Señoritas de `buenas maneras` - Repositorio Institucional

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Señoritas de
‘buenas maneras’
Coser en el siglo XXI
Ana María Solarte
Asesor: Ricardo Toledo
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Artes
Carrera de Artes Visuales
Bogotá, Colombia
2011
El bordado sería mucho más perfecto si se lo ejecuta con la
ayuda del bastidor, y se emplean hilos finos y brillantes.
Manos Maravillosas Vo.lI, 1967.
Índice
El día del tambor
5
Nuevos espacios
12
Siglo XX
20
Relación hilo-mujer
28
Principio
33
Pruebas
35
La primera zaranda
44
Conclusiones
50
Fuentes consultadas
52
¿
Qué es y qué se considera femenino?
En un principio el término ‘femenino’ debería
definir lo que pertenece al ‘sexo femenino’, éste
entendido biológicamente. Pensándolo así, no
tiene mayores implicaciones el uso de este término, pues agrupa en él a las que tienen órganos femeninos, los que producen óvulos. En los
animales es así de sencillo, o se es macho o se
es hembra. Y dependiendo de eso se tiene un
lugar dentro de la organización grupal. En algunos casos cada sexo, además, tiene un aspecto
definido. En una manada de leones se puede
distinguir claramente los machos de las hembras
sin tener que verificar cual produce óvulos y cual
no. El macho es más grande y tiene una melena
de pelo que ninguna de las hembras tiene.
No siempre hay una melena que distinga al macho de la hembra, pero sí, por lo general, los
machos suelen ser más grandes y fuertes que
éstas. En los gatos domésticos, por ejemplo, es
muy difícil distinguir entre el macho y la hembra.
Además del tamaño no hay otros rasgos en el
aspecto que evidentemente diferencie los sexos
en esta especie. Los humanos tienen algunas
características en el aspecto que ayudan a diferenciar a ambos sexos. Los hombres suelen, al
igual que en el resto de animales, ser más grandes y fuertes que las mujeres, tienen más pelo.
Las mujeres tienen la cadera y los senos más
grandes que los hombres.
Imagen 1
Obtenida el 16 de mayo 2011 en: http://images.all-free-download.com/images/
graphiclarge/men_women_bathroom_clip_art_9341.jpg
Si estas son las características, sin entrar en mucho detalle, del aspecto que nos distingue, ¿por
qué los símbolos que diferencian los lugares para
hombres y mujeres son estos (imagen 1)? El hom-
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•1
bre no se ve ni más fuerte ni más grande ni con
más pelos. La mujer no se ve más pequeña, no
se le ve el tamaño de los senos ni tampoco el de
la cadera, pues en vez de la forma del cuerpo
tiene la forma de un vestido. Un vestido, eso es
lo que caracteriza el aspecto de una mujer y ni
siquiera es parte del cuerpo de ésta. Es un accesorio, algo que se quita y se pone, algo que ni
siquiera todas las mujeres usan. ¿Por qué algo así
forma parte del imaginario que corresponde a
lo femenino? Las faldas o vestidos ni siquiera son
exclusivos de uso femenino, no son inherentes al
cuerpo de la mujer. Los hombres pueden usar
vestidos, pero, ¿podría la leona usar melena? O,
¿podría el león decidir no usarla?
Otra característica de este símbolo, que distingue al hombre de la mujer, es el pelo. A veces
al símbolo de la mujer se le pone pelo largo en
la cabeza. ¿Son características propias del aspecto de la mujer tener el ‘pelo largo’, ‘los labios
rojos’, ‘las pestañas largas’? Y quitarse pelos de
las axilas, las piernas, las cejas, el bigote, ¿es característico del aspecto de una mujer?
otras cosas. Y algunas de estas características se
vuelven exclusivas de la mujer.
Pero, ¿qué pasa cuando vemos un objeto, un
sofá tapizado en una tela delicada de color
suave con un estampado de pequeñas flores
rosadas? Podríamos decir, y la sociedad a la que
pertenecemos lo entendería, que este sofá es un
‘sofá femenino’. ¿Qué nos hace pensar que algo
que tenga adjetivos como ‘delicado’, ‘suave’,
‘pequeño’,’ rosado’, es algo femenino? Aunque
todos estos son adjetivos y se supone atribuyen
características a un sujeto cualquiera. No hay
adjetivos exclusivos para una cosa o un personaje. ¿Qué ha hecho que cuando pensemos en
ciertos adjetivos les demos un género particular?
Tanto el aspecto del hombre como el de la mujer han cambiado a través de la historia de los
seres humanos, pero no ha cambiado en la historia de los machos y hembras leones. El aspecto
de los hombres y las mujeres cambia dependiendo el lugar y de la época. Hay algunos aspectos que se han quedado en nuestro imaginario
sobre cómo se debe ver un hombre y una mujer.
El vestido es posiblemente uno de éstos. Aunque
el vestido no sea una característica física de
nuestro aspecto reconocemos en ese símbolo el
lugar al que debemos entrar. Hemos aceptado
dentro del aspecto características que no siempre son físicas. No son únicamente las características físicas las que identifican o diferencian a
hombres de mujeres, pero no es lo mismo con los
leones. Los seres humanos tenemos, y pensamos,
en la posibilidad de cambiar nuestra apariencia.
En principio como sociedad, no como individuos.
¿Qué pasa cuando un hombre se identifica con
varios de estos adjetivos? ¿Se puede hablar de
un ‘hombre femenino’? ¿O en un caso contrario
de una ‘mujer masculina’? ¿Se identifica una
‘mujer masculina’ con los adjetivos o con el aspecto que se ha definido como femenino? No
sólo se puede hablar de ambos casos, sino que
hay varios ejemplos de ellos. Es más, creo que
podría decirse que tanto hombres como mujeres
comparten adjetivos. Hay hombres que son ‘delicados’ y mujeres que son ‘fuertes’. Lo que podemos decir que realmente diferencia a hombres
de mujeres es la capacidad que tiene cada uno
de generar espermatozoides u óvulos, pero esto
no se ve a simple vista. Hay hombres que se ven
como mujeres. O mujeres que se ven como hombres, asumen su actitud y posturas y pasan por
hombres en vez de cómo mujeres. George Sand,
o mejor dicho Amandine Aurore Lucile Dupin
baronesa Dudevant (Imagen 2), se disfrazaba de
hombre para acceder a espacios que estaban
prohibidos para la mujer. Se disfrazaba, porque
al contrario de algunas mujeres que se sienten
1
más identificadas con el ‘género masculino’ ella
lo hacía para estar dentro de grupos y actividades a los que con su aspecto de mujer no hubiera podido visitar.
Decidimos, como sociedad, que el aspecto de
la mujer es con vestido, ‘pelo largo’, ‘labios rojos’, ‘pestañas largas’, ‘tacones’, ‘brassier’, entre
Por otro lado hay personas que quieren asumir, porque se identifican más o se sienten más
cómodas, los adjetivos y el aspecto del otro
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•2
1
Ya no sexo, que se supone, determina los aspectos biológicos de
cada ser humano, sino género. El género, a diferencia del sexo , es
una construcción social y se basa en características independientes a la biología.
Imagen 2
Obtenida el 13 de mayo de 2011 en: http://www.google.com.co/
imgres?imgurl=http://2.bp.blogspot.com/_ORNPODgp0lU/SGsbYsc-gZI/
AAAAAAAABG8/MUQ5XjQ1nWg/s320/georges3.jpg&imgrefurl
género. Algunos seres humanos se realizan tratamientos hormonales para verse más femeninos
o masculinos y llegan a realizarse procesos quirúrgicos de cambio de sexo. No el sexo, como
lo había mencionado anteriormente (productor
de espermatozoides y óvulos), sino el órgano
sexual. ¿Después de este tipo de procedimientos
se puede considerar hombre a alguien que se
siente como mujer y se ve como mujer? Es algo
complicado. No creo que haya una respuesta a
esto. En términos biológicos después de la operación de cambio de sexo el cuerpo no queda ni
produciendo óvulos ni espermatozoides. Pierde
la capacidad de reproducirse y pierde, dentro
de la definición de sexo, un espacio, pues no
pertenece a ninguna de las dos opciones. ¿Es la
persona que se practica esta operación un ser
asexuado, femenino ó masculino, pero sin sexo?
¿Es, entonces, el término ‘femenino’ indiferente
al sexo? ¿En definitiva no importa si se tiene la
capacidad de producir óvulos para ser considerado femenino?
¿Qué pasa con la actitud o el comportamiento?
¿Hay un comportamiento específico que se considere femenino?
¿Qué pasa en una manada de leones? ¿Se
puede diferenciar el comportamiento del macho del de la hembra? El comportamiento de la
hembra está más bien relacionado con sus funciones dentro de la manada. La leona es la encargada de cazar, proteger el territorio y cuidar
a las crías. Por otro lado, las funciones del león
son proteger a la manda de otro león macho,
pelearse con el resto de machos para ganarse
el derecho a aparearse con las hembras. Tanto
machos como hembras cumplen con la función
de reproducirse.
¿Cuál es, entonces, el comportamiento o actitud
que debe asumir o que caracteriza a una mujer? ¿Es igual al de la leona? ¿Debe la mujer o el
hombre cumplir con un papel determinado dentro de la sociedad? Y, ¿es éste el que determina
su comportamiento y actitud? ¿Debe la mujer
estar encargada de la comida, cuidar su casa
y criar a sus hijos? ¿Son esas las funciones de la
mujer dentro de la sociedad?
Pericles, rey de Atenas en la edad de oro de
esta ciudad (siglo V a.C.), pronunció, tras una
guerra, un discurso en el cual exponía los valores
que debían caracterizar al pueblo ateniense.
La Oración Fúnebre de Pericles define, de algún
modo, lo que es valioso o no para la sociedad
occidental. En esta oración Pericles dedica un
párrafo a la mujer:
“He de decir algo
sobre la excelencia femenina de aquéllas, entre vosotras,
que se encuentran hoy en la viudez.
Grande ha de ser vuestra gloria,
si es que no permitís que decaiga el ánimo
por debajo del carácter natural de cada una.
Pero más grande ha de ser todavía, entre los atenienses,
la de aquélla que consiga
no ser mencionada, ni para bien, ni para mal.”
(Tucídides, 2005)
Señorita de buenas maneras
•3
En esta oración, Pericles dice que la mujer puede considerar su vida exitosa si no se habla de
ella ni bien ni mal, si pasa desapercibida. Con
esa oración de alguna forma se dictó la definición de lo que fue considerado y sigue siendo
hoy en parte, las ‘buenas maneras’ de la mujer
en occidente. La virtud de la mujer sería pasar
desapercibida por la vida. Ser ‘sumisa’, ‘tímida’,
‘callada’, ‘complaciente’ era lo que una mujer
debía ser. Esa era la actitud y el comportamiento que asumía la mujer.
¿Debía la mujer encerrarse en la casa? ¿Cómo
podía hacer parte de la sociedad estando sólo
presente en este lugar, un lugar privado? La
mujer podía preparar la comida, cuidar la casa
y criar a los hijos al igual que lo hace la leona.
Pero, si comparando la apariencia de la leona
con la de mujer vimos que al contrario de la
leona la mujer puede cambiar su apariencia. O
más bien la sociedad puede moldear la apariencia de la mujer, ¿no podría también moldear el
comportamiento o actitud que ésta debe tener?
¿O el comportamiento y la función de la mujer
dentro de la sociedad sí son inherentes al sexo?
¿Se ven enfermos o saludables? Se juzga la labor
de la mujer y se hace visible al ver a su familia.
Es difícil que el imaginario que tenemos como
sociedad cambie. Por eso seguimos identificando lo femenino a ciertas cosas (oficios, adjetivos,
actitudes) que no necesariamente siguen aplicando a la época o al contexto. Igual que ya
no todas las mujeres tenemos que usar vestido,
no todas tenemos que cocinar, cuidar a los hijos
y coser. Algunas tienen que seguir haciéndolo,
otras pueden tomar la decisión de hacerlo, pero
digamos que existe la opción. Al igual que dentro de nuestro imaginario está el uso del vestido
y el aspecto de la mujer con pelo largo (como
muestra el símbolo de la mujer Imagen 1), y esto
es algo que podemos decidir tener o no, podemos decidir, en parte, si queremos coser o no.
Pero este imaginario sigue siendo parte de la sociedad y parte de lo que nos identifica en ésta.
Al igual que con el aspecto, la función dentro de
la sociedad, cambia dependiendo de la época y el lugar. Pero también pasa igual que con
el vestido, aunque ya no lo usemos, dentro de
nuestro imaginario es un símbolo que identifica a
la mujer. Todavía pensamos en la mujer y pensamos que es la responsable de los hijos y la casa.
Es la que cocina y remienda la ropa. Su forma de
ser visible es a través de estas acciones. ¿Cómo
se ven los hijos? ¿Están bien vestida su familia?
Señorita de buenas maneras
•4
El día del tambor
d
Segundo tambor
Bordado en hilo negro sobre lino
2010
2
No he encontrado un término que agrupe los oficios relacionados
con el hilo y aunque todos tienen éste en común el bordado, el
tejido, la costura son oficios y técnicas muy diferentes. Es extraño
que sea lo que sea que se haga se nombre las herramientas usadas como implementos de costura, -“Voy a sacar la costura”-, dice
mi abuela, así esté tejiendo. Otro ejemplo es el costurero, se va a el
costurero así se borde, se teja o se cosa. No me parece adecuado,
y me queda difícil, agrupar estas prácticas diferentes bajo el término costura. Pero si mi abuela, que es la que me enseña en gran
parte las cosas relacionadas con estos oficios lo llama así lo que
haré será distinguir la costura general de la costura como técnica
usando la negrilla en la general.
3
Espacio dentro de la casa dispuesto exclusivamente para la mujer
donde ésta recibía vistas, se entretenía y realizaba labores de costura.
urante el proceso del trabajo de grado me han
surgido preguntas a las que no encuentro respuesta. A pesar de leer sobre el tema y mirar
diferentes aspectos, no encuentro cómo surgió
una de estas preguntas. ¿Por qué, hoy, después
de las luchas feministas y el nuevo papel que
han conseguido, a través de los años, algunas
mujeres en la sociedad, sin ninguna clase de
obligación, sienten gusto especial por oficios
como el bordado, el tejido y la costura? Estos
oficios se ven como una especie de sumisión,
las mujeres antes del siglo XIX no podían hacer
nada más, sino coser, tejer, bordar, cocinar y cuidar a su familia. En actualidad, algunas mujeres
ven estos oficios como algo que les era impuesto
en otra época y a lo que no le tenían ningún
gusto.
Pero un día, bordando en la casa de mi abuela,
en un momento en el que también estaba mi tía
abuela y mi mamá, cuando saqué las cosas de
2
la costura y empecé a enhebrar el hilo las tres
empezaron a decirme cómo debía hacer las
cosas. Los trucos para el buen bordado. Querían
quitarme el tambor de las manos y bordar ellas.
Al final se sentaron conmigo y me dejaron terminar las cosas a mi manera (una manera poco
convencional para ellas). Después de ese momento, que parecía ser una situación como la
3
del estrado colonial (hablaré de éste más adelante), no entendía cómo estas mujeres sentían
gusto al relacionarse con el hilo como lo habían
hecho las mujeres en otra época. No estoy segura, ¿cómo la costura puede seguir siendo una
parte importante de la vida de la mujer? No sé,
¿cómo, después de tantos años en los que algunas mujeres han buscando nuevos espacios y
Señorita de buenas maneras
•5
Imagen 3
Dedicatoria libro de costura
Señorita de buenas maneras
•6
1 y 2.
Trapitos al sol
Carboncillo sobre papel.
2009
2
1
nuevos oficios con los cuales identificarse, puede
un grupo de mujeres, hoy en día, sentarse alrededor del estrado?
Interés por la costura
La costura me ha llamado la atención desde
hace unos años. Desde hace algún tiempo empecé a incorporar materiales y el lenguaje de la
costura dentro de mi trabajo, en la carrera de
Artes Visuales. Aunque no es muy común para
mi generación, pues ya no se nos inculca desde
niñas estos oficios como obligación. Tengo gran
interés en la costura, su lenguaje y sus materiales.
A pesar de que la costura, el tejido y el bordado
son oficios tradicionales mi intención al usarlos no
lo es, pues quiero sacarlos de la casa o el salón
de costura y llevarlos a otros espacios. Al ser estudiante de Artes Visuales me gustaría llevar este
oficio a la esfera del arte como ya lo han hecho
varias artistas con su obra.
Señoritas de buenas maneras
(Trabajos)
Al ver mi abuela mi interés por la costura me regaló un libro de patrones que ella usaba hace
unos años. Empecé, basándome en el libro y no
muy hábilmente, a aprender a coser, a entender
el lenguaje de los patrones, a usar la máquina
de coser, a enhebrar una aguja y a utilizar las herramientas necesarias para cada paso. He aplicado algunas de sus enseñanzas en mis trabajos,
no de forma muy convencional para mi abuela,
pues he decidido dibujar con hilo, hacer vestidos
en papel, diagramar con bordados un libro hecho en tela y tejer con franjas de papel.
La dedicatoria de este libro también llamó mucho mi atención y ha sido un detonante en varios de mis trabajos desde hace unos años (imagen 3).
Esta dedicatoria me hizo pensar que si siguiéramos en la misma época de mi abuela o en la
que se escribió este libro yo no cumpliría con los
requisitos, que ha establecido la sociedad, de
cómo ser una “buena mujer”, pues no tengo los
conocimientos necesarios para ser una “buena
ama de casa”.
Señorita de buenas maneras
•7
1. Cuaderno de bocetos
2009
1
De esta inquietud sale la serie Trapitos al sol que
consta de once moldes de ropa. Éstos fueron
sacados del libro que me regaló mi abuela. Los
moldes son tridimensionales, con dibujos en carboncillo en su interior y en el exterior tienen las
marcas de construcción de los patrones originales. Van colgados en unos ganchos de alambre
desde el techo. El papel, los ganchos y el hilo son
de color blanco. Entre los moldes hay vestidos,
faldas, chaquetas y pantalones.
La construcción de cada pieza fue un proceso
difícil y largo de aprendizaje. Cada vestido es
diferente, tiene una forma especial para ser armado, de cortar las pinzas y pegarlas. Lo más
difícil de hacer fueron las mangas, pues a la tela
se le puede dar la vuelta y hacer costuras por
el revés, pero al papel no. Por dentro están los
dibujos hechos en carboncillo, que son objetos, cartas y fotos que están relacionados con
mi abuela. Algunos de éstos quedaron cortados, pues justo quedaron encima de un corte
o el pliegue de una pinza. El hecho de que los
vestidos sean hechos en papel es una parte importante del trabajo, pues aunque yo no tuve
la obligación de tomar un curso de costura ni
tengo hoy en día la responsabilidad de ser una
“buena ama de casa”, sí me interesa el papel de la mujer en esa época (la época de mi
abuela) y el papel que tiene hoy en día. La construcción de estos vestidos, desde mi campo de
conocimiento, es una forma de demostrar que
en mi contexto, siendo una mujer occidental del
siglo XXI con ciertos privilegios, es posible elegir
saber coser, cocinar o ser un “ama de casa perfecta”.
Llegando al final de este proceso, el de hacer el
trabajo de grado, me he dado cuenta de que el
lenguaje del bordado ha estado siempre presente en mi dibujo. No tanto en dibujos trabajados
o con un propósito particular, sino en bocetos.
Bocetos, o más bien garabatos que hago cuando estoy en clase, tomando café o hablando
con alguien. Son garabatos que hago mientras,
generalmente, pienso en otra cosa. No son muy
consientes, pero hacen que lo que estoy haciendo durante este proceso tenga un poco más de
sentido o al menos como un antecedente curioso.
El lugar de la mujer
A través de la historia los seres humanos nos hemos sometido a diferentes tipos de estructuras
sociales, económicas, laborales, entre otras. Hemos tenido que adaptarnos a los roles que nos
asigna la sociedad. Dependiendo del rol que se
nos asigne debemos, y se espera de nosotros,
cumplir con ciertas labores dentro de sus respectivos y limitados espacios.
Aunque tanto hombres como mujeres tenemos
la obligación, según la sociedad, de adaptarnos
al molde que se nos ha asignado, el hombre ha
tenido más variedad de moldes a los que adaptarse, sin querer decir que hayan podido hacer
con su vida lo que quiera sin tener en cuenta
la sociedad. La mujer occidental, hasta el siglo
XIX, podía pertenecer a tres moldes básicos, a
los cuales se tenía que adaptar: monja, ama de
casa ó prostituta. No había posibilidad de ser
catalogada diferente (a excepción de algunos
casos extraordinarios a través de la historia) a
pesar de que la mujer no fuera ninguna de las
anteriores.
Hay una serie de cualidades biológicas que caracterizan ambos sexos más allá del aspecto,
el femenino y el masculino, ésta son independientes de cualquier construcción social que se
haya hecho en base a ellas. No es, el sólo hecho
de ser la que tiene los hijos (al menos por nueve
meses de embarazo), sino también otras carac-
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1. Giovanni Boldini
Gossip
Óleo sobre madera
17.8 x 24.1 cm
1873
2. Mujeres en la Primera Guerra Mundial
Hulton-Deutsch Collection
Obtenida el 14 de mayo 2011 en: http://www.guardian.co.uk/world/
gallery/2008/nov/11/first-world-war-women?picture=339537894#/?picture=339
537894&index=1
1
terísticas biológicas como la menstruación, el
tamaño, la forma del cuerpo. Existen otros factores que hacen que el género femenino, en los
términos productivos de la sociedad patriarcal,
sea un ser humano menos capaz.
En las primeras comunidades de seres humanos
se asignaron ciertos papeles que los miembros,
tanto hombres como mujeres, debían desempeñar. Supongo que en principio estos roles se
asignaron basados en las características físicas y
biológicas de los seres humanos (fuerza, velocidad, tamaño, resistencia). Al pasar el tiempo se
empezaron a pegar de estos papeles otras características ya no basadas en el sexo de cada
uno, sino en el lugar que se creía debían desempeñar. Se empezó a construir el género y es éste
el hoy prevalece por encima del sexo. El género
está acompañado de premisas y valores como
los dictados por Pericles en su Oración Fúnebre
(“no ser mencionada, ni para bien, ni para mal”)
que han encasillado a las mujeres en las labores
de la casa, al cuidado de los hijos y de sus esposos.
2
El estrado (lugar exclusivo y de
reunión para las mujeres)
Hasta el siglo XIX en occidente, desde la ropa
hasta ciertos lugares de la casa estaban diseñados para que la mujer pudiera pasar el tiempo
sin hacerse notar (Oración Fúnebre de Pericles).
La ropa usada en el siglo XIX, por ejemplo, era
ostentosa e incómoda. Varias capas de faldas
con un armazón que la hacía más voluminosa y
el corsé que resaltaba la cintura de la mujer era
Señorita de buenas maneras
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1
2
1. Museo de Cervantes
Valladolid
2. Nieves Matínez
Hilo de seda sobre papel
1830
Museo Nacional de Colombia
3. Nähstube in Huizen
Max Liebermann
Óleo sobre cartón
3
Señorita de buenas maneras
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lo más común en la época. Con estos vestidos
no era posible hacer muchas cosas o actividades, era más cómodo quedarse quieta y no hacer mucho.
En la época colonial americana en las casas
existía un lugar llamado estrado. Este era un lugar exclusivo para las mujeres dónde éstas se
reunían a coser, tejer y bordar. Por otro lado, el
estrado, lugar exclusivo para las mujeres, es otro
ejemplo de cómo los espacios diseñados para
la mujer hacían que ésta pasara desapercibida.
Evitando así que se hablara de ella bien o mal.
tiene como parte de su colección es muy poca
la información que se tiene sobre este bordado y
sobre su autora.
A través de la historia es difícil encontrar mujeres
que se destaquen en algún campo. Obviamente hay mujeres que sí llegaron a aparecer en los
libros de historia, pero han tenido que desafiar
muchas convenciones para lograrlo. Esto no es
la regla. Las mujeres que han llegado a ocupar
un lugar en la historia son casos excepcionales. El
“lugar” de la mujer era el hogar y sus opiniones y
deseos rara vez salían de ahí.
Generalmente era un lugar exclusivo para las
mujeres de buena familia dentro de la casa en la
América colonial. Para los señores estaba el estudio y para las mujeres el estrado. Estaba construido sobre una plataforma que lo hacía unos
centímetros más alto que el piso. Estaba cubierto
por alfombras y cojines, alrededor tenia mesas
y sillas bajitas. Durante estas sesiones de costura
las mujeres compartían historias, experiencias,
ideas, era el lugar donde, mientras cosían, podían compartir entre ellas. Aunque se cree que
principalmente se compartían chismes, también
fue el lugar dónde se podían compartir experiencias vitales. En la época de la independencia,
por ejemplo, se gestaban pensamientos políticos. Opinar o tener un punto de vista político era
algo que las mujeres no hacían con frecuencia,
eran casos excepcionales. En el estrado se apoyaba o no la causa haciendo banderas, uniformes y bordando y creando los nuevos símbolos
patrios. En el Museo Nacional de Bogotá se encuentra el bordado en papel de Simón Bolivar
que hizo Nieves Martínez. Aunque el Museo lo
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1
Nuevos espacios
a
1. Neat but not gaudy - Women war workers
Obtenida en 14 de mayo de 2011 en: http://
yesteryearsnews.files.wordpress.com/2010/03/
women-war-workers-19181.jpg
finales del siglo XIX y principios de siglo XX en Europa y Norte América hubo una ruptura en las
acciones y el pensamiento de algunas mujeres
de la época. Éstas empezaron a ampliar el término femenino y lo que era o no apropiado para
ser mujer. Empezaron a darse cuenta que ellas
también podían figurar en la historia como lo hacían los hombres. Mujeres como ‘George Sand’,
Virginia Woolf y Coco Chanel ampliaron los adjetivos, por medio de su trabajo, con los que se
calificaba a una mujer. Utilizaron adjetivos que
estaban sólo asociados socialmente a los hombres como parte de lo que las definía. Hábil, ágil,
fuerte, rápida, audaz, decidida fueron unos de
éstos.
Por ejemplo, durante los años veinte, después
de la Primera Guerra Mundial e inclusive durante
la guerra, los diseños de Coco Chanel estaban
de moda, pues permitían a las mujeres usar ropa
menos adornada, más cómoda, con la que podían ejercer ciertos roles. Al terminar la guerra,
unas mujeres tuvieron que asumir papeles que
antes sólo asumían los hombres y con la ropa
que venían usando era imposible estar cómodas
corriendo de un lado a otro. Estas mujeres de-
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1
1. En la fotografía, francesas trabajando en una fábrica de
municiones
Obtenida el 14 de mayo de 2011 en: http://wiyipedia.
blogspot.com/2008/08/primera-guerra-mundial.html
2
Señorita de buenas maneras
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2. A cotton warper
Lewis Hine
Fotografía
1933
bían empezar a sentirse ágiles, hábiles y cómodas en sus nuevos oficios.
Los adjetivos que calificaban a la mujer fueron
ampliándose cada vez más. En los años sesenta,
con el feminismo, algunas mujeres asumieron
muchas de las actitudes que hasta ese entonces
eran consideradas masculinas. Dejaron de usar
ropa que era “sólo para mujeres”, asumieron el
dominio de su cuerpo sexualmente, trabajaron
en cosas para las cuales las mujeres no eran
supuestamente aptas, pues se creía que eran
torpes, pequeñas, chismosas, débiles, entre otros.
Con estas actitudes estaban reclamando la
igualdad de oportunidades y de elección que
tenía el género masculino.
Mujeres fuera del molde
La historia se ha encargado de borrar de algún
modo a la mujer. Los grandes descubridores, gobernantes, héroes, artistas (y protagonistas de la
historia), son hombres. Hay algunos casos en los
que las acciones realizadas por una mujer son
tan excepcionales que han logrado trascender.
Casos como el de Cleopatra, Juana de Arco,
Marie Curie, Indira Ghandi, la Malinche, entre
muchas otras, muchísimas, mujeres han pasado
a la historia (por supuesto no tantas como los
hombres).
Aunque en la Oración Fúnebre de Pericles (que
fue pronunciada después de una guerra) se
declara que el lugar de la mujer es su casa (o
más bien la de su esposo o su padre) y no le es
permitido acceder al espacio público, han habido mujeres que, en contra de cualquier expectativa, se han hecho conocer en este ámbito.
Carmen Chacón, actual Ministra de Defensa de
España, rompió con una de estas expectativas.
No sólo es el hecho de ser una mujer a cargo de
las Fuerzas Armadas, la defensa de un país, pues
antes de ella, mujeres en otros países del mundo,
ya habían ocupado este cargo que tradicional-
mente está a cargo de hombres. En el 2002 Colombia tenía a Marta Lucía Ramírez ocupando
este cargo. Lo que realmente marcó la diferencia está vez, además de ver a una mujer (eso ya
es extraordinario en el mundo occidental), maquillada, con tacones (o ‘ropa femenina’) pasar
revista al ejercito, fue que Carmen Chacón tenía
siete meses de embarazo. No sólo era una mujer
asumiendo el cargo de defender a un país, sino
una mujer embarazada. “Se trata de que una
persona con altas responsabilidades laborales
-políticas, en mi caso- no tenga que renunciar
a su maternidad” (González, 2007). Esto abre
nuevos espacios y sobre todo cambia la imagen que se tiene de la ‘inutilidad’ y ‘pérdida de
tiempo’ que implica una mujer embarazada en
cualquier cargo, pues se supone que tienen que
quedarse en la casa cuidando a los hijos.
Desde el principio de la historia hay mujeres que
rompen con estas expectativas, pero como
ejemplo voy a nombrar a cuatro mujeres que,
en campos del arte o cercanos a estos, entraron
con su trabajo, comportamiento y actitudes a
la historia. Las cuatro fueron más o menos contemporáneas, abordaron temas como el del embarazo y el trabajo (muchos años antes de que
la Ministra Chacón pasara la revista al ejército
español con siete meses de embarazo) y fueron,
en los años sesenta, inspiración para los movimientos feministas.
George Sand, Virginia Woolf,
Coco Chanel, Gunta Stölzl
Los años veinte en Europa estuvieron llenos de
cambios. La primera Guerra Mundial había acabado en 1918 y esto había proporcionado un
ambiente de cambio en muchos los aspectos de
la vida de las personas. Virginia Woolf, escritora
inglesa, es invitada en 1928 a dar una conferencia titulada La mujer y la novela recopilada años
más tarde en el libro Una habitación propia. En
ella Woolf reflexiona alrededor de muchos de los
Señorita de buenas maneras
•14
1. Virginia Woolf
George Charles Beresford
Fotografía
1902
1
factores que hacían que para la mujer fuera más
difícil dedicarse a escribir novelas, la dificultad
que tenían para entrar al campo de las artes en
general. Según la autora lo que necesitaba una
mujer, en esa época, para dedicarse a escribir,
era tener dinero suficiente para ser independiente en el mundo en el que el poder lo tenían
los hombres. Según Woolf, al tener el techo y
la comida garantizada sin la necesidad de un
hombre se podía opinar libremente de cualquier
tema.
Esto es cierto hasta un punto, pues el sólo hecho
de no ser dependiente de un hombre en cuanto
a las necesidades básicas no garantizaba la independencia en el mundo en el que vivían. Los
hombres seguían controlando el gobierno, los
periódicos, las leyes, el mercado, los grandes poderes. Woolf recibía, como herencia, una pensión anual, lo cual le dio la libertad de dedicarse
a escribir y opinar de temas poco usuales entre
las mujeres. Una de sus reflexiones gira en torno a
la capacidad de una mujer para ganar dinero y
disponer de el como quiera. Pone, por ejemplo,
en este caso, a la mamá de la mujer con la que
está hablando.
“Hacer fortuna y tener trece hijos, ningún ser humano hubiera podido aguantarlo. Considérense
los hechos, dijimos. Primero hay nueve meses antes del nacimiento del niño. Luego nace el niño.
Luego se pasan tres o cuatro meses amamantando al niño. Una vez amamantado el niño, se
Señorita de buenas maneras
•15
3
1. Retrato de Geroge Sand
Eugène Delacroix
Óleo sobre lienzo
78 x 56,5cm
1838
2. George Sand y un amigo
Obtenida el 14 de mayo 2011 en: http://
lacuevadesusana.blogspot.com/2008_09_01_
archive.html
4
Esta pintura de Eugène Delacroix originalmente incluía el retrato del músico y amante de Sand, Frèdèric Chopin, Al morir el
artista la dividieron. Lo interesante del retrato de Sand es que está retratada mientras
cose. Al principio no vi este detalle en la
pintura, pero si se mira con cuidado se ve el
en el gesto de la mano de Sand. Al parecer
era una de sus entretenciones. Seguramente era algo que sabía hacer desde niña,
aunque tenía ideas y comportamientos
diferentes a los del resto de mujeres de su
época seguía cosiendo como el resto de
ellas.
2
1
pasan unos cinco años cuando menos jugando
con él.” (WOOLF, 1928)
la sociedad. Woolf no tuvo hijos, y retomando su
reflexión, dedicó todo su tiempo a escribir.
Este tema que trata Woolf es uno muy problemático. ¿Qué es más importante o más valido?
Vuelve la pregunta y la diferencia entre el sexo
o el género. Si tu cuerpo “está hecho para tener
hijos,” ¿es ir en contra de la naturaleza no querer
tenerlos?
Woolf no es la primera mujer en plantear esta
problemática. George Sand (seudónimo de la
escritora francesa Amandine Aurore Lucile Dupin) logró por su parte la independencia económica a la cual se refiere Woolf a mediados
del siglo XIX (décadas antes que Woolf), tuvo
dos hijos y se dedicó a escribir. Esta escritora no
sólo encontró la independencia económica,
sino que vivió una parte de su vida tratando de
adoptar posturas y actitudes que en esa época
sólo los hombres podían asumir. Ella paseaba por
las calles de París vestida con’ ropa de hombre’.
‘Camuflada’ con esta ropa accedía a lugares
permitidos exclusivamente para hombres, sin ser
notada. Aunque utilizaba ‘ropa de hombre’, al
ser de la alta sociedad francesa, Sand no dejó
de lado ‘la ropa de mujer’, aunque adoptaba
estas ‘posturas masculinas’ no abandonó las
‘posturas femeninas’. Se adaptaba dependiendo de la situación, la necesidad y las personas
que la rodeaban. A pesar de que también fue
reconocida como mujer, como Amadine Aurore
Lucile Dupin, tiene más peso su seudónimo de
hombre. George Sand escribió novelas bajo su
Décadas más tarde los movimientos feministas
dirían que no, o al menos abrirían el espacio
para que la mujer pudiera tener control sobre su
cuerpo y sobre lo que se hacía con él, dejando
de lado el concepto de mujer como ‘contenedora’ de los hijos. A pesar de que estos movimientos abrieron al menos la discusión en torno
a este tema, creo que no hay una respuesta definitiva al respecto o, más bien, todas los son. Sin
decir en ningún momento que estoy de acuerdo
con que la mujer sea vista únicamente en términos reproductivos. ¿Qué gana, la naturaleza o
la cultura? Creo que no se trata de ser tajante
como lo fueron los movimientos feministas en su
época, sino de comprender que cada sexo tiene sus propias características, pero que éstas no
nos determinan totalmente como personas en
Señorita de buenas maneras
•16
1. Coco Chanel.
Obtenida el 9 de mayo 2011 en http://
www.stravaganssa.com/blog1/page/8/
1
seudónimo y participó en diferentes periódicos y
panfletos políticos. Sand fue educada en principio por su abuela paterna, la cual era seguidora
de Jean-Jaques Rousseau y fue encarcelada
por un tiempo por colaborar con la Revolución
Francesa. En su vida personal, al igual que Woolf
estaba rodeada de intelectuales con los cuales
compartía pensamientos e inquietudes de la
época.
Coco Chanel, diseñadora de modas francesa,
contemporánea de Virginia Woolf, compartía
algunas actitudes, pensamientos e ideales con
las dos autoras anteriormente mencionadas. Al
igual que Sand, Chanel asumía también ‘actitudes y vestidos masculinos’. Chanel dejaba de
lado los adornos, los corsés, los sombreros recargados y los sustituía por prendas más cómodas.
Puso de moda el uso de prendas que en ese
momento se consideraban masculinas adaptadas al cuerpo de la mujer. Utilizando no sólo la
forma de la ‘ropa masculina’, sino también los
materiales con las que se confeccionaba ésta.
Chanel revolucionaba la moda de los años veinte proponiendo ropa para mujer más sencilla (y
ambigua). No sólo era un cambio en la ropa.
Ella adoptaba ‘posturas masculinas’ sin dejar
de lado el glamur y la elegancia que según ella
debían caracterizar a una mujer. La ropa de
esta diseñadora fue también aceptada por las
mujeres, pues éstas, asumiendo sus nuevos roles
después de la guerra, podían trabajar más cómodas en estos diseños.
“A tono con los tiempos de esta primera postguerra, siguió en la línea de adaptar para mujer
prendas de hechura masculina: camisas abiertas, blaziers, pantalones, impermeables con cinturón y boina.” (de Perinat, 1997)
Durante la Primera Guerra Mundial, y al finalizar
ésta, una gran parte de las mujeres de los países
en guerra empezaron a asumir nuevos roles dentro de la sociedad, pues los hombres estaban
combatiendo. La mujer asumía temporalmente
el puesto del hombre sobre todo en las fábricas
y el campo. El hecho de ver a una mujer trabajando y estudiando por fuera de la casa dejó
de verse como algo extraño; aunque no era del
todo aceptado, pues aun se veía esto como
una situación temporal. La mujer sólo estaba reemplazando al hombre mientras éste volvía.
Señorita de buenas maneras
•17
1. Documento de identidad Gunta Stölzl.
Obtenida el 9 de mayo 2011 en http://www.
guntastolzl.org/
Por la misma época, las mujeres pertenecientes a la Bauhaus no eran vistas supuestamente
como iguales por sus compañeros y profesores.
La única mujer considerada como maestro dentro de la institución fue Gunta Stölzl, artista textil
y encargada del taller dedicado a este oficio.
Este fue el único espacio donde las mujeres de la
Bauhaus se pudieron desempeñar en cargos directivos y administrativos. Algunas mujeres de la
Bauhaus cuentan que al ser estudiantes sentían
que los grandes maestros las ponían a hacer,
dentro de los diferentes talleres, labores menores
por más tiempo que a los estudiantes hombres.
Al fundar la escuela Walter Gropius había establecido que no habría ninguna clase de discriminación entre hombres y mujeres para entrar a
la escuela, “no habrá ninguna diferencia entre
el sexo bello y el sexo fuerte, igualdad absoluta,
pero también absoluta igualdad de deberes.”
(Weltge, 1993.)Aunque Gropius tenía la intención
de no discriminar entre sexos, la cita anterior
demuestra que culturalmente seguía habiendo
diferencia entre como se percibía a un hombre
(el sexo fuerte) y a una mujer (el sexo bello). Después de ver la gran cantidad de mujeres que
querían participar en el proyecto decidieron que
todas éstas debían empezar inscritas a talleres
relacionados con el género femenino. Estos talleres eran el de encuadernación, el de cerámica y
el de tejido. Al final sólo se mantuvo el de tejido.
Para una mujer poder rotar por el resto de talleres debía primero pasar por alguno de estos tres,
algunas de las alumnas cuentan que a pesar de
poder ingresar al resto de talleres se les asignaba
por más tiempo labores de principiantes que a
los hombres. Como si tuvieran que probar más
1
que ellos sus capacidades en los talleres considerados para hombres.
Esto molestó a algunas de las alumnas y vale la
pena preguntarse si por esta razón, artistas de la
época, no se afiliaron a la escuela. Artistas como
Sonia Delaunay estaba por ese entonces, años
veinte, creando pinturas en prendas de vestir.
Ella adoptó la técnica del Patchwork (tradicional entre las mujeres rusas de clase trabajadora,
en la que a partir de pedazos de ropa vieja se
crean nuevas cosas, ropa o cobijas), lo sacó de
su entorno tradicional y lo insertó en el medio artístico. Esto estaba dentro de los propósitos de la
Bauhaus, insertar técnicas artesanales al diseño y
el arte. Sonia Delaunay, traspasó los medios tradicionales de la pintura haciendo ropa utilizando
el mismo concepto que utilizaba con el lienzo y
el óleo. Ella no rompía con la moda ni el estilo de
vestir de la época. La ropa que ella hacía era
una traducción de su trabajo en pintura a la tela
por medio del Patchwork.
Es más difícil encontrar información sobre el taller
de tejido, aunque al parecer era uno de los más
completos, que sobre cualquier otro taller. Se
cumple, de algún modo, el “no ser menciona-
Señorita de buenas maneras
•18
da, ni para bien, ni para mal.”(Pericles) No era
costumbre que el trabajo de una mujer fuera
dado a conocer. Stolz logró ejercer cierto tipo
de poder dentro de la Bauhaus, pero no es tan
importante ni tan nombrada como Paul Klee,
Wassily Kandinsky, Ludwig Mies van der Rohe, sus
compañeros de trabajo hombres. No todas las
mujeres dedicadas a las artes tenían el mismo reconocimiento que obtuvieron Woolf y Chanel. A
pesar de lo logrado a principios del siglo y de los
nuevos papeles ejercidos por la mujer, por motivo de la guerra, era difícil ser tomada en cuenta
como igual por los hombres de la época.
Se han escrito muchos libros y artículos sobre la
vida y la obra de George Sand, Virginia Woolf
y Coco Chanel, se ha escrito sobre la forma en
que cada una de ellas no se conformó con lo
establecido y, rompiendo algunas barreras, lograron sus objetivos profesionales y personales.
Se ha escrito cómo sus acciones, historias, escritos, vivencias fueron tomados por los movimientos feministas de los años sesenta como ejemplo.
También se ha escrito sobre sus relaciones personales y sexuales.
La historia se ha encargado de tomar la libertad
sexual de estas mujeres, la cual no era aceptada sino para los hombres en esa época, y la ha
convertido en chisme. Sí fue importante que ellas
fueran libres, y que realmente lo hicieran, de escoger sentir placer como lo hacían los hombres
de la época, pues esto hace parte de los moldes
o las restricciones que tiene el papel de ser mujer
dentro de la sociedad. Sería importante reseñar
dentro de las biografías de estas mujeres el hecho de que se permitieron sentir cuando no se
les era permitido. Pero es la forma en la que se
escriben los hechos la que hace ver esta libertad
como parte de un escándalo y no como se ve su
trabajo. Como una ruptura importante dentro de
la sociedad y de las tradiciones de la época en
la que cada una de ellas vivía.
Aun hoy, cuando se supone, que la mujer ya
tiene tanto derecho a sentir placer y a hacer lo
que quiera con su cuerpo como los hombres la
historia sigue señalando las relaciones personales
de estas mujeres como parte de un espectáculo. No se ha llegado a aceptar cabalmente, a
A pesar de que por lo general no se escribía mucho sobre el trabajo de una mujer sí se ha escrito
la mayoría de las veces (con malicia y ganas de
controversia) sobre la vida sexual de cada una
de ellas, se ha vuelto parte de un chisme. De los
hombres de la misma época, de los mismos hombres con los que ellas tuvieron algún tipo de relación sexual o sentimental, no se escribe igual. Los
hombres de la época podían hacer exactamente lo mismo que ellas sin que aparezca reseñado
en cada biografía que se escribe sobre ellos.
Señorita de buenas maneras
•19
Siglo XX
l
pesar de los nuevos espacios que se han abierto
para algunas mujeres, el hecho de que la mujer
no sólo tiene relaciones sexuales para reproducirse.
os años sesenta y setenta están marcados por
cambios en la sociedad o al menos muchos
grupos de personas que querían hacerlos. Los
grupos feministas son unos de estos movimientos,
éstos querían hacer notar la diferencia que había entre hombres y mujeres y la diferencia de
condiciones que tenían éstas al vivir en una sociedad dominada por los hombres.
1. Do women have to be naked to get into the Met.
Museum?
Gurrilla Girls
1989
En 1989, las Guerrilla Girls, un colectivo de mujeres artistas, hicieron una obra al respecto. Un
poster que circuló por la ciudad de Nueva York,
en el que se veía el desnudo de La gran Odalisca de Ingres con la máscara de gorila, típica de
la Guerrilla Girls. En este poster se veían los por-
1
Señorita de buenas maneras
•20
1
centajes de artistas mujeres (3%) contra los desnudos de mujeres (83%) que había en el Museo
Metropolitano de Nueva York. Son muchos más
los hombres que figuran en la historia del arte y
muy poquitas las mujeres, por lo general los artistas eran hombres y uno de los temas tradicionales (aunque no todo el tiempo ni en todos los casos) eran representaciones de mujeres desnudas.
¿Tiene la mujer, para entrar al campo del arte,
que estar desnuda? ¿Tiene que ser la mujer un
sujeto pasivo que posa frente a un hombre?
En el año 1960, el artista francés, Yves Klein, hace
su obra Antropometría en la cual imprime el
cuerpo de varias mujeres con una pintura azul
sobre una tela. En esta obra la mujer deja de ser
un sujeto pasivo, pero se convierte en un objeto
activo de la obra. Es la que deja la huella sobre la tela, un instrumento bajo las órdenes del
maestro hombre.
“El lugar habitual de la mujer en el arte parecía
el de constituirse en objeto –como lugar de la
mirada, como <<modelo>> o musa para el creador varón-, y no como sujeto”. (Martínez-Collado,
2005)
2
1. Antropometría de época azul
Yves Klein
156,5 x 282,5 cm
1960
2. Creación de una Antropometría
Galería de Arte Contemporáneo
París
1960
5
Profesora titular en Estética y Teoría del Arte en Cuenca, autora
del libro Tendeci@s: perspectivas feministas en el arte actual.
Señorita de buenas maneras
•21
1
El maestro hombre (representante del hombre
heterosexual) es el ‘cuerpo válido’ dentro de
nuestra sociedad. Lo que se salga de este rótulo, mujer u hombre homosexual, no tiene un
‘cuerpo válido’ y eso los convierte, dentro de
una jerarquía, en un cuerpo de segunda clase.
El cuerpo dominante es el del hombre heterosexual. La filósofa norteamericana, Judith Butler,
plantea este problema y propone, haciendo la
distinción entre sexo y género (siendo el género
una construcción social) una ruptura, que consiste en, dentro del discurso del ‘cuerpo válido’,
hacer énfasis en la diferencia que hay entre éste
y el resto de cuerpos. Los ‘otros cuerpos’ deben
hacer notable su diferencia para abrir un nuevo
espacio dentro del discurso establecido.
1. Red Flag
Judy Chicago
Fotolitografía
50,8 x 63,5 cm
1971
Señorita de buenas maneras
•22
1
2
1. Shigeko Kubota realizando Vagina Paintings
George Maciunas
Fotografía
1965
2. Jackson Pollock
Noviembre 23 2008
Obtenida el 9 de mayo de 2011 en http://elrehilete.
wordpress.com/2008/11/23/jackson-pollock/
Artistas de la época, como Judy Chicago, estaban planteando lo que dice Butler. Nombrando
y haciendo visible la diferencia de sexo y género. La obra Red Flag, de esta artista, es una fotolitografía que muestra a una mujer, o más bien un
acercamiento de la vagina de ésta, sacándose
un tampón. Era importante para la época hacer
visible o público lo que antes sólo tenía lugar
en lo privado. El sexo femenino, la vagina o la
menstruación, eran temas que no se discutían o
de se hablaban en espacios públicos. Se tenía
la vagina en un lugar privado muy importante,
pero en un espacio público no se hablaba de
cosas como la menstruación. Chicago no sólo la
nombra, sino que hace una imagen de una situación, privada, muy cotidiana para una mujer
y la vuelve pública, nacional y heroica
En contraposición, pero dentro del mismo discurso (la pintura, el arte), a lo hecho por Jackson
Pollock, en los años cincuenta, Shigeko Kubota
hace una obra llamada Vagina Paintings en
1965. Esta obra consiste en una pintura, hecha
mediante una brocha pegada a la falda de
la artista, sobre un papel. Pollock, considerado
un genio creativo masculino, hacia sus pinturas
mediante el “dripping” que era visto dentro de
su papel de macho, como eyaculación. En este
proceso el artista es consciente de los movimientos y gestos que hace, más en esta forma de pintar, pues se utiliza todo el cuerpo. Kubota, por su
parte, como mujer y ‘cuerpo de segunda’ pintó,
no eyaculando, sino menstruando. Esta era una
forma de hacer válido su cuerpo haciendo énfasis en la diferencia de lo que estaba establecido (la obra de Pollock y lo que éste significaba)
usando el mismo discurso.
El nombre, Vagina Paintings, también tenía mucho que ver, pues al igual que las pinturas de
Klein era intrigante pensar que en la pintura que
se iba a ver, o la acción que se iba a presenciar, estuvieran presentes vaginas. Se podían ver
dentro de un ámbito público sin ser considerado
algo obsceno, sino, más bien, como parte del
arte. Aunque el nombre de la obra de Kubota
Señorita de buenas maneras
•23
6
1
2
es sugestivo e invite a pensar en un acto sexual
mediante la pintura creo que, por el contrario,
es una obra que sale desde la entrañas femeninas, una obra menstrual. Mucho más en relación
con la obra de Chicago, Red Flag, que con la
de Klein, Antropometría, pues nombra y muestra
a la mujer de una forma en la que el público no
está acostumbrado. Deja de ser un fetiche, el
nombramiento de la vagina, para convertirse
en algo que era privado, como la menstruación,
en algo público y a la vista de todos. Esto hace
que de alguna forma el cuerpo de la artista, que
es diferente al ‘cuerpo válido’ que plantea Butler, entre en el discurso del mundo hecho por el
hombre heterosexual.
1.Girl worker in Carolina Cotton Mill
Lewis Hine
Fotografía
19 x 24,2 cm
1908
2. Fotografía del montaje de Attention à la Peinture
Galería Daniel Buchholz
2008
6
Aunque Coco Chanel pudo expresar sus ideales por medio de
la ropa no era usual que una mujer lo hiciera. Por la misma época, niñas como las que fotografío Lewis Hine se veían forzadas
a trabajar en el área textil, como Chanel, pero en fábricas con
muy bajos sueldos y sin posibilidad alguna de opinar sobre alguna
cosa. Mujeres como Coco Chanel fueron realmente excepciones.
El estrado en el siglo XXI.
Antes de los movimientos feministas y las artistas
de los años 60 algunas mujeres han expresado
sus ideas e ideales con la ropa, el oficio de coser,
tejer, bordar y su lenguaje. A principios del siglo
XX, en Francia, Coco Chanel desafió la sociedad
por medio de su actitud y forma de vestir. Ella
decidió cambiar el estilo de ropa que usaban las
mujeres de su época, el cual estaba diseñado
para ser atractivas a los hombres sin importar la
comodidad de la mujer. Chanel decidió desafiarlos usando ropa y materiales considerados exclusivos para los hombres y adaptados al cuerpo
de la mujer, teniendo el pelo corto y adoptando
una postura y actitud sólo atribuida al otro género. Después sería conocida por diseñar ropa
para la nueva mujer del siglo XX que por las dos
guerras había empezado a trabajar y para esta
nueva labor necesitaba ropa que la dejara estar
cómoda sin perder su lado femenino.
Un referente, dentro del mundo del arte, que ha
planteado la posibilidad de partir de medios tradicionales, como la pintura al óleo sobre lienzo,
para construir prendas de vestir es la artista polaca, Paulina Olowska. En su obra Attention à la
Peinture, 2008, partió de unos lienzos para hacer
diferentes prendas de vestir. Esta artista creció
en la Unión Soviética y estaba acostumbrada a
no tener ropa de moda en su país. Su obra en
general gira en torno a la ropa que se podía
conseguir en los años 80 en los países miembros
de URSS, ropa que era un poco impuesta por la
misma situación en la que vivían. Con esta obra
ella de alguna forma propone y alienta a las mujeres de los países de la antigua Unión Soviética
a expresarse por medio de su forma de vestir.
En la exposición de la obra los vestidos y abrigos
Señorita de buenas maneras
•24
1
1. The woman who failed to be Sharazad
Ghada Amer
Acrílico y bordado en lienzo
157,8 x 172, 72 cm
2008
2. Barbie loves Ken, Ken loves Barbie
Ghada Amer
Bordado en algodón
177,8 x 68,58 x 10,16 cm
1995 . 2004
2
Señorita de buenas maneras
•25
estaban rodeados de los lienzos cortados y unas
citas de la diseñadora Elsa Schiaparelli, diseñadora de moda de los años 20 y 30.
Artistas
que utilizan el hilo
Por los años 20, la artista rusa, Sonia Delaunay,
traspasó los medio tradicionales de la pintura,
haciendo ropa, utilizando el mismo concepto
que utilizaba con el lienzo y el óleo. El Robe simultané es un abrigo hecho a partir de parches
de tela, y otros materiales, de diferentes colores.
Éste es un buen ejemplo en el que se demuestra
que los contrastes de color, que caracterizan su
pintura, se mantienen en su ropa. Su esposo, el
también artista, Robert Delaunay decía sobre
su trabajo, “una pintura viviente, por así decirlo,
una escultura de formas vivas”. (Stern, 1992) Esta
artista no es la única que ha utilizado la costura,
el tejido o el bordado como no se espera que lo
haga una mujer (para hacer la ropa de la familia
o remendar la que se dañó) sino que utiliza este
lenguaje para componer su obra artística.
sienta placer con su sexualidad (como había
mencionado anteriormente, la mujer, antes del
siglo XIX sólo podía entrar en tres categorías ama
de casa, puta o monja. No había categorías
intermedias.), pero Amer las combina. Creando
imágenes fuertes y sexuales dibujando con hilo,
bordando.
Otra de sus obras más representativas, Barbie
loves Ken, Ken loves Barbie, cuestiona el rol, o
molde, que nos impone la sociedad desde niños.
Esta obra consta de dos trajes hechos en lienzo
a tamaño natural, uno para mujer y otro para
hombre, los cuales tienen bordadas, en color
rojo, las frases Barbie loves Ken y Ken loves Bar-
Ghada Amer
La artista egipcia, Ghada Amer realiza obras en
las que dibuja en tela y con hilo y reivindican la
sensualidad de la mujer. Una parte importante
de la obra de esta artista es su serie de bordados
intervenidos con pintura que muestran escenas
de mujeres sintiendo placer. Esta obra pone en
contraposición dos aspectos que, normalmente,
no se asocian entre sí. Por un lado está la tradición de bordar que tiene el género femenino,
o la imagen de éste, y por otro la sexualidad no
reproductiva de una mujer. No es usual pensar
en una mujer que hace bordados y al mismo
Señorita de buenas maneras
•26
1
Las ventajas de ser una mujer artista:
Trabajar sin la presión del éxito
No tener que exponer con hombres
Tener una evasión del mundo artístico con tus cuatro trabajos “free-lance”
Saber que tu carrera será conocida después de cumplir 80 años
Estar convencida de que cualquier arte que hagas será etiquetado de femenino
No quedarte estancada en una plaza fija de profesora de arte
Ver que tus ideas cobran vida en el trabajo de otros
Tener la oportunidad de escoger entre tu carrera o tu maternidad
No tener que justificar tu éxito económico con antiguas militancias conceptuales
Dedicar más tiempo a tu trabajo cuando tu compañero te haya abandonado por alguien más joven
Estar incluida en una versión revisada de la historia del arte
1. The advantages of being a woman artist
Guerrila Girls
1988
No tener que avergonzarte porque te califiquen de genio
Poner tu fotografía en una revista de arte moderno usando un traje de gorila
Señorita de buenas maneras
•27
relación
hilo-mujer
¿
1
1. Rekieve romano
Tegek Schloss
Alemania
Obtenida el 16 de mayo de 2011 en: http://2.
bp.blogspot.com/-Ef965wWRb1A/Tb4Bjap4CgI/
AAAAAAAAABI/my5GVFjTFqA/s1600/moiras.jpg
bie. “La idea de seguir un modelo es lo que me
interesa de los estereotipos; y a todos ésto nos
confrontan en la vida.”(Amer, 1994)
Por qué después de todo lo mencionado (y también muchas personas y acciones que no mencioné) algunas mujeres y mujeres artistas siguen
cosiendo? ¿Por qué, si ya no es una obligación
o algo impuesto, eligen hacerlo? Hay algunas
cosas que realmente no podemos explicar sino
con mitos o leyendas. Según el psicólogo y psiquiatra suizo, Carl Jung, imágenes como la mujer
que cose son parte del inconsciente colectivo, él
las llama arquetipos. Estas son imágenes que se
repiten inconscientemente, sin que las hayamos
aprendido. Éstas se repiten en varios mitos, leyendas e historias religiosas y no tienen una explicación sino por medio de éstos.
Por ejemplo, mitos como el de las Moiras griegas, según el autor Gilbert Durand, en el libro Las
estructuras antropológicas de lo imaginario (en
el que hace un análisis de los arquetipos más
comunes de la tradición occidental) la mujer,
como símbolo, está relacionada con el tiempo,
con el devenir, con lo cíclico, con la muerte. La
mujer, al tener un cambio en su cuerpo cada
mes - la menstruación- comprende y domina en
un aspecto del tiempo. Tiene un ‘reloj biológico’, un recuerdo constante del paso del tiempo,
de la repetición. Es por eso que las sociedades
tienden a asociar dentro de su imaginario a la
mujer con el paso del tiempo, el hilo de la vida.
El hilo, por otro lado, está asociado con la vida,
porque es visto como la continuidad. El hilo de la
vida, como el cordón umbilical. La mujer asociada a una vida que empieza. También se puede
Señorita de buenas maneras
•28
asociar a la mujer con el tiempo y el tejido, pues
es dentro del vientre de la mujer que se ‘teje’ la
vida durante nueve meses.
Cecilia Vicuña
1
La artista chilena, Cecilia Vicuña, utiliza en su
obra, en general, el hilo. Lo utiliza temáticamente como recorrido y como quipu (una forma de
llevar cuentas por medio de nudos). Su obra,
Quipu Menstrual, consta de varios pedazos de
lana roja (diferentes rojos) colgados del techo.
La lana tiene nudos, como lo tenían los quipus.
Cada mes a las mujeres les llega la menstruación
lo que hace que, como dice Durand, se relacionen con el tiempo de un forma diferente, pues
llevan la cuenta de éste siempre presente.
Vicuña escribió un poema que se llama Palabra
e hilo. En éste hace analogías de cómo tanto los
tejidos como las historias, los hilos y las palabras,
son las encargadas de relatar y dejar constancia
de la vida, de crear el mundo. En el poema se
hace alusión a palabras en quechua relacionadas con el tejido que al ser traducidas al español
evocan un sentido constructor del mundo. Algunas culturas indígenas de América tienen una
relación muy grande con el tejido, pues éste forma parte de su cosmogonía.
“En el Ande, la lengua misma, quechua es una
soga de pajaTorcida, […]( Vicuña, 1996)
2
1. Quipu Menstrual
Cecilia Vicuña
Centro Cultural Palacio de la Moneda
Santiago de Chile
2006
2. El triunfo de la muerte
Tapiz flamenco
Siglo XVI
Lo que relata la artista en el poema era lo que
pasaba en el estrado en la época colonial en
América. Este lugar, exclusivo para mujeres, en
el cual éstas se reunían a coser, tejer y bordar
mientras hablaban. La relación del hilo y la palabra queda en evidencia. Este era un lugar donde se ‘hilaban historias’ y se ‘tejían alianzas’. Un
lugar donde se contaba y vivía el día a día de
las señoras y señoritas de familias importantes de
la época. Aunque era un lugar permitido y construido para estas reuniones, el estrado también
era una caja de secretos donde las mujeres podían confesarse y hasta opinar y hacer parte de
cosas prohibidas para ellas. Este lugar se puede
Señorita de buenas maneras
•29
1
rante siglos mitos e historias en los que la mujer
comparte un papel especial con el hilo y los oficios ya mencionados.
1. Las hilanderas
Diego Velázquez
Óleo sobre lienzo
220 x 289 cm
Hacia 1657
relacionar con el poema de Vicuña, pues mientras hila se habla y mientras se habla se hila. Es
un acto simultáneo. No puede separarse el uno
del otro.
Imágenes, mitos y conceptos
Hay una relación muy estrecha entre el hilo y
la feminidad. No sólo el hilo como objeto, sino
todo lo que éste implica. La mujer, dentro de la
cultura occidental en general, ha sido la encargada de tejer, coser y bordar dentro del núcleo
familiar en nuestra sociedad, hoy algunas mujeres siguen realizando esta labor. Aparte de estos
oficios, considerados exclusivos para el género
femenino, se han escrito y se han contado du-
En la antigua Grecia, por ejemplo, las Moiras
hacían parte del mito del destino, eran personificadas por tres mujeres. “Cloto (“la Hiladora”)
hila el hilo de la vida; Láquesis (“Separación”)
reparte el destino y custodia el hilo de la vida a
lo largo de todas las contingencias; Átropos (“la
Inesquivable”), lo corta.” (HARRAUER, 2008). Estos
mismos personajes, o al menos personajes muy
parecidos, también hacen parte de la mitología
celta.
Bajo el fresno Yggdrasel, y cerca de la fuente
de Urd, hay un edificio hermosísimo, de donde se
ven salir tres vírgenes, llamadas Urda (el pasado),
Verdanda (el presente), y Skulda (el porvenir).
Estas vírgenes disponen de la vida de todos los
hombres: son las nornas. (Rios, 1856)
Estas dos historias son muy parecidas aunque
tengan como escenario lugares diferentes y los
personajes cambien de nombre. La historia, o la
explicación del destino, es la misma. Son tres mu-
Señorita de buenas maneras
•30
1. Cuentos de hadas
Petah Coyne
Mixta
1998
2. Placa de terracota
Terracota
18,7 x 27, 8 cm
450 - 460 aC
1
2
jeres que tienen en su poder el pasado, presente
y futuro de los seres humanos.
Aracne, otro personaje mitológico griego, también tiene una relación con el hilo, y ésta sí, con
el acto de tejer. Al ser la mejor tejedora, pues
le gana en una competencia a Atenea, ésta la
condena a tejer toda la vida convirtiéndola en
araña. La misma Atenea, aunque principalmente se la conoce como diosa de la guerra también representaba la sabiduría civilizadora con
la cual enseñaba a los mortales artes manuales,
principalmente el tejido.
La obra Las Hilanderas del pintor español Diego
Velázquez es una representación de este mito
griego. En el primer plano podemos ver la competencia entre Atenea y Aracne, la cual parece
ser una escena cotidiana en una fábrica de
tejidos (un poco parecido al estrado). En segundo plano se puede ver a Atenea (representada
como usualmente se hace, con armadura) en
el momento en el que condena a Aracne a tejer de por vida, Aracne aparece en la mitad de
toda la obra. Y el último plano que es el tapiz
con el que supuestamente Aracne venció a Atenea, el rapto de Europa.
Esta pintura, al igual que la costura es cíclica,
se replica. Tiene tres momentos que cuentan la
misma historia, pero de tres formas diferente. Tres
formas que comparten la misma estructura del
arquetipo.
y objetos que al final parecen la captura de una
araña. Una maraña que envuelve diferentes objetos. La temática de esta artista no tiene mucho
que ver con el mito de Aracne, pero las formas
de sus esculturas lo remiten a uno a éste. Coyne
utiliza materiales como ramas, animales disecados, flores artificiales, materiales industriales, entre
muchos otros. Éstos van formando un tejido que
al final no se sabe muy bien qué es. El trabajo de
Coyne se eleva y converge […] , haciendo palpable la tensión inherente entre la vulnerabilidad y la agresión, la inocencia y la seducción,
belleza y decadencia, y, en última instancia, la
vida y la muerte. (MASS MoCA, 2011)
Penélope
Un ejemplo importante es el de Penélope. Esta
mujer, reina de Ítaca, que a pesar de la presión
social decidió mantenerse fiel a su esposo, supuestamente muerto, sin tener que salirse de las
labores entendidas para la mujer de su época.
Ella tenía que casarse, porque la reina debía
gobernar al lado de un rey. Penélope prometió
a sus pretendientes que tomaría la decisión de
casarse con uno de ellos al terminar de tejer un
sudario. Así pasaron veinte años en los que Penélope tejía todo el día y desbarataba toda la
noche, dilatando así el momento de su decisión.
Dejando, por unas décadas, “sin rey que gobernara.” Retomando el mito de las Moiras griegas
lo que hace Penélope es ‘jugar’ con el destino
de la forma en que lo hacen las Moiras. Si Pené-
Aunque no de la misma forma la obra de la artista estadounidense, Petah Coyne, hace una
reinterpretación de este mito, o más bien sus
esculturas son un tejido de diferentes materiales
Señorita de buenas maneras
•31
1
1. Remiendos ltda
Marían Angélica Medina
Acción
2007
2
2. The Wait
Edward Kienholz
Mixta
203,2 x 629,92 x 198,12 cm
1964 -1965
Aunque la artista se identifique más con Ariadna,
personaje mítico griego que ayuda a Teseo a salir del laberinto del Minotauro por medio de una
madeja de hilo, pues como ella dice y como pasaba en el estrado, mientras se teje se habla, se
cuentan historias y preocupaciones.
Edward Kienholz
lope quería seguir creyendo que su esposo estaba vivo no podía terminar el sudario, cortar el
hilo. Por eso tejía y destejía, para mantener el hilo
de la vida de su esposo entero, cortarlo (al igual
que en el mito de las Moiras) hubiera significado
la muerte de Odiseo.
María Angélica Medina
Al igual que Penélope, aunque no por los mismos
motivos, la artista colombiana, María Angélica
Medina, cose como parte de su obra artística.
Lleva varios años tejiendo una misma pieza que
ya alcanza un tamaño muy grande. Su obra,
Remiendos ltda, consiste en sentarse a tejer. Los
espectadores pueden sentarse junto a ella y
hablar con ella u oír lo que ella tenga para contarles. En ocasiones deja su obra en el lugar y es
el espectador el que puede sentarse a seguir
tejiendo la obra. “Más que con Penélope, me
identifico con Ariadna. Le doy a los espectadores el hilo para que encuentren su salida. Ofrezco
a las personas la opción de preguntar, de buscar
sus propias respuestas”(Medina, 2007)
Edward Kienholz, artista norteamericano, realizó una obra titulada The wait en la cual crea el
ambiente de una sala de una casa en la que el
esqueleto de una mujer está sentado. Esta instalación realizada en 1964 muestra el lugar de una
viuda después de la guerra. La sala esta creada
por una pared en el fondo que está decorada
con la foto del hombre de la casa en la mitad.
También se puede ver, bajo la foto, un sillón donde se encuentra el esqueleto de la mujer. Ésta
tiene como cabeza un portarretratos con la foto
de una mujer y encima de las piernas tiene un
gato al cual está consintiendo. Al lado de ésta
hay una mesa llena de fotos del pasado familiar
y un cofre sobre una carpeta bordada. Al frente
del sillón, sobre un tapete, se pueden ver los instrumentos de costura que la mujer debía utilizar
con parte de su trabajo a medio hacer. A un
lado se encuentra una lámpara de pie y al otro
una jaula de pájaros.
La instalación creada por Kienholz es el retrato
y la reiteración, en otra época, de la historia de
Penélope. De la mujer que espera y que teje
mientras el tiempo pasa. Al igual que ésta, el esqueleto de la mujer se quedó esperando a que
el hombre de la casa regresara de la guerra.
Durante esta espera la mujer se dedicó a seguir
Señorita de buenas maneras
•32
Principio
o sé en qué punto exactamente me empezó a
gustar el tema de la costura, pero sí hubo un momento donde empecé a introducirla en los trabajos que hacía para la carrera de Artes Visuales
en la Universidad.
Mi abuela me había prestado un libro de patrones que ella usaba hace unos años. Decidí
hacer el primer vestido que aparecía en el libro y
lo lleve un día a clase de dibujo, porque estaba
viendo cómo trabajar con objetos heredados. El
libro, aunque más nuevo que el resto de objetos
con los que venía trabajando me gustaba más
que el resto. El libro era más interesante en ese
momento, porque por fuera de la clase estaba
usando los patrones que había en él.
Hasta entonces no había leído la introducción
del libro. Esta introducción hizo que me preguntara cosas en las que nunca había pensado. ¿Si
me pusieran a vivir en la época de mi abuela
qué pasaría conmigo? La introducción decía “Su
único (el del libro) fin es enseñar la AMENA tarea
de coser bien, que ha sido y será siempre, aspiración de todas las mujeres.”(Paredes)Yo no tenía
ni idea de coser, ¿eso significaba que no era
una buena mujer? Obviamente había pasado el
tiempo y yo no tengo que saber coser para casarme y ser una buena ama de casa. Yo no vivo
en la misma época que mi abuela, pero me hizo
pensar en el por qué, ¿por qué tenían las mujeres que saber coser? ¿Por qué tenían que ser
amas de casa? ¿Por qué si para mí, como mujer,
no era una “aspiración” coser bien estaba leyendo y aprendiendo de este libro a hacer vestidos?
Señorita de buenas maneras
•33
Terminé haciendo la serie Trapitos al sol que
mencioné antes, donde en vez de hacer vestidos en tela los hice en papel. Seguí trabajando
este tema o seguí tratando de responderme
algunas de las preguntas que me habían surgido con esta introducción. Por esa misma época
hice (para Introducción a la Multimedia, otra
materia de la Carrera) Menos que perfecta, en
la cual aparecía una mujer, en los años 50, en
sus labores de ama de casa. Tenía varias tareas
que hacer dentro de la casa y dependiendo de
que le tocara hacer se iba descomponiendo.
¿Qué pasaba con algunas de las mujeres que
no sabían o no eran muy hábiles haciendo lo
que se suponía un ama de casa debía hacer?
Hice algunos trabajos más que tocaban de alguna forma este tema y ya empezando el proceso
de trabajo de grado decidí seguir con éste. No
enfocándome en la obligación que tenían muchas mujeres en occidente de ser buenas amas
de casa, sino en el ejemplo que tenía yo de esta
época con mis dos abuelas. Creo que lo que me
hacía pensar tanto en esta introducción era que
aunque mis dos abuelas les tocó en el colegio
aprender todos los oficios de ama de casa ninguna de las dos lo aplicó como tal. Las dos tuvieron familia y casas donde debían cumplir con
este papel, pero las dos trabajaron toda su vida
por fuera de la casa y se realizaron profesionalmente hasta donde quisieron.
ocuparan de sus labores de amas de casa. Por
otra parte y como otro ejemplo, está el de mi
mamá. Al contrario de mis abuelas, la generación de mi mamá es de mujeres ejecutivas, de
mujeres que en algunos casos pusieron su trabajo por encima de su familia o de formar una familia. En esa época mi mamá decidió, después
de haber estudiado y trabajado un tiempo, quedarse en la casa y cuidarnos a nosotros, sus hijos.
Parecían casos contrarios, pero al final, lo que
cada una de ellas había hecho era decidir por
encima de lo que la sociedad estaba esperando
de ellas en ese momento.
Otra parte que me llamaba la atención del
ejemplo de mis abuelas era que una de ellas
aunque sí había decidido estudiar y trabajar no
había dejado de lado la costura. Lo hacía sólo
por gusto, no porque le tocara. Mi otra abuela,
al contrario, dice que una mujer que trabaja y
ha logrado lo que ella ha logrado no tiene porque hacer algo relacionado con estos oficios,
ella piensa que es una contradicción. Yo estaba
de acuerdo en que no tenía que ser de esa forma. No se tiene que ser lo uno ó lo otro, trabajadora ó ama de casa. O no tengo que ser un
ama de casa para poder coser.
Mis abuelas trabajaron en una época en la que
no se esperaba eso de ellas y según lo que ellas
me cuentan no fue tan fácil hacerlo. Muchas
personas, dentro de su familia y fuera de ésta,
criticaban el hecho de que ellas salieran y no se
Señorita de buenas maneras
•34
Pruebas
a pensando en que podía ser el trabajo de grado empecé a hacer diferentes ensayos de ideas
que iba teniendo. Al principio la idea era hacer
unos retratos de mis abuelas en pintura y de ahí
sacar la tela para hacer prendas de ropa a la
medida de cada una de ellas.
Primer tambor. Pintura + algunos bordados
No sé muy bien por qué, pero en vez de hacer
un pintura grande de donde se pudiera sacar
suficiente tela para hacer una prenda de vestir
decidí hacer una pintura pequeña en lino. Es
una pintura hecha sobre un lino delgado tensado, no muy acertadamente, en un tambor de
bordado. La pintura es un retrato de mi abuela.
A un lado de la tela hay una costura gruesa en
hilo rojo que une dos pedazos de tela. Esta costura atraviesa verticalmente el retrato creando
una textura diferente sobre esa línea.
1
1. Tambor (1)
Óleo e hilo sobre lino
44 x 42,5 cm
2010
La pintura es un boceto, o un principio, de una
pintura. Encima están bordados algunos detalles
de la cara, sólo pedazos de ésta, y muy pocos
adornos del vestido. Esta intención de dibujo no
se ve claramente, se ve sólo cuando se está muy
cerca al tambor.
De este ejercicio esperaba que la pintura y el
dibujo, en este caso en bordado, se unieran de
una buena forma, o esperaba combinar estos
dos lenguajes. Lo que pasó en la realidad fue
algo diferente. El dibujo no se ve claramente sobre la pintura y la pintura al no tener nada que la
acompañe se ve inacabada. El acto de bordar,
clavar una aguja, sobre la pintura de la cara se
me hizo un acto violento. De pronto por que al
estar pintada la tela se pierden la flexibilidad de
Señorita de buenas maneras
•35
1. Tambor (2)
Hilo sobre lino
44 x 42,5 cm
2010
1
ésta al pasar la aguja. Lo que me gustó, aunque
no estaba planeado fue el hilo rojo y la costura
que atravesaba la tela y la pintura. Esto le daba
una textura que rompía con la regularidad del
retrato.
El revés del tambor dio paso a otro ejercicio. Esta
parte, según las técnicas tradicionales de un
buen bordado, aunque no se ve, está acabada
perfectamente. No debe haber ningún hilo que
se vea desordenado o un nudo que se vea. A
pesar de esto, en mi caso, pasa lo contrario. No
me fijo mucho en lo que pasa al revés, por lo
que al voltear el tambor se ve exactamente el
camino que recorrí al coser. Este resultado mostraba algo diferente del bordado tradicional, por
lo que en el segundo tambor hice la totalidad
del dibujo para ser visto por esta parte.
Segundo tambor – sólo bordado
Después de ver el primer tambor y encontrar que
la parte más interesante era el revés de la tela,
donde se ven los errores y el recorrido de hilo
que normalmente se esconde (y las personas expertas no hacen), pues para ellos es tan importante el revés como el derecho.
Este tambor de bordado tiene tensada una tela
de lino delgado donde está bordado, no de la
forma tradicional (el revés es el derecho) el retrato de mi abuela en hilo negro. Sobre la tela hay
unas manchas de color negro sin un orden aparentemente coherente.
Esperaba de este ejercicio ver el resultado del dibujo, pues en el ejercicio anterior sólo había visto
el revés de partes de un retrato. Quería saber
cómo se veía si el retrato se hacía completo. El
resultado me pareció interesante, pues aunque
el dibujo está construido por líneas, a veces no
coherentes se entiende. Lo que no esperaba de
este ejercicio fueron dos cosas. La primera fueron las manchas negras que quedaron al hacer
transfer que no quedó bien hecho. El transfer,
creo que por la calidad delgada de la tela, no
cogió y sólo pasó manchas de tinta a ésta.
El otro aspecto que no esperaba fue la situación que surgió a partir del acto de bordar. Por
alguna circunstancia bordé el dibujo en la casa
de mi abuela un día que estaba reunida parte
de mi familia. Al empezar a bordar, en la sala
donde estaban haciendo visita, mi abuela, mi
tía abuela y mi mamá empezaron a darme con-
Señorita de buenas maneras
•36
1
1. Tambor (3)
Óleo e hilo sobre lino
44 x 42,5 cm
2010
2. Carta bordada
Bordado en lino
54 x 49 cm
2010
2
sejos de cómo debía hacer un bordado y cómo
se debía enhebrar la aguja. Todas querían coger el tambor y empezar a bordar, ellas querían
mostrarme como se hacía correctamente. Me
decían que estaban antojadas y que querían
bordar un poco de lo que yo estaba haciendo.
Mi abuela estaba escandalizada por el revés del
bordado, pues según ella este tiene que estar
igual de bien hecho que el derecho. Al terminar,
cuando les mostré, por el revés, como yo quería
que se viera el dibujo, mi abuela dijo que ese
lado era muy feo y que se perdía todo el trabajo
que había hecho en el derecho. Para mí esto
fue como un visto bueno, si a ella no le gusta es
porque estoy haciendo las cosas bien.
diferentes colores, por el hecho de estar puestos
desordenadamente los colores se agrisan un
poco.
Tercer tambor – bordado por el revés más
pintura.
Carta bordada
El tercer tambor es el mismo bordado, por el revés, del segundo tambor. La imagen tiene pintura en una especie de aguada imitando la sensación de la mancha negra del segundo tambor.
Las pinceladas no son muy exactas y tienen la
misma intención de desorden del dibujo-bordado. En la cara, aunque se alcanzan a ver los
De este ejercicio esperaba, al igual que con el
primer tambor, la integración del dibujo con la
pintura. El resultado de esta relación fue mejor
que el del primer intento que fue hecho al revés.
En el primero empecé con la pintura y después
el bordado. Al no estar la tela empastada con la
pintura se puede ver el carácter de la tela, se ve
la textura. La pintura también deja respirar mejor
la tela al estar muy diluida. En este intento tanto
la pintura, el dibujo y el sustrato están mejor integrados.
Después de las dos versiones de retratos que había hecho en el tambor empecé a bordar en un
pedazo del mismo lino una carta que le había
escrito mi abuela a mi mamá cuando mi mamá
no vivía en Colombia. Fue mucho más trabajo
de lo que esperaba. Hacer letras tan chiquitas y
que se entiendan implica muchas más puntadas
de las que había hecho en los retratos. Por esa
misma razón esta vez el revés de la carta no era
Señorita de buenas maneras
•37
1. Fotografía del tejido en papel
2010
igual de interesante que las veces anteriores,
pues no se entendía nada.
Creo que decidí hacer la carta, porque en ese
momento estaba leyendo y pensando cosas
que habíamos hablado durante la asesoría de
cómo se transmiten conocimientos y las cartas
que mi abuela le escribía a mi mamá, creo que
eran un poco de conocimiento de enfrentar
diferentes situaciones. En la asesoría hablamos
de cómo, de pronto, lo que intentaba decir mi
abuela cuando me hacia desbaratar la costura
cada vez que hacía algo mal, por pequeño que
fuera, o miraba el revés antes que el derecho
iban más allá de tener o no un buen bordado.
De pronto es una forma de decir que si me equivoco en la vida tengo que desbaratar hasta
encontrar donde está el error o que aunque el
derecho se vea bien siempre hay que mirar que
hay por detrás.
Vestido en tejido de papel - pliegos de papel
craft, periódico y edad media con dibujos en
carboncillo y pasteles.
Pensando en la propuesta inicial que había presentado, donde más que los bordados estaba
presente la costura, hice un vestido a escala real
en papel. Utilizando unos dibujos que tenía guardados de una sola modelo hice franjas de papel
más o menos del mismo tamaño. Estas franjas las
uní para que alcanzaran a medir 1,40m, lo que
mide un tela de ancho normalmente. Después
hice un tejido sencillo, en el cual se pasa uno a
uno el hilo (en este caso el papel) de la urdimbre
y el de la trama. Al pasar cada franja la iba asegurando por el revés con cinta de enmascarar,
para que no se corriera. Al terminar el tejido que
quedó de 1,40m x 1,40m pasé cinta de enmascarar por cada cruce para poderlo cortar sin
que se desbaratara.
Ya teniendo la ‘tela’ hecha busqué un molde
que se ajustara al tamaño de ésta, pues normalmente se necesita que sea un poco más larga
para hacer la mayoría de prendas. Teniendo el
molde corté cada una de las piezas necesarias
para hacer un vestido sin mangas con una falda
en A. Cada parte del vestido que cortaba me
tocaba asegurarle las puntas con más cinta de
enmascarar, pues al cortar se iban soltando algunas esquinas.
Señorita de buenas maneras
•38
1
2
4
1, 2, 3 y 4. Registro fotográfico del vestido en papel,
siendo usado.
2010
3
Señorita de buenas maneras
•39
Empecé armando la falda que estaba hecha
sólo de dos partes y eran las más grandes. Después armé por separado la parte de arriba. Al
juntar las dos, por la cintura, me di cuenta que
algo tenía que haber cortado o medido mal,
porque la cintura de la parte de arriba era más
grande que la parte de la falda. Decidí empezar
a pegar las partes por las esquinas. Al llegar al
centro sobraba, adelante y atrás, pedazos de
‘tela’. Entonces corté por la mitad cada pedazo
y los sobrepuse para que quedaran del mismo
tamaño que la cintura de la falda.
Quería ver cómo podía utilizar el papel como
tela y si con este tejido hecho podía construir
una prenda de vestir a tamaño real. El resultado
me gustó, aunque tiene muchas cosas por corregir y el tejido creo que es muy grueso. También
en la construcción fue complicado el error de
medidas que hizo que me tocara cortar el vestido en dos, pero como resultado final se puede
ver el vestido y en parte el volumen que tendría
si un cuerpo lo llenara.
Después de terminarlo y de discutir si un vestido
hecho a tamaño real debía ser usado o no, me
puse el vestido. Para ponérmelo me tocó cortar uno de los lados por donde había pegado
el vestido. Al ponérmelo no me quedaba bien,
para cerrarlo le puse cinta de enmascarar sobre
la piel. Al principio el vestido estaba muy rígido.
Lo primero que hice con el vestido fue sentarme.
Esto arrugó la parte de atrás, pero hizo que el
vestido se volviera un poco más suave.
Después decidí que iba a salir. Me puse medias
veladas, lo cual fue muy difícil. La falda es muy
amplia, me tocó arrugar la falda para poder
agacharme. Al hacer este movimiento la espalda del vestido se iba despegando. Una de las
pinzas de atrás se despegó completamente.
También me puse zapatos y saco para salir. Ya
afuera, salí a pasear a mi perro, mientras me
jalaba y corría, se terminó de desgarrar la parte
de atrás y las tirantas. Al final se rompieron por
completo.
Verme con el vestido puesto me gustó. Aunque
no me quedaba del todo bien, ver que el vestido podía ser usando de verdad así no fuera
hecho en tela ya era un logro y un punto extra
que no había pensado al hacerlo. Al caminar el
vestido tenía un sonido especial, el del papel, lo
cual era un poco raro. Normalmente la tela no
hace tanto ruido. También fue diferente sentir sobre la piel el papel, el cual no es suave ni se acomoda al cuerpo como lo hace la tela. La cinta
de enmascarar, con la que estaba construido el
vestido, se me pegaba a la piel y me la jalaba
cuando me movía.
Al final el vestido se me cayó. Se rompieron por
completo las tirantas y por eso se me resbalaba.
A la falda no le pasó nada, sólo fue la parte de
la espalda que al moverme se fue rompiendo.
Vestido con tachuelas
Quería seguir haciendo vestidos, esta vez en un
material más duradero que el papel. Este vestido
está hecho en lona y el patrón esta hecho en
tachuelas. Al medir, cortar y coser el vestido quedó más pequeño, en la parte de abajo, de lo
que había pensado. Poner las tachuelas fue más
difícil a medida que iba avanzando el patrón,
pues la superficie estaba cada vez más llena de
Señorita de buenas maneras
•40
2
3
las puntas de las tachuelas. Al final, para no chuzarme con las puntas, usé una base de icopor
para no tener que meter la mano por debajo
para clavar las tachuelas. Por el revés le puse, al
principio, cinta de enmascarar para que las tachuelas no se cayeran. Al ponerme el vestido, sin
que estuviera terminado totalmente, la cinta de
enmascarar se iba despegando por lo que me
tocó pensar en ponerle algo más que no se dañara. Traté de ponerle entre tela, pero sobre las
bases de las tachuelas no pegaba. Al final terminé poniéndole cinta gris la cual, resistió después
de quitarme y ponerme el vestido varias veces.
1
1, 2 y 3. Registro fotográfico del vestido con
tachuelasl puesto
2010
El vestido, si se ve de lejos, aunque esté hecho
en parte de tachuelas se ve liviano y delicado.
Pero la experiencia que tuve haciéndolo fue
muy diferente. Fue doloroso. Me chucé y me
raspé con la punta de las tachuelas y ponerlas
a veces no era tan fácil, por lo que me tocaba
hacer mucha fuerza y las manos me quedaban
doliendo. Ponérselo es otra experiencia diferente, pues aunque se ve liviano el vestido pesa
mucho. Se siente el peso y la falta de movilidad
cuando se tiene puesto. Una parte del vestido,
debajo del brazo derecho, quedó con las tachuelas en un sitio que tiene contacto con la
piel. Por más que cuando me lo puse me moví
muy poco, al quitármelo el sólo contacto con las
tachuelas me dejó rojo el brazo.
Aunque realmente no tenía pensado este resultado el vestido me ha dado muchas respuestas
con respecto al trabajo de grado en general. El
hecho de lo que se ve no es lo mismo que lo que
se siente y que adjetivos como liviano y pesado
puedan definir una misma cosa sin que se con-
Señorita de buenas maneras
•41
1
2
1, 2 y 3. Fotogramas del registro en video de la acción del cambio de un
bombillo usando cada uno de los vestidos.
2011
tradigan o sin dejar de ser una sola cosa fue muy
importante.
Vestido negro y falda de tul
Siguiendo con los vestidos hice una falda en
capas de tul blanco y utilicé un vestido en algodón negro. La falda tiene diez capas de tul
que van unidas a la cintura, que está hecha en
elástico blanco. Cada capa tiene unas tachuelas cosidas que hace que las capas se enreden
unas con otras. La cintura está llena de filas de
tachuelas lo que hizo que se agrandara y terminara del tamaño de la cadera. Por otra parte
cogí un vestido negro, que había hecho con
anterioridad, y le puse amarres de teja como
adorno, éstas van del hombro derecho al centro
del vestido.
Los vestidos seguían teniendo características
que se contradecían, más la falda de tul, como
el vestido de lona. Ninguno era tan incómodo y
pesado como el primero, pero tenían su propia
incomodidad.
Teniendo ya tres vestidos diferentes que ponerme, durante la asesoría empezamos a hablar de
3
usarlos y cómo hacerlo. Yo no tenía muy claro
el cómo, era lógico que si había vestidos y me
los podía poner lo hiciera, pero no encontraba
las situaciones para hacerlo. Después de mucho
pensar la idea decidí, para probar los vestidos,
hacer una acción simple en un sitio sin mucha
información.
Realicé un registro en video usando los tres vestidos mientras cambiaba un bombillo en un sitio
vacio. La sensación de tener puesto cada uno
de los vestidos fue diferente, el vestido de lona
era muy pesado y al moverme me raspaba el
brazo derecho. El vestido negro fue difícil de
poner, pues tenía una barrera de amarres de
teja que no dejaban que se doblara, tampoco
me dejó subir bien las escaleras. La falda de tul
Señorita de buenas maneras
•42
1. Fotograma del registro en video
de un día de costurero.
2011
1
fue más difícil ponérsela que subir las escaleras y
cambiar el bombillo.
Costurero
Después de hacer los vestidos y cambiar el bombillo volví a los bordados. Esta vez hice uno en
lino, también, pero la tela la tensé en un bastidor
para lienzos. Era más grande que los tambores
que había utilizado en los primeros bordados.
Bordé el retrato en hilo negro, pero esta vez,
como fondo, le hice una especie de arabesco
en tachuelas. Este bordado lo hice una parte en
la casa de mi abuela, pues había decidido empezar a hacer un costurero con ella y mi mamá
una vez a la semana.
La documentación del costurero no le gustó
mucho a mi abuela, porque durante las horas
de costura hay muchas cosas que ella cree no
deben salir de ahí, esto hizo que cada vez se volviera más complicado hacerlo.
La idea del costurero era tener un día por semana en el que mi abuela podía opinar sobre mi
trabajo, lo cual realmente ha sido muy importante, y además podía estar en un ambiente en
el que se ‘tejen historias, chismes y enseñanzas’,
algo parecido a lo que me había pasado la primera vez en la casa de ella haciendo el segundo tambor. Durante estas sesiones tomé fotos,
algunos videos, grabé conversaciones.
Señorita de buenas maneras
•43
La
primera zaranda
espués de haber probado bordados sobre lino
(con pintura y sin ésta) de bordar cartas y retratos, de hacer un vestido en papel y de romperlo
mientras lo usaba, después de hacer un vestido
en lona adornado con tachuelas para tapizar y
de hacer dos prendas de vestir más, un vestido
negro con amarres de teja y una falda en capas
de tul con tachuelas empecé a probar el bordado en malla de metal.
La verdad primero la idea era hacer unos vestidos más escultóricos en una malla, pero después
de tratar de coser dos pedazos de malla con
hilo, sin mucho éxito, empecé a hacer puntadas
sobre ésta.
1
1. Bordado en malla de zaranda.
Mixta
70 x 70 cm
2011
Comprar la malla fue una especie de revelación,
pues iba de ferretería en ferretería preguntando
por una malla metálica que tenía en mi cabeza
sin saber cómo se llamaba. En alguno de estos
lugares alguien me dijo que esa malla, que yo
estaba buscando, era “una malla para zaranda”. No tenía ni idea que era una zaranda, pero
de ahí en adelante sólo pregunté por la malla
para zaranda. En un sitio diferente me dijeron
que no vendían la malla, pero sí la zaranda ya
hecha. Una zaranda es una especie de colador
o tamiz con la que se ‘zarandea’, en las construcciones, el cemento y la arena. Es un objeto
muy peculiar, por lo general no se compra en
una ferretería como me la estaban ofreciendo.
Usualmente se hace a partir de retazos de madera que se tengan a la mano. Son muy rústicas
y se podría decir que improvisadas, pues están
hechas en parte con materiales encontrados.
Además de la forma del objeto éste me servía
para hacer evidente el contraste entre los ad-
Señorita de buenas maneras
•44
1
2
3
jetivos femeninos y masculinos. Lo áspero de la
zaranda con lo delicado del bordado.
Compré un pedazo de malla de zaranda, lo
tensé en un bastidor y empecé a bordar un retrato de mi abuela en él. El bordado era sólo
en hilo negro. Me gustó mucho como se veía el
recorrido del hilo sobre la malla, se veía lo cíclico
de la costura, pues se vuelve evidente el ir venir del hilo que relacionaba Durand analizando
los arquetipos femeninos y la costura. Desde el
principio, para mí y para el trabajo que estoy haciendo, es muy importante la diferencia entre el
derecho y el revés de la costura, pues aunque el
derecho que hago se ve aparentemente bien,
el revés muestra todas las decisiones tomadas,
lo que a mi abuela le molesta mucho. Se supone
que en el bordado, o realmente cualquier tipo
de costura, debe tener un revés “impecable”, es
casi como ver un bordado diferente por detrás
del verdadero. A pesar de que un mal revés esté
muy mal visto en el mundo del bordado para
mí es realmente importante y más valioso que
el revés quede desordenado y “mal hecho”. En
un momento, mientras bordaba en lino, decidí
empezar a mostrar el revés imperfecto como el
derecho, pues tenía mucho más sentido para lo
Señorita de buenas maneras
4
1, 2 y 3. Proceso primera zaranda.
Mixta
150 x 79 cm
2011
4. El reflejo del dibujo hecho en hilo en la pared.
•45
1. Primera zaranda.
Mixta
150 x 79 cm
2011
1
que estaba haciendo. Al fin y al cabo, y de eso
ya me había dado cuenta, yo no soy un ama de
casa bordando, ni había estado como mi abuela en clases de bordado desde el colegio, ni
estaba bordando por obligación. El caso es que
en el bordado sobre la malla no hay diferencia
entre el derecho y el revés, pues los dos lados se
ven al mismo tiempo.
El retrato inicial de mi abuela tenía, además del
hilo negro, otros elementos que ya había usado
en los vestidos, como amarres de teja y puntillas.
Estos eran mi versión de canutillos. Este retrato
fue un ensayo de bordado sobre la malla, pero
al terminarlo empecé a buscar una zaranda de
verdad, una que estuviera usada. Empecé a
preguntar y a recomendarles a diferentes personas por si veían o conseguían una. Mi papá
consiguió una en una obra que estaban haciendo en la oficina donde trabaja y la llevó un día a
la casa. Es una zaranda hecha a partir de palos
viejos. Tiene pedazos de cemento pegados en
los palos y en la malla.
Esta vez el campo de la malla y donde iba a
hacer el bordado era mucho más grande que el
que había hecho al principio. Hice varios dibujos
de cómo quería que se viera el bordado final y
lo mandé a ampliar al tamaño para tener la guía
del dibujo. Bordar la zaranda fue más difícil que
el bastidor en el que había ensayado. Es más
grande y los brazos no me alcanzaban a veces.
Traté nuevas puntadas para que el saco se viera
como un tejido. Y esta vez, no como en la prueba, incorporé un espacio para que el fondo y la
figura se unieran. Para este retrato usé, además
de puntillas y amarres de teja, tuercas, arandelas, cinta y malla de zaranda más fina. Éstas las
bordé a la malla con un hilo plateado delgado
que se ve muy delicado en comparación a las
tuercas y arandelas. Todos estos “canutillos” los
oxidé antes de bordarlos, el color metálico nuevo y brillante que tenía no estaba de acuerdo
con el aspecto usado de la zaranda. Por otra
parte, estos elementos oxidados generaban más
tensión, por su aspecto descuidado y áspero,
con el bordado y eso es una de las cosas que
busco bordando la zaranda.
Cuando terminé de bordar quería tomarle fotos a la zaranda. Al ponerla colgada sobre una
pared blanca descubrí una cosa que no estaba
pensando, pero me gustó. La luz pasa a través
de la malla de la zaranda y hace que el dibujo
Señorita de buenas maneras
•46
1. Puerta de chimenea
Bordado en hilo sobre malla metálica
58 x 102 cm
2011
1
hecho en hilo, el bordado, haga sombra en la
pared. Dependiendo de donde se ponga la luz
se distorsiona más o menos el dibujo, pero es un
bonito juego tener, además del derecho y el revés de bordado, un dibujo más sobre la pared.
Creo que esta primera zaranda me enseñó varias cosas. Estaba esperando que fuera mucho
más fácil de bordar, pues todos los ensayos que
había hecho los había hecho en una malla más
flexible. Cuesta trabajo usar elementos rígidos
como las puntillas, tachuelas o el alambre en
general. Tampoco había bordado en una malla
con un punto tan grande, se distorsiona más la
imagen.
La puerta de chimenea
Después de terminar la primera zaranda y de estar en la búsqueda constante de otra decidí ir a
una demolición para ver si encontraba marcos
viejos o rejas donde poder bordar. Tenía varios
requisitos para este nuevo objeto tenía que ser
duro, brusco, burdo, tenía que tener un aspecto
viejo y usado. Decidí no sólo bordar zarandas,
pero sí utilizar objetos que tuvieran el mismo
aspecto. Que estuvieran usados, oxidados, en
mal estado y que tuvieran un aspecto fuerte en
contraste con el aspecto delicado que se supone debe tener un bordado. Este contraste me
interesa mucho, pues es una forma de mostrar
que igual que lo femenino, o en general lo que
se pueda definir caracterizar, puede ser identificado con adjetivos que se contradigan entre sí,
en este caso lo brusco o fuerte y lo delicado, ‘el
trabajo masculino’ (la construcción) y ‘el trabajo
femenino’ (el bordado).
En la demolición encontré varios tipos de rejas,
algunos con puntos (la trama) muy gruesos y
separados en los que sería difícil hacer un dibujo
figurativo, pero también encontré pedazos de
rejas, o puertas, de chimeneas. Encontré uno
que no tenía terminados en cobre y estaba bastante oxidado y ese fue el que compré.
Esta malla tenía el punto mucho más pequeño
que el de la primera zaranda y el espacio de
trabajo también era mucho menor. Además,
porque era una puerta, tenía unas bisagras que
unían las dos partes de la reja. Lo que decidiera
hacer sería una especie de díptico. Entonces escogí dos retratos de mis abuelas en la época en
que iban a entrar a la universidad.
Señorita de buenas maneras
•47
1. Dechado
Bordado en hilo sobre malla metálica
54 x 41 cm
2011
a entender nada. Decidí hacer un muestrario
de puntadas, pues había encontrado una página de internet (www.handembroiderynetwork.
com) que mostraba muchas puntadas diferentes
que no conocía. El día del costurero donde mi
abuela lleve la zaranda para empezar a hacer
el muestrario, pero cuando le conté ella quería
mostrarme los libros que ella tenía sobre costura
en los que aparecían varias puntadas. Los libros
que me mostró eran para profesionales del bordado, tenían ejemplos de cosas que se podían
hacer, pero no mostraban los pasos para hacerlas. Para entenderlo tenía que saber mucho más
de bordado de lo que yo sé.
1
Esta vez hice un dibujo mucho más sencillo. Los
retratos están hechos sólo en el hilo negro y no
tienen incorporado el espacio como en la zaranda. Aparte del hilo negro tienen unos botones
viejos que encontré y los usé como aretes y botones dentro del retrato.
Como la malla tiene un punto más pequeño se
puede hacer un dibujo más preciso. Se pueden
distinguir los rasgos de cada una de ellas sin perder la sensación del recorrido del hilo.
Segunda zaranda
La segunda zaranda que hice me la regaló una
tía. Le había dicho a cada persona que me encontraba que si veía una zaranda me avisara,
porque estaba buscando varias. Es una zaranda
muy pequeña, comparada con las que había
visto antes y tenía en mi cabeza, tenía la madera podrida y partes sueltas. Parecía más bien una
caja.
Esta zaranda aunque, era muy chiquita, tenía la
misma malla que la primera con el punto igual
de grande, si decidía hacer un retrato no se iba
Aunque los libros que me mostró no me ayudaron a hacer el muestrario, mi abuela se puso a
enseñarme las puntadas básicas y a practicarlas
en un pedazo de tela. Un muestrario de puntadas como el que yo quería hacer se llama dechado y era una de las cosas que le ponían de
tarea a mi abuela en el colegio.
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española aparece la siguiente definición de
dechado.
(Del lat. dictātum, precepto, enseñanza).
1. m. Ejemplar, muestra que se tiene presente
para imitar.
2. m. Labor que las niñas ejecutan en lienzo para
aprender, imitando las diferentes muestras.
3. m. Ejemplo y modelo de virtudes y perfecciones, o de vicios y maldades. (RAE, 2001)
¿Sólo las niñas pueden hacer dechados? Es muy
curioso que aunque en el colegio, o al menos
en los que yo conozco, ya no se den clases de
costura, ni se dejen dechados de tarea se siga
pensando que es una labor de niñas.
Yo hice mi dechado en la zaranda pequeña en
hilo negro, no sobre lienzo sino sobre una malla
metálica.
Señorita de buenas maneras
•48
1. Zaranda con flor (en proceso)
Bordado en hilo sobre malla metálica
159 x 99 cm
2011
1
Tercera zaranda
La tercera zaranda también me la regaló mi tía.
Ésta es mucho más grande (no la puedo alzar yo
sola) y estaba enterrada (le había crecido pasto
encima).La madera también está podrida y la
malla más rota que las otras. Cuando me la entregaron todavía tenía pedazos de pasto, entre
eso había una flor. Le dejé la flor, estoy tratando
de que no se muera. Ésta genera un contraste
más entre lo fuerte o brusco de la zaranda y la
vida que nace en ésta.
era el retrato de un niño. A mí me acordaba, en
parte, a lo que estaba proponiendo Coco Chanel a principios del siglo XX.
No he terminado el bordado. No quiero que
quede exactamente igual a la primera zaranda.
Quiero que se vea que son parte de un mismo
trabajo, pero no una copia de la primera. Hasta
ahora los tres trabajos que llevo hechos me parece que van por ese camino, pues aunque son
diferentes parecen pertenecer a una serie.
Empecé a bordarle un retrato de mi mamá
cuando tenía 26 años. Escogí esta imagen de
ella porque es un poco ambigua. Se la mostré a
varias personas y algunas de ellas pensaron que
Señorita de buenas maneras
•49
conclusiones
omo conclusión quería saber qué preguntas, de
las que tenía al principio de este proceso, se habían respondido. Pero en este momento y después de tratar de responderlas no me acuerdo
de éstas. Han surgido nuevas preguntas que sé
que no pueden ser las mismas que tenía antes
de empezar.
Algunas cosas que sí sé:
•
No aprendí a coser a pesar del costurero
semanal donde mi abuela. Ella todavía piensa
que no lo hago muy bien de la forma tradicional.
Me dice que lo que he hecho hasta ahora es lo
más creativo que ha visto y quiere meter la aguja en todas las cosas que hago.
•
Aunque mis abuelas tomaron decisiones
poco convencionales para su época, y tuvieran
que enfrentar a algunas personas por eso, hoy
me doy cuenta que ellas cuestionan otra clase
de decisiones o siguen con algunas tradiciones
que yo cuestiono. Me dicen que me veo como
un niño sin aretes y el pelo corto (realmente no
tan corto). Cuando necesitan ayuda en la cocina o en el comedor sólo le piden ayuda a la
mujeres (“los hombres no saben poner la mesa”,
dice mi abuela). Al final es una cuestión de
época, es también lo que a uno le enseñan que
debe ser. Nadie, por más parámetros que rompa, se queda sin prejuicios. Cada persona, cada
época y cada lugar tiene los suyos.
•
Me encontré, durante este proceso, muchos artistas, o al menos muchos más de los que
yo me imaginaba, que bordan, tejen o cosen
como parte de su obra artística.
Señorita de buenas maneras
•50
•
Aunque mi trabajo trata sobre lo femenino e interroga los parámetros que describen a la
mujer y el lugar que ocupa en la sociedad occidental aplica en verdad a cualquier persona.
Nadie es sólo bueno ó malo ni fuerte ó débil ni
femenino ó masculino. Los adjetivos que nos describen, nuestras características, están cambiando constantemente.
•
Me encontré con materiales y sustratos
poco usuales. Haberme encontrado con la zaranda como objeto le dio rumbo a lo que tenía
pensado como trabajo de grado.
•
Los materiales utilizados desde el principio, me hicieron caer en cuenta de la sensación
que produce en el cuerpo de cada uno de ellos
sobre todo con los diferentes vestidos. Son materiales que maltratan el cuerpo, materiales pesados, ásperos, bruscos, (a veces) tóxicos.
•
La obra es un contraste constante entre lo
masculino y lo femenino, lo fuerte y lo delicado,
lo brusco y lo suave. Es una obra en tensión.
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