¡No estés triste, Niña guapa! Sergio López Linares Entre sueños de mañanas, de atardeceres y luceros vi tu rostro entre las claras, claras luces de mi cielo. Y tu Paz me deslumbró de tal forma en tu mirar que no busco ya otra Estrella que tu luz, mi Caridad. Fuiste Tú Consolación y por eso ahora te pido: ¡Quiero ser tu sedación! ¡No estés triste, Niña guapa!, porque es mi Mayor Dolor verte a Ti llena de Angustias, tú, la Madre de mi Dios. Que me duele hasta la vida cuando te veo llorar y tus Lágrimas me queman como fuego en mi mirar. ¡No estés triste, Niña guapa!, pues sin Ti, ¿qué soy yo?, si Tú no eres mi Esperanza…, ¿qué me queda sin tu Amor? Los Dolores que te atrapan y te hieren sin piedad no sean nunca excusa alguna para verte en Soledad. ¡No estés triste, Niña guapa! En Silencio, mírame: que en un suspiro de plata tu Amargura pueda ver. Tú, de olivares Señora, que tu palabra diste a Gabriel, escucha éstas ahora que son siete, y te diré. ¡No estés triste, Niña guapa, Jesucristo resucitó! Y que estas Siete Palabras te despojen de cada dolor. Tuya ha sido la Victoria, tú que sabes pasear como nadie esa alegría que derrama tu mirar. Mira por siempre esta tierra porque sin Ti no sabría donde buscar otros ojos, sin Ti, mi Niña, ¡María!