Generado por Newtenberg 1 Procesos de duelo por pérdida de extremidades con soldados víctimas de minas antipersonales Las minas antipersonal no discriminan entre civiles o combatientes, niños o ancianos. Estas armas, que tienen una vida útil de mas de 30 años, se activan con la sola presencia de una persona que deambule en el campo minado. Colombia es el tercer país más minado del mundo después de Camboya y Afganistán y el único país de América Latina donde aun se siembran minas antipersonales. Según la Cruz Roja Internacional, en Colombia estas armas producen un accidente con víctima mortal o de mutilación cada 12 horas, en 31 de los 32 departamentos del territorio nacional. El conflicto armado colombiano deja en los últimos 15 años a más de 3.000 militares afectados por minas antipersona; en este contexto, el grupo de investigación sobre Muerte y Duelo, de la Universidad Manuela Beltrán, de Bogotá, explora las experiencias de soldados y policías que perdieron sus extremidades inferiores y superiores, víctimas de este artefacto. El programa de psicología, en cabeza del doctor Paulo Daniel Acero Rodríguez, director del programa Investigación Formativa en Ciencias Humanas y Sociales e investigador principal del grupo Muerte y Duelo en el Contexto Colombiano, de la Universidad Manuela Beltrán, desarrolla terapias en el Batallón de Sanidad de la capital de la República. Durante las prácticas en el hospital el grupo observó que los soldados afectados por la explosión de las minas antipersona recibían intervención médica, pero no contaban con apoyo emocional que les ayudara a asumir la pérdida de sus brazos y piernas. Para el doctor Acero Rodríguez, el tratamiento biológico tiene que estar articulado al trabajo de aceptación de la prótesis y la construcción del nuevo proyecto de vida. Desde el 2003 el grupo de investigación sobre Muerte y Duelo, de la Universidad Manuela Beltrán, realiza entrevistas con soldados que aceptaron hacer parte del proyecto. Una vez analizada la información, se determinan los elementos claves para afrontar adecuadamente el proceso de duelo. A nivel grupal e individual, policías y militares afectados, integran las experiencias hablando de las circunstancias que rodearon el ataque, de esta manera, se les ayuda a avanzar en la comprensión de la situación. La terapia del grupo de psicólogos de la Universidad Manuela Beltrán procura que los militares observen en perspectiva la situación y que avancen en la comprensión, no solo intelectual sino emocional, de la misma. El doctor Paulo Daniel Acero Rodríguez, investigador principal del grupo Muerte y Duelo en el Contexto Colombiano y los practicantes de la Universidad Manuela Beltrán, trabajan en la construcción de imaginarios positivos para que los militares mutilados superen la condición de minusvalía con la ayuda de familiares y miembros del batallón al que pertenecen.