EL BUDISMO. SIDDHARTA GAUTAMA, BUDA Una infancia feliz Siddharta Gautama, más tarde llamado Buda (que significa “el iluminado”), nació en una aldea entre India y Nepal hacia el año 556 a.C., en el seno de una familia noble. Creció en medio de todo tipo de lujos y comodidades. Fue educado en las artes, las ciencias y el ejercicio físico. Se casó con una joven de su ambiente social, con la que tuvo un hijo. Sin embargo este tipo de vida no le satisfacía y decidió buscar nuevos caminos. El despertar Antes de abandonar su casa, en tres viajes que hizo por la ciudad, descubrió la tragedia de la vida que antes se le ocultaba. Vio el sufrimiento humano bajo tres formas: un anciano frágil y decrépito, un inválido enfermo y desamparado, y un cortejo fúnebre que se dirigía a incinerar un cadáver. Realizó un cuarto viaje, en el que encontró a un monje alegre y jovial que caminaba mendigando. Con esta visión se percató de que los placeres y las atracciones de la vida están vacíos y no llenan la vida de la persona. Abandonó su casa y se fue en busca del auténtico conocimiento. La iluminación A los veintinueve años, se lanzó errante por los caminos para vivir como un asceta siguiendo las enseñanzas de los maestros hindúes por medio del ejercicio del yoga, pero no conseguía la paz que deseaba. Después de casi siete años de esfuerzos, se da cuenta de que lo que necesita no es un refugio contra el sufrimiento, sino eliminar el sufrimiento. Así es como se produce la iluminación y descubre la auténtica doctrina: el conocimiento del sufrimiento, el origen del sufrimiento, la supresión del sufrimiento y el modo de eliminarlo. A partir de este momento, se dedicará a la predicación de su enseñanza. Después de esta iluminación, Buda viajó por la India durante cuarenta y cuatro años, viviendo como un monje mendicante y enseñando su doctrina. A los ochenta años, cayó enfermo y murió en la ciudad de Kusinagara. La ENSEÑANZA DE BUDA La reencarnación Buda, al igual que el hinduismo, mantiene que la vida de las personas es el resultado de las buenas o malas acciones de las vidas anteriores y que, por tanto, en cada reencarnación tenemos la vida que hemos merecido por las acciones de la vida anterior. Las cuatro nobles verdades El núcleo fundamental de la doctrina predicada por Buda se encuentra en lo que se denomina las cuatro nobles verdades. Son estas: 1.- La primera verdad afirma que todo es dolor: El nacimiento es dolor; la vejez es sufrimiento; la enfermedad es sufrimiento; la angustia, la miseria, no conseguir todo lo que uno desea, todo eso es sufrimiento. 2.- La segunda verdad se refiere al origen del sufrimiento: está en el deseo y en la ignorancia. Deseo de obtener cada vez más e ignorancia porque nada de lo que se obtiene es capaz de llenar nuestra sed. 3.- La tercera verdad trata sobre la destrucción del sufrimiento para llegar a la paz definitiva o nirvana; es decir, a la ausencia de dolor. Para ello, la única solución es eliminar el deseo. 4.- La cuarta verdad indica el camino para eliminar el sufrimiento, que es la senda “de los ocho pasos”: - Conocimiento recto de las cuatro verdades. - Actitud recta para mantenerse alejado de los deseos, del odio y de la malicia. - Palabra recta: lenguaje prudente y sincero. - Acción recta, que comprende la vida moral. - Ocupación recta, ganándose la vida sin molestar a los demás. - Esfuerzo recto, reprimiendo los malos impulsos y fomentando los buenos. - Pensamiento recto, esforzándose por conocer la verdad sin apasionamientos. - Concentración recta, a través de la intensa meditación que libera. El nirvana El nirvana constituye la meta del budismo. Se utiliza para expresar el estado en el que uno ya no padece el deseo, el odio o el engaño. El nirvana no es la desaparición de la vida; lo único que pretende es eliminar las pasiones negativas, que no conducen más que al dolor y al sufrimiento. LOS RITOS Y LAS FIESTAS Fuera de las oraciones y meditaciones, el budismo no utiliza ritos especiales, ya que su objetivo no es entrar en relación con ningún dios, ni siquiera con Buda, que nunca fue considerado como un dios. Las fiestas no son muy numerosas y suelen estar referidas a Buda. Este es el caso de la que se celebra en el mes de mayo para conmemorar al mismo tiempo el nacimiento de Buda, su iluminación y su entrada en el nirvana. LA EXPANSIÓN DEL BUDISMO Curiosamente, el budismo se desarrolló poco en la misma India. Tuvo su principal implantación en Asia central y en la zona del sureste. En cada lugar tomó características distintas, como el budismo zen del Japón, muy practicado por los samuráis. En Occidente el budismo no comenzó a despertar interés hasta finales del siglo. Los monasterios budistas Dentro del budismo se han desarrollado los monjes, llamados bonzos. Viven en comunidad en los monasterios v dedicados a la oración. Estos monjes hacen tres votos: el de pobreza, el de celibato y el de no violencia. Sólo pueden vivir de la mendicidad, ya que el trabajo y la posesión de dinero les están prohibidos. El superior del monasterio es un lama de prestigio. El Dalai Lama El Dalai Lama es una figura que se ha desarrollado en el Tibet, auténtico corazón del budismo actual. Procede de un linaje santo que data del siglo XVI aunque no es una función que se transmita por herencia, sino que se reencarna para que la fe budista no muera. Cuando el Dalai Lama muere, su sucesor nace en algún lugar del Tíbet. A veces es el mismo Dalai Lama el que señala donde ha sucedido la reencarnación. Otras veces, los oráculos se ponen en busca del niño – rey ayudados por las oraciones del pueblo. Hasta que se encuentra al nuevo Dalai Lama, se instaura una regencia. En la actualidad, el Dalai Lama -el decimocuarto es también el jefe temporal del Tibet; de ahí que viva en el exilio desde el año 1959, al ser invadido el Tíbet por los chinos. La lucha por su pueblo y el testimonio que va dando en sus viajes por el mundo le valieron el Premio Nobel de la Paz en 1989. ¿RELIGIÓN O SIMPLE FILOSOFIA DE LA VIDA? El budismo no tiene por objeto la veneración de una persona humana o divina. Buda no es un dios ni un enviado de Dios. Tampoco Buda enseñó nada sobre Dios. Lo importante es su enseñanza o doctrina, orientada a eliminar el deseo que perturba la vida de las personas y a conducirlas hacia el nirvana. PARA SABER MÁS SOBRE EL BUDISMO La muerte de Buda El año 476 a.C., cuando el perfecto hubo alcanzado los ochenta anos sin que la edad le pesara, cayó enfermo durante un viaje a Kusinagara; entonces sintió que su hora había llegado. Tomó la posesión de loto e hizo su último discurso, en el cual pidió a los fieles que nada esperaran de los dioses despiadados, también sometidos a las leyes del karma, que nacen, envejecen y mueren para renacer y croe ni siquiera han conseguido desprenderse de su propio dolor, sino que más bien todo lo esperan de mismos; pues cada hombre crea su prisión. A sus fieles compañeros, los monjes-discípulos, que lloraban, les recordó las cuatro nobles verdades. Tras predecir que quinientos millones de fieles seguirían la Ley y mostrar la vacuidad de lo que creemos que existe en realidad, se tendió sobre el lado derecho y entró en meditación sin que nadie se diera cuenta del momento en que pasaba al éxtasis del nirvana. Así moría aquel que había enseñado que no hay falta que pueda ser redimida. El hombre nace solo, vive solo y muere solo. Él recorre el camino que puede llevarle al nirvana, el mejor reino del no ser, del no ser ya. Los cuatro lugares más sagrados del budismo están relacionados con los episodios principales de la vida de Buda: Lumbini, en Nepal, su lugar de nacimiento; Bodhgaya, donde accedió a la iluminación; Sarnath, cerca de Benarés, donde dio su primer sermón; Kusinagara, donde murió. Todos estos lugares se hallan al noreste de la India, donde hoy ya casi no quedan budistas. El vestido de los monjes, que consta de tres piezas, debía estar teñido de ocre amarillo o rojo tirando a marrón. Ambos colores son los propios del budismo, ya que recuerdan el color del sudario que fue el primer manto de Buda. El hombro y el brazo derechos deben quedar siempre al descubierto. El bonzo no puede poseer más que nueve objetos indispensables para los rituales: las vestiduras compuestas de tres piezas, una aguja, una navaja de afeitar (que le debía servir también para afeitarse el cráneo cada quince días), un rosario, un abanico, un cinturón, una olla de madera, un filtro para purificar el agua y una escudilla para la limosna. El premio Nobel de Literatura de 1946, Herman Hesse (1877 - 1962) a raíz de un viaje por oriente, escribió una novela titulada Siddharta, que recoge parte de las ideas fundamentales del budismo.