5.5.- CONJUNTIVITIS Y OBSTRUCCION DEL CONDUCTO LACRIMAL: EL OJO ROJO Y EL NIÑO QUE LLORA. ACCIDENTES OCULARES CONJUNTIVITIS La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva (parte blanca que vemos del ojo). ¿Cuáles son las causas más frecuentes de la conjuntivitis? Las causas más frecuentes son las infecciones víricas o bacterianas de la conjuntiva. Otra causa muy frecuente es la enfermedad alérgica. También puede ser debida a irritación de la conjuntiva por humo, cremas, etc. ¿Cuáles son los hallazgos más frecuentes de la conjuntivitis? El hallazgo más frecuente es el enrojecimiento de la conjuntiva, especialmente en los bordes de los ojos. Se acompaña de un aumento de la secreción (el niño se levanta con el ojo “pegado”). A veces, puede producir molestias en el ojo pero en general, muy leves. Es muy frecuente que además de la conjuntivitis, el niño presente síntomas catarrales como tos y rinorrea (“mocos”). La conjuntivitis provocada por infecciones, virus y bacterias, es más frecuente en los meses de invierno. En la conjuntivitis alérgica el síntoma más llamativo es el picor de ojos. La conjuntiva se encuentra enrojecida e hinchada y a veces se aprecian a siempre vista bolsas llenas de líquido. La conjuntivitis alérgica es más frecuente en niños mayores, con antecedentes de otras enfermedades alérgicas como el asma, y aparecen sobre todo, en primavera y otoño. ¿Cómo se trata? El tratamiento inicial de la conjuntivitis, sea bacteriana o vírica, es la limpieza de los ojos con agua o suero fisiológico. En ocasiones su pediatra recomendará el tratamiento con antibióticos aplicados en forma de colirio o crema ocular. Para que el antibiótico sea eficaz se debe retirar las secreciones acumuladas lavando el ojo con agua o suero. Algunos padres utilizan el agua de manzanilla, que en principio no aporta ventaja alguna. Las conjuntivitis alérgicas requieren tratamiento con medicaciones antialérgicas en forma de colirio (por ejemplo antihistamínicos). Si los síntomas son muy intensos se puede añadir un antihistamínico por vía oral, o un corticoide en colirio ocular pero, siempre, bajo supervisión médica. En general, estos pacientes aprenden a reconocer el comienzo de los síntomas e inician de forma precoz la administración del colirio antialérgico que evitará que los síntomas sean intensos. OBSTRUCCION DEL CONDUCTO LAGRIMAL. EL NIÑO QUE LLORA En el párpado inferior y en su borde interno se encuentran dos pequeñas aberturas de donde parten los conductos lagrimales por donde pasan las lagrimas desde el ojo hasta la nariz. La obstrucción de este conducto impide este drenaje dando lugar a un lagrimeo excesivo y la acumulación de secreciones (legañas). Estos síntomas pueden ser evidentes desde pocos días después del nacimiento o no aparecer hasta semanas más tarde. La obstrucción puede ser completa, y dar síntomas diarios, o parcial empeorando cuando el niño tiene catarro o por ejemplo, hace viento. Estos niños pueden tener conjuntivitis de repetición e incluso infecciones de la glándula lagrimal apareciendo un bulto duro y doloroso en el borde interno del párpado inferior. El tratamiento fundamental de la obstrucción del conducto lagrimal es el masaje realizado en el borde interno del ojo por debajo de las aberturas de drenaje de la lágrima. Se debe hacer con un bastoncillo de algodón aplicando una ligera presión hacia arriba para drenar las secreciones acumuladas. A continuación debe hacerse el mismo movimiento pero hacia abajo para intentar aliviar la obstrucción. Este masaje debe realizarse al menos tres veces al día. La mayoría de las obstrucciones del conducto lagrimal se resuelven sin necesidad de realizar otro tratamiento antes del año de edad. Si esto no ocurre o el niño tiene infecciones frecuentes antes del año,se debe remitir al oftalmólogo para valorar la desobstrucción por otros métodos. Existen otros problemas que pueden producir lagrimeo pero que en general, se acompañan de otros síntomas y alteraciones en la exploración de los ojos. ACCIDENTES OCULARES TRAUMATISMOS (GOLPES) Los traumatismos oculares suelen ocurrir durante los juegos de los niños o durante la práctica de deportes. En la mayoría de los casos el párpado aparece hinchado y morado sin otros problemas oculares. Si es así, no tiene consecuencias y el hematoma va desapareciendo poco a poco. Sin embargo, en ocasiones, el traumatismo es más grave, con aparición de heridas en el párpado u otras lesiones. Pueden indicar problemas más importantes: • La disminución de la visión • La imposibilidad de mover el ojo • La existencia de dolor, lagrimeo y molestias intensas pueden indicar la presencia de úlceras corneales o cuerpos extraños. Si aparecen estos síntomas o heridas en el párpado se debe cubrir el ojo con una gasa y consultar. La mayor parte de las lesiones por deportes pueden prevenirse con gafas de protección ocular adaptadas a cada tipo de deporte. Los deportes que más riesgo implican son las artes marciales, los que se practican con pelotas de pequeño tamaño que se desplazan a gran velocidad (tenis, hockey) y el baloncesto. Hay que poner casco a los niños cuando anden en bicicleta y hay que tener mucho cuidado en las zonas donde haya columpios. QUEMADURAS OCULARES Las quemaduras en los ojos de los niños son debidas a accidentes que ocurren en la cocina o cuarto de baño. El contacto con los ojos de lejía, amoníaco, detergentes, etc, puede producir quemaduras en el ojo con secuelas importantes. Siempre hay que lavar el ojo con agua abundante y durante al menos 15 minutos. Las quemaduras en el ojo requieren siempre valoración por parte de un oftalmólogo. Como siempre la prevención es fundamental, no dejando al alcance de los niños productos de limpieza, y utilizando protectores que impidan abrir las puertas de los armarios. RECUERDE QUE: . La mayoría de las obstrucciones del conducto de la lagrima se resuelven en el primer año de vida . Los accidentes oculares pueden ser graves. Su prevención es fundamental.