El SIDA entre el colectivo gay: reflexión y debate

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El SIDA entre el colectivo gay: reflexión y debate
Anthony Perkins, Rudolf Nuréyev, Rock Hudson, Scott Smith, Freddie Mercury…
personas que tuvieron una par de cosas en común: famosos, homosexuales y acabaron
muriendo por complicaciones provocadas por el SIDA. El debate que propongo a continuación
es una reflexión en la que les quiero mostrar el porqué de la relación entre homosexualidad y
SIDA.
En primer lugar la definición de conceptos:
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Homosexualidad: orientación sexual entre dos personas del mismo sexo
SIDA: o Síndrome de Inmunodeficiencia Humana Adquirida) es el conjunto de
enfermedades de muy diverso tipo (generalmente, procesos infecciosos o
tumorales) que resultan de la infección por el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH). Este virus se trasmite por el contacto sangre-sangre entre dos
personas, como puede ocurrir en la penetración vaginal o anal. No obstante, el uso
de preservativo impide la trasmisión del virus vía sexual.
Aclarados estos dos conceptos, ¿ustedes encuentran en estas dos definiciones la
relación homosexualidad-SIDA?¿No? Yo tampoco, y es porque no existe.
De esta afirmación únicamente podemos concluir que la homosexualidad no produce
SIDA. El hecho de que una persona tenga una orientación sexual del tipo homosexual no indica
que vaya a desarrollar SIDA de manera espontánea, no obstante aún hay gente que lo cree así.
Cuando al protagonista de nuestra película, Ron Woodroof, los médicos le diagnostican SIDA,
éste les dice: “no soy maricón, ni siquiera conozco a ningún maricón. Como me vuelva a llamar
le pego una hostia”.
Aunque esto nos pueda parecer hoy en día algo ridículo, hubo un tiempo en que el
hecho de ser homosexual se consideraba un factor de riesgo para contraer SIDA, pero ¿por
qué? En los años 60, la época hippie, se vive una plena revolución sexual y donde el colectivo
gay toma también parte. Durante la revolución sexual el uso del preservativo brilla por su
ausencia, por lo que los casos de contagio no hacen más que aumentar.
Dos décadas más tarde, en los años 80 es cuando los médicos, entre ellos Michael S.
Gottlieb, empiezan a tomar conciencia de que esta nueva enfermedad no queda aislada en un
simple constipado que se curará con los años. Este “resfriado” empieza a tomar las
características de verdadera “pandemia”. Estos años son unos años de verdadero caos sobre
cómo se contagia este virus. Aunque empiezan a proliferar los pacientes con estas
características hay muy poca información del virus, en un principio se habla de poblaciones de
riesgo: homosexuales, drogadictos, etc. Es aquí cuando el estigma del SIDA queda adherido al
colectivo homosexual. Si los homosexuales son los que más la padecen, ellos tienen que ser los
causantes del SIDA y esa creencia se arrastra hasta días muy cercanos a nosotros.
A esto tenemos que añadirle que algunos famosos gays, como los que hemos
comentado al principio, se les diagnostica SIDA, entre ellos el primero y más sonado: Rock
Hudson, famoso actor de Hollywood y homosexual. Ello no hace más que alimentar la hipótesis
de que el SIDA se contrae principalmente entre los homosexuales.
Hoy en día, ya sabemos que el SIDA no se contrae entre homosexuales solamente,
recordemos que el SIDA afecta tanto a heterosexuales como homosexuales, pero ¿por qué
entonces a nosotros, el colectivo LGTB, se nos muestra como los abanderados de la prevención
del VIH?
Apunte cultural: de hecho el color rojo de nuestra bandera significa vida y está relacionado
con la prevención del virus.
“En los años ochenta y noventa la visión de la homosexualidad estuvo fuertemente
afectada por la expansión de la epidemia de SIDA, que sobre todo en la década de los ochenta
afectó a muchos hombres homosexuales. El SIDA volvió a ser utilizado como un elemento de
crítica contra la homosexualidad, como una especie de castigo divino contra una práctica
“contra-natura”. Sin embargo, tras los estragos iniciales, se demostró que el SIDA estaba
asociado a prácticas de riesgo, no a grupos de riesgo, lo que a la larga ha provocado que ya no
sean los grupos de personas homosexuales los más afectados, sino que en muchos países las
personas con prácticas heterosexuales sin protección han estado a la cabeza de las más
infectadas. No obstante, el SIDA quizá influyó en la forma de vida de muchos hombres
homosexuales, limitando y controlando muchas formas de relación que durante los años
setenta y ochenta se practicaban, y propulsando entre muchos homosexuales un deseo de
búsqueda de una forma de relación vital más fundamente en la pareja estable. La lucha contra
el SIDA también trajo como consecuencia un fortalecimiento del movimiento activista gay, que
reclamó fuertemente que no se utilizara la enfermedad como otro elemento más para justificar
la discriminación, y que difundió la práctica de las relaciones sexuales desde la libertad, pero
usando protección frente al SIDA.”1
El hecho de que la gente seropositiva estuviera fuertemente estigmatizada hizo que el
colectivo gay apoyara a estas personas. Durante la película vemos como el protagonista es
discriminado por sus amigos y compañeros de trabajo, llegándole a insultar como “princesita”
y “faggot blood” y acaba aceptando ser amigo de una transexual, Ryon, con quien montará un
negocio de Zalcitabina y péptido T. El colectivo gay abrazó a este colectivo porque también
había sido rechazado por la sociedad y el hecho de padecer una enfermedad no era motivo
para discriminar a nadie. Es por ello que des de FELGTB, diversas asociaciones LGTB y CLGS han
propiciado campañas en para informar de las diversas ITS, prevención de infecciones e
información sobre el VIH.
Y me gustaría despedirme con una frase de Anthony Perkins, que resume muy bien
cuál es el sentimiento de altruismo que tiene el colectivo LGTB, y sobre todo el gay, en relación
con las personas seropositivas y la prevención del VIH:
«He aprendido más acerca de amor, altruismo y entendimiento humano de la gente que he
conocido en esta gran aventura del mundo del sida que lo que aprendí en el desgraciado y
competitivo mundo en el que desperdicié mi vida.»
1
Texto extraído de: Baile Ayensa, J. I. (2007). Estudiando la homosexualidad: teoría e investigación.
Madrid: Pirámide.
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