MISA CON NIÑOS II DOMINGO de PASCUA

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MISA CON NIÑOS
II DOMINGO de PASCUA
Lecturas: 1ª Lectura: Hechos 2,42-47
Salmo 117. Leído
Evangelio: Juan 20,19-31
AMBIENTACIÓN: Seguimos con viviendo con gozo este tiempo
pascual, de nuevo os repito que los niños y las
niñas lo deben vivir así, lo deben sentir y palpar… el ambiente, los cantos, las palmas… todo esto ayuda a la
compresión de la alegría que nace de la fe. Hoy podemos “contarle” la historia de Tomás en la homilía….
“Tomas era un poco gandul, llegaba tarde a las reuniones y eso fue lo que le pasó… llegó Jesús a ver a los
apóstoles y el no estaba, ¿Dónde estaba? No lo dice… ¡donde estaría!, pero allí se perdió la gran alegría de
volver a ver a Jesús… los compa sin que lo vieron, y comieron juntos….” Feliz Pascua. Julián Martín
MONICION DE ENTRADA:
Estamos celebrando la Resurrección del Señor. A lo largo del tiempo pascual iremos
recordando las distintas apariciones de Jesús a sus discípulos, casi siempre en un marco
eucarístico, son las que van creando y haciendo crecer a la Iglesia. Hoy Cristo se sigue haciendo
presente en medio de nosotros, también en nuestra Eucaristía, con el rostro del pan, se hará
presente. Que no nos pase a nosotros como al apóstol Tomás.
ACTO PENITENCIAL:
Ante Cristo resucitado nos sentimos pecadores, le pedimos perdón desde el corazón, desde
ese lugar donde El se comunica con nosotros y juntos le decimos
Yo confieso...
Pautas homiléticas (para el sacerdote)
- La primera lectura nos invita a estar alegres porque el Señor a resucitado, y resucitando nos ha abierto la puerta del cielo para que
un día podamos participar todos juntos de esa vida nueva.
- Por su parte el Evangelio nos cuenta cómo Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar y éstos se llenaron de gran alegría.
Además el Señor les dice: «como el Padre me ha enviado así os envío yo». El Señor está diciendo que también los discípulos y
nosotros debemos anunciar a todas las personas que Cristo ha resucitado.
- Tomás, uno de los apóstoles, no estaba en la casa cuando se apareció el Señor la primera vez, y le costaba creer que hubiese
resucitado. Pero el Señor se volvió a aparecer y le dijo a Tomás: «mete tu dedo en el agujero de los clavos, y no seas incrédulo, sino
creyente»
- También nosotros debemos ser creyentes. El Señor ha resucitado, nosotros no lo hemos visto, pero creemos que es así y le pedimos
hoy que nos ayude a creer, que nos ayude siempre a vivir con FE .
- En la Eucaristía el Señor se hace presente, es difícil de reconocerle, pero sabemos que está ahí, por eso, como Tomás solo podemos:
¡Señor mío, y Dios mío!
PETICIONES:
Tú conoces Señor, nuestras necesidades y te compadeces de nosotros. En nuestra oración
te las presentamos respondiendo: Míralos, compasivo Señor
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A los que no encuentran sentido a sus vidas. Todos. Míralos , compasivo Señor
A los que no tienen fe: Todos Míralos
A los que no conocen las Escrituras.
A los creyentes que no dan testimonio de Jesucristo.
A los que están marcados por el dolor y la tristeza.
A los que son pesimistas y sólo miran al pasado.
A los que no se abren a las sorpresas del Espíritu.
 A nosotros que vivimos este tiempo pascual.
OFERTORIO
• Te ofrecemos, Señor, este POSTER porque creemos que has resucitado y queremos vivir
con una gran fe cristiana, anunciando a todo el mundo que tú eres nuestro Señor y
salvador.
• Te ofrecemos, Señor, esta PALMA ( O RAMA DE OLIVO) y con ella queremos anunciar
que, a pesar de haber muerto en la cruz, tú has resucitado y eres el Cristo, es decir, el Hijo
de Dios que ha venido a salvarnos.
• EL PAN Y EL VINO, son fruto de la tierra y del trabajo de los hombres. Te harás presente
en ellos en la consagración, y te pedimos que también te hagas presente en nosotros,
resucitándonos a una Vida Nueva donde seamos felices practicando el bien como tú nos
enseñas en el Evangelio.
ACCION DE GRACIAS:
Hemos oído en el Evangelio que Jesús ofrece a sus discípulos las pruebas de la paz, la
alegría, el perdón, la fortaleza, que son frutos del Espíritu Santo al acabar nuestra
celebración le pedimos al Señor esos mismos frutos del Espíritu y que nos ayude a testigos
de su amor por el mundo.
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