[0212-7199(2000) 17: 11; pp 588-591] A NALES DE MEDICINA INTERNA Copyright © 2000 ARAN EDICIONES, S.A. AN. MED. INTERNA (Madrid) Vol. 17, N.º 11, pp. 588-591, 2000 Estudio de las intoxicaciones etílicas agudas en un servicio de urgencias R. BUGARÍN GONZÁLEZ, P. GALEGO FEAL*, F. GUDE SAMPEDRO**, A. GARCÍA QUINTÁNS***, C. GALBÁN RODRÍGUEZ Servicio de Urgencias. *Faculta de Medicina y Odontología USC. **Unidad de Investigación Clínica. ***Servicio Galego de Saude. Complejo Hospitalario Universitario. Santiago de Compostela A STUDY OF THE ACUTE ETHANOL INTOXICATION AT THE EMERGENCY ROOM RESUMEN Objetivo: Conocer la frecuencia de las intoxicaciones etílicas agudas en nuestro servicio, así como sus características epidemiológicas, clínicas, y problemas asociados. Método: Se estudiaron una serie de variables en los pacientes mayores de 14 años que fueron atendidos en urgencias por intoxicación etílica, separándolos en dos grupos de edad. Resultados: Se atendieron 472 casos (0,55% de los motivos de consulta), siendo hombres el 84,1% y un 40% <26 años. La mayoría de las intoxicaciones en este grupo de edad ocurrieron durante los fines de semana, fundamentalmente por las noches, mientras que en los >25 años, la distribución semanal es más homogénea y hay un mayor número por las tardes. La relación con traumatismo cráneo-encefálico es menor en el grupo de los jóvenes. No hubo diferencias significativas en el número de accidentes de tráfico. El porcentaje de ingresos fue del 17% en los >25 años frente al 5% en los menores de esta edad. No se obtuvieron variaciones con significación estadística en cuanto al número de agresiones, intentos de autolisis, sobredosis o asociación a otras sustancias tóxicas. Conclusiones: Las intoxicaciones etílicas muestran unas características diferenciadas según ocurran en jóvenes (<26 años) o adultos (>25 años). En los primeros se trata fundamentalmente de la consecuencia de una conducta “recreativa de las noches del fin de semana”, mientras que en los segundos hay una mayor asociación a traumatismos e ingresos sin que éstos se justifiquen por una mayor incidencia de accidentes de tráfico. ABSTRACT Objective: To know the frequency of the acute ethylic intoxications in our service, as well as their epidemiologyc, clinical characteristics, and associate problems. Method: A series of variables in patients older than 14 years were studied. These patients were assisted at the emergency room by ethylic intoxication, and they were separated in two age groups. Results: 472 cases were assisted (0.55% of the consultation rea sons). 84.1% were men and 40% <26 years. Most of the intoxications in this age group happened during the weekends, fundamentally at night, while in the >25 years, the weekly distribution is more homogeneous and there is a bigger number in the afternoons. The relationship with trauma tic brain injury is smaller in the group of the youths. There were not sig nificant differences in the number of traffic accidents. The percentage of admissions was 17% in the >25 years opposite to 5% in people younger than this age. Variations with statistical significance were not obtained if we consider the number of aggressions, parasuicides, overdoses or asso ciation with other toxic substances. Conclusions: The ethylic intoxications show some different characte ristics depending on the age of the patient (<26 years old vs. >25 years old). In the young people ethylic intoxication is the consequence of a “recreational behaviour at weekend´s night” fundamentally, and in the adults there is a stronger association with traumatisms and admissions and we can’t say that these one are justified for a bigger incidence of traffic accidents. PALABRAS CLAVE: Intoxicación etílica aguda. Servicio de Urgencias. Epidemiología. KEY WORDS: Acute ethanol intoxication. Emergency room. Epidemio logy. Bugarín González R, Galego Feal P, Gude Sampedro F, García Quintáns A, Galbán Rodríguez C. Estudio de las intoxicaciones etílicas agu das en un servicio de urgencias. An Med Interna (Madrid) 2000; 17: 588-591. INTRODUCCIÓN La patología relacionada con el abuso de alcohol constituye una proporción significativa de los motivos de consulta en los servicios de urgencias tanto hospitalarios como extrahospitalarios (1, 2). En efecto, la ingesta de bebidas alcohólicas es, probablemente, la causa más común de intoxicación aguda con la que se enfrenta la atención médica. Algunas series indi- can que aproximadamente uno de cada tres pacientes que consultan en urgencias, presentan en sangre niveles significativos de alcohol (3), y esta sustancia es, con mucha diferencia sobre las demás, la que más frecuentemente se detecta en los análisis toxicológicos. También es muy conocida la alta relación entre la intoxicación etílica aguda (IEA) y los accidentes de tráfico (4,6), estando implicada en gran cantidad de ellos. Está presente Trabajo aceptado: 13 de Mayo de 2000 Correspondencia: Rosendo Bugarín González. Urbanización San Sadurniño Bloque M1 - 1º C - 15894 Teo (A Coruña) Vol. 17, N.º 11, 2000 589 ESTUDIO DE LAS INTOXICACIONES ETÍLICAS AGUDAS EN UN SERVICIO DE URGENCIAS además en un porcentaje significativo de otros tipos de traumatismos como accidentes laborales, caídas, agresiones, violaciones, ahogamientos, hipotermias, etc. (7). Tampoco podemos olvidarnos de la relación de este tóxico con determinadas patologías psiquiátricas como pueden ser los intentos de suicidio, la asociación a otras intoxicaciones por drogas de abuso o los casos que cursan con alteraciones del comportamiento, agresividad o conducta antisocial (8,9). Además está en íntima relación con múltiples enfermedades orgánicas comunes en los servicios de urgencias. Así como ejemplos cabe citar hepatitis, pancreatitis, síndrome de Wernicke, polineuropatías, e incluso arritmias cardíacas (10). Se trata, en definitiva, para la medicina de urgencias de un problema muy frecuente, que genera un gran consumo de recursos, y ya que son escasos los estudios acerca de este tema en la comunidad gallega, nos ha parecido oportuno analizar la demanda hospitalaria que origina en nuestra área sanitaria. MATERIAL Y MÉTODO Se revisaron las historias clínicas de los pacientes que consultaron en el Servicio de Urgencias de adultos (mayores de 14 años) del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1998. Dicha institución abarca una población de referencia de 473.080 habitantes y la atención de demandas urgentes en este rango de edad ascendió por encima de 85.000. Se seleccionaron aquellas historias que entre sus juicios diagnósticos figurara el de IEA. Este cuadro se definió como la presencia en un contexto adecuado de uno o varios signos típicos: fetor etílico, excitación, desinhibición y locuacidad, disartria, verborrea, ataxia e incoordinación motora, alteración de la conciencia no explicada por otra causa. También se consideraron intoxicaciones etílicas aquellos casos en los que tras realizar un estudio toxicológico, apareció una alcoholemia igual o mayor de 1 g/l (aunque no hubiera sospecha clínica previa). Se analizaron retrospectivamente una serie de variables clínicas y socio-demográficas : sexo, edad, día de la semana, turno de trabajo (mañana, tarde o noche), mes, eventos relacionados (accidentes, agresiones, intentos de suicidio, sobredosis de drogas ilegales), traumatismos asociados y destino del paciente (alta, ingreso en planta, ingreso en la unidad de cuidados intensivos). Con la colaboración del Servicio de Toxicología del Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, se procesaron los hallazgos toxicológicos en las muestras de sangre de los casos seleccionados. Los datos se expresan en media ± DE. Dividimos a la población en dos grupos de edad : 15-25 años y mayores de 25 años. Para la comparación de las variables cualitativas entre los dos grupos de edad considerados, se utilizó la prueba chi-cuadrado de Pearson. Se consideran significativos aquellos valores de p<0,05. bres (84,1%) y 75 (15,9%) mujeres con una media de edad de 33,9 ± 15,8 años (rango 15-81). La relación entre hombres y mujeres fue ligeramente menos desproporcionada en los pacientes de edades entre 15-25 años, aunque esta diferencia no es estadísticamente significativa. Casi un 40% (186) tenían 25 años o menos, de los cuales 44 (9,3%) eran menores de edad. En 12 casos la edad era desconocida. El grupo de los jóvenes consultó con mayor frecuencia durante los fines de semana (sábados y domingos) -60,2%que el grupo de más edad -41,6%- (p=0,000). La distribución a lo largo de los días de la semana se muestra en la figura 1. En la figura 2 se observa que las IEA del grupo comprendido entre 15-25 años se produjeron de forma predominante durante las noches (159 casos que equivalen al 85,5%), mientras que en el grupo de mayores de 25 años, 100 (36,5%) atenciones fueron por las tardes, alcanzando estas diferencias significación estadística (p=0,000). No hubo diferencias entre un grupo y otro a lo largo de los meses del año, mostrando dos curvas completamente superponibles (Fig. 3). 80 73 70 60 57 57 50 39 40 39 39 33 30 20 27 26 22 18 17 9 10 4 0 Lun. Mar. Mié. Jue. Mayores de 25 años Vie. Sáb. Dom. Menores de 26 años Fig. 1. IEA según grupos de edad y días de la semana. Menores de 26 años 159 160 143 140 120 Mayores de 25 años 100 100 80 60 40 20 31 14 13 0 Mañanas Tardes Noches RESULTADOS Turno de trabajo Se atendieron un total de 472 IEA representando el 0,55% de los motivos de consulta en nuestro servicio, 397 eran hom- Fig. 2. Distribución de las IET según los turnos de trabajo. 590 R. BUGARÍN GONZÁLEZ ET AL 35 32 34 29 30 Mayores de 25 años 25 25 24 22 21 21 19 19 DISCUSIÓN 17 17 15 16 15 16 15 15 13 10 12 Menores de 26 años 9 7 5 E F (rango 1 - 4,9). Además en 11 (2,3%) de ellos también aparecieron benzodiacepinas (1 caso en menores de 25 años, 9 casos en mayores de 25 años y 1 caso con edad desconocida) ; y en 6 (1,3%) drogas ilegales (cocaína en un caso que era menor de 25 años y opiáceos en 5 casos los cuales eran mayores de 25 años). 21 20 20 20 AN. MED. INTERNA (Madrid) M A M J J A S O N D Mes Fig. 3. IEA por grupos de edad a lo largo de los meses del año. En los pacientes mayores de 25 años, los porcentajes de accidentes de tráfico son mayores, aunque sin alcanzar significación estadística (p=0,058) no habiendo apenas diferencias en el número de agresiones y en el de tentativas de autolisis. La relación entre IEA y traumatismo cráneo-encefálico muestra claramente una mayor relación con este grupo de edad (p=0,000). Asimismo, ingresan el 17% de los individuos mayores de 25 años, mientras que de los menores, solo lo hace el 5% (p=0,000). Los resultados se exponen en la tabla I. Se realizaron estudios toxicológicos en 111 pacientes (23,5%) siendo la media de las alcoholemias de 2,10±0,87 g/l TABLA I VARIABLES EN LOS PACIENTES CON IEA SEGÚN LOS GRUPOS DE EDAD Edad 25 años o menores n = 186 (39,4%) Sexo Varones Mujeres 151 (81,2%) 35 (18,8%) Mayores de 25 años n = 274 (58%) Totales n = 472 237 (86,5%) 397 (84,1%) 37 (13,5%) 75 (15,9%) Eventos asociados Acc. Tráfico 39 (21%) Agresiones 10 (5,4%) Tentativas autolisis 5 (2,7%) Sobredosis 1 (0,5%) 79 (28,9%) 11 (4%) 14 (5,1%) 5 (1,8%) Traumas asociados TCE Otros TCE y otros 22 (11,8%) 22 (11,8%) 12 (6,4%) 77 (28,1%) 101 (21,4%) 32 (11,7%) 54 (11,4%) 27 (9,9%) 39 (8,3%) Destino Alta Ingreso planta Cuidados críticos Desconocido 174 (93,5%) 9 (4,8%) 0 3 (1,6%) 218 (79,6%) 397 (77,8%) 35 (12,8%) 44 (9,3%) 11 (4%) 12 (2,5%) 10 (3,6%) 19 (4%) 119 (25,2%) 22 (4,7%) 20 (4,2%) 6 (1,2%) Aunque nos ha sorprendido el gran número de casos que hemos atendido, llegando a constituir más del 0,5% de los motivos de consulta, somos conscientes de que la muestra de pacientes con IEA que acuden al hospital pueden no representar la magnitud del problema ya que muchos de ellos son tratados en centros de atención primaria (11,12) y otros tantos no demandan atención sanitaria. Es probable, por lo tanto, que estemos analizando “la punta del iceberg”. Nos ha parecido muy acertada la opción de Arnal y colaboradores (12) de analizar los casos separándolos en dos grupos según su edad (menores y mayores de 25 años), ya que es obvio que muestran patrones de consumo totalmente distintos, por lo que también la hemos aplicado a nuestra metodología. Es necesario matizar que el número de IEA en menores de edad es mayor que el registrado, ya que los casos que se produjeron en menores de 15 años, no fueron atendidos en nuestro servicio, sino en el de urgencias pediátricas, y es conocido que en nuestro país, los jóvenes inician el consumo regular de alcohol en torno a los 14 años e incluso en edades más tempranas (8). Algunos autores encuentran que el predominio de esta intoxicación en los varones se atenúa en el grupo de menor edad y lo atribuyen a un cambio en las costumbres sociales de la juventud (12). Aunque la diferencia que nosotros obtuvimos no fue significativa, es probable que si lo sea si la edad “tope” de selección de este grupo fuera más baja. Prácticamente todos los estudios (8, 11,13) reflejan que, a diferencia de los usuarios adultos, los jóvenes consumen el alcohol fundamentalmente durante los fines de semana, hecho que también se produce en nuestros adolescentes. Esto, nos ha sorprendido en parte puesto que esperábamos que en nuestra casuística apareciera en este grupo un mayor consumo durante los jueves : Santiago de Compostela es una ciudad pequeña en la que durante el curso académico un gran porcentaje de sus habitantes son estudiantes universitarios cuyo día de la “movida” es el jueves ya que los fines de semana se van a sus domicilios paternos. Si bien también encontramos diferencias en los patrones de consumo respecto al turno horario, nos ha llamado la atención el gran paralelismo existente en el consumo a lo largo del año en los dos grupos de edad, hecho que refleja de forma evidente la figura 3. Es de sobra conocida la relación entre consumo de alcohol y traumatismo cráneo-encefálico. El hecho de que esta asociación sea mayor con el grupo de más edad, posiblemente se deba a que el patrón de consumo del grupo de los adolescentes tiene unas connotaciones más “recreativas” y sea selectivo durante los fines de semana. Sin embargo, es difícil de explicar, ya que aunque se produjo un menor porcentaje de accidentes de tráfico en este grupo, la diferencia no llegó a ser significativa. De todas formas, los resultados muestran de forma clara que, si tenemos en cuenta el número de ingresos, las IEA son más graves Vol. 17, N.º 11, 2000 ESTUDIO DE LAS INTOXICACIONES ETÍLICAS AGUDAS EN UN SERVICIO DE URGENCIAS en el grupo mayor de 25 años que en el comprendido entre 15-25. Hecho que se debe explicar, al menos en parte, por el menor número de traumatismos cráneo-encefálicos en este grupo. No debe sorprender que en la mayor parte de los casos no se haga un estudio toxicológico, ya que el diagnóstico de IEA se realiza habitualmente mediante sospecha basada en la clínica y evolución posterior. Se admite que la determinación de la alcoholemia quedará reservada para aquellos casos en los que la historia y la exploración física no sean concluyentes, o bien, 591 en situaciones que tengan interés médico-legal (14). A pesar de que no se encontró significación estadística en los casos asociados a tentativas de autolisis y a sobredosis, es posible que al menos en éstas últimas se deba al escaso número. En efecto, llama la atención que las cinco sobredosis por opiáceos demostradas mediante estudio toxicológico, se produjeran en el grupo de mayor edad, ya que el único caso de sobredosis que se registró en los individuos de 15 a 25 años, fue por cocaína. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Dorado S, Martín J, Sabugal G, Caballero PJ. Epidemiología de la into xicación aguda : estudio de 613 casos habidos en 1994 en el área sur de la comunidad de Madrid. Rev Clín Esp 1996 ; 196 : 150-6. Nogué S. Toxicología. Generalidades. En : Farreras/Rozman. Medicina Interna. 13ª edición. Mosby-Doyma. Madrid 1995 : 2587-92. Marco CA, Keelen GD. Acute intoxication. Emerg Med Clin North Am 1990; 8: 731-748. Álvarez FJ, Prada R, del Rio MC. Alcohol y conducción de vehículos : la situación en España. 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