SÍNDROME Aumento en la fosa craneal posterior y su efecto sobre la médula oblongada. Síndrome de Arnold - Chiari. LESIONES DE LA MÉDULA OBLONGADA CAUSA Tumores de la fosa craneal posterior, y en estos casos el encéfalo (es decir, el cerebelo y la médula oblongada) tiende a ser desplazado hacia el área de menor resistencia; se produce herniación descendente de las amígdalas de la médula oblongada y del cerebelo a través del agujero magno. Anomalía congénita en la que existe una hernia de las amígdalas del cerebelo y la médula oblongada a través del agujero magno en el canal vertebral. Esto origina el bloqueo de las salidas para el líquido cefalorraquídeo en la raíz del cuarto ventrículo y produce hidrocefalia interna. Síndrome Medular Lateral o de Wallenberg. Oclusión de la arteria vertebral, o con menos frecuencia, de la rama medial de la arteria cerebelosa posteroinferior cuando esta irriga la médula oblongada en su porción lateral. Síndrome Medular Medial o Síndrome Bulbar Anterior de Dejerine. Oclusión de la arteria espinal anterior, o las ramas paramedianas de la arteria vertebral. Síndrome de Babinski - Nageotte. Síndrome Medular Dorsal. Parálisis Seudobulbar. Tumores del puente. Hemorragia del puente. Parálisis tegmental medular, combinación de los síndromes medulares lateral y medial. La lesión está en la unión pontomedular. Oclusión de la rama medial de la arteria cerebelosa posteroinferior. Estructuras afectadas incluyen los núcleos vestibulares y el cuerpo restiforme. Interrupción de las fibras corticonucleares hacia los núcleos motores de los nervios craneales. Estos incluyen los núcleos sensitivo y motor del trigémino, solitario, motor del facial, el espinal del accesorio y el del hipogloso. La interrupción bilateral de las fibras corticorreticulobulbares indirectas o corticonucleares directas en el tallo cerebral produce el síndrome de parálisis seudobulbar. El Astrocitoma del puente que aparece en la niñez es el tumor más frecuente del tronco del encéfalo. La hemorragia se produce por una de estas arterias: arteria basilar y las arterias cerebelosas anterior, inferior y superior. LESIONES DEL PUENTE Infarto del puente. Síndrome caudal de la Trombosis o embolismo de la arteria basilar o de sus ramas. Síndrome vascular de la porción basilar caudal. SIGNOS Y SÍNTOMAS Cefalea, rigidez del cuello y parálisis de los nervios glosofaríngeo, vago, accesorio e hipogloso, debido a tracción. En esas circunstancias, es extremadamente peligroso realizar una punción lumbar. Cefalea occipital severa, náuseas y vómitos, dolor cervical y vértigo, fatiga, debilidad general, disfagia a sólidos y líquidos por afectación del IX y XII par craneal, incontinencia de esfínteres (falta de control sobre el vaciado de la vejiga o intestino), espasticidad, rigidez muscular con contracturas cérvico dorsales, nistagmo, dolor severo de carácter inflamatorio a lo largo de la columna cervical y dorsal. Pérdida de la sensibilidad de temperatura y dolor de la cara ipsolateral, pérdida de la sensibilidad de temperatura y dolor en la mitad contralateral del cuerpo, pérdida del reflejo nauseoso, disfagia, ronquera, disartria, ataxia, vértigo, síndrome de Horner ipsolateral, vómito, nistagmo, hipo, lateropulsión, dificultad para la persecución contralateral de objetos en movimiento. Pérdida contralateral de la cinestesia y tracto, parálisis contralateral del tipo de neurona motora superior, parálisis de la neurona motora inferior, parálisis ipsolateral de los m. linguales, con desviación de la lengua hacia el lado paralizado ( n. hipogloso). Síndrome de Horner ipsolateral, debilidad ipsolateral del paladar blando, faringe, laringe, lengua, pérdida del gusto en el tercio posterior de la lengua, ataxia cerebelosa, nistagmo, hemiparesia contralateral y hemianestesia. Ataxia de una extremidad o de la marcha ipsolateral, vértigo, vómito, nistagmo. Debilidad (variedad de neurona motora superior) de los músculos inervados por los núcleos de los nervios craneales correspondientes, crisis inapropiadas de risa y llanto. Parálisis de los nervios craneales ipsolaterales y hemiparesia contralateral, debilidad de los músculos faciales del mismo lado (núcleo del nervio facial), debilidad del m. recto lateral de uno o ambos lados (núcleo del nervio abducens), nistagmo (núcleo vestibular), debilidad de los músculos mandibulares (núcleo del nervio trigémino), trastornos de la audición (núcleos cocleares), hemiparesia contralateral, cuadriparesia (fibras corticoespinales), anestesia al tacto ligero con conservación de la sensibilidad al dolor en la piel de la cara (afectación del núcleo sensitivo principal del nervio trigémino con la conservación del núcleo espinal y el tracto del trigémino), defectos sensitivos contralaterales del tronco y de los miembros (lemniscos medial y espinal). La afectación de las vías corticopontocerebelosas pueden causar signos y síntomas cerebelosos ipsolaterales. Puede existir afectación de la desviación conjugada de la mirada por trastorno del fascículo longitudinal medial que conecta los núcleos de los nervios oculomotor, troclear abducens. Unilateral: Parálisis facial en el lado de la lesión (afectando el núcleo del nervio facial y de la neurona motora inferior), parálisis de los miembros en el lado opuesto (afectación de las fibras corticoespinales cuando pasan por el puente), parálisis de la desviación ocular conjugada (afectación del núcleo del nervio abducens y del fascículo longitudinal medial) Bilateral: (hemorragia extensa) Pupilas pueden aparecer puntiformes (afectación de las fibras simpáticas oculares), suele existir parálisis bilateral facial y de los miembros, es posible la poiquilotermia si el daño es grave afecta los centros termorreguladores del hipotálamo. Si afecta al área paramediana del puente, pueden dañarse las vías corticoespinales, los núcleos del puente y fibras que discurren hasta el cerebelo a través del pedúnculo cerebeloso medio. El infarto de situación lateral afectará al nervio trigémino, el lemnisco medial y el pedúnculo cerebeloso medio; también pueden afectarse las fibras corticoespinales destinadas a los miembros inferiores. Parálisis facial ipsolateral de tipo periférico y hemiplejía contralateral del tipo de neurona porción basal (síndrome de Millard- Gubler). Síndromes Pontinos Basales Lesiones en la parte basal del puente Síndrome rostral de la porción basal. Hemiparesia motora pura atáctica. Si la lesión ocurre a la altura del n. trigémino. Síndrome de disartria-mano torpe. Síndrome de enclaustramiento. Lesiones vasculares de la porción basilar en la unión del tercio superior con los dos tercios inferiores del puente. Infarto en la mitad ventral del puente. Llanto y risa. Lesiones vasculares bilaterales o unilaterales discretas en la porción basilar. Síndrome Tegmental Medial. Lesiones en el tegmento del puente que afectan a los núcleos o raíces de los nervios craneales y a los tractos largos. Síndrome de Uno y Medio (horizontal). Lesión vascular mínima en el tegmento paramediano dorsomedial Síndrome pontino tegmental dorsolateral. Lesiones vasculares en el tegmento pontino dorsolateral que afectan estructuras irrigadas por la arteria cerebelosa anteroinferior en un lado, acompañadas de una lesión vascular en la médula oblongada dorsolateral que afecta estructuras irrigadas por la arteria cerebelosa posteroinferior en el otro lado. Síndrome caudal del tegmento pontino (Síndrome de Raymond-Foville). Síndrome rostral del tegmento pontino (Síndrome de Raymond-CestanChenais). Síndrome del tegmento pontino lateral extremo (Síndrome de Marie-Fox). La lesión por lo común está en la porción caudal del puente. Balanceo e inmersión ocular ("ojos danzantes"). Lesiones vasculares pontinas. Sueño MOR. Hiperventilación neurógena central. El puente y la respiración. Daño pontino bilateral puede alterar el sueño de MOR (movimientos oculares rápidos). Lesiones mediales del segmento pontino, que con probabilidad afecten la formación reticular paramediana pontina de manera bilateral La respiración es de dos tipos: voluntaria y automática. La pérdida selectiva de la respiración voluntaria ocurre en pacientes con lesiones de la porción basilar. La pérdida selectiva de la respiración voluntaria o automática también se describe como parte del síndrome de enclaustramiento. La pérdida selectiva de la respiración automática ocurre en los pacientes con la maldición de Ondina, lesiones de la médula oblongada o lesiones bilaterales de la Síndromes Pontinos Tegmentales Lesiones pequeñas en la porción basilar. Lesiones en la porción rostral del puente. Lesión en el extremo lateral del puente rostral. motora superior. La lesión se puede extender en dirección medial y rostral para incluir la fibras del VI par craneal; en esta situación, el paciente también manifiesta signos de parálisis ipsolateral de n. abducens. Las manifestaciones incluyen signos trigeminales ipsolaterales (sensitivos y motores) y una hemiplejía contralateral de la variedad de neurona motora superior. Hemiparesia motora pura o hemiparesia atáctica. La primera es secundaria a la afección de los fascículos del tracto corticoespinal de la porción basilar. La hemiparesia atáctica se debe a la afección de fascículos del tracto corticoespinal junto con fascículos pontocerebelosos en la porción basilar. Paresia facial (supranuclear), disartria grave y disfagia, paresia de la mano y torpeza. Parálisis para toda la actividad motora como resultado de la afección de los tractos corticoespinales en la porción basilar y afonía causada por afección de las fibras corticonucleares que cruzan en la porción basilar. Se preservan la mirada vertical y el parpadeo, que son las únicas formas por las cuales estos pacientes se pueden comunicar. Llanto patológico y , de manera más rara risa. Estos episodios consisten de la súbita instalación de llanto involuntario (rara vez risa), el cual dura de 15 a 30 seg. Dicha "labilidad" emocional puede anunciar un infarto del tallo cerebral, ser parte de él o seguir a la instalación de un infarto por unos días. Parálisis del n. abducens ipsolateral y una parálisis para la mirada lateral, parálisis facial ipsolateral de la variedad periférica y pérdida contralateral de la cinestesia y tacto discriminativo. Parálisis para la mirada lateral ipsolateral resultante de la afección del núcleo del n. abducens y oftalmoplejía internuclear (parálisis de la aducción del ojo ipsolateral a la lesión y nistagmo del ojo en abducción) como resultado de la afección del fascículo longitudinal medio. Pérdida sensitiva disociada (pérdida de la sensibilidad de dolor y temperatura con preservación del sentido de la vibración y posición) que afecta todo el cuerpo debido a la afección de los tractos espinotalámicos y sistema trigeminal con conservación del lemnisco medio, acompañada de ataxia del tronco y las extremidades sin debilidad a causa de la afección de las fibras destinadas al cerebelo que cursan en el tegmento o, por otro lado, al mismo cerebelo. Parálisis del n. facial de tipo periférico ipsolateral (el núcleo o fascículo del n. facial), parálisis de la mirada conjugada (formación reticular paramediana pontina, el núcleo del abducens, o ambos) y hemiparesia contralateral (tracto corticoespinal). Oftalmoplejía internuclear (fascículo longitudinal medio), ataxia ipsolateral (fibras cerebelosas) y hemiparesia contralateral moderada (tracto corticoespinal) con pérdida sensitiva hemicorporal (lemnisco medial y tracto espinotalámico). Ataxia cerebelosa ipsolateral (pedúnculo cerebeloso medio) y hemiparesia contralateral (tracto corticoespinal) con o sin pérdida sensitiva hemicorporal (tracto espinotalámico), incluye parálisis de los nervios craneales ipsolaterales, síndrome de Horner, hemiataxia, mioclonías palatinas y pérdida sensitiva espinotalámica contralateral. Balanceo ocular: movimiento sacádico rápido repetitivo de los ojos hacia abajo con un regreso lento a la posición primaria. Inmersión ocular: movimiento ocular espontáneo en pacientes comatosos con movimiento hacia abajo lento y un regreso rápido al posición primaria. Taquipnea sostenida que persiste a pesar de una presión de O2 y pH arterial elevados y presión de CO2 arterial baja. Maldición de Ondina: síndrome que se caracteriza por cesación de la respiración durante el sueño debido a falta del centro automático medular. Síndrome de Weber médula espinal cervical alta. Oclusión de una rama de la Arteria Cerebral Posterior que irriga al mesencéfalo, conduce a la necrosis de tejido encefálico que afecta al nervio oculomotor (III par craneal) y al pie peduncular. Síndrome de Benedickt Es similar al de Weber, pero la necrosis afecta al lemnisco medial y al núcleo rojo. Síndrome de Claude Lesión vascular que afecta el n. oculomotor, el núcleo rojo y el pedúnculo cerebeloso superior. Síndrome de Nothnagel Síndrome de Parinaud Síndromes vasculares LESIONES DEL MESENCÉFALO Síndrome de divergencia ocular Síndrome de vertical de uno y medio Síndrome de enclaustramiento Síndrome de la punta de la basilar Trastornos de la consciencia Lesión en la región pretectal. También se le conoce como Síndrome del acueducto de Silvio, Síndrome mesencefálico dorsal, Síndrome de Koerber-Salus-Elschning, Síndrome pineal y Síndrome de la comisura posterior. Lesión bilateral y afecta al fascículo longitudinal medial en su porción rostral. Infartos bilaterales en la región mesencéfalo-diencefálica que incluye los tractos eferentes del núcleo intersticial rostral del fascículo medial de manera bilateral y fibras premotoras al subnúcleo recto superior contralateral y al subnúcleo oblicuo inferior ipsolateral antes o después en la decusación de la comisura posterior. Lesión bilateral en la porción ventral del mesencéfalo o ambas cápsulas internas. También se le conoce como seudocoma, estado deseferentado, síndrome pontino ventral o del tallo cerebral y síndrome de Monte Cristo. Oclusión de la porción rostral de la arteria basilar. La lesión no se limita al mesencéfalo sino que también afecta otras estructuras (el tálamo y porciones de las cortezas temporal y parietal. Síndrome de la alucinosis peduncular Lesiones talámicas u occipitotemporales más que en el mesencéfalo. Mutismo acinético (síndrome de Cairns) Lesión de la formación reticular mesencefálica por la herniación cerebral transtentorial con edema, hemorragia u oclusión de las ramas de la arteria basilar. Aparece oftalmoplejía (incapacidad para mover voluntariamente el globo ocular) ipsolateral y parálisis contralateral de la parte inferior de la cara, la lengua, el brazo y la pierna. El ojo se desvía hacia fuera debido a la parálisis del músculo recto interno; existe ptosis del párpado superior, y la pupila aparece dilatada, sin respuesta a la luz ni a la acomodación. Hemianestesia contralateral (afección del lemnisco medial y del tracto espinotalámico) y movimientos involuntarios en los miembros del lado opuesto, parálisis del nervio oculomotor ipsolateral y temblor contralateral. La lesión vascular afecta las raicillas del nervio oculomotor dentro del tegmento del mesencéfalo y el núcleo rojo subyacente. Parálisis del n. oculomotor ipsolateral y temblor y ataxia contralaterales. Parálisis ipsolateral o bilateral del n. oculomotor y de la mirada vertical, ataxia ipso y contralateral, Parálisis de la mirada hacia arriba, anormalidades pupilares (pupila grande, disociación de luz y cercanía), retracción palpebral (signo de Collier) y nistagmo de convergencia y de retracción en la mirada hacia arriba. Oftalmoplejía internuclear bilateral de los ojos divergentes, mirada exotrópica y ausencia de aducción ocular. Alteración bilateral de la mirada hacia abajo (el uno) y parálisis monocular a la elevación (el medio). Una variante de este síndrome consiste en la afección bilateral de la mirada hacia arriba (el uno) con parálisis monocular de la mirada hacia abajo (el medio). Cuadriplejía muda, preservación de la consciencia y comunicación por movimientos oculares y parpadeo. Hemianopsia, ceguera cortical (pérdida de la visión con reflejos pupilares a luz intactos), síndrome de Balint (ataxia óptica) causado por la afección de las cortezas occipital , parietal y temporal; anormalidades de los movimientos oculares, incluso alteraciones de la mirada vertical, signo de Collier y trastornos de la convergencia; anormalidades pupilares, que comprenden disociación de luz y cercanía y una pupila pequeña reactiva o grande fija; trastornos conductuales (somnolencia, defectos de la memoria, agitación, alucinaciones); deficiencias motoras y sensitivas Alucinaciones, con frecuencia no estereotipadas, coloridas y vívidas, que por lo general ocurren en pacientes somnolientos con presuntas lesiones del pedúnculo cerebral y el tegmento. Mutismo absoluto y completa inmovilidad excepto por los ojos, que pueden mantenerse abiertos y moverse en todas las direcciones. El paciente parece despierto y mantiene un ciclo de sueño-vigilia, pero no puede establecerse comunicación con él ya sea por estímulos dolorosos o auditivos.