www.ruyman.eu “Un mineral para controlar el mundo” COLTAN Alberto Vázquez-Figueroa Barcelona, Ediciones B, 2008 Un día, mientras están celebrando un consejo de empresa, los máximos directivos de la multinacional Dall & Houston, reciben una carta en la que se les amenaza de muerte a todos ellos. La Dall & Houston ha hecho una fortuna aprovisionando a las tropas norteamericanas en Irak, causando miles de muertos y un daño irreparable. En la carta se les dice que deben devolver todo el dinero que obtuvieron con ese negocio, y que si no lo hacen morirán uno detrás de otro. Así empieza Coltan (Ediciones B), la última novela de Alberto Vázquez-Figueroa. Pero el tema de la Guerra del Golfo pasa a ser secundario… Coltan nos habla de un compuesto mineral así llamado, el coltan –abreviatura de columbita-tantalita-, que es esencial para la construcción de aparatos electrónicos y armas teledirigidas, esencial por tanto para controlar el mundo. Las mayores reservas de este mineral se encuentran en el Congo, y ha sido el culpable de las guerras que se están desarrollando allí. El coltan es un elemento fundamental para nuestra vida, pero es muy desconocido. ¿Cómo se le ocurrió a Vázquez-Figueroa escribir sobre este tema? “He pasado más de veinte años de mi vida en África –dice el escritor-, y durante uno de mis últimos viajes un amigo congoleño me comentó que no me creyera cuanto se decía sobre los enfrentamientos tribales de humus y tutsis en su país, porque detrás de todo ello se ocultaban los intereses de las grandes compañías en torno a un nuevo mineral estratégico. Naturalmente, para un escritor que proviene del periodismo constituía un tema que merecía ser investigado, puesto que había por en medio cuatro millones de muertos.” 2 Vázquez-Figueroa recoge a varios personajes de una novela anterior, Por mil millones de dólares (El Andén), que trataba del gran negocio que había hecho la multinacional Dall & Houston con la Guerra de Irak. Coltan arranca donde aquella novela acabó. Pero el escritor nos explica que Coltan no es una continuación, aunque pueda parecerlo: “Algunos personajes se repiten ya que me parecieron muy válidos, y es algo que he hecho en muchas de mis novelas. Los personajes, como las personas, no desaparecen de pronto sino que con frecuencia vuelven a tener un lugar en tu vida.” Ésta es una novela de personajes, y profundiza a través de ellos en temas muy complejos, morales, políticos, económicos… Mariel, el exiliado cubano sin sentimientos, que se convierte en un asesino a sueldo perfecto, es una buena creación novelesca, y Salka Embarek, que tuvo que huir de Irak cuando una bomba mató a toda su familia, también. Vázquez-Figueroa parece quitarse mérito en este aspecto, y muestra cierto fatalismo a la hora de crear buenos personajes: “Los personajes salen redondos o no porque lo son por sí mismos, no porque el escritor se lo proponga. A lo largo de ochenta novelas he construido cientos de personajes y la mayoría de ellos resultaron fallidos. O tienen su propia vida o todo cuanto el autor intente resulta inútil.” Mientras los directivos de la Dall & Houston hacen todo lo posible por defenderse de la amenaza de muerte, Salka Embarek y una inocente viejecita se pasean por las carreteras de Estados Unidos. Vázquez-Figueroa nos demuestra su dominio de la geografía norteamericana y de su forma de vida, no en vano vivió allí varios años, pero lo más destacado de Coltan, aparte de su trama de thriller, es la documentación que hay detrás de la novela. VázquezFigueroa ha declarado alguna vez que lo que mejor hace como escritor es documentarse: prensa nacional, prensa extranjera, contactos… “Cuando se lleva más de medio siglo en el mundo periodístico y se conoce gente en más de cuarenta países se puede conseguir mucha información. Es cuestión de echar mano a la agenda y molestar a unos cuantos.” Vázquez-Figueroa fue periodista durante muchos años, corresponsal de guerra en África y América para La Vanguardia, Televisión Española, Destino… En Coltan, ya desde la elección del tema, tiene mucha importancia este pasado periodístico del autor: “Naturalmente, y porque más sabe el diablo por viejo que por diablo. He vivido más que la mayoría, he visto más que la mayoría y tengo una memoria de elefante. Y sentido común.” Pero Coltan es algo más que una novela; es un libro-denuncia: “Mi primera pretensión –dice el novelista- fue advertir que estamos construyendo un futuro sobre un solo material sin preocuparnos de 3 que al mismo tiempo estamos rompiendo los puentes con el pasado. ¿Qué ocurrirá cuando el coltan se agote, lo cual puede suceder en seis o siete años, si no hemos sido capaces de encontrar un sustituto válido?” Pero llama la atención que un elemento tan fundamental para nuestra vida sea tan desconocido. Vázquez-Figueroa ofrece una respuesta: “A las empresas que lo explotan y lo utilizan en teléfonos móviles, ordenadores personales, satélites artificiales o armas teledirigidas no les interesa que se sepa que se derraman ríos de sangre por su causa.” El problema de fondo de Coltan, como el de tantas novelas de Vázquez-Figueroa, es que ignoramos casi todo de cuestiones que acabarán afectándonos enormemente. Vázquez-Figueroa tiene una parte de su obra, la más pegada a la actualidad, que denuncia estas cuestiones: Sicario, Marea negra, Un mundo mejor, Todos somos culpables… En Coltan ha unido esta intención de denuncia y “aviso” con su veta de narrador de aventuras y thrillers. La trama de Coltan es política, económica, moral… pero no deja de ser una novela de aventuras, trepidante y entretenida. La preocupación del escritor por los problemas del mundo actual, sigue en pie a lo largo de los años. ¿Sabemos en qué mundo vivimos, y los peligros que nos acechan? Para contestar a esta pregunta Vázquez-Figueroa entronca con la actualidad: “Si lo supiéramos no nos encontraríamos en mitad de la crisis económica y social que ahora nos afecta y que es probablemente la mas compleja de la historia. Hace dos años lo advertí en un artículo titulado “El Crack del 29 y la sequía”, pero nadie hizo el menor caso pese a que con un poco de inteligencia se hubiera impedido que llegáramos a este punto.” Pero si algo demuestra el escritor es que la inteligencia sirve de poco cuando los intereses están en juego. Eduardo Martínez Rico Todo sobre Alberto Vázquez-Figueroa