(Ficha cocaína)

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Cocaína
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Antecedentes
La cocaína es un alcaloide extraído de las hojas del arbusto de
coca (Erythroxylon coca) que crece espontáneamente en las altiplanicies
andinas. Se emplean sus hojas masticándolas mezcladas con tabaco,
cal, conchas, etc., para combatir la fatiga y el hambre.
Imagen: Planta de coca.
Mascar hojas de coca mezcladas con cal (pasta de coca) se
realizaba en rituales religiosos ya 500 A.C. en lo que ahora es Colombia,
exportándose de allí a Perú. Con la llegada de los conquistadores
españoles se rompió el orden social establecido que existía, afectando
también a las limitaciones en cuanto a la forma de consumo.
Al mascar la pasta de coca se libera cocaína, principio activo que
primero anestesia la lengua, con lo que no se nota su sabor amargo, y
después anestesia la mucosa del estómago, donde hace desaparecer la
sensación de hambre. Cuando se absorbe pasa a la sangre y llega al
cerebro, al que estimula, provocando una sensación de bienestar y
ausencia de percepción de cansancio físico. Las cantidades absorbidas
de este modo son muy reducidas, por lo que apenas se registran
consecuencias adversas asociadas a esta forma secular de consumo que
aún hoy se mantiene.
La pasta de coca fue utilizada para explotar a los obreros de
aquella
zona,
pagándoles
en
coca
y
haciéndoles
trabajar
exhaustivamente, perdiendo así esta planta su carácter mágico y
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religioso, que restringía su uso. Aún hoy existe la tradición en algunos
países sudamericanos de entregar hojas de coca como una parte del
salario.
Si el uso tradicional de la cocaína hubiera sido el único modo de
consumo, en estos momentos no tendríamos que hablar de problemas
al consumidor, sin embargo, aparecieron otras formas de uso con
mayor potencial adictivo.
En 1860 Albert Niemann obtuvo cocaína pura de la coca. El padre
del psicoanálisis Sigmund Freud estudió los efectos psicoactivos de la
cocaína cuyo uso recomendó con gran entusiasmo. El propio Freud se
autoadministró cocaína y escribió a su prometida Martha Bernays una
nota en la que le decía: "¡Ay de ti princesa mía, cuando vaya! Te besaré
sin parar y te haré comer hasta que engordes. Y si me plantas cara,
veremos quién puede más, una linda jovencita que no come lo suficiente o
un hombretón salvaje con cocaína en el cuerpo". Freud trató a un colega
suyo el Dr. Fleischl con cocaína. El Dr. Fleischl fue el primer adicto a la
cocaína. Este triste ejemplo se repitió con muchos otros y Freud fue
duramente criticado por los médicos mundiales.
En EEUU, John Pemberton ideó en 1886 la fórmula de la CocaCola usando extractos de coca, cafeína y agua carbonatada. Cuando a
comienzos de siglo se advirtió de los peligros de la adicción a la cocaína,
la coca fue eliminada de la fórmula original y el contenido de cafeína
aumentado.
Imagen: Cartel publicitario de la Coca-Cola.
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En 1893 Angelo Mariani patentó un extracto de coca diluido en
vino al que denominó "vino Mariani" que por su delicioso sabor y por
elevar el ánimo pronto se convirtió en una bebida popular por toda
Europa.
Imagen: Publicidad del “vino Mariani”.
Desde el punto de vista médico, este alcaloide es uno de los más
potentes anestésicos locales que se conocen. La cocaína fue usada por
William Halsted como el primer anestésico local porque esta sustancia
anestesiaba o bloqueaba la conducción de las fibras nerviosas que
transmiten el dolor. Merced a la cocaína se realizaron sin dolor
muchísimas intervenciones quirúrgicas.
De hecho, debemos recordar que España es uno de los pocos
países del mundo en donde todavía está autorizado el empleo
terapéutico de la cocaína en otorrinolaringología y oftalmología. La
importancia de la cocaína no sólo radica en sus propias acciones, sino
en que ha servido como base para la síntesis de fármacos de gran
importancia: otros anestésicos locales, antiarrítmicos, etc.
Derivados químicos de la cocaína
Para elaborar 1 Kg de cocaína pura se requieren unos 500 Kg de
hoja de coca seca y diferentes productos químicos.
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Las hojas de coca sometidas a diversos procesos de elaboración
química, dan lugar a distintos derivados:
- Clorhidrato de cocaína: La forma principal de consumo en
Europa. Se trata de un polvo blanco obtenido a partir de la pasta base,
con clorhídrico y extracción de acetona-etanol. En los ambientes de
drogadicción se denomina “nieve”, “coca” y “farlopa”. Se consume
aspirado por la nariz.
Imagen: Clorhidrato de cocaína.
- Sulfato de cocaína (pasta de coca, también conocida como
“basuko”, “baserolo” o “suzuki”): Se obtiene por maceración de la hoja
con ácido sulfúrico durante 1-4 días previa exposición a petróleo y
carbonato potásico. Se fuma mezclada con tabaco o marihuana.
Imagen: Sulfato de cocaína.
- Cocaína base (“crack”): Es una mezcla de cocaína, bicarbonato
de sodio y amoniaco presentado bajo la forma de pequeños cristales. Se
consume inhalando el humo producido tras su calentamiento. Esta
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operación
provoca
ciertos
crujidos
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“craquements”
en
francés
o
“crackling” en inglés, origen de su nombre. El “crack” produce los
mismos efectos que la cocaína aspirada por la nariz, sólo que ocurren
más rápidamente y tienen una duración más corta.
Imagen: “Crack”.
Características químicas
La estructura química de la cocaína es la de una benzoil-metilecgonina, de fórmula: C17 H21 NO4.
Se trata de un compuesto cristalino, de color blanco y sabor amargo,
soluble en agua, y que reacciona con los ácidos formando sales.
Imagen: Estructura química de la cocaína.
Mecanismo de acción
La
cocaína
inhibe
no
selectivamente
la
recaptación
de
monoaminas (principalmente noradrenalina, dopamina, serotonina y
acetilcolina),
afectando
también
a
sistemas
centrales
de
colecistoquinina y bradiquinina. También causa un bloqueo de la
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conducción nerviosa y un potente efecto sobre la musculatura vascular
(causando
contracción).
Dicha
acción
se
traduce
en
una
psicoestimulación generalizada, unida a un potente efecto anestésico
local y vasoconstrictor.
Al inhibirse la recaptación de neurotransmisores, éstos se
acumulan en el espacio sináptico incrementando la respuesta fisiológica
a los estímulos. También causa adicción y efectos depresivos merced al
cansancio de sistemas orgánicos.
Farmacocinética
La cocaína atraviesa las membranas celulares de forma rápida.
Esnifada o administrada por vía intravenosa, se encuentran niveles de
cocaína en el cerebro en 30 segundos, mientras que fumada sólo tarda
5 segundos en tener efectos centrales.
1. Absorción
La cantidad relativa de cocaína que se absorbe a nivel sistémico
depende fundamentalmente de la vía de administración.
La cocaína puede absorberse tras administrarla por diferentes
vías: aspiración (esnifado), inhalación (fumando la cocaína base),
inyección intravenosa o ingestión.
La absorción por la mucosa nasal después de esnifar y la
absorción a través del tracto digestivo después de su administración
oral es similar y mucho más lenta que después de fumar o después de
la administración intravenosa.
La biodisponibilidad nasal u oral es de un 30-40%. La
biodisponibilidad de la cocaína fumada varía entre un 10 y un 20%.
Las concentraciones máximas venosas y arteriales después de las
diferentes administraciones varían enormemente. No sólo dependen de
las dosis y de las vías de administración sino también de la frecuencia
del consumo.
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- Cocaína aspirada: La cocaína aspirada se absorbe muy
rápidamente y lleva a máximos plasmáticos a los 15-60 minutos.
- Cocaína intravenosa: La concentración máxima de cocaína en la
sangre se alcanza 4-6 minutos después de inyectarla, aunque según los
autores puede tardar hasta 8 minutos.
- Cocaína inhalada: Pasa inmediatamente a la sangre, como
mínimo tan rápido como tras la inyección, porque la mayoría de ella
llega a los pulmones en las primeras cuatro aspiraciones del cigarrillo.
- Cocaína oral: La concentración máxima de cocaína en la sangre
se alcanza unos 60 minutos después de ingerirla.
2. Distribución
La
cocaína
después
de
ser
administrada,
se
distribuye
ampliamente por todo el organismo.
3. Metabolismo
La cocaína es rápidamente metabolizada, generalmente por
hidrólisis enzimática, para producir benzoilecgonina, ecgonina metil
ester y posteriormente ecgonina. En un 1-5% se excreta por la orina sin
cambios.
La combinación de alcohol y cocaína supone un riesgo y un
aumento de la morbi-mortalidad asociada a la cocaína. En estudios in
vitro se ha visto que el etanol inhibe la actividad de la metilesterasa,
disminuyendo la hidrólisis a benzoilecgonina. En presencia de etanol, la
cocaína es transesterificada por esterasas hepáticas a metabolitos como
la etilcocaína o cocaetileno y se incrementa la N-demetilación a
norcocaína. El cocaetileno posee actividad farmacológica y tóxica
(fundamentalmente a nivel cardiaco e incluso hepático).
4. Excreción
El aclaramiento de la cocaína es muy rápido, variando entre 20 a
30 ml/min/Kg.
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Las formas de abuso de cocaína son de gran interés, ya que
condicionan la farmacocinética, la actividad farmacológica, la toxicidad
y el grado de adicción de la droga.
Imagen: Formas de abuso de cocaína.
Efectos
Sigmund Freud, el llamado padre del psicoanálisis, describió el
efecto de la cocaína como:
...regocijo y euforia perdurables, que no intervienen en modo alguno en la
alegría de una persona normal... Se siente un aumento del autocontrol,
mayor vigor y más capacidad de trabajo. Por otro lado, si uno trabaja, se
pierde la volatilidad de las fuerzas mentales a la que inducen el alcohol,
el té, y el café. Simplemente se es normal y en poco tiempo se vuelve
difícil comprender que uno está bajo la influencia de una droga. Se puede
desempeñar trabajo físico o mental durante largo tiempo, sin fatiga; es
como si se desvaneciera la necesidad de comer o dormir, que de otra
manera se hace sentir en ciertas horas del día.
Presenta una sintomatología por reacción tóxica aguda que puede
llegar a comprometer la vida del sujeto con una secuencia de
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acontecimientos muy similar a la intoxicación por otro tipo de
psicoestimulantes. Su fácil absorción hace que llegue rápidamente al
cerebro, provocando unos efectos que se manifiestan a los pocos
minutos del consumo. En el caso de la cocaína debemos tener en
cuenta una serie de circunstancias que modifican las características e
intensidad del cuadro tóxico:
- El tipo de preparado de cocaína que se consume.
- Los contaminantes que incluye el preparado consumido.
- La vía de consumo.
- El ambiente de consumo.
A corto plazo:
a) Efectos sobre el organismo:
● Estimulación general.
● Falta de apetito.
● Sensación de aumento de fuerza física y capacidad intelectual y
disminución de la fatiga.
● Reducción del sueño.
● Aumento de la presión arterial con posibilidad de infartos,
arritmias, etc.: Por su efecto inotrópico y cronotrópico positivo unido al
efecto vasoconstrictor.
Intoxicación aguda: Sequedad de boca, sudoración, fiebre, irritabilidad,
temblores, espasmos, delirio, convulsiones.
En la intoxicación aguda son típicas las alucinaciones cutáneas
en las que hay una sensación de tener bichos metidos en la piel y gran
sensación de picor, que lleva a rascarse continuamente produciéndose
erosiones (es el llamado “Síndrome de Magman”), acompañado de
agitación, confusión y psicosis paranoide.
El consumo de más de medio gramo en una dosis puede ser
mortal.
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b) Efectos sobre el comportamiento:
● Sensación de viveza y desvelo.
● Excitación, euforia.
● Locuacidad.
● Aceleración mental.
● Hiperactividad.
● Desinhibición, deseo sexual aumentado.
● Posibles conductas agresivas.
A largo plazo:
a) Efectos sobre el organismo:
● Anorexia: La anorexia típicamente asociada a la cocaína se
produce principalmente por un efecto a nivel del sistema nervioso
central, aunque puede también encontrarse asociada a cualquier otra
alteración orgánica producida por cocaína.
Actuando a nivel central, probablemente en el hipotálamo lateral,
la cocaína puede suprimir el apetito y producir importante pérdida de
peso.
● Perforación del tabique nasal: La perforación del tabique nasal
es frecuente y se produce por una combinación del efecto traumático de
la inhalación de cristales de cocaína a gran velocidad, y los ciclos
repetidos de vasoconstricción e hipoxia de la mucosa nasal, anestesia
de la mucosa y trauma.
● Insomnio.
● Patología respiratoria: Sinusitis e irritación de la mucosa nasal.
● Riesgo de infartos y hemorragias cerebrales: Los mecanismos
etiopatogénicos propuestos son entre otros, la elevación aguda e intensa
de la presión arterial, las arritmias cardiacas, los vasoespasmos a nivel
cerebral, la vasculitis, la embolización secundaria a endocarditis
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infecciosa o cardiomiopatía dilatada, la embolización de material
utilizado para la disolución de la droga en condiciones no estériles y
contaminantes con toxicidad cardiovascular.
● Cardiopatía isquémica.
b) Efectos sobre el comportamiento:
● Irritabilidad, cambios de humor.
● Comportamientos antisociales.
● Psicosis con síntomas paranoides y alucinaciones.
● Depresión, riesgo de suicidio.
Dependencia física: Moderada.
Dependencia psicológica: Intensa.
Síndrome de abstinencia: Después de varios días de consumo intenso,
a medida que descienden los efectos sobreviene cansancio, apatía (falta
de impulso vital, decaimiento), somnolencia, letargia (sueño profundo y
mantenido), depresión, irritabilidad, gran apetito, etc. que inducen a
repetir el consumo, entrando en el círculo de la toxicomanía, con el
consecuente descuido de la familia, el trabajo, los amigos, la salud, etc.
Mezcla de cocaína con otras drogas
- Cocaína + alcohol: Como comentábamos anteriormente, la
asociación de alcohol y cocaína supone un riesgo y un aumento de la
morbi-mortalidad asociada a la cocaína. Cuando se consume alcohol y
cocaína, los riesgos superan a los de cada una de estas sustancias por
separado. Se produce un aumento de la potencia del efecto de la
cocaína, lo que conlleva un aumento de la agresividad, aumento de los
accidentes de tráfico y se contrarrestan los efectos somnolientes del
alcohol.
Además,
esta
combinación
aumenta
los
efectos
cardiovasculares (presión arterial, frecuencia cardiaca, gasto cardiaco)
de la cocaína y existe un incremento del riesgo de patología
cardiovascular. También aumenta el riesgo de muerte súbita.
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- Cocaína + heroína (“speedball”): Puede dar lugar a parada
respiratoria.
- Cocaína + drogas de síntesis: Produce náuseas y desmayos.
Formas de adulteración
La cocaína es quizá la droga más sujeta a sufrir adulteraciones.
Hay dos tipos de "cortes" o adulterantes para la cocaína. Los
cortes inactivos sirven para dar peso: lactosa, talco, bórax, Manitol®
(que es un laxante italiano) o cualquier otra cosa que se parezca a la
cocaína y no tenga efectos colaterales perceptibles de manera
inmediata. Para compensar la potencia perdida en la adulteraciones, se
le añaden también cortes activos, que pueden ser de dos clases:
excitantes (anfetaminas en polvo) para que tenga una subida fuerte y
congelantes
(novocaína
o
benzocaína)
para
imitar
el
efecto
característico de adormilar la boca de la auténtica cocaína.
En términos generales, el que distribuye la mercancía por kilos, la
corta normalmente con bórax, lactosa o Manitol®, para dejarle una
pureza de entre 85 y 80%; el que la compra en kilos y la vende por
onzas la corta con anfetamina y algún anestésico derivado de la coca
para dejarla entre 70 y 60%; el que la compra en onzas y la vende en
gramos, la corta con lo que se le ocurre, incluyendo gis o talco, y/o
nuevamente procaína y novocaína que, siendo sustancias 70% más
tóxicas que el bórax, el Manitol® y la lactosa, añaden además
dificultades de solubilidad, haciendo más peligrosa su administración
intravenosa y la dejan con sólo un 30 a 40% de cocaína. Si es que pasa
por un revendedor más puede acabar hasta en un 20%. El caso es que
el consumidor que compra por gramos, rara vez recibe más allá del 50%
de cocaína pura, la cantidad acostumbrada en las muestras callejeras
actuales oscila entre el 20 y el 40%.
Se cree que un modo elemental de detectar la adulteración es
probando la droga; se supone ingenuamente que al contacto con los
labios y la lengua, la cocaína los adormece. Esto nunca es una garantía
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porque como ya se señaló, el efecto puede estar provocado por lidocaína
o procaína. La presencia de grumos también es un mito, en realidad
estos grumos se deben a la humedad y se forman con todas las
sustancias con las que pueda estar cortada, al igual que se cristaliza el
azúcar húmedo.
Una prueba más efectiva es la que se hace con un vaso de cristal
claro y agua fría. Los cristales de cocaína pura se disuelven al echarlos
en el agua antes de llegar al fondo del vaso. En el camino se desprenden
la mayoría de las impurezas y quedan visibles en el fondo. La prueba
más efectiva para detectar adulterantes se realiza a nivel térmico: la
cocaína se funde entre los 192 y los 197 grados centígrados, así es que
cualquier ingrediente que llegue a fundirse antes o después, no puede
ser cocaína. Empíricamente se puede realizar con ayuda de un pedazo
de papel aluminio o de los metalizados que vienen en las cajas de
cigarros. Se coloca la muestra de cocaína encima del papel y por debajo
se calienta con un encendedor. Si es pura, hace burbujas y deja una
película marrón claro; si
no lo es se ennegrece y deja grumos. La
inmensa mayoría de los consumidores no sabe reconocerla por la
sencilla razón de que nunca la ha visto ni la ha probado pura.
Tratamiento del consumo de cocaína
El abordaje terapéutico integrado, es decir, la integración de
farmacoterapia y psicoterapia es lo que se considera actualmente como
abordaje de elección.
1. Tratamiento de la intoxicación por cocaína
Las dosis bajas de cocaína pura rondan entre los 50 y los 100 mg;
las medias entre 150 y 200 mg; y las altas entre 250 y 500 mg.
La dosis mortal de cocaína en inyección endovenosa única es de 1
g aproximadamente. No existe tratamiento farmacológico específico para
la intoxicación aguda por cocaína ya que los síntomas y signos
conductuales (tales como agitación psicomotora) pueden ser totalmente
diferentes a los síntomas o signos fisiológicos (disminución o elevación
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de
la
presión
arterial
etc.).
Debido
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a
que
las
complicaciones
cardiovasculares, cerebrovasculares, y gastrointestinales secundarias a
la cocaína y a que las muertes inducidas por cocaína generalmente
ocurren en las primeras horas posteriores al consumo de cocaína, es
muy importante ingresar y monitorizar al paciente en los servicios de
urgencias. Afortunadamente la semivida plasmática de la cocaína es
corta (50 minutos) y la mayoría de los efectos adversos graves
secundarios al consumo de esta droga disminuyen en las primeras
horas posteriores a su uso.
El tratamiento del intoxicado por cocaína en cualquiera de sus
formas de administración sería:
● Sedación del paciente, en caso de que sea necesario o que
presente convulsiones, mediante diacepam (i.m. o i.v.; 0.5 mg/kg i.v.
en un periodo de 8 horas es suficiente para controlar las convulsiones).
● Neurolépticos tipo butirofenonas (haloperidol) para los cuadros
psicóticos, teniendo en cuenta que pueden disminuir el umbral
epileptógeno.
● Antiarrítmicos (en general se desaconsejan los bloqueantes
beta adrenérgicos ya que facilitarían el estímulo alfa por la cocaína lo
que incrementaría los efectos vasoconstrictores e hipertensivos),
además de las necesarias medidas generales y de reanimación.
2. Tratamiento sintomático antipsicótico
El tratamiento de las psicosis por sustancias incluye situar al
paciente en ambiente muy tranquilo, efectuando sujeción mecánica en
caso de agitación o inquietud psicomotriz. Inicialmente es mejor indicar
benzodiazepinas que neurolépticos, pues con éstos cabe el riesgo de
empeorar la hipertermia y aumentar el riesgo de crisis convulsivas. De
todos modos, es usual indicar haloperidol por vía intramuscular. En
caso de que persista el cuadro psicótico, el psiquiatra deberá prescribir
neurolépticos.
3. Tratamiento de la dependencia
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No hay ninguna medicación con la que se haya demostrado una
eficacia clara en el tratamiento de la dependencia de la cocaína. Se han
venido estudiando numerosas medicaciones diferentes en la búsqueda
de un tratamiento farmacológico eficaz. Los medicamentos investigados
han sido, entre otros, la desipramina, carbamazepina, pergolida, Ldopa/carbidopa, fluoxetina, flupentixol, bupropión, amantadina y
maprotilina. Todos estos fármacos han presentado resultados más o
menos
prometedores,
aunque
en
ensayos
no
controlados
y
relativamente pequeños. No se recomienda el uso del IMAO fenelcina
por riesgo de crisis hipertensivas durante las recaídas cocaínicas.
4. Psicoterapia en trastornos por cocaína
El abordaje psicoterapéutico recomendado sería el siguiente:
Terapia
cognitivo-conductual,
terapia
psicodinámica,
terapia
interpersonal y grupos de autoayuda.
Situación actual del consumo de cocaína
La cocaína es la droga ilegal más consumida en Europa después
del cannabis y su consumo se ha incrementado considerablemente en
los últimos años. Según recientes encuestas de población realizadas en
la UE, se calcula que han consumido cocaína al menos una vez más de
12 millones de europeos, lo cual corresponde a casi un 4% de la
población adulta.
Al menos 4.5 millones de europeos declaran haber consumido
cocaína durante el último año. Las estimaciones de las encuestas
sugieren que 2 millones de europeos han consumido cocaína durante el
último mes. Como sucede con otras drogas ilegales, la prevalencia del
consumo de cocaína se concentra entre los adultos jóvenes (entre 15 y
34 años). Alrededor de 7.5 millones de jóvenes adultos europeos han
consumido la sustancia al menos una vez en la vida, y cinco países
indican tasas de prevalencia del 5% o superiores (Alemania, Italia,
Dinamarca, España y el Reino Unido).
Cocaína
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Los índices generales de prevalencia del consumo de cocaína
entre alumnos escolares son muy inferiores a los del consumo de
cannabis.
El consumo de cocaína por parte de jóvenes adultos
socialmente integrados en entornos recreativos puede alcanzar niveles
superiores a los indicados en las encuestas de población general.
Las pautas de consumo de cocaína varían enormemente entre los
distintos grupos de consumidores. Dentro del colectivo de consumidores
socialmente integrados, la droga normalmente se esnifa; muchos de
ellos también consumen otras sustancias como por ejemplo alcohol,
tabaco, cannabis y otros estimulantes distintos a la cocaína.
En general, el consumo de crack en Europa sigue siendo
relativamente poco frecuente y se concentra en las subpoblaciones
marginadas y excluidas de algunas ciudades.
Entre aquellos que no se inyectan otras drogas, el consumo de
cocaína por vía parenteral no parece ser habitual. Sin embargo, ha
crecido el número de casos de consumidores de heroína por vía
parenteral que también se inyectan cocaína o mezclas de cocaína y
heroína.
En España, la cocaína en polvo es hoy claramente la segunda
droga de comercio ilegal más extendida después del cannabis. En 2003
un 5.9% de la población de 16-64 años había consumido esta sustancia
alguna vez en la vida, y su consumo tiene generalmente un carácter
esporádico, siendo baja la proporción de personas que la consume de
forma habitual. De hecho, sólo un 0.3% la había consumido
semanalmente en los últimos 30 días.
Por grupos de edad y sexo las mayores prevalencias de consumo
en los últimos 12 meses se encuentran en los hombres de 15-34 años
(7.5%) y las menores en las mujeres de 35-64 (0.5%).
En los últimos años España se ha situado a la cabeza de los
países consumidores de cocaína del mundo y este incremento se
demuestra en varios indicadores:
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• El porcentaje de estudiantes entre 14-18 años que había
consumido cocaína alguna vez en la vida, según la encuesta ESTUDES
2006-2007, fue del 5.7%.
• El porcentaje de adultos entre 15-64 años que había consumido
cocaína en el año previo, según la Encuesta Domiciliaria sobre Drogas,
pasó del 1.8% en 1995 al 2.7% en 2003.
• La proporción de urgencias hospitalarias por reacción aguda a
cocaína frente a otras drogas pasó del 26.1% en 1992 al 49% en 2002.
• La identificación de cocaína entre muertos por reacción aguda a
drogas pasó del 19.3% de los casos en 1987 al 54.4% en 2002.
• El número de adictos a cocaína que solicitaron tratamiento por
vez primera en los dispositivos públicos pasó de 932 en 1992 a 7125 en
el 2002. Este año las demandas de tratamiento por cocainomanía
superaron en número a las de heroinomanía y desde entonces se
mantienen a la cabeza. En Europa es la tercera droga que se declara
como razón para iniciar un tratamiento de desintoxicación, con
aproximadamente un 13% de las demandas, con España y Países Bajos
como responsables de la mayoría de los casos.
• La cocaína es la tercera droga de abuso en la población de
heroinómanos (después del cannabis y los sedantes).
Medidas frente al consumo de cocaína
La tendencia creciente en el consumo de cocaína en polvo ha
motivado la adopción de medidas específicas por parte del Plan
Nacional sobre Drogas. Estas medidas se enmarcan en el Programa de
Actuación frente a la Cocaína 2007-2010, y están dirigidas a disminuir
el número de consumidores, aumentar la percepción de riesgo y
retrasar la edad de inicio en el consumo. Este programa se estructura
en cuatro áreas específicas (coordinación, reducción de la demanda,
cooperación internacional y reducción de la oferta), con objetivos
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operativos y acciones concretas para la lucha contra el consumo de
cocaína en nuestro país.
Legislación
El examen efectuado de la regulación en el derecho penal español
y de la producción jurisprudencial sobre la cocaína nos conduce a las
siguientes conclusiones:
a) El derecho español considera a la cocaína en todas sus formas
de preparación (clorhidrato de cocaína, crack u otras) como drogas
ilícitas y con independencia del grado de pureza con que se presente el
producto final y su consumo es ilegal en España.
b) La cocaína y todos sus preparados se incluyen en la categoría
legal de sustancias que causan grave daño a la salud, y su tráfico se
sanciona con penas de prisión de duración comprendida, en principio,
entre tres y nueve años, además de multa y otras posibles penas
accesorias de menor entidad.
e) Los delitos de tráfico de cocaína se sancionan más gravemente
cuando la cantidad de droga objeto del tráfico excede de 120 gramos de
sustancia pura, en cuyo caso la pena a imponer oscila entre nueve años
y trece años y seis meses de prisión. En casos excepcionales de tráfico a
gran escala por parte de bandas organizadas, la pena máxima aplicable
puede alcanzar los veinte años y tres meses de prisión.
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