LOS GAVILANES Zarzuela en tres actos y cinco cuadros, en prosa. Libreto de José Ramos Martín Música de Jacinto Guerrero Estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 7 de diciembre de 1923. Argumento Acto I La acción se desarrolla en una aldea de la Provenza en el año 1845 (la localización es irrelevante, y de no ser por los nombres de algunos protagonistas, igualmente pudiera ser de un puerto de mar del norte de España). Está amaneciendo y aparece Juan, un “indiano” cincuentón enriquecido en el Perú. Se marchó de su pueblo en busca de fortuna y ahora vuelve a su población para siempre. Dos pescadores, también cincuentones, son reconocidos por Juan, quien se identifica. Los tres se abrazan efusivamente: en el pueblo todos lo daban por muerto. Otros pescadores van llegando y en el pueblo cunde la alegría. Emma y Nita, sobrinas de Juan, han quedado gratamente sorprendidas por las joyas que su tío les ha traído del Perú y las enseñan a unas amigas suyas. Llega ahora Clariván, el alcalde del pueblo, de unos cincuenta años de edad y cojo; saluda a las muchachas y pondera lo amigo que era de Juan en su infancia: Juan lo había dejado cojo de una pedrada y él le abrió la cabeza de otra. Evidentemente, existía entre ellos una tierna amistad. Clariván pregunta por el indiano, pero las muchachas indican que está durmiendo e impiden que Clariván vaya a despertarlo. Llegan mientras tanto Camilo, hermano de Juan, y Renata, su esposa, que luce grandes joyas con ostentación, obviamente regaladas por el indiano. Camilo y Renata son los padres de Emma y Nita, a las que su padre aconseja que, ahora que son ricas, renuncien a sus novios pescadores. Llega también Triquet, el sargento de gendarmes, algo más joven que Juan y Clariván. Éste y Triquet discuten acerca de cuál de los dos era más amigo del recién llegado. Camilo anuncia que su hermano gastará mucho dinero en hacer obras en el pueblo y Clariván se alegra y, en calidad de alcalde, se ofrece a administrar ese dinero. Llega ahora Rosaura, amiga de Emma y Nita, que no quieren abandonar a sus novios; las anima. Por otra parte ellas le hablan de Gustavo, un muchacho al que Rosaura quiere, aunque niega que haya nada entre ambos. Llega un nutrido grupo de lugareños que vienen a saludar a su antiguo compañero y sus gritos de entusiasmo obligan a Juan a salir a recibir su rústico homenaje. Triquet y Clariván rivalizan en abrazar al indiano, pero éste finge no reconocerlos e invita a todo el mundo a beber en la posada. Quedan pocos amigos con él, y Juan les asegura que su marcha del pueblo fue motivada por su amor frustrado por una aldeana, Adriana, con la que prometió casarse cuando fuera rico. Pero durante su ausencia, impulsada por la codicia, la madre de Adriana la hizo casar con un hombre muy rico; Juan al saberlo, perdió el interés por regresar y por eso estuvo tanto tiempo en América. Ahora Adriana es viuda y pobre. Entretanto, se oye cantar a Gustavo una copla de la tierra. Juan, escucha… ¿la voz de Adriana? Entra su antigua amada y los dos se abrazan emocionados. Adriana le presenta a Rosaura, su hija, y luego acuerdan que Juan irá a su casa por la tarde. Acto II El acto segundo da comienzo en la plaza de la aldea, con el cuartel de los gendarmes, el ayuntamiento y a un lado la casa de Adriana. Triquet con sus gendarmes y Clariván con sus tamborileros rivalizan con estruendo para saludar a Juan. Interviene Adriana a fin de evitar que la rivalidad se dispare. Ahora se entera por ellos de que Juan tardó mucho en volver por ella. Doña Leontina, la madre de Adriana, le insinúa que Juan puede sacarlas de la pobreza; por ello la abuela quisiera que Rosaura no se viera con Gustavo; Adriana, en cambio, anima a Rosaura a continuar su idilio con éste. Gustavo le regala una rosa a su amada y casi se declara; ella está claro que también lo quiere. Juan acude a hablar con doña Leontina: tras tantos años de soltería, desea casarse. Lo mismo les dice a los padres de Emma y Nita: quiere casarse y ha elegido a Rosaura. El amor del cincuentón por una muchacha jovencita provoca un escándalo y ahora el alcalde y el sargento de gendarmes Triquet lo consideran un sinvergüenza: el uno acusa al otro de ser mejor amigo de Juan. Acto III El acto tercero empieza en una sala de la casa de Adriana, de noche. Juan ha pagado todas las deudas de la familia para obligar a Rosaura a que se case con él, ya que con ese gesto evitará la ruina total, de la que estuvo muy cerca. Se está celebrando la ocasión con la familia y llegan Triquet y Clariván, quienes le espetan al indiano que ahora ya lo llaman Juan el Gavilán, porque “se ha dado buena maña para cazar a la paloma”. Más tarde Adriana le confiesa a su hija que siempre ha amado a Juan. Posteriormente, Rosaura habla con Gustavo a través de la reja de una ventana. En el último cuadro Rosaura se encuentra de nuevo con Gustavo y él le propone la huida. Adriana los sorprende antes de que logren darse a la fuga. Gustavo implora comprensión y Adriana acaba aceptando que huyan. Pero llega Juan el Gavilán para anunciarle a Rosaura que ha comprendido que debe casarse con su amado y no con él. El acto del indiano le hace acreedor a la amistad y el respeto de todos.