Un libro recomendable - Asociación de militares españoles AME

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Libros
Un libro
recomendable
T
oda nación, cuya élite política e
intelectual mantenga la tesis de
poder sobrevivir a través de
sustentar su Historia en multitud de
mitos y estereotipos, está condenada al
fracaso. Ésta ha sido hasta hoy –y, por
desgracia, lo seguirá siendo por
mucho tiempo- la actitud e, incluso, el
compromiso de quienes, a pesar de la
evidencia en contra, sostienen que son
los únicos en posesión de la verdad y
de que esa “verdad oficial” es la única
y verdadera.
Pues bien, frente a la avalancha de
quienes mantienen contra viento y
marea unas ideas más propias del siglo
XIX que las que deben predominar en
el XXI, hay personas que, exponiéndose a la más feroz crítica, tienen la
“desfachatez” de rebatir a esta masa
ingente de los que siguen empeñados
en mantener sus alegatos y sus
tergiversaciones que influyen,
decisivamente, en el pueblo español
fácilmente seducible.
Me refiero en este caso –como ya
lo he hecho en alguna otra ocasión- al
conocido historiador Pío Moa. Hace
pocas semanas ha aparecido un nuevo
libro suyo titulado “Los Mitos del
Franquismo”. Su dedicatoria es muy
significativa: “A cuantos respeten la
verdad y sientan la necesidad de
defenderla”. Porque es muy triste,
insensato, destructivo y gravísimo,
que una sociedad entera se conforme y
admita como buena, como la única
verdad, la que te cuentan quienes la
han extendido de un extremo a otro de
nuestra geografía para enfrentar de
nuevo a los españoles.
Este nuevo libro de Pío Moa es, en
mi opinión, una continuación de otro
suyo titulado “Los Mitos de la Guerra
Civil”. Pero, en el ahora publicado, lo
que demuestra fehacientemente es la
inmensa falsedad sobre un personaje
que, guste o no, fue clave en la Historia
española. Repito, personaje clave e
histórico del siglo XX español.
Ya he dicho que un país está
condenado al fracaso cuando, impunemente, tergiversa su propia Historia
hasta hacerla prácticamente irreconocible. ¿Qué clase de Historia se enseña
desde hace muchos años en España?
¿Cuál es el peso específico del tronco
común de nuestra Historia exigible?
Tengo para mí que ese tronco común ni
siquiera existe y, si así fuera, no es
exigida su enseñanza en ningún caso.
Por eso es importante este nuevo
libro de Pío Moa; porque desmitifica
muchas cosas de un período de nuestra
Historia que ha sido, guste o no,
fundamental para el pasado más
reciente e, incluso, para este dificilísimo presente político en el que nos
encontramos.
MILITARES 105 Pág 48 JULIO 2015
Ojalá hubiera muchos más
historiadores y escritores que se
atrevieran a enfrentarse con la verdad
para, estudiada a fondo, ofrecérsela a
sus compatriotas, a todos los españoles, para que conocieran su verdadero
pasado con objeto de no equivocarse
para no volver a repetir.
ENRIQUE
DOMÍNGUEZ
MARTÍNEZ CAMPOS
Coronel de Infantería DEM (R)
Libros
Un libro
de pensamiento
militar
ORTEGA MARTIN, Jorge.
REFLEXIONES MILITARES
DE UN VIEJO SOLDADO.
Cuadernos de pensamiento
estratégico. Grupo Atenea.
(ISBN: 978-84-943050-0-2)
Madrid. Septiembre
2014.188 pp.
E
l pasado 18 de noviembre 2014
tuve el honor asistir, por
invitación del autor del libro
objeto de ésta recensión, a su presentación organizada por el grupo Atenea en
el Centro Superior de Estudios de la
Defensa Nacional (CESEDEN). Por las
razones que el lector encontrará al leer
este escrito considero que es justo y
apropiado aunque sea breve y quizá no
suficientemente bien hilvanado, un
comentario sobre tan importante
presentación.
Yo había trabajado a las órdenes del
general Ortega en el grupo inter
ejércitos encargado de la renovación de
las Reales Ordenanzas para las Fuerzas
Armadas cuya nueva redacción venía a
anular y sustituir a las Reales
Ordenanzas particulares de los tres
ejércitos redactadas en el año 1978.Ni
que decir tiene que , dada la trascendencia de las múltiples reuniones que hubo
que llevar a cabo, todos los participantes, de todos los ejércitos y cuerpos
comunes y de todas las graduaciones y
naturalmente también un representante
del nivel político correspondiente nos
aplicamos con nuestro mayor interés a
conseguir el mejor resultado posible
dentro de las dificultades a las que
tuvimos que hacer frente siendo la
principal la diferencia constatada entre
el pensamiento político y el pensamien-
to militar y la no
menos importante
diferencia de edad
entre los miembros
del grupo.
Por todo lo
anterior, yo tuve con
bastante antelación a
la publicación de su
libro, un conocimiento cabal del
pensar y del sentir
del general Ortega
en todo lo que a las
Fuerzas Armadas se
refiere y en especial
al ejército de Tierra
y al arma de caballería a la que con
justificado orgullo
pertenece. Y él a su
vez pudo tener un
cabal conocimiento
del pensar y sentir de
la Armada a través
de las intervenciones
del Director de la
Escuela de Guerra
Naval CA. Tomás
Bolívar y de la mía
propia siempre que
tuve oportunidad de
sustituirle en las reuniones del grupo,
sobre todo para proteger y cuidar todo
lo que pudiese afectar a la Armada,
habida cuenta de que sus Ordenanzas
particulares iban a ser anuladas.
Posteriormente, siendo ya el
general Ortega Director Editorial de la
Revista Atenea me hizo el inapreciable
favor de publicarme varios ensayos
todos ellos relacionados principalmente
con temas de pensamiento político y
militar que afectan a nuestra actuales
Fuerzas Armadas. Todas estas circunstancias me fueron llevando a pensar que
existía una identidad, un fondo común
en el pensamiento y en el ideario del
general Ortega y en el mío propio
extremo que pude confirmar con la
lectura de su libro. Así puedo afirmar
que comparto al cien por cien el
pensamiento militar del general Ortega
que el lector interesado puede deducir
de la lectura de su extraordinario y
valiente libro. Llama la atención cómo
dos personas, si bien casi de la misma
MILITARES 105 Pág 49 JULIO 2015
edad, hayan podido alcanzar una
práctica identidad de pensamiento
militar después de toda una vida de
plena dedicación a nuestros respectivos
ejércitos, la Armada y el Ejército de
Tierra, en actividades tan distintas: uno
como soldado de Caballería sobre la
tierra firme y otro, como marino, a
bordo cualquier buque, sobre o bajo las
olas del mar. No podemos saber bien
cómo es, o cómo será, el espíritu militar
de las nuevas generaciones pero los
veteranos que nos hemos formado,
probablemente hace ya demasiados
años, en nuestra respectivas academias
según el sistema tradicional reconocemos tener, en lo esencial, no solo la
misma forma de pensar si no también la
misma forma de solucionar los problemas militares y, aún hoy, ya en el retiro,
percibimos tener las mismas dificultades para desvincularnos de nuestro
oficio, como al general Ortega le gusta
decir. Nuestro concepto de la Patria es
así: “A España servir hasta morir” lema
Libros
de la Escuela de Suboficiales del Talar
que un ínclito ex ministro de Defensa
borró o quiso borrar según el exquisito
pensamiento político del momento. El
pensar o el sentir de los militares no es
un capricho, no es algo que se pueda
poner o quitar. Es algo mucho más
profundo que se nutre de la experiencia
de nuestros antepasados muchos de los
cuales entregaron lo mejor de sus vidas,
o sus vidas mismas, por la seguridad ,
por la libertad , por el bienestar y la
prosperidad de todos los españoles que
son, que conforman el alma de España,
nuestra amada Patria.
No es de extrañar así que el libro
“Reflexiones militares de un viejo
soldado” sea verdaderamente la
historia de un lamento. De un lamento
de lo que pudo ser y no fue o, mejor
quizá, de lo que puede ser y no es. Y el
lamento se origina en la casi permanente injerencia del pensamiento
político en el pensamiento militar
cuando aquél no respeta como debiera
lo más íntimo y sagrado del hacer y
sentir militar. Dentro de los límites
temporales marcados por el propio
autor del libro objeto de esta recensión,
es decir, desde el restablecimiento de la
democracia hasta hoy, el pensamiento
político de nuestros últimos gobiernos
no respeta, como a nuestro juicio
debiera, el pensamiento militar es decir
sus valores, sus más íntimas creencias y
fundamentos. Solo así se puede
comprender que la palabra Patria sea
continuamente proscrita, que la
disciplina sea hoy algo condicionado a
la visión o a la interpretación del
soldado que deba de someterse a ella,
que las Fuerzas Armadas no deban de
considerarse una Institución del
Estado, una de las principales se podría
añadir, si no un simple apéndice de su
Administración y por tanto sometida al
capricho y arbitrio del administrador de
turno, que dar la vida por la Patria sea
un maximalismo inaceptable, una
verdadera exageración que no debe de
ser exigible al soldado en el cumplimiento de su misión en el campo de
batalla. Y tantas y tantas cosas más que
se podrían añadir.
Los militares, dentro de su especial
manera de entender la milicia, no se
oponen a los cambios que la realidad
internacional pueda imponer, como de
hecho impone. Quién puede negar que
los cambios sean necesarios en las
Fuerzas Amadas. Son tan necesarios
que hasta hemos creado un proceso de
transformación continua para ser más
eficientes al hacer frente, con recursos
siempre limitados, a una realidad
cambiante. Pero una cosa es estar
dispuestos al cambio y otra que el
cambio afecte a su más intimo ideario o
a los valores en los que descansa la
eficacia militar.
Este y otros muchos lamentos son
descritos magistralmente por el general
Ortega en su libro con el lenguaje, con
el estilo, marcial y austero, propio del
militar que ya viene de vuelta de todo,
que ya no necesita convencer a nadie si
no simplemente ser coherente consigo
mismo después de toda una vida de
entrega a su Patria. No hay ni una
palabra que sobre, que esté de más, en
todo el libro, ni concesión alguna a todo
aquello que pudiera calificarse de
retórico. Escrito por otra persona, el
libro podría tener, atendiendo a su
denso contenido, el doble número de
páginas. Me parece que solo los
profesionales de la milicia escriben así.
El militar añorado, el “guerrero
pacifico”, buscado o propiciado por el
pensamiento político actual no está
educado en el pensamiento militar
tradicional el cual, sin que la diplomacia le sea ajena, no puede ser un genuino
diplomático experto en dagas florentinas, aunque estas sean dialécticas. No
va con el pensamiento militar tradicional eso de hacer “una puntualización
seguida de una matización” como se
oye en muchos foros en los que los
diplomáticos intervienen, dicho sea
esto con el mayor respeto. No. El militar
de siempre esta educado para la guerra y
en ella no hay tiempo para florituras del
lenguaje. Antes al contrario, el militar
esta adiestrado para analizar en un
instante la situación , tantas veces
critica, que le rodea, valorar los medios
disponibles y tomar la decisión
necesaria para lograr el más efectivo
cumplimiento de su misión, decisión
que la mayoría de las veces incluye
poner en grave peligro su propia vida.
Esto es lo que la sociedad espera del
buen militar y esto es lo que la sociedad
MILITARES 105 Pág 50 JULIO 2015
respeta de él. Y esto es lo que muchos se
empeñan en no comprender.
Y todo esto es lo que se percibe y se
deduce de la lectura del libo escrito por
el general Ortega cuyo contenido,
dividido en diez capítulos, es un fiel
reflejo de la profundidad y alcance de su
pensamiento:
- LA SEGURIDAD NACIONAL
- CONCIENZA DE DEFENSA
- MILICIA Y POLITICA
- MISIÓN NATURALEZA DE LOS
EJERCITOS
- LOS VALORES DEL SOLDADO
- LA FORMACIÓN DEL OFICIAL
- LA ESTRUCTURA ORGANICA DE LOS
EJERCITOS
- LA ECONOMIA DE DEFENSA
- LAS ALIANZAS
- LAS OPERACIONES EN EL EXTERIOR
EPILOGO
Y para finalizar, solo decir, querido
lector, que el libro que tendrás en tus
manos no serán las “Reflexiones
militares de un viejo soldado” si no que
serán las reflexiones que podrían asumir
todos los militares de España. Muchas
gracias y a tus órdenes, mi general.
AURELIO
FERNÁNDEZ DIZ
CN (R)
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