La popularidad de la protesta

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A26. EL COMERCIO
VIERNES 29 DE MAYO DEL 2015
OPINIÓN
“Las protestas contra el proyecto Tía María no tienen una motivación ambiental sino política”.
Editorial de El Comercio Con escudo social / 12 de abril del 2015
EDITORIAL
La popularidad de la protesta
C
Los conflictos sociales se deberían resolver a través de canales institucionales. Rara vez lo hacen.
onvivir en sociedad no es tarea sencilla. La libertad y los intereses de unos
colisionan de manera constante con
la libertad y los intereses de otros. Las
comunidades, entonces, tienden a
recurrir al desgobierno y a la ley del más fuerte
y del más dispuesto a usar la violencia, donde la
justicia y las libertades individuales ceden el paso a la intimidación y el abuso.
Ejemplos de esto último sobran en el Perú de
los años recientes a raíz de las llamadas protestas
sociales que se extienden por el territorio nacional a ritmo creciente. Desde el frente presuntamente ambiental, por ejemplo, las manifestaciones en contra del proyecto minero Conga –que
se basaban en una demostrada mentira sobre la
falta de agua luego del trasvase de las lagunas–
dejaron diez muertos, varios millones de dólares
perdidos en inversiones, una región en recesión,
y la sensación de que en el Perú tiene la razón
quien grita más fuerte.
En una nota similar pero más reciente, los ciudadanos que se oponían al proyecto Tía María hicieron sentir su voz en protestas que ya van dejando
cuatro fallecidos y que ocasionaron el cierre de las
de energía eléctrica. En Andahuaylas, un error
principales carreteras de la región, la suspensión de de lectoría de la Empresa Sur Este para la factuclases escolares, la interrupción de servicios públiración en los recibos de electricidad ocasionó
cos y comerciales, y cuantiosos daños económicos. una protesta masiva que obligó a paralizar la ciuPor supuesto, Conga y Tía María no son los únicos
dad. En Arequipa, cientos de pobladores tomacasos. Los habitantes de las regiones donde grupos ron el puente Añashuayco durante un paro por el
organizados se levantaron en contra de los proyecrecorte del canon minero para la región. En Ica,
tos mineros de Espinar (Cusco), Santa
productores algodoneros del valle
LAS VÍAS CORRECTAS
Ana (Puno) y Cañariaco (Lambayede Pisco interrumpieron el tránsito
Los mecanismos de
que), entre otros, han sido también
de la Panamericana Sur para exigir
representatividad
testigos de las consecuencias que las
compensaciones por los efectos de
y seguridad que la
‘protestas sociales’ traen para la vida
los tratados de libre comercio, evidemocracia ofrece
en comunidad.
parecieran no existir. tar los remates de tierra y demandar
Las manifestaciones en contra de
un precio de S/.130 por quintal de
proyectos mineros por motivos ambientales, sin
algodón rama. La lista sigue y es larga.
embargo, están lejos de agotar las motivaciones
Pero es justamente para evitar que los reclade las protestas que interrumpen la estabilidad
mos ciudadanos –legítimos o no– escalen a sisocial y el Estado de derecho a lo largo del país.
tuaciones de convulsión social y violencia que
Hace apenas unos días, en Marcona, los reclael país cuenta con instituciones responsables
mos de los manifestantes contra Shougang –que de canalizar los intereses en conflicto e impledejaron atrás un muerto, carreteras bloqueadas
mentar soluciones acorde a la ley y al Estado de
y edificios saqueados– incluían la recontratación derecho. ¿Para qué existen, si no, las autoridade trabajadores despedidos, la provisión de agua des regionales y municipales, el Congreso, la
potable para el distrito y la reducción de tarifas
Defensoría del Pueblo y el mismo gobierno que
elegimos cada cinco años?
El Perú parece haberse habituado ya a resolver
disputas de todo tipo a través de la ‘protesta social’,
que en muchos casos no es más que un grupo de
personas con intereses particulares amenazando
con violencia si sus demandas no son cumplidas.
Los mecanismos de representatividad y seguridad que la democracia ofrece parecieran no existir. Y una democracia que prescinde de los canales
institucionales para solucionar los conflictos que
dentro de ella emergen no es una democracia. Por
otro lado, poco ayuda a la causa de la necesaria reforma y mejora de estos canales el que resulte tan
fácil –y tan rentable– saltárselos.
En la medida en que los ciudadanos prefieran
patear el tablero antes que utilizar de manera
responsable los canales democráticos, y que este camino continúe siéndoles exitoso, es poco lo
que se puede esperar en términos de convivencia
pacífica y funcional. James Russell, poeta estadounidense del siglo XIX, decía que la democracia otorga a cada uno el derecho a ser el opresor
de sí mismo. En el Perú, parece también otorgar
el derecho a ser opresor de los demás.
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