Señoritas de ‘buenas maneras’ Coser en el siglo XXI Ana María Solarte Asesor: Ricardo Toledo Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Artes Carrera de Artes Visuales Bogotá, Colombia 2011 El bordado sería mucho más perfecto si se lo ejecuta con la ayuda del bastidor, y se emplean hilos finos y brillantes. Manos Maravillosas Vo.lI, 1967. Índice El día del tambor 5 Nuevos espacios 12 Siglo XX 20 Relación hilo-mujer 28 Principio 33 Pruebas 35 La primera zaranda 44 Conclusiones 50 Fuentes consultadas 52 ¿ Qué es y qué se considera femenino? En un principio el término ‘femenino’ debería definir lo que pertenece al ‘sexo femenino’, éste entendido biológicamente. Pensándolo así, no tiene mayores implicaciones el uso de este término, pues agrupa en él a las que tienen órganos femeninos, los que producen óvulos. En los animales es así de sencillo, o se es macho o se es hembra. Y dependiendo de eso se tiene un lugar dentro de la organización grupal. En algunos casos cada sexo, además, tiene un aspecto definido. En una manada de leones se puede distinguir claramente los machos de las hembras sin tener que verificar cual produce óvulos y cual no. El macho es más grande y tiene una melena de pelo que ninguna de las hembras tiene. No siempre hay una melena que distinga al macho de la hembra, pero sí, por lo general, los machos suelen ser más grandes y fuertes que éstas. En los gatos domésticos, por ejemplo, es muy difícil distinguir entre el macho y la hembra. Además del tamaño no hay otros rasgos en el aspecto que evidentemente diferencie los sexos en esta especie. Los humanos tienen algunas características en el aspecto que ayudan a diferenciar a ambos sexos. Los hombres suelen, al igual que en el resto de animales, ser más grandes y fuertes que las mujeres, tienen más pelo. Las mujeres tienen la cadera y los senos más grandes que los hombres. Imagen 1 Obtenida el 16 de mayo 2011 en: http://images.all-free-download.com/images/ graphiclarge/men_women_bathroom_clip_art_9341.jpg Si estas son las características, sin entrar en mucho detalle, del aspecto que nos distingue, ¿por qué los símbolos que diferencian los lugares para hombres y mujeres son estos (imagen 1)? El hom- Señorita de buenas maneras •1 bre no se ve ni más fuerte ni más grande ni con más pelos. La mujer no se ve más pequeña, no se le ve el tamaño de los senos ni tampoco el de la cadera, pues en vez de la forma del cuerpo tiene la forma de un vestido. Un vestido, eso es lo que caracteriza el aspecto de una mujer y ni siquiera es parte del cuerpo de ésta. Es un accesorio, algo que se quita y se pone, algo que ni siquiera todas las mujeres usan. ¿Por qué algo así forma parte del imaginario que corresponde a lo femenino? Las faldas o vestidos ni siquiera son exclusivos de uso femenino, no son inherentes al cuerpo de la mujer. Los hombres pueden usar vestidos, pero, ¿podría la leona usar melena? O, ¿podría el león decidir no usarla? Otra característica de este símbolo, que distingue al hombre de la mujer, es el pelo. A veces al símbolo de la mujer se le pone pelo largo en la cabeza. ¿Son características propias del aspecto de la mujer tener el ‘pelo largo’, ‘los labios rojos’, ‘las pestañas largas’? Y quitarse pelos de las axilas, las piernas, las cejas, el bigote, ¿es característico del aspecto de una mujer? otras cosas. Y algunas de estas características se vuelven exclusivas de la mujer. Pero, ¿qué pasa cuando vemos un objeto, un sofá tapizado en una tela delicada de color suave con un estampado de pequeñas flores rosadas? Podríamos decir, y la sociedad a la que pertenecemos lo entendería, que este sofá es un ‘sofá femenino’. ¿Qué nos hace pensar que algo que tenga adjetivos como ‘delicado’, ‘suave’, ‘pequeño’,’ rosado’, es algo femenino? Aunque todos estos son adjetivos y se supone atribuyen características a un sujeto cualquiera. No hay adjetivos exclusivos para una cosa o un personaje. ¿Qué ha hecho que cuando pensemos en ciertos adjetivos les demos un género particular? Tanto el aspecto del hombre como el de la mujer han cambiado a través de la historia de los seres humanos, pero no ha cambiado en la historia de los machos y hembras leones. El aspecto de los hombres y las mujeres cambia dependiendo el lugar y de la época. Hay algunos aspectos que se han quedado en nuestro imaginario sobre cómo se debe ver un hombre y una mujer. El vestido es posiblemente uno de éstos. Aunque el vestido no sea una característica física de nuestro aspecto reconocemos en ese símbolo el lugar al que debemos entrar. Hemos aceptado dentro del aspecto características que no siempre son físicas. No son únicamente las características físicas las que identifican o diferencian a hombres de mujeres, pero no es lo mismo con los leones. Los seres humanos tenemos, y pensamos, en la posibilidad de cambiar nuestra apariencia. En principio como sociedad, no como individuos. ¿Qué pasa cuando un hombre se identifica con varios de estos adjetivos? ¿Se puede hablar de un ‘hombre femenino’? ¿O en un caso contrario de una ‘mujer masculina’? ¿Se identifica una ‘mujer masculina’ con los adjetivos o con el aspecto que se ha definido como femenino? No sólo se puede hablar de ambos casos, sino que hay varios ejemplos de ellos. Es más, creo que podría decirse que tanto hombres como mujeres comparten adjetivos. Hay hombres que son ‘delicados’ y mujeres que son ‘fuertes’. Lo que podemos decir que realmente diferencia a hombres de mujeres es la capacidad que tiene cada uno de generar espermatozoides u óvulos, pero esto no se ve a simple vista. Hay hombres que se ven como mujeres. O mujeres que se ven como hombres, asumen su actitud y posturas y pasan por hombres en vez de cómo mujeres. George Sand, o mejor dicho Amandine Aurore Lucile Dupin baronesa Dudevant (Imagen 2), se disfrazaba de hombre para acceder a espacios que estaban prohibidos para la mujer. Se disfrazaba, porque al contrario de algunas mujeres que se sienten 1 más identificadas con el ‘género masculino’ ella lo hacía para estar dentro de grupos y actividades a los que con su aspecto de mujer no hubiera podido visitar. Decidimos, como sociedad, que el aspecto de la mujer es con vestido, ‘pelo largo’, ‘labios rojos’, ‘pestañas largas’, ‘tacones’, ‘brassier’, entre Por otro lado hay personas que quieren asumir, porque se identifican más o se sienten más cómodas, los adjetivos y el aspecto del otro Señorita de buenas maneras •2 1 Ya no sexo, que se supone, determina los aspectos biológicos de cada ser humano, sino género. El género, a diferencia del sexo , es una construcción social y se basa en características independientes a la biología. Imagen 2 Obtenida el 13 de mayo de 2011 en: http://www.google.com.co/ imgres?imgurl=http://2.bp.blogspot.com/_ORNPODgp0lU/SGsbYsc-gZI/ AAAAAAAABG8/MUQ5XjQ1nWg/s320/georges3.jpg&imgrefurl género. Algunos seres humanos se realizan tratamientos hormonales para verse más femeninos o masculinos y llegan a realizarse procesos quirúrgicos de cambio de sexo. No el sexo, como lo había mencionado anteriormente (productor de espermatozoides y óvulos), sino el órgano sexual. ¿Después de este tipo de procedimientos se puede considerar hombre a alguien que se siente como mujer y se ve como mujer? Es algo complicado. No creo que haya una respuesta a esto. En términos biológicos después de la operación de cambio de sexo el cuerpo no queda ni produciendo óvulos ni espermatozoides. Pierde la capacidad de reproducirse y pierde, dentro de la definición de sexo, un espacio, pues no pertenece a ninguna de las dos opciones. ¿Es la persona que se practica esta operación un ser asexuado, femenino ó masculino, pero sin sexo? ¿Es, entonces, el término ‘femenino’ indiferente al sexo? ¿En definitiva no importa si se tiene la capacidad de producir óvulos para ser considerado femenino? ¿Qué pasa con la actitud o el comportamiento? ¿Hay un comportamiento específico que se considere femenino? ¿Qué pasa en una manada de leones? ¿Se puede diferenciar el comportamiento del macho del de la hembra? El comportamiento de la hembra está más bien relacionado con sus funciones dentro de la manada. La leona es la encargada de cazar, proteger el territorio y cuidar a las crías. Por otro lado, las funciones del león son proteger a la manda de otro león macho, pelearse con el resto de machos para ganarse el derecho a aparearse con las hembras. Tanto machos como hembras cumplen con la función de reproducirse. ¿Cuál es, entonces, el comportamiento o actitud que debe asumir o que caracteriza a una mujer? ¿Es igual al de la leona? ¿Debe la mujer o el hombre cumplir con un papel determinado dentro de la sociedad? Y, ¿es éste el que determina su comportamiento y actitud? ¿Debe la mujer estar encargada de la comida, cuidar su casa y criar a sus hijos? ¿Son esas las funciones de la mujer dentro de la sociedad? Pericles, rey de Atenas en la edad de oro de esta ciudad (siglo V a.C.), pronunció, tras una guerra, un discurso en el cual exponía los valores que debían caracterizar al pueblo ateniense. La Oración Fúnebre de Pericles define, de algún modo, lo que es valioso o no para la sociedad occidental. En esta oración Pericles dedica un párrafo a la mujer: “He de decir algo sobre la excelencia femenina de aquéllas, entre vosotras, que se encuentran hoy en la viudez. Grande ha de ser vuestra gloria, si es que no permitís que decaiga el ánimo por debajo del carácter natural de cada una. Pero más grande ha de ser todavía, entre los atenienses, la de aquélla que consiga no ser mencionada, ni para bien, ni para mal.” (Tucídides, 2005) Señorita de buenas maneras •3 En esta oración, Pericles dice que la mujer puede considerar su vida exitosa si no se habla de ella ni bien ni mal, si pasa desapercibida. Con esa oración de alguna forma se dictó la definición de lo que fue considerado y sigue siendo hoy en parte, las ‘buenas maneras’ de la mujer en occidente. La virtud de la mujer sería pasar desapercibida por la vida. Ser ‘sumisa’, ‘tímida’, ‘callada’, ‘complaciente’ era lo que una mujer debía ser. Esa era la actitud y el comportamiento que asumía la mujer. ¿Debía la mujer encerrarse en la casa? ¿Cómo podía hacer parte de la sociedad estando sólo presente en este lugar, un lugar privado? La mujer podía preparar la comida, cuidar la casa y criar a los hijos al igual que lo hace la leona. Pero, si comparando la apariencia de la leona con la de mujer vimos que al contrario de la leona la mujer puede cambiar su apariencia. O más bien la sociedad puede moldear la apariencia de la mujer, ¿no podría también moldear el comportamiento o actitud que ésta debe tener? ¿O el comportamiento y la función de la mujer dentro de la sociedad sí son inherentes al sexo? ¿Se ven enfermos o saludables? Se juzga la labor de la mujer y se hace visible al ver a su familia. Es difícil que el imaginario que tenemos como sociedad cambie. Por eso seguimos identificando lo femenino a ciertas cosas (oficios, adjetivos, actitudes) que no necesariamente siguen aplicando a la época o al contexto. Igual que ya no todas las mujeres tenemos que usar vestido, no todas tenemos que cocinar, cuidar a los hijos y coser. Algunas tienen que seguir haciéndolo, otras pueden tomar la decisión de hacerlo, pero digamos que existe la opción. Al igual que dentro de nuestro imaginario está el uso del vestido y el aspecto de la mujer con pelo largo (como muestra el símbolo de la mujer Imagen 1), y esto es algo que podemos decidir tener o no, podemos decidir, en parte, si queremos coser o no. Pero este imaginario sigue siendo parte de la sociedad y parte de lo que nos identifica en ésta. Al igual que con el aspecto, la función dentro de la sociedad, cambia dependiendo de la época y el lugar. Pero también pasa igual que con el vestido, aunque ya no lo usemos, dentro de nuestro imaginario es un símbolo que identifica a la mujer. Todavía pensamos en la mujer y pensamos que es la responsable de los hijos y la casa. Es la que cocina y remienda la ropa. Su forma de ser visible es a través de estas acciones. ¿Cómo se ven los hijos? ¿Están bien vestida su familia? Señorita de buenas maneras •4 El día del tambor d Segundo tambor Bordado en hilo negro sobre lino 2010 2 No he encontrado un término que agrupe los oficios relacionados con el hilo y aunque todos tienen éste en común el bordado, el tejido, la costura son oficios y técnicas muy diferentes. Es extraño que sea lo que sea que se haga se nombre las herramientas usadas como implementos de costura, -“Voy a sacar la costura”-, dice mi abuela, así esté tejiendo. Otro ejemplo es el costurero, se va a el costurero así se borde, se teja o se cosa. No me parece adecuado, y me queda difícil, agrupar estas prácticas diferentes bajo el término costura. Pero si mi abuela, que es la que me enseña en gran parte las cosas relacionadas con estos oficios lo llama así lo que haré será distinguir la costura general de la costura como técnica usando la negrilla en la general. 3 Espacio dentro de la casa dispuesto exclusivamente para la mujer donde ésta recibía vistas, se entretenía y realizaba labores de costura. urante el proceso del trabajo de grado me han surgido preguntas a las que no encuentro respuesta. A pesar de leer sobre el tema y mirar diferentes aspectos, no encuentro cómo surgió una de estas preguntas. ¿Por qué, hoy, después de las luchas feministas y el nuevo papel que han conseguido, a través de los años, algunas mujeres en la sociedad, sin ninguna clase de obligación, sienten gusto especial por oficios como el bordado, el tejido y la costura? Estos oficios se ven como una especie de sumisión, las mujeres antes del siglo XIX no podían hacer nada más, sino coser, tejer, bordar, cocinar y cuidar a su familia. En actualidad, algunas mujeres ven estos oficios como algo que les era impuesto en otra época y a lo que no le tenían ningún gusto. Pero un día, bordando en la casa de mi abuela, en un momento en el que también estaba mi tía abuela y mi mamá, cuando saqué las cosas de 2 la costura y empecé a enhebrar el hilo las tres empezaron a decirme cómo debía hacer las cosas. Los trucos para el buen bordado. Querían quitarme el tambor de las manos y bordar ellas. Al final se sentaron conmigo y me dejaron terminar las cosas a mi manera (una manera poco convencional para ellas). Después de ese momento, que parecía ser una situación como la 3 del estrado colonial (hablaré de éste más adelante), no entendía cómo estas mujeres sentían gusto al relacionarse con el hilo como lo habían hecho las mujeres en otra época. No estoy segura, ¿cómo la costura puede seguir siendo una parte importante de la vida de la mujer? No sé, ¿cómo, después de tantos años en los que algunas mujeres han buscando nuevos espacios y Señorita de buenas maneras •5 Imagen 3 Dedicatoria libro de costura Señorita de buenas maneras •6 1 y 2. Trapitos al sol Carboncillo sobre papel. 2009 2 1 nuevos oficios con los cuales identificarse, puede un grupo de mujeres, hoy en día, sentarse alrededor del estrado? Interés por la costura La costura me ha llamado la atención desde hace unos años. Desde hace algún tiempo empecé a incorporar materiales y el lenguaje de la costura dentro de mi trabajo, en la carrera de Artes Visuales. Aunque no es muy común para mi generación, pues ya no se nos inculca desde niñas estos oficios como obligación. Tengo gran interés en la costura, su lenguaje y sus materiales. A pesar de que la costura, el tejido y el bordado son oficios tradicionales mi intención al usarlos no lo es, pues quiero sacarlos de la casa o el salón de costura y llevarlos a otros espacios. Al ser estudiante de Artes Visuales me gustaría llevar este oficio a la esfera del arte como ya lo han hecho varias artistas con su obra. Señoritas de buenas maneras (Trabajos) Al ver mi abuela mi interés por la costura me regaló un libro de patrones que ella usaba hace unos años. Empecé, basándome en el libro y no muy hábilmente, a aprender a coser, a entender el lenguaje de los patrones, a usar la máquina de coser, a enhebrar una aguja y a utilizar las herramientas necesarias para cada paso. He aplicado algunas de sus enseñanzas en mis trabajos, no de forma muy convencional para mi abuela, pues he decidido dibujar con hilo, hacer vestidos en papel, diagramar con bordados un libro hecho en tela y tejer con franjas de papel. La dedicatoria de este libro también llamó mucho mi atención y ha sido un detonante en varios de mis trabajos desde hace unos años (imagen 3). Esta dedicatoria me hizo pensar que si siguiéramos en la misma época de mi abuela o en la que se escribió este libro yo no cumpliría con los requisitos, que ha establecido la sociedad, de cómo ser una “buena mujer”, pues no tengo los conocimientos necesarios para ser una “buena ama de casa”. Señorita de buenas maneras •7 1. Cuaderno de bocetos 2009 1 De esta inquietud sale la serie Trapitos al sol que consta de once moldes de ropa. Éstos fueron sacados del libro que me regaló mi abuela. Los moldes son tridimensionales, con dibujos en carboncillo en su interior y en el exterior tienen las marcas de construcción de los patrones originales. Van colgados en unos ganchos de alambre desde el techo. El papel, los ganchos y el hilo son de color blanco. Entre los moldes hay vestidos, faldas, chaquetas y pantalones. La construcción de cada pieza fue un proceso difícil y largo de aprendizaje. Cada vestido es diferente, tiene una forma especial para ser armado, de cortar las pinzas y pegarlas. Lo más difícil de hacer fueron las mangas, pues a la tela se le puede dar la vuelta y hacer costuras por el revés, pero al papel no. Por dentro están los dibujos hechos en carboncillo, que son objetos, cartas y fotos que están relacionados con mi abuela. Algunos de éstos quedaron cortados, pues justo quedaron encima de un corte o el pliegue de una pinza. El hecho de que los vestidos sean hechos en papel es una parte importante del trabajo, pues aunque yo no tuve la obligación de tomar un curso de costura ni tengo hoy en día la responsabilidad de ser una “buena ama de casa”, sí me interesa el papel de la mujer en esa época (la época de mi abuela) y el papel que tiene hoy en día. La construcción de estos vestidos, desde mi campo de conocimiento, es una forma de demostrar que en mi contexto, siendo una mujer occidental del siglo XXI con ciertos privilegios, es posible elegir saber coser, cocinar o ser un “ama de casa perfecta”. Llegando al final de este proceso, el de hacer el trabajo de grado, me he dado cuenta de que el lenguaje del bordado ha estado siempre presente en mi dibujo. No tanto en dibujos trabajados o con un propósito particular, sino en bocetos. Bocetos, o más bien garabatos que hago cuando estoy en clase, tomando café o hablando con alguien. Son garabatos que hago mientras, generalmente, pienso en otra cosa. No son muy consientes, pero hacen que lo que estoy haciendo durante este proceso tenga un poco más de sentido o al menos como un antecedente curioso. El lugar de la mujer A través de la historia los seres humanos nos hemos sometido a diferentes tipos de estructuras sociales, económicas, laborales, entre otras. Hemos tenido que adaptarnos a los roles que nos asigna la sociedad. Dependiendo del rol que se nos asigne debemos, y se espera de nosotros, cumplir con ciertas labores dentro de sus respectivos y limitados espacios. Aunque tanto hombres como mujeres tenemos la obligación, según la sociedad, de adaptarnos al molde que se nos ha asignado, el hombre ha tenido más variedad de moldes a los que adaptarse, sin querer decir que hayan podido hacer con su vida lo que quiera sin tener en cuenta la sociedad. La mujer occidental, hasta el siglo XIX, podía pertenecer a tres moldes básicos, a los cuales se tenía que adaptar: monja, ama de casa ó prostituta. No había posibilidad de ser catalogada diferente (a excepción de algunos casos extraordinarios a través de la historia) a pesar de que la mujer no fuera ninguna de las anteriores. Hay una serie de cualidades biológicas que caracterizan ambos sexos más allá del aspecto, el femenino y el masculino, ésta son independientes de cualquier construcción social que se haya hecho en base a ellas. No es, el sólo hecho de ser la que tiene los hijos (al menos por nueve meses de embarazo), sino también otras carac- Señorita de buenas maneras •8 1. Giovanni Boldini Gossip Óleo sobre madera 17.8 x 24.1 cm 1873 2. Mujeres en la Primera Guerra Mundial Hulton-Deutsch Collection Obtenida el 14 de mayo 2011 en: http://www.guardian.co.uk/world/ gallery/2008/nov/11/first-world-war-women?picture=339537894#/?picture=339 537894&index=1 1 terísticas biológicas como la menstruación, el tamaño, la forma del cuerpo. Existen otros factores que hacen que el género femenino, en los términos productivos de la sociedad patriarcal, sea un ser humano menos capaz. En las primeras comunidades de seres humanos se asignaron ciertos papeles que los miembros, tanto hombres como mujeres, debían desempeñar. Supongo que en principio estos roles se asignaron basados en las características físicas y biológicas de los seres humanos (fuerza, velocidad, tamaño, resistencia). Al pasar el tiempo se empezaron a pegar de estos papeles otras características ya no basadas en el sexo de cada uno, sino en el lugar que se creía debían desempeñar. Se empezó a construir el género y es éste el hoy prevalece por encima del sexo. El género está acompañado de premisas y valores como los dictados por Pericles en su Oración Fúnebre (“no ser mencionada, ni para bien, ni para mal”) que han encasillado a las mujeres en las labores de la casa, al cuidado de los hijos y de sus esposos. 2 El estrado (lugar exclusivo y de reunión para las mujeres) Hasta el siglo XIX en occidente, desde la ropa hasta ciertos lugares de la casa estaban diseñados para que la mujer pudiera pasar el tiempo sin hacerse notar (Oración Fúnebre de Pericles). La ropa usada en el siglo XIX, por ejemplo, era ostentosa e incómoda. Varias capas de faldas con un armazón que la hacía más voluminosa y el corsé que resaltaba la cintura de la mujer era Señorita de buenas maneras •9 1 2 1. Museo de Cervantes Valladolid 2. Nieves Matínez Hilo de seda sobre papel 1830 Museo Nacional de Colombia 3. Nähstube in Huizen Max Liebermann Óleo sobre cartón 3 Señorita de buenas maneras •10 lo más común en la época. Con estos vestidos no era posible hacer muchas cosas o actividades, era más cómodo quedarse quieta y no hacer mucho. En la época colonial americana en las casas existía un lugar llamado estrado. Este era un lugar exclusivo para las mujeres dónde éstas se reunían a coser, tejer y bordar. Por otro lado, el estrado, lugar exclusivo para las mujeres, es otro ejemplo de cómo los espacios diseñados para la mujer hacían que ésta pasara desapercibida. Evitando así que se hablara de ella bien o mal. tiene como parte de su colección es muy poca la información que se tiene sobre este bordado y sobre su autora. A través de la historia es difícil encontrar mujeres que se destaquen en algún campo. Obviamente hay mujeres que sí llegaron a aparecer en los libros de historia, pero han tenido que desafiar muchas convenciones para lograrlo. Esto no es la regla. Las mujeres que han llegado a ocupar un lugar en la historia son casos excepcionales. El “lugar” de la mujer era el hogar y sus opiniones y deseos rara vez salían de ahí. Generalmente era un lugar exclusivo para las mujeres de buena familia dentro de la casa en la América colonial. Para los señores estaba el estudio y para las mujeres el estrado. Estaba construido sobre una plataforma que lo hacía unos centímetros más alto que el piso. Estaba cubierto por alfombras y cojines, alrededor tenia mesas y sillas bajitas. Durante estas sesiones de costura las mujeres compartían historias, experiencias, ideas, era el lugar donde, mientras cosían, podían compartir entre ellas. Aunque se cree que principalmente se compartían chismes, también fue el lugar dónde se podían compartir experiencias vitales. En la época de la independencia, por ejemplo, se gestaban pensamientos políticos. Opinar o tener un punto de vista político era algo que las mujeres no hacían con frecuencia, eran casos excepcionales. En el estrado se apoyaba o no la causa haciendo banderas, uniformes y bordando y creando los nuevos símbolos patrios. En el Museo Nacional de Bogotá se encuentra el bordado en papel de Simón Bolivar que hizo Nieves Martínez. Aunque el Museo lo Señorita de buenas maneras •11 1 Nuevos espacios a 1. Neat but not gaudy - Women war workers Obtenida en 14 de mayo de 2011 en: http:// yesteryearsnews.files.wordpress.com/2010/03/ women-war-workers-19181.jpg finales del siglo XIX y principios de siglo XX en Europa y Norte América hubo una ruptura en las acciones y el pensamiento de algunas mujeres de la época. Éstas empezaron a ampliar el término femenino y lo que era o no apropiado para ser mujer. Empezaron a darse cuenta que ellas también podían figurar en la historia como lo hacían los hombres. Mujeres como ‘George Sand’, Virginia Woolf y Coco Chanel ampliaron los adjetivos, por medio de su trabajo, con los que se calificaba a una mujer. Utilizaron adjetivos que estaban sólo asociados socialmente a los hombres como parte de lo que las definía. Hábil, ágil, fuerte, rápida, audaz, decidida fueron unos de éstos. Por ejemplo, durante los años veinte, después de la Primera Guerra Mundial e inclusive durante la guerra, los diseños de Coco Chanel estaban de moda, pues permitían a las mujeres usar ropa menos adornada, más cómoda, con la que podían ejercer ciertos roles. Al terminar la guerra, unas mujeres tuvieron que asumir papeles que antes sólo asumían los hombres y con la ropa que venían usando era imposible estar cómodas corriendo de un lado a otro. Estas mujeres de- Señorita de buenas maneras •12 1 1. En la fotografía, francesas trabajando en una fábrica de municiones Obtenida el 14 de mayo de 2011 en: http://wiyipedia. blogspot.com/2008/08/primera-guerra-mundial.html 2 Señorita de buenas maneras •13 2. A cotton warper Lewis Hine Fotografía 1933 bían empezar a sentirse ágiles, hábiles y cómodas en sus nuevos oficios. Los adjetivos que calificaban a la mujer fueron ampliándose cada vez más. En los años sesenta, con el feminismo, algunas mujeres asumieron muchas de las actitudes que hasta ese entonces eran consideradas masculinas. Dejaron de usar ropa que era “sólo para mujeres”, asumieron el dominio de su cuerpo sexualmente, trabajaron en cosas para las cuales las mujeres no eran supuestamente aptas, pues se creía que eran torpes, pequeñas, chismosas, débiles, entre otros. Con estas actitudes estaban reclamando la igualdad de oportunidades y de elección que tenía el género masculino. Mujeres fuera del molde La historia se ha encargado de borrar de algún modo a la mujer. Los grandes descubridores, gobernantes, héroes, artistas (y protagonistas de la historia), son hombres. Hay algunos casos en los que las acciones realizadas por una mujer son tan excepcionales que han logrado trascender. Casos como el de Cleopatra, Juana de Arco, Marie Curie, Indira Ghandi, la Malinche, entre muchas otras, muchísimas, mujeres han pasado a la historia (por supuesto no tantas como los hombres). Aunque en la Oración Fúnebre de Pericles (que fue pronunciada después de una guerra) se declara que el lugar de la mujer es su casa (o más bien la de su esposo o su padre) y no le es permitido acceder al espacio público, han habido mujeres que, en contra de cualquier expectativa, se han hecho conocer en este ámbito. Carmen Chacón, actual Ministra de Defensa de España, rompió con una de estas expectativas. No sólo es el hecho de ser una mujer a cargo de las Fuerzas Armadas, la defensa de un país, pues antes de ella, mujeres en otros países del mundo, ya habían ocupado este cargo que tradicional- mente está a cargo de hombres. En el 2002 Colombia tenía a Marta Lucía Ramírez ocupando este cargo. Lo que realmente marcó la diferencia está vez, además de ver a una mujer (eso ya es extraordinario en el mundo occidental), maquillada, con tacones (o ‘ropa femenina’) pasar revista al ejercito, fue que Carmen Chacón tenía siete meses de embarazo. No sólo era una mujer asumiendo el cargo de defender a un país, sino una mujer embarazada. “Se trata de que una persona con altas responsabilidades laborales -políticas, en mi caso- no tenga que renunciar a su maternidad” (González, 2007). Esto abre nuevos espacios y sobre todo cambia la imagen que se tiene de la ‘inutilidad’ y ‘pérdida de tiempo’ que implica una mujer embarazada en cualquier cargo, pues se supone que tienen que quedarse en la casa cuidando a los hijos. Desde el principio de la historia hay mujeres que rompen con estas expectativas, pero como ejemplo voy a nombrar a cuatro mujeres que, en campos del arte o cercanos a estos, entraron con su trabajo, comportamiento y actitudes a la historia. Las cuatro fueron más o menos contemporáneas, abordaron temas como el del embarazo y el trabajo (muchos años antes de que la Ministra Chacón pasara la revista al ejército español con siete meses de embarazo) y fueron, en los años sesenta, inspiración para los movimientos feministas. George Sand, Virginia Woolf, Coco Chanel, Gunta Stölzl Los años veinte en Europa estuvieron llenos de cambios. La primera Guerra Mundial había acabado en 1918 y esto había proporcionado un ambiente de cambio en muchos los aspectos de la vida de las personas. Virginia Woolf, escritora inglesa, es invitada en 1928 a dar una conferencia titulada La mujer y la novela recopilada años más tarde en el libro Una habitación propia. En ella Woolf reflexiona alrededor de muchos de los Señorita de buenas maneras •14 1. Virginia Woolf George Charles Beresford Fotografía 1902 1 factores que hacían que para la mujer fuera más difícil dedicarse a escribir novelas, la dificultad que tenían para entrar al campo de las artes en general. Según la autora lo que necesitaba una mujer, en esa época, para dedicarse a escribir, era tener dinero suficiente para ser independiente en el mundo en el que el poder lo tenían los hombres. Según Woolf, al tener el techo y la comida garantizada sin la necesidad de un hombre se podía opinar libremente de cualquier tema. Esto es cierto hasta un punto, pues el sólo hecho de no ser dependiente de un hombre en cuanto a las necesidades básicas no garantizaba la independencia en el mundo en el que vivían. Los hombres seguían controlando el gobierno, los periódicos, las leyes, el mercado, los grandes poderes. Woolf recibía, como herencia, una pensión anual, lo cual le dio la libertad de dedicarse a escribir y opinar de temas poco usuales entre las mujeres. Una de sus reflexiones gira en torno a la capacidad de una mujer para ganar dinero y disponer de el como quiera. Pone, por ejemplo, en este caso, a la mamá de la mujer con la que está hablando. “Hacer fortuna y tener trece hijos, ningún ser humano hubiera podido aguantarlo. Considérense los hechos, dijimos. Primero hay nueve meses antes del nacimiento del niño. Luego nace el niño. Luego se pasan tres o cuatro meses amamantando al niño. Una vez amamantado el niño, se Señorita de buenas maneras •15 3 1. Retrato de Geroge Sand Eugène Delacroix Óleo sobre lienzo 78 x 56,5cm 1838 2. George Sand y un amigo Obtenida el 14 de mayo 2011 en: http:// lacuevadesusana.blogspot.com/2008_09_01_ archive.html 4 Esta pintura de Eugène Delacroix originalmente incluía el retrato del músico y amante de Sand, Frèdèric Chopin, Al morir el artista la dividieron. Lo interesante del retrato de Sand es que está retratada mientras cose. Al principio no vi este detalle en la pintura, pero si se mira con cuidado se ve el en el gesto de la mano de Sand. Al parecer era una de sus entretenciones. Seguramente era algo que sabía hacer desde niña, aunque tenía ideas y comportamientos diferentes a los del resto de mujeres de su época seguía cosiendo como el resto de ellas. 2 1 pasan unos cinco años cuando menos jugando con él.” (WOOLF, 1928) la sociedad. Woolf no tuvo hijos, y retomando su reflexión, dedicó todo su tiempo a escribir. Este tema que trata Woolf es uno muy problemático. ¿Qué es más importante o más valido? Vuelve la pregunta y la diferencia entre el sexo o el género. Si tu cuerpo “está hecho para tener hijos,” ¿es ir en contra de la naturaleza no querer tenerlos? Woolf no es la primera mujer en plantear esta problemática. George Sand (seudónimo de la escritora francesa Amandine Aurore Lucile Dupin) logró por su parte la independencia económica a la cual se refiere Woolf a mediados del siglo XIX (décadas antes que Woolf), tuvo dos hijos y se dedicó a escribir. Esta escritora no sólo encontró la independencia económica, sino que vivió una parte de su vida tratando de adoptar posturas y actitudes que en esa época sólo los hombres podían asumir. Ella paseaba por las calles de París vestida con’ ropa de hombre’. ‘Camuflada’ con esta ropa accedía a lugares permitidos exclusivamente para hombres, sin ser notada. Aunque utilizaba ‘ropa de hombre’, al ser de la alta sociedad francesa, Sand no dejó de lado ‘la ropa de mujer’, aunque adoptaba estas ‘posturas masculinas’ no abandonó las ‘posturas femeninas’. Se adaptaba dependiendo de la situación, la necesidad y las personas que la rodeaban. A pesar de que también fue reconocida como mujer, como Amadine Aurore Lucile Dupin, tiene más peso su seudónimo de hombre. George Sand escribió novelas bajo su Décadas más tarde los movimientos feministas dirían que no, o al menos abrirían el espacio para que la mujer pudiera tener control sobre su cuerpo y sobre lo que se hacía con él, dejando de lado el concepto de mujer como ‘contenedora’ de los hijos. A pesar de que estos movimientos abrieron al menos la discusión en torno a este tema, creo que no hay una respuesta definitiva al respecto o, más bien, todas los son. Sin decir en ningún momento que estoy de acuerdo con que la mujer sea vista únicamente en términos reproductivos. ¿Qué gana, la naturaleza o la cultura? Creo que no se trata de ser tajante como lo fueron los movimientos feministas en su época, sino de comprender que cada sexo tiene sus propias características, pero que éstas no nos determinan totalmente como personas en Señorita de buenas maneras •16 1. Coco Chanel. Obtenida el 9 de mayo 2011 en http:// www.stravaganssa.com/blog1/page/8/ 1 seudónimo y participó en diferentes periódicos y panfletos políticos. Sand fue educada en principio por su abuela paterna, la cual era seguidora de Jean-Jaques Rousseau y fue encarcelada por un tiempo por colaborar con la Revolución Francesa. En su vida personal, al igual que Woolf estaba rodeada de intelectuales con los cuales compartía pensamientos e inquietudes de la época. Coco Chanel, diseñadora de modas francesa, contemporánea de Virginia Woolf, compartía algunas actitudes, pensamientos e ideales con las dos autoras anteriormente mencionadas. Al igual que Sand, Chanel asumía también ‘actitudes y vestidos masculinos’. Chanel dejaba de lado los adornos, los corsés, los sombreros recargados y los sustituía por prendas más cómodas. Puso de moda el uso de prendas que en ese momento se consideraban masculinas adaptadas al cuerpo de la mujer. Utilizando no sólo la forma de la ‘ropa masculina’, sino también los materiales con las que se confeccionaba ésta. Chanel revolucionaba la moda de los años veinte proponiendo ropa para mujer más sencilla (y ambigua). No sólo era un cambio en la ropa. Ella adoptaba ‘posturas masculinas’ sin dejar de lado el glamur y la elegancia que según ella debían caracterizar a una mujer. La ropa de esta diseñadora fue también aceptada por las mujeres, pues éstas, asumiendo sus nuevos roles después de la guerra, podían trabajar más cómodas en estos diseños. “A tono con los tiempos de esta primera postguerra, siguió en la línea de adaptar para mujer prendas de hechura masculina: camisas abiertas, blaziers, pantalones, impermeables con cinturón y boina.” (de Perinat, 1997) Durante la Primera Guerra Mundial, y al finalizar ésta, una gran parte de las mujeres de los países en guerra empezaron a asumir nuevos roles dentro de la sociedad, pues los hombres estaban combatiendo. La mujer asumía temporalmente el puesto del hombre sobre todo en las fábricas y el campo. El hecho de ver a una mujer trabajando y estudiando por fuera de la casa dejó de verse como algo extraño; aunque no era del todo aceptado, pues aun se veía esto como una situación temporal. La mujer sólo estaba reemplazando al hombre mientras éste volvía. Señorita de buenas maneras •17 1. Documento de identidad Gunta Stölzl. Obtenida el 9 de mayo 2011 en http://www. guntastolzl.org/ Por la misma época, las mujeres pertenecientes a la Bauhaus no eran vistas supuestamente como iguales por sus compañeros y profesores. La única mujer considerada como maestro dentro de la institución fue Gunta Stölzl, artista textil y encargada del taller dedicado a este oficio. Este fue el único espacio donde las mujeres de la Bauhaus se pudieron desempeñar en cargos directivos y administrativos. Algunas mujeres de la Bauhaus cuentan que al ser estudiantes sentían que los grandes maestros las ponían a hacer, dentro de los diferentes talleres, labores menores por más tiempo que a los estudiantes hombres. Al fundar la escuela Walter Gropius había establecido que no habría ninguna clase de discriminación entre hombres y mujeres para entrar a la escuela, “no habrá ninguna diferencia entre el sexo bello y el sexo fuerte, igualdad absoluta, pero también absoluta igualdad de deberes.” (Weltge, 1993.)Aunque Gropius tenía la intención de no discriminar entre sexos, la cita anterior demuestra que culturalmente seguía habiendo diferencia entre como se percibía a un hombre (el sexo fuerte) y a una mujer (el sexo bello). Después de ver la gran cantidad de mujeres que querían participar en el proyecto decidieron que todas éstas debían empezar inscritas a talleres relacionados con el género femenino. Estos talleres eran el de encuadernación, el de cerámica y el de tejido. Al final sólo se mantuvo el de tejido. Para una mujer poder rotar por el resto de talleres debía primero pasar por alguno de estos tres, algunas de las alumnas cuentan que a pesar de poder ingresar al resto de talleres se les asignaba por más tiempo labores de principiantes que a los hombres. Como si tuvieran que probar más 1 que ellos sus capacidades en los talleres considerados para hombres. Esto molestó a algunas de las alumnas y vale la pena preguntarse si por esta razón, artistas de la época, no se afiliaron a la escuela. Artistas como Sonia Delaunay estaba por ese entonces, años veinte, creando pinturas en prendas de vestir. Ella adoptó la técnica del Patchwork (tradicional entre las mujeres rusas de clase trabajadora, en la que a partir de pedazos de ropa vieja se crean nuevas cosas, ropa o cobijas), lo sacó de su entorno tradicional y lo insertó en el medio artístico. Esto estaba dentro de los propósitos de la Bauhaus, insertar técnicas artesanales al diseño y el arte. Sonia Delaunay, traspasó los medios tradicionales de la pintura haciendo ropa utilizando el mismo concepto que utilizaba con el lienzo y el óleo. Ella no rompía con la moda ni el estilo de vestir de la época. La ropa que ella hacía era una traducción de su trabajo en pintura a la tela por medio del Patchwork. Es más difícil encontrar información sobre el taller de tejido, aunque al parecer era uno de los más completos, que sobre cualquier otro taller. Se cumple, de algún modo, el “no ser menciona- Señorita de buenas maneras •18 da, ni para bien, ni para mal.”(Pericles) No era costumbre que el trabajo de una mujer fuera dado a conocer. Stolz logró ejercer cierto tipo de poder dentro de la Bauhaus, pero no es tan importante ni tan nombrada como Paul Klee, Wassily Kandinsky, Ludwig Mies van der Rohe, sus compañeros de trabajo hombres. No todas las mujeres dedicadas a las artes tenían el mismo reconocimiento que obtuvieron Woolf y Chanel. A pesar de lo logrado a principios del siglo y de los nuevos papeles ejercidos por la mujer, por motivo de la guerra, era difícil ser tomada en cuenta como igual por los hombres de la época. Se han escrito muchos libros y artículos sobre la vida y la obra de George Sand, Virginia Woolf y Coco Chanel, se ha escrito sobre la forma en que cada una de ellas no se conformó con lo establecido y, rompiendo algunas barreras, lograron sus objetivos profesionales y personales. Se ha escrito cómo sus acciones, historias, escritos, vivencias fueron tomados por los movimientos feministas de los años sesenta como ejemplo. También se ha escrito sobre sus relaciones personales y sexuales. La historia se ha encargado de tomar la libertad sexual de estas mujeres, la cual no era aceptada sino para los hombres en esa época, y la ha convertido en chisme. Sí fue importante que ellas fueran libres, y que realmente lo hicieran, de escoger sentir placer como lo hacían los hombres de la época, pues esto hace parte de los moldes o las restricciones que tiene el papel de ser mujer dentro de la sociedad. Sería importante reseñar dentro de las biografías de estas mujeres el hecho de que se permitieron sentir cuando no se les era permitido. Pero es la forma en la que se escriben los hechos la que hace ver esta libertad como parte de un escándalo y no como se ve su trabajo. Como una ruptura importante dentro de la sociedad y de las tradiciones de la época en la que cada una de ellas vivía. Aun hoy, cuando se supone, que la mujer ya tiene tanto derecho a sentir placer y a hacer lo que quiera con su cuerpo como los hombres la historia sigue señalando las relaciones personales de estas mujeres como parte de un espectáculo. No se ha llegado a aceptar cabalmente, a A pesar de que por lo general no se escribía mucho sobre el trabajo de una mujer sí se ha escrito la mayoría de las veces (con malicia y ganas de controversia) sobre la vida sexual de cada una de ellas, se ha vuelto parte de un chisme. De los hombres de la misma época, de los mismos hombres con los que ellas tuvieron algún tipo de relación sexual o sentimental, no se escribe igual. Los hombres de la época podían hacer exactamente lo mismo que ellas sin que aparezca reseñado en cada biografía que se escribe sobre ellos. Señorita de buenas maneras •19 Siglo XX l pesar de los nuevos espacios que se han abierto para algunas mujeres, el hecho de que la mujer no sólo tiene relaciones sexuales para reproducirse. os años sesenta y setenta están marcados por cambios en la sociedad o al menos muchos grupos de personas que querían hacerlos. Los grupos feministas son unos de estos movimientos, éstos querían hacer notar la diferencia que había entre hombres y mujeres y la diferencia de condiciones que tenían éstas al vivir en una sociedad dominada por los hombres. 1. Do women have to be naked to get into the Met. Museum? Gurrilla Girls 1989 En 1989, las Guerrilla Girls, un colectivo de mujeres artistas, hicieron una obra al respecto. Un poster que circuló por la ciudad de Nueva York, en el que se veía el desnudo de La gran Odalisca de Ingres con la máscara de gorila, típica de la Guerrilla Girls. En este poster se veían los por- 1 Señorita de buenas maneras •20 1 centajes de artistas mujeres (3%) contra los desnudos de mujeres (83%) que había en el Museo Metropolitano de Nueva York. Son muchos más los hombres que figuran en la historia del arte y muy poquitas las mujeres, por lo general los artistas eran hombres y uno de los temas tradicionales (aunque no todo el tiempo ni en todos los casos) eran representaciones de mujeres desnudas. ¿Tiene la mujer, para entrar al campo del arte, que estar desnuda? ¿Tiene que ser la mujer un sujeto pasivo que posa frente a un hombre? En el año 1960, el artista francés, Yves Klein, hace su obra Antropometría en la cual imprime el cuerpo de varias mujeres con una pintura azul sobre una tela. En esta obra la mujer deja de ser un sujeto pasivo, pero se convierte en un objeto activo de la obra. Es la que deja la huella sobre la tela, un instrumento bajo las órdenes del maestro hombre. “El lugar habitual de la mujer en el arte parecía el de constituirse en objeto –como lugar de la mirada, como <<modelo>> o musa para el creador varón-, y no como sujeto”. (Martínez-Collado, 2005) 2 1. Antropometría de época azul Yves Klein 156,5 x 282,5 cm 1960 2. Creación de una Antropometría Galería de Arte Contemporáneo París 1960 5 Profesora titular en Estética y Teoría del Arte en Cuenca, autora del libro Tendeci@s: perspectivas feministas en el arte actual. Señorita de buenas maneras •21 1 El maestro hombre (representante del hombre heterosexual) es el ‘cuerpo válido’ dentro de nuestra sociedad. Lo que se salga de este rótulo, mujer u hombre homosexual, no tiene un ‘cuerpo válido’ y eso los convierte, dentro de una jerarquía, en un cuerpo de segunda clase. El cuerpo dominante es el del hombre heterosexual. La filósofa norteamericana, Judith Butler, plantea este problema y propone, haciendo la distinción entre sexo y género (siendo el género una construcción social) una ruptura, que consiste en, dentro del discurso del ‘cuerpo válido’, hacer énfasis en la diferencia que hay entre éste y el resto de cuerpos. Los ‘otros cuerpos’ deben hacer notable su diferencia para abrir un nuevo espacio dentro del discurso establecido. 1. Red Flag Judy Chicago Fotolitografía 50,8 x 63,5 cm 1971 Señorita de buenas maneras •22 1 2 1. Shigeko Kubota realizando Vagina Paintings George Maciunas Fotografía 1965 2. Jackson Pollock Noviembre 23 2008 Obtenida el 9 de mayo de 2011 en http://elrehilete. wordpress.com/2008/11/23/jackson-pollock/ Artistas de la época, como Judy Chicago, estaban planteando lo que dice Butler. Nombrando y haciendo visible la diferencia de sexo y género. La obra Red Flag, de esta artista, es una fotolitografía que muestra a una mujer, o más bien un acercamiento de la vagina de ésta, sacándose un tampón. Era importante para la época hacer visible o público lo que antes sólo tenía lugar en lo privado. El sexo femenino, la vagina o la menstruación, eran temas que no se discutían o de se hablaban en espacios públicos. Se tenía la vagina en un lugar privado muy importante, pero en un espacio público no se hablaba de cosas como la menstruación. Chicago no sólo la nombra, sino que hace una imagen de una situación, privada, muy cotidiana para una mujer y la vuelve pública, nacional y heroica En contraposición, pero dentro del mismo discurso (la pintura, el arte), a lo hecho por Jackson Pollock, en los años cincuenta, Shigeko Kubota hace una obra llamada Vagina Paintings en 1965. Esta obra consiste en una pintura, hecha mediante una brocha pegada a la falda de la artista, sobre un papel. Pollock, considerado un genio creativo masculino, hacia sus pinturas mediante el “dripping” que era visto dentro de su papel de macho, como eyaculación. En este proceso el artista es consciente de los movimientos y gestos que hace, más en esta forma de pintar, pues se utiliza todo el cuerpo. Kubota, por su parte, como mujer y ‘cuerpo de segunda’ pintó, no eyaculando, sino menstruando. Esta era una forma de hacer válido su cuerpo haciendo énfasis en la diferencia de lo que estaba establecido (la obra de Pollock y lo que éste significaba) usando el mismo discurso. El nombre, Vagina Paintings, también tenía mucho que ver, pues al igual que las pinturas de Klein era intrigante pensar que en la pintura que se iba a ver, o la acción que se iba a presenciar, estuvieran presentes vaginas. Se podían ver dentro de un ámbito público sin ser considerado algo obsceno, sino, más bien, como parte del arte. Aunque el nombre de la obra de Kubota Señorita de buenas maneras •23 6 1 2 es sugestivo e invite a pensar en un acto sexual mediante la pintura creo que, por el contrario, es una obra que sale desde la entrañas femeninas, una obra menstrual. Mucho más en relación con la obra de Chicago, Red Flag, que con la de Klein, Antropometría, pues nombra y muestra a la mujer de una forma en la que el público no está acostumbrado. Deja de ser un fetiche, el nombramiento de la vagina, para convertirse en algo que era privado, como la menstruación, en algo público y a la vista de todos. Esto hace que de alguna forma el cuerpo de la artista, que es diferente al ‘cuerpo válido’ que plantea Butler, entre en el discurso del mundo hecho por el hombre heterosexual. 1.Girl worker in Carolina Cotton Mill Lewis Hine Fotografía 19 x 24,2 cm 1908 2. Fotografía del montaje de Attention à la Peinture Galería Daniel Buchholz 2008 6 Aunque Coco Chanel pudo expresar sus ideales por medio de la ropa no era usual que una mujer lo hiciera. Por la misma época, niñas como las que fotografío Lewis Hine se veían forzadas a trabajar en el área textil, como Chanel, pero en fábricas con muy bajos sueldos y sin posibilidad alguna de opinar sobre alguna cosa. Mujeres como Coco Chanel fueron realmente excepciones. El estrado en el siglo XXI. Antes de los movimientos feministas y las artistas de los años 60 algunas mujeres han expresado sus ideas e ideales con la ropa, el oficio de coser, tejer, bordar y su lenguaje. A principios del siglo XX, en Francia, Coco Chanel desafió la sociedad por medio de su actitud y forma de vestir. Ella decidió cambiar el estilo de ropa que usaban las mujeres de su época, el cual estaba diseñado para ser atractivas a los hombres sin importar la comodidad de la mujer. Chanel decidió desafiarlos usando ropa y materiales considerados exclusivos para los hombres y adaptados al cuerpo de la mujer, teniendo el pelo corto y adoptando una postura y actitud sólo atribuida al otro género. Después sería conocida por diseñar ropa para la nueva mujer del siglo XX que por las dos guerras había empezado a trabajar y para esta nueva labor necesitaba ropa que la dejara estar cómoda sin perder su lado femenino. Un referente, dentro del mundo del arte, que ha planteado la posibilidad de partir de medios tradicionales, como la pintura al óleo sobre lienzo, para construir prendas de vestir es la artista polaca, Paulina Olowska. En su obra Attention à la Peinture, 2008, partió de unos lienzos para hacer diferentes prendas de vestir. Esta artista creció en la Unión Soviética y estaba acostumbrada a no tener ropa de moda en su país. Su obra en general gira en torno a la ropa que se podía conseguir en los años 80 en los países miembros de URSS, ropa que era un poco impuesta por la misma situación en la que vivían. Con esta obra ella de alguna forma propone y alienta a las mujeres de los países de la antigua Unión Soviética a expresarse por medio de su forma de vestir. En la exposición de la obra los vestidos y abrigos Señorita de buenas maneras •24 1 1. The woman who failed to be Sharazad Ghada Amer Acrílico y bordado en lienzo 157,8 x 172, 72 cm 2008 2. Barbie loves Ken, Ken loves Barbie Ghada Amer Bordado en algodón 177,8 x 68,58 x 10,16 cm 1995 . 2004 2 Señorita de buenas maneras •25 estaban rodeados de los lienzos cortados y unas citas de la diseñadora Elsa Schiaparelli, diseñadora de moda de los años 20 y 30. Artistas que utilizan el hilo Por los años 20, la artista rusa, Sonia Delaunay, traspasó los medio tradicionales de la pintura, haciendo ropa, utilizando el mismo concepto que utilizaba con el lienzo y el óleo. El Robe simultané es un abrigo hecho a partir de parches de tela, y otros materiales, de diferentes colores. Éste es un buen ejemplo en el que se demuestra que los contrastes de color, que caracterizan su pintura, se mantienen en su ropa. Su esposo, el también artista, Robert Delaunay decía sobre su trabajo, “una pintura viviente, por así decirlo, una escultura de formas vivas”. (Stern, 1992) Esta artista no es la única que ha utilizado la costura, el tejido o el bordado como no se espera que lo haga una mujer (para hacer la ropa de la familia o remendar la que se dañó) sino que utiliza este lenguaje para componer su obra artística. sienta placer con su sexualidad (como había mencionado anteriormente, la mujer, antes del siglo XIX sólo podía entrar en tres categorías ama de casa, puta o monja. No había categorías intermedias.), pero Amer las combina. Creando imágenes fuertes y sexuales dibujando con hilo, bordando. Otra de sus obras más representativas, Barbie loves Ken, Ken loves Barbie, cuestiona el rol, o molde, que nos impone la sociedad desde niños. Esta obra consta de dos trajes hechos en lienzo a tamaño natural, uno para mujer y otro para hombre, los cuales tienen bordadas, en color rojo, las frases Barbie loves Ken y Ken loves Bar- Ghada Amer La artista egipcia, Ghada Amer realiza obras en las que dibuja en tela y con hilo y reivindican la sensualidad de la mujer. Una parte importante de la obra de esta artista es su serie de bordados intervenidos con pintura que muestran escenas de mujeres sintiendo placer. Esta obra pone en contraposición dos aspectos que, normalmente, no se asocian entre sí. Por un lado está la tradición de bordar que tiene el género femenino, o la imagen de éste, y por otro la sexualidad no reproductiva de una mujer. No es usual pensar en una mujer que hace bordados y al mismo Señorita de buenas maneras •26 1 Las ventajas de ser una mujer artista: Trabajar sin la presión del éxito No tener que exponer con hombres Tener una evasión del mundo artístico con tus cuatro trabajos “free-lance” Saber que tu carrera será conocida después de cumplir 80 años Estar convencida de que cualquier arte que hagas será etiquetado de femenino No quedarte estancada en una plaza fija de profesora de arte Ver que tus ideas cobran vida en el trabajo de otros Tener la oportunidad de escoger entre tu carrera o tu maternidad No tener que justificar tu éxito económico con antiguas militancias conceptuales Dedicar más tiempo a tu trabajo cuando tu compañero te haya abandonado por alguien más joven Estar incluida en una versión revisada de la historia del arte 1. The advantages of being a woman artist Guerrila Girls 1988 No tener que avergonzarte porque te califiquen de genio Poner tu fotografía en una revista de arte moderno usando un traje de gorila Señorita de buenas maneras •27 relación hilo-mujer ¿ 1 1. Rekieve romano Tegek Schloss Alemania Obtenida el 16 de mayo de 2011 en: http://2. bp.blogspot.com/-Ef965wWRb1A/Tb4Bjap4CgI/ AAAAAAAAABI/my5GVFjTFqA/s1600/moiras.jpg bie. “La idea de seguir un modelo es lo que me interesa de los estereotipos; y a todos ésto nos confrontan en la vida.”(Amer, 1994) Por qué después de todo lo mencionado (y también muchas personas y acciones que no mencioné) algunas mujeres y mujeres artistas siguen cosiendo? ¿Por qué, si ya no es una obligación o algo impuesto, eligen hacerlo? Hay algunas cosas que realmente no podemos explicar sino con mitos o leyendas. Según el psicólogo y psiquiatra suizo, Carl Jung, imágenes como la mujer que cose son parte del inconsciente colectivo, él las llama arquetipos. Estas son imágenes que se repiten inconscientemente, sin que las hayamos aprendido. Éstas se repiten en varios mitos, leyendas e historias religiosas y no tienen una explicación sino por medio de éstos. Por ejemplo, mitos como el de las Moiras griegas, según el autor Gilbert Durand, en el libro Las estructuras antropológicas de lo imaginario (en el que hace un análisis de los arquetipos más comunes de la tradición occidental) la mujer, como símbolo, está relacionada con el tiempo, con el devenir, con lo cíclico, con la muerte. La mujer, al tener un cambio en su cuerpo cada mes - la menstruación- comprende y domina en un aspecto del tiempo. Tiene un ‘reloj biológico’, un recuerdo constante del paso del tiempo, de la repetición. Es por eso que las sociedades tienden a asociar dentro de su imaginario a la mujer con el paso del tiempo, el hilo de la vida. El hilo, por otro lado, está asociado con la vida, porque es visto como la continuidad. El hilo de la vida, como el cordón umbilical. La mujer asociada a una vida que empieza. También se puede Señorita de buenas maneras •28 asociar a la mujer con el tiempo y el tejido, pues es dentro del vientre de la mujer que se ‘teje’ la vida durante nueve meses. Cecilia Vicuña 1 La artista chilena, Cecilia Vicuña, utiliza en su obra, en general, el hilo. Lo utiliza temáticamente como recorrido y como quipu (una forma de llevar cuentas por medio de nudos). Su obra, Quipu Menstrual, consta de varios pedazos de lana roja (diferentes rojos) colgados del techo. La lana tiene nudos, como lo tenían los quipus. Cada mes a las mujeres les llega la menstruación lo que hace que, como dice Durand, se relacionen con el tiempo de un forma diferente, pues llevan la cuenta de éste siempre presente. Vicuña escribió un poema que se llama Palabra e hilo. En éste hace analogías de cómo tanto los tejidos como las historias, los hilos y las palabras, son las encargadas de relatar y dejar constancia de la vida, de crear el mundo. En el poema se hace alusión a palabras en quechua relacionadas con el tejido que al ser traducidas al español evocan un sentido constructor del mundo. Algunas culturas indígenas de América tienen una relación muy grande con el tejido, pues éste forma parte de su cosmogonía. “En el Ande, la lengua misma, quechua es una soga de pajaTorcida, […]( Vicuña, 1996) 2 1. Quipu Menstrual Cecilia Vicuña Centro Cultural Palacio de la Moneda Santiago de Chile 2006 2. El triunfo de la muerte Tapiz flamenco Siglo XVI Lo que relata la artista en el poema era lo que pasaba en el estrado en la época colonial en América. Este lugar, exclusivo para mujeres, en el cual éstas se reunían a coser, tejer y bordar mientras hablaban. La relación del hilo y la palabra queda en evidencia. Este era un lugar donde se ‘hilaban historias’ y se ‘tejían alianzas’. Un lugar donde se contaba y vivía el día a día de las señoras y señoritas de familias importantes de la época. Aunque era un lugar permitido y construido para estas reuniones, el estrado también era una caja de secretos donde las mujeres podían confesarse y hasta opinar y hacer parte de cosas prohibidas para ellas. Este lugar se puede Señorita de buenas maneras •29 1 rante siglos mitos e historias en los que la mujer comparte un papel especial con el hilo y los oficios ya mencionados. 1. Las hilanderas Diego Velázquez Óleo sobre lienzo 220 x 289 cm Hacia 1657 relacionar con el poema de Vicuña, pues mientras hila se habla y mientras se habla se hila. Es un acto simultáneo. No puede separarse el uno del otro. Imágenes, mitos y conceptos Hay una relación muy estrecha entre el hilo y la feminidad. No sólo el hilo como objeto, sino todo lo que éste implica. La mujer, dentro de la cultura occidental en general, ha sido la encargada de tejer, coser y bordar dentro del núcleo familiar en nuestra sociedad, hoy algunas mujeres siguen realizando esta labor. Aparte de estos oficios, considerados exclusivos para el género femenino, se han escrito y se han contado du- En la antigua Grecia, por ejemplo, las Moiras hacían parte del mito del destino, eran personificadas por tres mujeres. “Cloto (“la Hiladora”) hila el hilo de la vida; Láquesis (“Separación”) reparte el destino y custodia el hilo de la vida a lo largo de todas las contingencias; Átropos (“la Inesquivable”), lo corta.” (HARRAUER, 2008). Estos mismos personajes, o al menos personajes muy parecidos, también hacen parte de la mitología celta. Bajo el fresno Yggdrasel, y cerca de la fuente de Urd, hay un edificio hermosísimo, de donde se ven salir tres vírgenes, llamadas Urda (el pasado), Verdanda (el presente), y Skulda (el porvenir). Estas vírgenes disponen de la vida de todos los hombres: son las nornas. (Rios, 1856) Estas dos historias son muy parecidas aunque tengan como escenario lugares diferentes y los personajes cambien de nombre. La historia, o la explicación del destino, es la misma. Son tres mu- Señorita de buenas maneras •30 1. Cuentos de hadas Petah Coyne Mixta 1998 2. Placa de terracota Terracota 18,7 x 27, 8 cm 450 - 460 aC 1 2 jeres que tienen en su poder el pasado, presente y futuro de los seres humanos. Aracne, otro personaje mitológico griego, también tiene una relación con el hilo, y ésta sí, con el acto de tejer. Al ser la mejor tejedora, pues le gana en una competencia a Atenea, ésta la condena a tejer toda la vida convirtiéndola en araña. La misma Atenea, aunque principalmente se la conoce como diosa de la guerra también representaba la sabiduría civilizadora con la cual enseñaba a los mortales artes manuales, principalmente el tejido. La obra Las Hilanderas del pintor español Diego Velázquez es una representación de este mito griego. En el primer plano podemos ver la competencia entre Atenea y Aracne, la cual parece ser una escena cotidiana en una fábrica de tejidos (un poco parecido al estrado). En segundo plano se puede ver a Atenea (representada como usualmente se hace, con armadura) en el momento en el que condena a Aracne a tejer de por vida, Aracne aparece en la mitad de toda la obra. Y el último plano que es el tapiz con el que supuestamente Aracne venció a Atenea, el rapto de Europa. Esta pintura, al igual que la costura es cíclica, se replica. Tiene tres momentos que cuentan la misma historia, pero de tres formas diferente. Tres formas que comparten la misma estructura del arquetipo. y objetos que al final parecen la captura de una araña. Una maraña que envuelve diferentes objetos. La temática de esta artista no tiene mucho que ver con el mito de Aracne, pero las formas de sus esculturas lo remiten a uno a éste. Coyne utiliza materiales como ramas, animales disecados, flores artificiales, materiales industriales, entre muchos otros. Éstos van formando un tejido que al final no se sabe muy bien qué es. El trabajo de Coyne se eleva y converge […] , haciendo palpable la tensión inherente entre la vulnerabilidad y la agresión, la inocencia y la seducción, belleza y decadencia, y, en última instancia, la vida y la muerte. (MASS MoCA, 2011) Penélope Un ejemplo importante es el de Penélope. Esta mujer, reina de Ítaca, que a pesar de la presión social decidió mantenerse fiel a su esposo, supuestamente muerto, sin tener que salirse de las labores entendidas para la mujer de su época. Ella tenía que casarse, porque la reina debía gobernar al lado de un rey. Penélope prometió a sus pretendientes que tomaría la decisión de casarse con uno de ellos al terminar de tejer un sudario. Así pasaron veinte años en los que Penélope tejía todo el día y desbarataba toda la noche, dilatando así el momento de su decisión. Dejando, por unas décadas, “sin rey que gobernara.” Retomando el mito de las Moiras griegas lo que hace Penélope es ‘jugar’ con el destino de la forma en que lo hacen las Moiras. Si Pené- Aunque no de la misma forma la obra de la artista estadounidense, Petah Coyne, hace una reinterpretación de este mito, o más bien sus esculturas son un tejido de diferentes materiales Señorita de buenas maneras •31 1 1. Remiendos ltda Marían Angélica Medina Acción 2007 2 2. The Wait Edward Kienholz Mixta 203,2 x 629,92 x 198,12 cm 1964 -1965 Aunque la artista se identifique más con Ariadna, personaje mítico griego que ayuda a Teseo a salir del laberinto del Minotauro por medio de una madeja de hilo, pues como ella dice y como pasaba en el estrado, mientras se teje se habla, se cuentan historias y preocupaciones. Edward Kienholz lope quería seguir creyendo que su esposo estaba vivo no podía terminar el sudario, cortar el hilo. Por eso tejía y destejía, para mantener el hilo de la vida de su esposo entero, cortarlo (al igual que en el mito de las Moiras) hubiera significado la muerte de Odiseo. María Angélica Medina Al igual que Penélope, aunque no por los mismos motivos, la artista colombiana, María Angélica Medina, cose como parte de su obra artística. Lleva varios años tejiendo una misma pieza que ya alcanza un tamaño muy grande. Su obra, Remiendos ltda, consiste en sentarse a tejer. Los espectadores pueden sentarse junto a ella y hablar con ella u oír lo que ella tenga para contarles. En ocasiones deja su obra en el lugar y es el espectador el que puede sentarse a seguir tejiendo la obra. “Más que con Penélope, me identifico con Ariadna. Le doy a los espectadores el hilo para que encuentren su salida. Ofrezco a las personas la opción de preguntar, de buscar sus propias respuestas”(Medina, 2007) Edward Kienholz, artista norteamericano, realizó una obra titulada The wait en la cual crea el ambiente de una sala de una casa en la que el esqueleto de una mujer está sentado. Esta instalación realizada en 1964 muestra el lugar de una viuda después de la guerra. La sala esta creada por una pared en el fondo que está decorada con la foto del hombre de la casa en la mitad. También se puede ver, bajo la foto, un sillón donde se encuentra el esqueleto de la mujer. Ésta tiene como cabeza un portarretratos con la foto de una mujer y encima de las piernas tiene un gato al cual está consintiendo. Al lado de ésta hay una mesa llena de fotos del pasado familiar y un cofre sobre una carpeta bordada. Al frente del sillón, sobre un tapete, se pueden ver los instrumentos de costura que la mujer debía utilizar con parte de su trabajo a medio hacer. A un lado se encuentra una lámpara de pie y al otro una jaula de pájaros. La instalación creada por Kienholz es el retrato y la reiteración, en otra época, de la historia de Penélope. De la mujer que espera y que teje mientras el tiempo pasa. Al igual que ésta, el esqueleto de la mujer se quedó esperando a que el hombre de la casa regresara de la guerra. Durante esta espera la mujer se dedicó a seguir Señorita de buenas maneras •32 Principio o sé en qué punto exactamente me empezó a gustar el tema de la costura, pero sí hubo un momento donde empecé a introducirla en los trabajos que hacía para la carrera de Artes Visuales en la Universidad. Mi abuela me había prestado un libro de patrones que ella usaba hace unos años. Decidí hacer el primer vestido que aparecía en el libro y lo lleve un día a clase de dibujo, porque estaba viendo cómo trabajar con objetos heredados. El libro, aunque más nuevo que el resto de objetos con los que venía trabajando me gustaba más que el resto. El libro era más interesante en ese momento, porque por fuera de la clase estaba usando los patrones que había en él. Hasta entonces no había leído la introducción del libro. Esta introducción hizo que me preguntara cosas en las que nunca había pensado. ¿Si me pusieran a vivir en la época de mi abuela qué pasaría conmigo? La introducción decía “Su único (el del libro) fin es enseñar la AMENA tarea de coser bien, que ha sido y será siempre, aspiración de todas las mujeres.”(Paredes)Yo no tenía ni idea de coser, ¿eso significaba que no era una buena mujer? Obviamente había pasado el tiempo y yo no tengo que saber coser para casarme y ser una buena ama de casa. Yo no vivo en la misma época que mi abuela, pero me hizo pensar en el por qué, ¿por qué tenían las mujeres que saber coser? ¿Por qué tenían que ser amas de casa? ¿Por qué si para mí, como mujer, no era una “aspiración” coser bien estaba leyendo y aprendiendo de este libro a hacer vestidos? Señorita de buenas maneras •33 Terminé haciendo la serie Trapitos al sol que mencioné antes, donde en vez de hacer vestidos en tela los hice en papel. Seguí trabajando este tema o seguí tratando de responderme algunas de las preguntas que me habían surgido con esta introducción. Por esa misma época hice (para Introducción a la Multimedia, otra materia de la Carrera) Menos que perfecta, en la cual aparecía una mujer, en los años 50, en sus labores de ama de casa. Tenía varias tareas que hacer dentro de la casa y dependiendo de que le tocara hacer se iba descomponiendo. ¿Qué pasaba con algunas de las mujeres que no sabían o no eran muy hábiles haciendo lo que se suponía un ama de casa debía hacer? Hice algunos trabajos más que tocaban de alguna forma este tema y ya empezando el proceso de trabajo de grado decidí seguir con éste. No enfocándome en la obligación que tenían muchas mujeres en occidente de ser buenas amas de casa, sino en el ejemplo que tenía yo de esta época con mis dos abuelas. Creo que lo que me hacía pensar tanto en esta introducción era que aunque mis dos abuelas les tocó en el colegio aprender todos los oficios de ama de casa ninguna de las dos lo aplicó como tal. Las dos tuvieron familia y casas donde debían cumplir con este papel, pero las dos trabajaron toda su vida por fuera de la casa y se realizaron profesionalmente hasta donde quisieron. ocuparan de sus labores de amas de casa. Por otra parte y como otro ejemplo, está el de mi mamá. Al contrario de mis abuelas, la generación de mi mamá es de mujeres ejecutivas, de mujeres que en algunos casos pusieron su trabajo por encima de su familia o de formar una familia. En esa época mi mamá decidió, después de haber estudiado y trabajado un tiempo, quedarse en la casa y cuidarnos a nosotros, sus hijos. Parecían casos contrarios, pero al final, lo que cada una de ellas había hecho era decidir por encima de lo que la sociedad estaba esperando de ellas en ese momento. Otra parte que me llamaba la atención del ejemplo de mis abuelas era que una de ellas aunque sí había decidido estudiar y trabajar no había dejado de lado la costura. Lo hacía sólo por gusto, no porque le tocara. Mi otra abuela, al contrario, dice que una mujer que trabaja y ha logrado lo que ella ha logrado no tiene porque hacer algo relacionado con estos oficios, ella piensa que es una contradicción. Yo estaba de acuerdo en que no tenía que ser de esa forma. No se tiene que ser lo uno ó lo otro, trabajadora ó ama de casa. O no tengo que ser un ama de casa para poder coser. Mis abuelas trabajaron en una época en la que no se esperaba eso de ellas y según lo que ellas me cuentan no fue tan fácil hacerlo. Muchas personas, dentro de su familia y fuera de ésta, criticaban el hecho de que ellas salieran y no se Señorita de buenas maneras •34 Pruebas a pensando en que podía ser el trabajo de grado empecé a hacer diferentes ensayos de ideas que iba teniendo. Al principio la idea era hacer unos retratos de mis abuelas en pintura y de ahí sacar la tela para hacer prendas de ropa a la medida de cada una de ellas. Primer tambor. Pintura + algunos bordados No sé muy bien por qué, pero en vez de hacer un pintura grande de donde se pudiera sacar suficiente tela para hacer una prenda de vestir decidí hacer una pintura pequeña en lino. Es una pintura hecha sobre un lino delgado tensado, no muy acertadamente, en un tambor de bordado. La pintura es un retrato de mi abuela. A un lado de la tela hay una costura gruesa en hilo rojo que une dos pedazos de tela. Esta costura atraviesa verticalmente el retrato creando una textura diferente sobre esa línea. 1 1. Tambor (1) Óleo e hilo sobre lino 44 x 42,5 cm 2010 La pintura es un boceto, o un principio, de una pintura. Encima están bordados algunos detalles de la cara, sólo pedazos de ésta, y muy pocos adornos del vestido. Esta intención de dibujo no se ve claramente, se ve sólo cuando se está muy cerca al tambor. De este ejercicio esperaba que la pintura y el dibujo, en este caso en bordado, se unieran de una buena forma, o esperaba combinar estos dos lenguajes. Lo que pasó en la realidad fue algo diferente. El dibujo no se ve claramente sobre la pintura y la pintura al no tener nada que la acompañe se ve inacabada. El acto de bordar, clavar una aguja, sobre la pintura de la cara se me hizo un acto violento. De pronto por que al estar pintada la tela se pierden la flexibilidad de Señorita de buenas maneras •35 1. Tambor (2) Hilo sobre lino 44 x 42,5 cm 2010 1 ésta al pasar la aguja. Lo que me gustó, aunque no estaba planeado fue el hilo rojo y la costura que atravesaba la tela y la pintura. Esto le daba una textura que rompía con la regularidad del retrato. El revés del tambor dio paso a otro ejercicio. Esta parte, según las técnicas tradicionales de un buen bordado, aunque no se ve, está acabada perfectamente. No debe haber ningún hilo que se vea desordenado o un nudo que se vea. A pesar de esto, en mi caso, pasa lo contrario. No me fijo mucho en lo que pasa al revés, por lo que al voltear el tambor se ve exactamente el camino que recorrí al coser. Este resultado mostraba algo diferente del bordado tradicional, por lo que en el segundo tambor hice la totalidad del dibujo para ser visto por esta parte. Segundo tambor – sólo bordado Después de ver el primer tambor y encontrar que la parte más interesante era el revés de la tela, donde se ven los errores y el recorrido de hilo que normalmente se esconde (y las personas expertas no hacen), pues para ellos es tan importante el revés como el derecho. Este tambor de bordado tiene tensada una tela de lino delgado donde está bordado, no de la forma tradicional (el revés es el derecho) el retrato de mi abuela en hilo negro. Sobre la tela hay unas manchas de color negro sin un orden aparentemente coherente. Esperaba de este ejercicio ver el resultado del dibujo, pues en el ejercicio anterior sólo había visto el revés de partes de un retrato. Quería saber cómo se veía si el retrato se hacía completo. El resultado me pareció interesante, pues aunque el dibujo está construido por líneas, a veces no coherentes se entiende. Lo que no esperaba de este ejercicio fueron dos cosas. La primera fueron las manchas negras que quedaron al hacer transfer que no quedó bien hecho. El transfer, creo que por la calidad delgada de la tela, no cogió y sólo pasó manchas de tinta a ésta. El otro aspecto que no esperaba fue la situación que surgió a partir del acto de bordar. Por alguna circunstancia bordé el dibujo en la casa de mi abuela un día que estaba reunida parte de mi familia. Al empezar a bordar, en la sala donde estaban haciendo visita, mi abuela, mi tía abuela y mi mamá empezaron a darme con- Señorita de buenas maneras •36 1 1. Tambor (3) Óleo e hilo sobre lino 44 x 42,5 cm 2010 2. Carta bordada Bordado en lino 54 x 49 cm 2010 2 sejos de cómo debía hacer un bordado y cómo se debía enhebrar la aguja. Todas querían coger el tambor y empezar a bordar, ellas querían mostrarme como se hacía correctamente. Me decían que estaban antojadas y que querían bordar un poco de lo que yo estaba haciendo. Mi abuela estaba escandalizada por el revés del bordado, pues según ella este tiene que estar igual de bien hecho que el derecho. Al terminar, cuando les mostré, por el revés, como yo quería que se viera el dibujo, mi abuela dijo que ese lado era muy feo y que se perdía todo el trabajo que había hecho en el derecho. Para mí esto fue como un visto bueno, si a ella no le gusta es porque estoy haciendo las cosas bien. diferentes colores, por el hecho de estar puestos desordenadamente los colores se agrisan un poco. Tercer tambor – bordado por el revés más pintura. Carta bordada El tercer tambor es el mismo bordado, por el revés, del segundo tambor. La imagen tiene pintura en una especie de aguada imitando la sensación de la mancha negra del segundo tambor. Las pinceladas no son muy exactas y tienen la misma intención de desorden del dibujo-bordado. En la cara, aunque se alcanzan a ver los De este ejercicio esperaba, al igual que con el primer tambor, la integración del dibujo con la pintura. El resultado de esta relación fue mejor que el del primer intento que fue hecho al revés. En el primero empecé con la pintura y después el bordado. Al no estar la tela empastada con la pintura se puede ver el carácter de la tela, se ve la textura. La pintura también deja respirar mejor la tela al estar muy diluida. En este intento tanto la pintura, el dibujo y el sustrato están mejor integrados. Después de las dos versiones de retratos que había hecho en el tambor empecé a bordar en un pedazo del mismo lino una carta que le había escrito mi abuela a mi mamá cuando mi mamá no vivía en Colombia. Fue mucho más trabajo de lo que esperaba. Hacer letras tan chiquitas y que se entiendan implica muchas más puntadas de las que había hecho en los retratos. Por esa misma razón esta vez el revés de la carta no era Señorita de buenas maneras •37 1. Fotografía del tejido en papel 2010 igual de interesante que las veces anteriores, pues no se entendía nada. Creo que decidí hacer la carta, porque en ese momento estaba leyendo y pensando cosas que habíamos hablado durante la asesoría de cómo se transmiten conocimientos y las cartas que mi abuela le escribía a mi mamá, creo que eran un poco de conocimiento de enfrentar diferentes situaciones. En la asesoría hablamos de cómo, de pronto, lo que intentaba decir mi abuela cuando me hacia desbaratar la costura cada vez que hacía algo mal, por pequeño que fuera, o miraba el revés antes que el derecho iban más allá de tener o no un buen bordado. De pronto es una forma de decir que si me equivoco en la vida tengo que desbaratar hasta encontrar donde está el error o que aunque el derecho se vea bien siempre hay que mirar que hay por detrás. Vestido en tejido de papel - pliegos de papel craft, periódico y edad media con dibujos en carboncillo y pasteles. Pensando en la propuesta inicial que había presentado, donde más que los bordados estaba presente la costura, hice un vestido a escala real en papel. Utilizando unos dibujos que tenía guardados de una sola modelo hice franjas de papel más o menos del mismo tamaño. Estas franjas las uní para que alcanzaran a medir 1,40m, lo que mide un tela de ancho normalmente. Después hice un tejido sencillo, en el cual se pasa uno a uno el hilo (en este caso el papel) de la urdimbre y el de la trama. Al pasar cada franja la iba asegurando por el revés con cinta de enmascarar, para que no se corriera. Al terminar el tejido que quedó de 1,40m x 1,40m pasé cinta de enmascarar por cada cruce para poderlo cortar sin que se desbaratara. Ya teniendo la ‘tela’ hecha busqué un molde que se ajustara al tamaño de ésta, pues normalmente se necesita que sea un poco más larga para hacer la mayoría de prendas. Teniendo el molde corté cada una de las piezas necesarias para hacer un vestido sin mangas con una falda en A. Cada parte del vestido que cortaba me tocaba asegurarle las puntas con más cinta de enmascarar, pues al cortar se iban soltando algunas esquinas. Señorita de buenas maneras •38 1 2 4 1, 2, 3 y 4. Registro fotográfico del vestido en papel, siendo usado. 2010 3 Señorita de buenas maneras •39 Empecé armando la falda que estaba hecha sólo de dos partes y eran las más grandes. Después armé por separado la parte de arriba. Al juntar las dos, por la cintura, me di cuenta que algo tenía que haber cortado o medido mal, porque la cintura de la parte de arriba era más grande que la parte de la falda. Decidí empezar a pegar las partes por las esquinas. Al llegar al centro sobraba, adelante y atrás, pedazos de ‘tela’. Entonces corté por la mitad cada pedazo y los sobrepuse para que quedaran del mismo tamaño que la cintura de la falda. Quería ver cómo podía utilizar el papel como tela y si con este tejido hecho podía construir una prenda de vestir a tamaño real. El resultado me gustó, aunque tiene muchas cosas por corregir y el tejido creo que es muy grueso. También en la construcción fue complicado el error de medidas que hizo que me tocara cortar el vestido en dos, pero como resultado final se puede ver el vestido y en parte el volumen que tendría si un cuerpo lo llenara. Después de terminarlo y de discutir si un vestido hecho a tamaño real debía ser usado o no, me puse el vestido. Para ponérmelo me tocó cortar uno de los lados por donde había pegado el vestido. Al ponérmelo no me quedaba bien, para cerrarlo le puse cinta de enmascarar sobre la piel. Al principio el vestido estaba muy rígido. Lo primero que hice con el vestido fue sentarme. Esto arrugó la parte de atrás, pero hizo que el vestido se volviera un poco más suave. Después decidí que iba a salir. Me puse medias veladas, lo cual fue muy difícil. La falda es muy amplia, me tocó arrugar la falda para poder agacharme. Al hacer este movimiento la espalda del vestido se iba despegando. Una de las pinzas de atrás se despegó completamente. También me puse zapatos y saco para salir. Ya afuera, salí a pasear a mi perro, mientras me jalaba y corría, se terminó de desgarrar la parte de atrás y las tirantas. Al final se rompieron por completo. Verme con el vestido puesto me gustó. Aunque no me quedaba del todo bien, ver que el vestido podía ser usando de verdad así no fuera hecho en tela ya era un logro y un punto extra que no había pensado al hacerlo. Al caminar el vestido tenía un sonido especial, el del papel, lo cual era un poco raro. Normalmente la tela no hace tanto ruido. También fue diferente sentir sobre la piel el papel, el cual no es suave ni se acomoda al cuerpo como lo hace la tela. La cinta de enmascarar, con la que estaba construido el vestido, se me pegaba a la piel y me la jalaba cuando me movía. Al final el vestido se me cayó. Se rompieron por completo las tirantas y por eso se me resbalaba. A la falda no le pasó nada, sólo fue la parte de la espalda que al moverme se fue rompiendo. Vestido con tachuelas Quería seguir haciendo vestidos, esta vez en un material más duradero que el papel. Este vestido está hecho en lona y el patrón esta hecho en tachuelas. Al medir, cortar y coser el vestido quedó más pequeño, en la parte de abajo, de lo que había pensado. Poner las tachuelas fue más difícil a medida que iba avanzando el patrón, pues la superficie estaba cada vez más llena de Señorita de buenas maneras •40 2 3 las puntas de las tachuelas. Al final, para no chuzarme con las puntas, usé una base de icopor para no tener que meter la mano por debajo para clavar las tachuelas. Por el revés le puse, al principio, cinta de enmascarar para que las tachuelas no se cayeran. Al ponerme el vestido, sin que estuviera terminado totalmente, la cinta de enmascarar se iba despegando por lo que me tocó pensar en ponerle algo más que no se dañara. Traté de ponerle entre tela, pero sobre las bases de las tachuelas no pegaba. Al final terminé poniéndole cinta gris la cual, resistió después de quitarme y ponerme el vestido varias veces. 1 1, 2 y 3. Registro fotográfico del vestido con tachuelasl puesto 2010 El vestido, si se ve de lejos, aunque esté hecho en parte de tachuelas se ve liviano y delicado. Pero la experiencia que tuve haciéndolo fue muy diferente. Fue doloroso. Me chucé y me raspé con la punta de las tachuelas y ponerlas a veces no era tan fácil, por lo que me tocaba hacer mucha fuerza y las manos me quedaban doliendo. Ponérselo es otra experiencia diferente, pues aunque se ve liviano el vestido pesa mucho. Se siente el peso y la falta de movilidad cuando se tiene puesto. Una parte del vestido, debajo del brazo derecho, quedó con las tachuelas en un sitio que tiene contacto con la piel. Por más que cuando me lo puse me moví muy poco, al quitármelo el sólo contacto con las tachuelas me dejó rojo el brazo. Aunque realmente no tenía pensado este resultado el vestido me ha dado muchas respuestas con respecto al trabajo de grado en general. El hecho de lo que se ve no es lo mismo que lo que se siente y que adjetivos como liviano y pesado puedan definir una misma cosa sin que se con- Señorita de buenas maneras •41 1 2 1, 2 y 3. Fotogramas del registro en video de la acción del cambio de un bombillo usando cada uno de los vestidos. 2011 tradigan o sin dejar de ser una sola cosa fue muy importante. Vestido negro y falda de tul Siguiendo con los vestidos hice una falda en capas de tul blanco y utilicé un vestido en algodón negro. La falda tiene diez capas de tul que van unidas a la cintura, que está hecha en elástico blanco. Cada capa tiene unas tachuelas cosidas que hace que las capas se enreden unas con otras. La cintura está llena de filas de tachuelas lo que hizo que se agrandara y terminara del tamaño de la cadera. Por otra parte cogí un vestido negro, que había hecho con anterioridad, y le puse amarres de teja como adorno, éstas van del hombro derecho al centro del vestido. Los vestidos seguían teniendo características que se contradecían, más la falda de tul, como el vestido de lona. Ninguno era tan incómodo y pesado como el primero, pero tenían su propia incomodidad. Teniendo ya tres vestidos diferentes que ponerme, durante la asesoría empezamos a hablar de 3 usarlos y cómo hacerlo. Yo no tenía muy claro el cómo, era lógico que si había vestidos y me los podía poner lo hiciera, pero no encontraba las situaciones para hacerlo. Después de mucho pensar la idea decidí, para probar los vestidos, hacer una acción simple en un sitio sin mucha información. Realicé un registro en video usando los tres vestidos mientras cambiaba un bombillo en un sitio vacio. La sensación de tener puesto cada uno de los vestidos fue diferente, el vestido de lona era muy pesado y al moverme me raspaba el brazo derecho. El vestido negro fue difícil de poner, pues tenía una barrera de amarres de teja que no dejaban que se doblara, tampoco me dejó subir bien las escaleras. La falda de tul Señorita de buenas maneras •42 1. Fotograma del registro en video de un día de costurero. 2011 1 fue más difícil ponérsela que subir las escaleras y cambiar el bombillo. Costurero Después de hacer los vestidos y cambiar el bombillo volví a los bordados. Esta vez hice uno en lino, también, pero la tela la tensé en un bastidor para lienzos. Era más grande que los tambores que había utilizado en los primeros bordados. Bordé el retrato en hilo negro, pero esta vez, como fondo, le hice una especie de arabesco en tachuelas. Este bordado lo hice una parte en la casa de mi abuela, pues había decidido empezar a hacer un costurero con ella y mi mamá una vez a la semana. La documentación del costurero no le gustó mucho a mi abuela, porque durante las horas de costura hay muchas cosas que ella cree no deben salir de ahí, esto hizo que cada vez se volviera más complicado hacerlo. La idea del costurero era tener un día por semana en el que mi abuela podía opinar sobre mi trabajo, lo cual realmente ha sido muy importante, y además podía estar en un ambiente en el que se ‘tejen historias, chismes y enseñanzas’, algo parecido a lo que me había pasado la primera vez en la casa de ella haciendo el segundo tambor. Durante estas sesiones tomé fotos, algunos videos, grabé conversaciones. Señorita de buenas maneras •43 La primera zaranda espués de haber probado bordados sobre lino (con pintura y sin ésta) de bordar cartas y retratos, de hacer un vestido en papel y de romperlo mientras lo usaba, después de hacer un vestido en lona adornado con tachuelas para tapizar y de hacer dos prendas de vestir más, un vestido negro con amarres de teja y una falda en capas de tul con tachuelas empecé a probar el bordado en malla de metal. La verdad primero la idea era hacer unos vestidos más escultóricos en una malla, pero después de tratar de coser dos pedazos de malla con hilo, sin mucho éxito, empecé a hacer puntadas sobre ésta. 1 1. Bordado en malla de zaranda. Mixta 70 x 70 cm 2011 Comprar la malla fue una especie de revelación, pues iba de ferretería en ferretería preguntando por una malla metálica que tenía en mi cabeza sin saber cómo se llamaba. En alguno de estos lugares alguien me dijo que esa malla, que yo estaba buscando, era “una malla para zaranda”. No tenía ni idea que era una zaranda, pero de ahí en adelante sólo pregunté por la malla para zaranda. En un sitio diferente me dijeron que no vendían la malla, pero sí la zaranda ya hecha. Una zaranda es una especie de colador o tamiz con la que se ‘zarandea’, en las construcciones, el cemento y la arena. Es un objeto muy peculiar, por lo general no se compra en una ferretería como me la estaban ofreciendo. Usualmente se hace a partir de retazos de madera que se tengan a la mano. Son muy rústicas y se podría decir que improvisadas, pues están hechas en parte con materiales encontrados. Además de la forma del objeto éste me servía para hacer evidente el contraste entre los ad- Señorita de buenas maneras •44 1 2 3 jetivos femeninos y masculinos. Lo áspero de la zaranda con lo delicado del bordado. Compré un pedazo de malla de zaranda, lo tensé en un bastidor y empecé a bordar un retrato de mi abuela en él. El bordado era sólo en hilo negro. Me gustó mucho como se veía el recorrido del hilo sobre la malla, se veía lo cíclico de la costura, pues se vuelve evidente el ir venir del hilo que relacionaba Durand analizando los arquetipos femeninos y la costura. Desde el principio, para mí y para el trabajo que estoy haciendo, es muy importante la diferencia entre el derecho y el revés de la costura, pues aunque el derecho que hago se ve aparentemente bien, el revés muestra todas las decisiones tomadas, lo que a mi abuela le molesta mucho. Se supone que en el bordado, o realmente cualquier tipo de costura, debe tener un revés “impecable”, es casi como ver un bordado diferente por detrás del verdadero. A pesar de que un mal revés esté muy mal visto en el mundo del bordado para mí es realmente importante y más valioso que el revés quede desordenado y “mal hecho”. En un momento, mientras bordaba en lino, decidí empezar a mostrar el revés imperfecto como el derecho, pues tenía mucho más sentido para lo Señorita de buenas maneras 4 1, 2 y 3. Proceso primera zaranda. Mixta 150 x 79 cm 2011 4. El reflejo del dibujo hecho en hilo en la pared. •45 1. Primera zaranda. Mixta 150 x 79 cm 2011 1 que estaba haciendo. Al fin y al cabo, y de eso ya me había dado cuenta, yo no soy un ama de casa bordando, ni había estado como mi abuela en clases de bordado desde el colegio, ni estaba bordando por obligación. El caso es que en el bordado sobre la malla no hay diferencia entre el derecho y el revés, pues los dos lados se ven al mismo tiempo. El retrato inicial de mi abuela tenía, además del hilo negro, otros elementos que ya había usado en los vestidos, como amarres de teja y puntillas. Estos eran mi versión de canutillos. Este retrato fue un ensayo de bordado sobre la malla, pero al terminarlo empecé a buscar una zaranda de verdad, una que estuviera usada. Empecé a preguntar y a recomendarles a diferentes personas por si veían o conseguían una. Mi papá consiguió una en una obra que estaban haciendo en la oficina donde trabaja y la llevó un día a la casa. Es una zaranda hecha a partir de palos viejos. Tiene pedazos de cemento pegados en los palos y en la malla. Esta vez el campo de la malla y donde iba a hacer el bordado era mucho más grande que el que había hecho al principio. Hice varios dibujos de cómo quería que se viera el bordado final y lo mandé a ampliar al tamaño para tener la guía del dibujo. Bordar la zaranda fue más difícil que el bastidor en el que había ensayado. Es más grande y los brazos no me alcanzaban a veces. Traté nuevas puntadas para que el saco se viera como un tejido. Y esta vez, no como en la prueba, incorporé un espacio para que el fondo y la figura se unieran. Para este retrato usé, además de puntillas y amarres de teja, tuercas, arandelas, cinta y malla de zaranda más fina. Éstas las bordé a la malla con un hilo plateado delgado que se ve muy delicado en comparación a las tuercas y arandelas. Todos estos “canutillos” los oxidé antes de bordarlos, el color metálico nuevo y brillante que tenía no estaba de acuerdo con el aspecto usado de la zaranda. Por otra parte, estos elementos oxidados generaban más tensión, por su aspecto descuidado y áspero, con el bordado y eso es una de las cosas que busco bordando la zaranda. Cuando terminé de bordar quería tomarle fotos a la zaranda. Al ponerla colgada sobre una pared blanca descubrí una cosa que no estaba pensando, pero me gustó. La luz pasa a través de la malla de la zaranda y hace que el dibujo Señorita de buenas maneras •46 1. Puerta de chimenea Bordado en hilo sobre malla metálica 58 x 102 cm 2011 1 hecho en hilo, el bordado, haga sombra en la pared. Dependiendo de donde se ponga la luz se distorsiona más o menos el dibujo, pero es un bonito juego tener, además del derecho y el revés de bordado, un dibujo más sobre la pared. Creo que esta primera zaranda me enseñó varias cosas. Estaba esperando que fuera mucho más fácil de bordar, pues todos los ensayos que había hecho los había hecho en una malla más flexible. Cuesta trabajo usar elementos rígidos como las puntillas, tachuelas o el alambre en general. Tampoco había bordado en una malla con un punto tan grande, se distorsiona más la imagen. La puerta de chimenea Después de terminar la primera zaranda y de estar en la búsqueda constante de otra decidí ir a una demolición para ver si encontraba marcos viejos o rejas donde poder bordar. Tenía varios requisitos para este nuevo objeto tenía que ser duro, brusco, burdo, tenía que tener un aspecto viejo y usado. Decidí no sólo bordar zarandas, pero sí utilizar objetos que tuvieran el mismo aspecto. Que estuvieran usados, oxidados, en mal estado y que tuvieran un aspecto fuerte en contraste con el aspecto delicado que se supone debe tener un bordado. Este contraste me interesa mucho, pues es una forma de mostrar que igual que lo femenino, o en general lo que se pueda definir caracterizar, puede ser identificado con adjetivos que se contradigan entre sí, en este caso lo brusco o fuerte y lo delicado, ‘el trabajo masculino’ (la construcción) y ‘el trabajo femenino’ (el bordado). En la demolición encontré varios tipos de rejas, algunos con puntos (la trama) muy gruesos y separados en los que sería difícil hacer un dibujo figurativo, pero también encontré pedazos de rejas, o puertas, de chimeneas. Encontré uno que no tenía terminados en cobre y estaba bastante oxidado y ese fue el que compré. Esta malla tenía el punto mucho más pequeño que el de la primera zaranda y el espacio de trabajo también era mucho menor. Además, porque era una puerta, tenía unas bisagras que unían las dos partes de la reja. Lo que decidiera hacer sería una especie de díptico. Entonces escogí dos retratos de mis abuelas en la época en que iban a entrar a la universidad. Señorita de buenas maneras •47 1. Dechado Bordado en hilo sobre malla metálica 54 x 41 cm 2011 a entender nada. Decidí hacer un muestrario de puntadas, pues había encontrado una página de internet (www.handembroiderynetwork. com) que mostraba muchas puntadas diferentes que no conocía. El día del costurero donde mi abuela lleve la zaranda para empezar a hacer el muestrario, pero cuando le conté ella quería mostrarme los libros que ella tenía sobre costura en los que aparecían varias puntadas. Los libros que me mostró eran para profesionales del bordado, tenían ejemplos de cosas que se podían hacer, pero no mostraban los pasos para hacerlas. Para entenderlo tenía que saber mucho más de bordado de lo que yo sé. 1 Esta vez hice un dibujo mucho más sencillo. Los retratos están hechos sólo en el hilo negro y no tienen incorporado el espacio como en la zaranda. Aparte del hilo negro tienen unos botones viejos que encontré y los usé como aretes y botones dentro del retrato. Como la malla tiene un punto más pequeño se puede hacer un dibujo más preciso. Se pueden distinguir los rasgos de cada una de ellas sin perder la sensación del recorrido del hilo. Segunda zaranda La segunda zaranda que hice me la regaló una tía. Le había dicho a cada persona que me encontraba que si veía una zaranda me avisara, porque estaba buscando varias. Es una zaranda muy pequeña, comparada con las que había visto antes y tenía en mi cabeza, tenía la madera podrida y partes sueltas. Parecía más bien una caja. Esta zaranda aunque, era muy chiquita, tenía la misma malla que la primera con el punto igual de grande, si decidía hacer un retrato no se iba Aunque los libros que me mostró no me ayudaron a hacer el muestrario, mi abuela se puso a enseñarme las puntadas básicas y a practicarlas en un pedazo de tela. Un muestrario de puntadas como el que yo quería hacer se llama dechado y era una de las cosas que le ponían de tarea a mi abuela en el colegio. En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española aparece la siguiente definición de dechado. (Del lat. dictātum, precepto, enseñanza). 1. m. Ejemplar, muestra que se tiene presente para imitar. 2. m. Labor que las niñas ejecutan en lienzo para aprender, imitando las diferentes muestras. 3. m. Ejemplo y modelo de virtudes y perfecciones, o de vicios y maldades. (RAE, 2001) ¿Sólo las niñas pueden hacer dechados? Es muy curioso que aunque en el colegio, o al menos en los que yo conozco, ya no se den clases de costura, ni se dejen dechados de tarea se siga pensando que es una labor de niñas. Yo hice mi dechado en la zaranda pequeña en hilo negro, no sobre lienzo sino sobre una malla metálica. Señorita de buenas maneras •48 1. Zaranda con flor (en proceso) Bordado en hilo sobre malla metálica 159 x 99 cm 2011 1 Tercera zaranda La tercera zaranda también me la regaló mi tía. Ésta es mucho más grande (no la puedo alzar yo sola) y estaba enterrada (le había crecido pasto encima).La madera también está podrida y la malla más rota que las otras. Cuando me la entregaron todavía tenía pedazos de pasto, entre eso había una flor. Le dejé la flor, estoy tratando de que no se muera. Ésta genera un contraste más entre lo fuerte o brusco de la zaranda y la vida que nace en ésta. era el retrato de un niño. A mí me acordaba, en parte, a lo que estaba proponiendo Coco Chanel a principios del siglo XX. No he terminado el bordado. No quiero que quede exactamente igual a la primera zaranda. Quiero que se vea que son parte de un mismo trabajo, pero no una copia de la primera. Hasta ahora los tres trabajos que llevo hechos me parece que van por ese camino, pues aunque son diferentes parecen pertenecer a una serie. Empecé a bordarle un retrato de mi mamá cuando tenía 26 años. Escogí esta imagen de ella porque es un poco ambigua. Se la mostré a varias personas y algunas de ellas pensaron que Señorita de buenas maneras •49 conclusiones omo conclusión quería saber qué preguntas, de las que tenía al principio de este proceso, se habían respondido. Pero en este momento y después de tratar de responderlas no me acuerdo de éstas. Han surgido nuevas preguntas que sé que no pueden ser las mismas que tenía antes de empezar. Algunas cosas que sí sé: • No aprendí a coser a pesar del costurero semanal donde mi abuela. Ella todavía piensa que no lo hago muy bien de la forma tradicional. Me dice que lo que he hecho hasta ahora es lo más creativo que ha visto y quiere meter la aguja en todas las cosas que hago. • Aunque mis abuelas tomaron decisiones poco convencionales para su época, y tuvieran que enfrentar a algunas personas por eso, hoy me doy cuenta que ellas cuestionan otra clase de decisiones o siguen con algunas tradiciones que yo cuestiono. Me dicen que me veo como un niño sin aretes y el pelo corto (realmente no tan corto). Cuando necesitan ayuda en la cocina o en el comedor sólo le piden ayuda a la mujeres (“los hombres no saben poner la mesa”, dice mi abuela). Al final es una cuestión de época, es también lo que a uno le enseñan que debe ser. Nadie, por más parámetros que rompa, se queda sin prejuicios. Cada persona, cada época y cada lugar tiene los suyos. • Me encontré, durante este proceso, muchos artistas, o al menos muchos más de los que yo me imaginaba, que bordan, tejen o cosen como parte de su obra artística. Señorita de buenas maneras •50 • Aunque mi trabajo trata sobre lo femenino e interroga los parámetros que describen a la mujer y el lugar que ocupa en la sociedad occidental aplica en verdad a cualquier persona. Nadie es sólo bueno ó malo ni fuerte ó débil ni femenino ó masculino. Los adjetivos que nos describen, nuestras características, están cambiando constantemente. • Me encontré con materiales y sustratos poco usuales. Haberme encontrado con la zaranda como objeto le dio rumbo a lo que tenía pensado como trabajo de grado. • Los materiales utilizados desde el principio, me hicieron caer en cuenta de la sensación que produce en el cuerpo de cada uno de ellos sobre todo con los diferentes vestidos. Son materiales que maltratan el cuerpo, materiales pesados, ásperos, bruscos, (a veces) tóxicos. • La obra es un contraste constante entre lo masculino y lo femenino, lo fuerte y lo delicado, lo brusco y lo suave. Es una obra en tensión. Fuentes consultadas • (s.f.). 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