INTRODUCCIÓN Las Cuatro estaciones de la Creación es un sistema de trabajo energético para generar una nueva realidad personal que utiliza prácticas chamánicas surgidas en la Espiritualidad Natural que desarrollaron nuestros ancestros originarios. Se basa en la conciencia de que la Naturaleza es nuestro espejo. A través de sus cambios, transiciones, crecimientos y desapegos, nos refleja nuestros propios procesos. Crear una nueva realidad para nosotros, ya sea que estemos deseando establecer una nueva relación de pareja, cambiar nuestro lugar de residencia, expandirnos en nuestra profesión, sanar un tema o cualquier emprendimiento o proyecto que intentemos manifestar, implica transitar un ciclo de cuatro fases, equivalentes a las estaciones que transita la Tierra. A veces este proceso no es conciente, por lo que podemos llegar a sufrir las consecuencias de decisiones equivocadas, contradicciones irresolubles, avances anticipados, apegos dolorosos o postergaciones frustrantes, sencillamente, porque no nos hemos sincronizado con la dinámica de energía que implica el proceso. Los antiguos aprendían e incorporaban esa sincronicidad a través de rituales estacionales, en los que la comunidad, recordaba los principios de los ciclos, muerte y renacimiento, madurez y servicio, que están imbricados en cada aspecto de nuestras vidas, y así, era posible una vida armónica, plena y feliz. Si incorporamos este alineamiento con los ciclos naturales, cada proyecto nuevo que encaremos podrá generar resultados mas completos, integrados a la totalidad de nuestra vida, estará nutrido con las mejores energías disponibles a través de los elementos y fuerzas que nos acompañan, y constituirá un avance significativo en nuestra evolución personal. Te presento una breve síntesis de cada etapa, en la Naturaleza, y los rituales que te propongo realizar: OTOÑO El otoño es el tiempo en el que la Naturaleza comienza a eliminar lo que ya no sirve. Las hojas secas invitan a la fogata, convirtiendo en ceniza y humo lo que en su momento fue una hoja verde, pero ya no lo es. Para nosotros, constituye la etapa inicial del ciclo, ya que es necesario que nos despojemos de creencias, prejuicios y antiguas ideas sobre nosotros si es que vamos a crear una nueva realidad para nuestra vida. Recordemos, que el otoño es el tiempo en el que todos los frutos del ciclo anterior ya han caído al suelo, y las semillas que poseen en su interior, se derraman por el suelo para que surjan las nuevas creaciones. Despeje de energías antiguas, transmutación de nuestro estado interno y liberación de las semillas de los deseos es nuestro ritual de otoño. IERNO INVIERNO Durante el invierno, la Tierra reposa. Parece que nada sucede, que todo esta quieto, pero en su interior, está sucediendo algo grandioso! Es un momento de introspección, de reflexión, de considerar las infinitas posibilidades que existen a su disposición. Las semillas descansan en el interior oscuro de la Tierra porque aun no están listas para brotar, pero en el silencio, sueñan. Sueñan con el árbol que serán, con los frutos que entregaran, con la sombra y refugio que brindaran a las criaturas animales. En ese sueño esta el secreto: en esa magia reside la creación. Para nosotros, es el momento del ciclo en el que honramos a nuestro ser interno, con sus luces y sombras, contemplamos lo que hicimos, capitalizando los aprendizajes recibidos, visualizamos lo que deseamos, para hacerlo realidad, aceptamos en el silencio y la paz los mensajes de la Madre Tierra y los ancestros, que nos guían en el sendero de la transformación, y custodiamos lo luminoso, aquello que aporta a nuestro propósito superior y nuestra misión. Recapitulación, comunicación con ancestros y ensueño del proyecto, es nuestro ritual de invierno. PRIMAVERA Llega la etapa del florecimiento. Por fin! La Tierra ya está lista para que la semilla se abra y muestre su color, para que asome desde el suelo regalándonos su fragancia y su sabor. Hay en el aire una sensación de vitalidad, de alegría. Las aves y los niños cantan y juegan. Recuperamos nuestra inocencia, nuestras ganas de conectarnos con los otros. Descubrimos nuevos talentos que ni imaginábamos que estaban allí y se nos revelan formas nuevas de expresarnos y mostrarnos al mundo. Sonidos, aromas, sabores, se expanden. Es el festín de la existencia. El agua es el componente principal de este momento. En su fluidez aprendemos a dejarnos llevar por la corriente de nuestras emociones, guía infalible de los designios de nuestro corazón, ese gran maestro. En su capacidad nutriente, espejamos nuestras propias cualidades de nutrición, hacia nosotros y hacia los que nos necesitan. La Abuela Océano es la fuente de todas las aguas del mundo, en cada gota podemos encontrar su espíritu. Aprovechamos su magia para estimular el crecimiento de nuestros proyectos, para que las señales de su progreso se vuelvan mas nítidas, para que sus resultados comiencen a verse, para que el coraje y la inspiración que otorga la inocencia regresen de nuevo a nuestras almas. Impulso del guerrero para el nuevo comienzo, expresión de nuestro ser autentico, y celebración del amor, es nuestro ritual de la primavera. VERANO Llega la hora de entregar los frutos. Las plantas rebosan con el resultado del esfuerzo consistente durante tanto tiempo, atravesando arduos desafíos, sosteniendo el crecimiento más allá de las adversidades climáticas y las crisis del ambiente. Hay agradecimiento y una sensación de profunda realización en el aire. Nuestro proyecto ya ha florecido y ahora, sus resultados se convierten en servicio para otros. Aun cuando se trate de objetivos muy personales, siempre hay aportes para la tribu: lo que aprendimos, le sirve a otros que transitan situaciones similares, la energía que obtuvimos se convierte en combustible para la tarea cotidiana, el amor que generó en nosotros el haber alcanzado nuestros sueños, se derrama sobre nuestro círculo de amigos, familiares y gente cercana. Como el árbol, en el verano, nuestros frutos se expanden para que toda la tribu pueda nutrirse con ellos. Tarde o temprano, esas serán las semillas de nuevos proyectos, que comenzaran el ciclo, nuevamente. Así es la existencia humana, como la Naturaleza, armonía y ordenada, con un profundo sentido espiritual, y a la vez, como una obra de arte maravillosa. Una obra de arte en donde somos creadores y observadores al mismo tiempo. Y allí, reside su encanto y la oportunidad de ser los chamanes de nuestro propio destino. Rituales de esta etapa: Descubrir nuestra misión, desarrollar nuestros dones únicos, re conexión con la comunidad. (Flavia Carrión) Para coordinar estos rituales en tu lugar y con tu grupo, escribir a [email protected] www.flaviacarrion.com.ar