raras ocasiones, la tiroides inflamada puede ejercer presión sobre
la tráquea y el esófago, lo cual puede llevar a:
 Dificultades
respiratorias (con
bocios
muy
grandes),
especialmente al acostarse boca arriba
 Tos
 Ronquera
 Dificultades para deglutir, especialmente con alimento sólido
El bocio se caracteriza por un crecimiento tiroideo lento,
frecuentemente con formación de nódulos asociados. Así, a menudo el
paciente refiere bocio de varios años de evolución, aunque en otros
casos el paciente no ha percibido el proceso, y es un hallazgo clínico o
radiológico casual.
Existen ciertos síntomas que, descritos por el paciente, nos pueden
orientar a una u otra etiología. Un ejemplo es la existencia de dolor,
que en gran parte de los casos se asocia a hemorragia intraquística,
tiroiditis, o algunas formas de carcinoma tiroideo.
Hay que interrogar también por el tiempo de evolución del bocio.
Bocios de crecimiento rápido sugieren malignidad o hemorragias
intranodulares, mientras que bocios de más lenta evolución sugieren
benignidad. Los bocios de gran tamaño producen síntomas
compresivos que el paciente refiere como clínica de disnea o
estridor si afectan a tráquea, disfagia cuando compromete esófago y
cianosis facial o plétora si se afectan la vena cava, subclavia o
yugular.
La afectación del nervio recurrente origina parálisis de las cuerdas
vocales con cuadro de disfonía y voz bitonal. Todos estos síntomas
pueden aparecer en bocios benignos grandes de larga evolución,
aunque con más frecuencia deben orientarnos hacia causa maligna.
Independientemente de cuál o cuáles sean los factores estimuladores
del crecimiento que pudieran estar presentes, la formación de nódulos
que forma parte de la historia natural del bocio se puede explicar
únicamente por la existencia de una hetereogenicidad en la
sensibilidad individual de las células foliculares tiroideas al estímulo de
los diversos factores estimuladores del crecimiento. Existiría también
hetereogenicidad en lo que se refiere a la actividad funcional de las
distintas células dentro del folículo tiroideo, lo cual explicaría, a su vez,
la heterogenicidad funcional que aparece dentro de la glándula en la
historia natural del bocio, que conduce en etapas finales en algunos
casos al desarrollo de autonomía funcional, es decir, que la secreción
de hormonas tiroideas se hace independiente de la secreción de
tirotropina (TSH) y aparece un hipertiroidismo subclínico o incluso
clínico. En este sentido, se han encontrado mutaciones activadoras en
el receptor de TSH en nódulos hiperfuncionantes, las cuales podrían
tener un papel patogénico.
Finalmente se debe interrogar al paciente por síntomas de disfunción
de hormonas tiroideas que, tanto por exceso como por defecto,
pueden acompañar al bocio.
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

Las compresiones intratorácicas causan síntomas de compresión
de estructuras vecinas, los más frecuentes son disnea, estertores,
tos, disfagia (menos frecuente), etc.
En el caso de neoplasia, los carcinomas tiroideos pueden incluso
causar la compresión de la vena subclavia, yugular, o vena cava
superior que se manifiesta por plétora facial y dilatación de las
venas del cuello, la compresión de nervios recurrentes que
ocasiona parálisis de las cuerdas vocales, que se manifiesta como
disnea y voz ronca bitonal.
En el bocio simple la función tiroidea es normal durante muchos
años o siempre. Puede aparecer hipotiroidismo o hipertiroidismo
esporádicamente por transformación autonómica de algún nódulo
(bocio multinodular tóxico).
Diagnóstico
Hormonas tiroideas
Las
dos hormonas
tiroideas, T3 (triyodotironina)
y T4
(tiroxina o tetrayodotironina) están compuestas en su mayor parte
por yodo. La hormona T3 (griego tri- = 3) contiene tres moléculas de
yodo, mientras que la T4 posee cuatro (griego tetra- = 4).
El oligoelemento yodo debe ingerirse junto con la alimentación. La
cantidad diaria de yodo necesaria para un adulto es de
aproximadamente 200 microgramos (µg), lo que equivale a 0,2
miligramos (mg). El yodo procedente de los alimentos llega a través de
tracto gastrointestinal a la sangre, y desde esta a la glándula tiroidea.
En el tiroides se incorpora el yodo a las hormonas tiroideas tras varios
pasos.
El tiroides produce cada día una media de 80 microgramos (=
0,00008 gramos) de T4 y hasta 50 microgramos (= 0,00005 gramos)
de T3, las almacena y las libera a la sangre cuando es necesario. En
el torrente sanguíneo prácticamente el cien por cien de ambas
hormonas se unen a proteínas transportadoras y solo un porcentaje
muy reducido se encuentra libre. Se habla entonces de T3 libre (T3L)
y T4 libre (T4L). Solo las hormonas libres influyen sobre el
metabolismo.
Los valores séricos normales son los siguientes:

Entre 2,2 y 5,5 pico gramos por mililitro (pg. /ml) de T3 libre, lo que
equivale a entre 2,2 y 5,5 billonésimas partes de gramo por mililitro
(2,2 a 5,5 x 10-12 gramos por mililitro).

Entre 0,6 y 1,8 nano gramos por decilitro (ng/dl) de T4 libre, o lo
que es lo mismo, entre 0,6 y 1,8 mil millonésimas partes de gramo
por 100 mililitros (0,6 x 10-10 a 1,8 x 10-9 gramos por 100 mililitros).
Además de las hormonas tiroideas “clásicas”, la T3 y la T4, la
tiroides sintetiza la hormona calcitonina. Dado que esta es producida
por otras células de la glándula tiroidea (las células C), la calcitonina
no se incluye entre las hormonas tiroideas.
La calcitonina participa en
mineralización de los huesos.
el
metabolismo
del
calcio
y
la
La tiroides segrega esta hormona cuando hay valores elevados de
calcio en el plasma sanguíneo y hace que el cuerpo almacene calcio
en forma de fosfato de calcio en los huesos o que no libere calcio de
los huesos. De esta forma se reduce el nivel sérico de este elemento.
Tratamiento:

El tratamiento es obligado si existe hipotiroidismo.
Se disminuye la secreción de TSH mediante administración de
hormonas tiroideas (metimazol) en los estados iniciales. Cuando el
tratamiento médico es eficaz no reincidirá con su retirada salvo que
persista la causa.
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