Julia, un cuento de la familia Nuestra niñita fue nacida el 11 de abril 1991, en un centro médico grande. Fue nacida a las 38 semanas de gestación, siguiendo un labor corto. Mi esposo y yo ambos estuvimos presente para el nacimiento. Inmediatamente después de la llegada, nuestra hija fue secuestrada para los examines de Apagar. Ella estaba liada con una gorrita sobre la cabeza, tan liada que todo de lo que se pudo ver era la nariz. Nos dijeron que estaban llevando ella al jardín. Su padre quería ir con ellos, pero los proveedores de personal habían salido antes que él podía seguirlos. No podía encontrarlos, pero mirando hacia atrás él se dio cuenta que ellos no le dejaron a verla. Entretanto, el obstetra estaba hablando de su familia. Él tenía chicos. Nos diría un cuento y luego diría que su niño era normal, gracias a Dios. Oímos muchas historias que terminaron con “mi hijo es normal, gracias a Dios”. Estábamos puestos en una sala para lo que nos parecía un tiempo largo, pero de hecho era más como 45 minutos. Sabíamos que tuvimos una niñita, pero eso era todo. Mientras que esperamos, mi esposo y yo discutimos el asunto que el médico debe ser religioso – él quien estaba “dando gracias al Dios” tanto. El sede del departamento de OB/GYN nos repartió nuestra niña, y entró para darnos la noticia que ella tuvo una toca del síndrome de Down. Mi esposo respondió “¿Cuál parte está tocada?” El médico nos aseguró que había contactado mi obstetra normal y que mi médico normal estaría allí para verme más tarde. (Él nunca oscureció la puerta ningún día que yo estaba en el hospital.) En algún momento durante el resto del día mi esposo y yo nos miramos y dijimos, “Sabemos por que este médico había comentado tanto que era agradecido que tenía niños normales”. Estábamos mudados a otra sala privada. La niña estaba en el cuarto con nosotros en este momento. El genetista vino a vernos y procedió a decirnos cada cosa negativa sobre nuestra hija, incluyendo que “ella será tan estúpida que no podrá graduarse del colegio”. Mi esposo respondió, irónicamente, ¡que era bueno que sepamos esto inicialmente y no cuando ella tenía 18! El médico también nos dijo que nuestra guagüita no daría una vuelta hasta entre 6-12 meses, y que ella estaría atrasada con el acto de caminar y hablar. (Ella estaba dando vueltas de espalda al pecho, y del percho a la espalda muy temprano). Por que el alto riesgo de una relación cardiaca, él insistió de un examen del ECHO para asegurarse que no había un problema. Nuestra hija no tenía un murmullo detectable, y hemos tenido dos ultrasonidos cuando yo estaba embarazada. Todo nos señaló a la ausencia de un defecto del corazón. Estábamos equivocados. Habían muchas personas que entraban la sala ese día con sólo un comentario positivo. Fue de un residente quien nos dijo que si tuviera que escoger una discapacidad, esta era la una de escoger. Tuvimos un asistente social que explicó que pudimos ofrecer nuestra hija para adopción y nunca tendremos que llevarla a casa. (Ella tenía los papeles con ella para empezar el proceso). No tendríamos la niña si no quisiéramos llevarla a casa. Desafortunadamente, nunca recibimos ninguna información sobre intervención temprana ni proveedores del servicio ni nada. Derechos del autor © 2004-2005 El Instituto del Desarrollo Humano Interdisciplinaria, La Universidad de Kentucky. Individuos están por este medio concedidos, sin honorarios o más solicitudes, para hacer fotocopias de documentos de este CD-ROM para el uso sin lucro en clases de estudios, con pacientes solo si este declaración del derecho del autor está incluida. 2 Esa tarde tuvimos una visita de una cardióloga pediátrica. Ella era tan agobiada con tristeza que se sentó y empezó de llorar. Terminó con yo yendo a la estación de enfermeras para conseguir una caja de pañuelitos. Finalmente, pudimos traer de ella que nuestra niña tuvo un defecto del corazón que requería arreglarlo antes del 12 meses de edad. Durante todo de esto, había la niña todavía en la sala. Necesité un poco de aire fresco, y hasta este tiempo, era después de la cena, pero durante de las horas de visitas. Llevamos la niña a la guardería en su cuna y la dejamos con las enfermeras para que podemos dar un paseo. Imagine mi sorpresa cuando regresamos y nuestra niñita era sola en una guardaría atrás de la otra con los otros niños, casi como ella tenía una enfermedad comunicable. Ella era policitémico por su defecto del corazón. Ella y yo quedamos juntos por la primera noche y ella fue al NICU (unidad de cuidado intensivo neonatal) el próximo día. Estábamos dejados a regresar a casa con los señales de avisarnos y luego, al último minuto, ellos la llevaron al NICU. Mi esposo y yo ambos nos sentimos que este era porque podíamos acostumbrarnos de no tenerla en casa. Nosotros dos quisimos esta niña. Tuvimos otro niño en casa y estábamos emocionados de completar nuestra familia. No pienso que podríamos dar la impresión que solamente queríamos perfección, porque todo que quisimos, era una niña sana, la que recibimos. Pide algunos amigos míos quien eran profesionales de cuidados de salud, cómo alguien puede ser tratado en la manera que nos trataron. Mis amigos dijeron que pensaron la razón para esto era porque algunas personas no podría ver la niñita como nada más que un problema. Iba a ofrecernos que algunas veces esto es la única oportunidad que un médico tiene para relatar todos los asuntos que acompañan un defecto del nacimiento, y que todos los negativos deben ser enfatizados para ser seguro que los padres entienden lo que pasará en el futuro. Debo admitir después de toda de esta información negativa que yo tenía el sentido que quizás nuestra hija fue una extraterrestre de otra planeta y no estaba segura que yo era la persona para el trabajo. En lugar de enfrentar la verdad que esta niña “no es perfecta” los médicos deben enfatizar la verdad que este niña es un regalo de Dios, como cualquier otro niño. Niños con el síndrome de Down son regalos preciosos, solo empapelado en papel diferente. Tuvimos el lujo de buscar un tratamiento en un hospital juvenil en otro estado. Se trató Julia con tanto respeto y valor. El asunto de la extra cromosoma nunca entró la situación a ningún punto. Era también cuando nos damos cuenta que la manera en cual ella nos estaba presentada que era tan incorrecta, un deservicio tan grande para ella y nosotros. Estaba en este otro hospital en donde recibimos el soporte y ánimo que la ha dejado tener éxito como tiene hoy. La financiación y apoyo para Brighter Tomorrows fueron proveídos por los Centros del Control y Prevención de los EE.UU., el Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo, y la Asociación de los Centros Universitarios de Discapacidades (Numero de subvención: AUCD RTOI 2003-01-13) Derechos del autor © 2004-2005 El Instituto del Desarrollo Humano Interdisciplinaria, La Universidad de Kentucky. Individuos están por este medio concedidos, sin honorarios o más solicitudes, para hacer fotocopias de documentos de este CD-ROM para el uso sin lucro en clases de estudios, con pacientes solo si este declaración del derecho del autor está incluida.