8vo. Día de Novena MARÍA NOS IMPULSA A LA MISIÓN. MONICIÓN: El amor de Dios es activo, no puede permanecer quieto. María la “llena de gracia” es portadora del amor de Dios. Ella acude sin demora hacia la casa de Isabel y va feliz por haber confiado en Dios, busca caminos para llevar la Buena Noticia que ha recibido: JESÚS. María ama a la Compañía especialmente y nos ha confiado por medio de Santa Catalina una misión: Llevar a todos las personas hacia Jesús (VENID AL PIE DEL ALTAR…). Pidámosle al Señor por intercesión de la Santísima Virgen ser portadoras de Jesús allí donde Él nos envíe. HIMNO: (Coros / cantado estribillo I/F) DEL CIELO VINO BLANCA LUZ Y SEÑALÓ EL CAMINO, LLEGÓ MARÍA VISITÓ A LA HUMANIDAD, INTERCESORA PODEROSA SE MOSTRÓ UN MENSAJE NOS DEJÓ COMO SIGNO DE SU AMOR. (Bis) En mil ochocientos treinta, en Francia en la calle del Bac, a una pobre novicia, la santa Virgen se apareció. Siendo la media noche un ángel se apareció para darle un anuncio de parte de la Madre De Dios. Las luces se iban prendiendo, las puertas se iban abriendo. Y al llegar a la capilla la hermana ansiosa la esperó. La voz del cielo anunciaba que la madre llegó, la sede sacerdotal con humildad ella ocupó. Sor Catalina, colocó sus manos en el regazo de nuestra Madre, la cual le confió una gran misión. Las insignias de la medalla que ella observó, se ha convertido en fuente de milagro y amor. Madre Santa tu gran Medalla es emblema de tu amor Hoy, nosotros la portamos en señal de devoción. AMÉN. SALMO: Espontáneo Ant: Llévame donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir, donde falte la esperanza, donde falte la alegría simplemente por no saber de Ti. Aquí estamos, Señor, como tus discípulos en Galilea. Aquí estamos, Señor, respondiendo a tu llamada. Aquí estamos, Señor, porque nuestro gozo eres Tú. Aquí estamos, Señor, queremos ser anunciadores de tu Reino. Aquí estamos, Señor, con la confianza puesta en Ti. Como los discípulos en Galilea... nuestro deseo es salir a tu encuentro, porque en medio de nuestra vida tú ocupas siempre un lugar importante. Respondiendo a tu llamada. porque a Ti no se te puede decir que no, porque en nuestra respuesta encontramos el gozo. Quien te descubre ya no puede vivir como antes; quien te ha visto, ya no puede negarte; quien te ha sentido, ya no puede olvidarte. Aquí estamos, Señor, porque eres nuestro Dios. Aquí estamos, Señor, porque nos has mirado. Aquí estamos, Señor, con nosotros puedes contar. Aquí estamos, Señor, para decirte con el corazón que nos ayudes en ésta, nuestra misión. Lectura: (Mt 28, 16-20) “Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle, le adoraron; algunos sin embargo; dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado. Y he aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». RESPUESTA: Cantada Es la Caridad de Jesucristo la que anima e inflama mi corazón, es la Caridad de Jesucristo la que en Cruz apremia mi corazón. REFLEXIÓN PERSONAL: María es Reina de las Misiones, porque Ella estuvo presente en el comienzo de la misión, en Pentecostés, junto a los Apóstoles, cuando nacía la Iglesia misionera. "Ella presidió con su oración el comienzo de la evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo" (EN 82). La presencia e influencia de la Madre de Jesús han acompañado siempre la actividad misionera de la Iglesia. Los heraldos del Evangelio, al presentar el misterio de Cristo y las verdades de la fe a los pueblos no-cristianos, han ilustrado también la persona y la función de María que, "por su íntima participación en la historia de la salvación, reúne en sí, y refleja en cierto modo, las supremas verdades de la fe",y "cuando es anunciada y venerada atrae a los creyentes a su Hijo, a su sacrificio y al amor del Padre" (Lumen Gentium, 65). Y cada uno de los pueblos, al acoger a María como Madre, enriquece el culto y la devoción a Ella con nuevos títulos y expresiones que responden a las propias necesidades y a la propia alma religiosa. Muchas de estas comunidades cristianas, fruto de la obra evangelizadora de la Iglesia, han encontrado en el amor filial a la Madre de Jesús el auxilio y consuelo para perseverar en la fe durante los períodos de prueba y persecuciones.” (Mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de las Misiones, año 1988, n.1) (SILENCIO) CÁNTICO EVANGÉLICO: Salmodiado Ant. Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. PADRE NUESTRO: Todas ORACIÓN: María, Reina de las misiones se Tú la estrella que guíe la evangelización. María, reina de las misiones haznos a nosotros misioneros como Tú. Fuiste misionera cuando aquel Pentecostés; al Espíritu Divino recibiste Tú también. Estuviste con la Iglesia que nacía a la misión y anunciaste con los Doce el kerygma salvador. Fuiste misionera desde entonces y hasta hoy, cuando siguiendo los pasos del evangelizador, por los cinco continentes ibas junto al Hijo de Dios, conquistando con tu amor de Madre cada corazón. Misionera hoy eres del mundo, en cada rincón, conduciendo a los hombres hacia tu Hijo, el Redentor, suscitando vocaciones al servicio de la misión, como Madre y Maestra de la evangelización. Reina de las misiones, Estrella de la evangelización, ruega por nosotros, Señora, y llévanos a Dios. Reina de los Apóstoles, Modelo y Maestra de la misión, danos un corazón misionero que arda de amor. Amén.