José Miaja Menant ingresa en la Academia de

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José Miaja Menant ingresa en la Academia de Infantería de Toledo en 1896. Su primer destino es el
Principado de Asturias, desde donde solicita traslado a Melilla. En la guerra de Marruecos obtiene la
graduación de comandante en 1911, alcanzando el generalato en 1932.
Al iniciarse la rebelión militar, decide permanecer leal al gobierno y es designado ministro de la Guerra
en el fugaz gabinete de Diego Martínez Barrio. En noviembre de 1936, al evacuar el gobierno la capital,
es nombrado presidente de la Junta de Defensa de Madrid. Posteriormente es nombrado Comandante
del Ejército del Centro (febrero 1937) y de la Agrupación de Ejércitos de la zona Centro-Sur (abril 1938).
Dirige las batallas de Guadalajara y Brunete, siendo uno de los militares republicanos con más poder.
Se suma al golpe de estado de Casado en marzo de 1939. Se exilia a Argelia, después a Francia, y
finalmente a México donde muere en 1958.
Como anunciábamos en nuestro
último boletín, Frente de Madrid
participó en las jornadas de
Expohistórica 2008 en Castellón
los días 7, 8 y 9 de noviembre, y
el resultado sólo se puede calificar
de excelente, tanto por la acogida
que tuvo entre el publico, que el
día 9 nos ocupó literalmente las
trincheras, como entre los medios
de comunicación, con abundantes
referencias y fotografías a la
recreación histórica de la Guerra
Civil. En esta ocasión, y aprovechando la coincidencia en unas
fechas tan significativa para la
batalla de Madrid como fueron los
días 7, 8 y 9 de noviembre de
1936, recreamos una posición
republicana en el sector de
Moncloa durante el invierno de
1936-1937, incluyendo como
novedad, junto con el puesto de
mando o el nido de ametralladoras, un periódico de
trinchera y unas cocinas, que
tuvieron una acogida magnifica
entre el público que nos visitó. La
posición de Frente de Madrid se
completó con las posiciones que
recrearon los compañeros del
Ejercito del Ebro y Línea XYZ, lo
que permitió mostrar la evolución
de la uniformidad del ejército
republicano desde el invierno de
1936 hasta el invierno de 1938.
El pasado día 25 de octubre y
gracias al interés mostrado por el
Ayuntamiento de Valdemorillo y
del Doctor D. Manuel Sánchez
Vera, a los que queremos
agradecer desde estas páginas la
oportunidad que nos dieron,
Frente de Madrid colaboró con el
Doctor Sánchez Vera en la
conferencia que impartió sobre la
importancia de Valdemorillo en la
batalla de Brunete en sus aspectos
sanitarios y humanos dentro de
las “Jornadas Europeas de
Patrimonio 2008. Paisaje
Industrial: Memoria del Trabajo y
el Territorio”. Por parte de Frente
de Madrid el acto consistió de la
presentación de la uniformidad y
equipación de los soldados de los
ejércitos republicano y nacional
durante la batalla de Brunete,
consiguiendo algo que pocos de
grupo de recreación de cualquier
época pueden conseguir, como
es la presentación de 11 uniformes
diferentes relacionadas con una
misma batalla. De este modo
fueron presentados 5 uniformes
republicanos, 1 capitán, 1
comisario de batallón y 3 soldados
de infantería con diverso perfil,
miliciano, brigadas internacionales
y EPR, junto con 6 uniformes
nacionales, 1 alférez, 1 tanquista,
1 soldado de infantería, 1 requeté,
1 falangista y 1 moro.
Entre el 6 de noviembre y el
5 de diciembre de 2008 un
grupo de arqueólogos,
historiadores, estudiantes y
voluntarios realizará la
documentación y excavación
de algunos restos
arqueológicos de la Guerra
Civil Española que se
conservan en la Ciudad
Universitaria de Madrid. En el
proyecto también están colaborando diversas asociaciones relacionadas con la
recuperación y conservación
del patrimonio histórico de la
Guerra Civil en la Comunidad
de Madrid como son
GEFREMA, TAJAR, Colectivo
Guadarrama y, por supuesto,
Frente de Madrid, entre cuyos
fines, junto al de promover
actividades de recreación
histórica del periodo 19361939, se encuentra la
divulgación del conocimiento
de la historia cívico-militar de
la ciudad de Madrid y su
región en dicho periodo. Por
parte de Frente de Madrid
esta colaboración se ha
concretado en la localización,
a través de la prospección con
detectores de metales, de
diverso material de la Guerra
Civil y su posterior identificación. Esperamos que está
colaboración vaya a más y en
próximos boletines os
podamos dar buenas noticias
relacionadas con la recreación
histórica.
La asociación Frente de
Madrid y la productora Carisma
Films, presentarán el próximo
domingo 21 de diciembre a las
20:00 horas en La Casa
Encendida de Madrid, el
cortometraje Morir por
Quijorna.
El cortometraje fue rodado en
julio de 2007 durante la
recreación que Frente de Madrid
llevó a cabo en la localidad
madrileña. Este acto se enmarcó
en las jornadas sobre la Guerra
Civil organizadas por el
ayuntamiento de dicha localidad.
Invitamos a todos los
interesados a asistir a este
estreno donde podrán charlar
con miembros de la asociación
y los realizadores de este
cortometraje.
La Casa Encendida
Ronda Valencia, 2 (Madrid)
Más información:
http://guerraenlauniversidad.
blogspot.com/
Casi 72 años después del inicio
de la guerra civil, y 15 años
después de la apertura de los
“Archivos de Moscú”,
historiadores de todo el mundo
han publicado obras acerca de
las Brigadas Internacionales
(BB.II.) con rigor académico,
despejando por fin, un panorama
que durante décadas abundó en
fantasmas, leyendas, contraleyendas y propaganda.
En primer lugar ¿Cuántos
fueron?. La propaganda
franquista pretendió, tan
tempranamente como en 1940
elevó el supuesto número de
brigadistas hasta los 100.000,
cifra que los historiadores de esa
tendencia mantuvieron hasta
tiempos, en que la rebajaron a
70.000, esas cifras denotan un
claro intento de equiparar el
número de interbrigadistas al de
los combatientes italianos del
Corpo de Truppe Volontarie
(CTV) enviados por Mussolini en
apoyo de Franco, la realidad es
que el número total de los
voluntarios que apoyaron a los
republicanos sumando las cifras
agregadas a lo largo de toda la
guerra, es de 35.000, nunca más
de 15 a 20.000 simultáneamente,
procedentes de 54 nacionalidades diferentes, siendo la
mayoritaria la francesa (hasta
10.000). Sin olvidar, que según
fue avanzando el conflicto, la
integración de españoles en las
unidades brigadistas alcanzó
cotas elevadas, hasta batallones
completos, llegando hasta el 50%
de algunas brigadas.
En cuanto a su origen social,
pese al mito extendido durante
mucho tiempo entre sus
partidarios de su generalizado
nivel cultural e intelectual,
potenciado por la presencia de
destacados artistas, escritores,
poetas, estudiantes e inte-
lectuales, la realidad denota un
predominio hegemónico de
miembros de la clase obrera: un
80% de los británicos y franceses
eran de esa extracción, y, por
ejemplo, de los 88 luxemburgueses cuya profesión es
conocida sólo uno no realizaba
algún trabajo manual, por lo que
más que una élite intelectual, más
bien era un verdadero ejército de
trabajadores.
Los primeros extranjeros que
lucharon al lado de los
republicanos se encontraban ya
en España el 18 de julio de 1936.
Se trataba principalmente de
refugiados políticos de los países
fascistas, en particular
anarquistas alemanes e italianos,
la IIª República era una tierra de
asilo. A este grupo se suman
algunos deportistas que habían
llegado para participar en las
Olimpiadas de los Trabajadores
(Espartaquiadas) que se iban a
celebrar en Barcelona a partir del
19 de julio como alternativa a los
Juegos Olímpicos que,
mediatizados por Hitler se iban
a celebrar en Berlín ese verano.
Además, a partir del instante en
que se conoció la sublevación, y
durante las siguientes semanas,
muchos militantes, solos o en
grupos, se pusieron edn marcha
hacia España, la mayoría residían
en Francia.
Los anarquistas procedentes del
país vecino se suman a la
Columna Durruti, de la CNT frente
a Zaragoza. El POUM funda en
agosto
una
columna
internacional, de unos 100
hombres, que va al frente de
Huesca, entre ellos combate
George Orwell.
El socialista italiano Carlo Rosselli
y un centenar de compatriotas
antifascistas de su grupo Giustizia
e Libertá conforman la Legión
Italiana de la Columna Ascaso,
libertaria. El 7 de agosto, los
periódicos del Partido Comunista
Alemán en el Exilio llaman a sus
afiliados con experiencia militar
a unirse a las milicias españolas.
Sin embargo, el origen estricto
de las BB.II. se fragua en la
reunión que el 18 de septiembre
de 1936 tuvo el Presidium de la
Internacional Comunista en
Moscú, dedicada a la cuestión
española. La séptima medida
declaraba: “Proceder al
reclutamiento, entre ,los obreros
de todos los países, de
voluntarios que tengan
experiencia militar, con miras a
enviarlos a España”. Se puede
considerar ese documento el
auténtico certificado de
nacimiento de las futuras
Brigadas Internacionales del
Ejército Popular Republicano.
Después de algunas semanas
de negociaciones con el Gobierno
de Largo Caballero, de cuyo
contenido apenas se sabe, al
ciudad de Albacete es designada
como base de las BB.II. y bajo
una total improvisación 1500
voluntarios dan comienzo a su
presencia en la ciudad el 14 de
octubre. Se puede decir pues,
que las Brigadas Internacionales
son una creación de la Komintern,
pero a partir de un movimiento
espontáneo de militantes de
diversas tendencias políticas:. La
abundante presencia de no
comunistas como los socialistas
italianos, el 50% de los
interbrigadistas franceses, que
no pertenecían al Partido
Comunista, o incluso anarquistas
españoles de Batallón Domingo
Germinal, denotan que las BB.II
no eran un puro instrumento de
la Internacional Comunista.
Indiscutiblemente el antifascismo
constituía uno de los denominadores comunes de los
voluntarios, seguramente el
principal. Podía estar vinculado
al pacifismo, como decía un
voluntario francés: “Si fuimos a
España fue porque sentíamos
que si los fascistas alemanes e
italianos y españoles resultaban
victoriosos allí, vendría la guerra”.
De ellos, cerca de 10.000
dejarían sus vidas en la tierra
española.
En realidad, por su amplitud, las
Brigadas Internacionales
representan un fenómeno único
en la historia, producto de la
sociedad de masas, la conciencia
política, la amenazante expansión
de los fascismos en Europa y la
convicción de que la lucha contra
esa expansión debía producirse
a nivel Europeo, e incluso
mundial, y no sólo nacional.
Consecuencia de el desarrollo
de los regímenes fascistas y
autoritarios miles de refugiados
políticos vivían en Francia,
Bélgica, Gran Bretaña, Suiza y
la propia España de preguerra,
su papel fue fundamental en el
voluntariado antifascista y en las
BB.II.
Para saber más:
Skoutelsky, Rémi. “Novedad en el frente. Las Brigadas Internacionales en la guerra civil”.
Ed. Temas de Hoy, 2006.
Howson, Gerald. “Armas para España. La historia no contada de la Guerra Civil española”.
Ed. Península, 2000.
En esta ocasión, coincidiendo con el 71º Aniversario de la batalla de Madrid, hemos hecho
una pequeña selección bibliográfica relacionada con la misma, en todos sus aspectos, políticos,
culturales, militares y sociales.
- El cerco de Madrid
El Tebib Arrumi, Librería Santarén, Valladolid, 1938.
- El asedio de Madrid
Robert Colodny, Ruedo Ibérico, 1958.
- En la trincheras del cerco de Madrid
Juan Urra, Fermín Uriarte, Pamplona, 1966.
- Los que fuimos a Madrid
Ricardo Sanz, Imprimerie Dulaurier, Toulouse, 1969.
- Así fue la defensa de Madrid
Vicente Rojo, Comunidad de Madrid, Madrid, 1987.
- La Batalla de Madrid
Jorge Martínez Reverte, Editorial Crítica, 2004.
- Soy del Quinto Regimiento
Juan Modesto, Éditions Du Globe, París, 1969.
- La marcha sobre Madrid
José Manuel Martínez Bande, Editorial San Martín, Madrid, 1982.
- Diario de la Guerra de España
Mijail Koltsov, Ruedo Ibérico, París, 1963.
- La Junta de Defensa de Madrid: noviembre 1936 - abril 1937
Julio Aróstegui, Comunidad de Madrid, Madrid, 1984.
- La defensa de Madrid
Geoffrey Cox, Obreon, 2005.
- El Madrid del No Pasarán 1936-1039
Germán Lopezarias, Avapiés 1986.
- Madrid en guerra. Crónica de la batalla de Madrid. 1936-1939
J.M. Figueres, Destino, Barcelona, 2004.
- La batalla de Madrid
Gregorio López Muñiz, Ed. Gloria, Madrid, 1943.
- Bajo la bandera de la España Republicana
Progreso. Moscú.
- La 12 Brigada Internacional
Alexei Eisner, Prometeo, Valencia, 1972.
- Largo noviembre de Madrid;
La tierra será un paraíso;
Capital de la Gloria;
Juan Eduardo Zuñiga, Ediciones Catedra, 2007.
© Frente de Madrid 2008
El “Requete” sería durante nuestro
contienda civil una de las dos
milicias políticas del bando
nacional, siendo la otra Falange
Española. Sin embargo las tropas
de boina roja eran herederas de
una tradición y trayectoria de lucha
mucho más añeja. Pese a las
diferencias ideológicas entre
ambas, el gobierno militar del
General Franco promulga en
Salamanca, el 19 de abril de 1.937
el Decreto de Unificación de las
Fuerzas nacionales. Merced a esta
disposición se fusionaban, bajo su
mando, Falange Española y la
Comunión Tradicionalista Carlista,
creándose así Falange Española
Tradicionalista y de las JONS (FET
y de las JONS). La medida, pese
a su evidente propósito de
consolidar un mando único en el
bando nacional, no dejaría de tener
significativas y graves dificultades
de aplicación práctica, en las que
no nos extenderemos.
El origen del Requeté, y en general
de la Comunión Tradicionalista
Carlista. Se remonta al siglo XIX,
concretamente a 1.832, cuando
Fernando VII publica la Pragmática
Sanción que derogaba la Ley
Sálica instaurada por Felipe V, y
que impedía que las mujeres
pudieran reinar. La medida suponía
en la práctica el trono de España
para la primogénita de Fernando
VII -más tarde Isabel II- al tiempo
que frustraba las expectativas
sucesorias del hermano del Rey,
el Infante Carlos Ma.ría. El efecto
inmediato serían los siete años de
la primera Guerra Carlista, que
finalizó sin éxito para las
aspiraciones del ya conocido como
“Don carlos”, “El Pretendiente” o
más regiamente para sus
partidarios “Su Real Majestad
Carlos V”. Durante este prime
conflicto -habrá otro- el Tercer
Batallón de Navarra, conocido
popularmente como “del requeté”
se distinguiría especialmente. El
prestigio de esta unidad acabaría,
por extensión, asimilando su
particular apelativo a todos los
combatientes carlistas, bautizando
así a las milicias de boina roja.
El Requeté es a partir de 1913 la
organización paramilitar del
carlismo, según el modelo de los
“Camelots du roi” de la extrema
derecha francesa. Mantuvo escasa
actividad en su primera década,
reactivándose a partir de la de 1920
y, sobre todo tras la proclamación
de la II República fundamentalmente en Navarra, donde había
unos 10.000 requetés organizados.
En 1932 el Requeté se estructura
militarmente con ordenanzas,
uniformidad y orgánica propias.
En julio de 1936 los requetés
sumaban 30.000 hombres, y a lo
largo de la contienda civil se
llegarían a encuadrar un total de
60.000 combatientes distribuidos
en 41 tercios: 10 navarros, 8
vascos, 8 castellanos, 7 andaluces,
6 aragoneses, 2 asturianos y 1
catalán.
Sin lugar a dudas, la prenda más
caracterísitica del requeté es la
boina roja o “pimiento”. Este
tocado, símbolo de los
combatientes carlistas y llevado
con gran honor, fue utilizado en
todo momento, incluso, en primera
línea. Las unidades provenientes
del norte, utilizaban una boina de
pequeño tamaño, contrastando con
la utilizada por los requetés
andaluces que lucían una de mayor
tamaño y con armazón interior.
Con el uniforme de gala se utilizaba
un gran borlón anudado al rabillo
o pijo de diferentes calidades y
color según el empleo: roja para la
tropa, verde para suboficiales,
blanca para oficiales y dorada para
jefes
Otro elemento caracterísitico de
estas unidades es el llamado
“detente”. Se trata de un trozo de
fieltro circular u ovalado sobre el
que se bordaba un corazón de
Jesús con la leyenda “Detente bala,
el corazón de Jesús está conmigo”.
Junto al “detente”, que se llevaba
cosido al pecho, solían aparecer
otros símbolos de la tradición
carlista como eran la Cruz de
Borgoña o el águila bicéfala.
En cuanto al uniforme utilizado, era
muy común el uso de camisas color
caqui o beige, así como pantalones
de granadero, con vendas o tipo
noruego, prendas comunes en la
Infantería.
Como calzado, se utilizaron botas
de cuero con calcetín de lana vuelto
junto con albarcas típicas navarras
sobre gruesos calcetines.
Durante los fríos meses de invierno,
se generalizaba la utilización del
capote manta junto con la manta
cruzada al pecho. También era muy
común, sobre todo en las unidades
del norte, el uso de cazadoras de
cuadros confec-cionadas a partir
de mantas (nótese en la primera
imagen cómo el soldado lleva
puestos unos guantes-manoplas
para cobatir el frío).
En cuanto al equipamiento de
campaña, los soldados llevaban el
correaje tipo Carniago de tres
cartucheras, mientras que la
oficialidad recurría al correaje de
cinturón y trincha cruzada tipo “Sam
Browne”.
En lo que respecrta a las divisas,
durante los primeros meses de la
contienda coexistieron dos tipos
de divisas dentro de las milicias
del requeté. Las milicias del norte
utilizaban flores de lis doradas o
plateadas, mientras que las
unidades del sur utilizaban barras
horizontales. Éstas desaparecieron
rápidamente, siendo sustituidas
por las divisas reglamentarias del
bando nacional. Por el contrario,
las flores de lis fueron utilizadas
incluso tras la orden de unificación
de divisas, siendo habitual la
coexistencia de las reglamentarias
y las flores de lis en un mismo
uniforme.
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